Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
E
n este capítulo del libro nos situamos al comienzo del mandato de el presidente Enrique Peña
Nieto (2012 – 2013), y nos encontramos con uno de sus propósitos políticos: recuperar la
rectoría del sistema escolar básico de México, el cual había sido colonizado durante décadas
de acción política. Su objetivo principal era erradicar las tradiciones dañinas de los maestros que se
jubilaban: heredar sus puestos de enseñanza, llamados plazas, a familiares o, si no tenían parientes
con las credenciales adecuadas, vender su plaza al mejor postor. Incluso podían alquilar su puesto de
trabajo mientras trabajaba en otro lugar. Decidió forjar una alianza inusual con el Partido Acción
Nacional (de derechas) y el Partido de la Revolución Democrática (de izquierdas). Juntos firmaron el
“Pacto por México”, en el cual acordaron utilizar dos tipos de instrumentos para recorrer el sendero
reformista: política y legislación. Y encontramos cuatro palabras clave: Propósito, tradición, contexto e
instrumentos.
Al finalizar el mandato (2018) el presidente pudo exhibir grandes logros de la reforma educativa que
lanzo. A través de la acción legislativa, el gobierno y sus partidos aliados habían logrado enmiendas
constitucionales, cambios a la Ley General de Educación (LGE) y dos nuevas leyes. Una que otorga
autonomía al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), mientras que la otra
incluía el diseño de una institución nueva para administrar las relaciones laborales y regular las
carreras profesionales de maestros y directivos: la Ley General del Servicio Profesional Docente. Ésta
proporciono herramientas jurídicas al gobierno para desmantelar los comportamientos corporativos y
corruptos de muchos maestros, pero también para justificar una nueva ética profesional, basada en el
mérito, la competencia y el desempeño. Sin embargo, esta reforma esta bajo el asedio de
organizaciones de docentes disidentes agrupadas en torno a la Coordinadora Nacional de
Trabajadores (CNT).
Durante los primeros 18 meses, Peña Nieto, logró que se incluyeran 58 enmiendas a la Constitución,
81 cambios en leyes secundarias, 21 nuevos sistemas legales y 15 reglamentaciones antiguas. La
prensa internacional clasificó estas innovaciones cardinales como el momento mexicano. Sin
embargo, el fracaso político para sortear con éxito con las organizaciones de maestros disidentes, la
corrupción sistemática, la incapacidad para detener la violencia criminal y otros efectos incontrolables
del contexto político, desarmó al presidente. El contexto político fue, en última instancia, desfavorable
para él y para la reforma: las tradiciones corporativas le regresaron el golpe y, aunque funcionarios de
su gobierno defendieron los cambios introducidos por la reforma, ninguna otra fuerza política lo
respaldó, salvo unos cuantos periodistas e intelectuales.
ARTICULACIÓN DE LA REFORMA
A pesar de que la Constitución (artículo 40) establece que México es una República
democrática, representativa y federal, el sistema político es centralista. Gran parte de lo que
sucede en la gobernación del país depende de cómo el presidente administra las
herramientas del poder. El sistema de educación pública es vertical, burocrático y está
plagado de corrupción.
El tamaño del sistema educativo mexicano es gigantesco: más de 25 millones de estudiantes
en educación básica, más de cinco millones en la escuela secundaria; más de 190 000 en
formación para el trabajo; y casi cuatro millones en educación superior. Más de dos millones
de educadores asisten a este universo en cerca de 260 000 escuelas.
El modelo educativo 2016 presentó el enfoque pedagógico de la reforma educativa. Era una
especie de libro blanco en el que la SEP se metía de lleno en el núcleo de la educación:
expandió las nociones de escuela al centro, inauguró el nuevo enfoque curricular y se puso la
voz formación antes que el desarrollo profesional docente. Fue un giro ideológico y político.
Los profesores siempre exigían primero una formación de calidad, luego el desarrollo
profesional.
La SEP puso en discusión el libro blanco y otros tres documentos: 1) Una carta sobre los
objetivos de la educación en el siglo XXI; 2) El documento central: Modelo Educativo 2016; 3)
Propuesta curricular para la educación obligatoria.
LO GLOBAL Y LO LOCAL
La reforma educativa mexicana es parte de un movimiento de reforma de la educación global
que lo abarca todo, importó elementos del entorno internacional, pero no de manera
mecánica.
La nacionalización de la política de la OCDE significaría, a los ojos de autores radicales, la
confirmación de sus tesis sobre la dependencia del gobierno mexicano en la ejecución de la
reforma educativa.
La reforma es mucho más que la evaluación de los docentes, aunque ésa sea la pieza central
y la que generó más agitación entre los educadores. Los defensores de la tradición tal vez
dirían que las ideas incorporadas en tales propuestas son ajenas a la pedagogía mexicana,
que el gobierno mexicano las importó del extranjero sin tener en cuenta lo que saben los
maestros y una cultura escolar concreta que tardó décadas en consolidarse.
El activo más valioso: poner aprendizaje en el asiento del conductor y la enseñanza en el
asiento del pasajero.
El Programa de Autonomía de Gestión Escolar, es parte del propósito del Estado de recuperar
el control de la educación. El fin expresa la ideología: el gobierno destinaría dinero para que
cada escuela mejore su infraestructura y sea su comunidad local la que decida en qué invertir.
La visión política es tácita: construir puentes desde la cima del poder en el sector, la SEP y el
propio secretario, hasta la escala más pequeña del sistema.
La disposición ideológica para la reforma estaba disponible en el entorno global; el grupo
dominante en el gobierno mexicano (primero con sus aliados políticos en el Pacto por México
y luego por iniciativa propia) la usó para preparar un Programa apropiado para el contexto
nacional. Tomó prestadas nociones y procedimientos de prestamistas, algunos amorfos y
otros bien definidos. Las promesas de mejora eran evidentes, pero ya no fue responsabilidad
de este gobierno cumplir con la mayoría de ellas.
DICTAMEN DE CIERRE
El propósito del gobierno mexicano y el contexto en el que se desarrolló la reforma educativa
sirven para explicar por qué el grupo dominante eligió herramientas institucionales y políticas
para desmantelar las tradiciones corporativas de los maestros. El principal impulsor de la
reforma educativa fue el propósito del gobierno de descolonizar la administración del sistema
escolar.
El desarrollo de la educación mexicana a lo largo del siglo XX siguió los modelos dominantes
y cambió junto con las modificaciones en otras partes del mundo. La introducción de rasgos
corporativos en el sistema político mexicano y la institucionalización de la “presidencia
imperial” dieron forma a un modo particular de dominación. La idea del “acoplamiento flexible”
es insuficiente para explicar el poder del SNTE y sus líderes, la corrupción desenfrenada y el
modo de control corporativo de los maestros. La reforma educativa que comenzó en 2012 se
desarrolló de manera paralela a lo que estaba sucediendo en el mundo. La globalización es
una realidad, pero no gobierna todo lo que ocurre dentro de un país determinado. La OCDE
siempre propone que los directores de escuelas tengan autoridad para contratar, suspender,
castigar, asignar tareas, establecer recompensas y despedir a los maestros, como sucede en
las empresas privadas.
En la reforma mexicana no hay un llamado a privatizar el sistema escolar. El estado asigna
más fondos al sector educativo, incluso para programas compensatorios.
Antes de esta reforma, la trayectoria laboral de los maestros estaba en manos de lideres
sindicales y la corrupción marcaba su entrada y promoción en la carrera docente. El Servicio
Profesional Docente, como todas las monedas tiene dos caras, por un lado, ésta el águila que
en sus garras carga al Estado evaluador con reglas de conducta de los maestros, el otro lado
presenta los atributos de profesionalismo que el sistema corporativo arrebató a los maestros
durante décadas de prácticas clientelares.
El nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando era candidato de Morena, firmó
pactos con las facciones del SNTE para desmantelar la reforma educativa. Ya siendo
presidente constitucional diseño una contrarreforma para que, de la reforma anterior no
quedara nada.