Está en la página 1de 3

LOS NOMBRES DE DIOS

CAPÍTULO III

EL SHADDAI

El capítulo anterior trató el nombre que se traduce como Dios Altísimo y que enfatiza su soberanía sobre
todo lo que existe tanto en el cielo como en la tierra. Él no necesita rendir cuentas a nadie, no comparte
su gloria con nadie, no está limitado por el tiempo. Las naciones y autoridades están bajo Su dominio,
Satanás y sus demonios son meros instrumentos en sus manos y todo lo que Dios hace es conforme a su
carácter. Otro nombre que se le ha dado a Dios y que muestra otra parte de su carácter es El Shaddai.

Este vocablo consta de dos partes. La primera parte El, como hemos señalado, significa fuerte o
poderoso. La segunda parte, Shaddai, no tiene una etimología muy clara. Según algunos estudiosos del
idioma Hebreo, proviene de la raíz shadu, que significa monte o montaña, por tanto el nombre El
Shaddai lleva en sí la idea del fuerte o poderoso que manifiesta su gran poder mediante fenómenos que
tienen que ver con montañas, como la erupción de un volcán o la formación misma de las montañas. En
todo caso, la idea es la de un Dios con poderes ilimitados, por esto justamente, la versión Reina Valera,
traduce El Shaddai como Dios Todopoderoso o Dios Omnipotente.

Según otros estudiosos del idioma Hebreo, la palabra Shaddai viene de la raíz Shad que significa pecho
femenino. Este concepto es sorprendente, porque en nuestra idea de Dios predominan los rasgos
masculinos. La gran mayoría de personas tenemos una idea machista de Dios. Lo llamamos el Padre, y
usamos pronombres y artículos masculinos para referirnos a él. Pero en el nombre El Shaddai
predominan los rasgos femeninos. Es interesante entonces notar que Dios es Padre y Madre a la vez de
acuerdo con esta forma de entender el nombre El Shaddai. En nuestra mente tenemos que hacernos a la
idea de un Dios todo suficiente.

El Shaddai es al ser humano como el pecho de una madre es a su tierno hijo. Un bebé recién nacido
encuentra todo lo que necesita en el pecho de su madre. Un ser humano también encuentra todo lo que
necesita en El Shaddai. El Señor Jesucristo dijo, según el Evangelio de Juan 15:5, lo siguiente “Yo soy la
vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque
separados de mí nada podéis hacer.” Jesucristo nos dice: separados de mi nada podéis hacer, lo mismo
que una madre diría a su tierno bebé: separado de mi pecho nada puedes hacer.
Ud. y yo no hacemos nada separados de Jesucristo, quien por tanto es El Shaddai, el Todo suficiente.
Pensando en Dios como el Shaddai, el pecho, podremos enumerar algunas de sus características:

Él es la fuente de nuestra vida. Él nutre y da poder. Imagine Ud. a un niño que no pueda alimentarse de
su madre. De seguro morirá en poco tiempo. Igual es con nosotros. El Shaddai es nuestra fuente de la
vida. Dios nos nutre y nos da poder. Separados de él estamos condenados a la muerte.

Es interesante notar las circunstancias en medio de las cuales aparece por primera vez este nombre. En
Génesis 17:1 se cuenta que: “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y
le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto”. Como Ud. sabe, Dios había
prometido a Abram una descendencia numerosa, pero Abram tenía ya 99 años y su esposa Sarai tenía 89
años, y el hijo no había venido todavía. En cierto sentido, ellos no podían generar vida por su edad
avanzada. A pesar de esto en el capítulo 17 de Génesis, encontramos que Dios está confirmando su
promesa a Abram y Sarai en el sentido que tendrán un hijo y lo llamarán Isaac. El tiempo transcurrió y
cuando Abram tenía 100 años y Sarai 90, nació su hijo Isaac. Fuera de toda duda, esto fue un milagro
porque quien hizo la promesa la llevó a su feliz término. El Shaddai, aquel que da vida, que nutre y da
poder, produjo vida aun de dos viejos de 100 y 90 años.

El Shaddai es el lugar de máxima seguridad para el ser humano. Así como el tierno niño se encuentra
totalmente seguro en el pecho de su madre, Ud. y yo podemos encontrarnos totalmente seguros en El
Shaddai.

Salmos 91:1-2 dice: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo
a Jehová: esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.” En estas dos citas tenemos cuatro
nombres de Dios. El Elyon, o el Altísimo, El Shaddai, o el Todo suficiente, Jehová o el Yo Soy y Dios o el
Fuerte. Habitar al abrigo del Altísimo es morar bajo la sombra del Todo suficiente. El lugar de máxima
seguridad para cualquier persona.

El Shaddai no sólo nutre, da poder para tener vida, y provee de seguridad absoluta. Él también disciplina
y corrige. Job 5:17 dice: “He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no
menosprecies la corrección del Todopoderoso.” Como creyentes que somos, no debemos menospreciar
la corrección del Todopoderoso o de El Shaddai. Al igual que una madre amorosa disciplinaría a su hijo
para su propio bien. El Shaddai también disciplina a sus hijos para su propio bienestar, por eso el texto
leído dice: Bienaventurado o muy dichoso, o doblemente feliz es el hombre a quien Dios castiga.
El Shaddai nos da crecimiento. Así como los bebés en sus primeros meses de vida dependen totalmente
del alimento que reciben del pecho de su madre, y sin este alimento, no pueden tener crecimiento, lo
mismo acontece con nosotros. Nuestro alimento para crecer espiritualmente proviene de El Shaddai. Sin
este alimento no podemos desarrollar, no podemos llegar a la madurez. 1 Corintios 3:7 nos dice: “Así que
ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento”. Dios es quien da el crecimiento,
por que él es El Todo suficiente.

El Shaddai es la fuente de nuestro gozo y deleite. ¿Ha visto Ud. a los niños tiernos cuando tienen
hambre, frío o cansancio? El llanto es a todo pulmón. Pero tan pronto como se acurrucan al pecho de su
madre, se produce un silencio inmediato. El bebé sonríe, encontró su gozo y su deleite en el lugar más
cálido y tierno para él, el pecho de su madre. Algo parecido pasa con nosotros. A veces la vida nos
depara momentos difíciles, la tristeza se presenta con toda su carga de dolor y tragedia. Las pruebas nos
atacan y nos sentimos intimidados y temerosos. Cuánto consuelo hallamos al refugiarnos en El Shaddai,
porque él es la fuente de nuestro gozo y deleite.

De modo que El Shaddai es un hermoso nombre para Dios. Significa el Todopoderoso o el Todo
suficiente. Como Todopoderoso, nada hay imposible para él. Puede ser que hoy mismo Ud. esté
enfrentando alguna prueba o circunstancia muy difícil. Parece que no hay salida. No se desespere.
Todavía hay una salida, dele una oportunidad al Todopoderoso. Muchas veces ofendemos al
Todopoderoso al esperar tan poco de él. Él no tiene límite en poder. Confiemos en él para cosas grandes.
Recuerde que el tamaño de su Dios está dado por el tamaño de las cosas que Ud. espera de él. ¿De qué
tamaño es su Diosí Como Todo suficiente él es el que nutre y da poder. Si Ud. quiere alimentarse
espiritualmente y consecuentemente manifestar su poder debe tener una comunión íntima con él. En él
podemos estar seguros. El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Él
es quien nos disciplina cuando nos hemos equivocado, no porque quiera dañarnos, sino porque nos ama
y busca lo mejor para nosotros.Él es quien nos permite crecer. La comunión con él por medio de su
palabra y la oración nos hará crecer y madurar en lo espiritual. Dios es quien trae gozo y deleite, algo que
tanta falta nos hace cuando nos asedian los momentos difíciles de la vida.

Por: Ps. David Logacho

También podría gustarte