Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Trabajo final: Los Universales en la Edad Media
Santiago Ortegón Restrepo
Licenciatura en Filosofía
Facultad de Bellas Artes y Humanidades, Universidad Tecnológica de Pereira
FIL32 Gr. 1: Filosofía Medieval
Docente Alfredo Abad Torres
04/06/2022
Introducción
Los Universales
El realismo extremo afirma que las cosas tienen una única esencia que
se diferencia únicamente por lo que Aristóteles llama accidentes (συμβεβηκός)
y Pedro Abelardo formas (formae), que se refiere a lo mismo. De este modo, si
se llegaran a quitar los accidentes quedaría una única esencia. Por eso dice
Castello Dubra (2004) en su estudio sobre la Logica Ingredientibus que para
esta corriente realista “una misma substancia, en sí misma una, constituye la
esencia de una multiplicidad de cosas” (p. 46), es decir, que todas las cosas
comparten una misma sustancia que se va diversificando por la multiplicidad de
accidentes que puede tener esta sustancia material.
Aunque bien se pueden encontrar más formas del realismo, solo se hace
una breve exposición de las anteriores, puesto que son estas las posturas que
más son atacadas y refutadas por Pedro Abelardo en el siglo XII cuando
empieza a cuestionar a su maestro Guillermo de Champeaux en las clases
dictadas por éste en París.
La respuesta del Nominalismo al problema de los universales en el
medioevo
Por esa razón, los nominalistas no creen que los universales pueden
acercar al hombre a algún conocimiento certero, pues se quita esa base que
había puesto la escolástica temprana que afirmaba que el conocer los
universales era conocer la realidad que está determinada por la existencia de
estos últimos.
Ahora bien, habiendo hecho pues un breve recorrido por las diferentes
posturas, tanto realistas como nominalistas, que circulaban y se difundían en el
siglo XII, se puede llegar ahora a la figura de Pedro Abelardo, quien hereda
esta tradición y se opone a ella con una nueva teoría.
Pedro Abelardo fue hijo de una familia de militares en donde, como él
mismo lo señala en su autobiografía Historia Calamitatum, fue seducido por el
estudio de las letras y, en vez de empreder una lucha con las armas, se dedicó
a enfrentar batallas desde la dialéctica. Así pues, buscando progresar en sus
estudios, se encuentra con uno de sus maestros y contradictores: Guillermo de
Champeaux. Como ya se había indicado, Guillermo de Champeaux fue uno de
los grandes representantes del realismo en la escolástica temprana. Al ser el
archidiácono de París, tenía una gran influencia y sus clases era bien recibidas
hasta la llegada de Pedro Abelardo, quien no se quedó callado y sin miedo
alguno quiso debatir la postura de su maestro. Fue allí donde empezó a ganar
reconocimiento entre sus contemporáneos.
Referencias
Abelardo, P. (1993). Historia calamitatum. En P. Abelardo, Historia calamitatum y
otros textos filosóficos (págs. 13-127). Oviedo: Pentalfa Ediciones.
Reale , G., & Antíseri, D. (s.f.). Historia de la Filosofía II. Patrística y Escolástica. (J.
Gómez, Trad.) Bogotá: San Pablo.