Está en la página 1de 5

1

PRINCIPIOS DEL JUICIO ORAL

Piero Calderón Bendezú

1. INTRODUCCIÓN

El juicio oral es la etapa más importante del proceso penal, y está se encuentra regida por

diferentes principios, conducentes a un desarrollo pleno y garantista de la actuación de las

pruebas para generar una sólida y precisa convicción del juez sobre los hechos materia de

juzgamiento, condenando o absolviendo justamente, todo esto dentro de la única audiencia del

juicio oral.

En ese sentido, los principios son directrices que, según Oré Guardia, A. (2010, p. 10),

“sustentan y orientan el proceso penal”. Por lo tanto, funcionan como aquellos limitantes y

encauzantes de la potestad punitiva estatal hacia una motivada, transparente y justa resolución

judicial, la cual podrá evitar, principalmente: 1) Condenar al inocente; 2) La imposición de una

pena y reparación civil desproporcional (sea menor o mayor a lo que debería ser); 3) Absolver al

culpable.

No obstante, ciertamente la decisión del juez se encuentra condicionada por la cantidad de

sólidas pruebas actuadas en juicio, las cuales reforzaran la pretensión punitiva o absolutoria;

pero el modo en cómo se actúan generará una notable diferencia, y los principios garantizan una

responsable participación de los sujetos procesales, otorgándoles igualdad de participación para

evitar desequilibrios que puedan afectar el debido desarrollo de esta audiencia.

En tal sentido, se analizará los principales principios que conducen el juicio oral: Principio de

inmediación, principio de contradicción, principio de oralidad, principio de publicidad.

2. PRINCIPIOS DEL JUICIO ORAL

2.1. PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN

Principio que señala que ha de haber una percepción directa del juzgador sobre las

pruebas, y que dicha prueba actuada contenga un estado de verosímil que pueda

sanamente generar convicción en el juez. Asimismo, este principio se encuentra


2

fuertemente vinculado con el de oralidad, en el sentido de que la regla sobre la

actuación probatoria se fundamenta en las expresiones orales de las partes y no en

meras lecturas, las cuales desnaturalizan el juicio oral y agregan un valor

insignificante o nulo a lo actuado, salvo las excepciones, las cuales no se excusan, y

que deben ser consideradas cuidadosamente por los jueces. Por lo tanto, como señala

la Academia de la Magistratura, (2007, p. 33), “el juzgador no podrá utilizar como

pruebas los simples actos o medios que se encuentren por escrito”.

Por otro lado, se exige que la audiencia sea una sola y que se cuente con la

presencia física de los sujetos procesales, sobre el primer punto, el cual se asocia al

principio de concentración, y este a su vez se asocia al de continuidad, este último

indica que la audiencia única debe realizar en la menor cantidad de sesiones posibles

para evitar problemas en el aspecto probatorio y el contacto directo con este, ya que el

fin de estos principios radica en que las pruebas deberán ser expuestas de golpe y de

forma contrastada para alcanzar una efectiva valorización y que se alinee con los fines

de la averiguación de la verdad y la justicia.

2.2. PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN

Sustentado en la igualdad de armas entre el fiscal y la defensa, otorgándoles

herramientas para poder moverse libremente dentro de lo permitido para desvirtuar lo

explicado por el adversario, de ese modo, prevalece el estado dialéctico, donde cada

parte expresa su punto de vista como aquella verdad que el juez deberá considerar al

ser más creíble que la otra. Asimismo, dicho principio es derivación de la

inviolabilidad del derecho de defensa, derecho que subsume un conjunto amplio de

otros derechos indispensables para mantener la transparencia procesal.

Por otra parte, como indica la Academia de la Magistratura (2007, p 35), gracias a

este principio, “el juez puede aceptar una información que ha sido debidamente

procesada y puesta a prueba”, esto sobre la base dialéctica del traslado a la


3

contraparte, este último tendrá la potestad de invalidad o quitarle valor a lo que

intenta sustentar la parte adversaria, comprendiéndose un proceso de depuración

constante a lo largo de la audiencia que aclara los hechos, cuyo producto final hará que

el juez convencido decida motivada y justamente.

Además, este principio, como menciona Caballero García, M. (2012, p. 16), obliga

que “toda prueba que se presente en el proceso debe también ser de conocimiento de

la parte contraria, quien debe gozar de la misma oportunidad procesal de conocerla y

discutirla”. Pudiéndose destacar y garantizar el principio de igualdad procesal,

evitando cualquier tipo de sorpresa dentro de la audiencia, haciendo inefectiva la

contradicción y, en consecuencia, perjudicando una debida convicción por parte del

juzgador.

2.3. PRINCIPIO DE ORALIDAD

Principio que exalta lo humano, el juez podrá observar y apreciar directamente a los

representantes (fiscal y defensor), la comunicación corporal y verbal de estos, los

cuales estarán guiados a persuadir al juzgador de la mejor manera posible y dentro de

sus capacidades comunicativas naturales y únicas.

Sin embargo, es necesario indicar que este principio como tal no se encuentra

regulado constitucionalmente, pero que se sobreentiende que posee tal naturaleza por

su misma relación estrecha para con los demás principios, comprendiéndose como un

principio implícito que garantiza los fines del proceso.

La audiencia se realiza de manera oral, pero queda documentada en acta, por lo

demás, toda intervención será necesariamente expresada y argumentada oralmente.

Del mismo modo, este instrumento principal comunicativo es el mejor mecanismo

para actuar las pruebas y generar convicción en el juzgador.

La única fuente de apoyo del orador es la memoria, claro, cabe la posibilidad de

utilizar algún medido de apoyo que pueda favorecer la evocación y otros que puedan
4

ilustrar de mejor manera lo que intentan decir, todo cuanto se encuentre permitido

por ley y que sea autorizado por el juez previa solicitud.

Además, esta forma de expresión, favorece una mejor valoración de quién miente

de quién no, y también cabe resaltar que las partes deberán estar muy atentos para ir

modificando su estrategia y hacerla lo más efectiva posible, requiere, por lo tanto, una

increíble habilidad de premura asimilación, sobre todo en el interrogatorio

adversarial.

2.4. PRINCIPIO DE PUBLICIDAD

Conducente al control popular del debido proceso y la transparencia procesal,

evitando, por lo tanto, cualquier tipo de manifestación de arbitrariedad, sin embargo,

solo queda como un buen ideal, debido a que este control se encuentra bastante

sesgado, exigiendo la masa ciudadana, por lo tanto, el castigo ante todo,

evidenciándose una cultura de venganza y sumado a la casi ausente cultura jurídica

que hace imposible analizar debidamente lo que sucede en los juzgados, haciendo

imposible cualquier tipo de control, y, “si lo hay”, seria uno totalmente a favor del

presunto agraviado del hecho delictivo.

En ese sentido, no existe ningún control sobre la justicia y que tampoco las

sentencias sean efectos directos del debate entre partes, ni muchos menos se da un

control sobre el poder acusatorio fiscal. Se entiendo, por lo tanto, como un principio

democrático irrealizable debidamente, pero que su vigencia sustenta la naturaleza

política del estado.

3. CONCLUSIÓN

Para finalizar, como se ha ido analizando, los principios que rigen el juicio oral se encuentran

fuertemente entrelazados, y cada uno cumple un función elemental dentro del juicio oral: 1)

Principio de inmediación; percepción directa del juez con la prueba; 2) Principio de

contradicción: discusión dialéctica que aclara los hechos; 3) Principio de oralidad: manifestación
5

persuasiva natural que añade incuestionable gran valor a los anteriores principios; 4) Principio

de publicidad: otorga a la población la facultad de controlar las actuaciones de los sujetos

procesales, tendiente a garantizar la trasparencia del juicio oral. Principios que en suma

garantizan en el juez una sólida convicción que pueda desencadenar en una justa y motivada

sentencia absolutoria o condenatoria.

BIBLIOGRAFÍA:

- Academia de la Magistratura, (2007). “Código Procesal Penal Manuales Operativos”.

Editorial Súper Gráfica EIRL. Lima – Perú.

- Oré Guardia, A. (2010). “Los Principios en el Nuevo Código Procesal Penal”. Alerta

Informativa. Moyobamba – Perú.

- Caballero García, M. (2012). “Los Principios Procesales en el Nuevo Código Procesal

Penal”. Huaura - Perú.

También podría gustarte