Está en la página 1de 11

Arbitrariedad en la CSJN

Apellido y nombre: Acosta Eliana Elizabeth

Materia: Recursos y demandas ante la Csjn

Tema: Arbietrariedad.

Profe: Lizatovich Matias.

Comision: 0254

1
Contenido
Introducción:.........................................................................................................3
Antecedentes:.......................................................................................................4
Desarrollo..............................................................................................................5
Conclusiones......................................................................................................10
Bibliografía..........................................................................................................11

2
Introducción:

El presente trabajo consta de un análisis de la arbitrariedad en base a


diferentes posiciones doctrinarias, los fallos de la CSJN y un análisis profundo.

Es bien sabido que los juristas, para no ser menos, cuidan que sus
argumentos, vertidos en sus alegatos, en sus sentencias o en sus obras, no
contengan contradicciones.

Cuando alguien expresa sus razonamientos siempre dice algo de algo.


Expresamos algo determinado. Y ese algo determinado tiene sentido. Si no
observamos el principio, es probable que digamos algo que no tiene sentido o
bien que sea arbitrario. Por donde la observancia del principio es la garantía de
que el jurista dice algo con sentido y lo dice de una manera racional y
lógicamente correcta, esto es, algo que no es arbitrario. Un lógico, quizá, diría
que el principio implica la condición de hablar con sentido. Y esto, en verdad,
significa que la vigencia del principio es absolutamente necesaria, lo cual
impone la obligación de no prescindir de él.

El objetivo del presente trabajo se centra en el estudio de la arbitrariedad desde


el punto de vista conceptual ya que entiendo que sólo conociendo el contenido
del principio será posible contrariarla.

3
Antecedentes:

Hoy en día la figura de la arbitrariedad resulta poco estudiada, al menos en lo


que a su aspecto conceptual se refiere, creciendo sin embargo la preocupación
por su determinación en campos específicos como el derecho administrativo,
financiero o tributario.

Pero para comprender completamente esta concepción definiremos, el


sustantivo arbitrariedad deriva del adjetivo arbitrario procedente del latín
arbitrarius. El término arbitrarius ha sido entendido, en sus orígenes, como todo
acto o proceder que depende del arbitrio, sustantivo cuya única acepción es la
relativa a independencia en la actuación, a la libertad de decisión y a la facultad
de llevar la voluntad hasta sus últimas consecuencias.

Contémplanos también, la postura de varios doctrinarios famosos a los cuales


haremos énfasis a lo largo del desarrollo de este trabajo. Comenzaremos con
Locke y Montesquieu quienes se anticiparon a la moderna concepción del
término arbitrariedad al resaltar determinadas manifestaciones de dicho término
en sus referencias a “lo despótico”, a “lo tiránico”, a “lo soberano” y, en este
mismo sentido, el Barón de la Brede distinguió dos clases de tiranía: una real,
que consiste en la violencia del Gobierno y, otra de opinión, que se deja sentir
cuando los que gobiernan ordenan cosas opuestas a la manera de sentir de
una nación.

En la actualidad, de ser tachada de arbitraria pudiera haber sido, ello no


obstante, en un pasado no muy lejano, amparada por una explicación racional
imperante en ese momento o, en su caso, llegar a ser, en un futuro próximo,
una relación perfectamente justificada por la promulgación de una nueva ley o
por un nuevo hábito o concepción de la vida, lo que, de un lado, torna todavía
más compleja la concreción de la arbitrariedad, y, de otro, explica la amplitud
de la definición que, de dicho término, se contiene en el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua, “todo acto o proceder contrario a la justicia, a la razón
o a las leyes, dictado solo por la voluntad o el capricho”

4
Desarrollo

Lo discrecional no es lo mismo que lo caprichoso, y el margen de libertad que


la norma puede atribuir a los poderes públicos lo sigue siendo aunque se le
imponga la obligación de expresar los motivos de su actuación, deber lógico
para que pueda distinguirse entre lo discrecional lícito y lo arbitrario injusto.

Las decisiones jurídicas no justificadas carecen absolutamente de contenido y,


en consecuencia, han de considerarse arbitrarias. Si el fin último del Derecho
es la Justicia, en el largo recorrido hacia la consecución de este objetivo, los
titulares de los distintos poderes públicos han de justificar, necesariamente,
cuantas decisiones adopten y motivar, al propio tiempo, cuantas actuaciones
lleven a cabo. En este sentido, la doctrina6 que se ha ocupado del tema ha
considerado “lo arbitrario” como “lo contrario de razonable y jurídicamente lo
opuesto polarmente a la justicia”.

Efectivamente, la mera voluntad de los poderes públicos, aún cuando surja de


una reflexión espontánea racionalmente fundada, no constituye una razón de
peso en la que apoyar la realidad jurídica.

Entendemos que la arbitrariedad es una conducta contraria a derecho mientras


que la justicia es uno de los valores fundamentales objeto de protección por
parte del ordenamiento jurídico. Sin embargo, en algunas ocasiones el
mandato concreto que impone una ley puede no ajustarse estrictamente a los
parámetros de la justicia, de tal manera que una ley concreta puede resultar
injusta.

Para evitar esta situación, el derecho dispone de una serie de medidas


correctoras, de tal manera que la modificación de un precepto para ajustarlo ala
justicia, es una práctica corriente.

Recaséns, “la calificación de arbitrariedad no se refiere al acierto o desacierto,


a la justicia o injusticia de un precepto, sino que se refiere a la característicade
que un mandato sea formalmente negador de lo jurídico” 1

1
RECASENS SICHES, Luis, Introducción al estudio del Derecho, 7.a ed . México,
Ed. Porrúa, 1985, p. 107.

5
Las actuaciones regladas consiguen su justificación mediante la subsunción del
caso concreto enjuiciado en la normativa que regula dicha relación jurídica
aquejada de arbitrariedad; pero aún en estos supuestos de aparente sencillez
en la motivación demandada, no siempre la ley es lo suficientemente clara
como para llevarlos por un recto camino en el que esté asegurada la efectiva
consecución esencial del Derecho.

Podemos observar el fallo de “Fontana, Mariana Andrea c/ Brink´s Argentina


S.A. y Otro s/ accidente – acción civil.” Los hechos del caso: El 3 de octubre de
2017, la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) dictó sentencia en un
recurso de hecho interpuesto al amparo de la doctrina de la arbitrariedad,
ratificando una vez más lo que parece ser una decisión clara de poner un límite
a una tendencia jurisprudencial de la Cámara Nacional de Apelaciones del
Trabajo, orientada a reconocer créditos laborales en claro exceso a las pautas
legales vigentes y a través de decisiones judiciales basadas en la mera
subjetividad del magistrado.

En esta oportunidad, la CSJN revocó un pronunciamiento de la Sala III de la


Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo que había decidido fallar, en los
términos de la ley civil, sobre un accidente de trabajo, condenando al
empleador a abonar una indemnización que era equivalente al triple del importe
que la propia actora había reclamado en su demanda.

Resumidamente observamos que la CSJN decidió revocar en su totalidad la


sentencia de la Sala III entendiendo fundamentalmente que, si bien el remedio
extraordinario no era hábil para cuestionar el porcentaje de incapacidad
determinado (17,32%), sí se podía revisar la sentencia por la vía de la
arbitrariedad, ateniéndose a los criterios (o la ausencia de ellos) que siguió la
Sala III para fijar el monto de la indemnización.

El Máximo Tribunal consideró que la mera invocación de pautas generales (en


el caso de la sentencia de Cámara fueron el salario de la empleada y la
incapacidad determinada), no son suficientes per se para justificar el elevado
valor al que arribó la Cámara. De tal modo, la CSJN consideró que dicho monto
era excesivo, arbitrario y como tal descalificable por la vía extraordinaria.

6
Ahora bien, la arbitrariedad no se limitó sólo al monto diferido a condena sino
que involucró también a los intereses, por cuanto la Sala había dispuesto el
inicio de su cómputo “desde la primera manifestación invalidante”

El jurista en su elaboración y realización del derecho debe perseguirla justicia,


pero no cualquier tipo de justicia, sino aquélla que garantice el orden, la
estabilidad y la igualdad entre otros valores. Y ese orden no podrá ser
alcanzado más que a través del derecho, del derecho justo claro está, pero del
derecho en cualquier caso.

Tambien encontramos en el fallo “Raveglia y Jaeggi, Enrique c/ Suc. Fuentes


Juan - 03/03/1949 - Fallos: 213:198” Los actores interpusieron recurso
extraordinario por arbitrariedad de sentencia cuya denegación originó la
presentación en queja ante la Corte Suprema. El estándar aplicado por la corte,
Aun cuando se trata de la arbitrariedad, no cabe prescindir de la consideración
de lo referente a la oportunidad del planteamiento de la cuestión federal, toda
vez que se trata de un requisito formal necesario para la procedencia del
mismo.

Es tardía la tacha de arbitrariedad que se formula respecto del fallo de la


alzada si la sentencia de primera instancia era susceptible de análoga tacha
pues el punto no ha sido propuesto en la primera oportunidad en que pudo
serlo y se impidió por tal vía su consideración por los tribunales ordinarios del
pleito, con lo cual no cabe admitir la existencia de pronunciamiento sorpresivo,
lo que basta para justificar la denegación del recurso extraordinario.

Citando texto del fallo: “siendo susceptible de análoga tacha de arbitrariedad la


sentencia de primera instancia, es tardío a la que se formula respecto del fallo
de la alzada. Porque entonces ocurre que el punto no ha sido propuesto en la
primera oportunidad en que pudo serlo, impidiéndose además por tal vía su
consideración por los tribunales del pleito. Y no es desde luego, disculpa la
circunstancia alegada de no ser previsible la solución deficiente acordada al
litigio, porque en las condiciones anotadas, la excusa aparecería contradicha
por los hechos, y porque en definitiva, el resultado adverso del recurso en la
segunda instancia, es un eventualidad que pudo y debió prever el recurrente”

7
Entonces, al tratarse la ilegalidad y la arbitrariedad de presupuestos
alternativos de la acción de protección, cabe preguntarse por los efectos de las
combinaciones en que el acto u omisión es legal pero arbitrario, o bien ilegal
pero razonable.

Es decir, si nos atenemos solamente al criterio que asocia la arbitrariedad al


ámbito de las potestades discrecionales, y la ilegalidad al de las potestades
regladas, deberíamos concluir que no es posible que un mismo acto u omisión
sea imputable de ambos reproches de antijuridicidad, porque lo reglado y lo
discrecional se excluyen.

Hay corrección racional cuando las decisiones son justificables por su


universalidad, su coherencia y su consecuencia con los valores del sistema. La
justificación de las decisiones judiciales es una exigencia del Estado de
Derecho, no un elemento lógico del sistema jurídico.

Aquí, a la estabilidad formal de las decisiones, debe agregársele la corrección


racional de su justificación. Fundamentar una decisión judicial no es exponerla
(labor descriptiva), sino justificarla. Dar razones que sostengan la corrección
racional de la decisión adoptada. La justificación conlleva formular juicios
evaluativos (formales o materiales) sobre el derecho y los hechos del caso.

En Argentina, entonces podemos afirmar que la utilización de la doctrina de la


arbitrariedad tiende a resguardar la garantía de la defensa en juicio y del
debido proceso, exigiendo que las sentencias de los jueces sean fundadas y
constituyan derivación razonada del derecho vigente, con aplicación a las
circunstancias comprobadas de la causa, entendiendo que la exigencia de que
los fallos judiciales tengan fundamentos, reconoce raíz constitucional y que la
sentencia aparezca desprovista de fundamentos legales, viola la garantía
constitucional de la defensa en juicio.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación remarcó que cabe admitir la


procedencia del recurso extraordinario en aquellos supuestos donde el acto
jurisdiccional carece de los requisitos mínimos que lo sustenten válidamente
como tal, en razón de arbitrariedad manifiesta derivada del apartamiento de
constancias comprobadas de la causa, omisión de tratamiento de cuestiones

8
sustanciales planteadas por las partes y de normativa conducente a la solución
del litigio.

9
Conclusiones

Concluyendo sostengo que la justificación de las decisiones significa control


democrático sobre los tribunales por dos razones.

a) Porque es la precondición de toda segunda instancia y de toda vía recursiva.


Aquí los afectados accionan fundándose en la justificación de la decisión
objetada. Piden que un órgano autorizado para enjuiciar los actos de otro se
pronuncie al respecto. Se trata del sistema de frenos y contrapesos aplicado
intra organum y promovido como contenido de una pretensión procesal.
Constituye el derecho a obtener una sentencia fundada, que nace de la tutela
judicial efectiva y del debido proceso (artículo 18 de la Constitución).

b) Porque es la precondición para la creación judicial del derecho. Un


precedente se afirma por la fuerza de su justificación y se lo cambia cuando la
fuerza de otra justificación articula mejor en el sistema jurídico

La argumentación de una decisión exige una rigurosa economía del


razonamiento jurídico, que por criterio de razón suficiente evite cuestiones
impertinentes al asunto en cuestión. La adecuada justificación de las
decisiones judiciales comienza por distinguir entre casos fáciles y difíciles.

10
Bibliografía

Corte Suprema de Justicia de la Nación Secretaría de Jurisprudencia:


https://sj.csjn.gov.ar/sj/suplementos.do?method=ver&data=rerq2

Parga. M (1995) “La arbitrariedad”. ANUARIODE FII,OSOFlA


DEL.DERECHOXII , 387-400.

O. Ghirardi. “LOS PRINCIPIOS LÓGICOS Y LA DOCTRINA DE LA


ARBITRARIEDAD EN LA JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE
LA NACION”

H. Vegacenteno “Argumentación, arbitraje y arbitrariedad: Las contradicciones


del Tribunal Constitucional en el recurso directo de nulidad contra laudos”
Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso XLI
(Valparaíso, Chile, 2013, 2do Semestre) [pp. 311 - 339]

http://www.saij.gob.ar/tribunal-superior-justicia-local-rioja-riojana-ccisa-
casacion-fa93320031-1993-11-29/123456789-130-0233-9ots-eupmocsollaf?

http://www.saij.gob.ar/sentencia-arbitraria-cuestion-federal-corte-suprema-
justicia-nacion-sum0003924/123456789-0abc-defg4293-000msoiramus

Palacio.L “El recurso extraordinario federal” Segunda edición actualizada

11

También podría gustarte