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DEMÓCRITO Y LA TYCHE

Demócrito y la tyche

Santiago Ortegón Restrepo

Código. 1088037710

Facultad de Bellas Artes, Universidad Tecnológica de Pereira

Nota del autor

Santiago Ortegón Restrepo, Facultad de Bellas Artes, Licenciatura en Filosofía,

Universidad Tecnológica de Pereira – Pereira, Risaralda.

Este trabajo corresponde al curso de introducción a la filosofía.


DEMÓCRITO Y LA TYCHE

Demócrito y la tyche

El llamado azar o suerte (en griego tyche- Τύχη) usado por el atomista pre-socrático Demócrito

en algunos de sus fragmentos que serán expuestos a continuación, presenta una ambivalencia que

confunde un poco por la falta de detalles al respecto que se encuentran en lo poco que se

conserva de él.

Y es que en un primer lugar nos dice: “la ventura no reside en granados ni en oro. El alma

sí es residencia de la suerte” (Frag. 171), mas luego, en el fragmento 197, nos dice: “los

insensatos se conforman a los designios del azar; los que conocen estas cosas, a los de la

sabiduría”. A simple vista parece una contradicción si se hace una lectura descontextualizada del

atomismo y la filosofía democrítea.

Para comprender el fragmento 171 se debe tener en cuenta la teoría psíquica de

Demócrito, en donde el cuerpo es un lugar vacío que a través de la respiración pnuemática cobra

movimiento. El alma (psyché) para Demócrito son unos átomos en forma esférica que se mueven

en el vacío y que entran y salen del cuerpo dándole vida.

A la luz de esta teoría atomista se puede llegar a interpretar este fragmento como una

crítica que va ligada al fragmento 197 con un orden más bien ético, donde se trata de exponer

que lo único que se da al azar es la cosmogonía que en forma de torbellino junta los átomos a

través de una membrana y da forma a las cosas sensibles, mas sin embargo se deja entre ver

cierta causalidad donde está ligada la volición humana, pero no al por qué de las cosas como son.

Sin embargo, la cosmología, a diferencia de la cosmogonía, no es gobernada por el azar.

Por eso también nos dice Demócrito: “La suerte es dadivosa, pero insegura. La naturaleza, en

cambio, se basta a sí misma. Por ello, con su fuerza menor, pero segura, se impone ésta sobre las
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esperanzas de mayores vuelos” (Frag. 176). La azarosa forma en como pueden combinarse los

átomos y crear diferentes mundos, va conformando cierto grupo de leyes físicas que van rigiendo

estos mundos y sobre las que se apoya el mecanicismo propuesto desde el atomismo.

Es cierto entonces que la naturaleza de este mundo pudo ser muy diferente a como se

conoce, pero la forma en como se ordena y constituye el cosmos es propia espontaneidad

(automaton- αυτοματον) de los átomos que lo conforman después de ese desordenado torbellino

del que nos hablan los atomistas, que permite que al final haya un cierto tipo de orden regido por

la naturaleza de los átomos que lograron juntarse.

Pero a pesar de que este orden nacido del caos que se logra imponer sobre el azar, dice el

fragmento 269: “la decisión es el comienzo de una tarea, mas su final está en manos de la suerte”

es decir, que llega un momento llamado por algunos movimiento liberador, que disuelve los

átomos y los arroja al vacío a esperar un nuevo movimiento vertiginoso que sirva para recrear

nuevas cosas, en otras palabras, a través del movimiento liberador, aquello que hacía parte de un

cosmos, un orden, retorna al caótico azar que lanza los átomos a través del vacío hacía un nuevo

torbellino generador y así sucesivamente.

En conclusión, se puede afirmar, a partir de esta lectura, que la tyche a pesar de ser el

como el origen del movimiento que permite la creación de la naturaleza como la conocemos, no

es la que rige el cosmos que se conforma de ella y por eso se hace necesario para Demócrito

separar la cosmogonía de la cosmología y de la propuesta ética.

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