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¿Qué es la conversión?

10 FEBRERO, 2014 | Gerson Morey

En tiempos donde nos sorprendemos por la rapidez con la que


muchas personas se apartan del Señor, sería bueno considerar
(brevemente) la doctrina bíblica de la conversión. Porque en
muchas ocasiones, las personas se alejan del Señor y de la iglesia,
con una ligereza que sorprende, y esto sucede solo meses,
semanas y días después de haber hecho una confesión de fe.

Quizás sería de provecho, considerar todos los aspectos que deben


tomar lugar en el momento de nuestra conversión y mirar de cerca
los elementos bíblicos de la misma.

La conversión, desde tiempos antiguos era una realidad muy


conocida entre el pueblo de Israel y la noción que esta verdad
comunicaba era básicamente “volverse a Dios”. Hoy en día es
legítimo usar el termino “conversión” en referencia al hecho de
nuestra salvación, pues los escritores del Nuevo Testamento lo
usaron frecuentemente. Son muchos los textos que hacen
referencia a esta verdad (Hechos 15:3, 1 Tesalonicenses 1:9, 2
Corintios 3:16).

Sin embargo la biblia también abunda en pasajes que hacen


referencia a los elementos necesarios e indispensables para la
conversión, entiéndase “fe y arrepentimiento”(Juan 3:16, Hechos
16:31, Romanos 10:9, Efesios 2:9, Lucas 24:46-47, Hechos 2:37-38,
3:19, 5:31, 17:30). En estos textos se destaca la importancia de la
presencia inseparable de la fe y el arrepentimiento para recibir la
salvación.

Cuando el apóstol Pablo se despedía de los ancianos y pastores en


Mileto, les dio una breve reseña de la esencia de su mensaje y dijo:
“testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para
con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”. (Hechos 20:21
RVR60).
Entonces, una verdadera conversión o una conversión bíblica debe
incluir fe y arrepentimiento (o arrepentimiento y fe). 

La conversión de un individuo debe tener en cuenta una conciencia


de pecado (reconocer), una profunda tristeza por haber ofendido a
Dios y un propósito de corazón de abandonar la vida pecaminosa.
Eso es arrepentimiento.

Asimismo, la conversión de un individuo descansa sobre una


confianza en nuestro Señor Jesucristo. Esa confianza otorga la
seguridad de perdón y vida eterna. Eso es fe.

Por lo tanto, podemos concluir que cuando una persona se


arrepiente genuinamente de sus pecados y confía en Jesús para
recibir perdón y vida eterna, tal persona se ha convertido. Menos
que eso, no cumple los requisitos ni se conforma a la enseñanza
bíblica de la conversión.

¿Qué es la conversión?

La conversión es nuestra respuesta (espontánea y voluntaria), al


llamado del Evangelio. En ella nos arrepentimos (sinceramente) de
nuestros pecados y ponemos nuestra confianza (fe) en Cristo para
nuestra salvación.

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