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CAP. II
CAP. III
CAP. V
CAP. VI
CAP. VII
CAP. VIII
CAP. IX
Sumario: 1. Generalidades. 1.1. El denominado derecho de contradicción
administrativa. 1.1.1. ¿Verdadera garantía para el administrado? 1.1.2. El CAP. X
problema del cobro de las tasas en los recursos administrativos. 1.1.3. Las
garantías otorgadas para la procedencia de recursos administrativos. 1.1.4. CAP. XI
¿Es entonces una garantía para la Administración? 1.1.5. Mayores y mejores
excepciones al agotamiento de la vía administrativa. 1.2. Los actos adminis-
CAP. XII
trativos impugnables. 1.3. Supuestos en los que no cabe impugnación alguna
contra los actos administrativos. 1.3.1. Actos heterocompositivos. 2. Los recur-
CAP. XIII
sos administrativos. 2.1. Términos aplicables a los recursos administrativos.
2.2. Requisitos del recurso administrativo. 2.3. El Recurso de reconsideración.
CAP. XIV
2.3.1. Finalidad del recurso de reconsideración. 2.4. El recurso jerárquico o
de apelación. 2.4.1. Las relaciones de jerarquía. 2.4.2. El caso particular de
la resolución de controversias en los procesos de selección. 2.5. Recurso de CAP. XV
revisión. 2.5.1. Los recursos de revisión regulados por leyes especiales. 3. Los
efectos del recurso administrativo. 3.1. La suspensión de los efectos del acto CAP. XVI
impugnado. 3.2. Efectos directos de la resolución que resuelve el recurso. 3.3.
Existencia de nulidad del acto impugnado. 3.4. Los actos que agotan la vía CAP. XVII
administrativa. 3.5. Las resoluciones inimpugnables. 3.5.1. El caso particular del
Jurado Nacional de Elecciones. 3.5.2. Materia electoral y materia administrativa. CAP. XVIII
CAP. XIX
CAP. XX
El recurso administrativo es un acto del particular en el cual se formula un pe- CAP. XXII
dido de modificación o sustitución de un acto administrativo a la entidad que
lo emitió. Los recursos administrativos son, en consecuencia, mecanismos de CAP. XXIII
revisión de actos administrativos a pedido de parte. En tal sentido, los recursos CAP. XXIV
configuran propiamente un procedimiento administrativo denominado proce-
dimiento recursal, destinado a reformar un acto administrativo, generando la CAP. XXV
nueva revisión del mismo por parte de la propia Administración Pública. Ello CAP. XXVI
implica la principal diferencia existente entre los recursos administrativos y el
proceso contencioso administrativo, que es más bien un proceso judicial, y que CAP. XXVII
CAP. XIX
CAP. I
Según lo señalado por algún sector de la doctrina extranjera y gran parte de
la legislación comparada, los recursos administrativos procederían contra dis-
CAP. II posiciones o resoluciones administrativas con carácter general. Sin embargo,
CAP. III
dada la especial definición que existe en nuestra legislación sobre el acto ad-
ministrativo, en el sistema peruano no es posible establecer dicha afirmación.
CAP. IV
CAP. XXII
1.1.1. ¿Verdadera garantía para el administrado?
CAP. XXIII En primer lugar, la posibilidad de emplear los recursos administrativos es una
garantía de alcance limitado. Ello ocurre en particular porque los recursos se
CAP. XXIV
interponen ante la propia administración y son resueltas por la misma, razón
CAP. XXV por la cual el ente administrativo se convierte a la vez en juez y parte1608. Si bien
es cierto existen mecanismos técnicos que pretenden asegurar una decisión
CAP. XXVI
imparcial de la Administración dicha decisión no resulta estar debidamente
CAP. XXVII garantizada, puesto que quienes resuelven se encuentran sometidos, en la
CAP. XXVIII
CAP. XIX
1606 Artículo 206º inciso 206.1 de la Ley N.º 27444.
1607 Morón Urbina, Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General, cit., p. 444.
1608 García de Enterría/Fernández, Curso de derecho administrativo, cit., T. I, p. 511.
mayoría de los casos, a jerarquía funcional1609. Esto genera que en la mayoría CAP. I
de los casos el recurso administrativo no resulte efectivamente una institución
protectora de los derechos de los administrados y que los recursos no se re- CAP. II
suelvan a su favor, aun cuando dichos administrados tengan la razón. CAP. III
En los casos en los cuales los recursos son resueltos por entes distintos a CAP. IV
la entidad que emitió el acto impugnado —como en el caso de los tribunales
administrativos— la situación no es muy distinta. Los tribunales administrati- CAP. V
facultad de inaplicar normas con rango de ley —cuando estas se oponen a la CAP. VIII
Constitución— corresponde únicamente a los jueces; no obstante los cues-
tionables pronunciamientos del Tribunal Constitucional a los que haremos CAP. IX
Por otro lado, la obligación de agotar la vía administrativa, cuando esta se CAP. XI
encuentra regulada, resulta ser una carga para el administrado, más que un
privilegio en su favor, máxime si se establece como un requisito para acceder al CAP. XII
de contradicción administrativa o no, que resulta ser la posición de gran parte CAP. XV
de la doctrina administrativa moderna. La necesidad de interponer un recurso
administrativo supone para el particular, en la práctica, una demora en la posi- CAP. XVI
bilidad de acceder al proceso contencioso administrativa1612, máxime si, como CAP. XVII
lo hemos señalado, en la mayoría de los casos los recursos no resuelven de
manera definitiva la pretensión del particular. CAP. XVIII
manera plausible en las facultades contraloras del Poder Judicial, por lo cual CAP. XXII
proscriben incluso las atribuciones de control de constitucionalidad normativa
—en especial el control difuso— propias de los sistemas latinoamericanos, CAP. XXIII
1609 Santamaría Pastor, Principios de derecho administrativo, cit., p. 601. CAP. XXVII
CAP. I
de heterocomposición, que explicita la llamada actividad cuasijurisdiccional
de la Administración Pública, la misma que gozaría de facultades incluso de
CAP. II aplicar control difuso, como resultado de una muy discutible sentencia del
CAP. III
Tribunal Constitucional. Acerca de dicha actividad tendremos oportunidad de
tratar con detalle más adelante cuando hagamos referencia al procedimiento
CAP. IV
administrativo trilateral.
CAP. V
1.1.2. El problema del cobro de las tasas en los recursos administrativos
CAP. VI
La Administración Pública puede establecer derechos de tramitación en los
CAP. VII
procedimientos administrativos, cuando su tramitación implique para la entidad
CAP. VIII la prestación de un servicio específico e individualizable a favor del adminis-
trado o en función del costo derivado de las actividades dirigidas a analizar
CAP. IX
lo solicitado; salvo en los casos en que existan tributos destinados a financiar
CAP. X directamente las actividades de la entidad. Ello incluiría, en principio, el cobro
de la respectiva tasa por la tramitación de recursos administrativos.
CAP. XI
Es evidente sin embargo que es necesario establecer ciertas condiciones
CAP. XII
para que proceda el cobro de derechos de tramitación por parte de la entidad,
CAP. XIII considerando que, en principio, los costos de funcionamiento de la Adminis-
tración Pública deben ser cubiertos por el sistema impositivo1613, a fin de evitar
CAP. XIV
comportamientos arbitrarios de la misma.
CAP. XV En primer término, que la entidad esté facultada para exigirlo, facultad que debe
CAP. XVI
estar expresamente señalada en una norma con rango de ley. Si es que dicha
facultad no se encuentra debidamente determinada, debe entenderse que la
CAP. XVII entidad financia la tramitación de los procedimientos a través de la asignación
CAP. XVIII
presupuestaria respectiva. Existían algunas normas con rango de ley que au-
torizan el cobro de derechos por la presentación de recursos1614, pero ello no
CAP. XIX
ocurría en todos los casos.
CAP. XX Asimismo, que el derecho a cobrar se encuentre consignado en el Texto Único
CAP. XXI
de Procedimientos Administrativos vigente. Si es que el TUPA de la entidad no
señala monto de los derechos, deberá entenderse que el servicio es gratuito,
CAP. XXII puesto que la entidad no tendría mecanismo alguno para hacer efectivo el cobro
CAP. XXIII
en cuestión. En general, los TUPA de las diversas entidades públicas consignan
la existencia de derechos para la interposición de recursos administrativos.
CAP. XXIV
Finalmente, la norma señala que el monto del derecho de tramitación se debe
CAP. XXV determinar en función del costo del mismo, es decir, en función al importe que
CAP. XXVI
su ejecución genera para la entidad por el servicio prestado durante toda su
tramitación y, en su caso, por el costo real de producción de documentos que
CAP. XXVII
Ahora bien, y como lo hemos señalado en el capítulo XVI del presente traba- CAP. III
jo, el Tribunal Constitucional ha señalado como precedente que todo cobro CAP. IV
que se haya establecido al interior de un procedimiento administrativo, como
condición o requisito previo a la impugnación de un acto de la propia adminis- CAP. V
posibilidades de defensa del administrado y menos aún condicionamientos para CAP. XIII
que tales prerrogativas puedan ser ejercitadas en la práctica1616, en aplicación
directa del derecho al debido proceso en sede administrativa. Ello tiene una CAP. XIV
En segundo lugar, el Tribunal señala que el establecimiento del pago de un CAP. XVIII
derecho para impugnar una decisión de la administración es atentatorio del
principio constitucional de interdicción de la arbitrariedad en el ejercicio del CAP. XIX
poder público y, además, desde una perspectiva más general, estimula com- CAP. XX
portamientos contrarios al espíritu que debe inspirar una práctica administrativa
democrática1617; puesto que limita la posibilidad de realizar actos de control CAP. XXI
dicha vía como una garantía y no como una limitación precisamente al derecho CAP. XXVII
CAP. XXVIII
1615 STC N.º 3741-2004-AA/TC, antes citada, fundamento 50.-B.
1616 Fundamento N.º 21.
CAP. XIX
1617 Fundamento N.º 28.
1618 Fundamento N.º 34.
CAP. I
a la jurisdicción, que es la consideración empleada actualmente por la doctrina
como lo hemos referido ampliamente líneas arriba.
CAP. II
CAP. III
1.1.3. Las garantías otorgadas para la procedencia de recursos administra-
tivos
CAP. IV
Finalmente, el precedente que hemos estado describiendo debería ser aplicable
CAP. V
también a la obligación, consignada en algunas normas legales, de otorgar una
CAP. VI garantía patrimonial como un requisito para la procedencia de los recursos
administrativos. El caso más interesante de lo que venimos señalando es el
CAP. VII
de la garantía por interposición del recurso de apelación ante el Tribunal de
CAP. VIII Contrataciones del Estado, que equivale a una suma que no podrá exceder al
0.25% del valor referencial del proceso de selección materia de impugnación,
CAP. IX
garantía que es evidentemente ejecutada en el supuesto en que el recurso sea
CAP. X rechazado por el Tribunal1619. Debería entenderse entonces que dicha disposi-
ción ha sido dejada sin efecto por el Tribunal Constitucional.
CAP. XI
CAP. XXVI 1619 Artículo 54º del Decreto Supremo N.º 083-2004-PCM, antes citado.
1620 Santamaría Pastor, Principios de derecho administrativo, cit., p. 601.
CAP. XXVII 1621 De Asís Roig, Agustín, “Los recursos administrativos de reposición y alzada”, en Do-
cumentación Administrativa, N.º 254-255, Ministerio para la Administraciones Públicas/
CAP. XXVIII
Instituto Nacional de Administración Pública, Madrid, 1999, p. 267.
CAP. XIX
1622 Morón Urbina, Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General, cit., p.
444.
1623 De Asís Roig, “Los recursos administrativos de reposición y alzada”, cit., pp. 270-271.
cia funcional, lo que genera, como hemos indicado anteriormente, que en la CAP. III
mayoría de los casos las resoluciones se confirmen, aun cuando vulneren el
CAP. IV
interés público; sin contar la gran cantidad de recursos administrativos que no
se resuelven en el plazo previsto y respecto de los cuales es necesario aplicar CAP. V
el silencio administrativo, positivo o negativo dependiendo del caso.
CAP. VI
posee mayores elementos de juicios que el Poder Judicial para resolver deter-
CAP. XI
minadas controversias. Caso contrario la carga procesal resultaría inmanejable,
no solo para el Poder Judicial sino también para el Ministerio Público. CAP. XII
Pero, por otro lado, es necesario establecer mayores excepciones al agotamien- CAP. XVIII
to de la vía administrativa que las consignadas en el Texto Único Ordenado
de la Ley N.º 27584, de manera similar a las excepciones consignadas en el CAP. XIX
solución, que no sea la última en la vía administrativa, es ejecutada antes de CAP. XXV
vencerse el plazo para que quede consentida. En estos casos se cumpliría
con la aplicación del principio de ejecutoriedad del acto administrativo, con lo CAP. XXVI
cual la ejecución del acto administrativo no se interrumpe con la presentación CAP. XXVII
del recurso ni con la demanda contencioso administrativa1624, con lo cual esta
CAP. XXVIII
CAP. XIX
1624 Texto Único Ordenado de la Ley N.º 27584:
Artículo 25.- Efecto de la Admisión de la demanda
CAP. I
causal no sería pertinente. Sin embargo, como bien hemos señalado antes, el
procedimiento de ejecución coactiva se suspende con los recursos pertinentes
CAP. II o con la demanda contencioso administrativa por mandato de la norma sobre
CAP. III
la materia, con lo cual el principio de ejecutoriedad del acto administrativo en
la actualidad se encuentra muy discutido1625.
CAP. IV
Asimismo, el Código Procesal Constitucional establece como excepción al
CAP. V agotamiento de la vía previa el que la agresión pudiera convertirse en irre-
CAP. VI
parable; la misma que es enteramente pertinente en el proceso contencioso
administrativo dada la subsidiaridad del proceso de amparo. Si el particular
CAP. VII tuviese que esperar el agotamiento de la vía su interés podría verse seriamente
CAP. VIII
perjudicado. La norma que regula el proceso contencioso administrativo no se
pronuncia sobre ello, lo cual es evidentemente una omisión. Si bien en materia
CAP. IX pensionaria se ha incorporado una tímida constatación de esta causal, ello no
CAP. X
resulta ser suficiente, puestos que existen otras situaciones en las cuales la
tramitación del procedimiento en todas sus instancias podría generar un grave
CAP. XI
daño a los intereses del administrado.
CAP. XII Además, el Código establece que constituye una excepción al agotamiento de
CAP. XIII
la vía previa que la misma no se encuentre regulada. En este caso, es evidente
que dicha vía no existe, siendo de aplicación el principio de favorecimiento del
CAP. XIV proceso, consignado en el artículo 2º de la Ley, por el cual el Juez no podrá
CAP. XV
rechazar liminarmente la demanda en aquellos casos en los que por falta de
precisión del marco legal exista incertidumbre respecto del agotamiento de la vía
CAP. XVI previa, configurándose como un verdadero in dubio pro actione. Similar situación
CAP. XVII
se presenta si la vía previa ha sido iniciada innecesariamente por el afectado,
hecho que no debería perjudicar su derecho a la tutela jurisdiccional efectiva.
CAP. XVIII
Finalmente, el Código Procesal Constitucional establece como excepción al
CAP. XIX agotamiento de la vía administrativa que no se resuelva la misma en los plazos
CAP. XX
fijados para su resolución, Aquí nos encontramos ante supuestos en los cuales
resulta de aplicación el silencio administrativo —sea positivo o negativo—, pu-
CAP. XXI diendo el administrado incluso presentar la demanda contencioso administrativa
CAP. XXII
por omisión, dada la inactividad formal de la Administración.
posibilidad de impugnación a los actos resolutivos, que son en buena cuenta CAP. I
los establecidos en el artículo 186º de la Ley.
CAP. II
En segundo lugar, se establece la posibilidad de impugnar las resoluciones que
impidan la continuación del proceso, para evitar la inexistencia del acto admi- CAP. III
nistrativo por detención del procedimiento. En tercer lugar, la norma explicita CAP. IV
indefensión sin determinar la existencia de otros perjuicios al administrado, como
CAP. V
ocurre en otras legislaciones. De hecho, la indicación de ambos supuestos no
resulta de manera alguna redundante, sino más bien necesaria para corregir CAP. VI
la situación generada por un acto de trámite que haría ineficaz la resolución CAP. VII
final en el proceso1627.
CAP. VIII
Las limitaciones derivadas de previsión legal antes señalada tienen por finalidad
la de evitar la congestión generada por el exceso de recursos administrativos CAP. IX
interpuestos contra aquellos actos que no generan efecto alguno respecto CAP. X
al administrado. Asimismo, corresponde al administrado determinar cuándo
los actos de trámite impedirían continuar el procedimiento —que implica una CAP. XI
determinación objetiva— o producirían indefensión, definición que resulta ser CAP. XII
más bien subjetiva. Sin embargo, finalmente corresponderá la autoridad admi-
CAP. XIII
nistrativa hacer la calificación pertinente.
CAP. XIV
Ahora bien, la contradicción a los restantes actos de trámite deberá alegarse
por los interesados para su consideración en el acto que ponga fin al proce- CAP. XV
CAP. XVIII
1.3. Supuestos en los que no cabe impugnación alguna contra los
actos administrativos CAP. XIX
que hayan quedado firmes, ni la de los confirmatorios de actos consentidos CAP. XXI
por no haber sido recurridos en tiempo y forma1628. Ello dado que dichos actos
son, en realidad, idénticos a otros anteriores que no fueron recurridos dentro CAP. XXII
Ahora bien, la identidad de actos a la que venimos refiriéndonos requiere ade- CAP. XXIV
más que exista igualdad procesal entre los actos iniciales y los posteriores, es
CAP. XXV
decir, que el procedimiento administrativo que les dio lugar sea el mismo. Ello
evidentemente evitaría que no pueda impugnarse actos similares, pero cuyo CAP. XXVI
supuesto de hecho es distinto.
CAP. XXVII
CAP. XXVIII
CAP. XIX
1627 De Asís Roig, “Los recursos administrativos de reposición y alzada”, cit., pp. 289-290.
1628 Artículo 206º inciso 206.3 de la Ley N.º 27444.
CAP. I
1.3.1. Actos heterocompositivos
CAP. VIII
2. LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS
CAP. IX En aparente numerus clausus, la Ley señala que existen tres recursos admi-
CAP. X
nistrativos1629:
a) Recurso de reconsideración
CAP. XI
b) Recurso de apelación
CAP. XII
c) Recurso de revisión
CAP. XIII
Es necesario señalar a este nivel, que el antes denominado recurso de queja
CAP. XIV no resulta ser un recurso administrativo —contrariamente a lo señalado por
algún sector de la doctrina comparada1630—, sino más bien un mecanismo de
CAP. XV
corrección (un remedio procesal) de deficiencias funcionales en el procedimien-
CAP. XVI to. Asimismo, el pedido de nulidad —basado en las causales de invalidez del
acto administrativo— es más bien un argumento de defensa propio del ejercicio
CAP. XVII
de la facultad de contradicción del administrado y no un recurso administrativo
CAP. XVIII en sí mismo1631.
CAP. XIX La consulta, por otro lado, institución que se da en circunstancias excepcio-
nales, resulta ser más bien un mecanismo de control activado por la propia
CAP. XX
autoridad que emitió el acto por mandato de la Ley. Un ejemplo de consulta
CAP. XXI se da cuando, durante la tramitación de un procedimiento administrativo, la
autoridad adquiere conocimiento que se está tramitando en sede jurisdiccional
CAP. XXII
una cuestión litigiosa entre dos administrados sobre determinadas relaciones
CAP. XXIII de derecho privado que precisen ser esclarecidas previamente al pronuncia-
miento administrativo. La resolución inhibitoria que se genere en este caso es
CAP. XXIV
elevada al superior jerárquico, si lo hay, aun cuando no medie apelación1632.
CAP. XXV
Finalmente —y contrariamente a lo que señala parte de la doctrina adminis-
CAP. XXVI trativa comparada— el proceso contencioso administrativo tampoco es un
CAP. XXVII
recurso administrativo, dado que más bien es un proceso judicial y se ventila CAP. I
directamente ante el Órgano Jurisdiccional, no obstante su naturaleza eminen-
temente impugnatoria. CAP. II
Leyes especiales, sin embargo, pueden incrementar o reducir la lista cerrada de CAP. III
recursos a la que estamos haciendo referencia. Por ejemplo, la Ley de Contra- CAP. IV
taciones del Estado refiere la posibilidad de utilización únicamente del recurso
de apelación, sin considerar la existencia de forma alguna de reconsideración CAP. V
o revisión. Como veremos más adelante, esto ha sufrido una importante evo- CAP. VI
lución, que ha llevado a la desaparición del recurso de revisión en el contexto
del proceso de contratación administrativa y a una discutible regulación del CAP. VII
Asimismo, existen normas como el Código Tributario que hacen referencia más CAP. IX
bien a recursos administrativos adicionales. De hecho, la reclamación tributaria
es en realidad un recurso administrativo, puesto que es empleada como un CAP. X
recursos administrativos no puede ser ampliada por vía reglamentaria. CAP. XIII
El término para la interposición de los recursos es de quince (15) días peren- CAP. XV
torios, y deberán resolverse en el plazo de treinta (30) días, salvo disposición CAP. XVI
distinta de la ley1633. Ahora bien, transcurrido el plazo sin que la Administración
se pronuncie, el administrado podrá dar por aprobado el recurso, al amparo del CAP. XVII
Asimismo, una vez vencidos los plazos para interponer los recursos administra- CAP. XX
tivos el particular perderá el derecho a articularlos, quedando firme el acto1635. CAP. XXI
Ello impide que él pueda iniciar incluso el proceso contencioso administrativo
contra la resolución que ha quedado firme, caso contrario sería posible violar CAP. XXII
fácilmente el concepto de vía administrativa obligatoria que existe en la regu- CAP. XXIII
lación de nuestro proceso contencioso administrativo.
CAP. XXIV
El escrito del recurso deberá señalar el acto del que se recurre y cumplirá los CAP. XXVI
demás requisitos previstos en el artículo 113º de la Ley, aplicable a todo es-
CAP. XXVII
CAP. XXVIII
CAP. I
crito que se presente ante las autoridades administrativas. Adicionalmente, el
recurso debe ser autorizado por letrado1636.
CAP. II
Gran parte de la doctrina entiende que para poder ejercitar recursos válida-
CAP. III mente se requiere adicionalmente la indicación expresa de cuál es la resolu-
ción que se impugna y los fundamentos de hecho y derecho que sustentan la
CAP. IV
contradicción del acto. Respecto a lo primero, es preciso indicar que a través
CAP. V del empleo del principio de informalismo debería ser posible subsanar dicha
CAP. VI
deficiencia, pues sería relativamente sencillo determinar cuál es la resolución
que se pretende impugnar. En cuanto a lo segundo, sin embargo, encontramos
CAP. VII difícil la tramitación de un recurso que carezca de fundamentos que sustenten
CAP. VIII
la impugnación del acto en cuestión.
Asimismo, los recursos administrativos se ejercitarán por una sola vez en
CAP. IX
cada procedimiento administrativo y nunca simultáneamente1637. Ello pretende
CAP. X evitar que los procedimientos administrativos se prolonguen indebidamente o
se conviertan en mecanismos complejos, de mínima utilidad para la entidad y
CAP. XI
para el administrado.
CAP. XII
Finalmente, el error en la calificación del recurso por parte del recurrente no será
CAP. XIII obstáculo para su tramitación siempre que del escrito se deduzca su verdadero
carácter1638. Ello es resultado directo de la aplicación de principios como el de
CAP. XIV
impulso de oficio o de informalismo, a favor de los intereses del administrado.
CAP. XV
CAP. XVI
2.3. El Recurso de reconsideración
El recurso de reconsideración —también conocido como recurso de reposición
CAP. XVII
por algunos sectores de la doctrina comparada— se interpondrá ante el mismo
CAP. XVIII órgano que dictó el primer acto que es materia de la impugnación y deberá
sustentarse en nueva prueba1639. La norma legal derogada prescribía que debía
CAP. XIX
adjuntarse nueva prueba instrumental, siendo la actual prevención más amplia
CAP. XX en este sentido y evidentemente más garantista. Con la emisión de la Ley N.º
CAP. XXI
27444 es posible ofrecer pruebas diferentes a las meramente instrumentales,
como una nueva pericia, la declaración de testigos o una inspección a realizarse
CAP. XXII por la autoridad administrativa.
CAP. XXIII Ahora bien, en los casos de actos administrativos emitidos por órganos que
constituyen única instancia es obvio que no se requiere ofrecer nueva prueba,
CAP. XXIV
dado que resultaría imposible intentar el recurso de apelación en dicho caso y
CAP. XXV se afectaría de manera directa el derecho del recurrente así como la finalidad
del procedimiento recursal.
CAP. XXVI
CAP. XXVII
CAP. XXVIII
1636 Artículo 211º de la Ley N.º 27444.
CAP. XIX
1637 Artículo 214º de la Ley N.º 27444.
1638 Artículo 213º de la Ley N.º 27444.
1639 Artículo 208º de la Ley N.º 27444.
sideración es resuelto por la misma autoridad que emitió la resolución que se CAP. III
impugna, nos lleva a dudar que el recurso de reconsideración sea realmente
CAP. IV
un recurso administrativo configurado como medio impugnatorio. Por ello la
doctrina lo denomina también recurso impropio. CAP. V
CAP. VII
El recurso de reconsideración tiene por finalidad controlar las decisiones de la
Administración en términos de verdad material y ante la posibilidad de la gene- CAP. VIII
ración de nuevos hechos. La Administración, en consecuencia, debe resolver
CAP. IX
analizando nuevos elementos de juicio. Por ello es la misma autoridad que
emitió el acto la que conoce el recurso de reconsideración y la presentación CAP. X
superior1640. El recurso de reconsideración, sin embargo, resulta ser en la prác- CAP. XIII
tica una garantía solo aparente, puesto que es poco probable que la autoridad
CAP. XIV
administrativa enmiende su error de manera directa, aun ante la existencia de
nueva prueba, dado su comportamiento como juez y parte. De hecho, la expe- CAP. XV
riencia peruana y comparada demuestra que son muy pocos los casos en los
CAP. XVI
cuales el recurso de reconsideración se resuelve a favor del administrado, aun
cuando este posea un derecho susceptible de ser tutelado. Como resultado, CAP. XVII
su operatividad como mecanismo de control administrativo o como garantía a
CAP. XVIII
favor del administrado es meramente virtual.
Es por todo lo anteriormente señalado que el recurso que venimos describiendo CAP. XIX
—si se le puede considerar tal— es opcional. Sin embargo, es el único en el cual CAP. XX
puede presentarse nueva prueba —que implica nueva discusión de hechos—,
situación que generaría indefensión y abona a la consideración existente en CAP. XXI
la doctrina moderna (que compartimos ampliamente) de que los recursos ad- CAP. XXII
ministrativos son en realidad garantías limitadas a favor de los administrados.
CAP. XXIII
Sin embargo, y como lo hemos señalado al tratar respecto al abandono en el
capítulo respectivo, el recurso de reconsideración tiene sentido en el supuesto CAP. XXIV
en el cual efectivamente al administrado le haga falta un requisito para obtener CAP. XXV
el resultado requerido del procedimiento administrativo, dado que la ausencia
del mismo ha generado que la solicitud haya sido declarada infundada. Pero, CAP. XXVI
para ello, es preciso eliminar el abandono como medio de terminación del CAP. XXVII
procedimiento administrativo.
CAP. XXVIII
CAP. XIX
1640 Morón Urbina, Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General, cit., p.
455.
CAP. XXVII
En consecuencia, no cabe recurso de apelación alguno cuando no existe su-
perior jerárquico del órgano que emitió la resolución a impugnarse. Ahora bien,
CAP. XXVIII en el caso de los Gobiernos Locales se daba una situación curiosa derivada de
CAP. XIX
recurso jerárquico contra las resoluciones emitidas por las municipalidades dis- CAP. III
tritales, pudiendo aquellas a su vez ser impugnadas ante el Tribunal Fiscal, de
CAP. IV
conformidad con el artículo 96º de la derogada Ley Orgánica de Municipalidades.
Sin embargo, la actual Ley Orgánica de Municipalidades, recientemente emi- CAP. V
como lo ha señalado correctamente el Tribunal Fiscal, que dicha previsión ya no CAP. VIII
existe y que las apelaciones en materia tributaria respecto de municipalidades
distritales deben tramitarse ante el Tribunal Fiscal1642. CAP. IX
CAP. X
2.4.2. El caso particular de la resolución de controversias en los procesos de
selección CAP. XI
CAP. XII
Otro ejemplo interesante es de la resolución de controversias en el contexto
del proceso de contratación administrativa, fundamentalmente en la segunda CAP. XIII
etapa del mismo, que es la que corresponde al Proceso de Selección. En este
CAP. XIV
caso se ha dado una evolución que se inició con la existencia de dos recursos,
de apelación y revisión, aplicables a todos los supuestos, en donde el recurso CAP. XV
de apelación era resuelto por el titular de la entidad y el de revisión por el Tri-
CAP. XVI
bunal de Contrataciones y Adquisiciones del Estado. Seguidamente, el recurso
de revisión fue limitado a un conjunto de supuestos específicos, existiendo CAP. XVII
de las controversias en procesos de selección son resueltas por el titular de la CAP. XXIII
entidad, mientras que una cantidad mucho menor, por razón de la cuantía, son
resueltos por el Tribunal de Contrataciones del Estado, que es su denominación CAP. XXIV
actual1644. Dicho diseño había sido muy discutido, puesto que no brinda una CAP. XXV
real imparcialidad al momento de resolver la controversia, dado que el titular
de la entidad está interesado en el resultado del procedimiento. CAP. XXVI
CAP. XXVII
1642 Sobre el particular: Guzmán Napurí, Christian, “Los recursos administrativos”, en Nor-
CAP. XXVIII
mas Legales, N.º 326, Trujillo, 2003, p. 71.
1643 Artículo 54º del Decreto Supremo N.º 083-2004-PCM, Texto Único Ordenado de la Ley N.º CAP. XIX
26850, actualmente derogado.
1644 Artículo 53º del Decreto Legislativo N.º 1017.
CAP. I
Finalmente, la reforma al Decreto Legislativo N.º 1017, efectuada a través de
la Ley N.º 29873, modificó esta regulación, estableciendo que el recurso de
CAP. II apelación es conocido y resuelto por el Tribunal de Contrataciones del Esta-
CAP. III
do, cuando se trate de procesos de selección de adjudicación directa pública,
licitaciones públicas y concursos públicos, incluidos los procesos de menor
CAP. IV
cuantía cuando deriven de procesos declarados desiertos. En los procesos de
CAP. V menor cuantía y en las adjudicaciones directas selectivas, corresponde dicha
competencia al Titular de la Entidad. Si bien esta regulación es más apropia-
CAP. VI
da, sigue asignando competencia sobre determinados procesos de selección
CAP. VII al titular de la entidad, lo cual afecta la imparcialidad de la toma de decisión,
perjudicando no solo al administrado, sino también al interés general.
CAP. VIII
CAP. XIX
del Texto Único Ordenado de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del CAP. VII
Estado, actualmente derogado, el cual establecía que lo resuelto en el recurso
CAP. VIII
de apelación en el caso de controversias suscitadas durante el proceso de
selección puede ser materia de recurso de revisión presentado ante el Tribu- CAP. IX
nal de Contrataciones y Adquisiciones del Estado en los casos de Licitaciones
CAP. X
Públicas y Concursos Públicos, haya o no resolución expresa; y en los casos
de adjudicaciones directas y de menor cuantía, únicamente cuando se genere CAP. XI
denegatoria ficta. Hoy en día sin embargo solo existe el recurso de apelación,
CAP. XII
el mismo que es resuelto por el titular de la entidad o por el Tribunal de Con-
trataciones, como ya lo hemos señalado. CAP. XIII
la Ley que hayan sido aplicadas por el Jefe de la Oficina Nacional de Procesos CAP. XVI
Electorales pueden ser impugnadas ante el Jurado Nacional de Elecciones,
CAP. XVII
en el plazo de cinco días hábiles desde el día siguiente de su notificación. En
este caso es evidente que nos encontramos ante un recurso de revisión y no CAP. XVIII
ante un recurso de apelación, puesto que no existe relación jerárquica entre
CAP. XIX
la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones. La norma señala finalmente que
contra lo resuelto por el Jurado Nacional de Elecciones no procede recurso CAP. XX
alguno, con lo cual debe entenderse por agotada la vía administrativa para la
CAP. XXI
eventual interposición de la demanda contencioso administrativa.
Otro ejemplo más se encuentra consagrado en el Texto Único Ordenado de CAP. XXII
la Ley General de Minería, en el cual se establece la existencia del recurso de CAP. XXIII
revisión, el cual es resuelto en última instancia por el Consejo de Minería1647,
CAP. XXIV
1646 Morón Urbina, Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General, cit., pp. CAP. XXV
461-462.
1647 Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería: CAP. XXVI
Artículo 95º.- El Consejo de Minería se compone de cinco vocales, quienes ejercerán
el cargo por el plazo de cinco años, y durante el cual serán inamovibles, siempre que no CAP. XXVII
CAP. I
conforme lo dispuesto por el artículo 94º del citado instrumento legal. A su
vez, el artículo 154º de la referida norma establece que contra los autos —que
CAP. II resuelven cuestiones de procedimiento y que no ponen fin a la instancia— pro-
CAP. III
cede recurso de apelación y/o revisión, según el caso, los que se tramitarán
en un cuaderno aparte. Asimismo, contra las resoluciones jefaturales procede
CAP. IV
recurso de apelación, siendo que contra las resoluciones directorales podrá
CAP. V interponerse el recurso de revisión que venimos describiendo. Evidentemente,
lo resuelto por el Consejo de Minería agota la vía administrativa.
CAP. VI
CAP. XIII
3.1. La suspensión de los efectos del acto impugnado1648
CAP. XIV
La interposición de cualquier recurso, excepto los casos en que una norma legal
establezca lo contrario, no suspenderá la ejecución del acto impugnado. Ello
CAP. XV es coherente con lo dispuesto por la propia Ley en materia de ejecutoriedad
CAP. XVI
del acto administrativo, en consecuencia, las decisiones de la Administración
se ejecutan, en principio, no obstante que el administrado se oponga a ellas.
CAP. XVII
Ahora bien, un ejemplo de norma que establezca lo contrario, como una
CAP. XVIII excepción al principio de ejecutoriedad lo podemos encontrar en la Ley de
CAP. XIX
Contrataciones del Estado, en la cual se establece que la interposición de un
recurso de apelación en contra del otorgamiento de una buena pro, por ejem-
CAP. XX plo, suspende el proceso de contratación. La razón estriba en el propio interés
CAP. XXI
general, puesto que podría celebrarse un contrato administrativo basado en un
acto administrativo inválido, el mismo que también sería nulo.
CAP. XXII
Un ejemplo adicional a las excepciones del principio de ejecutoriedad en el
CAP. XXIII ámbito de recursos administrativos lo encontramos en la propia Ley, en cuanto
a la impugnación de la resolución gravosa respecto del administrado durante la
CAP. XXIV
tramitación de un procedimiento administrativo sancionador. Cuando la resolu-
CAP. XXV ción se impugna, sus efectos se suspenden hasta que la misma quede firme.
CAP. XXVI Por otro lado, la autoridad a quien competa resolver el recurso podrá suspender
de oficio o a petición de parte la ejecución del acto recurrido cuando concurra
CAP. XXVII
alguna de las siguientes circunstancias:
CAP. XXVIII
CAP. XIX
Excepcionalmente podrá nombrarse vocales suplentes.
1648 Artículo 216º de la Ley N.º 27444.
das que sean necesarias para asegurar la protección del interés público o los
CAP. XI
derechos de terceros y la eficacia de la resolución impugnada.
CAP. XII
Finalmente, la suspensión se mantendrá durante el trámite del recurso admi-
nistrativo o el correspondiente proceso contencioso-administrativo, salvo que CAP. XIII
la autoridad administrativa o judicial disponga lo contrario si se modifican las
CAP. XIV
condiciones bajo las cuales se decidió la misma. Es necesario señalar que en
el proceso contencioso administrativo resultan especialmente procedentes CAP. XV
las medidas cautelares innovativas y de no innovar, las mismas que pueden
CAP. XVI
implicar la suspensión del acto administrativo respecto del cual se inició dicho
proceso judicial. CAP. XVII
CAP. XVIII
3.2. Efectos directos de la resolución que resuelve el recurso
CAP. XIX
La resolución del recurso estimará en todo o en parte o desestimará las preten-
siones formuladas en el mismo, o declarará la inadmisión del citado recurso, CAP. XX
CAP. XXVIII
CAP. XIX
1649 Sobre el particular: De La Serna Bilbao, “Las medidas cautelares”, cit., p. 190.
1650 Artículo 217º, inciso 217.1. de la Ley N.º 27444.
d) El acto que declara de oficio la nulidad o revoca otros actos adminis- CAP. VI
trativos, en los casos a que se refieren los artículos 202º y 203º de la
CAP. VII
Ley, los mismos que definen la nulidad de oficio y la revocación de
actos administrativos. Dicha previsión pretende facilitar el ejercicio CAP. VIII
de la impugnación judicial al administrado en el caso de que se den
CAP. IX
supuestos de nulidad de oficio o de revocación, los cuales se gene-
ran en circunstancias especiales y pueden resultar inmediatamente CAP. X
vulneratorias de los intereses del particular.
CAP. XI
e) Los actos administrativos de los Tribunales o Consejos Administra-
tivos regidos por leyes especiales, como por ejemplo los emitidos CAP. XII
expedidas por entidades públicas y que no admiten impugnación judicial: las CAP. XXIII
emitidas por el Consejo Nacional de la Magistratura, en cuanto a la evaluación
y ratificación de magistrados, y las emitidas en materia electoral por el Jurado CAP. XXIV
En este último caso, sin embargo, es justo señalar que este último organismo
CAP. XXVI
cuando resuelve en materia electoral en realidad está impartiendo justicia
electoral1653, razón por la cual sus decisiones serían, en este contexto, deci- CAP. XXVII
CAP. XXVIII
CAP. I
siones jurisdiccionales y no administrativas. Ello, sin perjuicio de determinadas
circunstancias en las cuales dicho organismos se pronuncia emitiendo deci-
CAP. II siones administrativas, las mismas que son susceptibles de ser impugnadas a
CAP. III
través del proceso contencioso administrativo, como podrían ser por ejemplo
las declaraciones de vacancia de las autoridades municipales y regionales.
CAP. IV
Sin embargo, y en el caso particular de las resoluciones del primero de los
CAP. V organismos nombrados, el Tribunal Constitucional ha resuelto en reiteradas
CAP. VI
oportunidades que el citado ente puede revisar las resoluciones del Consejo
Nacional de la Magistratura cuando se haya generado una afectación a derechos
CAP. VII fundamentales de la persona, no obstante que en recientes sentencias se ha
CAP. VIII
pronunciado declarando infundadas las demandas de amparo en cuestión1654.
En este orden de ideas, el Tribunal Constitucional ha considerado que la limita-
CAP. IX
ción contenida en el artículo 142º de la Constitución no puede entenderse como
CAP. X exención de inmunidad frente al ejercicio de una competencia ejercida de modo
inconstitucional, pues ello supondría tanto como que se proclamase que en el
CAP. XI
Estado Constitucional de Derecho, la Constitución Suprema puede ser rebasada o
CAP. XII afectada y que contra ello no exista control jurídico alguno que pueda intentarse. El
CAP. XIII
Tribunal ha señalado que la Constitución es la norma suprema del ordenamiento
jurídico-estatal y, como tal, la validez de todos los actos y normas expedidos por
CAP. XIV los poderes públicos depende de su conformidad con ella.
CAP. XV
3.5.1. El caso particular del Jurado Nacional de Elecciones
CAP. XVI
Finalmente, y al amparo de similares consideraciones, el Tribunal Constitucio-
CAP. XVII nal ha considerado también la posibilidad de revisar decisiones emitidas por
CAP. XVIII
El Tribunal señala entonces que, aun cuando de los artículos 142º y 181º de la CAP. IX
Constitución1656, se desprende que en materia electoral no cabe revisión judicial
de las resoluciones emitidas por el Jurado Nacional de Elecciones, y que tal CAP. X
organismo representa la última instancia en tal asunto, dicho criterio solo puede CAP. XI
considerarse como válido en tanto y en cuanto se trate de funciones ejercidas
de manera compatible con el cuadro de valores materiales reconocido por la CAP. XII
Las resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones en materia electoral son de- CAP. XX
cisiones jurisdiccionales, no administrativas, razón por la cual no cabe contra las CAP. XXI
mismas el proceso contencioso administrativo, pero si el proceso de amparo1657,
CAP. XXII
CAP. XXIII
1655 Recurso extraordinario interpuesto por don Juan Genaro Espino Espino contra la resolu-
ción de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica, de fojas 247, su fecha 16 de CAP. XXIV
junio de 2003, que declara improcedente la acción de amparo de autos. Expediente N.º
2366-2003-AA/TC, STC de fecha 6 de abril de 2004. CAP. XXV
1656 Constitución de 1993:
Artículo 181º.- El Pleno del Jurado Nacional de Elecciones aprecia los hechos con criterio CAP. XXVI
de conciencia. Resuelve con arreglo a ley y a los principios generales de derecho. En ma-
terias electorales, de referéndum o de otro tipo de consultas populares, sus resoluciones CAP. XXVII
son dictadas en instancia final, definitiva, y no son revisables. Contra ellas no procede
CAP. XXVIII
recurso alguno.
1657 Sobre el particular: Salcedo Cuadros, Carlo Magno, “¿Qué es materia electoral? A CAP. XIX
propósito del control jurisdiccional de las resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones”,
en Actualidad Jurídica, N.º 143, Lima, 2005, pp. 146 y ss.
CAP. I
por las mismas razones por las que cabe dicho proceso constitucional contra
resoluciones emanadas de un proceso judicial que no es regular, en aplicación
CAP. II a contrario del artículo 200º de la Constitución, como ya se ha señalado.
CAP. III Ello, sin perjuicio de determinadas circunstancias en las cuales dicho organismo
se pronuncia emitiendo decisiones administrativas, las mismas que son sus-
CAP. IV
ceptibles de ser impugnadas a través del proceso contencioso administrativo,
CAP. V como podrían ser por ejemplo las declaraciones de vacancia de las autoridades
CAP. VI
municipales y regionales o la revisión de las sanciones aplicadas a los partidos
políticos por parte de la ONPE1658. Si bien en este último caso se señala que
CAP. VII contra lo resuelto por el Jurado Nacional de Elecciones no cabe recurso alguno,
CAP. VIII
debe entenderse que ese recurso es administrativo, no jurisdiccional.
Es por ello que se considera que el Jurado Nacional de Elecciones constituye
CAP. IX
lo que se denomina un tribunal mixto, es decir, un organismo que se comporta
CAP. X como tribunal jurisdiccional o como tribunal administrativo dependiendo de la
materia que se encuentre resolviendo. El problema estriba precisamente en el
CAP. XI
hecho que no existe norma alguna en el ordenamiento jurídico peruano que de-
CAP. XII fina con suficiente claridad que debe considerarse materia electoral para definir
CAP. XIII
la competencia del Jurado Nacional de Elecciones en cada caso. Sin embargo,
se considera como materia electoral aquello que ocurra en el contexto de un
CAP. XIV proceso electoral, con la definición del mismo que se encuentra contenida en
CAP. XV
la Ley Orgánica de Elecciones.
Ya el Tribunal Constitucional, en el célebre caso Castillo Chirinos1659, se ha pro-
CAP. XVI
nunciado respecto de la facultad del citado organismo de revisar las decisiones
CAP. XVII del Jurado Nacional de Elecciones, sin pronunciarse respecto de la naturaleza
administrativa o jurisdiccional de antes citado pronunciamiento. El Tribunal ha
CAP. XVIII
desperdiciado acá una muy buena oportunidad para aclarar cuando nos en-
CAP. XIX contramos ante materia electoral y cuando no en el contexto de la actuación
CAP. XX
del Jurado Nacional de Elecciones.
Finalmente, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional el artículo único
CAP. XXI
de la Ley N.º 28642, modificatoria del artículo 5º, numeral 8), de la Ley N.º
CAP. XXII 28237, Código Procesal Constitucional, el cual se deja sin efecto, por impedir
el ejercicio y la defensa de los derechos fundamentales en el ámbito del Jura-
CAP. XXIII
do Nacional de Elecciones y vulnerar el artículo 200.2º de la Constitución1660.
CAP. XXIV Dicha norma establecía que era improcedente el proceso de amparo contra
las resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones en materias electorales,
CAP. XXV
de referéndum o de otro tipo de consultas populares, bajo responsabilidad. Sin
CAP. XXVI embargo, en esta sentencia el Tribunal tampoco efectuó una clara distinción
CAP. XXVII
entre lo que debíamos considerar materia electoral.
CAP. XXVIII
CAP. XIX
1658 Artículo 36º, párrafo final, de la Ley de Partidos Políticos.
1659 STC. N.º 2730-2006-PA/TC, de fecha 21 de julio de 2006.
1660 STC. N.º 00007-2007-PI/TC, de fecha 19 de junio de 2007.