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Para el autor existen los llamados valores B que son: Totalidad: unidad, integración,
tendencia a la individualidad, interconexión, simplicidad, organización, estructura,
superación de los contrarios, orden. Perfección: necesidad, corrección, justicia, sentido de
la oportunidad, inevitabilidad, adecuación, completitud, sentido del deber.
Así los llamados “Valores-B” constituyen, para la mayoría de las personas, el significado de
la vida, pero muchos ni siquiera reconocen que tienen esas metanecesidades. Parte de la
tarea del consejero puede consistir en hacer que tomen conciencia de esas necesidades en
sí mismos.
Las personas autoreealizadoras participan, en una causa exterior a su propia piel, en algo
fuera de sí mismos... Trabajan siguiendo una llamada del destino, en algo que aman, de
modo que la dicotomía trabajo goce desaparece en ellos. Todos, de un modo u otro,
dedican su vida a la búsqueda de lo que he denominado los valores del <<ser>>
Metanecesidades y metapatologías
Estos Valores-B constituyen, para la mayoría de las personas, el significado de la vida, pero
muchos ni siquiera reconocen que tienen esas metanecesidades. La tarea del consejero
puede consistir en hacer que tomen conciencia de esas necesidades en si mismos.
Cuarto: A menudo cuando dudamos no somos sinceros. Mirar dentro de uno mismo en
busca de respuestas implica asumir responsabilidad. Esto es sí mismo es un paso hacia la
autorrealización. Cada vez que uno se responsabiliza, hay una realización del sí mismo.
Quinto: No se puede escoger sabiamente para toda una vida a menos que uno se atreva a
escucharse a sí mismo, a su propio sí mismo [self], a cada instante de la vida, y a decir con
calma <<no, esto y aquello no me gustan>> Debemos enseñar a la gente a prestar atención
a sus propios gustos. Tener valor en lugar de miedo, es otra versión de lo mismo.
Octavo: Descubrir quién es uno, qué es, qué le gusta, qué no le gusta, qué es bueno o malo
para uno, hacía donde va y cuál es su misión -abrirse a sí mismo- significa desenmascarar la
psicopatología. Quiere decir identificar las defensas, y después haberlas identificado,
significa encontrar coraje para renunciar a ellas.
La actitud terapéutica
Estas son las cosas que las personas hacen a medida que avanzan hacia la autorrealización.
¿Quién entonces es un consejero? ¿Cómo puede ayudar a la gente que acude a él para
emprender el camino hacia el desarrollo?
Así al consejero jamás se le ocurriría imponerse a sus pacientes, ni hacer ninguna clase de
propaganda ni tratar de convertir a su paciente en una réplica de sí mismo. Lo que hace el
buen terapeuta clínico es ayudar a su paciente a manifestarse, a superar las defensas
erigidas contra su autoconocimiento, a rescatarse y llegar a conocerse a sí mismo, (libros
que ha leído, escuelas que ha asistido, sus creencias) jamás deberían traslucirse ante el
paciente.
Sostiene el autor que gracias al análisis psicológico del proceso de la creatividad y del
individuo creativo, sabemos que hay que distinguir entre la creatividad primaria y
secundaria. Así mismo la creatividad primaria debe separarse del proceso de elaboración y
de desarrollo de la inspiración. La segunda fase subraya no sólo la creatividad, sino también
se basa, en gran parte, en el simple trabajo arduo, en la disciplina del artista que puede
dedicar media vida a aprender sus recursos, sus medios y sus materiales, hasta estar listos
para la plena expresión de lo que ve.
Renunciar al pasado
Renunciar al futuro
Con frecuencia utilizamos el presente no por el presente mismo, sino como preparatoria
para el futuro.
Inocencia
Reducción de la conciencia
Hemos llegado ahora a estar mucho menos conscientes de todo lo que no sea el asunto
entre-manos. Aquí es muy importante la disminución de nuestra conciencia de los demás;
de los lazos mutuos, de las obligaciones, deberes, temores, esperanzas etc.
Todos los hechos anteriores implican una confianza en el sí mismo y en el mundo que nos
permite renunciar temporalmente a la tensión y al esfuerzo a la volición y al control al
esfuerzo y confrontación conscientes.
Receptividad taoísta
Si utilizamos como paradigma el respeto que siente el artista por los materiales de su arte
podemos entender de forma adecuada esto de la receptividad taoísta que no otra cosa que
tomarnos enserio esto que hacemos aquí y ahora.
Para el autor la creación tiende a ser el acto de toda la persona, que está entonces
integrada y unificada al máximo, es de una solo pieza, de una solo intención, está
totalmente organizada al servicio del fascinante asunto-entre-manos. La creatividad es, por
consiguiente, sistemática; es decir, una cualidad total de toda la persona.
Máxima espontaneidad