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El Arrepentimiento y a la Fe

Marcos 1:15

Introducción.

La Biblia enseña que el arrepentimiento y la fe son condiciones


indispensables para la salvación. Esta es la parte humana de la salvación, si
pudiera hablarse de alguna obra que tenga el hombre que hacer es ésta
arrepentirse y tener fe. El hombre siempre ha querido hacer algo para
salvarse, no podemos alcanzar el cielo, llegar hasta Dios, pero la obra
humana que debe y es necesario que haga el hombre es ésta: Arrepentimiento y Fe. (Marcos 1:15)

1. El Arrepentimiento significa cambiar el camino o estilo en que vivimos.

El abandonar la forma de vida que llevábamos antes de conocer a Jesucristo. En vez de huir de Dios, es
regresar hacia Él. Un caso clásico de arrepentimiento es el del Hijo Pródigo. En esta parábola contada por
Cristo vemos los elementos necesarios o que se muestran en un arrepentimiento verdadero.

a) Reconocimiento de nuestros pecados. (Lucas 15:17, 2 Samuel 12:13)


b) Dolor por el pecado cometido. (Lucas 15:19, Salmo 51:3)
c) Decisión de buscar a Dios. (Lucas 15:18, Oseas 6:1)
d) Ejecutar la decisión. (Lucas 15:20, Mateo 18:16)
e) Confesión pública de la decisión tomada. (Lucas 15:20, Salmo 32:5)

2. La Fe significa confianza, seguridad, apoyo, descanso, paz verdadera, etc.

Cuando una persona pone su fe en Cristo experimenta estas y muchas más experiencias que transformarán
y darán más calidad a su vida como persona y como creyente en Cristo. (Mateo 11:28-30, Salmo 55:22)

Hay dos clases de fe, cada una de ellas habla de la realidad y base que tienen, también de su alcance y
significado, pero dicen también en que lugar está realmente Dios:

a) Fe Intelectual, es el saber alguna verdad en nuestra mente o razón. Ejemplo: Creer que Cristo
existió como un personaje histórico solamente, conocer muchas grandes verdades de la
Biblia. Fe general, simplemente tener fe que algo saldrá bien, o esperar algo.
b) Fe Salvadora, es aquella que cree que Cristo existió, vivió, pero también que murió por
nuestros pecados, que resucitó, que es nuestro sustituto, nuestro defensor ante Dios de los
ataques de Satanás (1 Juan 2:1) Las grandes verdades bíblicas no solo se conocen sino que
nos guían en todos los aspectos de la vida y nos ayuda a dar cada paso en la vida. La Fe es
guiada por la Biblia, no hay verdadera Fe en Dios fuera de Biblia.

Conclusiones.

El Arrepentimiento y la Fe son las partes inseparables de un todo, la Salvación. (Hechos 3:19, Hebreos
11:1,6) y luego del crecimiento cristiano.
La Fe
Nadie puede estudiar la Biblia sin descubrir muy pronto la importancia de la fe. El pecador no puede ser
salvo aparte de la fe (Efesios 2:8, 9). Por lo tanto, es importante tratar de encontrar el significado de esta
palabra.

I. ¿Qué es fe?

Fe es confianza personal. Nosotros usamos esta palabra en nuestras conversaciones diarias en frases como
ésta: “Tengo plena fe en mi médico.” Queremos decir que le confiamos nuestro caso sin reservas. Así en la
Biblia fe es la confianza personal en Dios. Quiere decir que creemos lo que Él dice y confiamos en Él para
salvarnos y guardarnos.

II. ¿De dónde viene la fe?

Si miramos alrededor en el mundo, nos damos cuenta que lagunas personas no tiene fe en Dios y por lo
tanto, no son salvas. Esto nos lleva a inquirir cuál es la causa o el origen de la fe. En un sentido muy real la
fe es una dádiva de Dios (Juan 3:27). Dios da a los hombres el poder de creer en Él. Pero, ¿cómo recibe un
hombre fe? La respuesta puede hallarse en Romanos 10:17 “la fe es por el oír; y el oír por la palabra de
Dios.” Por lo tanto, si un hombre no tiene fe en Dios debe leer la Biblia. A medida que lee debería orar así:
“Dios, si este libre es tu palabra, si Jesucristo es tu hijo, y si Él murió por mí, muéstramelo mientras leo la
Biblia.” Dios ha prometido que cualquiera que quiera hacer su voluntad llegará al conocimiento de la verdad
(Juan 7:17).

III. ¿Cuál es el verdadero objeto de la fe?

La fe debe tener objeto. Este puede ser una persona tal como un pariente o un amigo, o quizá una cosa
inanimada tal como un aeroplano o un ascensor. No es suficiente tener fe. La fe debe colocarse en un
objeto digno. Una persona puede tener fe de que su automóvil le llevará a cierto lugar; pero si el automóvil
está en malas condiciones y necesita reparaciones pronto se dará cuenta de que su fe estaba mal colocada.
La Biblia presenta al Señor Jesucristo como el objeto genuino de la fe (Hechos 20:21). Lo importante no es
cuánta fe un hombre tenga o qué clase de fe, sino que su fe esté basada en el Señor Jesucristo. Si es así es
salvo. Un hombre puede creer todo lo que la Biblia dice acerca de Cristo, y sin embargo no tener fe en Él.
Usted puede creer que cierto tren saldrá de la estación a las 11 de la mañana y que llegará a cierto lugar a
las 5 de la tarde; puede creer todo lo relacionado con este tren; no obstante usted no cree en el tren hasta
que se sube al mismo en la confianza de que lo llevará a su destino. De la misma manera usted puede creer
que Cristo nació en Belén, que murió en el Calvario, que resucitó de los muertos y ascendió al cielo, por
usted no ha puesto su fe en Él hasta que ha confiado en Él para salvarle de sus pecados y llevarle al cielo.

IV. Los ejemplos de la fe.

Las Escrituras están llenas de ejemplos de la fe. El capítulo 11 de la Epístola a los Hebreos ha sido llamado “la
lista de honor de la fe,” por cuanto da los nombres de hombres y mujeres destacados que ejercieron fe.
Otros dos ejemplos podrían citarse. El primero es la fe del centurión en Mateo 8:5-10. El centurión creyó
que Cristo podría sanar a su siervo por sólo decir la palabra. El otro caso es la fe de la mujer cananea (Mateo
15:22-28). Ella suplicó al Señor que el pan reservado para los Judíos elegidos le fuera dado a ella, una gentil.
Su fe fue humilde y persistente.
V. La recompensa de la fe.

La fe verdadera nunca deja de ser recompensada. Nadie ha confiado jamás en Dios en vano. Cada pecador
consciente de su necesidad, y que se ha arrepentido de sus pecados y ha puesto su fe en el Señor Jesucristo,
es salvo. El Salvador dijo: “El que a mí viene no le echo fuera” (Juan 6:37).

El Arrepentimiento.
La primera mención del arrepentimiento en la Biblia se encuentra en Génesis 6:5-6. Este pasaje nos da la
base para entender lo que es el arrepentimiento. Primero, la ocasión del arrepentimiento es el pecado..."Y
vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra..."; por lo tanto, el arrepentimiento es el
reconocimiento de la sobremanera pecaminosidad del pecado. Segundo, la naturaleza del arrepentimiento
consiste en el cambio de mentalidad, es decir, una nueva decisión es tomada a la luz de las condiciones
deplorables presentes..."Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra..." Tercero, el
arrepentimiento genuino es acompañado por una tristeza verdadera por el pecado la cual motiva el cambio
de mentalidad..."...y le dolió en su corazón." Cuarto, la consecuencia del arrepentimiento se manifiesta en
una determinación para deshacer (abandonar y rectificar lo más que se pueda) lo que causó la tristeza..."Y
dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres..." Todos estos elementos se hallan en el
corazón humano arrepentido en el cual el Espíritu Santo ha hecho su obra sobrenatural y de gracia.

Entiéndase que el arrepentimiento en Dios es diferente al arrepentimiento del hombre, el arrepentimiento


en Dios es acerca del dolor de ver la corona de su creación tomando voluntariamente un mal camino no de
un mal cometido por su persona, en cambio el arrepentimiento del hombre es dolor debido a su mala
decisión y pecado y por tanto debe corregir el rumbo de su vida producto del mar vivir lejos de Dios.

Arrepentimiento es la gracia divina dada por Dios (Hechos 5:31, 11:18; 2Timoteo 2:24-25) por la cual uno
admite su pecado a la luz de la santidad de Dios (Romanos 7:13; Salmos 51:4), lo aborrece el pecado (Salmos
119:104,128; Job 42:5-6; 2Corintios 7:10) y lo abandona en su corazón el cual produce un cambio visible
exterior (2 Corintios 5:17) con el anhelo e intento a vivir una vida santa apartada para Dios (Filipenses 3:8;
Romanos 6:22).

1. El Arrepentimiento Predicado

a) Juan el Bautista (Mateo 3:2).


b) El Señor Jesucristo (Mateo 4:17; Lucas 5:31-32, 13:3).
c) Los Apóstoles (Marcos 6:12).
d) El Apóstol Pedro (Hechos 2:38, 3:19; 2Pedro 3:9).
e) El Apóstol Pablo (Hechos 17:30, 20:21).
f) La Iglesia Primitiva (Lucas 24:47).

2. La Necesidad Del Arrepentimiento

El pecado cometido en contra del Santísimo Dios implica la necesidad que el pecador se arrepienta (Hechos
17:30).

a) El pecado es infracción de la ley. El primer y principal mandato requerido por la ley es amor supremo
hacia Él. La falta de amor supremo hacia Dios, la falta de satisfacción del corazón por su carácter y la
rebeldía contra Él es nuestra gran impiedad por la cual tenemos que arrepentirnos (1Juan 3:4;
Romanos 8:7). ¿Qué es el pecado? El pecado es decir: yo renuncio al Dios que me creó; desapruebo
y rechazo su derecho de gobernarme. No me importa lo que me dice, los mandamientos que me ha
dado, prefiero satisfacerme a mí mismo en lugar de someterme a Él. Soy indiferente a todo lo que
ha hecho por mí; sus bendiciones, sus misericordias y sus bondades no me conmueven; yo seré el
señor de mi propia vida. El pecado es rebeldía en contra del Rey del cielo. Es no hacerle caso a Dios.
b) El pecado se comete primordialmente en contra de Dios. Un sentido de la severidad del pecado es
esencial para el arrepentimiento (Salmos 51:4; Lucas 15:21).
c) El evangelio no se puede recibir por fe hasta que se haya arrepentido (Mateo 21:32; Marcos 1:15).

3. La Naturaleza Del Arrepentimiento

"Antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente" (Lucas 13:3). Escuchando estas palabras solemnes
de nuestro Señor Jesucristo, es muy importante que cada uno de nosotros busquemos y obtengamos de
Dios este arrepentimiento que requiere y no contentarnos con una imitación.

a) Lo que el arrepentimiento NO es:

Temblar bajo la predicación de la Palabra de Dios no es el arrepentimiento. Seguro muchos no han sido
movidos bajo la predicación de la Palabra, la descripción de los tormentos de los perdidos, etc., sin embargo
hay una multitud de personas quienes han sido tocadas, llenas de terror y movidas a llorar, pero ahora están
en el infierno. Así fue el caso de Félix el cual recibió el evangelio por los labios de Pablo (Hechos 24:25;
Santiago 2:19).

El estado de ser "casi persuadido" o ser simpatizador no es el arrepentimiento. El rey Agripa es un buen
ejemplo (Hechos 26:28). Una persona puede recibir los mensajes del siervo de Dios, admirar el evangelio y
aún recibir la Palabra con gozo (Mateo 13:20-21) y no alcanzar el verdadero arrepentimiento.

La confesión del pecado no es el arrepentimiento. Varias personajes en la Biblia confesaron "Yo he pecado",
pero sin renunciar y abandonar el pecado en su corazón y voluntad. El reconocerse pecador y confesar el
pecado NO es el abandonar el pecado. Ejemplos: Faraón (Exodo 9:27, 10:16) y Balaam (Números 22:34).

El humillarse delante del Señor no es el arrepentimiento. Se puede entristecer, llorar y determinar


reformarse y todavía volverse al pecado. El rey impío de Israel, Acab, codició la viña de Nabot y la obtuvo
por asesinar a Nabot. Cuando el siervo de Dios lo descubrió, "Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y
puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio y anduvo humillado" (1Reyes 21:27). Sin embargo en el
capítulo que sigue encontramos a Acab rebelándose contra Dios y luego su vida fue cortada por su rebeldía.
Uno puede humillarse un tiempo bajo la mano de Dios y todavía ser esclavo de pecados secretos.

No es ser perfectos o sin faltas.

b) Lo que es el arrepentimiento:

"El arrepentimiento es dar la espalda al camino del pecado, al señorío propio y volverse a Dios con un
corazón quebrantado recibiendo la misericordia de Dios en Jesucristo".
"El arrepentimiento es una revelación interna sobrenatural que me da un conocimiento pleno de lo que soy
ante los ojos de Dios causándome tristeza y remordimiento a fin de abandonar mi pecado para vivir para
Cristo".

"Es el cambio de corazón de todo pecado a toda santidad".

"Es la entrega del alma completa a Dios para ser de Él para siempre; es la renuncia de los pecados del
corazón con los crímenes de la vida". C.H. Spurgeon

"El arrepentimiento que Cristo requiere de su pueblo consiste de una negación firme de no darle a Dios
límites a sus exigencias que pone sobre nuestras vidas". J.I. Packer

"El arrepentimiento verdadero para con Dios quita la disatisfacción de nuestras mentes y nuestros corazones
hacia Él...En el arrepentimiento salvador el alma entera se vuelve a Él y dice: [He sido una criatura desleal y
rebelde. He desdeñado y despreciado su autoridad suprema y su ley perfecta. No seguiré viviendo así. Deseo
y determino con todas mis fuerzas servirte y obedecerte como mi único Señor. Me sujeto a tí y a tu
voluntad]...El arrepentimiento...es percibir que Dios tiene el derecho de gobernarme y reinar sobre mí...Al
mostrarme el Espíritu Santo la hermosura de su carácter divino, al ser capacitado para discernir la excelencia
exaltada de Dios, empiezo a percibir lo que justamente le merece, particularmente la lealtad de mi corazón,
el amor sin reserva de mi alma y la entrega completa de mi ser entero a Él". A.W. Pink

4. Los Frutos Dignos Del Arrepentimiento

El arrepentimiento es una obra interna que siempre se manifiesta en lo exterior. Los frutos dignos del
arrepentimiento muestran la realidad de lo que ha sucedido en el corazón (Mateo 3:8; Lucas 3:8-14).

a) Un hastío continuo del pecado--No un odio por un pecado específico, sino por TODO pecado, y
particularmente la raíz del pecado: "el YO" o el egoísmo (Ezequiel 14:6). El que no odia el
pecado, ama el pecado (Ezequiel 20:43; Salmos 119:104).
b) Una confesión continúa del pecado. "El que encubre sus pecados no prosperará" (Proverbios
28:13). Es la naturaleza innata del pecador el negar y esconder su pecado y aún excusarse por
sus maldades y faltas. Adán y Eva lo hicieron en el principio. Sin embargo cuando el Espíritu
Santo hace su obra divina en el alma, los pecados son manifestados por la luz, y luego son
reconocidos y confesados a Dios. No hay paz ni descanso para el corazón cargado de pecado no
confesado (Salmos 32:3-4; 1Juan 1:9).
c) Un abandono continúo del pecado. El arrepentimiento genuino no se acaba. El arrepentido
seguirá confesando su pecado en lugar de negar su pecado o excusarse, seguirá volviéndose del
pecado a Cristo, seguirá estimando a Cristo sobre todas las cosas (Filipenses 3:8). El
arrepentimiento falso siempre se acaba porque la Escritura dice que el cerdo lavado siempre se
vuelve a revolcar en el cieno (2Pedro 2:22).

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