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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la educación Superior

Universidad Valle Del Momboy

Rubio- Táchira

La Casa de Bernarda Alba

(ensayo)

Autora:

Daniela Contreras

C.I: 28228411

Maikel Carrillo

C.I: 28591224

Materia: Ética, Liderazgo y Valores.

Carrera: Administración de Empresas

Julio- 2021
La ética, es un factor fundamental es las pautas o normativas dentro de una empresa, por
lo que su cumplimiento debe ser de manera total. Para ver prosperar un negocio, ver cómo crece y
como su propósito se centra en el respeto, la honestidad y el desarrollo, es necesario analizar la
ética interna presente y el nivel de compromiso de los empleados. La conducta y los valores de
quienes dirigen una empresa es un factor muy importante para que se desarrolle un ambiente ético
en la misma, pues son los directores y principalmente los jefes, quien a través de su
comportamiento y valores éticos siembran en sus empleados y en la organización la cultura ética
en la empresa. Por medio de estrategias o tácticas, apoyadas por los gerentes, el personal se
sentirá motivado para adoptar actitudes éticamente correctas.

Adicionalmente, en aquellas organizaciones donde las políticas y procedimientos buscan


solamente alcanzar ciertos objetivos económicos, los empleados dejan, con frecuencia, a un lado
los principios éticos. Cuando no hay nada más importante que cumplir con las metas comerciales
surgen, invariablemente, conflictos internos con el personal, por la falta de identificación, lo que,
desde luego, afecta de manera directa el crecimiento y el éxito de la organización. En las empresas
donde se respetan los principios éticos, todo el mundo sabe que el logro de sus objetivos no
justifica el uso de cualquier medio. Para crecer y subsistir, las organizaciones necesitan tener la
cohesión de ciertos valores y normas que sean compartidos por sus integrantes. Virtudes como
la honestidad, la responsabilidad, la lealtad y el respeto, no son sólo valores éticos, sino que tienen
un valor económico palpable porque ayudan a la empresa a alcanzar sus objetivos y a que la
sociedad tenga más confianza en sus productos o servicios. Este ambiente de confianza favorece
también el acceso a los mercados de capital, porque los inversionistas siempre quieren financiar a
organizaciones confiables, cuyos dirigentes y colaboradores manden un mensaje de cultura ética
en todo lo que hacen.

En base a lo expuesto anteriormente y tomando como referencia el libro La casa de


Bernarda Alba, de Federico Garcia Lorca, se puede deducir lo siguiente: tener claro que el origen
de la realidad moral y de todo lo ético, es el conjunto de acciones ejecutados por las mujeres y
hombres que integran una sociedad, que se refleja cuando se entabla relación con los demás y con
todo aquello que se encuentra en el ambiente que rodea. Todo suceso humano, procede de una
serie de capacidades que cada persona posee, Es importante tener control de esas capacidades,
manejarlas en mutuo acuerdo para poder encauzarlas de la mejor manera y así lograr los objetivos
propuestos. En el libro La casa de Bernarda Alba, se puede visualizar un ambiente carente de
ética, una sociedad injusta, donde no se permite la expresión en ese caso de las mujeres,
cohibiendo su participación y por ende el aporte a muchas decisiones, que podrían ser
beneficiosas para el ambiente del núcleo familiar, como de la sociedad en general. donde la
tradición y la violencia aplacaba la voz de las mujeres, forzadas a mantenerse a un lado en la
colectividad.

Todo ser humano está dotado de sensibilidad, que es la capacidad de descubrir por medio
de los cinco sentidos, todo aquello que continuamente se da en el mundo. el percibir los olores,
colores, formas, tamaños, situaciones, espacios y muchas otras cosas produce sensaciones. Así
como también proporcionados de inteligencia, para dar una representación clara de todas las
sensaciones que se producen. Parte de los personajes en esa historia, en especial las hijas de
Bernarda, tienen sensibilidad, pero no la demostraban, no la expresaban, por miedo a la reacción
de una madre prácticamente dictatorial. Una mujer mezquina de sentimientos. Para ganar respeto
dentro de una organización, o en cualquier contexto; no es necesario ser autoritario, egoísta,
aparentar una personalidad, demostrar sentimientos falsos. Eso trae falta de confianza, desunión
del personal, se pierde el respeto, porque lo que genera es miedo hacia ese gerente. Visualizado e
la obra, unas hijas que temen a su mamá, por su mal genio, por sus creencias, por estar pendiente
del que dirán de los demás, pasando por encima de los deseos y anhelos de cada una de ellas.
También se posee la razón, por medio de la cual se relacionan los conocimientos
imprecisos generados por la inteligencia, se moldean ideas de lo que es y sucede, y se describe lo
que la realidad muestra en el camino. La razón es la facultad de lo que se acostumbra, es la
capacidad por medio de la cual se puede argumentar y actuar conforme con criterios compartidos
por todos los seres humanos. Por ende, es necesario que, dentro de toda organización, las ideas
sean compartidas, donde cada miembro exprese lo que piensa, se construyan ideas, se
fundamenten y lleguen a una decisión en equipo.

La facultad de juzgar, tanto en el plano ético como en lo atractivo, en todo momento el ser
humano emite juicios de valor y carácter moral. Constantemente se exponen juicios, de que si esto
está bien o mal. Los seres humanos tienen la capacidad de experimentar sentimientos ante lo que
acontece, no se limitan a conocer o representar la realidad, en la mente, sino que van mas allá,
sino que resuelven eso que conocen como sentimientos, de satisfacción o de placer y de dolor y de
sufrimiento. Los sentimientos son modos de interpretación de lo que pasa en el interior de la
persona. Todo hombre y mujer está dotado de voluntad que viene acompañada de la libertad, se
trata de una disposición y el impulso a elegir, preferir, decidir el rumbo del querer personal
conforme con una idea del bien y lo moralmente conveniente o correcto, que procede de la propia
conciencia. Esto quiere decir que todo hombre y toda mujer en algún momento desea ser libre.
Esto quiere decir que toda persona que quiere ser libre, se va a encontrar con obstáculos y con
límites y debe afrontar alguna responsabilidad, responsabilidad asumida de sus propios actos.

La casa de Bernarda Alba" de Lorca muestra el enfrentamiento de dos valores: la moral


que respeta las tradiciones, ejemplificada en la figura de Bernarda, y la otra, el deseo de libertad,
de elección de cómo se quiere vivir, representado por Adela, la hija menor de Bernarda. Es el
choque entre lo que él califica como “principio de autoridad y principio de libertad”. Es decir, el
individuo está siempre supeditado en sus deseos, pasiones e instintos a las normas, a la tradición,
a los convencionalismos sociales y morales y a las fuerzas represoras. Y este tema general se
plantea en La casa de Bernarda Alba como el enfrentamiento entre la moral autoritaria, rígida y
convencional, que representa Bernarda, y el deseo de libertad, encarnado, sobre todo, por su hija
Adela y por su madre, María Josefa.

La libertad de expresión y de actuar, dentro de los límites de la conveniencia es importante,


no se puede negar la oportunidad que tienen los seres humanos a ser libres, a realizar actividades
que le llenen el alma, que logren satisfacción emocional, profesional y cualquier otro aspecto.
Mantener tradiciones es bueno hasta cierto punto, siempre tomando en cuenta que sea del agrado
y compartir de todos. Porque una cosa es el compartir, respetando los intereses de cada quien y
otra es imponer que compartan lo que determinada persona quiere. Es una lucha constante entre
el sistema de valores, basado en el castigo y en la inflexibilidad de las normas y valores, y, lo que
está centrado en el amor y la libertad

Sea como fuere, lo cierto es que Bernarda representa la vida dominada por la autoridad, el
miedo, las falsas apariencias y la moral tradicional. Además, ella es la que impone las normas y la
que juzga y condena a quien las incumple. De ahí que su presencia siempre vaya acompañada del
simbólico bastón de mando. Su poder y su fuerza moral se basan en el hecho de que ella es la
cabeza de familia, una vez que su segundo esposo, Antonio María Benavides, ha muerto y le ha
dejado la responsabilidad de cuidar y vigilar la vida de sus hijas. Incluso el papel de la autoridad
paterna, queda en entredicho a raíz de la afirmación de la Poncia de que éste ha conseguido un
merecido descanso con su muerte. El autoritarismo de Bernarda se pone de manifiesto desde su
primera intervención: golpea el suelo con el bastón, impone un luto de ocho años, establece la
forma de comportarse de sus hijas respecto de los hombres, manda callar a las hijas y a las
criadas, etc. Porque en su casa hay varios aspectos que no se pueden ver alterados bajo ningún
concepto: la obediencia, el orden, la limpieza, el silencio y la honra.

Adela es quien muestra una clara actitud de rebeldía. Ella es la menor de todas y, por eso
mismo, encarna un sistema de valores basado en la libertad y en la lucha contra la injusticia
impuesta por su madre y por la sociedad en la que le ha tocado vivir. Su desobediencia ante la
caprichosa autoridad materna. Además, muestra su rebeldía ante la actitud sumisa y resignada de
sus hermanas. Es bueno imaginar cómo sería dentro de una organización, si se contara con
personal así, como enfrentar determinadas situaciones, personas desobedientes, que solo piensan
en si mismas y no en un colectivo. El momento culminante de su enfrentamiento con la madre se
produce cuando le arrebata el bastón y lo parte en dos, parte la vara de la persona dominadora,
manifestando que sobre ella solo manda su hombre “Pepe”. Pero la reacción de la madre, es la
reacción de una sociedad conservadora y reaccionaria, donde se presentan limitaciones a la mujer
para participar en actividades sociales.

En algún momento, además de su actitud de rebeldía y de su condición de modelo a imitar


por parte de sus hermanas, en algunos momentos de la historia defiende a una de ellas. Cuando
Bernarda pide que todas acudan a castigarla con varas de olivo y mangos de azadones, Adela grita
que la dejen escapar. Y, casi al final del tercer acto, afirma que todo el pueblo se ha alzado contra
ella y que es perseguida por esos fariseos que dicen ser decentes; por eso se pondrá delante de
todos ellos “la corona de espinas que tienen las que son queridas de algún hombre casado”. Una
simbólica corona de espinas que, de alguna manera, la convierte en la vencedora moral de la
pugna madre-hija en ese conflicto entre libertad y autoridad. Porque su suicidio representa la
victoria de Adela, a pesar de ser consecuencia de un amor imposible de materializar. Pero, a fin de
cuentas, ella es la que ha saboreado los besos y el amor de Pepe, la que ha engendrado un hijo en
sus entrañas y la que ha decidido poner fin a su vida, para así conseguir la ansiada libertad. Y ello
a pesar de que esa muerte pueda ser, también, el resultado de una ilusión deshecha. Los ideales
de libertad, se mal interpretan, no se saben manejar, lo que lleva a cometer errores irreparables.
Cuando esos ideales no son respetados, se busca la manera de hacerlos encajar, de transmitir los
sentimientos que se quieren alcanzar y demostrar.

Desarrollarse en una sociedad reprimida, condenada al declive, simplemente porque vive


sumida en una preocupación constante por el que dirán, donde todo se desenvuelve en base a
intereses económicos, donde se pierde la esperanza de libertad, donde las mujeres se ven
condenadas a vivir encerradas. Es un constante enfrentamiento entre una moral autoritaria y el
deseo de libertad. En lo que se refiere a la madre de Bernarda, se debe tener en cuenta que
también ella defiende, igualmente, su libertad para pensar, fantasear y actuar. Gracias a su locura,
consigue liberarse de las ataduras que le impone su hija Bernarda, quien la ha encerrado en una
habitación. Y así es como consigue vivir en un mundo en el que, al menos en su imaginación, se
siente libre y hace realidad sus sueños y anhelos. Y, al igual que Adela, su deseo de amar y ser
amada es el que le lleva a enfrentarse con la tirana Bernarda .

Por otra parte, la autoridad implica muchas más tensiones, logrando un desequilibrio
emocional fuerte, no solo afecta el ámbito familiar, sino también en lo laboral si vamos al caso. Es
reflejar valores patriarcales, la violencia, la intolerancia, el acoso, la dominación, entre otros. Los
seres humanos somos libres cuando no hay ninguna persona o emoción que le impida hacer su
voluntad. En la obra este es el aspecto que buscan todas las hermanas, es como querer salir de
una cárcel y poderse relacionar con otras personas, hacer cosas que todo el mundo hace en el día
a día, es decir, tener una vida tranquila, sin conflictos, sin problemas, sin autoridad abusiva, sin
maltratos. Ese comportamiento autoritario no es el adecuado, mucho menos por parte de una
mamá, como madre se espera disfrutar de los hijos y pasar tiempo con ellos, claro eso se piensa
hoy en día, en la época de la obra, eran otros tiempos. Los padres eran controladores, dictadores,
donde pensaban que los hijos, sobre todo mujeres eran para estar en la casa. En medio de estas
situaciones y conflictos, le corresponde a los afectados cambiar su comportamiento, no enfrentarse
entre ellos mismos, buscar soluciones, ayudarse mutuamente y unirse como familia o como
miembros de una organización.
En fin, hay que aclarar que algunas personas so son amables, son insoportables e
intratables con los demás, pero no por eso, esas personas no pueden tener su lado bueno. Lo que
esas personas necesitan es un poco de cariño, por parte de los seres queridos, por parte de las
personas que se encuentran a su alrededor, e intentar que también cumplan sus anhelos. Otro
tema presente en la obra es el de la hipocresía, las falsas apariencias, el qué dirán. Algo que obliga
a los personajes a vivir encerrados entre las cuatro paredes de sus casas y, en algunos casos,
provocar enfrentamientos entre algunos de ellos. En algunas organizaciones se presentan
situaciones similares, personas autoritarias, mal encaradas, que son juzgadas por sus compañeros
de trabajo, sin ponerse a pensar el por qué son así, el por qué actúan de esa manera. Detrás de
eso negativo, muchas veces hay personas sensibles, llenos de sentimientos, nobles.

La imposición de conductas intolerantes y malsanas de ciertos ámbitos femeninos


signados por lo destructivo llevado a extremos. Además, el hecho de que la represión de la
emoción y los sentimientos provenga de una rígida figura materna, quien ejerce su poder sobre sus
hijas y su madre, impacta la conciencia del espectador obligándolo a reflexionar. Cómo la
imposición de ciertos valores y la represión de emociones y conductas flexibles, han dado paso a
una tendencia represora austera, que niega cualquier expansión graciosa y espontánea. Aunque
en apariencia, a través del temperamento inclemente de Bernarda, la represión erótica y sexual,
esto es sólo un recurso indirecto para denunciar cómo se han impuesto también la represión
emocional y la espiritual, con miras a impedir la Libertad.

En conclusión, la presencia de la crítica social en este libro, deja al descubierto la obsesión


por la imagen que pueden tener los demás sobre alguien o algo y como se antepone la reputación
por encima de los valores y de la familia. Como se pueden destruir los sueños, cuando hay
personas que desean y anhelan un mundo más libre y entretenido, donde no importa el que dirán,
sino lo importante es ser dueños de su propia vida. Enfocado en lograr el éxito en cualquier
organización, donde la normativa y los valores estén presentes, no viviendo un ambiente cruel y
autoritario, sabiendo que los beneficios económicos son importantes, es recomendable no dejar de
lado todo aquello interno de cada ser humano, permitir que expresen sus ideas, canalizarlas,
escuchar sus aportes y de esa manera integrar a todos los que hacen vida dentro de la empresa.
Tener claro que tanto hombres como mujeres tienen la capacidad de dirigir. Porque muchas veces
lo que se calla, el apoyar las injusticias, reprimir las aspiraciones y escondiendo las verdades, por
miedo a equivocarse, puede llevar dentro de cualquier contexto a un fracaso en lo que se aspira
lograr. La libertad es algo individual de cada persona, cada quien decide cómo vivirla.

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