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1. INTRODUCCIÓN
El juego es algo general que se da en todas las civilizaciones: todos juegan y han
jugado de diversas maneras, muchos de estos juegos guardan ciertas similitudes
en algunas culturas. El juego es una actividad inherente al ser humano, una forma
para que el cuerpo se exprese.
“La palabra “juego” viene del latín jocus que significa broma. Por consiguiente, el
juego es gozoso; lleva en sí humor, diversión y risa [ CITATION Cal031 \l 16394 ]
El juego en un ámbito educativo permite que los estudiantes logren construir sus
propios conocimientos a través de la experimentación, exploración, indagación e
investigación, procesos claves para lograr una enseñanza en los alumnos más
significativa.
2. DESARROLLO
El juego es uno de los medios para aprender y demostrar que esta aprendido. Es
probable que sea la forma de aprendizaje más creadora que tiene el niño, En
ciertos casos es también la forma de descubrir nuevas realidades, también debe
vérsele como un medio de socialización, jugando el niño conoce a otros niños y
hace amistad con ellos, reconoce sus méritos, coopera y se sacrifica por el grupo,
respeta los derechos ajenos, cumple con las reglas del juego, vence dificultades,
gana y pierde con dignidad. En esta perspectiva el profesor y/o padre debe sugerir
participar en el juego. Sus intervenciones le permitirán ganarse la confianza
infantil.
El niño juega porque es un ser esencialmente activo y porque sus actos tienen que
desenvolverse de acuerdo con el desarrollo mental. Por consiguiente, el juego es
fuente de goce, ya que en el encuentran los niños su satisfacción más cumplida,
una exigencia imperiosa de la naturaleza y una necesidad profunda del espíritu.
En la interacción con los materiales a través del juego irán conociendo, otorgando
significado, comprendiendo los hechos y las cosas; irán observando
características, descubriendo y analizando relaciones llegando a una capacidad
para actuar de manera eficaz y mejorando su calidad de aprendizaje. En una
época de profundos cambios y transformaciones como la que vive el planeta,
pocas cosas adquieren un valor tan trascendente cómo responder a los retos de
una educación que logre el desarrollo integral de las potencialidades físicas,
intelectuales y espirituales de los niños. Tomando en cuenta las competencias,
macro habilidades, están constituidas por tres tipos de saberes o aprendizajes: el
concepto (saber), procedimental (saber hacer) y actitudinal (ser) y se desarrollan
mediante una permanente actividad individual y colectiva.
Nuevas estrategias
El juego es uno de los medios que tiene para aprender y demostrar que está
aprendiendo. Es probable que sea la forma de aprendizaje más creadora que tiene
el niño. En ciertos casos es también la forma de descubrir nuevas realidades.
También es un medio de socialización, jugando el niño conoce a otros niños y
hace amistad con ellos, reconocen sus méritos, coopera y se sacrifica por el
grupo, respeta los derechos ajenos, cumple con las reglas del juego, vence
dificultades, y gana y pierde con dignidad.
Jugar es para el niño la actividad más importante de la vida. Es uno de los modos
más efectivos de aprendizaje que prepara a los niños para la vida. Jugando
aprende a comunicarse, ejercitar su imaginación, explora y prueba sus nuevas
habilidades e ideas, entrena el uso de cada una y todas las partes de su cuerpo,
conoce el mundo que lo rodea y desarrolla su inteligencia. Jugar es ganar tiempo,
es vivir, es aprender, es sentir mucho placer es integrarse al mundo que lo rodea,
es uno de los signos más importantes de que el niño está sano física y
mentalmente, es el modo más natural que tiene el niño para crecer.
Siendo el juego un tipo de actividad que desarrolla el niño, y siendo éste el objetivo
del proceso educativo cabe considerar la actividad lúdica no sólo como
componente natural de la vida del niño sino como elemento del que puede valerse
la pedagogía para usarlo en beneficio de su formación. Siendo así, el juego debe
ser aprovechado y desarrollado en la escuela dentro o fuera del aula.
3. CONCLUSIÓN
En la escuela, el juego tiene que formar parte de la tarea escolar, tiene una
intencionalidad educativa que no se da en otros contextos y ha de organizarse de
un modo significativo y distinto que es practicado fuera de la escuela. El juego y
las actividades lúdicas no se pueden quedar en un segundo plano, y que el niño
acceda a él, cuando haya terminado sus tareas, proporcionándoles algún material
de acuerdo con su edad.
Es esencial favorecer un amiente lúdico, agradable y acogedor, que ofrezca
múltiples situaciones de comunicación y relación para que el estudiante se sienta a
gusto y motivado, aprenda en un clima de afecto y seguridad, mejore en su
independencia y autonomía, construya su identidad y se sienta aceptado y
valorado.
Por último, se puede ver favorable que los maestros utilicen esta estrategia
dinámica (el juego) como actividad pedagógica no solo en los primeros años de
escolaridad sino en todos los niveles y de vez en cuando a toda la comunidad en
un día dedicado a la familia, así mismo generando prácticas educativas
participativas e inclusivas desde el juego en beneficio de toda la familia y la
comunidad en conjunto.
Bibliografía