Está en la página 1de 2

La vida en la casa del padre

La iglesia, según la escritura, no es un edificio, una denominación o una actividad; es un grupo de


personas, la iglesia en ese sentido es: el cuerpo local de creyentes que se reúnen para adorar a
Dios y servirse unos a otros.

La iglesia es el medio principal por el cual Dios lleva a cabo su plan en el mundo, así que Dios
espera (e incluso demanda), un compromiso con la iglesia de todo aquel que afirma conocerle.

La iglesia es la morada de Dios, es la misma “casa de Dios”, porque no se refiere en absoluto a un


edificio, excepto en un sentido metafórico y la manera en que nosotros nos relacionamos con Él
depende en buena parte de la manera en que nos relacionamos con su iglesia.

La iglesia es la familia de Dios necesitamos estar en su familia si queremos considerarle a El


nuestro padre. Es la iglesia del Dios viviente así que en todo momento, Él está involucrado
personal y activamente en la operación y las actividades de la iglesia, Dios el padre ha revelado su
amor por la iglesia por medio de su elección soberana de ella antes de la fundación del mundo, el
hijo de Dios también “amo a la iglesia, y se entregó asimismo por ella” y el Espíritu Santo inicia la
iglesia del nuevo testamento en pentecostés por medio de señales y milagros, así que la entera
Deidad esta profunda e íntimamente involucrada en el origen y el funcionamiento de la iglesia.

La iglesia es la columna de la verdad, la verdad de Dios no puede permanecer firme sin la iglesia.

La membresía de la iglesia es muy importante, debemos comprometernos con un grupo local o


visible del pueblo de Dios, la iglesia visible es solo la manifestación externa de la iglesia invisible, la
membresía es esencial para una administración ordenada de la iglesia, no se le debería permitir
unirse a la iglesia a nadie que niega el evangelio, el no estar dispuestos a unirnos a una iglesia local
equivale a decir que no estamos interesados en la responsabilidad ante Dios en nuestras vidas.

Una buena iglesia local exhibe una devoción a la enseñanza de los apóstoles, un enfoque centrado
en Dios, y un interés amante por las necesidades de las personas, debemos asegúranos de que la
iglesia se conforma al fundamento que ha sido puesto por los apóstoles.

Dios también ha instituido posiciones de liderazgo dentro de la iglesia del nuevo testamento, y
está profundamente interesado en que sean reconocidas y mantenidas de la manera que Él ha
prescrito en la escritura, así que tenemos un mandato a obedecer a nuestros pastores, ayudarlos a
tener gozo en su ministerio.

Debemos reconocer las funciones de los hombres y las mujeres, cumplirlas en nuestras propias
vidas, y ayudar a otros a conseguir una mayor conformidad a ellas, el liderazgo sobre toda iglesia
es una función que ha sido diseñada especialmente para los hombres, no creemos que Dios haya
creado a las mujeres inferiores a los hombres, pero simplemente las ha hecho diferentes y deben
realizar sus funciones así en la iglesia para que esta honre a Dios.
Todo cristiano debe entender y practicar una adoración Bíblica, esta práctica no está limitada a las
reuniones públicas, el centro de la verdadera adoración está en Dios, y los participantes responden
a Dios activamente con todo su ser, los elementos de la adoración corporativa incluyen: una
preparación, implica escuchar la palabra de Dios, cantar los unos a los otros y al Señor, observando
las ordenanzas (bautismo y la cena del Señor), ofrendando al Señor y a su iglesia, sirviéndonos los
unos a los otros.

La ignorancia acerca de los dones espirituales en la vida de cualquier creyente es nociva para la
iglesia como un todo y para esa persona, Dios ha dado habilidades a los cristianos para la
edificación de los demás en el cuerpo, y para la evangelización de aquellos que están fuera del
cuerpo.

La importancia de una confrontación afectuosa tal como está delineada en Mateo 18:15-17 es
vital para la vida de la iglesia pero no puede ir más allá del parámetro Bíblico.

Debemos tener en cuenta algunos principios importantes para preservar la unidad de la iglesia:
debemos reconocer la responsabilidad mutua en un conflicto, desarrollar la actitud de Cristo hacia
los demás, y trabajar juntos como un grupo de creyentes para resolver los conflictos, no hay
problema que Dios no pueda solucionar.

Nosotros hoy como cristianos debemos acordarnos de orar por nuestra iglesia como un cuerpo, el
mandamiento incluye las ideas de orar fervientemente, de no abandonar nunca la oración, y de
ser prontos para ponernos a orar, la mayor necesidad es que haya personas que oren
Bíblicamente, incesantemente y poderosamente.

Lo útil: encuentro bastante útil el contenido de este libro pues va muy bien dirigido hacia los
miembros y sus responsabilidades en el cuerpo, en un tiempo donde el sentido de iglesia esta tan
devaluado muy necesario es conocer lo que la Biblia ordena y como Dios en su propósito ha
diseñado toda una vida para la iglesia.

El desacuerdo: Agustín dijo: “nadie puede tener a Dios como su padre sino tiene a la
iglesia como su madre”, aunque me identifico totalmente con la doctrina aquí expuesta
sobre la iglesia y su importancia, quizá solo puede ser algo de términos, pero no me siento
tan cómodo para referirme a la iglesia como “madre” básicamente por dos razones:

 Por la confusión que pudiera traer a aquellos que me escuchan y no tienen un


entendimiento claro de iglesia.
 Porque en los términos descriptivos que usa la escritura para referirse a la iglesia
no encuentro el de “madre”.

Nota: si estoy equivocado en mi percepción, agradecería la corrección.

También podría gustarte