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DE LA UNIVERSIDAD

ANDRÉS BELLO

DISCAPACIDAD VISUAL EN LA ETAPA ESCOLAR


(N.E.E)

AUTOR: MABEL EYZAGUIRRE SARAVIA.


DOCENTE: MARIA TAPIA TOLEDO.
MÓDULO: COMUNICACIÓN Y TÉCNICAS DEL APRENDIZAJE.
FECHA: 02/07/2020.
INTRODUCCIÓN

Para poder avanzar hacia una cultura escolar más inclusiva, que responda a la
diversidad de necesidades educativas de todos y todas sus estudiantes, incluidos
los que presentan discapacidad, se precisa, además de potenciar las condiciones
que favorecen los procesos educativos en la escuela común, identificar las
barreras que existen en el propio sistema educativo para el aprendizaje y
participación de todos y de todas.
Los estudiantes que presentan discapacidad visual pueden, en algún momento de
su vida escolar, necesitar de apoyos extraordinarios o complementarios para
avanzar en los aprendizajes planteados en el currículum escolar, es decir pueden
presentar necesidades educativas especiales. Los recursos de apoyo que estos
estudiantes requieren varían de acuerdo a sus necesidades particulares y pueden
consistir en materiales didácticos específicos, elementos tecnológicos, ayudas
técnicas y adecuación de los espacios y mobiliario de la sala de clase, además de
profesionales docentes y no docentes de apoyo durante su proceso educativo. Los
apoyos que cada alumno/a requiera surgen de la relación entre las características
y necesidades individuales y los factores del contexto escolar y sociofamiliar que
favorecen o dificultan su proceso educativo. Parte importante de estos elementos
contextuales representan barreras que es necesario remover, entre ellas, algunas
se asocian a las competencias de los profesores para la atención educativa de los
estudiantes con discapacidad visual. Cabe señalar que no es posible establecer
un perfil específico o único para el desarrollo de las personas con discapacidad
visual debido a la heterogeneidad, determinada por los diversos grados de
deficiencia visual y los distintos momentos de aparición de la misma, y a las
experiencias familiares, sociales o educativas que les haya tocado vivir.
DESARROLLO

¿Qué es la discapacidad visual?


La discapacidad visual se define como la dificultad que presentan algunas
personas para participar en actividades propias de la vida cotidiana, que surge
como consecuencia de la interacción entre una dificultad específica relacionada
con una disminución o pérdida de las funciones visuales y las barreras presentes
en el contexto en que desenvuelve la persona.
Respecto de las barreras, éstas son de diverso tipo, entre las más frecuentes se
pueden señalar:
Ausencia de señales auditivas que reemplacen la información visual. Por ejemplo,
si los semáforos no cuentan con señales auditivas, la persona cuyo remanente
visual no le permita discriminar las luces, presentará mayores dificultades para
cruzar las calles, situación que la hará más dependiente.
Ausencia de literatura en Braille o audio en las bibliotecas públicas. Por ejemplo, si
una persona que presente ceguera o baja visión asiste a una biblioteca en busca
de información, entretención o cultura y no encuentra textos adaptados en dicho
lugar, verá disminuidas sus posibilidades de integración y crecimiento personal.
Ausencia de sistemas de escritura alternativos: por ejemplo, si los textos escolares
no se encuentran adaptados al sistema Braille niñas y niños que presentan
ceguera no tendrán acceso a los aprendizajes en igualdad de condiciones,
dificultándose a su vez su participación en clases e interacción con sus
compañeros y compañeras. Como se aprecia en esta definición, la discapacidad
visual, no depende únicamente de las características físicas o biológicas del niño o
niña, sino que se trata más bien de una condición que emerge producto de la
interacción de esta dificultad con un contexto ambiental desfavorable.
CLASIFICACION DISCAPACIDAD VISUAL

• BAJA VISIÓN:​ Se refiere a una percepción visual disminuida o insuficiente, la


cual, a pesar de las ayudas ópticas que el estudiante pueda utilizar, sigue estando
bajo el promedio de una visión normal. Es decir, las personas con baja visión
poseen el remanente visual o resto de visión que les permitirá utilizar
funcionalmente este sentido, o lo que es lo mismo, muchas de ellas podrán
escribir y leer textos impresos, generalmente amplificados, apoyadas por las
ayudas ópticas que sean necesarias en cada caso, tales como lupas, lentes u
otros instrumentos que le sirvan para magnificar los caracteres e imágenes que
desee ver.

• CEGUERA:​ Se refiere a una pérdida total de la visión, o bien que el remanente


que posea el estudiante sea tan reducido que no le permita desarrollar actividades
utilizando esta vía de percepción. En este caso será necesario que los estudiantes
aprendan el sistema Braille y cuenten con una serie de recursos de apoyo que le
permitan acceder a la información y/o que faciliten su autonomía y orientación
espacial.
Las ​NEE (necesidades educativas especiales)​ asociadas a discapacidad visual
tienen relación principalmente con la necesidad de acceder a la información
escrita y el desplazamiento independiente. Estos alumnos, desde sus primeros
años de vida, requieren aprender a desenvolverse en un entorno hecho por y para
personas que ven. Por lo tanto, el niño necesitará desarrollar al máximo todas sus
capacidades a fin de convertirse en el futuro en una persona segura,
independiente, informada, capaz de tomar sus propias decisiones, de acceder a
un puesto laboral y, como todas las personas también, de formar su propia familia
si es que lo desea. Durante los primeros años de escolaridad, el estudiante con
discapacidad visual deberá, al igual que sus compañeros, aprender un método de
lectoescritura, ya sea a través del sistema Braille o del uso de la letra común
ampliada o macrotipo, si es que posee el grado de visión que le permita este
aprendizaje. En ese momento es fundamental conocer si su remanente visual le
permitirá escribir y leer los caracteres comunes sin demasiada dificultad y, de ser
así, determinar el tamaño y tipo de letra más adecuado y las ayudas ópticas que
requerirá, tales como lentes y lupas. El alumno con discapacidad visual en la sala
de clases la presencia de estudiantes con ceguera o baja visión en la educación
regular implica considerar una serie de medidas que favorezcan su plena
participación y aprendizaje en el currículo escolar de referencia. Para ello es
necesario el trabajo mancomunado entre docentes, estudiantes, familia y
profesores de educación especial.
1.​ En relación a la evaluación, es importante conocer el grado de visión que posee
el alumno (cómo ve, a qué distancia, etc.), observando entre otros los siguientes
aspectos:
• Si es capaz de percibir la luz.
• Si es capaz de distinguir personas y objetos en su entorno cercano.
• Si en ellos puede discriminar los detalles.
• Si puede identificar figuras, dibujos y caracteres impresos en una hoja.
• Si hay colores que puede percibir con mayor claridad.
• Si puede distinguir caracteres impresos, considerar el tamaño y tipo más
adecuados.
2.​ Determinación del tipo de enseñanza de lectura y escritura más adecuado ​(en
tinta o braille) ​sobre la base de la evaluación visual descrita en el punto anterior.
3.​ Ubicación del alumno en la sala de clases de acuerdo a sus características,
motivación y otros aspectos del contexto escolar que puedan ser relevantes. Por
ejemplo, si la luz directa le favorece o perjudica, si tiene compañeros con los que
desea sentarse…
4.​ Planificación de actividades seleccionando aquellas que sean más inclusivas,
de modo que favorezcan su participación e interacción con sus compañeros.
5.​ Selección de textos de apoyo al aprendizaje e instrumentos de evaluación
(guías, cuestionarios, pruebas, exámenes, etc.) en braille, tinta o formato
electrónico de acuerdo a las necesidades y características del estudiante,
eligiendo aquel que sea más funcional.
6.​ Descripción o explicación oral de imágenes, láminas, videos y otros recursos
visuales utilizados en la clase.
7.​ Representación en relieve de láminas e imágenes que puedan contribuir al
conocimiento y aprendizaje por parte del alumno.
8.​ Inclusión en el diario mural de la sala o establecimiento de textos en braille o
letra ampliada, a fin de permitir la participación real del estudiante con
discapacidad visual.
9.​ Observación de su interacción con sus compañeros y otros integrantes de la
comunidad escolar, especialmente en los siguientes aspectos:
• Si participa espontáneamente junto a sus compañeros en las actividades
planificadas por el profesor (trabajos en parejas, proyectos grupales, etc.), así
como en espacios no dirigidos (recreos, juegos, actividades extracurriculares).
• Si conversa, interactúa, juega y comparte con sus compañeros.
• Si colabora y se relaciona de manera adecuada con los docentes, respeta las
reglas de convivencia y pide ayuda cuando lo necesita.
• Si se maneja de forma independiente en aspectos tales como el desplazamiento
dentro y fuera de la sala de clases, el cuidado de sus útiles y pertenencias, su
vestuario y aseo personal.
En síntesis, el alumno con ​NEE ​asociadas a discapacidad visual podrá requerir de
los siguientes apoyos y recursos adicionales:
• Aprender, especialmente durante los primeros años, a utilizar funcionalmente su
remanente visual si lo posee, así como sus sentidos y capacidades psicológicas e
intelectuales, a fin de relacionarse adecuadamente tanto con las personas como
con los objetos y espacios que conforman su entorno.
• Aprender a utilizar una serie de técnicas e instrumentos de apoyo que le
permitan por ejemplo leer y escribir en braille, realizar cálculos matemáticos,
utilizar una computadora (con un software que lea su pantalla o amplifique sus
caracteres) y un bastón guía, si es que lo necesita. Es decir, todos aquellos
recursos que le permitan acceder al currículum escolar, tener acceso a la
información que requiera y movilizarse en forma independiente.
• Contar, tanto dentro de la sala de clases como del establecimiento educacional,
con un espacio estable y seguro que le otorgue las posibilidades de desplazarse
sin dificultad.
• Contar con las adaptaciones curriculares necesarias de acuerdo a su grado de
visión y en relación al nivel educativo que cursa y las asignaturas en las que
requiere ajustes y apoyo. Dichas adaptaciones podrán incluir adecuaciones en
cualquiera de los componentes del currículum, destacándose en este caso el
material en relieve o ampliado, textos adaptados, metodología y actividades
determinadas.

. •​ OBJETIVOS Y CONTENIDOS DE APRENDIZAJE:​ En el caso del alumno con


ceguera o baja visión, en general no es necesario introducir adaptaciones en los
objetivos y contenidos de aprendizaje en la medida que se les proporcionen los
apoyos que requieren para seguir las actividades curriculares, a excepción de las
asignaturas relacionadas con la expresión plástica, las artes visuales y la
educación física. En estas asignaturas es probable que requieran modificaciones
en aquellos contenidos y objetivos que tengan directa relación con la percepción
visual, es decir, aquellos que se basan en el dibujo, la pintura o que se relacionan
con actividades físicas que impliquen precisión y/o cálculo de distancia o altura.

• METODOLOGÍAS Y ACTIVIDADES PEDAGÓGICAS:​ Este componente sí que


deberá en muchas ocasiones ser adaptado a fin de procurar el aprendizaje y la
real participación de estos alumnos. Si el alumno, por ejemplo, presenta la
necesidad de aprender a escribir y leer en braille, resulta indispensable que con él
se trabaje el sentido del tacto, la motricidad fina y la coordinación bimanual. Para
ello se deben realizar con él actividades tales como insertar cuentas, fichas o
barritas en agujeros donde estas puedan caber; jugar con legos y otros juegos de
encaje; pintar figuras punteadas o con contornos bien definidos en relieve, y seguir
líneas punteadas en hojas de papel, entre muchas otras. En los casos en los que
los estudiantes con visión realicen actividades utilizando colores, el niño con
ceguera deberá emplear formas o texturas para identificar, por ejemplo, elementos
en una lista, palabras en un texto o figuras distribuidas en una página. De este
modo, si la actividad para el curso es «subraya con color rojo los animales
carnívoros y con color azul los herbívoros», para el alumno con ceguera la
instrucción podría ser «pega un círculo de goma eva al lado de los animales
carnívoros y un círculo de lija al lado de los herbívoros».

• MATERIALES Y RECURSOS EDUCATIVOS:​ Este componente del currículum


es el que necesitará mayor adaptación debido a las dificultades que presentarán
estos alumnos para acceder a la información que implique el uso de la visión.

• EVALUACIÓN:​ Este componente requerirá también de algunas adaptaciones,


principalmente en los sectores de aprendizaje de artes visuales y educación física.
En el resto de las asignaturas es necesario considerar aquellos instrumentos y
procedimientos que permitan a estos estudiantes responder y demostrar lo que
han aprendido ​(formas de presentación del instrumento: en braille cuando se
trata​ ​de pruebas o trabajos escritos, o en forma oral, entre otros
procedimientos).
CONCLUSIÓN

Proporcionar al niño o niña la máxima autonomía personal. Para todo niño o niña
resulta fundamental otorgarle las bases para el desarrollo y el afianzamiento de su
sentido de independencia, especialmente a aquellos que presentan ​N.E.E
asociadas a algún déficit o discapacidad. Para esto, es indispensable brindarle
confianza y seguridad, estimulando el juego y conductas activas en la exploración
y reconocimiento de su entorno. En este sentido, se considera indispensable que
los niños y niñas con discapacidad visual vayan aprendiendo, paulatinamente, a
reconocer sus pertenencias personales, a guardarlas y ordenarlas en los lugares
que correspondan, para así tener acceso independiente a ellas. Es importante, a
la vez, reforzar este aspecto con su familia, ya que muchas veces los padres
tienden a sobreproteger a su hijo e hija, haciéndolo sin querer más dependiente e
inseguro, características que si no se trabajan a tiempo, pueden influir
negativamente en el futuro desarrollo del estudiante y en su interacción con el
medio en el que estará inserto. Brindar los medios de expresión adecuados que
permitan una comunicación efectiva. La comunicación en el niño o niña que
presenta necesidades especiales asociadas a discapacidad visual es un aspecto
de gran relevancia. Se debe estar atento/a a promover constantemente su
interacción con el medio circundante evitando de esta forma la adopción de un rol
pasivo centrado en su propio cuerpo. Para este objetivo se pueden usar diversos
juguetes u elementos, con sonidos, colores y texturas agradables al niño o niña,
nombrando siempre estos elementos al pasárselos e interactuar con él o ella.
Además, resulta de suma importancia que los padres comprendan que el niño o
niña que presenta ceguera utilizará otros canales de comunicación tales como reír
al escuchar las voces que le son familiares, girar su cabecita para fijar su atención,
estirar los bracitos, caminar o correr hacia ellos. Ahora bien, respecto a la
comunicación escrita, es fundamental que desde la edad que corresponda, se le
enseñe algún medio de lectoescritura, ya sea, a través de letra ampliada
(macrotipo) o bien mediante el Sistema Braille, de acuerdo a su grado de visión.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICAS
Álvarez M., et al. (2002). Educación especial.
Prentice-Hall: España. Psicología de la Ceguera:
Compilación de Alberto Rozas y Esperanza Ochaíta.
Bases Curriculares de la Educación Parvularia (www.mineduc.cl)
www.discapnet.cl
www.mec.puc.cl

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