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Diseño de procesos
Contenido semana 1
Comenzaremos por definir cada una de las palabras, para pasar a diferenciar entre “Diseño
de procesos” que es la razón de ser de este curso y el “Proceso de diseño”; luego veremos
los diferentes campos de aplicación, para finalizar esta introducción en centrarnos en un
tópico muy importante para la Administración de Empresas, que es el Diseño de Procesos de
Negocio.
Diseño: se define el diseño como la creación de un plan o la creación de una convención para
la construcción de un objeto o de un sistema (como planos arquitectónicos, esquemas de
Ingeniería, procesos de negocio, diagramas de circuitos o patrones de costura). Diseñar tiene
connotaciones diferentes de acuerdo al campo que se trate. En ocasiones, la construcción
directa de un objeto es considerada como diseño (como en el caso de la cerámica). Otra
definición de diseño es:
“El enfoque estratégico para que alguien logre una expectativa única o singular. El diseño
define las especificaciones, planes, parámetros, costos, actividades, procesos, y cómo y qué
hacer con las condiciones legales, políticas, sociales, ambientales, de seguridad y
económicas, para lograr el objetivo”. (Don Kumaragamage, Y. 2011).
Proceso de diseño: en principio puede entenderse como el método seguido para realizar un
diseño, pero existe un gran desacuerdo en cómo los diseñadores en muchos campos
producen diseños. Hay muchas formas de describir procesos de diseño. Las maneras más
populares de describir procesos de diseño están definidas en “el modelo racional” y la
“técnica para resolver problemas”. Este proceso de diseño suele implicar: observar y analizar
-> evaluar -> planear y proyectar -> ver, construir y ejecutar.
El diseño de procesos de negocio: es el método por el cual una organización entiende y define
las actividades de negocio que le habilitan para funcionar. Esto con el fin de asegurar que los
procesos están optimizados, son efectivos, cumplen las necesidades del cliente, y soportan y
sostienen el desarrollo y crecimiento organizacional. Un proceso bien diseñado mejorará la
eficiencia y facilitará una mayor productividad.
Un proceso está hecho de actividades jerarquizadas por niveles. Estos niveles típicamente
tienen nombres como “subproceso”, “actividad” y “tarea”. (Infortunadamente estos
términos son empleados inconsistentemente en diferentes organizaciones, aunque los
conceptos subyacentes son los mismos). Por ejemplo, el proceso “venta al cliente” puede
tener tres subprocesos: “encuentre el cliente”, “tome la orden”, y “facture al cliente”. Cada
uno de éstos a su vez, está compuesto de actividades de menor nivel, y tareas que luego
definen el trabajo que debe realizarse para “venta al cliente”.
Los procesos están conformados por sub-procesos, y cada sub-proceso a su vez está
compuesto por diferentes actividades, cada una de las cuales se divide en tareas. Así como
de esta manera vamos de lo macro a lo micro, el nivel de instrucciones operativas se
incrementa. Vale decir, definimos un proceso por lo que esperamos obtener de él; pero
definimos una tarea por una serie de acciones operativas que se realizan paso a paso.
Todo proceso cuenta con una serie de recursos de entrada, y por supuesto producen una
salida que puede ser a su vez la entrada a un nuevo proceso.
Listemos pues algunos instrumentos del diseño y hagamos una corta referencia a cada uno
de ellos.
Diagramas de flujo.
Software que simula procesos.
UML (Lenguaje de Modelado Unificado).
Diagramas de estado y su subgrupo más conocido, los Diagramas de actividades.
Desde comienzos de los años 2000, el escenario en que funcionan las empresas se ha vuelto
cada vez más complicado. Una serie de cambios políticos y sociales tuvieron lugar
modificando los estilos de vida, revolucionando las áreas económicas y tecnológicas,
trayendo consigo la necesidad de reconversión a las empresas, cuando no la quiebra y
desaparición de gran cantidad de ellas.
Los clientes se vuelven cada vez más exigentes y la competencia se transformó en feroz,
creando un marco en que la necesidad de mejorar el rendimiento operativo y el logro de la
eficiencia se transforman en un imperativo estratégico. Surgen así distintas ideas y enfoques,
tales como las del valor agregado o beneficio neto para los propietarios del capital o dueños
de la empresa (Shareholder Value), tomando fuerza conceptos como la creación de valor
económico, con la aplicación del análisis del valor agregado o maximizado para los
propietarios (shareholder value analysis).
En este esquema, por ejemplo, gestión de la cadena de valor de Porter (2006), se transforma
en una concepción aplicada para identificar y aprovechar al máximo las áreas de actividad en
que la empresa espera maximizar sus beneficios (Value Drivers).
Esta tendencia a la búsqueda del valor económico (en el sentido más economicista del
término), se inserta en la realidad de la globalización, y de las fusiones y adquisiciones de
empresas, manifestaciones de un esquema económico adoptado por numerosos países.
En esta línea, el concepto de calidad, por ejemplo, pasó de ser una propiedad inherente al
producto o servicio, a resultar un valor asociado a la satisfacción de necesidades y
expectativas del cliente.
Los cambios en las formas de comprender la actividad empresarial, generan a su vez otras
consideraciones de la teoría de la organización, donde se produce también un
desplazamiento del centro de interés, desde las estructuras hacia los procesos, cobrando
importancia la denominada Gestión por Procesos, método estructurado para la mejora del
rendimiento, que se concentra en el diseño disciplinado y la cuidadosa ejecución de todos
los procesos de una organización.
Durante muchos años, el diseño estructural de las empresas, no había evolucionado con
relación a los requerimientos del enfoque organizacional. Se define ahora un nuevo concepto
de estructura organizativa que considera que toda organización se puede concebir como una
red de procesos interrelacionados o interconectados, a la cual se puede aplicar un modelo
de gestión denominado Gestión basada en los Procesos (GbP).
Cuando un cliente se dirige a una empresa no le importa con está organizada internamente, sólo le
interesa recibir el producto o servicio de acuerdo a sus necesidades. Esto hace que las
organizaciones tengan que analizarse para ver de qué manera pueden orientar sus esfuerzos a la
satisfacción de sus clientes. Es así como se empieza a hablar de Gestión por Procesos.
1) La estrategia: un proyecto de implementación de Gestión por Procesos debe ser parte de las
estrategias de la alta gerencia y es una decisión de negocios que debe evaluarse y tomarse de
manera integral.
4) Los procesos críticos: La adopción del enfoque a procesos implica identificar los procesos que son
críticos para el negocio y que afectan al cliente y a las demás partes interesadas, procurando un
“construir” un sistema que permita gestionar los procesos que agregan valor al producto o servicio
final de la empresa, eliminando aquellas actividades que no agregan ningún valor pero que
consumen una cantidad considerable de recursos.
5) La creación de valor: La gestión por procesos opera bajo la filosofía del Valor Agregado, por lo
cual se centra en el diseño de un sistema de creación de valor que pueda ser medido a través de un
sistema de indicadores, orientado a evaluar el desempeño de los procesos, en términos de eficacia
y eficiencia. Si el sistema de creación de valor no cuenta con un mecanismo de medición y evaluación
de resultados no está bien diseñado.