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CELERIDAD PROCESAL COMO PRINCIPIO PROBATORIO

La celeridad procesal penal se refiere a la rapidez con la que se desarrolla un proceso


legal en el ámbito penal. Es importante en sistemas legales para garantizar que los
casos se resuelvan de manera oportuna y justa. La celeridad procesal busca evitar
retrasos injustificados, garantizar los derechos de las partes involucradas y promover
una administración eficiente de la justicia. Esto puede incluir plazos establecidos para
presentar pruebas, realizar audiencias y dictar sentencias, entre otros aspectos, con el
objetivo de agilizar el proceso penal. El doctor Canelo Rabanal (2006) nos explica
acerca de la celeridad procesal:

Al respecto, hay que tomar en cuenta que la celeridad procesal, como un ideal que la
administración de justicia; tiene manifestaciones concretas en el proceso, tanto por
parte del Poder Judicial, como por parte del ciudadano, quien muchas veces es quien
contribuye a la lentitud procesal con la interposición dilatoria de Escritos y demandas
que comúnmente se hacen “para ganar tiempo” ante una determinada situación
jurídica. Al respecto, debemos mencionar al doctor Pablo Sánchez Velarde: “la
celeridad procesal aparece como un principio dirigido a la actividad procesal, sea del
órgano jurisdiccional como del órgano fiscal, a fin de que las diligencias judiciales se
realicen con la prontitud debida, dejando de lado cualquier posibilidad que implique
demora en el desarrollo y continuidad del procedimiento. Desde la perspectiva del
justiciable o de las partes en general, puede invocarse el mismo principio aun cuando
es posible su exigencia a título de derecho, del derecho a un proceso sin dilaciones
indebidas” (p. 4)

La celeridad procesal busca que los procedimientos legales se lleven a cabo de


manera rápida y eficiente, evitando retrasos injustificados causados por acciones
dilatorias. Es fundamental tanto para el Poder Judicial como para los ciudadanos, ya
que garantiza un proceso justo y oportuno. El derecho a un proceso sin dilaciones
indebidas es un aspecto esencial en este contexto.

Principio de contradicción:

En el derecho penal peruano, el principio de contradicción es fundamental. Este


principio establece que todas las partes involucradas en un proceso penal tienen el
derecho y la oportunidad de presentar sus argumentos, pruebas y alegatos de manera
equitativa. La contradicción permite que tanto la defensa como la acusación tengan la
posibilidad de refutar y cuestionar las afirmaciones y pruebas presentadas por la otra
parte, asegurando así un proceso justo y transparente. Quiroz Santaya nos habla
acerca del principio de contradicción nos menciona que:
Se construye sobre la base de aceptar a las partes del proceso penal, acusadora y
acusada, la posibilidad efectiva de comparecer o acceder a la jurisdicción a fin de
poder hacer valer sus respectivas pretensiones, mediante la introducción de los
hechos que las fundamentan y su correspondiente práctica de pruebas, así como
cuando se le reconoce al acusado su derecho a ser oído con carácter previo a la
condena (párra. 18)

Este principio se deriva del derecho a la defensa y al debido proceso, garantizados en


la Constitución peruana y en tratados internacionales de derechos humanos. La
contradicción contribuye a que las decisiones judiciales sean fundamentadas en un
debate pleno y en la búsqueda de la verdad, lo que es esencial para la justicia en el
ámbito penal.

El doctor Neyra Flores (2010) nos indica que:

El principio de contradicción guía básicamente todo el desarrollo del juicio oral, pero
esencialmente la actividad probatoria, pues otorga la posibilidad a los sujetos
procesales de realizar sus planteamientos, aportar pruebas, discutirlas, debatirlas,
realizar las argumentaciones iniciales, finales y realizar opiniones ante cuestiones
incidentales, etc (p. 335)

El autor nos resalta que el principio de contradicción es fundamental en el desarrollo


del juicio oral y en la actividad probatoria dentro del sistema legal. Este principio
permite que las partes involucradas en el proceso judicial tengan la oportunidad de
presentar sus argumentos, aportar pruebas, debatirlas y expresar sus opiniones sobre
cuestiones incidentales. Neyra Flores (2010) también nos dice que:

La aplicación del principio de contradicción en el juicio oral, da mucha claridad al


juzgador al apreciar el debate entre ambas partes, el Fiscal como acusador público
formula su acusación frente al acusado y su abogado defensor. Pero el fiscal, como
representante del Ministerio Público, tiene la titularidad de la acción penal y por ende,
la carga de la prueba o la carga de probar pero en sentido material. Ya que ambas son
necesidades del imperio de la propia ley. En cambio el imputado, tiene un derecho de
defensa tanto de manera material y subjetiva, que lo realiza por medio de su defensor,
ya que el imputado tiene el derecho subjetivo que le da la necesidad de probar su
situación jurídica (p. 339)

Esto garantiza un proceso justo y equitativo, donde todas las partes tienen la
posibilidad de ser escuchadas y de refutar las afirmaciones y pruebas presentadas por
la otra parte. En última instancia, el principio de contradicción contribuye a la búsqueda
de la verdad y a la toma de decisiones judiciales basadas en argumentos sólidos y
pruebas verificables.

En el art 356 de nuestro Código Procesal Penal nos dice: que el juicio tiene
como base la acusación y estas se guiaran de las garantías procesales que se
contemplan en la Constitución y en los Tratados de Derecho Internacional de
Derechos Humanos, la cual considera que la contradicción es una de ellas, esta
consistirá en que el control de la actividad procesal sea mutuo considerando ahí
la contradicción que se dará en los argumentos a presentarse dependiendo el
caso dando a conocer la figura del debate que se realizara entre las partes a lo
largo del juicio oral.

PRINCIPIO DE INMEDIACION:

En el derecho penal peruano, el principio de inmediación es un pilar fundamental del


sistema de justicia. Este principio establece que el juez que preside el juicio penal
debe estar presente de manera directa y constante en todas las etapas del proceso
penal, desde la investigación inicial hasta la sentencia final. Neyra Flores (2010) por
otro lado nos habla de otro principio:

El principio de inmediación consiste básicamente en la exigencia de la existencia de


una relación directa entre el acusado y su juzgador, pues la información oral, como
corporal, que pueden trasmitir ambas personas será de primera mano (sin
intermediarios). Logrando a la vez la presencia directa del sujeto procesado, por el
cual el juzgador va tener la certeza de calificar y examinar si el procesado transpira o
se ruboriza ante las preguntas formuladas, su grado de cultura, su rapidez mental, etc.
Es decir, el juzgador apreciara a quien juzga y el procesado apreciará quién lo juzga y
como lo juzga (p. 328)

El principio de inmediación en el derecho penal peruano garantiza que el juez tenga


contacto directo con la evidencia, los testigos y las partes involucradas en el juicio. El
juez tiene la responsabilidad de escuchar los testimonios, evaluar las pruebas y
observar el comportamiento de las partes en el tribunal de primera mano. Esto le
permite al juez tomar decisiones basadas en su propia apreciación de los hechos y la
credibilidad de los testigos, contribuyendo así a un proceso justo y transparente. Neyra
Flores (2010) nos recalca así mismo que:

La inmediación, por tanto, permite que el juzgador pueda apreciar la información de


primera mano o de alta calidad, ya que esta es directa. Es por este motivo que la fase
de la instrucción es solo una fase preparatoria, debido a la ausencia de este principio,
pues generalmente todos los actos son escritos, no podemos decir absolutamente
porque nuestro nuevo código establece que será necesario que se realice
determinadas audiencias cuando sea necesario discutir alguna circunstancia que
implique afectar un derecho fundamental en el caso que el fiscal lo requiera o que el
imputado solicite tutela ante alguna afectación, pero esta inmediación que el juez
tenga con las pruebas es solo para efectos de pronunciarse sobre la acusación o el
sobreseimiento pero no para efectos de dictar una sentencia, excepto la prueba
anticipada y la prueba preconstituida (p. 329)

La inmediación en el derecho penal peruano es un elemento esencial para asegurar el


respeto de los derechos fundamentales de las personas acusadas y para mantener la
integridad del proceso penal. Este principio se deriva de las garantías de un juicio justo
y del debido proceso, que están consagradas tanto en la Constitución peruana como
en tratados internacionales de derechos humanos.

PRINCIPIO DE PRESUNCION DE INOCENCIA

El principio de presunción de inocencia es fundamental en el derecho penal peruano,


como en muchos otros sistemas jurídicos. En Perú, este principio establece que toda
persona acusada de cometer un delito se presume inocente hasta que se demuestre
su culpabilidad más allá de toda duda razonable durante el proceso judicial. El Doctor
Valderrama Macera (2021) nos indica esto:

Una vez establecido el in dubio pro reo como garantía del proceso, corresponde
analizar cómo se manifiesta en el derecho probatorio, dado que el proceso penal gira
en torno a demostrar que el procesado no es inocente, lo que implica que sea
insuficiente que se pruebe la existencia del delito, sino también debe demostrarse la
vinculación del encausado con el delito, tal como lo señala la Corte Suprema en el
considerando cuarto del RN [515-2016-Lima] (párraf. 17)

La presunción de inocencia en el derecho penal peruano es un mecanismo


fundamental para garantizar un juicio justo y proteger los derechos individuales de los
acusados. Se busca evitar condenas injustas y asegurar que solo las personas
culpables sean condenadas en base a pruebas sólidas y concluyentes. Valderrama
Macera (2021) nos habla también que:

Lo que se colige con la función investigadora y acusadora del Ministerio Público como
entidad que ostenta la carga de la prueba sobre la comisión de hechos delictivos
desvirtuando el in dubio pro reo. Por tanto, este principio en su manifestación de regla
probatoria constituye un pilar del razonamiento probatorio como una valla a superar si
se pretende demostrar la responsabilidad penal del investigado debe acreditarse
«beyond any reasonable doubt» más allá de toda duda razonable (parraf. 20)

Este principio implica que la carga de la prueba recae en la acusación, es decir, en el


Ministerio Público o la parte acusadora, quienes deben presentar pruebas suficientes y
convincentes para demostrar la culpabilidad del acusado. El acusado, por su parte, no
tiene la obligación de probar su inocencia, sino que se le otorga el derecho de
defenderse y cuestionar las pruebas presentadas en su contra.

Este principio lo encontramos en nuestro código procesal penal, en su título


preliminar art II, donde claramente se establece que toda persona será
considerada inocente hasta que se demuestre lo contrario, tras la carga
probatoria que se encuentre en su contra, para que así se determine si tiene
responsabilidad penal, y se dicte una sentencia al respecto

Principio de Legitimidad de la Prueba

El principio de legitimidad de la prueba en el derecho penal peruano establece que las


pruebas presentadas durante un proceso judicial deben ser obtenidas de manera lícita
y en cumplimiento de los derechos fundamentales de las personas involucradas. Este
principio es esencial para garantizar la integridad del proceso penal y proteger los
derechos de los acusados. Vicuña Miñano (2012) se centra en la legitimidad de la
prueba:

“ARTÍCULO VIII. Legitimidad de la prueba. - 1. Todo medio de prueba será


valorado sólo si ha sido obtenido e incorporado al proceso por un
procedimiento constitucionalmente legítimo.2. Carecen de efecto legal las
pruebas obtenidas, directa o indirectamente, con violación del contenido
esencial de los derechos fundamentales de la persona. 3. La inobservancia de
cualquier regla de garantía constitucional establecida a favor del procesado no
podrá hacerse valer en su perjuicio (p. 12)

En Perú, al igual que en otros sistemas legales, las pruebas ilícitas u obtenidas de
manera inconstitucional no son admisibles en un juicio. Esto significa que cualquier
evidencia obtenida mediante tortura, coerción, violación de la privacidad o cualquier
otra violación de los derechos humanos no pueden ser utilizadas en el proceso penal.
Vicuña Miñano (2012) resalta la importancia
Este Principio importantísimo y de suma trascendencia, establece que tanto la policía
como el Ministerio Público en su labor de investigación, no pueden obtener los medios
probatorios mediante actos ilícitos, violando por tanto las garantías del debido proceso
como señala el Art. 159 inc. 4 y 166 de la Constitución. Las pruebas así obtenidas, no
pueden ser utilizadas en forma alguna dentro de un proceso, y deben ser
consideradas como no realizadas. Lo resaltante es que este principio pone coto a
cualquier abuso de derecho, por parte de la autoridad, para obtener material
probatorio, que no sea respetando la integridad material de la persona, ya se
inutilizando la prueba ilícita, o la prueba prohibida, esta última llamada prohibiciones
de valoración probatoria, en el derecho inglés como exclusionary rule (reglas de
exclusión), supression doctrine (doctrina de la supresión) (p. 13-14)

El principio de legitimidad de la prueba busca asegurar que el proceso judicial se base


en pruebas confiables y legales, y que se respeten los derechos fundamentales de
todos los involucrados, incluyendo el derecho a un juicio justo y el derecho a la
presunción de inocencia. Esto es fundamental para mantener la confianza en el
sistema de justicia penal y garantizar que las sentencias se basen en pruebas válidas
y legítimas.

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