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Tema 2: La voz poética en las escritoras de la primera Edad

Moderna: conciencia autorial y reivindicación de la subjetividad


femenina

María Martos (UNED, Madrid)


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Impresos poéticos por siglos

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Escritura femenina y canon

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Impresos poéticos por autoras

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Escritura femenina y canon
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Ferreira o Violante do Céu
Modelos enunciativos
v sujeto masculino-objeto femenino
v sujeto femenino-objeto masculino
v sujeto indefinido-objeto indefinido

} cuando algunas mujeres comenzaron a escribir poesía amorosa, por ejemplo


hacia finales del siglo XVI, tuvieron que enfrentar un discurso de autores y
hablantes varones cuyo destinatario principal era un lector masculino. La
retórica e imaginería de este discurso ya se encontraban codificadas, rígidas y
petrificadas por la tradición literaria. Luego, ¿qué sucede cuando el ostensible
objeto amado del discurso amoroso toma la pluma? ¿Habla como mujer o
ventriloquiza el discurso masculino? ¿Habla en voz femenina por el mero hecho
de ser mujer?¿A quiénes y para quiénes escribe? A menudo la voz de la propia
poeta es apenas perceptible –y hasta ausente– en su propio texto; pero a veces
es percibida entre líneas o al margen. ¿Qué estrategias empleaba para articular
su voz, su subjetividad y feminidad y desplazarse del margen al centro de su
texto?
Olivares, Julián and Boyce, Elisabeth S.
Tras el espejo la musa escribe. Lírica femenina de los Siglos de Oro.
Madrid: Siglo XXI, 2012
Enunciación poética. Conceptos

} Poema: acto de habla


} Niveles comunicativos:
} personajes o voces enunciativas del texto (interno);
} autor y lector reales (externo);
} autor y lector implícitos
Ejemplo.

Tres veces de Aquilón el soplo airado Basta el desdén y bastan los rigores,
del verde honor privó las verdes plantas, Clori, no más crueldad, no más enojos.
y al animal de Colcos otras tantas Serena un poco tus divinos ojos
ilustró Febo su vellón dorado, y suspende sus rayos matadores.
después que sigo (el pecho traspasado Cesen desprecios, cesen disfavores,
de aguda flecha) con humildes plantas, que por flores no es bien que des abrojos
¡oh bella Clori!, tus pisadas santas a quien te rinde un alma, por despojos,
por las floridas señas que da el prado.
A vista voy (tiñendo los alcores no indigna de gozar tus favores.
en roja sangre) de tu dulce vuelo, ¡Ah, ingrata Clori! ¡Ah, ingrata, que a mis quejas
que el cielo pinta de cien mil colores, tienes el alma y el pecho de diamante!
tanto, que ya nos siguen los pastores y parece que vives con mi muerte.
por los extraños rastros que en el suelo Mas, cruel Clori, aunque penar me dejas
dejamos, yo, de sangre, tú, de flores. y aunque me matas, he de estar constante,
con tu desdén luchando hasta vencerte.
Ejemplo.
Introduce un galán desfavorecido de su dama, quejándose
de su crueldad
Tres veces de Aquilón el soplo airado Basta el desdén y bastan los rigores,
del verde honor privó las verdes plantas, Clori, no más crueldad, no más enojos.
y al animal de Colcos otras tantas Serena un poco tus divinos ojos
ilustró Febo su vellón dorado, y suspende sus rayos matadores.
después que sigo (el pecho traspasado
de aguda flecha) con humildes plantas, Cesen desprecios, cesen disfavores,
¡oh bella Clori!, tus pisadas santas que por flores no es bien que des abrojos
por las floridas señas que da el prado. a quien te rinde un alma, por despojos,
A vista voy (tiñendo los alcores no indigna de gozar tus favores.
en roja sangre) de tu dulce vuelo, ¡Ah, ingrata Clori! ¡Ah, ingrata, que a mis quejas
que el cielo pinta de cien mil colores, tienes el alma y el pecho de diamante!
tanto, que ya nos siguen los pastores y parece que vives con mi muerte.
por los extraños rastros que en el suelo Mas, cruel Clori, aunque penar me dejas
dejamos, yo, de sangre, tú, de flores.
y aunque me matas, he de estar constante,
(Luis de Góngora, 1585) con tu desdén luchando hasta vencerte.
(Leonor de la Cueva, 1611-1705)
Leonor de la Cueva y Silva
} 1611-1705
} Medina del Campo
} La firmeza en el ausencia / manuscrito de 54 poemas

“El autor tiene una determinación e identidad inicial como creador de


un discurso (como hablante o escritor), pero ésta es una identidad
vacía tanto psicológica como socialmente, ya que se trata de una
identidad formal que ha de encontrar su contenido en los papeles que
adopta a lo largo de su discurso. La alternancia entre una identidad
meramente formal y una identidad individualizada y llena de contenido
es lo que problematiza su representación”
(Luján, Pragmática del discurso lírico
Madrid: Arco-Libros, 2005, p. 56)
Ø “Ansiedad de autoría” (Gilbert y Gubar)
Poetas
} Isabel de Vega
} Leonor de la Cueva
} Catalina Clara Ramírez de Guzmán
} Luisa de Carvajal
} Marcia Belisarda
} Violante do Céu
} Marcela de San Félix
La voz y el género: el laberinto
comunicativo
} poética sexualizadora / desexualizadora

Estructura:
} 1) Voz masculina
} 2) Voz neutra o sin determinación de género
} 3) Voz femenina
I. Voz poética masculina
} Isabel de Vega.
} Alcalá de Henares, mediados del siglo XVI.
} catorce poemas
} “el aspecto más llamativo de la poesía amorosa de Vega es la ausencia de una voz
poética femenina, como correspondería a la autora”.
Soneto de D.Y.d. v. a esta copla
Si muero por servirte estando ausente
ablanda tu dureza matadora
y aquella pertinaçia que en ti mora
cuando vivo me tienes y presente.
Dexa torcer el braço tan valiente
con que me derrocaste en sola un ora
y venza la razón en ti, señora,
al desamor que reina ynjustamente.
Después de muerto yo y tú arrepentida
si a la razón quisieres sujetarte
ternás dolor por ser desconocida.
Mas yo, que viviré siempre en amarte,
quando el pesar te tenga y entristezida
huyr desearé por consolarte.
II.Voz neutra o sin determinación
de género. El espacio de la negociación
} sugerente ambigüedad genérica
} Luisa Sigea
} 1522-1560
} Sintra (1566), diálogos, epistolario y poemas

Por sola esta ocasión atrás me quedo,


y estando tan propincuo el descontento
las tristes noches cuento, y nunca puedo
hallar cuento en el mal que en ella cuento;
ya de mí propia en esto tengo miedo
por lo que me amenaza el pensamiento;
mas pase así la vida y pase presto,
pues no puede haber fin mi presupuesto.
II.Voz neutra o sin determinación
de género. El espacio de la negociación
} Violante do Céu
} 1607-1693
} Lisboa
} Rimas varias y Parnaso lusitano

Viuir con zelos y penas


Oh, cessen ya los remedios mal se puede llamar vida,
que para viuir me aplican, que vida con que se muere
que quien de zelos se muere es solo vna muerte viua.
no es bien que muriendo viua. Muera quien amando tanto
Dexen ya de importunarme mereció tan poca dicha,
cançadas filosofías, que en vez de correspondencias
que nunca males del alma experimenta tiranías.
Muera quien idolatrando
de Esculapio necessitan.
la causa más peregrina
Deponga las diligencias
adquirió solo desdenes
quien mi vida solicita,
con firmes idolatrías.
que apresurarme la muerte
Muera quien siendo constante
es solo darme la vida. fue tan mal correspondida,
Con la muerte rigurosa que tributando verdades
las desdichas se terminan, adquirió solo mentiras.
que si no es dicha la muerte
es la postrera desdicha.
III. Voz femenina: de la
acomodación a la sutil subversión
} tradición religiosa Dulce querido mío,
hechizo de mi alma.
} San Juan de la Cruz si enamorarme intentas
} Cantar de los cantares ya estoy enamorada.
Si pretendes, mi Bien,
} Marcela de San Félix. con amorosas trazas,
con cautelas divinas,
} 1605-1697 probar mi fe y constancia,
} Lope y Micaela Luján excesiva es la prueba,
más parece amenaza,
} monja pues dice que mi amor
admitirá mudanza.
[…]
Si con dulces violencias
tus amores me enlazan,
tus caricias me obligan,
tu hermosura me mata;
si sabes que me tienes
cautiva y hechizada,
y de amor por tus ojos
ardiendo en vivas llamas.
III. Voz femenina: de la
acomodación a la sutil subversión
} “las mujeres en general no escribían en la tradición amorosa para expresar el amor a un hombre,
sino para pronunciarse en las letras desde una situación de marginamiento: para cuestionar su
situación subordinada dentro del patriarcado y una práctica discursiva monopolizada por los
hombres” (Olivares and Boyce 25)

Leonor de la Cueva y Silva

No sé si muero ni si tengo vida,


ni estoy en mí ni fuera puedo hallarme,
ni en tanto olvido cuido de buscarme,
que estoy de pena y de dolor vestida.
Dame pesar el verme aborrecida
y si me quieren, doy en disgustarme;
ningún cosa puede contentarme,
todo me enfada y deja desabrida;
ni aborrezco, ni quiero, ni desamo;
ni desamo, ni quiero, ni aborrezco,
ni vivo confiada ni celosa;
III. Voz femenina: de la
acomodación a la sutil subversión
} Subversión:
} 1) desublimación o desidealización
} 2) regeneración (a regendered discourse)

a) “yo femenino > tú masculino” b) “yo femenino” > “tú


femenino”
Que muera yo, Liseo, por tus ojos,
y que gusten tus ojos de matarme; Oh, ¡qué diversas estamos,
que quiera con tus ojos alegrarme, dulce prenda, vos y yo!
y tus ojos me den cien mil enojos. […] Vos infelice conmigo
¡Ay, dulce ingrato! que en los ojos tienes y yo dichosa con vos
tan grande deslealtad como belleza, (Rimas varias; vv. 17-20)
para unos ojos que a tus ojos hieren.
III. Voz femenina: de la
acomodación a la sutil subversión
¿Quién vio prodigio tan raro,
} Violante do Céu pues quedamos aquel día
con sangre la vencedora ,
Si vivo en ti transformada, y sin sangre la vencida?
Menandra: bien lo averiguas,
Pues cuando me tiras flechas ¿Pero qué mucho, señora,
Hallas en ti las heridas. que en tan dichosa conquista,
no me quitases la sangre,
Flechas me tiras al alma, si nunca a muertos se quita?
mas cuando flechas me tiras
como en ti misma me hieres. ¡Más ay! que entre dos extremos
hallas la herida en ti misma. bien sabes tú que estaría,
para verter sangre, muerta,
para sentir flechas, viva.
Tu mano cándida y bella,
dulce Señora, lo diga:
Oh, tú de mis pensamientos
pues siendo yo la flechada idolatrada homicida,
ella fue sola la herida. dulce hechizo de las almas,
dulce muerte de las vidas.
Ya no dirás que en tu mano
no tienes el alma mía, Si ver no quieres, señora,
pues cuando el alma me hieres, la nieve en sangre teñida,
sangre tu mano destila. si el rigor con que me tratas
no quieres ver en ti misma
Yo la vi sembrar claveles
sobre azucenas divinas, no tires más flechas tantas
al blanco del alma mía,
después de matar, tirana,
pues tirarás á tu mano.
después de herir, homicida.
si al blanco del alma tiras.
(Rimas varias; vv. 33-36)
III. Voz femenina: de la
acomodación a la sutil subversión
} Catalina Clara Ramírez de Guzmán: 1618-1684.

SONETO A UN HOMBRE PEQUEÑO: DON


FRANCISCO DE ARÉVALO
Mirando con antojos tu estatura,
con antojos de verla me he quedado,
y por verte, Felicio, levantado,
saber quisiera levantar figura.
Lástima tengo al alma que, en clausura,
la trae penando cuerpo tan menguado.
Átomo racional, polvo animado,
instante humano, breve abreviatura.
Di si eres voz, pues nadie determina
dónde a la vista estás, tan escondido
que la más perspicaz no te termina
o cómo te concedes al oído.
En tanto que la duda se examina,
un sentido desmiente a otro sentido.
III. Voz femenina: de la
acomodación a la sutil subversión
Ya cuando menos me cato,
} María de Santa Isabel-Marcia Belisarda hemos llegado a la boca
y es cual dicen que la casa,
} poemario para la imprenta la buena portada honra.
Grande es por su majestad
de quien privilegio goza,
de limpia y noble en aliento
calidad de que blasona.
Romance burlesco para un billete Las manos, en el invierno,
Dícenme que deseáis, Las dos que troneras llaman repiten a zanahorias
ilustrísima señora, por donde el alma se asoma moradas porque y por cuándo
saber de mi cara y talle son (según dice el espejo) son ellas muy amorosas.
naturales de Etiopía. En el verano, se mudan
la disposición y forma. (mas no de una parte a otra)
Y porque quien me pintare, A todos ven cuantos miran que no es poco siendo mías
ni me quite, ni me ponga, y, cuando alguno aprisiona, pero de color mejoran.
quiero haceros de mi mano mandamiento de soltura El talle, aunque no es de los
le dan a muy poca costa. de a mil ducados la onza,
una verdadera copia. por lo menos no me han visto,
La cara, en buen pie lo diga, Las negras cejas en arco en las espaldas corcova.
ni bien es ancha, ni angosta, preciadas siempre de ociosas, En fin, soy mujer cabal
ni espantable por lo fea, por no pagar nunca tiran, y esta verdad es notoria,
porque miembros, muelas, dientes
ni matante por lo hermosa. que a donde las dan, las toman. ni me faltan, ni me sobran.
Y aunque cruda y aunque opaca, La nariz, que Dios mantenga, Aquesto, señora mía,
tan apacible se porta, algunos dicen que es roma, es cuanto a mi cuerpo toca;
mas no dirán que concede cuanto el alma, a Dios se quede,
que más de dos el verano pueden no quiero apurar historias.
pasarlo a su sombra. el Papa gracias, ni glorias. Tal cual soy me tendréis siempre
a vuestro servicio pronta
y si un tal para cual fuese
sería cosa de cosas.
III. Voz femenina: de la
acomodación a la sutil subversión
} Marcela de san Félix

EL JARDÍN DEL CONVENTO


En estas verdes hojas Acuérdame tu olor ¡ Oh cómo reprehende
que aquesta fuente riega la fragante mosqueta, el descuido y tibieza
con agua de mis ojos, tan linda entre las flores con que busco, Dios mío,
que suya no la lleva, y tan noble en sí mesma. a tu amable presencia!
contemplo, Amado mío, El clavel estimado Los árboles copados
tu grande providencia, tu sangre representa, alegres manifiestan
tu beldad soberana, y por esto merece los sazonados frutos
y tu hermosura inmensa. le traten con decencia. que el justo le presenta.
También, por el contrario, De tus hermosos labios, Las abundantes parras,
conozco mi vileza, del coral dulce afrenta, alegres manifiestan
mi imperfección sin par, su cárdeno color que a tu sangre Real
mi descuido y tibieza, me muestran las violetas. accidentes le prestan. […]
pues las hojas y flores Majestuosa siempre Los árboles y plantas,
que crecen tan apriesa, la cándida azucena, las flores y las hierbas
con sus calladas voces tu bellísimo cuello publican tu hermosura
significan mis menguas, venturoso semeja. […] y dicen tu grandeza.
y siempre que las miro Todos, Señor, me animan,
parece que me enseñan me enseñan y me fuerzan
que yo sola en el mundo a que te sirva y ame,
soy la que nunca medra. […] te alabe y te engrandezca.
Conclusión
} Marcos enunciativos
} Convencionalidad del discurso
} Acomodación
} Discurso silenciado
} conformistas subversivas
} Concierto de voces

Gracias
mdmartos@flog.uned.es

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