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CAP. X
CAP. XI
CAP. XII
CAP. XIII
del plazo para el eventual silencio administrativo que corresponda, en caso de falta de
pronunciamiento de la Administración y cuando nos encontramos ante procedimientos
iniciados a pedido de parte.
La atribución inmediata de potestades, obligaciones y deberes a favor de la
Administración; así como de derechos, obligaciones y deberes respecto al
administrado, como lo hemos señalado anteriormente. En estos casos se genera lo que
la doctrina denomina relación de especial sujeción entre los administrados y el
funcionario encarga- do de la tramitación del procedimiento que implica el
sometimiento del administrado a la decisión del funcionario —sin perjuicio de la
posibilidad de impugnarla— pero a la vez la posibilidad que tiene del administrado de
participar de manera intensa en la tramitación del procedimiento.
Prioridad en la atención
La iniciación del procedimiento administrativo genera la prioridad en la atención a
favor del Administrado, es decir, que este sea atendido en el orden que corresponda
de acuerdo a la iniciación del procedimiento en cuestión. Como lo hemos indicado en
capítulos precedentes, dicha prioridad es un derecho del administrado.
Ello implica, además, en los supuestos en los que ello corresponda, que la iniciación del
procedimiento confiere prioridad en la obtención de los derechos que se pretendenCAP. XX
en
la solicitud presentada. Ello ocurre por ejemplo en los procedimientos de obtención de
CAP. XXI
licencias o de derechos de explotación, así como en el caso de los procedimientos
registrales, sean industriales, mineros, mercantiles o de propiedad. CAP. XXII
Y es que, los expedientes administrativos deben ser tramitados en el orden enCAP. queXXIIIlos
mismos ingresan a la entidad. Ello no implica que dichos expedientes deban ser no
CAP. XXIV
necesariamente resueltos en dicho orden, dadas las diferentes materias de las que
pueden tratar los mismos, con el evidente límite temporal establecido por laCAP. Ley.XXV
Si
bien es cierto, la Ley se refiere de manera directa al servicio público, debemosCAP.incluir
XXVI
Interrupción de la prescripción
Cuando existen plazos de prescripción o caducidad, como por ejemplo CAP. enI los
procedimientos sancionadores, la iniciación del procedimiento administrativo
CAP. II
interrumpe los mismos, lo cual obviamente puede ocurrir en los procedimientos de
oficio o en los iniciados a pedido de parte. Si el procedimiento administrativo concluye
CAP. III
sin que exista pronunciamiento sobre la pretensión —sea este expreso o ficto— CAP. debe
IV
entenderse que el transcurso del plazo de prescripción se reinicia desde donde CAP. V
se
hubiese suspendido. En el caso de los procedimientos sancionadores, esta previsión
CAP. VI
proviene de la reforma resultante del Decreto Legislativo N.º 1029, como veremos en
el último capítulo de este trabajo. CAP. VII
CAP. VIII
por otro lado, a través del escrito el administrado participa en el resto CAP. XII
del
procedimiento antes señalado, y participa además en el procedimiento de oficio.
CAP. XIII
Mediante el escrito el administrado protege debidamente sus derechos.
En general, y de manera similar a la regulación existente respecto a los CAP. escritos
XIV
judiciales, la norma administrativa debe establecer un régimen de los escritos CAP. XVque
propiamente dichas, a las que referiremos más adelante. Finalmente, los actos CAP. IV de
terminación, los mismos que ponen fin al procedimiento, como por ejemplo CAP. V
el
desistimiento.
CAP. VI
Y es que, el administrado está facultado para realizar toda actuación administrativa
que no le sea expresamente prohibida por algún dispositivo jurídico. En específico,
CAP. VII se
entiende que dicha prohibición deberá estar contenida en una norma de rango CAP.legal,
VIII
administrativo. Dado que esta previsión legal restringe derechos, debe interpretarse
CAP. XII
a
su vez de manera restrictiva, entendiéndose que los derechos de los otros
CAP. XIII
administrados o los deberes a los que estarán obligados los mismos deben estar
determinados por la ley. CAP. XIV
CAP. XV
La dirección del lugar donde se desea recibir las notificaciones del procedimiento,
CAP. I
cuando sea diferente al domicilio real señalado entre los datos identificatorios. Este
CAP. II
señalamiento de domicilio surte sus efectos desde su indicación y es presumido
subsistente, mientras no sea comunicado expresamente su cambio, con carácter CAP. III de
domicilio legal. Ello implica además que las notificaciones realizadas a dicho domicilio
CAP. IV
CAP. VII
CAP. VIII
CAP. IX
CAP. X
Único de Procedimientos Administrativos (TUPA) e incluso, aquellos que el
administrado tenga por conveniente incluir para un mejor ejercicio de su derecho de
defensa. Esta indicación sirve además como una garantía a favor del administrado, a
fin que el mismo tenga constancia de la recepción de los anexos.
Es necesario señalar que, si se trata de procedimientos ya iniciados, debe consignarse
la identificación del expediente de la materia. Se entiende además que, en el caso de
escritos que no inician el procedimiento, es posible no tomar en consideración ciertos
requisitos, por no resultar aplicables, en especial los elementos o datos
identificatorios, que basta que se encuentren en el escrito de iniciación del
procedimiento. Finalmente, los recursos administrativos implican ciertos requisitos
adicionales, de forma y fondo, a los cuales nos referimos más adelante, como podría
ser la autorización de letrado, la misma que no es necesaria en los demás escritos que
se presentan en el procedimiento administrativo.
CAP. I
Ahora bien, el cargo de todo escrito tiene el mismo valor legal que el original, previsión
CAP. XXVIII
que no se encontraba contenida en la norma procesal derogada. En primer término, el
CAP. II CAP. XIX
cargo sirve para acreditar la presentación y existencia del original en poder de la
CAP. III Administración, así como de los anexos que recaudaron el escrito, para lo cual el
CAP. IV servidor que recibió el original deberá verificar dichos anexos.
En segundo lugar, y en el caso de los escritos iniciales, prueba el goce del derecho o
CAP. V
atribución una vez obtenida la resolución favorable por parte de la entidad o una vez
CAP. VI
transcurrido el plazo para la obtención de consecuencias favorables como resultado de
CAP. VII la aplicación del silencio administrativo positivo. Finalmente, y en el caso de
CAP. VIII
procedimientos de aprobación automática, el cargo de recepción prueba la obtención
de dicha aprobación y permite el ejercicio inmediato del derecho.
CAP. IX
CAP. XVII
CAP. XVIII
prioridad de atención del expediente y, cuando corresponda, que se interrumpan los
plazos que podían estar corriendo a favor de la Administración u otros administrados,
sean de prescripción o de otra índole. Sin recepción documental, entonces, el escrito
no produce los efectos para el cual ha sido destinado por parte del administrado.
En este orden de ideas, cada entidad debe poseer una unidad general de recepción
CAP. XX documental, trámite documentado —o documentario— o mesa de partes, salvo
CAP. XXI
cuando la entidad brinde servicios en varios inmuebles ubicados en zonas distintas, en
cuyo caso corresponde abrir en cada local registros auxiliares al principal, al cual
CAP. XXII
reportan todo registro que realicen. Este esquema, sin embargo, tiene sus desventajas.
CAP. XXIII La más importante de ellas radica en el hecho de que, ante una institución pública
CAP. XXIV grande y diversificada, la mesa de partes única puede tardar en ubicar el expediente al
CAP. XXV
que corresponda el escrito y luego en enviar el mismo a la autoridad respectiva. Como
bien lo hemos señalado, la entidad pública más eficiente es aquella que posee
CAP. XXVI
estructuras horizontales, de líneas de mando cortas y que a la vez posea un limitado
CAP. XXVII número de órganos de línea. En este escenario, las dificultades de la mesa única se
CAP. XXVIII reducen sustancialmente.
CAP. XIX
Las unidades están a cargo de llevar un registro del ingreso de los escritos que
CAP. I
sean
presentados y la salida de aquellos documentos emitidos por la entidad dirigidos a
CAP. II
otros órganos o administrados. Para el efecto, expiden el cargo, practican los asientos
respectivos respetando su orden de ingreso o salida, indicando su número de CAP.ingreso,
III
además que los escritos sucesivos que van dirigidos a un expediente determinado
CAP. IX
puedan incorporarse a este. Ello hace posible además que a través de dichas unidades
CAP. X
los administrados realicen todas las gestiones pertinentes a sus procedimientos y
obtengan la información que requieran con dicha finalidad, de acuerdo a laCAP. Ley.
XI Lo
recepción. Esta previsión no resulta ser novedad, puesto que se encontraba señalada
CAP. V
en la norma derogada, el Decreto Supremo N.º 02-94-JUS y en las normas sobre
CAP. VI
simplificación administrativa. Sin embargo, en las citadas normas la regulación era
especialmente escueta, a diferencia de lo que ocurre en la norma vigente. Por otro
CAP. VII
lado, la previsión antes indicada no tuvo gran acogida, por el temor a las imprecisiones
CAP. VIII
CAP. X
CAP. XI
CAP. XII
CAP. XIII
La Ley establece que el administrado debe exhibir al momento de su despacho el
escrito en sobre abierto y verificar que el agente postal imprima su sello fechador
tanto en su escrito como en el sobre que lo contiene. En caso de duda respecto a la
fecha de entrega, debe estarse a la fecha del sello estampado en el escrito, y, en su
defecto, a la fecha de recepción por la entidad.
Ahora bien, la modalidad que venimos describiendo no cabe para la presentación de
recursos administrativos ni en procedimientos trilaterales, ello dado la especial
naturaleza de ambas instituciones, en los cuales los plazos tienen particular relevancia
y donde la duda respecto a la fecha de recepción puede generar múltiples
complicaciones.
Finalmente, para los efectos del vencimiento de plazos, y a fin de cautelar los derechos
CAP. XXI
de los administrados, se presume que los escritos y comunicaciones presentados a
CAP. XXII
través del correo certificado, de los órganos desconcentrados y de las autoridades del
Ministerio del Interior, han ingresado en la entidad destinataria en la fecha y CAP.
hora XXIIIen
que fueron entregados a cualquiera de las dependencias señaladas. La Ley noCAP.señala XXIV
que ocurre en caso de duda respecto a la fecha de ingreso del escrito, a diferencia de
CAP. XXV
lo señalado en el derecho comparado, que se remite a la fecha señalada en el escrito.
CAP. XXVI
En este punto, el Decreto Legislativo N.º 1029 efectúa un agregado, estableciendo que
CAP. XXVII
del interés de los particulares. Lo que ocurre es que los administrados, en principio,
CAP. IV no
pueden emplear mecanismos de mercado para ser atendidos por las entidades, CAP. V
es
decir, no gozan de la posibilidad de elegir entre varias posibilidades. La competencia en
el mercado, que es la que obliga a los actores privados —y algunas entidades CAP. VI
públicas
— a ser eficientes no puede emplearse como mecanismo que propenda a la eficienciaCAP. VII
de los usuarios en las unidades de recepción documental. Ello permite reducir CAP. XV el
CAP. XXV
CAP. XXVI
CAP. XXVII
través de las cuales pueda obtenerse información confiable. Ello también tiene por
finalidad permitirle al administrado una mayor rapidez para la realización de sus
trámites, con el consiguiente ahorro de tiempo, dinero y esfuerzo al entregarle
información adecuada y útil.
Estacionalidad de la demanda
Debe estudiarse la estacionalidad de la demanda de sus servicios y dictarse las
medidas preventivas para evitarla, lo cual implica determinar en qué momentos del día
o en qué días del año aumenta la demanda de un servicio determinado a fin de
establecer mecanismos para contrarrestar los posibles inconvenientes que ello pueda
generar. Un ejemplo de ello es la presentación de declaraciones en determinadas
épocas del año o el pago de impuestos. Las citadas situaciones generan la necesidad de
establecer mecanismos de rotación de personal, e incluso, generando esquemas de
contratación temporal del mismo mediante contratos sujetos a modalidad, regulados
por la Ley de Productividad y Competitividad Laboral.
Mecanismos de autoservicio
La Ley prevé la instalación de mecanismos de autoservicio que permita a los usuarios
suministrar directamente su información, tendiendo al empleo de niveles avanzados
de digitalización. Ello les permitirá además obtener en forma directa la información
que necesitan, en especial si la misma se encuentra informatizada. El mecanismo más
común en la gestión pública comparada es el uso de terminales de uso público en las
oficinas de las entidades. A ello hay que agregar el hecho de que prácticamente todas
las instituciones públicas poseen sitios en Internet, las mismas que sirven para hace
pública la información estatal, en el ámbito de necesidades de transparencia y acceso a
la información.
CAP. VII
CAP. VIII
CAP. IX
CAP. X
cumplen con varios de los objetivos estratégicos de las políticas nacionales en materia
de simplificación administrativa a las cuales hemos aludido ampliamente.
máximo de dos días hábiles. Esta prescripción legal proviene en realidad de laCAP. normaXXI
legal derogada, en su artículo 64º. No obstante, la actual norma establece una
CAP. XXII
regulación más adecuada.
CAP. I
Ahora bien, la Ley establece con claridad que dichas observaciones se CAP. danXXIIIen
supuestos en los cuales los incumplimientos de requisitos no pueden ser corregidosCAP. XXIVsin
CAP. II
la participación del administrado, lo cual es un límite a la facultad de la Administración
CAP. XXV
CAP. III de establecer dichas observaciones. En los demás supuestos, la Administración debería
CAP. XXVI
CAP. IV encontrarse en capacidad de enmendar de oficio los errores incurridos. En
consecuencia, el rechazo de una solicitud o un escrito administrativo debe darse CAP. XXVIIen
CAP. V
circunstancias excepcionales. CAP. XXVIII
CAP. VI
La Ley establece que la observación debe anotarse, bajo firma del receptor, en la
CAP. XIX
CAP. VII solicitud y en la copia que conservará el administrado —el cargo de recepción—, con
CAP. VIII
las alegaciones respectivas si las hubiere, indicando que, si así no lo hiciera, se tendrá
por no presentada su petición.
CAP. IX
CAP. XX
CAP. XXI
presentada la solicitud o formulario y la devuelve con sus recaudos cuando el
interesado se apersone a reclamarles, reembolsándole el monto de los derechos de
tramitación que hubiese abonado. Esta última previsión tiene su justificación en el
hecho de que los derechos son la contraprestación por el servicio efectivamente
prestado. Si es que no se ha iniciado procedimiento alguno, mal podría la entidad
imputar la generación de gasto.
Asimismo, no procede la aprobación automática del procedimiento administrativo,
cuando nos encontremos ante un procedimiento de dicha naturaleza de acuerdo a la
Ley. Ello implica que la aprobación automática se sujeta al hecho de que la
documentación presentada se encuentre completa, de acuerdo al TUPA de la entidad.
un procedimiento trilateral —del cual se hablará más adelante—, en cuyo CAP. casoXXIV
la
presentación opera a partir de la subsanación. Ello implica que, en general, los efectos
CAP. XXV
de la iniciación del procedimiento se generan desde la presentación de la solicitud,
salvo las excepciones anotadas. CAP. XXVI
CAP. I
Por otro lado, si el administrado subsanara oportunamente las omisiones o defectos
CAP. XXVII
CAP. IV
CAP. V
CAP. VI
solicitante puede, alternativa o complementariamente, presentar queja ante el
superior, o corregir sus documentos conforme a las nuevas indicaciones del
funcionario.
Y es que resulta vulneratorio al derecho de petición que se señalen defectos u
omisiones nuevas, que no fueron explicitadas en la primera presentación. Permitir
actuaciones de tal naturaleza permitiría a las entidades negarse a la recepción
documental discrecionalmente. Sin embargo, la Ley faculta al administrado a corregir
la solicitud presentada, no obstante, la irregularidad anotada, a fin de no perjudicar su
derecho de petición administrativa.
CAP. XIX
Mejora de la solicitud
Es posible la mejora de la solicitud por parte del administrado, en los casos que
estamos precisando. Es decir, el administrado puede agregar argumentos o corregir
posibles imperfecciones del escrito presentado a la autoridad administrativa, para
sustentar de manera más efectiva su pretensión en el procedimiento administrativo
que ha iniciado.
La forma de redacción de esta prerrogativa nos puede llevar pensar que cabe laCAP. mejora
I
de la solicitud solamente en circunstancias en las cuales se deba efectuar la ratificación
CAP. II
del contenido o la firma de la solicitud, cuando dicha mejora puede realizarse también
a iniciativa del administrado, sin afectar la tramitación del procedimiento, CAP. III en
administrado en su escrito inicial. Por otro lado, la aparente limitación que venimos
CAP. VIII
CAP. XII
CAP. XIII
CAP. XIV
ACUMULACIÓN ORIGINARIA
La acumulación implica la posibilidad de utilizar un solo procedimiento administrativo
cuando también podría emplearse varios, por la pluralidad de pretensiones o por la
pluralidad de sujetos que intervienen en el mismo. La acumulación permite la
reducción de los costos de tramitación de los procedimientos, con relación a los
administrados y la propia administración. Ello propende entonces a la generación de
instituciones administrativas más eficientes. La acumulación originaria, a diferencia de
la acumulación sobrevenida —que veremos más adelante— se da al inicio del
procedimiento, por decisión de los administrados y en mérito a su interés.
hará con quien encabeza el escrito inicial, indicándole que trasmita la decisión a sus
cointeresados.
CAP. VIII
Poder especial
Ahora bien, para ciertos actos de los administrados, como puede ser el desistimiento
de la pretensión o del procedimiento, acogerse a las formas de terminación
convencional del procedimiento —conciliación o transacción— o, para el cobro de
dinero, no basta el poder general, dado que los citados actos implican disposición
directa de derechos. Para ello es requerido poder especial indicando expresamente
aquellos actos para los cuales fue conferido. El poder especial se rige entonces por el
principio de literalidad.
CAP. I
El poder especial es formalizado, a elección del administrado, mediante documento
privado con firmas legalizadas ante notario o funcionario público autorizado para el
CAP. II
efecto, así como mediante declaración en comparecencia personal del administrado y
CAP. III del representante ante la autoridad, que es lo que se denomina en general poder por
CAP. IV acta.
Finalmente, el empleo de la representación no impide la intervención del propio
CAP. V
administrado cuando este lo considere pertinente, ni tampoco el cumplimiento por el
CAP. VI
administrado de las obligaciones que exijan su comparecencia personal, según las
CAP. VII normas de la Ley.
CAP. VIII
La representación de las personas jurídicas en el procedimiento administrativo
CAP. IX
La persona jurídica intervendrá en un procedimiento administrativo mediante sus
CAP. X representantes legales, quienes actuarán premunidos de sus respectivos poderes.
CAP. XI Debe entenderse que el representante legal de la persona jurídica debe adjuntar a su
CAP. XII
solicitud el documento que acredita dicha representación, a fin de que la autoridad
administrativa tenga conocimiento de ella.
CAP. XIII
Sin embargo, en mérito del principio de informalismo, la entidad pública debería poder
CAP. XIV suplir la deficiencia que pudiera existir en el caso de que el poder se encuentre
CAP. XV debidamente inscrito y la entidad posea acceso directo al Registro, en mérito a un
convenio con la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (SUNARP) que le
CAP. XVI
permita determinar con rapidez si la persona que comparece es la que efectivamente
CAP. XVII
representa a la persona jurídica. Incluso, dicho convenio podría no ser indispensable, si
CAP. XVIII la entidad decide acceder a través de la página web de dicha entidad a la información
CAP. XIX
requerida, la cual sin embargo posee un costo que ni la entidad, ni el administrado
tendrían que asumir.
Ahora bien, para establecer el régimen de representación es menester remitirnos a las
normas civiles y societarias, las cuales prescriben que los representantes legales por el
mérito de serlo, gozan de todas las prerrogativas necesarias para la representación de
CAP. XX
la persona jurídica. Si bien es cierto, el artículo 14º de la Ley General de Sociedades
CAP. XXI hace referencia a facultades de representación procesal, debemos asumir que la
CAP. XXII misma incluye la tramitación de procedimientos administrativos. En todo caso,
resultaría necesario remitir- se al estatuto de la persona jurídica en cuestión, a fin de
CAP. XXIII
que el mismo deje claramente establecidas dichas facultades.
CAP. XXIV
CAP. XXV
CAP. XXVI
CAP. XXVII
CAP. XXVIII
CAP. XIX
EL TIEMPO EN EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO: PLAZOS Y TÉRMINOS
denegatoria ficta—, sin contar los efectos en materia de responsabilidades CAP. XXII
Para recepción y derivación de un escrito a la unidad competente por parte de CAP. la mesa
I
de partes o unidad de trámite documentario: dentro del mismo día de su presentación.
CAP. II
Ello implica que la unidad antes descrita, a la cual hemos hecho referencia en el
capítulo precedente, debe enviar los escritos al funcionario que corresponda elCAP. mismo
III
día en que el escrito se presentó. La antes citada previsión tiene por finalidad asegurar
CAP. IV
se suponen contados desde que se da el hecho habilitante, sea una actuación procesal
CAP. VIII
después de solicitados; pudiendo ser prorrogado a tres días más si la diligencia CAP. XII
requiere el traslado fuera de su sede o la asistencia de terceros. Ello, teniendo en
CAP. XIII
cuenta las limitaciones establecidas en la propia Ley para el pedido de informes, en
especial si los mismos son facultativos y no son vinculantes. CAP. XIV
Para actos de cargo del administrado requeridos por la autoridad, como entrega CAP. XV de
información, respuesta a las cuestiones sobre las cuales deban pronunciarse:CAP. dentro
XVI
de los diez días de solicitados. Este plazo permite al administrado obtener la
CAP. XVII
información que le es solicitada o presentar la documentación respectiva. No obstante,
en mérito de principios como informalismo u oficialidad de la prueba estos pedidos
CAP. XVIII al
administrado deben ser más bien la excepción a la regla. Finalmente, este plazo CAP.entra
XIX
en contradicción por lo señalado por la Ley N.º 27444 en lo que corresponde CAP. XXI
al
abandono. Sobre esto vamos a volver en el capítulo correspondiente.
CAP. XXII
CAP. I
Como se ha señalado de manera reiterada, no puede exceder de treinta días —que
CAP. XXIVse
debe entender hábiles— el plazo que transcurra desde que es iniciado CAP. XXV
un
CAP. II
procedimiento administrativo de evaluación previa hasta aquel en que sea dictada la
CAP. XXVI
CAP. III resolución respectiva, salvo que la ley —lo cual excluye a la norma reglamentaria—
CAP. XXVII
CAP. IV
CAP. XXVIII
CAP. V
CAP. XIX
CAP. VI
CAP. VII
establezca trámites cuyo cumplimiento requiera una duración mayor.
Evidentemente, el transcurso del plazo, sin que la autoridad se haya pronunciado,
habilita al administrado a hacer efectivo el silencio administrativo que corresponda —
silencio administrativo positivo o silencio administrativo negativo— de acuerdo con la
Ley y/o el Texto Único de Procedimientos Administrativos de la entidad. Debe
recordarse, en este ámbito, que el silencio administrativo, en especial el negativo, es
una garantía a favor del administrado, nunca una prerrogativa de la Administración; y
opera como un paliativo ante la inactividad formal de la misma, inactividad que
también puede conjurarse a través de mecanismos alternativos como el proceso de
CAP. XX cumplimiento o la queja.
Ahora bien, este plazo está señalado para procesos de evaluación previa, que implican,
por definición, que se deban iniciar a pedido de parte. La Ley no se pronuncia respecto
al plazo de duración máxima de los procedimientos de oficio, y en todo caso, respecto
a que es lo que ocurre ante la falta de pronunciamiento de la autoridad administrativa
en estos casos. En el derecho comparado existe una forma de conclusión de
procedimientos de oficio denominada caducidad, que no se encuentra presente en la
Ley de Procedimiento peruana. En el caso particular del procedimiento sancionador
existe un mecanismo parecido que se activa con el cese de la interrupción del plazo de
caducidad cuando el expediente se encuentra paralizado más de veinticinco días
hábiles por causa no imputable al administrado.
normatividad derogada, el plazo expresado en días es contado a partir del día hábil
CAP. XXII
siguiente de aquel en que se practique la notificación o la publicación del acto, salvo
CAP. XXIII
que este señale una fecha posterior, o que sea necesario efectuar publicaciones
sucesivas, caso en el cual el cómputo es iniciado a partir de la última publicación. CAP. XXIVEn
general señalada en el párrafo anterior. Esto impide además la equivalencia deCAP. plazos;
XXVIII
Término de la distancia
Al cómputo de los plazos establecidos en el procedimiento administrativo, se agrega el
término de la distancia previsto entre el lugar de domicilio del administrado dentro del
territorio nacional y el lugar de la unidad de recepción más cercana a aquél facultado
para llevar a cabo la respectiva actuación. Ello tiene sentido si consideramos que las
distancias geográficas en el Perú pueden ser muy grandes, aun existiendo unidades
desconcentradas de las instituciones públicas.
Asimismo, el término de la distancia es de particular importancia a fin de que los
administrados puedan presentar sus escritos dentro del plazo establecido para ello, en
aplicación de la Ley y del Texto Único Ordenado de Procedimientos Administrativos y
los mismos no sean declarados improcedentes por la autoridad administrativa, en
especial en el caso de los recursos administrativos.
El cuadro de términos de la distancia es aprobado por la autoridad competente. Sin
embargo, la Ley ha omitido señalar cuál es dicha autoridad competente y cuál es el
instrumento jurídico a emplearse para dicha aprobación. De hecho, hasta el momento
no existe cuadro alguno que además permita establecer los plazos en el caso de
distancias lejanas al lugar de notificación.
Las entidades han estado utilizando por defecto el cuadro de distancias elaborado por
la autoridad jurisdiccional, el mismo que evidentemente no se encuentra diseñado
para ser empleado por los administrados y por la Administración Pública en los
procedimientos administrativos. Ello ocurre no solo por el hecho de que dicho cuadro
de términos de la distancia se ha elaborado sobre la base de los distintos distritos
judiciales sino además porque el mismo incorpora los plazos judiciales, los mismos que
a su vez no están en función de proceso formales sino de procedimientos informales,
que en principio se encuentran sometidos al principio de unidad de vista y no al
principio de preclusión.
CAP. IV
CAP. V
CAP. VI
determinados, a fin de favorecer la actividad turística. Dicha fecha no se computa. Sin
embargo, la norma siempre establece el mecanismo para que dicho feriado sea
recuperado laboralmente por el personal al servicio de la Administración.
Esta norma debe publicarse previamente —indicación evidente en tanto una norma
reglamentaria debe publicarse siempre en el Diario Oficial— y difundirse
permanentemente en los ambientes de las entidades, a fin de permitir su
conocimiento a los administrados. Muchas entidades poseen directivas específicas a
fin de reglamentar los efectos de estas normas y el mecanismo de compensación del
feriado establecido por la Administración.
Las entidades no pueden unilateralmente inhabilitar días, y, aun en caso de fuerza
CAP. XX mayor que impida el normal funcionamiento de sus servicios, debe garantizar el
mantenimiento del servicio de su unidad de recepción documental, por lo menos, a fin
de no perjudicar el derecho de los administrados. Como lo hemos señalado líneas
arriba sí es posible habilitar días que sean inhábiles, siempre que dicha decisión no
perjudique a los particulares.
que pueden hacerse efectivas estas. Dicho horario de las entidades, para la realización
CAP. VIII
existir personal atendiendo en forma directa a los particulares para lo CAP. cual XII
se
CAP. XIII
CAP. XIV
CAP. XV
CAP. XVI
establecen mecanismos de rotación.
El horario de atención diario es establecido por cada entidad cumpliendo un período
no coincidente con la jornada laboral ordinaria, para favorecer el cumplimiento de las
obligaciones y actuaciones de la ciudadanía y evitar la pérdida innecesaria de horas-
hombre laboradas. Para el efecto, la entidad distribuye su personal en turnos,
cumpliendo jornadas no mayores de ocho horas diarias en cada uno de dichos turnos.
El horario de atención es continuado para brindar sus servicios a todos los asuntos de
su competencia, sin fraccionarlo para atender algunos en determinados días u horas,
ni afectar su desarrollo por razones personales. La entidad administrativa atiende
todos los temas que le corresponden durante todo su horario de atención.
El horario de atención concluye con la prestación del servicio a la última persona
CAP. XXI
compareciente dentro del horario hábil. La razón de esta precisión se enfoca en
impedir que la demora en la atención a los particulares perjudique a quien llegó
CAP. a las
XXII
oficinas de la entidad en horario hábil, pero que tendría que ser atendido enCAP.
horario
XXIII
inhábil. Ello no implica en realidad la habilitación de horas inhábiles, sino más bien
CAP. XXIV
consiste en la simple continuación del servicio.
CAP. XXV
Los actos de naturaleza continua, iniciados en hora hábil son concluidos sin afectar su
validez después del horario de atención, salvo que el administrado consienta CAP. XXVIen
En cada servicio rige la hora seguida por la entidad, la misma que debeCAP. serXIX de
conocimiento público; en caso de duda o a falta de aquella, debe verificarse en el acto,
si fuere posible, la hora oficial, que prevalecerá.
CAP. III
CAP. IV
CAP. V
CAP. VI
que por existir dos o más administrados con intereses divergentes, deba asegurárseles
tratamiento paritario, en igualdad de condiciones, convirtiéndose en una excepción al
principio de unidad de vista al cual nos referiremos más adelante. Esto tiene sentido si
consideramos que estos procedimientos administrativos gozan de una naturaleza
híbrida, puesto que generan solución de conflictos o resolución de controversias,
función típicamente jurisdiccional, pero desde el ámbito de la Administración Pública.
Sin embargo, como veremos más adelante, en el caso de los procedimientos
trilaterales es posible mediatizar dicha preclusión dada la atribución concedida a favor
de la autoridad administrativa para que la misma pueda admitir una contestación
presentada fuera de plazo.
La preclusión antes citada, sin embargo, no resulta directamente aplicable al
tradicional proceso administrativo bilateral, el mismo que goza de lo que se denomina
unidad de vista, principio al cual haremos referencia más adelante. A su vez, debemos
tomar en cuenta principios como el de eficacia o el de informalismo, en beneficio del
administrado y al amparo de consideraciones de interés público.
Gestión de personal
La norma materia de comentario establecía que las entidades públicas comprendidas
dentro de sus alcances establecerán turnos entre su personal, independientemente de
su régimen laboral o contractual, que cubran los siete días de la semana durante todo
el año, manteniendo el descanso semanal de todos los servidores y garantizando la
atención al público para dichos efectos.
Además, se autoriza a las entidades comprendidas en el presente Decreto de Urgencia
CAP. XXI
para renegociar, de ser el caso, en un plazo máximo de treinta (30) días calendario, los
contratos laborales, civiles y de cualquier naturaleza, cualquiera sea su forma y
CAP. XXII
modalidad contractual, mecanismo y fuente de financiamiento, con la finalidad de
CAP. XXIII cumplir con lo dispuesto por la presente norma.
CAP. XXIV
Ello tiene sentido en tanto que lo ordenado por la norma debe ejecutarse con cargo al
presupuesto institucional aprobado de las entidades comprendidas en su alcance, sin
CAP. XXV
demandar recursos adicionales al Tesoro Público. No queda claro si ello implica que
CAP. XXVI
dichos fondos no puedan provenir de recursos directamente recaudados de la entidad.
CAP. XXVII
CAP. XXVIII
Ámbito de aplicación
La norma no era de aplicación a las entidades competentes para llevar a cabo procesos
CAP. XIX
jurisdiccionales y constitucionales, a los plazos vinculados a sus procesos, dado que no
desempeñan función administrativa; así como tampoco a los procedimientos
administrativos de cualquier índole a cargo de las administraciones tributarias, los que
se rigen por la correspondiente normativa de la materia, en particular el Código
Tributario.
LA ORDENACIÓN DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
GENERALIDADES
Entendemos por ordenación del procedimiento el conjunto de reglas aplicables al
procedimiento y destinadas a su tramitación adecuada y eficiente de tal forma que se
respeten las garantías del debido procedimiento. La ordenación en nuestro caso,
implica el cumplimiento de las formalidades y requerimientos mínimos para que el
procedimiento se tramite de manera correcta. Ello implica que la ordenación haga
posible el manejo y la realización de los actos de instrucción, a los que haremos
referencia en el próximo capítulo.
La Ley de Procedimiento Administrativo, en consecuencia, establece un conjunto de
reglas que se entienden necesarias para la obtención de resoluciones que se
encuentren de conformidad con el interés común, con el consiguiente respeto de los
derechos de los administrados. A diferencia del Decreto Supremo N.º 02-94-JUS, en la
cual los preceptos relativos a la ordenación del procedimiento se encontraban
diseminadas por gran parte del articulado de la citada norma, en la Ley N.º 27444 se
conformó un capítulo específico para ello. A su vez, las normas que regulan
procedimientos especiales establecen ordenaciones específicas destinadas a asegurar
la obtención del equilibrio antes citado, el mismo que no siempre se obtiene
debidamente.
CAP. XIII
El principio de unidad de vista
CAP. XIV El principio de unidad de vista implica que los procedimientos administrativos se
CAP. XV desarrollan de oficio, de modo sencillo y eficaz sin reconocer formas determinadas,
fases procesales, momentos procedimentales rígidos para realizar determinadas
CAP. XVI
actuaciones o responder a precedencia entre ellas, salvo disposición expresa en
CAP. XVII
contrario de la ley en procedimientos especiales. Ello ocurre por ejemplo los
CAP. XVIII procedimientos trilaterales y los procedimientos concurrenciales en general, en donde
CAP. XIX
dicho principio se atenúa de manera plausible, al existir ciertas actuaciones que se
efectúan en momentos determinados, existiendo preclusión por el vencimiento de
CAP. XX
plazos procesales conforme lo señalado por el numeral 140.4 del artículo 140º de la
CAP. XXI Ley.
La norma señala que la autoridad competente, aun sin pedido de parte, debe
promover toda actuación que fuese necesaria para su tramitación, superar cualquier
obstáculo que se oponga a la regular tramitación del procedimiento; determinar la
norma aplicable al caso aun cuando no haya sido invocada o fuere errónea la cita legal;
así como evitar el entorpecimiento o demora a causa de diligencias innecesarias o
meramente formales, adoptando las medidas oportunas para eliminar cualquier
irregularidad producida. Ello implica también la dirección de la actuación probatoria y
el manejo directo de la instrucción del procedimiento, como veremos más adelante.
En consecuencia, el funcionario a quien toca decidir sobre el trámite del recurso puede
y debe adoptar las medidas que sean necesarias para la adecuada impulsión del
procedimiento, y para la averiguación de los hechos reales, sin necesidad de acción
directa de los particulares más allá de la presentación de la solicitud inicial y el
cumplimiento de las obligaciones propias del procedimiento. La Administración debe
llegar a la resolución final sin necesidad del impulso de ninguno de los particulares
involucrados en el procedimiento.
Sin embargo, este principio tiene ciertos límites, puesto que existen ciertas
actuaciones que dependen de la acción directa del administrado y, a su vez, ciertas
situaciones en las cuales la Administración no puede actuar de oficio, en especial si la
iniciación del procedimiento opera por interés únicamente del administrado en los
procedimientos iniciados a pedido de parte.
Finalmente, este principio está presente también en el proceso judicial, puesto que el
Juez debe asegurar la tramitación del procedimiento, en aplicación de conceptos
inquisitivos en el ámbito jurisdiccional, con algunas excepciones como por ejemplo el
proceso de divorcio por causal. El principio de impulso de oficio en el ámbito procesal
no permite sin embargo el inicio de oficio de procesos judiciales, lo cual sí se encuentra
permitido en el ámbito administrativo, concepto que se conoce como principio de
competencia recursal.
CAP. XII
CONFORMACIÓN DEL EXPEDIENTE
Todo procedimiento administrativo genera un expediente administrativo, que consiste
CAP. XIII
en la compilación escrita de todas las actuaciones realizadas en aquel. Es necesario
CAP. XIV
CAP. XV
CAP. XVI
CAP. XVII
CAP. XXI
CAP. XIX
introducidas. Demás está decir que dichos cambios no son posibles en documentos o
actos generados por particulares.
Los desgloses —es decir, la separación de documentos para ser entregados al
administrado— pueden solicitarse verbalmente y son otorgados bajo constancia del
instructor y del solicitante, indicando fecha y folios, dejando una copia autenticada en
el lugar correspondiente, con la foliatura respectiva. La copia autenticada hace las
veces del documento desglosado y permite la continuación del procedimiento. Esta
última previsión no se encontraba presente en la norma derogada, lo que originaba
interpretaciones contradictorias respecto a la necesidad de dejar dicha copia en el
expediente.
A fin de permitir el uso de la tecnología aplicable al mantenimiento de archivos, las
entidades podrán emplear tecnología de microformas y medios informáticos para el
archivo y la tramitación de los expedientes, previendo las seguridades, inalterabilidad
e integridad de su contenido, de conformidad con la normatividad de la materia.
CAP. XXIV
Formularios
Las entidades disponen el empleo de formularios de libre reproducción y distribución
CAP. XXV
gratuita, mediante los cuales los administrados, o algún servidor a su CAP. pedido,
XXVI
completando datos o marcando alternativas planteadas proporcionan la información
CAP. XXVII
usual que se estima suficiente, sin necesidad de otro documento de presentación. En
CAP. XXVIII
tal sentido, los formularios pueden reemplazar al escrito inicial en un procedimiento
administrativo. CAP. XIX
CAP. XXI Medidas de seguridad que se aplican a fin de cautelar los expedientes
administrativos
Adicionalmente a las normas que venimos comentando, la Ley del Procedimiento
Administrativo general establece la aplicación de importantes medidas de seguridad
documentaria, a fin de asegurar la idoneidad del manejo de los expedientes y su
intangibilidad.
CAP. XXII
Establecer un sistema único de identificación de todos los escritos y documentos
CAP. I
ingresados a ella, que comprenda la numeración progresiva y la fecha, así como se
CAP. XXIII CAP. II
guardará una numeración invariable para cada expediente, que será conservada a
CAP. XXIV través de todas las actuaciones sucesivas, cualquiera que fueran los órganosCAP. III o
CAP. XXV autoridades del organismo que interviene. Lo establecido implica una numeración
CAP. IV
CAP. IX
CAP. X
manera correlativa, numeración que permite que los escritos y documentos que van
ingresando se compaginen adecuadamente con los expedientes a los que
corresponden o a los que van destinados. Por ello, los escritos deben contener la
indicación del expediente al cual van dirigidos, una vez que el procedimiento
administrativo se encuentra en trámite.
Guardar las constancias de notificación, publicación o entrega de información sobre los
actos, acuse de recibo y todos los documentos necesarios para acreditar la realización
de las diligencias, con la certificación del instructor sobre su debido cumplimiento.
Debe entenderse que los documentos que venimos enumerando también forman
parte integrante del expediente administrativo.
En la carátula debe consignarse el órgano y el nombre de la autoridad encargada y
responsable del trámite, así como la fecha del término final para la atención del
expediente. Ello asegura la determinación de los funcionarios públicos que dirigen la
tramitación del expediente, y la asignación de responsabilidad administrativa a quien
corresponda.
En ningún caso se hará un doble o falso expediente. Esta disposición es obvia
consecuencia de la regla del expediente único a la cual hemos hecho referencia líneas
arriba y permite corregir la indebida costumbre de ciertas instituciones de mantener
una o varias copias de los actuados, lo cual, además de complicar la gestión
administrativa al generar documentación adicional, perjudica también la celeridad de
los procedimientos.
Finalidad de la queja
La queja es una garantía a favor del administrado que tiene por finalidad obtener la
corrección de los defectos que pueda tener la tramitación de los procedimientos,
defectos que pueden tener variada naturaleza y que pueden deberse a diversas
causas. La citada institución no implica, sin embargo, que la autoridad pueda eximirse
de la responsabilidad administrativa que pudiera corresponderle por las deficiencias en
el manejo del expediente, y en el caso de demora en la tramitación del expediente,
opera de manera autónoma a la aplicación del silencio administrativo.
Asimismo, la queja no configura un recurso, contrariamente a lo señalado por algún
sector de la doctrina o de la legislación comparada, puesto que no pretende la
impugnación de ninguna decisión de la Administración a fin que la misma se modifique
o revoque, que es la finalidad del recurso administrativo, como veremos más adelante.
La queja se genera por cuestiones de naturaleza funcional, considerándose más bien
como un remedio procesal.
Tramitación de la queja
La queja se presenta ante el superior jerárquico de la autoridad que tramita el
procedimiento, citándose el deber infringido y la norma que lo exige. La autoridad
superior resuelve la queja dentro de los tres días siguientes, previo traslado al quejado,
a fin de que pueda presentar el informe que estime conveniente al día siguiente de
solicitado.
Ahora bien, la queja es un mecanismo correctivo establecido a favor del ad-
ministrado, siendo claro que no configura un recurso. En consecuencia, en ningún caso
se suspenderá la tramitación del procedimiento en que se haya presentado queja1390
a fin de no perjudicar al mismo.
CAP. XXVIII
CAP. XIX
Variabilidad de la medida cautelar en el procedimiento administrativo
Debe señalarse también que las medidas cautelares podrán ser modificadas o
levantadas durante el curso del procedimiento, de oficio o a instancia de parte, en
virtud de circunstancias sobrevenidas o que no pudieron ser consideradas en el
momento de su adopción. En el ámbito administrativo, entonces, las medidas
cautelares poseen naturaleza provisoria y variable, que le permite adecuarse a la
situación existente, tal como ocurre con la medida cautelar en el ámbito procesal.
INCIDENTES ADMINISTRATIVOS
Como se ha señalado, si bien subsisten importantes diferencias entre el pro- ceso
judicial y los procedimientos administrativos, existen elementos comunes a ambos
como resultado de la aplicación de ciertos principios generales a los ordenamientos
procedimentales. Uno de ellos es la existencia de incidentes, es decir, actuaciones que,
si bien son accesorias al procedimiento, pueden ser tramitados de manera paralela.
En este sentido, las cuestiones que planteen los administrados durante la tramitación
del procedimiento sobre extremos distintos al asunto principal, no suspenden su
avance, debiendo ser resueltas en la resolución final de la instancia, salvo disposición
expresa en contrario de la ley. Por otro lado, y en principio, el incidente debe ser
resuelto por la autoridad que tramita el procedimiento principal, salvo situaciones en
las cuales es resuelto por el superior jerárquico.
Casos de incidentes pueden verse en el pedido de nulidad de actos de trámite, los
pedidos de abstención, la queja administrativa, e incluso, el pedido de la adopción de
medidas cautelares por parte del administrado. Algunos incidentes tienen regulación
propia, mientras que otros pueden no tenerla, dada la cierta libertad concedida al
administrado para plantear las cuestiones incidentales.