Está en la página 1de 4

Peter Stephen Paul Brook (Chiswick, Londres, 21 de marzo de 1925) es un director de

teatro, películas y ópera inglés que ha vivido en Francia desde principios de los años
1970. Es uno de los directores más influyentes del teatro contemporáneo.1 Sus puestas
en escena han sido revolucionarias e innovadoras. Ha sido galardonado con múltiples
premios, el Tony y Emmy Award, un Laurence Oliver Award, el Praemium Imperiale,
el Prix Italia2 y el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2019.3
El espacio vacío, da un parámetro que permite ver en qué punto nos encontramos con
respecto al teatro que estamos haciendo y que tan vivo es nuestro teatro, dividido en 4
secciones:
EL TEATRO MORTAL
Llama particularmente la frase que da inicio a este libro:
“Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo, lo único que
necesito es alguien que camine en este espacio y otro que lo observe para llamarlo un
acto teatral.” Los 4 teatros de los que hablaremos, coexisten y se relacionan. Cuando
hablamos del teatro mortal, es importante tomar en cuenta que mortal, no es lo que está
muerto, sino lo que está por morir y tiene posibilidad de refrescarse para levantarse.
El teatro mortal, es el teatro malo, hablamos del teatro engañoso. Hoy en día, el
teatro no aporta porque es insuficiente para la sociedad. No hay una relación establecida
entre la gente y el teatro, qué da inicio a esta relación a partir de la escena. En este tipo
de teatro, los creadores trabajan por dinero, como los llamaba Stanislavski “actores
payaso”, que como en Brodway, el teatro se convierte en un negocio que vaya la gente
o no vaya, el equipo de trabajo no pierde(actores, directores, escenógrafos, tramoyeros,
etcétera). Todo esto, ha contribuido a que la gente deje de asistir al teatro, la razón es
que se encuentran decepcionados del teatro y por eso ya no quieren arriesgarse a pagar
un boleto, mejor esperan a que se presente gratis: “por si las dudas, no sea que no valga
la pena”.
Menciona Peter Brook textualmente lo siguiente: “Si el buen teatro depende de
un buen público, entonces todo público tiene el teatro que se merece. No obstante, debe
ser duro para los espectadores que les hablen de la responsabilidad de un público”.
En un espectáculo, si la gente no se lleva nada, es mortal, empieza a aburrirse, a
toser, a atender a necesidades externas a la presentación y los perdemos. Los que mejor
nos muestran esto, son los niños, pues a veces , entre nosotros también cuesta trabajo
ver donde deja de ser inmortal para hacerse mortal, ya que nos dejamos de tomar en
cuenta la chispa, la magia del teatro y lo suplimos por una técnica muy bien ejecutada
por ejemplo. Quienes nos pueden dar la respuesta con respecto a lo vivo que es el
espectáculo, son los niños.
Cada vez buscamos acercarnos más a la verdad, por eso cuando vemos un texto serio
o rebuscado, nos cuesta trabajo representarlo orgánicamente y terminamos por imitar la
forma, sin darle vida, intención ni sentimiento.
¿Cómo logramos esto? Antes de hablar, el actor debe analizar y crear mediante la
exploracion una serie de estímulos que llenen el espacio vacío que hay entre el texto y la
acción. Ayudaría también que en los textos no haya tantas acotaciones para abrir paso a
la imaginación.
Para hacer teatro ,no podemos encasillarnos en 1 solo estilo, porque es ponerle
límites al teatro, y esto, lo hace mortal, debemos ser versátiles y estar abiertos a nuevos
paradigmas y a estar constantemente refrescando la informaciones tenemos, aunque a
veces es difícil saber qué cosas se pueden cambiar y que cosas son imprescindibles.
El teatro busca comunicar. El director, tiene un mensaje en común con los actores y
el director encuentra la forma de comunicar al espectador este mensaje por medio del
actor.En ocasiones, ésta comunicación es posible incluso aunque el espectáculo no esté
en el idioma del espectador, y aun así puede transmitir, pero en otras aun compartiendo
el mismo contexto social, no se logra.
Otro factor importante que debemos tomar en cuenta, es la cultura de los
espectadores, porque mientras para unos es un espectáculo perfecto y magnifico, para
otros, en un contexto distinto, puede resultar un fracaso rotundo. El teatro ha ido
perdiendo importancia alrededor del mundo porque no tiene un objetivo preciso ni
constante.
Esta inconstancia se ve desde la formación. Cuando el estudiante deja de estudiar y
se estanca en un estilo, en un tema, en un método que se hace arcaico y obsoleto, no
distribuye bien su tiempo, haciendo que cada vez se aleje más de un progreso como
actor y como persona.

¿A QUE ATRIBUIMOS QUE EL TEATRO SEA MORTAL?


La respuesta es muy corta y clara: la incompetencia.

EL TEATRO SAGRADO

El teatro debe llevar a la escena lo que no se ve de la vida, lo que no apreciamos.


Para llevar a cabo un proyecto, debemos apasionarnos todos por ese proyecto y tener
algo que decir. Si por ejemplo, el director siente, contagia a los demás y estos reflejan
esta conmoción a los espectadores. Peter Brook dice para aclarar este punto, que en
Europa, el objetivo era recuperar de entre las ruinas, las esperanzas de un pueblo
desolado, que trae el existencialismo con el Expresionismo por ejemplo. Esto nos enlaza
con el teatro mortal, que si no tenemos un objetivo, no podremos hacer que el teatro
deje de ser mortal.
El secreto está en no “imitar” algo de lo que no se tiene idea, debemos ser capaces
de encarnar lo invisible. Como ejemplo tenemos al kathakali*, entre otras teatralidades
orientales, que aun funcionan porque estudian no solo las formas que en si son
complejas, sino todo lo que hay detrás, desde el origen y logran llenar el espacio entre el
actor y la acción, siendo que son representaciones que llevan haciéndose muchos años,
siguen vigentes.
En occidente, necesitamos un objetivo, mismo que debe hacernos ver el teatro como
algo de suma importancia. Para esto es necesario que el actor estudie y sea capaz de
adquirir una conciencia de lo que hace y así poder usar la imaginación como una
herramienta. Todos ir hacia el mismo objetivo juntos, porque el ritual por el ritual, sólo
lo deterioramos, ya que no sabemos qué celebrar ni cómo hacerlo y lo hacemos porque
sí, perdiendo con esta pseudo representación, la capacidad de apreciar el silencio.
En lo personal creo que es una cuestión cultural el que ahora no nos permitamos
apreciar aquellas cosas que también se necesitan, como la respiración y el simple hecho
de escuchar el silencio. Claramente podemos ver esto en el teatro cuando por inercia
aplaudimos, siendo que a veces es necesario el silencio, que puede decir mucho más que
un aplauso si se siente de verdad.

Peter Brook menciona que evitamos lo sagrado porque nos ha decepcionado y con el
teatro sagrado, hemos dejado en el olvido a la poética* y hace referencia a Antonin
Artaud, que decía que tampoco con el texto podemos llenar esta parte de sentimientos y
significado, por eso decía que si no sientes la necesidad de hablar, no hables, porque es
como irse por el camino fácil de la expresión .Sin creatividad. En el caso de Bertolt
Brecht, la palabra es un auxiliar de la imagen.Para contribuir a la construcción de una
carga emocional con qué llenar el texto y la acción, Peter Brook cuenta sobre algunos
ejercicios y dinámicas que utilizaba con sus alumnos, todo para alcanzar una verdadera
expresión y una vez que tenemos la capacidad de sentir y recibir, sigue la parte en la que
nos convertimos en reflectores de estos impulsos y emociones, eso es la acción.

TEATRO TOSCO

La diferencia entre el teatro sagrado y el teatro tosco, es que el teatro sagrado, se


enfoca en la parte interna y cubre lo invisible, la parte emocional, mientras que el teatro
tosco es rustico*, directo e impactante; busca algo más de fiesta. Es el teatro popular. Se
ocupa de las cosas que hacemos los hombres diario, así como el happening*, que se
apoya en la sorpresa, interceptando al público que no tiene idea de que se convertirá en
espectador. Brecht habla sobre la alienación.

¿EN QUE SE RELACIONAN LA ALIENACION Y EL TEATRO TOSCO?

En que la alienación, es un estímulo al pensamiento del público (transfiere a escena


lo mejor de la razón) y el happening elimina las reglas de la razón que rigen al
pensamiento y provocan al espectador a dejarse llevar y salir de su rutina.
Ambos usan la sorpresa y el ataque al espectador.
Con Chejov por otro lado, vemos que aunque pareciera ir en contra de Brecht al dar
la ilusión de la realidad, no es así, ya que es otra forma de lograr la reflexión del
espectador.
Hemos visto que ahora la respuesta la buscamos en los orígenes del teatro, es decir, nos
estamos lleno a buscar en el ritual, pero necesitamos una belleza que nos convenza .El
teatro debe estar en constante revolución y entre más nos acercamos a la esencia del
teatro su campo se hace más amplio y se hace tan vigente como el cine o la televisión.
En el teatro contemporáneo la tosquedad esta más viva y lo agrado está casi muerto.
Debemos convencer de que no estamos fingiendo en la escena, que la magia realmente
ocurre y no “abaratar nuestro trabajo”. Sólo así podemos atraer al espectador y lograr su
permanencia.

El actor que impacta: El actor debe estar al tanto de todo lo que ocurre en su entorno
para poder hacer un teatro de calidad, acertivo, propositivo, eficaz y útil (inmortal).

Nosotros consideramos esto un aspecto importante para lograr captar la atención del
espectador, porque no podemos transmitir, provocar ni conmover si no tenemos idea de
las cosas que les afectan. Con esto quiero decir que debemos analizar el entorno del
espectador y el terreno en el que nos estamos metiendo. Debemos comparar y hacernos
de una opinión y un criterio propio sobre lo que está pasando en el país, ir atando cabos,
sacar conclusiones, relacionar y aplicar los conocimientos que se adquieren a diario,
aprender a escuchar lo que dice alguien más, incluso si es de una clase social distinta, si
su vida es muy distinta a la mía,… Tomar lo que creo que es importante ver desde otro
ángulo y llevarlo a escena.

También podría gustarte