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Se puede pensar a la década del 90 bajo el signo de reforma. La reforma fue la estrategia desde
el cual se llevó a cabo la implementación de una serie de proyectos para la modificación de la
situación educativa nacional. El argumento que tuvieron para esta reforma es que los grandes
sistemas escolares son ineficientes, inequitativos y sus productos son de baja calidad. Para
algunos la ley federal de educación fue la razón principal de la desestructuración y
fragmentación del sistema educativo y para otros, la ley hizo más que acentuar muchos de los
problemas que ya existían.
Los ministros de educación dirigieron los procesos de sanción de tres leyes de educación en el
periodo menemista, esas leyes son: la Ley 24.049 de transferencia de los Servicios Educativos
de la Nación a las provincias, esta ley se dio en el año 1992 que completo el proceso iniciado
por la última dictadura militar en 1978. La Ley 24.195 Federal de Educación se dio en 1993 y
modifico la estructura del sistema y las competencias de la Nación y las provincias en el manejo
de la Educación. Por último, está la Ley 24.521 de Educación superior que prevaleció en el año
1995 y que organizo el nivel terciario, afectando de un modo especial al nivel universitario.
Los sentidos que asumieron estas reformas educativas fueron los lineamientos de los
organismos internacionales que se puede identificar en dos ciclos.
La sanción de la Ley Federal de Educación se originó en el marco del primer ciclo de reformas,
se efectuó ajustándose a los plazos políticos y técnicos sin tener en cuenta el área pedagógica,
los tiempos pedagógicos, a los sindicatos docentes y a la comunidad educativa. La ley Federal
de Educación fue el resultado de un acuerdo de cúpulas que conto los el apoyo de principales
partidos políticos. Se tarto de la primera ley orgánica de la Argentina, que regulo la estructura
académica del sistema educativo desde el nivel inicial hasta el universitario.
El proceso de sanción de la Ley federal presento dos características adicionales -el sistema
educativo paso de estar regido por un modelo de gobierno “centralizado uniformizante” a otro
que sufrió las consecuencias de una
“descentralización anárquica”
La noción de principalidad del Estado en materia educativa fue defendida por las tendencias
democrático-liberal, nacional- popular y de izquierda. La principalidad estatal implicaba que el
estado se hiciese cargo de garantizar el derecho a la educación que implicaba su intervención
para sostener y promover instituciones de enseñanza pública y de orientar la programación
general del desarrollo de los sistemas educativos. Pero, por otro lado, el principio de
subsidiariedad estatal afirmaba que el estado era quien debía auxiliar financieramente al sector
privado.
La legitimidad con la que la Ley conto fue débil y fue limitante, lo que numerosos sindicatos
docentes se manifestaron en contra de estas políticas de ajustes y reformas donde el punto más
alto de la resistencia docente fue la instalación entre el 1997 y 1999 en la plaza de los Dos
Congresos, de la Carpa Blanca donde tuvo lugar el Ayuno Nacional Docente por el
Financiamiento para la Educación.