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CARRERA:
ASIGNATURA:
ÉTICA PROFESIONAL
DOCENTE:
TEMA:
Introducción ............................................................................................................................ 3
Conclusiones........................................................................................................................... 9
Bibliografía ........................................................................................................................... 10
Estamos inmersos en la era del conocimiento, en la que los avances tecnológicos van de la mano
con un progreso constante en las diferentes áreas del quehacer humano. Sin embargo, este avance
vertiginoso de la ciencia y la tecnología no necesariamente va de la mano con el crecimiento de la
persona humana ni con el respeto a su dignidad en el interior de las organizaciones o empresas
que, en sí mismas, se nutren fundamentalmente de las personas que las conforman.
Justamente, el desarrollo de cada empresa que, en conjunto conlleva al progreso social, se sustenta
en la aplicación de la Ética en el ámbito empresarial, que conlleva al respeto y a la preocupación
por cada uno de sus grupos influyentes, a los que se conoce como stakeholders (partes interesadas).
Dentro de estos grupos se encuentran los accionistas, gerentes, proveedores, clientes, trabajadores,
organizaciones gubernamentales, así como la colectividad.
Dado que toda organización tiene un papel fundamental en la mejora de vida de la comunidad
donde está inmersa, es necesario estudiar todos los elementos que conllevan a una conducta ética
en el ámbito empresarial.
“La ética no es una descripción de lo que las personas hacen; es una prescripción de los que
todos debemos hacer”.
Michael Josephson.
Profesor y abogado
La primera distinción a la que debe hacer frente una reflexión teórica sobre lo moral es la que se
establece entre los vocablos moral y ética, conceptos que en el lenguaje cotidiano utilizamos
habitualmente de modo indistinto e intercambiable. Sin embargo, es necesario diferenciarlos para
evitar la frecuente confusión entre lo que es la teoría y lo que es su objeto de estudio. Algunas
consideraciones sobre el origen y el significado etimológico de ambos conceptos nos ayudarán al
respecto. Aristóteles es el primer pensador que distingue la ética como una disciplina
independiente dentro del ámbito práctico. A diferencia del nivel teórico que trata sobre las «cosas
que no pueden ser de otra forma» (Aristóteles, vi: 1139b), el saber práctico encuentra su sentido
en la acción misma. Junto con la política y la economía, la ética se ocupa de las acciones humanas,
de su dirección hacia el fin que es propio del hombre.
La palabra utilizada por Aristóteles es ethos que, según Aranguren (1979: 21 y ss.), posee dos
sentidos fundamentales. Por una parte, su sentido más antiguo corresponde a ‘residencia’,
‘morada’, ‘lugar donde se habita’. Ética se referiría así al suelo firme, al fundamento de la praxis,
a la raíz de donde brotan todos los actos humanos. Es el desde donde de la acción. Pero, por otra
parte, también significa ‘modo de ser’ o ‘carácter’, en una acepción ya mucho más cercana a
nosotros. Desde aquí, la ética se ocuparía de la configuración de la propia forma o modo de vida.
Ethos como contraposición a pathos, es decir, hábito y costumbre frente a lo inmodificable por la
voluntad del ser humano.
El término moral, por su parte, proviene del latín mos, plural mores, que recoge los dos sentidos
griegos: carácter o personalidad como adquisición de un determinado modo de ser y a partir de un
pathos expresado en los sentimientos. Esto es, conjunto de reglas o normas adquiridas por hábito
y dirigidas a la formación de aquello que es más propio de una persona, de su modo de actuar.
Si bien este análisis etimológico nos puede servir para explicitar el sentido último del hecho moral,
esa segunda naturaleza que define lo específicamente humano, no nos explica el porqué de la
distinción entre ética y moral. Esto es así porque estamos ante una diferenciación lógica y no
etimológica ni de uso (Cortina, 1986: 75). Estas razones tienen que ver con la aparición de la
Es un hecho que todas las sociedades deben institucionalizar, en mayor o menor grado, una escala
de valores para la acción, un código normativo, un sistema jerarquizado de normas, etc. Todas
estas dimensiones normativas pretenden, por el hecho de serlo, una validez. Las cuestiones morales
no pueden identificarse sin más con el conjunto de normas que estructuran la praxis social, pues
entonces tendríamos dificultades para distinguirlas de las normas jurídicas, tradicionales o
religiosas. La moral, como aquí tendremos ocasión de mostrar, tiene que ver más bien con nuestra
relación con estas normas y valores, apareciendo solo como dimensión autónoma cuando este
conjunto de normas pierde su validez evidente. hecha esta apreciación, podemos utilizar la
definición que nos ofrece Sánchez Vázquez:
La moral es un sistema de normas, principios y valores de acuerdo con el cual se regulan las
relaciones mutuas entre los individuos, o entre ellos y la comunidad, de tal manera que dichas
normas, que tienen un carácter histórico social, se acaten libre y conscientemente, por una
convicción íntima y no de un modo mecánico, exterior o impersonal (2005: 81).
La distinción entre moral y ética se vuelve necesaria, además, para una primera aproximación
negativa a lo que es la ética. El ético no es un moralista, es decir, no se dedica a definir y prescribir
actuaciones o normas concretas. El tránsito de la moral a la ética supone un cambio en el nivel
reflexivo, un cambio donde se pierde la convencionalidad de la acción y la orientación de la praxis
solo de forma mediata se puede realizar. La ética es teoría, explicación y justificación de un tipo
específico de experiencia humana o forma de comportamiento de los seres humanos (Scanlon,
2003). Por eso, con Pieper, defenderemos una ética como análisis de las condiciones de la
moralidad, esto es, de aquella cualidad por la cual una determinada actuación, individual o
colectiva, se convierte en moral (Pieper, 1990: 14). Como de la teoría ética nos ocuparemos en el
siguiente tema, es conveniente ahora entrar a definir en qué consiste esta forma específica de
experiencia humana.
Concepto Se le conoce como un principio o filosofía que es Conducta o filosofía personal que guía la conducta del
responsable de cuestionar la naturaleza de la hombre ante diferentes fines que la ejercen, relativamente
conducta de los individuos a niveles personales, ante la comunidad.
sociales y morales.
Diferencias Se enfoca solo en conceptos como el bien y el mal. A diferencia de la ética, este se basa en la actuación
También se basa por valores humanos ante una humana ante el bien o el mal. También se basa para
comunidad. cuestionar a un individuo mediante sus acciones como ser
humano.
Importancia La ética juega un papel muy importante, pues, a La moral es un concepto clave en la formación de la
diferencia de muchas otras ciencias, es más civilización humana. Por un lado, una sociedad requiere
aplicable a la vida, debido a su -técnico, derivado siempre de un código o un conjunto de reglas a las que
de las propias costumbres y del comportamiento ceñirse para garantizar la paz social y la relativa armonía
humano, siendo perfeccionada por ésta, ayuda a entre sus ciudadanos.
asegurar la realización como personas, teniendo en
cuenta que fines vale la pena perseguir y bajo qué
condiciones vale la pena perseguirlos.
La ética y la moral son las armas principales para combatir las prácticas indebidas de los miembros
de la organización, sin embargo, su práctica requiere permanentemente estímulo. Paradójicamente,
se a reconocido la importancia que los gerentes adquieren para influir positivamente en el
comportamiento ético de sus organizaciones, pero se ha investigado poco sobre lo que significa
ser un gerente ético o cuáles comportamientos lo caracterizan, por lo general los investigadores
parten de sus propias percepciones o creencias, pero sin un fundamento empírico valido y
confiable, lo cual retarda la internalización de las acciones ético morales, en la cotidianidad de la
organización.
En este sentido, es importante que quienes aspiren a ser gerentes tengan una formación íntegra con
una amplia visión, con sentido de responsabilidad, lealtad a la institución y compromiso con los
objetivos de la misma, no solo vasta la formación técnica, ya que de nada servirá ser competitivo
si la empresa adolece de transparencia, pues, ésta es también percibida por su entorno y más
temprano que tarde traerá consecuencias.
La dimensión ético-moral en la gerencia pública, podrán generar información que permita ajustar
o complementar el rumbo estratégico de la organización y mejorar de forma sustancial su clima
organizacional hacia los más altos niveles de integridad y transparencia; lo cual representa un reto
permanente en la consolidación de la gerencia.