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CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

Magistrada ponente

SL1993-2019
Radicación n.° 74628
Acta 19

Bogotá, D.C., veintinueve (29) de mayo de dos mil


diecinueve (2019).

Decide la Corte el recurso de casación que interpuso


RICARDO ALFONSO PEÑARANDA CASTRO contra la
sentencia proferida el 28 de enero de 2016 por la Sala
Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá, en el proceso que adelanta contra la FUNDACIÓN
UNIVERSITARIA HORIZONTE.

I. ANTECEDENTES

Con la demanda inicial, el actor solicitó que se declare


que entre las partes existió un contrato de trabajo del 2 de
julio de 2013 al 7 de julio de 2014, y que su salario
ascendió a la suma de $6.786.861. En consecuencia, se
condene a la accionada a reajustar legalmente el salario
básico y a pagar horas extras, primas de vacaciones y de
servicios, cesantías, intereses a las cesantías, reliquidación
Radicación n.° 74628

de la indemnización por despido injusto, aportes a


seguridad social, indemnizaciones por no pago de cesantías
y moratoria contenida en el artículo 65 del Código
Sustantivo de Trabajo y las demás acreencias laborales
extralegales. Asimismo, reclamó la indexación de las
condenas, los perjuicios morales y materiales, lo que resulte
probado extra o ultra petita y las costas del proceso.

En subsidio, solicitó que se declare que la terminación


del contrato de trabajo es ineficaz, en tanto la demandada
se abstuvo de informarle por escrito, a la última dirección
registrada y dentro de los 60 días siguientes a la
finalización del vínculo laboral, el estado de pago de las
cotizaciones a seguridad social y aportes parafiscales sobre
los salarios reales de los tres últimos meses anteriores.

En consecuencia, se ordene a la accionada a


reintegrarlo al cargo que ocupaba o a otro de mayor
categoría y se imponga el pago de todos los emolumentos
legales y extralegales dejados de percibir desde la fecha de
su desvinculación, con los correspondientes aumentos, los
aportes al sistema de seguridad social, las respectivas
indemnizaciones, la indexación de las sumas adeudadas y
las costas del proceso.

Como fundamento de esos pedimentos, argumentó que


laboró para la convocada a juicio desde el 2 de julio de 2013
hasta el 7 de julio de 2014, mediante contrato de trabajo a
término indefinido en el cargo de Vicerrector administrativo
y financiero; que devengó como salario inicial la suma de

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$1.087.000; que con el fin de evadir la verdadera carga


prestacional que corresponde a un mando directivo, en esa
misma data, la demandada le propuso suscribir dos
contratos más uno de prestación de servicios y otro de
transporte, por las sumas de $3.492.554 y $2.512.500,
respectivamente, con lo cual completó una asignación
mensual por valor de $7.392.054.

Afirmó que lo que existió en realidad fue un contrato


de trabajo, pues se configuraron los requisitos consagrados
en el artículo 23 del Código Sustantivo de Trabajo; que
prestó servicios en las oficinas de la accionada en la ciudad
de Bogotá de forma permanente, personal e indelegable, con
materiales de propiedad de la institución, bajo continua
subordinación del rector de la fundación a quien debía
rendirle informes, en un horario de lunes a viernes de 8:00
a.m. a 6:00 p.m. y, en algunas ocasiones, hasta las 9:00
p.m. e incluso los sábados; que recibió capacitación para el
desempeño de sus labores, que en el ejercicio de su
actividad nunca tuvo poder de decisión respecto del objeto
para el cual se le contrató, y que estaba afiliado al sistema
de seguridad social integral pero sin tener en cuenta el
valor del salario real que devengaba, esto es, $6.786.861.

Agregó que durante su vinculación laboral no percibió


suma alguna por concepto de prestaciones sociales con el
salario real; que el 13 de junio de 2014 suscribió un otrosí
al contrato de transporte en el que se modificó la duración
del mismo a un término de 12 meses, prorrogable por
periodos mensuales, en forma indefinida; que mediante

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correo electrónico de 28 de enero de 2014 la fundación le


informó que por disposición del consejo de fundadores se le
autorizaban los siguientes pagos para el 2014: $3.382.000
como salario y $2.836.062 como asignación en el contrato
de transporte para un total de $6.218.062; que expresó al
rector su inconformidad con dicha oferta en tanto
constituía una desmejora a sus condiciones salariales,
razón por la cual le propuso dejar el mismo salario del año
anterior con el incremento del «1.94% a los tres factores
salariales», petición a la cual accedió la directora de
recursos humanos, así: (i) igual remuneración por «salario y
transporte»; (ii) cambio de pago de honorarios por gastos de
representación, «que no tienen retención», y (iii) aumento de
«cada suma» en un 1.94% para un «valor único» de
$6.626.650, distribuidos así: «salario $1.108.087 (Ded.-
$88647), transporte $2.896.205 (Ded.- $143.651), gastos de
representación $2.854.656 (*) (No tiene deducción)».

Indicó que el 30 de agosto de 2013, el 19 de febrero de


2014 y el 10 de junio del mismo año la accionada expidió
certificaciones laborales en las que consta una asignación
equivalente a $7.392.054 la primera y $6.786.861, las dos
restantes.

Señaló que en el mes de abril de 2014 manifestó ante


la demandada su inconformidad con algunas de sus
políticas, en tanto iban en contra de su ética profesional,
circunstancia que –afirmó- provocó, a partir del 30 de
agosto de 2013, la recepción de una serie de memorandos y
llamados de atención sin justificación por parte de rectoría;

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que el «7 de julio de 2014» la accionada le dio por terminado


el vínculo laboral con fundamento en el artículo 64 del
Código Sustantivo de Trabajo y el «13 de junio de 2014» se
dio el finiquito del contrato de transporte.

Resaltó que una vez finalizada la relación laboral la


Fundación Universitaria Horizonte expidió certificación de
fecha 10 de julio de 2014 en la que únicamente plasmó el
salario del contrato de trabajo por la suma de $1.036.000;
que la demandada no dio cumplimiento a lo establecido en
el parágrafo 1.º del artículo 65 ibidem; que el 7 de julio del
mismo año se le canceló la liquidación sin tener en cuenta
todos los factores salariales, y que la pérdida de trabajo le
generó una grave afectación familiar y financiera (f.º 2 a 22 y
135 a 162).

Al dar respuesta al escrito inicial, la convocada a juicio


se opuso a las pretensiones elevadas en su contra. En
cuanto a los fundamentos de hecho que las soportan,
aceptó los relacionados con la suscripción de: (i) un
contrato de trabajo por valor de $1.087.000 en el cargo de
Vicerrector administrativo y financiero desde el 2 de julio de
2013 hasta el 7 de julio de 2014; (ii) del contrato de
prestación de servicios profesionales hasta el 30 de
diciembre de 2013, y (iii) del de transporte en la misma data
«a fin de solucionar la necesidad de movilización de los
directivos y el apoyo en actividades de la institución».

De igual modo, aceptó que la prestación de servicios


por parte del demandante se dio con materiales de

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propiedad de la accionada y aclaró que para el caso del


contrato de transporte, aquel alquiló a la fundación su
vehículo automotor a fin de transportar al personal
directivo, administrativo y de mercadeo.

Igualmente, admitió los fundamentos fácticos


relacionados con la prestación personal del servicio, las
actividades ejercidas por el actor, las capacitaciones que le
brindó para el desarrollo del contrato de trabajo, la
ejecución de su actividad en la ciudad de Bogotá que
implicó un constante desplazamiento, el valor de los
honorarios pactados en el contrato de prestación de
servicios profesionales como asesor, y resaltó que las
actividades inherentes al objeto social de la fundación se
surtieron con ocasión de la vinculación laboral, pues los de
servicios profesionales se contrajeron a labores de carácter
temporal y ocasional.

Aceptó también, la suscripción de un otrosí al contrato


de transporte con fecha de terminación 2 de julio de 2014,
la modificación salarial enviada por correo electrónico el 28
de enero de 2014, de acuerdo con la escala salarial del
personal administrativo de la institución, la inconformidad
que manifestó el accionante respecto de sus asignaciones,
el posterior incremento salarial en un 1.94%, más el 10% de
comisión por excedentes generados por la suscripción de
convenios, contratos, acuerdos o licitaciones, y la
terminación del contrato de trabajo y, a su vez del de
transporte.

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Propuso como excepciones de fondo, las que denominó


cobro de lo no debido, pago total y buena fe (f.º 172 a 184)

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Diecisiete Laboral del Circuito de Bogotá,


en sentencia de 22 de septiembre de 2015, resolvió (f. ° 296 a
298 CD. N° 3):

PRIMERO: DECLARAR NO PROBADAS las excepciones de cobro


de lo no debido, y pago total propuestas por la hoy FUNDACIÓN
UNIVERSITARIA HORIZONTE.

SEGUNDO: DECLARAR NO PRÓSPERAS las tachas de


sospecha propuestas a los testigos OMAR (sic) ARTURO
CALDERON (sic) ZAQUE y LILIANA LUCÍA DE LA OSSA
SANCHEZ (sic), por las razones expuestas en precedencia.

TERCERO: DECLARAR que entre el demandante (…), como


trabajador y la hoy FUNDACIÓN UNIVERSITARIA HORIZONTE,
existió una relación laboral regida por un contrato de trabajo a
término indefinido entre el 2 de julio de 2013 y el 7 de julio de
2014, el cual fue terminado de manera unilateral e injusta por
parte de la empleadora.

CUARTO: DECLARAR que el contrato de prestación de servicios


profesionales celebrado entre el demandante y la demandada,
en aplicación del principio de la primacía de la realidad, formaba
parte del contrato laboral, por lo que la remuneración pactada en
este y que ascendía a la suma de $3.492.554 debió tenerse como
factor salarial y por ende constituir ingreso base de liquidación
para todos los pagos de acreencias sociales a favor del
demandante (…).

QUINTO: CONDENAR a la demandada (…), a pagar al


demandante, los siguientes valores y por los conceptos que
continuación se indican:

a. Reajustes de acreencias sociales, así:


- Por auxilio de cesantía: $3.589.569
- Por intereses a la cesantía: $442.713
-Por primas de servicios: $3.589.569
- Por compensación de vacaciones: $1.794.785 y
-Por reajuste de indemnización por despido sin justa causa:
$3.492.554.

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b. Al pago de las diferencias por concepto de aportes


pensionales causados entre el 2 de julio de 2013 al 7 de julio de
2014, aportes con destino al sistema de seguridad social en
pensiones junto con los respectivos intereses de mora, previo
cálculo actuarial que elabore la AFP PORVENIR. O a la que esté
afiliado el actor en la actualidad, teniendo en cuenta como
resultado de la diferencia salarial, que para los años respectivos
fue de $3.492.554.

c. Por indemnización moratoria la suma de $152.651 a partir


del 8 de julio de 2014 y hasta el 8 de julio de 2016, y a partir del
primer día mes 25, deberá pagar intereses de mora a la tasa
máxima de créditos de libre asignación hasta cuando se verifique
el pago de las condenas impuestas por reajuste de cesantía y
primas de servicios.

d. Ordenar a la entidad que al momento del pago aplique la


indexación de las condenas respecto de la indemnización por
despido sin justa causa y compensación de vacaciones.

QUINTO: ABSOLVER a la demandada de las demás


pretensiones incoadas en su contra.

SEXTO: CONDENAR en costas procesales a la demandada a


favor del demandante (…).

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Al conocer del recurso de apelación que formularon


ambas partes, la Sala Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, a través del fallo impugnado,
resolvió (f.° 303 vto. CD. N° 4):

PRIMERO: REVOCAR los ordinales cuarto y quinto de la


sentencia impugnada para en su lugar absolver a la demandada
del reajuste de las prestaciones y de las condenas que de ella se
derivan contenidas en los literales a), b), c) y d), conforme a lo
expuesto en esta audiencia.

SEGUNDO: REVOCAR el ordinal quinto (sic) (repetido en el audio


y en el acta) de la sentencia recurrida, en el sentido de condenar
a la demandada a pagar la sanción por falta de consignación de
las cesantías a un Fondo a razón de un día de salario
equivalente a $36.933,33 a partir del 16 de febrero de 201 (sic) y
hasta el 7 de julio de 2014, por las cesantías que se dejaron de
consignar en cuantía de $533.011,11 correspondientes al año
2013, conforme a lo expuesto.

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TERCERO: SIN COSTAS en esta instancia.

Para esta decisión, comenzó por señalar que los


problemas jurídicos que debía resolver se circunscribían a
determinar: (i) si las funciones correspondientes al contrato
de prestación de servicios de asesoría financiera, formaban
parte de las labores del cargo de vicerrector administrativo y
financiero que desarrolló en virtud del contrato de trabajo
que suscribieron las partes; (ii) si las sumas pactadas en los
contratos de prestación de servicios y de transporte
constituyen factor salarial para la reliquidación de las
acreencias salariales e indemnizaciones que pretende le
sean reconocidas, y (iii) si es procedente la condena al pago
de la sanción por falta de consignación de las cesantías a
un fondo.

A continuación, adujo que por economía procesal


inicialmente resolvería la alzada que propuso la
demandada. En esa dirección aludió a los interrogatorios de
parte que absolvieron el representante legal de aquella y el
actor, así como a las declaraciones de Dolly Esperanza
Martínez, Ómar Arturo Calderón Sacker y Liliana Lucía de
la Ossa Sánchez, para concluir que «las funciones en el
contrato de asesoría financiera, no estaban diferenciadas de
las funciones que como vicerrector desempeñaba el
demandante».

Además, de la prueba documental advirtió que las


labores que el accionante debía cumplir en razón al
contrato de prestación de servicios «eran las contempladas

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en el respectivo manual de funciones y procedimientos», y


resaltó que el único manual de funciones que aportó al
expediente corresponde a las actividades que debía realizar
la vicerrectoría administrativa y financiera, de lo cual
concluyó que las labores que realizaba en virtud de los dos
contratos, eran las mismas.

Sostuvo que la accionada no demostró que los


servicios de asesoría se pactaron «con el fin de conseguir
recursos económicos», pues de su literalidad extrajo que tuvo
por objeto desempeñar el cargo de vicerrector, y que se le
asignó como parte adicional de pago el 10% de excedentes
que se generara por convenios, contratos, acuerdos y
licitaciones producto de su gestión directa.

De los correos electrónicos que intercambiaron las


partes infirió que el actor exigió que parte de su
remuneración no se tuviera como salario, con el ánimo de
evitar descuentos por concepto de la retención en la fuente
y otras deducciones, razón por la cual la demandada
modificó su propuesta de pago, para, en su lugar,
reconocerle gastos de representación, como –afirmó- se
acreditó con las certificaciones expedidas en febrero y junio
de 2014.

Agregó que teniendo en cuenta que Peñaranda Castro


era el vicerrector administrativo de la Fundación
demandada, «tenía el conocimiento y la capacidad para
informar que este tipo de contratación y remuneración no era
el correcto»; no obstante, se abstuvo de manifestarlo y, por el

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contrario, «exigió este sistema de pago» para eludir


descuentos tributarios, lo que condujo al ad quem a
concluir que no era cierta la aseveración del actor relativa a
que «si no aceptaba la suscripción de los contratos de
prestación de servicios, no le daban el contrato».

Aunado a lo anterior, resaltó que los gastos de


representación no constituyen salario y conforme al cargo
que desempeñó el demandante, resultaba apropiado que se
contemplaran como parte de la remuneración; luego, de
conformidad con el artículo 128 del Código Sustantivo de
Trabajo no debían tenerse en cuenta para la reliquidación
de las pretensiones reclamadas.

En consecuencia, revocó los ordinales de la sentencia


impugnada relacionados con la inclusión del valor del
contrato de prestación de servicios de asesoría como factor
salarial y las condenas que se derivan del mismo.

Respecto, del contrato de transporte refirió que en él


se pactó como obligación del contratista la prestación del
servicio de transporte al personal directivo, administrativo y
de mercadeo de acuerdo a los requerimientos de la
contratante, y que conforme a los testimonios
recepcionados, el vehículo de propiedad del demandante era
utilizado para tales efectos y, además, él mismo lo
conducía. Por tanto, dedujo que tal circunstancia no
constituyó una «artimaña para desconocer el salario o para
cubrir parte del mismo».

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Igualmente, en cuanto a los correos electrónicos


advirtió que de ellos no emanaba una inferencia diferente,
pues demuestran que la accionada lo contempló como «un
contrato separado, lo que no ocu[rría] respecto a los
honorarios del otro contrato (asesoría) para los que se
propuso pagar la modalidad de gastos de representación».

Por otra parte, consideró procedente la condena al


pago de la sanción por falta de la consignación de las
cesantías al fondo, toda vez que la demandada no aportó al
proceso prueba alguna del cumplimiento de dicha
obligación legal, ni tampoco las canceló con la liquidación
final de prestaciones sociales.

En tal sentido, revocó el ordinal 5.º que absolvió a la


convocada a juicio de las demás pretensiones y, en su
lugar, la condenó al pago de un día de salario equivalente a
$36.933.33, a partir del 16 de febrero de 2014 y hasta la
fecha de terminación de la relación laboral 7 de julio de
2014, por la suma de $533.011.11 correspondientes al año
2013, teniendo en cuenta la asignación que se indicó en la
liquidación de prestaciones sociales por ser superior a la del
contrato de trabajo.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

El recurso extraordinario de casación lo interpuso el


demandante, lo concedió el Tribunal y lo admitió la Corte
Suprema de Justicia.

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V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende el recurrente que esta Corporación «case


parcialmente» la sentencia impugnada, en cuanto en su
ordinal 1.º, revocó los numerales 4.º y 5.º de la de primer
grado, y que, en sede de instancia, los modifique y, en su
lugar, se tenga como factor salarial los pagos periódicos
recibidos en virtud del contrato de transporte con la
consecuente reliquidación de las prestaciones laborales
teniendo en cuenta todas las asignaciones que devengó en
cada convenio suscrito.

Con tal propósito, formula dos cargos por la causal


primera de casación, que fueron objeto de réplica y que se
estudian en su orden.

VI. CARGO PRIMERO

Acusa la sentencia del Tribunal de ser violatoria de la


ley sustancial, por la vía directa en la modalidad de
infracción directa de los artículos «53 de la Carta Política;
13, 14, 64, 65 (modificado por el artículo 29 de la Ley 789 de
2002), 127, 186, 249, 306 del Código sustantivo de Trabajo;
99 de la Ley 50 de 1990; interpretación errónea del artículo
128 del Código Sustantivo de Trabajo».

Para su demostración, sostiene que dada la vía


escogida no son objeto de discusión los siguientes
supuestos fácticos: (i) que hasta el 30 de diciembre de 2013
existió, paralelamente al laboral, un contrato de prestación

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de servicios de asesoría financiera; (ii) que conforme a las


pruebas testimoniales las funciones de este último «no
estaban diferenciadas» de las labores que desempeñó el
actor como vicerrector; (iii) que las actividades desarrolladas
con ocasión de dichos contratos de trabajo «eran las
mismas»; (iv) que el contrato de prestación de servicios se
suscribió para eludir la retención en la fuente; (v) que en el
año 2014, el pago pactado por contrato de prestación de
servicios se modificó a «gastos de representación», y (vi) que
aunque el tipo de contratación y remuneración no eran los
correctos, el demandante no manifestó su inconformidad a
la empleadora.

Afirma que dados los anteriores hechos, lo procedente


era condenar a la convocada a juicio a computar lo recibido
por el promotor del litigio en virtud del supuesto contrato de
prestación de servicios y gastos de representación como
factor salarial, con la consecuente reliquidación
prestacional.

Agrega que pese a que el Tribunal halló que el contrato


de prestación de servicios fue un «disfraz para disimular el
pago salarial» negó la reliquidación pretendida con el
argumento de que el trabajador no advirtió que tal forma de
contratación y remuneración no eran las adecuadas, y que
ello se pactó con el fin de evadir la retención en la fuente,
porque él mismo lo sugirió.

Resalta que tal determinación constituye una


vulneración a los principios del derecho laboral, en especial,

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los de irrenunciabilidad, «respeto a los mínimos y la norma


como de orden público», lo que conlleva a la infracción
directa de los artículos 53 de la Carta Política y 13 y 14 del
Código Sustantivo de Trabajo.

Indica que si el ad quem evidenció que el supuesto


contrato de prestación de servicios de asesoría no tenía
ninguna distinción con el de trabajo como vicerrector, pues
tenían el mismo objeto contractual, lo procedente era
aplicar el artículo 127 ibidem, esto es, que los honorarios
pactados por aquel constituían salario y que debían
computarse para la reliquidación deprecada.

En cuanto a los gastos de representación, afirma que


son factor salarial y que el mismo juez de apelaciones
concluyó que se pactaron como una forma de «eludir el
derecho laboral», de suerte que no tuvieran tal connotación
ni generaran retención en la fuente; no obstante, se abstuvo
de reconocerles la calidad de salario.

Añade, que conforme al artículo 128 del Código


Sustantivo de Trabajo que aquel interpretó erróneamente,
tales emolumentos deben ser entregados no para beneficio
del trabajador ni para enriquecer su patrimonio, sino para
desempeñar a cabalidad sus funciones, lo que no acontece
en el sub lite, pues el mismo Colegiado de instancia adujo
que aquellos surgieron en el 2014 a fin de reemplazar el
pago que devengaba con el contrato de prestación de
servicios.

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De igual forma, sostiene que el Tribunal infringió el


artículo 127 ibidem, pues si los supuestos honorarios
tenían connotación salarial, de la misma manera lo era el
emolumento que se creó en su reemplazo, aunque se
renombrara como gastos de representación, dado que en
realidad se recibieron como contraprestación directa del
servicio.

VII. RÉPLICA

Aduce el opositor que el juez de segundo grado valoró


de forma acertada los contratos de trabajo que celebraron
las partes, de conformidad con las normas y disposiciones
vigentes y, por tanto, es improcedente la aspiración del
recurrente, pues confunde el contrato de trabajo con el de
prestación de servicios, pese a que son independientes.

Afirma que la accionada canceló al actor lo que


correspondía por ley, teniendo en cuenta las prestaciones
devengadas con ocasión del vínculo laboral, sin que los
gastos de representación tengan connotación salarial.

VIII. CONSIDERACIONES

Sea lo primero señalar que el Colegiado atacado avaló


la existencia de una vinculación laboral en lo que respecta
al contrato de prestación de servicios profesionales de
asesoría financiera dada la igualdad en las actividades que
el accionante ejecutó en uno y otro contrato; no obstante,
consideró que lo percibido con ocasión de dicha actividad
correspondía a gastos de representación, en tanto así lo

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acordaron las partes y toda vez que no es factor salarial


conforme expresamente lo dispone el artículo 128 del
Código Sustantivo de Trabajo.

En ese contexto, una vez acreditado el vínculo laboral


respecto del contrato de asesoría, le corresponde a la Sala
dilucidar si lo que percibió el demandante con ocasión de
este, es o no salario.

Al respecto, esta Corporación ha enfatizado que los


pagos que se perciben en razón a la relación de trabajo se
presumen salario, a menos que se demuestren las
condiciones de ocasionalidad, mera liberalidad del
empleador y/o que no van dirigidos a remunerar los
servicios prestados (CSJ SL3272-2018).

Es decir, el carácter remuneratorio de un pago no


emana directamente de la ley, sino que en cada caso deben
analizarse los elementos fácticos en aras de establecer cómo
se consagró y si con él se retribuyen o no directamente, los
servicios prestados.

De esta manera, no basta con referir que como la


denominación de un rubro coincide con aquellos que
consagra taxativamente el artículo 128 del Código
Sustantivo de Trabajo, no es factor salarial, en la medida
que un pago seguirá predicándose como tal si cumple las
condiciones previstas en la ley, aun cuando exista
estipulación en contrario, pues se impone la realidad sobre
las formalidades, a más de que tal y como lo aduce el
recurrente la naturaleza salarial proviene de lo dispuesto en

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el artículo 127 ibidem y no es dable su desconocimiento por


lo previsto en la primera preceptiva enunciada.

Así lo entendió la Corporación en sentencia CSJ SL,


12220-2017 al referirse a la hermenéutica de los artículos
127 y 128 del Estatuto Laboral.

Vale recordar que conforme al artículo 127 del Código Sustantivo


del Trabajo es salario «todo lo que recibe el trabajador en dinero
o en especie como contraprestación directa del servicio, sea
cualquiera la forma o denominación que se adopte», de lo que
sigue que, independientemente de la forma, denominación o
instrumento jurídico que se utilice, si un pago se dirige a retribuir
el trabajo prestado, es salario. No importa, entonces, la figura
jurídica o contractual utilizada, si lo percibido es consecuencia
directa de la labor desempeñada o la mera disposición de la
fuerza de trabajo, tendrá, en virtud del principio de la primacía
de la realidad (art. 53 CP), carácter salarial.

No es válido tampoco para las partes, en uso de la posibilidad


consagrada en el artículo 128 del Código Sustantivo del Trabajo,
despojar de incidencia salarial un pago claramente
remunerativo, cuya causa inmediata es el servicio prestado, pues
como lo ha sostenido esta Corporación, «la ley no autoriza a las
partes para que dispongan que aquello que por esencia es
salario, deje de serlo» (CSJ 39475, 13 jun. 2012).

En consonancia con lo precedente, esta Corte, en sentencia SL


35771, 1 feb. 2011, explicó respecto a los pactos no salariales, lo
siguiente:

Para responder esta parte de la acusación, la Corte recuerda


que, conforme a su orientación doctrinaria, al amparo de la
facultad contemplada en el artículo 15 de la Ley 50 de 1990, que
subrogó el 128 del Código Sustantivo del Trabajo, las partes no
pueden desconocer la naturaleza salarial de beneficios que, por
ley, claramente tienen tal carácter.

Ello traduce la ineficacia jurídica de cualquier cláusula


contractual en que las partes nieguen el carácter de salario a lo
que intrínsecamente lo es, por corresponder a una retribución
directa del servicio, o pretendan otorgarle un calificativo que no
se corresponda con esa naturaleza salarial. Carece, pues, de
eficacia jurídica todo pacto en que se prive de la índole salarial a
pagos que responden a una contraprestación directa del servicio,
esto es, derechamente y sin torceduras, del trabajo realizado por
el empleado.

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De otro lado, no sobra recordar que el binomio salario-prestación


personal del servicio es el objeto principal del contrato de trabajo
y, por consiguiente, los pagos realizados por el empleador al
trabajador por regla general son retributivos, a menos que resulte
claro que su entrega obedece a una finalidad distinta. Bajo esta
consideración, el empleador es quien tiene la carga de probar que
su destinación tiene una causa no remunerativa.

Así las cosas, para la Sala tal intelección no fue la que


orientó el raciocinio jurídico del ad quem, a quien le bastó
con manifestar que de conformidad con el artículo 128 del
Estatuto Laboral «los gastos de representación» no son
factor salarial, sin establecer si conforme a la realidad
probatoria este remuneraba el servicio.

En tal contexto, se advierte que el sentenciador


incurrió en el dislate jurídico que le endilga la censura, en
tanto extrajo de los artículos 127 y 128 una hermenéutica
que no se corresponde con su correcto sentido. De allí, que
el cargo resulte fundado y, en consecuencia, deba casarse
la sentencia en lo pertinente.

IX. CARGO SEGUNDO

Acusa la sentencia impugnada por la senda indirecta,


en la modalidad de aplicación indebida de los «artículos 53
de la Carta política, 13, 14, 64, 65 (modificado por el artículo
29 de la Ley 789 de 2002), 127, 128, 186, 249, 306 del
Código Sustantivo de Trabajo; 99 de la Ley 50 de 1990».

Refiere que el Colegiado de instancia incurrió en los


siguientes errores evidentes de hecho:

19
Radicación n.° 74628

1. Dar por demostrado en contra de la evidencia, que


efectivamente el trabajador ejecutó un contrato de transporte que
había pactado con la demandada.

2. No dar por demostrado, estándolo, que el supuesto


contrato de transporte jamás se ejecutó, sino que simplemente
fue una manera de disimular un pago salarial.

3. Dar por demostrado contra la evidencia, que el trabajador


recibió “gastos de representación”.

4. No dar por demostrado, estándolo, que los supuestos


“gastos de representación” eran retribución directa del servicio,
más no se suministraban para facilitar el desempeño de la labor.

5. Dar por demostrado, en contra de la evidencia, que fue el


trabajador quien propuso esa manera exótica de contratación.

Asevera que a tales yerros arribó el ad quem debido a


la apreciación indebida de:

1. Contrato de transporte obrante a folios 34 y 35 del


cuaderno principal.

2. Correos electrónicos obrantes a folios 54 a 57 del cuaderno


principal.

3. Testimonio de DOLLY ESPERANZA MARTÍN MUETE.

4. Testimonio de OMAR (sic) ARTURO CALDERÓN.

5. Testimonio de LILIANA LUCÍA DE LA OSSA.

Y como pruebas no apreciadas, acusa:

1. Documental “cuenta detallada por terceros” obrante de


folios 73 al 77, del cuaderno principal.

2. Acta de reunión extraordinaria del Consejo de fundadores,


celebrada el día 27 de enero de 2014, obrante a folios 260 a 270
del cuaderno principal.

Para su demostración, manifiesta que los correos


electrónicos que para el Tribunal no evidenciaron una

20
Radicación n.° 74628

elusión salarial, sí aportan elementos que permiten


establecer que el supuesto contrato de transporte era en
verdad, una forma de encubrir una parte del salario del
actor, pues en realidad este no brindó tal servicio a
funcionarios de la fundación.

Señala que de tal situación da cuenta el correo de


título «autorización sueldo 2014 VAD», a través del cual se
sometió a negociación la retribución del trabajador en la
que se incluyó como uno de los factores «el supuesto
contrato de transporte», por la suma $6.218.062, previa
formalización con la dirección de talento humano.

Aduce que lo anterior, prueba que el contrato de


transporte fue inexistente y que era una manera de
disimular la retribución salarial del accionante por sus
servicios prestados, pues no de otra forma lo sujetaría a la
aprobación de la mencionada dependencia.

Refiere que el correo electrónico de fecha 28 de enero


de 2014, en que el demandante manifestó su inconformidad
con la desmejora salarial, permite corroborar que su
asignación fue objeto de negociación y que su intención no
era la de pactar gastos de representación para evadir la
retención en la fuente, como lo concluyó el Tribunal, en
tanto que lo único que pretendió ante la regresiva
desmejora era mantener el mismo salario del año anterior
incrementado en un 1.94%.

Sostiene que iguales inferencias se deducen del correo

21
Radicación n.° 74628

electrónico que, en la misma fecha, envió el rector a la


dirección de talento humano, en la medida que lo que se
extrae de aquel es: (i) que el actor no solicitó el pago de
gastos de representación; (ii) que tal emolumento no existió,
pues lo creó la accionada a fin de sustituir los honorarios;
(iii) que dicho estipendio no surgió con el propósito de
suministrar al trabajador elementos o dinero para el
desempeño de su labor, sino como parte de su retribución
directa del servicio producto de la negociación salarial del
año 2014, y (iv) que el pago por el supuesto contrato de
transporte siempre se mencionó como un elemento más de
la retribución salarial del actor, pues se incluyó en la
negociación salarial, previa aceptación de la Dirección de
Talento Humano.

Indica que en dichas misivas se hizo referencia a un


incremento del 1.94% sobre los tres factores salariales, sin
que el juzgador atacado reflexionara sobre el porqué del
mismo; que este provino del acta de reunión extraordinaria
del Consejo de Fundadores celebrada el 27 de enero de
2014 en la que se aprobó tal aumento para los trabajadores
de la universidad, excepto para aquellos que devengaban el
mínimo, circunstancia que, en su criterio, corrobora que los
gastos de representación eran una retribución directa del
servicio y que el supuesto contrato de transporte no existió.

Manifiesta que la empleadora le suministró al


accionante pagos por concepto de gastos de representación
en la medida que le canceló «parqueaderos, cumpleaños,
taxis y buses», tal y como dan las denominadas «cuentas

22
Radicación n.° 74628

detalladas por terceros», obrantes a folios 72 a 77, sin que


se entienda por qué creo un nuevo rubro por el mismo
estipendio.

Finalmente, alude que una vez demostrado el error


con las pruebas calificadas es procedente el estudio de los
testimonios, de los cuales deriva que, solo en algunas
ocasiones, el promotor del litigio transportó a sus
compañeros de trabajo, pero no con qué periodicidad, ni
muchos menos que ello fuera «habitual y continuo como
para pensar que en realidad el vicerrector actuaba como
chofer de los otros directivos y del personal administrativo
(…) argumento que riñe con la lógica básica».

X. RÉPLICA

Afirma que el demandante tuvo total autonomía e


independencia en el desarrollo de los contratos de
prestación de servicios hasta el punto que él mismo canceló
los aportes a seguridad social como requisito para presentar
sus cuentas de cobro.

Resalta que los correos electrónicos no llevan a la


conclusión pretendida por la censura, pues «lo aceptado por
la Fundación Universitaria fue la propuesta de aumentar la
asignación en un 1.94% y la comisión del 10% por
excedentes generados por la suscripción de convenios,
contratos, acuerdos o licitaciones, por lo tanto el recurrente
ahora no puede alegar que la entidad acepto (sic) como
salarios los honorarios de los contratos de prestación de

23
Radicación n.° 74628

servicios, ni tampoco pretender la existencia de una relación


laboral cuando él era autónomo e independiente en la
ejecución del contrato».

XI. CONSIDERACIONES

Le corresponde a la Corte determinar si, de las


pruebas que indica el impugnante como erróneamente
apreciadas o no valoradas, se evidencia que el Tribunal
incurrió en los desatinos fácticos que le atribuye, relativos a
la suscripción del contrato de transporte como una forma
de encubrir el carácter salarial de su retribución.

Sea lo primero señalar que la Sala no se pronunciará


en cuanto al carácter salarial de los gastos de
representación como quiera que la primera acusación
resultó avante y tal punto será objeto de estudio en sede de
instancia.

- CONTRATO DE TRANSPORTE (APRECIADO ERRÓNEAMENTE)


(F.° º34 Y 35).

Según la cláusula primera, las partes suscribieron tal


convenio con el objeto de «prestar el servicio de transporte
de personal directivo administrativo y de mercadeo desde
cualquier lugar de la ciudad, hasta la sede principal de
INSUTEC, únicamente con el vehículo marca KIA, línea:
CERATO FORTE, modelo 2012; placas MBT 841.
PARAGRAFO (sic): La propuesta presentada por el contratista
hace parte del presente contrato, y en tal virtud, se

24
Radicación n.° 74628

compromete a ejecutarla íntegramente».

Como valor y forma de pago establecieron la suma de


$2.812.500 los primeros 5 días de cada mes, y una
duración de 12 meses, vínculo que las partes podían
finalizar en cualquier momento con 5 días de anticipación.

De lo anterior, se tiene que adicional al contrato de


trabajo suscrito con la accionada para desempeñar el cargo
de vicerrector administrativo y financiero, las partes
celebraron otro convenio relativo a un servicio de
transporte, mediante el cual el promotor del litigio puso a
disposición de la institución accionada su vehículo personal
para el desplazamiento de funcionarios de la misma, a
cambio de una remuneración mensual, que reclamó a
través de cuentas de cobro por concepto de «alquiler de
vehículo».

Luego, el juez de segundo grado no le hizo decir a tal


elemento de juicio ninguna cuestión diferente a su
literalidad, pues con fundamento en este, aunado a los
testimonios, corroboró que, en realidad, tal contrato se
ejecutó, dado que las partes consintieron que el vehículo de
propiedad del demandante se utilizaría como medio de
transporte para el personal mencionado, y que era él mismo
quien lo conducía, pues los declarantes manifestaron que
les constó que movilizó a los funcionarios.

Dicha intelección, no demuestra error alguno, pues


para la Sala lo que emana de tal contrato es la

25
Radicación n.° 74628

manifestación de la voluntad de las partes de realizar un


convenio de tipo comercial, en el que el actor decidió poner
a disposición de la fundación universitaria un elemento de
su propiedad para prestar un servicio de transporte ajeno a
las funciones que como vicerrector y asesor financiero le
fueron encomendadas a través de una vinculación laboral.

-CORREOS ELECTRÓNICOS (VALORADO ERRÓNEAMENTE) (F.º


54 A 57).

Mediante misiva de fecha 28 de enero de 2014 el rector


de la universidad demandada le informó al accionante, lo
siguiente:

Por disposición de la Presidencia del Consejo de Fundadores, y


atendiendo al acuerdo suscrito con usted, se autorizan los
siguientes pagos para el año 2014.

1. Salario por nómina: $3.382.000 (+carga prestaciones


$1.772.168)=$5.154.168.

2. Contrato de transporte: $2.836.062


Total pago mensual por $6.218.062

Le agradezco realizar las gestiones necesarias para formalizar el


acuerdo e informar a la Dirección de Talento Humano.

En la misma fecha el demandante le responde:

Analizando la propuesta la encuentro desfavorable en razón a


que se desmejoran mis condiciones salariales y de caja.
Dado lo anterior propongo quedar igual que el año pasado y
aplicar el porcentaje de incremento (1.94%) a los tres factores.

Quedo atento a sus comentarios.

A su vez, el rector le comunicó a la Dirección de


Recursos Humanos, lo siguiente:

Manifiesta el Vicerrector que no está de acuerdo, teniendo en

26
Radicación n.° 74628

cuenta que el pago de salarios le implica mayores deducciones y


desde luego disminución del ingreso, por lo que propone quedar
con el mismo sistema de ingreso del 2013, con el incremento
único autorizado del 2014.

Vista esta propuesta la considero viable, con algunos ajustes en


favor de Insutec y del trabajador.

1. Se dejan los mismos pagos de salario, transporte.

2. En cambio de pagar los honorarios se paga por la


modalidad de gastos de representación que no tienen
RETENCIÓN.

3. Solo se aumenta cada suma en el 1.94% autorizado por el


ingeniero

4. Al momento de cambiar los honorarios por gastos y


considerando que se reduce la retención, los valores se deben
ajustar.

5. El valor ÚNICO DE PAGO total aumentado en el 1.94 es por


la suma de $6.626.650.

Los valores finales serían:

a. Salario $1.108.087 (Ded.- $88.647).


b. Transporte $2.896.205 (Ded.- $143.651)
c. Gastos de representación $2.854.656 (*) (No tiene
deducción).

(*) este es el valor del que se beneficia Insutec por la suma de


637.000 aproximadamente.

El Colegiado atacado adujo que tales comunicaciones


no aportaron nada en apoyo de la postura del
demandante, por el contrario, explicó que aquellas eran
demostrativas de que la convocada a juicio siempre
consideró el servicio de transporte como un contrato
aislado de la vinculación laboral.

Dicha inferencia es precisamente la que se logra


deducir de esas misivas, pues la accionada siempre separó
el convenio de transporte de la asignación que cancelaba

27
Radicación n.° 74628

por los contratos laborales, actuación que permite


evidenciar que lo que devengó el actor por el primero no
constituye una forma de evadir o disimular su carácter
salarial.

Ahora, si bien la convocada a juicio accedió al


aumento del 1.94% para los tres factores, lo cierto es que
tal incremento correspondió al índice de precios al
consumidor del año calendario inmediatamente anterior
(2014), lo que explica que el contrato comercial se
incrementó en ese valor.

-ACTA DE REUNIÓN EXTRAORDINARIA DEL CONSEJO DE

FUNDADORES CELEBRADA EL 27 DE ENERO DE 2014 (NO


APRECIADO) (F.º 260 A 270).

Sostiene el recurrente que en tal reunión se aprobó el


aumento salarial para los trabajadores de la convocada a
juicio, circunstancia que permite corroborar que el contrato
de transporte es inexistente.

En el punto relativo al incremento de escala salarial


para el personal administrativo y docente se discutió lo
siguiente:
Para el personal que devenga el salario mínimo el incremento fue
establecido por el Gobierno Nacional y en lo que respecta a los
docentes y el resto del personal administrativo y académico el
aumento fue el índice de precios al consumidor del año 2014, el
cual fue el 1.94%, es de mencionar que aplicando la operación
del incremento porcentual según la inflación generada el año
inmediatamente anterior en el valor resultante se da el ajuste
redondeado al millar hacía arriba. Hay unos casos específicos
como el del vicerrector administrativo y financiero el cual se
equiparo (sic) el valor del salario básico a el de los vicerrectores

28
Radicación n.° 74628

(…).

ESCALA SALARIAL 2014 NIVELES DE FORMACIÓN


VICERRECTORES 3.382.000 MAESTRÍA

Posteriormente el Doctor Rojas hace entrega a los presentes de


un comparativo de las escalas salariales de los años 2013 y la
propuesta para el 2014. Se produce dicha comparación en la
presente acta.

2013 2014
CARGO SALARIO AUX. SALARIO AUX. DE
PROPUESTO BÁSICO A TRANSPORT BÁSICO P TRANSPORT
E E
Vicerrector 1.087.000 0 3.382.00 0
administrativ 0
o y financiero

PRIMERO. FIJACIÓN ESCALA SALARIAL. Fíjese para la vigencia


del 2014 la siguiente escala salarial de acuerdo a los niveles.

CARGO PROPUESTO Salario básico Aux. transporte


VICERRECTOR 3.382.000 0
ADMINISTRATIVO Y
FINANCIERO

Dicho medio de convicción afianza la conclusión


referida en precedencia, en cuanto a que el contrato de
transporte fue totalmente ajeno a la relación laboral que
unió a las partes, pues no de otra manera puede entenderse
que se excluyera de tal documento.

Lo anterior, como quiera que lo que se aprobó fue el


incremento del IPC del año 2014 para aquellos trabajadores
que devengaban más del salario mínimo legal vigente, pero
para el caso del actor, lo que se dio, fue una equiparación
del valor del «salario básico» al de los vicerrectores, en el que
pasó de devengar $1.087.000 en el año 2013 a $3.382.000
en el año 2014. Sin que salte a la vista la existencia del
contrato de transporte, precisamente, por ser ajeno a las

29
Radicación n.° 74628

funciones que como vicerrector tenía asignadas.

Entonces, no se observa por parte del juez de


apelaciones error al no valorar tales elementos de juicio,
pues lo que este extrajo de los demás fue la anuencia de las
partes para celebrar un convenio de otra índole a través del
cual el promotor del litigio puso a disposición de la
accionada su automotor para movilizar pasajeros, actividad
extraña a las funciones para las cuales fue contratado
laboralmente, y por la que además se le canceló un valor a
título de «arrendamiento de vehículo».

En otras palabras, si bien este surgió de su


vinculación, no se desarrolló bajo el contrato de trabajo que
ató a las partes que por su esencia y objeto difiere
totalmente de una relación subordinada. Luego, no
resultaba dable incluir dicha asignación como parte de la
remuneración devengada con ocasión de aquel.

Es oportuno recordar que conforme lo dispone el


artículo 61 del Código Procesal del Trabajo y de la
Seguridad Social, los jueces de instancia gozan de la
facultad de apreciar libremente los medios de convicción
para formar su convencimiento acerca de los hechos
controvertidos, con fundamento en los medios probatorios
que más los induzcan a hallar la verdad. En esta dirección y
a menos que sus apreciaciones se alejen de la lógica de lo
razonable o atenten marcadamente contra la evidencia, el
tribunal de casación no puede invadir el espacio de

30
Radicación n.° 74628

apreciación asignado a los juzgadores, ya que, de hacerlo,


violaría su ámbito de libertad legal.

De tal suerte que si en el caso de marras el Tribunal,


evocando argumentos plausibles, evidenció en otros medios
de convicción un poder de convencimiento sobre lo referido
mal haría la Corte en contraponer en casación su propio
criterio valorativo, pues, recuérdese, el error de hecho en el
recurso extraordinario deriva de juicios probatorios
contraevidentes, groseros o irreflexivos.

Vale señalar que la Sala se abstiene de analizar los


testimonios que el censor acusa como indebidamente
valorados, pues al no tratarse de una prueba calificada en
casación su estudio solo resulta procedente en la medida
que se logre estructurar un error fáctico en un medio de
convicción que tenga tal connotación, lo que no tuvo lugar
en el sub lite.

En consecuencia, el cargo no prospera.

Sin costas en el recurso extraordinario dada su


prosperidad parcial.

XII. SENTENCIA DE INSTANCIA

Son suficientes los argumentos expuestos en sede


extraordinaria para dar respuesta al recurso de apelación
que interpuso el demandante referido al contrato de
transporte.

31
Radicación n.° 74628

Por su parte, sostuvo la convocada a juicio en el


recurso de alzada que elevó, que no es procedente tener
como factor salarial las sumas devengadas con ocasión del
contrato de prestación de servicios profesionales como
asesor financiero dado que las funciones que tenía el actor
como tal «fueron cambiadas o terminadas en ese contrato por
el de gastos de representación», y se dio «para justificar
efectivamente que no existía subordinación», aunado a que
culminó antes del contrato de trabajo.

Pues bien, como se advirtió en sede extraordinaria,


para efectos de discernir sobre la connotación salarial de un
pago se hace procedente tener en cuenta las condiciones de
su causación, su finalidad y demás aspectos factuales
relevantes de los que dan cuenta las pruebas obrantes en el
plenario.

Para ello, resulta importante reiterar que por regla


general y conforme al artículo 127 del Código Sustantivo de
Trabajo, todo lo que reciba el trabajador, sea en dinero o
especie, en ejecución de un contrato de trabajo, cualquiera
que sea la forma o denominación que se adopte, debe ser
considerado como tal, a menos que resulte claro que su
reconocimiento o entrega obedezca a una finalidad
diferente, o que se evidencie por parte del empleador las
condiciones de ocasionalidad o de mera liberalidad, o mejor,
que su causa no es remunerativa del servicio prestado (CSJ
SL12220-2017 y CSJ SL3272-2018).

32
Radicación n.° 74628

Igualmente, respecto de los gastos de representación


esta Corporación en la sentencia CSJ SL 35771, 1.° feb.
2011, explicó que tienen una destinación específica, cual es
la de mejorar la imagen del empleador, al igual que la
atención al cliente. Así lo indicó:

Sin duda, los gastos de representación están destinados a


permitir que se represente a la empresa ante clientes,
proveedores o ante el público. Atañen, por lo general, a las
relaciones públicas y persiguen un beneficio comercial,
empresarial, o de imagen del empleador, hacia el futuro.
De tal suerte que su propósito no es el de enriquecer el
patrimonio del trabajador, pues éste no puede disponer de ellos
a su libre talante, como que debe utilizarlos exclusivamente en
labores relacionadas con el protocolo comercial o en actividades
relacionadas con promociones u operaciones de venta, cuáles
serían, por ejemplo, las invitaciones que haga a un posible cliente
a una cena, y con ello afianzar un negocio, cerrar una venta o
concertar un servicio.
A no dudarlo, los gastos de representación se entregan a
trabajadores que actúan en nombre del empleador ante sus
clientes o usuarios y, en general, ante las personas e
instituciones de toda índole que tienen vínculos con aquél,
trabajadores que, en consecuencia, son su imagen ante el
público, por lo que resulta obvio que requieren de cierta
disponibilidad económica que les permita sufragar algunos
gastos que se generan con ocasión de las tareas laborales que
ejecutan, y que, en apariencia y sólo (sic) en apariencia, tienen
tinte personal.
Cabe anotar, por otra parte, que no tienen como finalidad
remunerar al trabajador ni incrementar su patrimonio, sino el
compensar los gastos y erogaciones realizados por éste (sic) para
poder desarrollar cabalmente sus funciones.
En suma, los gastos de representación no se entregan al
trabajador como retribución por su trabajo, sino para que los
utilice, “con un criterio de buena fe, en expensas propias del
objeto de la empresa o entidad”, conforme lo advirtió la Corte
Constitucional en sentencia C-250 de 2003.

De acuerdo con lo anterior, para la Sala resulta


insuficiente la alegación de la demandada relativa a que no
es dable tener como factor salarial lo devengado en el
contrato de prestación de servicios profesionales como

33
Radicación n.° 74628

quiera que las funciones que aquel tenía como asesor


«fueron cambiadas o terminadas en ese contrato por el de
gastos de representación», y se dio «para justificar
efectivamente que no existía subordinación», pues si como lo
halló demostrado el a quo, y no se discutió en sede
extraordinaria, existió un contrato de trabajo y las
actividades que desempeñó el accionante fueron las mismas
-pues las labores que ejecutó fueron las asignadas en el
manual de funciones obrante a folios 185 a 189-, es claro
que las asignaciones que este devengó en uno y otro
convenio son salario.

Lo anterior, sin que sea suficiente el hecho de que la


accionada cambiara la remuneración que se pactó
inicialmente como honorarios por la de gastos de
representación, en la medida que ello no significa que el
contrato mute a otro, ni mucho menos le resta su condición
retributiva del servicio, por el contrario la afianza, pues
aunque lo que se dio fue un cambio de nombre, en realidad
el actor continuó con el mismo salario que traía a esa data,
denominación esta con la que se pretendió ocultar la
connotación salarial que, por los hechos descritos, le es
propia.

Aunado, se tiene que la accionada incluyó dicha


cantidad como salario básico –sin distinción alguna- en el
acta de reunión extraordinaria del Consejo de Fundadores
de la accionada en la negociación del incremento salarial
correspondiente al año 2014, a través del cual equiparó su
asignación a la de los vicerrectores (f.° 260 a 281).

34
Radicación n.° 74628

Es decir, únicamente la prueba de la destinación de la


suma pagada a título de gastos de representación podría
dar al traste con su índole salarial, pues solo en la medida
que se demuestre que tal pago se corresponda con el objeto
propio de los gastos de representación, se derruiría su
naturaleza de salario, y como se explicó en precedencia,
este es específico y consiste en mejorar la imagen del
empleador, al igual que la atención al cliente, esto es,
atañen por lo general, a las relaciones públicas y persiguen
un beneficio comercial, empresarial, o de imagen del
empleador, hacia el futuro «de tal suerte que su propósito no
es el de enriquecer el patrimonio del trabajador, pues este no
puede disponer de ellos a su libre talante, como que debe
utilizarlos exclusivamente en labores relacionadas con el
protocolo comercial o en actividades relacionadas con
promociones u operaciones de venta, cuáles serían, por
ejemplo, las invitaciones que haga a un posible cliente a una
cena, y con ello afianzar un negocio, cerras una venta o
concertar un servicio» (CSJ SL 35771, 1.° feb. 2011),

circunstancias que en el sub judice no demostró la


convocada a juicio.

En este orden de ideas, no hay duda del carácter


retributivo de tales rubros y, en tal sentido, resulta
incuestionable que hacen parte de la remuneración
ordinaria fijada por las partes, la cual tal y como lo
consideró el a quo, debió formar parte del salario base para
liquidar las prestaciones sociales y vacaciones a las que

35
Radicación n.° 74628

tiene derecho el demandante, razón por la cual habrá de


confirmarse la sentencia de primer grado.

Se declaran no probados los medios exceptivos


propuestos por la demandada.

Las costas de primera instancia correrán a cargo del


demandante. Sin costas en segunda instancia.

XIII. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley CASA
la sentencia proferida el 28 de enero de 2016 por la Sala
Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá, en el proceso que RICARDO ALFONSO
PEÑARANDA CASTRO adelanta contra la FUNDACIÓN
UNIVERSITARIA HORIZONTE.

En sede de instancia, RESUELVE:

PRIMERO: CONFIRMAR la sentencia proferida el 22


de septiembre de 2015 por el Juzgado Diecisiete Laboral del
Circuito de Bogotá.

SEGUNDO: Costas como se indicó en la parte motiva.


Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el
expediente al Tribunal de origen.

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Radicación n.° 74628

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO


Presidente de la Sala

GERARDO BOTERO ZULUAGA

FERNANDO CASTILLO CADENA

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

JORGE LUIS QUIROZ ALEMÁN

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