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MARC´s: CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE

1. Los Medios Alternativos de Resolución de Conflictos (MARC´s):

Para tener un concepto más amplio de lo que son los MARC’s, es necesario tener la idea clara
sobre el significado de las palabras medio, alternativa, resolución y conflicto.

Medios, son los recursos que las personas utilizan para lograr alcanzar un objetivo que se sustenta
en una necesidad que desean satisfacer. Pueden ser de diversa naturaleza.

Por ejemplo: una escopeta si deseamos cazar palomas; una radiografía si un médico necesita saber
cómo se encuentra una fractura.

Alternativa, es la circunstancia por la cual una persona, o grupo, tienen dos o más posibilidades de
actuar para lograr un objetivo. Pueden ser excluyentes, es decir, sólo se puede escoger una de las
posibilidades; o ser incluyentes, en cuyo caso podemos escoger más de una.

Por ejemplo, si deseo comprar un auto, el mercado de venta de automóviles me presenta varias
opciones: un Nissan, Toyota, Ford, etc.,

Resolución, es la solución que encontramos para un problema, una dificultad o  una disyuntiva.

Conflicto, es aquella circunstancias en la cual, la situación favorable para la satisfacción de una


necesidad excluye la situación favorable para la satisfacción de una necesidad distinta.

Teniendo en cuenta la explicación dada los MARC’s son los procesos alternativos al proceso
judicial, disponibles para la resolución de conflictos, en los cuales, más que imponer una
solución, permite a las partes crear su propia solución.

1.1. Clases de Medios Alternativos de Resolución de Conflictos :

Son las siguientes:

1.1.1. La Negociación o Transacción.- En la cual, las partes enfrentan, directamente, sin la


intervención de un tercero, la solución de un problema. Y si bien es cierto, es posible
encontrar la figura del NEGOCIADOR, generalmente este no tiene vocación imparcial,
por el contrario, aparece identificándose con alguna de las partes del conflicto.

Ejemplo: el caso de la negociación colectiva en los conflictos referentes a


reclamaciones laborales, habidas entre un sindicato y los empleadores.
1.1.2. La Mediación.- La mediación implica la intervención de una tercera persona, neutral e
imparcial, cuyo papel consiste en asistir a las partes en su efectiva comunicación, en el
análisis del conflicto y en la búsqueda de una solución aceptable para todos.

Idealmente, la persona mediadora no está vinculada a ninguna de las partes


enfrentadas ni tiene interés por un resultado específico en la solución del conflicto.

Para el desempeño de su labor cuenta con la confianza y legitimación de todas las


partes implicadas.

El mediador no tiene capacidad de decisión, sino que se limita a guiar a las diferentes
partes durante la negociación, facilitando la definición del problema y de los intereses
particulares, la comprensión de los puntos de vista opuestos y la elaboración de un
arreglo que cuente con la aceptación general.

1.1.3. La Conciliación: En esta forma de resolución del conflicto se hace más fuerte la
presencia del tercero, conforme lo haremos notar más adelante.

1.1.4. Arbitraje: La presencia de un tercero es más grande, ya que se acata lo que el árbitro
indica. El árbitro emite, lo que se llama "laudos arbitrales", las cuales son vinculantes
para las partes. Tiene carácter de Cosa Juzgada. También de este extremo nos
ocuparemos seguidamente.

2. LA CONCILIACIÓN:

"Conciliar" deriva del vocablo latino "Conciliare", que según el Diccionario de la Real Academia de
la Lengua Española, significa componer, ajustar los ánimos de quienes estaban opuestos entre sí.

La conciliación es un mecanismo de solución de conflictos a través del cual, dos o más personas
gestionan por sí mismas la solución de sus diferencias, con la ayuda de un tercero neutral y
calificado, denominado conciliador.

Como se verá en la definición alcanzada, además de las personas en conflicto, esta figura involucra
también a un tercero neutral e imparcial llamado conciliador que actúa, siempre habilitado por las
partes, facilitando el dialogo entre ellas y proponiendo o promoviendo fórmulas de acuerdo que
permitan llegar a soluciones satisfactorias para ambas partes.

La conciliación es un procedimiento con una serie de etapas, a través de las cuales dos o más
personas vinculadas a un conflicto de intereses desistible, transigible o determinado como
conciliable por la ley, encuentran la manera de resolverlo a través de un acuerdo satisfactorio que
se logra con la intervención de un tercero imparcial que les brinda asistencia con dicho fin.

La conciliación será judicial o extrajudicial, según exista o no un proceso judicial y se haga


intervenir o no a un Juez.

Al respecto, es muy difundida aquella definición según la cual, la diferencia entre conciliación
judicial o extrajudicial, pasa por determinar si la conciliación se celebró dentro o fuera del proceso.
Esta aseveración no es del todo exacta, pues habiendo proceso judicial, la conciliación celebrada
ante un centro de conciliación extrajudicial, para que surta efectos al interior del proceso,
necesariamente tiene que ser presentada ante el Juez y éste habrá de efectuar un control sobre
ella, dictando la resolución respectiva. Sólo si el Juez aprueba dicho acuerdo conciliatorio será
posible la conclusión del proceso. Es más, el acuerdo conciliatorio extrajudicial aprobado por el
Juez, tiene efectos de sentencia que tiene la autoridad de cosa juzgada

2.1. Marco regulatorio de la conciliación extrajudicial:

Teniendo en cuenta lo señalado precedentemente la conciliación será extrajudicial cuando


las partes acuden a un centro de conciliación extrajudicial a fin de que les asista en la
búsqueda de una solución consensual al conflicto (Art. 5° de la Ley).

Como se podrá advertir en esta definición sólo es posible conciliar sobre aquello que es
susceptible de transacción, es decir sobre derechos disponibles. Asimismo, el conciliador
debe tener un conocimiento previo del caso, para alcanzar exitosamente su propósito final:
Lograr un acuerdo que ponga fin al conflicto.

Se encuentra normada en la Ley N° 26872, modificada por D. Leg. N° 1070, que define la
Conciliación Extrajudicial como una institución que se constituye como un mecanismo
alternativo para la solución de conflictos, por el cual las partes acuden ante un Centro de
Conciliación o al Juzgado de Paz Letrado a fin que se les asista en la búsqueda de una
solución consensual al conflicto.

El procedimiento de conciliación que se inicia con la solicitud de conciliación (Art. 13°) la


cual puede ser escrita o verbal (Art. 12° del Reglamento de la Ley de conciliación aprobado
por D.S. 014-2008-JUS) a la cual deben acompañarse la copia del documento de identidad
del solicitante o solicitantes, el documento que acredita la representación cuando así lo
autorice la ley, copias simples de los documentos relacionados con el conflicto y tantas
copias simples de la solicitud y sus anexos como invitados a conciliar existan.

Recibida la solicitud, el centro de conciliación designa al conciliador, quien cursa las


invitaciones a las partes dentro de los cinco días útiles siguientes, para llevar a cabo una
Audiencia de conciliación, que se verificará dentro de los siete días hábiles contados a partir
de la entrega de la última invitación a las partes (Art. 12° de la Ley).

La Audiencia de conciliación puede desarrollarse en una o varias sesiones, siempre que sea
necesario para los fines de la conciliación (Art. 10° de la ley).

El procedimiento de conciliación concluye por:

a. Acuerdo total de las partes.

b. Acuerdo parcial de las partes.

c. Falta de acuerdo entre las partes.

d. Inasistencia de una parte a dos (2) sesiones.

e. Inasistencia de las partes a una (1) sesión.

El Acta de conciliación es el documento que expresa la manifestación de voluntad de las


partes en la Conciliación Extrajudicial, debe contener lo siguiente (Art. 16°):

1. Lugar y fecha en la que se suscribe el acta.

2. Nombres, identificación y domicilio de las partes.

3. Nombre e identificación del conciliador.

4. Descripción de las controversias.

5. El Acuerdo Conciliatorio, sea total o parcial, estableciendo de manera precisa los


derechos, deberes u obligaciones ciertas, expresas y exigibles; o en su caso la falta de
acuerdo o la inasistencia de las partes a la audiencia.

6. Firma y huella digital del conciliador, de las partes o de sus representantes legales,
cuando asistan a la audiencia.

En caso de las personas que no saben firmar bastará la huella digital.


7. Nombre y firma del abogado del Centro de Conciliación, quien verificará la legalidad
de los acuerdos adoptados.

El Acuerdo Conciliatorio, puede ser total o parcial, según la conciliación comprenda la


solución integral del conflicto o sólo algunos extremos de este.

Finalmente, cabe advertir que la Ley establece que el Acta con acuerdo conciliatorio
constituye título de ejecución (Art. 18°) y por lo tanto los derechos, deberes u obligaciones
ciertas, expresas y exigibles que consten en dicha acta son exigibles a través del proceso
Único de Ejecución.

2.2. Marco regulatorio de la conciliación judicial:

La conciliación judicial se encuentra regulada en los artículos 323° al 328° del Código
Procesal Civil y es aquella que se lleva a cabo ante el Juez en una audiencia especial, previo
pedido de ambas partes.

Se judicializa también el acuerdo conciliatorio llevado a cabo ante un conciliador


extrajudicial aprobado por el Juez, y es por ello, que al igual que el acuerdo conciliatorio
adoptado ante el Juez, tiene el mismo efecto que la sentencia con autoridad de cosa
juzgada.

Cabe indicar que a partir de las modificaciones introducidas por el Dec. Leg. 1070 la
conciliación, ha dejado de ser una etapa obligatoria al interior del proceso judicial. Pues, se
ha dejado de lado la obligatoriedad del Juez de convocar a una Audiencia conciliatoria,
dejándose establecido que el Juez puede convocarla en cualquier etapa del proceso sólo si
ambas partes lo solicitan.

Al igual que en la conciliación extrajudicial, el acuerdo conciliatorio puede ser total y parcial.
Sin embargo, la conciliación judicial produce el mismo efecto que la sentencia que tiene
autoridad de cosa juzgada (Art. 328 del CPC).

2.3. ANÁLISIS CRITICO COMPARATIVO DE LA CONCILIACIÓN JUDICIAL Y EXTRAJUDICIAL :

2.3.1. En cuanto a sus ventajas: En ambos casos es indudable que las ventajas de la
conciliación son evidentes.

En ambos casos se ahorra tiempo, recursos económicos, esfuerzos e incluso


desgaste emocional; asimismo, las probabilidades de alcanzar soluciones de mutuo
beneficio para las partes es directamente proporcional a la mayor capacidad de
gestión y decisión que ellas tienen en una negociación directa.

Además, teniendo en cuenta que al conciliar no hay enfrentamientos, no hay


vencedores ni vencidos, pues al ser el acuerdo conciliatorio una solución
consensuada, todos ganan y, por tanto, se alcanza una paz social verdadera.

Por otro lado, en cuanto al cumplimiento del acuerdo conciliatorio, es más reducida
la posibilidad de que alguna de las partes ponga de manifiesto su resistencia al
acatamiento y/o cumplimiento de lo acordado.

2.3.2. En cuanto a su oportunidad:

En la conciliación judicial, el Art. 323 del Código Procesal Civil regula la oportunidad
de la conciliación, estableciendo que la conciliación judicial puede llevarse a cabo en
cualquier estado del proceso, siempre que no se haya expedido sentencia de
segunda instancia.

Como se ha señalado, la posibilidad de llevar a cabo una audiencia de conciliación


judicial en cualquier momento tiene un límite final claramente definido por la norma,
que es hasta antes de la expedición de la sentencia en segunda instancia.

Sin embargo, en cuanto al límite inicial este no se encuentra determinado de forma


concreta, lo que ha llevado a una serie de interpretaciones, siendo las siguientes, las
más relevantes:

 Para algunos, la norma, el artículo 323 del CPC, al establecer que se puede
conciliar “en cualquier estado del proceso” está dando pie a que la conciliación
se produzca en cualquier momento desde el momento mismo en que se inicia
el proceso.

 Para otros, siendo que por definición, para llevar adelante la conciliación, el
conciliador debe estar previamente informado de los hechos; la conciliación
sólo ocurrirá después de cumplidos los actos postulatorios, pues antes de ello,
el Juez no ha recibido suficiente información de las partes (que recién se pone
de manifiesto en la demanda y su contestación y en la reconvención y su
contestación) para poder desarrollar exitosamente la conciliación.
Cabe indicar que si las partes llegan a un acuerdo antes del proceso, se estará ante
una conciliación extrajudicial, en tanto que si lo hacen de forma posterior al límite
final (expedición de la sentencia de segunda instancia) se considerará un acto ulterior
que no afecta la inmutabilidad de la cosa juzgada, y en ninguno de tales casos es ante
el Juez sino sería ante otro conciliador.

En la conciliación extrajudicial, la oportunidad para conciliar es en la audiencia de


conciliación convocada por el conciliador, fuera de ella no es posible.

2.3.3. En cuanto a la oportunidad y participación de las partes :

Como se ha indicado líneas arriba, en ambos casos, la conciliación se desarrolla en


una audiencia.

Sin embargo, en el caso de la conciliación extrajudicial, la concurrencia de las partes


es personalísima. La representación voluntaria, sólo procede excepcionalmente
(tratándose de personas domiciliadas en el extranjero, personas impedidas de
trasladarse al centro de conciliación o personas que domicilian fuera de la jurisdicción
del distrito conciliatorio).

En la conciliación judicial, cabe la representación voluntaria, siempre que se haya


autorizado expresamente al apoderado para celebrar un acuerdo conciliatorio. Es el
caso de lo previsto en el artículo 554° del CPC.

2.3.4. En cuanto a las limitaciones para conciliar:

En ambos casos, el acuerdo conciliatorio tiene requisitos sustanciales que deben


cumplirse ineludiblemente:

a. El objeto de la conciliación ha de versar sobre derechos disponibles. No cabe


conciliar sobre derechos indisponibles (la vida, la salud, los derechos laborales,
el derecho a la pensión, la integridad física, etc.).

Siendo la conciliación un acto fundamentalmente voluntario por el que los


sujetos procesales pueden crear, regular, modificar o extinguir relaciones
jurídicas, terminando con ello el proceso, la libertad de las partes no puede
conllevar a disponer derechos indisponibles. Este principio se aplica, en
realidad, a cualquier acto jurídico. Existen derechos indisponibles o
irrenunciables establecidos en el ordenamiento jurídico de cada sociedad, que
constituyen una suerte de “núcleo duro” que no puede ser tocado ni alterado
por la autonomía privada.

b. Sólo son conciliables los derechos que se encuentran conflictuados entre las
partes, lo que se relaciona con el principio procesal de la congruencia.

Esto significa que, en principio, el acuerdo no puede referirse a relaciones


jurídicas sustanciales diversas de la que deriva el conflicto o la litis, debiendo
por ende tener vinculación estrecha con ella.

2.3.5. En cuanto a los efectos del documento que contiene el acuerdo conciliatorio :

En la conciliación judicial, el acta que contiene el acuerdo conciliatorio tiene efectos


de sentencia con autoridad de cosa juzgada (Art. 328° del Código Procesal Civil).

En la conciliación extrajudicial, el acta que contiene el acuerdo conciliatorio


constituye título de ejecución y se ejecuta a través del proceso Único de ejecución
(Art. 18 de la Ley de conciliación).

2.4. EL ARBITRAJE:

Es un proceso extrajudicial destinado a que un tercero imparcial (el árbitro) al que


voluntariamente se han sometido las partes, declare un derecho que una de las partes cree
tener y la otra controvierte. La decisión mediante la cual los árbitros resuelven el litigio que
las partes le sometieron (LAUDO) es en definitiva el resultado de un juicio contradictorio de
conocimiento, enderezado a obtener certidumbre respecto de una situación fáctica y
jurídica determinada.

2.4.1. Convenio arbitral:

El convenio arbitral es un acuerdo por el que las partes deciden someter a arbitraje
todas las controversias o ciertas controversias que hayan surgido o puedan surgir
entre ellas respecto de una determinada relación jurídica contractual o de otra
naturaleza.

El convenio arbitral deberá constar por escrito. Podrá adoptar la forma de una
cláusula incluida en un contrato o la forma de un acuerdo independiente.
2.4.2. Clases de arbitraje:

De acuerdo al artículo 7° del D. Leg. 1071, el arbitraje, puede ser:

a. Arbitraje institucional en la cual participa una entidad que administra y


organiza el trámite, y presta una serie de servicios para que la contienda sea
resuelta con mayor eficacia. La cuestión litigiosa específica es resuelta por
árbitros escogidos por las partes. La entidad presta tareas de apoyo a las partes
y a los árbitros, pero no participa en la decisión del caso. Habitualmente tienen
listas de árbitros para que las partes elijan, un reglamento de procedimientos y
modelos de acuerdo arbitral, lo que facilita a las partes el sometimiento a
arbitraje. Asimismo proveen el local y toda la infraestructura necesaria para
poder llevar a cabo el juicio arbitral, y prestan servicios de secretaría: recibir y
notificar la demanda, fijar honorarios, elegir a los árbitros y resolver las
recusaciones que puedan plantearse, reemplazar árbitros cuando sea
necesario por renuncia o vacancia, fijar la sede del arbitraje, el idioma en que
tramitará, etc.

b. El arbitraje libre o ad hoc no existe ninguna institución que administre el


sistema, por lo que las partes deberán ponerse de acuerdo en las reglas sobre
las cuales se desarrollará el arbitraje: tendrán que acordar las normas en base a
las que actuarán los árbitros y proveer todo lo necesario para que el arbitraje
pueda comenzar. Deberán convenir los mecanismos de elección de los árbitros,
el lugar donde se llevará a cabo y en su caso el idioma, los procedimientos
aplicables, métodos de coerción para el caso de reticencia de alguna de ellas a
cooperar o de falta de cumplimiento de las resoluciones de los árbitros, fijar a
los árbitros el plazo para laudar, eventualmente establecer los recursos que
cabrán contra el laudo, etc.

2.4.3. Nombramiento de árbitros:

De acuerdo a la ley (D. Leg. 1071) las partes podrán acordar libremente el
procedimiento para el nombramiento del árbitro único o de los árbitros o someterse
al procedimiento contenido en un reglamento arbitral, siempre que no se vulnere el
principio de igualdad. Las reglas más saltantes son:
a. En caso de árbitro único, o cuando las partes han acordado que el
nombramiento de todos los árbitros o del presidente del tribunal se efectúe de
común acuerdo entre ellas, tendrán un plazo de quince (15) días de recibido el
requerimiento de nombramiento para que cumplan con hacerlo.

Si vencido el plazo, no se cumple con nombrar uno o más árbitros, el


nombramiento será efectuado, a solicitud de cualquiera de las partes, por la
Cámara de Comercio del lugar del arbitraje o del lugar de celebración del
convenio arbitral, cuando no se hubiese pactado el lugar del arbitraje. De no
existir una Cámara de Comercio en dichos lugares, el nombramiento
corresponderá a la Cámara de Comercio de la localidad más cercana.

b. En caso de tres árbitros, cada parte nombrará un árbitro en el plazo de quince


(15) días de recibido el requerimiento para que lo haga y los dos árbitros así
nombrados, en el plazo de quince (15) días de producida la aceptación del
último de los árbitros, nombrarán al tercero, quien presidirá el tribunal arbitral.

2.4.4. Inicio del arbitraje y Libertad de Regulación de actuaciones :

Salvo acuerdo distinto de las partes, las actuaciones arbitrales respecto de una
determinada controversia se iniciarán en la fecha de recepción de la solicitud para
someter una controversia a arbitraje.

Las partes podrán determinar libremente las reglas a las que se sujeta el tribunal
arbitral en sus actuaciones. A falta de acuerdo o de un reglamento arbitral aplicable,
el tribunal arbitral decidirá las reglas que considere más apropiadas teniendo en
cuenta las circunstancias del caso

2.4.5. Lugar del arbitraje:

Las partes podrán determinar libremente el lugar del arbitraje. A falta de acuerdo, el
tribunal arbitral determinará el lugar del arbitraje, atendiendo a las circunstancias del
caso y la conveniencia de las partes.

2.4.6. Idioma del arbitraje:

Las partes podrán acordar libremente el idioma o los idiomas que hayan de utilizarse
en las actuaciones arbitrales. A falta de acuerdo, lo determina el tribunal arbitral.
2.4.7. Representación:

Las partes podrán comparecer personalmente ante el tribunal arbitral, o bien estar
representadas por abogado, o por cualquier otra persona con autorización por
escrito.

2.4.8. Demanda y contestación:

Dentro del plazo convenido por las partes o determinado por el tribunal arbitral y a
menos que las partes hayan acordado algo distinto respecto del contenido de la
demanda y de la contestación, el demandante deberá alegar los hechos en que se
funda, la naturaleza y las circunstancias de la controversia y las pretensiones que
formula y el demandado deberá establecer su posición respecto a lo planteado en la
demanda.

Las partes, al plantear su demanda y contestación, deberán aportar todos los


documentos que consideren pertinentes o hacer referencia a los documentos u otras
pruebas que vayan a presentar o proponer.

Salvo acuerdo en contrario, en el curso de las actuaciones, cualquiera de las partes


podrá modificar o ampliar su demanda o contestación, a menos que el tribunal
arbitral considere que no corresponde permitir esa modificación en razón de la
demora con que se hubiere hecho, el perjuicio que pudiera causar a la otra parte o
cualesquiera otras circunstancias. El contenido de la modificación y de la ampliación
de la demanda o contestación, deberán estar incluidos dentro de los alcances del
convenio arbitral.

2.4.9. Audiencias:

El tribunal arbitral decidirá si han de celebrarse audiencias para la presentación de


alegaciones, la actuación de pruebas y la emisión de conclusiones, o si las actuaciones
serán solamente por escrito. No obstante, el tribunal arbitral celebrará audiencias en
la fase apropiada de las actuaciones, a petición de una de las partes, a menos que
ellas hubiesen convenido que no se celebrarán audiencias.

Las partes serán citadas a todas las audiencias con suficiente antelación y podrán
intervenir en ellas directamente o por medio de sus representantes.
Salvo acuerdo distinto de las partes o decisión del tribunal arbitral, todas las
audiencias y reuniones serán privadas.

De todas las alegaciones escritas, documentos y demás información que una parte
aporte al tribunal arbitral se pondrá en conocimiento de la otra parte. Asimismo, se
pondrá a disposición de las partes cualquier otro material perteneciente a la
controversia que sea entregado al tribunal arbitral por las partes o por cualquier
tercero y en los que puedan fundar su decisión.

2.4.10. Pruebas:

El tribunal arbitral tiene la facultad para determinar de manera exclusiva la admisión,


pertinencia, actuación y valor de las pruebas y para ordenar en cualquier momento la
presentación o la actuación de las pruebas que estime necesarios.

El tribunal arbitral está facultado asimismo para prescindir motivadamente de las


pruebas ofrecidas y no actuadas, según las circunstancias del caso.

2.4.11. Medidas cautelares:

Una vez constituido, el tribunal arbitral, a petición de cualquiera de las partes, podrá
adoptar las medidas cautelares que considere necesarias para garantizar la eficacia
del laudo, pudiendo exigir las garantías que estime conveniente para asegurar el
resarcimiento de los daños y perjuicios que pueda ocasionar la ejecución de la
medida.

Por medida cautelar se entenderá toda medida temporal, contenida en una decisión
que tenga o no forma de laudo, por la que, en cualquier momento previo a la emisión
del laudo que resuelva definitivamente la controversia, el tribunal arbitral ordena a
una de las partes:

a. Que mantenga o restablezca el statu quo en espera de que se resuelva la


controversia;

b. Que adopte medidas para impedir algún daño actual o inminente o el


menoscabo del proceso arbitral, o que se abstenga de llevar a cabo ciertos
actos que probablemente ocasionarían dicho daño o menoscabo al proceso
arbitral;
c. Que proporcione algún medio para preservar bienes que permitan ejecutar el
laudo subsiguiente; o

d. Que preserve elementos de prueba que pudieran ser relevantes y pertinentes


para resolver la controversia.

El tribunal arbitral, antes de resolver, pondrá en conocimiento la solicitud a la otra


parte. Sin embargo, podrá dictar una medida cautelar sin necesidad de poner en
conocimiento a la otra parte, cuando la parte solicitante justifique la necesidad de no
hacerlo para garantizar que la eficacia de la medida no se frustre. Ejecutada la medida
podrá formularse reconsideración contra la decisión.

2.4.12. Ejecución de medidas cautelares dictadas por el tribunal arbitral :

El tribunal arbitral está facultado para ejecutar, a pedido de parte, sus medidas
cautelares, salvo que, a su sola discreción, considere necesario o conveniente requerir
la asistencia de la fuerza pública.

En los casos de incumplimiento de la medida cautelar o cuando se requiera de


ejecución judicial, la parte interesada recurrirá a la autoridad judicial competente,
quien por el solo mérito de las copias del documento que acredite la existencia del
arbitraje y de la decisión cautelar, procederá a ejecutar la medida sin admitir recursos
ni oposición alguna.

La autoridad judicial no tiene competencia para interpretar el contenido ni los


alcances de la medida cautelar. Cualquier solicitud de aclaración o precisión sobre los
mismos o sobre la ejecución cautelar, será solicitada por la autoridad judicial o por las
partes al tribunal arbitral. Ejecutada la medida, la autoridad judicial informará al
tribunal arbitral y remitirá copia certificada de los actuados.

2.4.13. Reconsideración:

Las decisiones del tribunal arbitral, distintas al laudo, pueden ser reconsideradas a
iniciativa de una de las partes o del tribunal arbitral, por razones debidamente
motivadas, dentro del plazo establecido por las partes, por el reglamento arbitral
aplicable o por el tribunal arbitral. A falta de determinación del plazo, la
reconsideración debe presentarse dentro de los tres (3) días siguientes de notificada
la decisión.
Salvo acuerdo en contrario, esta reconsideración no suspende la ejecución de la
decisión.

2.4.14. Decisión final en el arbitraje y formalidad del laudo:

El tribunal arbitral decide la controversia en un solo LAUDO o en tantos laudos

parciales como estime necesarios.

Todo laudo deberá constar por escrito y ser firmado por los árbitros, quienes podrán

expresar su opinión discrepante.

2.4.15. Contenido del laudo:

Todo laudo deberá ser motivado, justificando de esta forma la decisión adoptada.

Constarán en el laudo la fecha en que ha sido dictado y el lugar del arbitraje.

El tribunal arbitral se pronunciará en el laudo sobre la asunción o distribución de los


costos del arbitraje.

2.4.16. Efectos del laudo:

Todo laudo es definitivo, inapelable y de obligatorio cumplimiento desde su


notificación a las partes.

El laudo produce efectos de cosa juzgada.

Si la parte obligada no cumple con lo ordenado por el laudo, en la forma y en los


plazos establecidos, o en su defecto, dentro de los quince (15) días de notificada con
el laudo o con las rectificaciones, interpretaciones, integraciones y exclusiones del
laudo, cuando corresponda; la parte interesada podrá pedir la ejecución del laudo a la
autoridad judicial competente, siguiendo el proceso Único de Ejecución, previsto en el
artículo 688° y siguientes del Código Procesal Civil.

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