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Taller

a- Identificar el significado de las siguientes palabras y expresiones:

 Inteligibilidad
 Trascendente
 Revelación
 Mitología
 Metafísica
 Teogonía

Expresiones:

 Fides quaerens intellectum


 Intellige ut credas, crede ut intelligas
 Magisterio
 Escritos de los padres de la iglesia

b- Contesta las siguientes preguntas

 ¿Qué es teología?
 Se puede decir de la teología que es “un modo de vivir” ¿Qué quiere decir esto?

c- Leer el siguiente texto y elaborar con sus propias palabras un ensayo de una página que de
cuentas de su compresión.

DESARROLLO DEL TALLER:

 Inteligibilidad: Como inteligible de designa aquello que puede ser entendido o


percibido sin problemas. La palabra, como tal, proviene del latín intelligibĭlis, que significa
‘que se puede entender’.

 Trascendente: Consecuencia o resultado de carácter grave o muy importante que tiene una
cosa. "el hecho tuvo una gran trascendencia histórica"

 Revelación: Descubrimiento o manifestación de algo secreto, oculto o desconocido.

"el descubrimiento y revelación de secretos e informaciones relativas a la defensa está penado por
la ley"; - En la tradición bíblica, manifestación de Dios a los hombres de cosas que estos no pueden
saber por sí mismos. "para los creyentes, la Biblia es una fuente de revelación divina".
 Mitología: Conjunto de mitos de una cultura, un pueblo, una religión, etc. “la mitología
griega" - Estudio sobre los mitos, su formación y los elementos que los constituyen. "se
dedica a la mitología"

 Metafísica: Conjunto de pensamientos o consideraciones profundos que se realizan acerca


de un tema de forma especulativa.

 Teogonía: nombre femenino Relato que explica el nacimiento de los dioses y sus relaciones
en las religiones politeístas.

EXPRESIONES:

 Fides quaerens intellectum significa "la Fe busca el entendimiento" o "la Fe busca


entender". Es el método teológico enfatizado por Agustín (354–430) y Anselmo de
Canterbury (c.1033 - 1109) en el que uno comienza con la creencia en la fe, y sobre la base
de esa fe, pasa a una mayor comprensión de la verdad cristiana.

 Credo ut intelligam (también como Credo ut intellegam) significa en latín "Creo para que
pueda entender" y es una máxima de Anselmo de Canterbury (Proslogion, 1) que se basa
en un dicho de Agustín de Hipona (crede ut intelligas, "cree para entender") para relacionar
la fe con la razón. En los escritos de Anselmo, se coloca en yuxtaposición a su inverso,
"intellego ut credam" ("entiendo para creer"), cuando dice "Neque enim quaero intelligere ut
credam, sed credo ut intelligam" ("no busco entender para poder creer, sino que creo para
poder entender"). A menudo se asocia con la otra frase famosa de Anselmo "fides quaerens
intellectum" ("la fe busca la comprensión"). Agustín entendió que el dicho significa que
debemos creer en algo para saber algo acerca de Dios

 El magisterio de la Iglesia (latín Magisterium Ecclesiae) es la expresión con que la Iglesia


católica se refiere a la función y autoridad de enseñar que tienen el papa
(magisterio pontificio) y los obispos que están en comunión con él.

 Los escritos que hasta hoy se conservan de los Padres apostólicos son: La Didaké, La
Epístola de San Clemente de Roma a los Corintios. ... La Epístola de San Policarpo de
Esmirna a los Filipenses.

 La teología es una ciencia que tiene a su disposición todas las posibilidades del
conocimiento humano. Es libre en el uso de sus métodos y análisis. Pero, al mismo tiempo,
debe tener en cuenta su relación con la fe de la Iglesia. La fe no es algo que nos debemos
a nosotros mismos; más bien «está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y de los
profetas, siendo piedra angular el mismo Cristo.

Igualmente la teología debe dar por supuesta la fe, pero no puede producirla. Y el teólogo
está siempre apoyado en los padres en la fe. Él sabe que su especialidad no se compone
de una serie de objetos o materiales históricos mezclados en un alambique artificioso, sino
que se trata de la fe viva de la Iglesia. No en vano el teólogo enseña en nombre y por encargo
de la comunidad de fe eclesial. Debe ineludiblemente hacer nuevas propuestas dirigidas a
la comprensión de la fe, pero éstas no son más que una oferta a toda la Iglesia. Muchas
cosas deben corregidas y ampliadas en un diálogo fraterno hasta que toda la Iglesia pueda
aceptarlas. La teología, en el fondo, debe ser un servicio enormemente desinteresado a la
comunidad de los creyentes. Por ese motivo, de su esencia forman parte la discusión
imparcial y objetiva, el diálogo fraterno, la apertura y la disposición de cambio de cara a las
propias opiniones.
ENSAYO

Después de leer el texto, comprendemos que todos los seres humanos tenemos acceso a Dios, y
de distintas perspectivas, se descubre la existencia de un Ser que es Acto puro y Ser subsistente
por sí mismo. Un Ser en Acto sin mezcla de potencia pasiva alguna, inmutable, sin comienzo ni
término, eterno.

No se implican ahí conceptos contradictorios, pero la Inmutabilidad y Vida; Motor que mueve sin
moverse, es que ha sido la razón con un discurso rigurosamente lógico la que nos ha enfrentado con
tan paradójico Ser. Podría parecer inadmisible esa serie de atributos que no conseguimos siquiera
imaginar; y menos aún juntos.
Pero, pensándolo bien, no podíamos esperar menos que un Ser inabarcable (dicho técnicamente:
incomprehensible) por la razón humana y mucho menos por la imaginación. La imaginación funciona
con imágenes sensibles. Y cómo pretender que sea proporcionado a la razón el Ser que subsiste en
sí, poseedor en grado infinito de infinitas perfecciones.

Lo razonable es reconocer que la razón es limitada y que, por lo tanto, ha de experimentar alguna
especie de ofuscación ante lo infinitamente inteligible, como el ojo humano se ciega al sostener la
mirada al sol.

Pero qué sería del ojo –de la capacidad de ver- si no existiera eso que no se puede mirar de frente
sin perder la visión? No veríamos nada, de nada servirían nuestros ojos. Sin embargo, mirando un
poco de soslayo, vemos el sol y además, a su luz vemos todas las cosas materiales con su relieve
y color.
Dios no es comprehensible por la humana razón, pero no porque sea un ser contradictorio o
simplemente ininteligible, sino precisamente porque, en sí mismo, es infinitamente inteligible,
demasiado inteligible para una capacidad limitada de entender, como la nuestra. No es razonable,
sensato, discurrir de este modo.

Lo insensato es el racionalismo, que pretende que lo que no resulta concebible por la razón no puede
existir, no puede ser verdad. Y aún va más allá el racionalismo, porque sostiene que sólo cabe tener
auténtica certeza de lo que la razón puede demostrar. Ahora bien por eso se demuestra que sólo
existe lo que es demostrable por la razón.
Ahora bien, para aceptar los resultados de la razón es preciso, anteriormente, al menos de una
manera implícita, confiar en la eficacia de la razón. Pero esta confianza, si bien la puedo razonar, no
la tengo por causa de razonamiento alguno, sino porque lo «veo», es decir, «lo entiendo» sin
necesidad de silogismos. Porque si no lo «viera», no bastarían todos los silogismo habidos y por
haber para confiar en mi razón; y entonces estaría intelectualmente perdido. Sería el bloqueo de la
razón, la incapacidad de razonar con sentido inteligible.

Por eso, en la base de todas nuestras certezas, está un acto de confianza, incluso, si se quiere, un
acto de fe: creo –confío- en mi capacidad de conocer verdades. Y esa fe o confianza no es irracional,
es un acto intelectual, es decir, un acto del entendimiento funcionando no como ratio, sino como
intellectus.

La razón no sabe qué hacer ante el misterio, pero el intelecto sí: cuando se topa con el misterio no
lo niega por el hecho de ser misterioso, lo reconoce: ahí está un misterio, una luz inabarcable; en
lugar de negarla, cerrándome a su luz, voy a aprovecharla y a la vez que reconozco su superioridad,
miraré las demás cosas a su luz y entonces, todo lo veré con más claridad.
Estudiante: GERARDO VILLEGAS CASTAÑEDA
Cedula: 92549714

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