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ANA MARÍA MUÑOZ SEGURA

Magistrada ponente

SL4701-2020
Radicación n.° 78520
Acta 036

Estudiado, discutido y aprobado en sala virtual

Bogotá D.C., veintinueve (29) de septiembre de dos mil


veinte (2020).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


ÁLVARO ANGULO PALACIO contra la sentencia proferida
por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Barranquilla el 29 de marzo de 2017, dentro del
proceso adelantado contra la sociedad TRANSMETRO
S.A.S.

I. ANTECEDENTES

Álvaro Angulo Palacio presentó demanda en contra de


Transmetro S.A.S. con el fin de que se declarara que entre
las partes existió un contrato de trabajo que fue terminado
por el empleador de manera unilateral y sin justa causa, a

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cuya finalización no le cancelaron «[…] salarios insolutos, las


prestaciones sociales, las indemnizaciones por despido
injusto y falta de pago, y las demás acreencias laborales».

Solicitó además que se declarara que la entidad


demandaba actuó de mala fe al «[…] suscribir con el
demandante varios contratos y órdenes de prestación de
servicios profesionales de manera continua, sucesiva e
ininterrumpida, con el fin de evadir obligaciones laborales y
obtener ventajas o beneficios».

Como consecuencia de lo anterior, pidió que se


condenara a la demandada a cancelarle las prestaciones
sociales, las primas de navidad, el trabajo suplementario, la
«diferencia salarial por el no pago de los incrementos
anuales», las indemnizaciones de los artículos 64 y 65 del
Código Sustantivo del Trabajo, así como «[…] la suma mayor
[…] por concepto de cancelación en exceso a las
aseguradoras de Salud y Pensión» con el ingreso base de
cotización IBC correspondiente al ingreso devengado, la
«Devolución o reembolso de lo descontado ilegalmente» por
retención en la fuente y «estampillas Pro ciudadela», «Pro
desarrollo», «pro Ancianato» y «Pro Cultura» en la «legalización
de los contratos y órdenes de prestaciones de servicios»

Así mismo, requirió que se le efectuara el pago del


mayor valor probado en el proceso por los conceptos de
«Devolución o reembolso de lo pagado en exceso por
publicación en Gaceta en la Legalización de los contratos y
órdenes de prestaciones de servicio», «Devolución o

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reembolso de lo pagado por Póliza de seguro en la


Legalización de los contratos y órdenes de prestaciones de
servicios», «reembolso de las sumas de dineros canceladas
en exceso por el suscrito por concepto de lo pagado en la
Legalización de los contratos y órdenes de prestaciones de
servicios».

Exigió que a las sumas adeudadas le aplicaran los


intereses moratorios legales, que las mismas fueran
indexadas y que para la liquidación de las acreencias
laborales adeudadas se tuviera en cuenta el IPC.
Finalmente, reclamó el período comprendido entre el 26 de
enero de 2006 y el 30 de junio de 2010 para efectos de la
pensión, y que se condenara a la demandada a cancelarle
los incrementos anuales del salario que no fueron
considerados durante la vigencia de la relación laboral.

Como fundamento de sus pretensiones señaló que


suscribió con Transmetro S.A.S. varios contratos y órdenes
de prestación de servicios de manera continua e
ininterrumpida desde el 26 de enero de 2006 hasta el 30 de
junio de 2010 bajo el desempeño del cargo de «abogado y/o
Asesor jurídico» en la División de Gestión Social, consistente
en asesoría jurídica para la «[…] adquisición Predial de la
Troncal Murillo y la Carrera 50».

Indicó que recibió una retribución mensual por sus


servicios y que el día 30 de junio de 2010 la empresa
demandada decidió dar por terminado su contrato sin justa
causa.

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Afirmó que todo el tiempo estuvo bajo la continuada


subordinación de la demandada, cumpliendo todas sus
reglas y directrices tales como la asistencia obligatoria a
seminarios, talleres y demás capacitaciones, al igual que
daba cumplimiento a horario y compensaciones laborales
exigidas por la entidad.

Manifestó que durante toda la relación laboral atendió


al público de manera permanente y personal, tanto en las
instalaciones de la entidad como en la residencia de los
propietarios de los predios que le asignaron y realizó las
notificaciones de las resoluciones de ofertas de compra que
había proyectado. Agregó que también apoyó a la sociedad
en conciliaciones extrajudiciales, acciones de tutelas
promovidas en su contra y demás gestiones de conformidad
con los poderes que le habían otorgado.

Recalcó que desempeñó las funciones de la Jefe de


División de Gestión Social durante el período comprendido
entre el 5 de diciembre de 2009 y el 25 de enero de 2010
mientras que la titular del cargo se encontraba de
vacaciones y comentó que,

La empresa demandada determinaba el sitio donde el


demandante debía realizar o desempeñar sus funciones o
servicios, la cual era en la dependencia de la División u Oficina
de Gestión Social de la misma empresa demandada, ubicada
primeramente en la Carrera 58 No. 68-73, posteriormente en la
Carrera 51B No. 79-279 y últimamente en la Carrera 46 No. 45-
39 Piso 3° del Edificio Banco de la República, todas en
Barranquilla.

La empresa Transmetro S.A., a través de la Jefe de la División u


Oficina de Gestión Social y con el fin de ejecutar el Plan de

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Adquisición Predial y Reasentamiento, conformó equipos


interdisciplinarios de profesionales, integrados por un Abogado
y una Trabajadora Social en cada equipo.

La Jefe de la División u Oficina de Gestión Social de la empresa


demandada, dirigía y coordinaba todas actividades y servicios
realizados y prestados personalmente por el demandante y los
equipos interdisciplinarios conformados para lograr la
correspondiente compra o negociación de predios o mejoras.

La Jefe de la División u Oficina de Gestión Social de la empresa


demandada, era la persona encargada de distribuir, asignar y
reasignar a cada uno de los abogados los predios requeridos
para la Adquisición Predial y Reasentamiento.

Adicionó que le fue asignado un correo institucional


por medio del cual le impartían órdenes y que la
demandada no le canceló los incrementos anuales de
salario, las primas de servicio, ni las demás acreencias
laborales. Insistió en que ejecutó personalmente las
acciones jurídicas que le correspondían y que le fue
suministrado el transporte para realizar las tareas por fuera
de la sede institucional.

Resaltó que le entregaron un carné que lo identificaba


como abogado y empleado de la empresa, al igual que uno
de afiliación a la entidad de riesgos laborales ARP donde se
identificaba a la demandada como empleador. Finalizó
indicando que el 30 de junio de 2010 la sociedad dio por
terminado su contrato sin justa causa y a la fecha de
presentación de la demanda no se le habían cancelado los
emolumentos adeudados, luego de lo cual presentó los
reclamos administrativos n.° 0312 y 0500, de los cuales
sólo dieron respuesta al segundo manifestando que la
solicitud era improcedente por tratarse de contratos de
prestación de servicios.

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Reiteró que Transmetro S.A. le adeudaba prestaciones


que no le fueron canceladas durante la vigencia de la
relación laboral, seguidamente copió algunas de las
funciones que debió cumplir a lo largo de su vinculación
con la entidad.

Sumó que mensualmente debía rendir informes de las


actividades que le requerían y que todas sus tareas las
cumplió a cabalidad. Concluyó que la demandada actuó de
mala fe al suscribir contratos continuos y sucesivos de
prestación de servicios, cuando en realidad se encontraban
frente a unos de índole laboral.

Al dar respuesta a la demanda Transmetro S.A.S. se


opuso a todas las pretensiones. Frente a los hechos
manifestó que, si bien el actor se vinculó mediante
contratos de prestación de servicios, éstos fueron
discontinuos e independientes entre sí y que llevó a cabo
sus actividades de manera autónoma sin estar sometido a
horarios con la única finalidad de llevar a cabo el objeto del
contrato, tanto así que asesoraba jurídicamente a otros
clientes.

Explicó que el actor prestó sus servicios de asesoría y


gestión jurídica para la adquisición predial de la Troncal
Murillo y de la Carrera 50, para lo cual debía acordar con
dicha oficina un cronograma en el cual se relacionaran las
actividades a realizar en desarrollo de los contratos de
prestación de servicios. Indicó que al demandante se le

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reconocieron honorarios, los cuales fueron debidamente


depositados en su cuenta luego de que presentara la
respectiva cuenta de cobro.

Manifestó que a todos los contratistas se les asignó un


correo electrónico para mantener una mejor comunicación
con ellos, sin que eso significara la existencia de una
relación laboral. En cuanto a los carnés mencionó que
fueron asignados para que los contratistas se identificaran
como representantes de Transmetro S.A.S. en las
actividades que debían ejercer que implicaran tratar con
usuarios.

En su defensa presentó las excepciones de inexistencia


de la obligación, prescripción y compensación.

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Trece Laboral del Circuito de Barranquilla


a través de fallo del 20 de noviembre de 2013 declaró
probada la excepción de inexistencia de la obligación y
absolvió a la demandada de todas las pretensiones de la
demanda pues no encontró configurados los elementos
propios del contrato de trabajo.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Por apelación de la parte demandante conoció del


asunto la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito

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Judicial de Barranquilla que mediante sentencia del 29 de


marzo de 2017 confirmó la decisión del Juzgado.

Inicialmente estableció que el problema jurídico a


resolver consistía en determinar si en el caso debatido se
configuró un verdadero contrato de trabajo en virtud del
principio de la primacía de la realidad sobre las
formalidades consignado en el artículo 53 de la
Constitución Política y si en virtud de la aplicación de dicho
principio, ostentó la condición de trabajador oficial.
Una vez establecido lo anterior, debía precisar si le
asistía al actor el derecho al reconocimiento y pago de los
derechos reclamados.

Indicó que la decisión tendría como fundamentos


legales y jurisprudenciales para decidir:

[…] el decreto 2927 de 1945, artículo 2 artículo 3, artículo 20,


artículo 32 de la ley 80 de 1993, sentencia C 056 de 1993,
sentencia C 023 de 1994, sentencia C 555 de 1994, sentencia C
614 de 2009 entre otras que desarrollaron el principio de la
primacía de la realidad sobre las formas. Sentencia C 654 de
1997 que estudio la constitucionalidad del numeral tercero del
artículo 32 de la ley 80 del 93 en el cual se dicta el estatuto de
contratación administrativa, sentencia C 934 de 2004, todas
ellas emanadas de la honorable corte constitucional.

Acuerdo 1887 del 2003 expedido por el honorable Consejo de


Superior de la Judicatura, sentencia SL5525 del 2016 radicado
número 47695 de 13 de abril de 2016.

Manifestó que de las pruebas allegadas se tenían


acreditados las órdenes y contratos de prestación de
servicios suscritos por las partes entre el 26 de enero de
2006 y el 30 de junio de 2010, los cuales relacionó, además
de la certificación visible a folio 100 suscrita por el

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Subgerente Financiero Administrativo de la demandada


donde se dio cuenta de los mencionados contratos
celebrados entre las partes.

Destacó que el objeto de los contratos era la asesoría y


la gestión jurídica para la adquisición predial de la Troncal
Murillo y de la carrera 50 para el proyecto Transmetro bajo
las condiciones estipuladas en el contrato, incluyendo todas
las actividades indispensables, inherentes y accesorias a
dicho fin, todo lo cual se denominaría en adelante como «los
servicios». Aclaró que como servicios se entendía:

[…] ejecutar las acciones jurídicas que sean necesarias para la


adquisición de los predios requeridos para la construcción de la
obra, elaborar ofertas de compras requeridas en el proceso de
adquisición predial, ejecutar en coordinación con el equipo
interdisciplinario actividades orientadas a obtener la compra y
negociación de predios, asesorar en temas jurídicos a los
propietarios que requieran la negociación de viviendas de
reposición, elaborar las promesas de compraventa y las minutas
de escrituras de compraventa de los predios, elaborar y
presentar los precios de expropiación que se deben agotar en
los casos en los que no sea posible la negociación voluntaria por
parte de los propietarios de los predios requeridos.

Adelantar la gestión de los saneamientos de predios o


limitaciones que impiden la compra de los mismos, participar
en las reuniones en las que se convoque, rendir informes en la
periodicidad y forma que se requiera, participar en la atención
al público en los puntos establecidos para aquel fin, apoyar
actividades logísticas, información y educación que se deriven
del plan de adquisición predial las demás funciones que debe
realizar el contratista que sean afines al contrato, en general
cumplir con todas las asignaciones que con autonomía puede
realizar el contratista y que sean afín con el contrato.

Explicó que el principio de la primacía de la realidad


sobre las formas consistía en que en caso de discordancia
entre lo que ocurre en la práctica y lo que surge de los

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documentos, debía darse preferencia a lo sucedido en el


terreno de los hechos.

Estableció que la demandada es una sociedad por


acciones regida por las disposiciones legales aplicables a las
empresas industriales y comerciales del Estado y las
normas que reglamentaran la titularidad sobre el sistema
integrado de transporte de pasajeros del municipio de
Barranquilla y área metropolitana. En ese sentido señaló
que los trabajadores de las entidades que ostentaran esa
calidad, por regla general, se consideraban trabajadores
oficiales.

Recordó que para que se configurara un contrato de


trabajo debían concurrir los tres elementos esenciales
consagrados en el artículo 3 del Decreto 2127 de 1945, los
cuales eran la actividad personal del trabajador,

[…] la dependencia del trabajador respecto del patrono que le


otorga la facultad de imponerle reglamento, darle órdenes y
vigilar el cumplimiento, y el salario como retribución del
servicio. Una vez reunidos los tres elementos de qué (sic) trata
este artículo se entiende que existe contrato de trabajo y no deja
de serlo por razón del orden nombre que se le dé, las
modalidades, ni del tiempo que en su ejecución se inviertan y el
sitio en donde se realiza, así sea el domicilio del trabajador, la
naturaleza de la remuneración ya sea en dinero o en especie, ni
del sistema de pago, ni de otras circunstancias.

Recordó que el artículo 20 del mencionado decreto


consagró lo relativo a la presunción de la prestación
personal en favor de quién predicara la existencia del
contrato de trabajo, correspondiendo a quien se beneficiara
del mismo servicio personal derruir la presunción. Citó el

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artículo 32 de la Ley 80 de 1993 para establecer la


definición de los contratos de prestación de servicios.

Destacó que como prueba de la gestión desplegada, el


actor allegó los documentos visibles a folios 230 a 330, 335
a 345, 346 a 358, 361 a 364, 365 a 372, 456 a 500, los
pagos realizados al Sistema de Seguridad Social en Salud
Pensiones (f.° 396 a 459) y los correos electrónicos (f.° 109 a
114, 116 a 150, 155 a 164). Anotó que los mensajes de
datos se debían considerar como medios de prueba
equiparándolos a los otros originalmente escritos en papel,
de acuerdo con lo establecido en el artículo 10 de la Ley 527
de 1999.

Estimó que al estudiar las fotocopias de los correos


aportados por el actor al querer demostrar que recibía
órdenes de su empleador, era notorio que no reunían los
requisitos mínimos que dieran certeza de la información
contenida, debido a que no se convocó, en su gran mayoría,
a las personas que se les imputaba su autoría para que
reconocieran en audiencia los mismos.

Agregó que el demandante se limitó a referir las


documentales sin explicar el método con el cual se podía
verificar la autenticidad del contenido o la autoría de la
parte. Informó que de las declaraciones rendidas por Ana
Beatriz Moreno y Karina Lotero (f.° 226 a 229), se podía
extraer que no manifestaron por qué les constaban los
hechos relatados y no dieron la razón de sus dichos, por lo
que no había certeza de su pronunciamiento.

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Seguidamente leyó los testimonios de Sandra Carrillo,


quien era la auxiliar administrativa, Martha Luna Rondón y
Vera Judith Manjarrez, quienes estuvieron vinculadas como
contratistas. Apuntó que, del análisis de las anteriores
declaraciones, se podía extraer el objeto del contrato y que
para su desarrollo, los contratistas gozaban de autonomía,
no estaban sometidos a horarios, y las directrices que
debían seguir estaban planteadas en el contrato y estaban
sujetas a su objeto.

Resaltó que el actor tenía a cargo las demás gestiones


encaminadas a la representación de la Entidad, tanto
judicial como extrajudicial, cuando a ello hubiere lugar y el
gerente lo autorizara.

En lo relativo al carné, estableció que éste fue


asignado como método de identificación de un
representante de Transmetro frente a los dueños de los
predios, pues las gestiones se adelantaban en nombre de la
demandada y no en nombre propio y que el correo
electrónico se les otorgó para facilitar la comunicación tanto
con los contratistas como con el personal de planta.

Determinó que a los elementos de trabajo podían


acceder sin exclusividad alguna, excepto a la papelería que
sí les era suministrada de manera individual. Destacó que
de los testimonios se podía rescatar sin duda que los
contratistas jurídicos no recibían órdenes y gozaban de
autonomía en la ejecución de sus actividades y expuso que

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«[…] en el interrogatorio de parte el actor manifestó que no


pactó exclusividad con Transmetro y aceptó que llevaba a su
cargo algunos negocios en el ejercicio de la profesión de
abogado, lo que se estima como confesión, en medida que
producen consecuencias adversas al declarante».

Subrayó que el estudio de las demás pruebas


aportadas tales como los carnés de identificación y el de
afiliación a la ARP (f.° 218), formularios de autoliquidación
de aportes (f.° 333 a 384) y la Circular n.º 01 (f° 165), no
daban lugar a la declaratoria de existencia del contrato en
virtud del principio de primacía de la realidad sobre las
formas, pues de las mismas no se observaba que se
configuraran los elementos propios del contrato de trabajo.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por el demandante, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende el recurrente que la Corte case la sentencia


impugnada, para que, en sede de instancia,

[…] esa H. Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de


Justicia Revoque el fallo dictado por la Sala de Decisión Laboral
del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla,
Atlántico, calendada marzo 29 del año dos mil diecisiete (2.017)
y en su lugar CONDENE A LA EMPRESA TRANSMETRO S.A.,
HOY, TRANSMETRO S.A.S., a todas las pretensiones
consignadas en la demanda inicial y que ultra y extra petita se
demuestran, con las consiguientes condenas en costas y
agencias en derecho.

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Con tal propósito formuló un cargo por la vía indirecta,


el cual, luego de haber sido oportunamente replicado pasa a
ser estudiado por la Sala en los estrictos términos en los
que fue presentado y con base en la competencia
restringida que le asiste a esta Corporación.

VI. CARGO ÚNICO

Acusó la sentencia de ser violatoria de la ley


sustancial, por la vía indirecta en la modalidad de
aplicación indebida de los artículos,

[…] 6, 13, 21, 23, 24, 27 (art. 3° Decreto 3129 de 1.956), 43, 64
(subrogado art. 6° Ley 50 de 1.990. Modificado art. 28 Ley 789
de 2.002), 65, 186 y 189 (art. 14 Decreto 2351 de 1.965), art. 1°
de la Ley 52 de 1.975, y la falta de aplicación de los artículos
13, 25 y 53 de la Carta Política, normas que consagran las
pretensiones reclamadas, en relación con los artículos 31-3, 54
A parágrafo 54B, 60 y 61 y 66 A del CPL y SS, reformados por
los artículos 35 de la Ley 712 de 2001, en concordancia con el
artículo 350 del C.P.C. –art. 65, 66 C.G.P. aplicable por
analogía en materia laboral, art. 145 del CPL y SS del C.P.L.
(sic), 164, 165, 166, 167, 208, 236, 244, 245, 246, 247, 250
C.G.P. –hoy- y (antes 176, 177, 213, 244, 252 y 279 del C.P.C.)
y artículos 2, 5, 6, 10, 11 y 15 de la Ley 527 de 1.999, a
consecuencia de errores manifiestos de hecho por apreciación
errónea de unas pruebas (documentos auténticos y de confesión
judicial) y por falta de apreciación de otras pruebas, cadenas de
errores que llevaron al sentenciador de segundo grado a
conclusiones contrarias a la ley y con incidencia en los derechos
que pretende el suscrito demandante Álvaro Angulo Palacio.

Señaló que los errores de hecho consistieron en:

1. En afirmar, contra la evidencia procesal, que la parte actora


no allegó los medios de prueba necesarios para demostrar la
existencia de la misma.
2. En afirmar, contra la evidencia procesal, que el actor no
demostró los supuestos facticos (sic) consagrados en la
norma en la cual basa sus pretensiones en la medida que no

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allego (sic) elemento de convicción alguno que permitiera


establecer la existencia del contrato de trabajo acaecido
entre las partes.
3. En dar por demostrado, sin estarlo, que aun cuando el
demandante se vinculó a la sociedad demandada desde el
día 26 de enero de 2.006 hasta junio 30 de 2.010 “no existe
sin embargo la prueba del elemento subordinación, que
viene a ser el principal y característico del contrato de
trabajo”.
4. En no dar por demostrado, estándolo, que Álvaro Angulo
Palacio prestó sus servicios personales a favor de la
demandada: Transmetro S.A., en forma continua, sucesiva e
ininterrumpida desde el 26 de enero de 2.006 hasta el día 30
de junio de 2.010, en las funciones de abogado asesoría
jurídica en la División u Oficina de Gestión Social de la
empresa demandada, relaciones jurídicas regidas por el
contrato individual de trabajo realidad.
5. En afirmar, contra la evidencia procesal, que la labor
desarrollada por el demandante, está fuera del objeto social
de la demandada.
6. En no concluir, con desconocimiento de la elemental regla
probatoria que “se presume que toda relación personal de
trabajo está regida por un contrato de trabajo”, tal como lo
proclama y establece el artículo 24 del C.S.T. presunción
legal tuteladora del derecho laboral que no ha sido
desvirtuada y más cuando el propio Tribunal aceptó la
prestación personal del servicio, los extremos de la relación
contractual y la remuneración devengado por el Trabajador:
Álvaro Angulo Palacio.
7. En dar por demostrado, sin estarlo, que aun cuando el
demandante se vinculó a la sociedad demandada desde el
día 26 de enero del 2.006 hasta el día 30 de junio del 2.010,
“no existe sin embargo la prueba del él (sic) elemento de
subordinación, que viene a ser el principal y característico
del contrato de trabajo”.
8. En no dar por demostrado, estándolo, que en la distribución
de la carga probatoria le correspondía a la demandada
desvirtuar el elemento subordinación integrante del contrato
de trabajo realidad, carga procesal que no cumplió el
mandatario de Transmetro S.A., quien en la contestación de
la demanda, simplemente se limita a negar los hechos 2 al
115, pero seguidamente afirma, confiesa y reconoce que el
demandante en virtud de los contratos de carácter civil o
comercial, celebrados con la demandada, presto (sic)
personalmente sus servicios, es decir, realizó personalmente
las actividades a favor de la demandada, inversión que llevo
al fallador de segunda instancia a negar la existencia del
mencionado contrato, fuente de los derechos y obligaciones
que reclama con justicia el promotor de la Litis.
9. En afirmar, contra la evidencia procesal, que “no aparece en
el periodo probatorio la demostración del elemento

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subordinación, o sea, la existencia potencial continuada de


órdenes para el cumplimiento de determinadas labores o
funciones en cuanto tiempo, modo y cantidad de trabajo e
imposición de reglamentos”.
10. En no dar por existente, estándolo, que en la distribución
de la carga probatoria le correspondía a la demandada
desvirtuar el elemento subordinación integrante del contrato
de trabajo, carga procesal que no cumplió el mandatario de
Transmetro S.A., quien en la contestación de la demanda,
simplemente se limita a negar los hechos 2 al 37, pero
seguidamente afirma, confiesa y reconoce que la
demandante en virtud de los contratos de carácter civil o
comercial, celebrados con la demandada, presto
personalmente sus servicios, es decir, realizó personalmente
las actividades a favor de la demandada, inversión que llevó
al fallador de segunda instancia a negar la existencia del
mencionado contrato, fuente de los derechos y obligaciones
que reclama con justicia el promotor de la Litis.

Como pruebas erróneamente apreciadas destacó:

1. Las copias de los Contratos y órdenes de Prestación de


Servicios suscritos entre las partes, así: a) CPSP número
000025, de enero 26 de 2.006 hasta el día 30 de junio de
2006, con una remuneración de $2.700.00,00 mensuales; b)
CPSP número 000048, de julio 04 de 2.006 hasta el día 31
de diciembre de 2006, con una remuneración de
$2.700.00,00 mensuales; c) CPSP número 000010, de enero
02 de 2.007 hasta el 30 de mayo de 2007, con una
remuneración de $2.700.000,00 mensuales; d) CPSP número
00025, de mayo 31 de 2.007 hasta el día 31 de diciembre de
2007, con una remuneración de $2.700.000,00; e) CPSP
número 000013, de enero 02 de 2.008 hasta el día 30 de
junio de 2008, con una remuneración de $2.700.00,00
mensuales; f) CPSP número 000051, de julio 01 de 2.008
hasta el día 31 de diciembre de 2008, con una remuneración
de $2.794.500,00 mensuales; g) ODS número 0003, de enero
02 de 2.0009 hasta el día 30 de junio de 2009, con una
remuneración de $2.878.335,00 mensuales; h) ODS número
OSS146-09, de julio 01 de 2.009 hasta el día 30 de
septiembre de 2009, con una remuneración de
$2.878.335.00 mensuales; i) ODS número OSS218-09, de
octubre 01 de 2.009 hasta el día 31 de diciembre de 2009,
con una remuneración de $2.878.335,00 mensuales y j) ODS
número 11, de enero 04 de 2.010 hasta el día 30 de junio de
2010, con una remuneración de $2.964.685,00 mensuales.
Todos estos contratos y Órdenes de prestaciones de
servicios, obrantes en el expediente, donde brevemente se
refiere a la prestación de servicios, señala el objeto y plazo de

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cada uno de ellos y solamente se limita a anotar que el


objeto.
[…]
2. Declaraciones extraprocesales de Ana Beatriz Moreno
Noriega y Karina Lotero, que no fueron escuchados sus
testimonios, ni en primera ni en segunda instancia. No
obstante, haber expresado los motivos de su no asistencia,
haberlos solicitados, requeridos, solicitado oportunamente,
interpuestos recursos de reposición y apelación de los autos
que negaron la práctica de dichas pruebas, muy a pesar, de
existir declaraciones juramentadas de ellas, y existir ciertos
interrogantes en la Sala de Decisión Laboral del H. Tribunal
Superior de Barranquilla –como lo expreso en su sentencia
de segunda instancia- y de no ser culpa del suscrito
demandante, violándome el derecho de defensa y al Debido
proceso.
3. Igualmente, también fue rechazada la prueba del
Interrogatorio de parte a la demandada, por el Juez de
primera instancia, argumentando la existencia de una ley
que no existe, ni está vigente, violándome el derecho de
defensa y al Debido proceso.
4. Certificado de existencia y representación legal de la
empresa demandada, donde se demuestra el objeto social de
la empresa, obrante en el expediente, donde además de
determinar el objeto social principal de la empresa, entre
otros, como ejercer la Titularidad sobre el sistema Integrado
de transporte Masivo de pasajeros, señala las funciones de la
sociedad y en cumplimiento de su objeto social señala las
actividades a desarrollar.

Inicialmente manifestó que el Tribunal se equivocó al


considerar que ostentaba la calidad de contratista, pues de
lo dicho por los testigos se podía deducir que las actividades
no eran transitorias, además que afirmaron que, si bien
inicialmente fueron vinculados por un contrato de
prestación de servicios, posteriormente pasaron a ser
empleados directos de Transmetro S.A.S.

Afirmó que éste también erró, pues se acreditó la


prestación personal del servicio razón por la cual no era
necesario acreditar la continuada dependencia ya que en
ese caso debió aplicar la presunción legal prevista en el

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Radicación n.° 78520

artículo 24 del Código Sustantivo del Trabajo. Agregó que


los contratos y órdenes de prestaciones de servicios no
fueron tachados y tampoco fue desvirtuada la mencionada
presunción.

Indicó que se limitó a anotar el objeto social de los


contratos y órdenes de servicios, por lo que no estudió la
cláusula primera en donde se describieron las actividades
que debía realizar y mucho menos la cláusula novena en la
que se estableció que «Hacen parte del presente contrato los
anexos que se relacionan a continuación: ANEXO No. 1
CONDICIONES GENERALES», específicamente los numerales
2, 5 y 7 de dicho apartado que evidenciaban los servicios
prestados y las limitaciones impuestas a los mismos.

Señaló que el Tribunal no tuvo en cuenta la


contestación de la demanda en su totalidad ya que, si bien
Transmetro S.A.S. negó la existencia del contrato laboral,
no cumplió con la carga de probar su afirmación de que el
vínculo fue puramente civil, por el contrario, de la misma se
podía extraer la confesión judicial «[…] que el demandante
presto (sic) personalmente sus servicios personales a favor
de la demandada desde enero 26 de 2006 hasta junio 30 de
2.010, por la cual recibió como contraprestación una
remuneración mensual».

Precisó que el Tribunal no tuvo en cuenta las copias de


los contratos y las citadas órdenes, pues de los mismos se
podía extraer el tiempo de vinculación, la forma de pago y
que los mismos fueron sucesivos e ininterrumpidos. Resaltó

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Radicación n.° 78520

que tampoco fueron apreciadas en debida forma las


siguientes pruebas:
[…]
3. Certificación expedida por la demandada donde consta que la
demandante tuvo una relación contractual de prestación de
servicios y percibió como contraprestación de sus servicios unos
honorarios. Confirma y corrobora el hecho segundo de la
demanda.
4. Carné a nombre del demandante expedido por Transmetro,
firmado por el Gerente General para su identificación, donde
consta que lo identifica como empleado de Transmetro, la cual
no ha sido desvirtuado por la empresa demandada, pues lo
firmo (sic) como Gerente.
5. Carnet de afiliación del demandante a la ARP expedido por
SURA, donde consta que el empleador es TRANSMETRO S.A.,
NIT No. 802.021.209-1., tampoco ha sido desvirtuado, ni
tachado de falso por la demandada.
6. Carnet de afiliación de la demandante a la ARP expedido por
SURATEP, donde consta que el empleador es TRANSMETRO
S.A., NIT No. 802.021.209- tampoco ha sido desvirtuado, ni
tachado de falso por la demandada.
7. Certificado de Retención en la Fuente expedido por la
Fiduciaria Bogotá S.A., en su calidad de sociedad
administradora del Fideicomiso TRANSMETRO S.A., donde
consta los descuentos efectuados durante los años 2.006,
2.007, 2.008, 2.009 y pagos recibidos por el demandante y
efectuado por la demandada.

Apuntó que el Tribunal debió estudiar los correos


electrónicos enviados por Transmetro, pues de ellos se
podían extraer mensajes exigiendo asistencia obligatoria,
impartiendo órdenes, solicitando compensación de días,
entre otro tipo de instrucciones. Agregó que éstos tenían
validez de acuerdo con lo establecido en la Ley 527 de 1999,
y que no fueron desvirtuados por la empresa, además que
fueron enviados por el correo institucional y reconocidos
parcialmente por los testigos.

Incluyó las declaraciones de Ana Beatriz Moreno y


Karina Lotero Múnera, las cuales transcribió y precisó que,
si bien a la Sala le surgieron dudas, éstas no fueron

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

despejadas debido a que se rehusó a escuchar a los testigos


a pesar de haberse pedido la práctica de la prueba
oportunamente.

Sumó que se incurrió en otro error al darle a la


vinculación el carácter de civil o comercial, ya que en la Ley
80 de 1993 se dispuso que esa clase de contratos se
celebraban por un término limitado, lo que no se cumplió
en este caso pues se realizaron varios contratos durante
más de 4 años.

Nuevamente hizo referencia a la Ley 80 de 1993, y


posteriormente realizó un resumen de «[…] unos criterios
que definen el concepto que resultan determinante para
delimitar el campo de la relación laboral y el de la prestación
de servicios» resaltando los criterios «temporal o de
habitualidad», «funcional», «de igualdad», «temporal o de la
habitualidad», «de la excepcionalidad» y «de la continuidad».

Estimó que,

En el presente caso, se equivoca el operador judicial de segundo


grado, cuando considera que no está probado (sic) la
prestación personal del servicio a favor de la demandada
cuando su fallo, después de sus argumentos jurídicos o
premisas señaladas, reconoce que se demostró la labor
desarrollada a favor del demandado, como es un trabajo de
asesoría y gestión jurídica y ejecución para la compra de
predios en el proyecto Transmetro S.A., transporte integrado al
equipo de gestión Social. Y encuentra pleno respaldo en todas
las piezas procesales en el proceso, como contestación de la
demanda, certificaciones, mensajes de datos y correos, testigos,
etc. La equivocación de quela (sic) labor desarrollada esta fuera
del objeto social de la empresa demandada, es errada, como
antes fue explica (sic) y la parte contraria, ni los testigos, ni

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

ninguna otra prueba obrante en el expediente, hace tal


afirmación. Es más, no se desvirtúa la relación laboral.

En el presente caso, se equivoca el sentenciador por cuanto no


solo está demostrada la prestación del servicio personal del
demandante, sino también la remuneración, por consiguiente,
opera la presunción legal indicada en el artículo 24 del C.S. del
T., de la presunción de la existencia de un contrato de trabajo y
la carga de la prueba corresponde a la demandada, quien no
desvirtúa la subordinación, como consta en el proceso.

Transcribió algunos apartados doctrinales y citó partes


de la sentencia de la Corte Constitucional CC C-154 de
1997, lo dicho por la «Corte suprema de Justicia, Sala de
Casación Laboral, en sentencia del 20 de junio de 2011» y la
sentencia CSJ SL, 2 de junio de 2009, radicado 34759.
Seguidamente, hizo lo mismo con algunas partes de la
sentencia impugnada y al respecto efectuó algunas
precisiones acerca de la subordinación y la carga de la
prueba, de las cuales consideró que,

El Tribunal admite, en el presente caso, que se demostró tanto


el servicio personal como la remuneración, y sin embargo echa
de menos la prueba de la continuada subordinación. Siendo
que está (sic) se presume, por ministerio de la Ley, el fallador
incurrió así en error manifiesto y evidente al apreciar las
pruebas calificadas que dan noticia de la prestación del servicio
por el actor, y del pago que recibía.

Realizó unos acápites que denominó «El concepto de


continuada subordinación» y «[…] elementos de juicio» en los
que explicó ampliamente que existía abundante evidencia
de su prestación personal del servicio a Transmetro de
manera continua e ininterrumpida y que recibía una
remuneración a cambio, situación a partir de la cual debía
presumirse la existencia de un contrato de trabajo, que no
obraba en el plenario prueba que lo desvirtuara.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

Concluyó que,

Queda establecido en consecuencia, que el Tribunal incurrió en


los evidentes errores de hecho al no encontrar demostrada la
subordinación, correos o mensajes de datos, que producen
efecto jurídico y la empresa demandada no desvirtuó, que el
abogado ALVARO ANGULO PALACIO prestó personalmente
servicios laborales a la empresa Transmetro S.A., entre el 26 de
enero de 2.006 hasta el 30 de junio de 2.010, durante 4 años, 5
meses y 5 días. Así se desprende del pago o remuneración por
los servicios prestados que acepta, contratos y órdenes de
prestaciones de servicios y reconoce la demandada.

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Radicación n.° 78520

VII. RÉPLICA

Inició su escrito de oposición indicando que el


alcance de la impugnación contenido en el recurso fue
contradictorio y por tanto improcedente.

Seguidamente, manifestó que el casacionista no


relacionó las normas denunciadas con los yerros
endilgados al Tribunal. Resaltó que tratándose de una
empresa industrial y comercial del Estado, las
pretensiones de la censura debieron sustentarse en la
Ley 6ª de 1945 y demás normas que regularan el
contrato de los trabajadores oficiales, sin embargo, se
limitó a la parte individual del Código Sustantivo del
Trabajo, lo cual consistía en una ausencia total de
proposición jurídica razón por la cual las peticiones no
tenían vocación de prosperidad.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

Resaltó que, si bien el recurrente orientó su


ataque por la vía indirecta, su demostración fue
básicamente jurídica, lo que constituyó un desacierto
pues la vía escogida requería «[…] señalar los yerros en
la apreciación de la premisa menor del silogismo
judicial, desechando así cualquier valoración de la
premisa mayor, normas que gobiernan el asunto».
Indicó que el casacionista cometió algunas
imprecisiones en las pruebas denunciadas, ya que
varias de ellas ostentaban la calidad de no calificadas,
y otras las denunció simultáneamente como
erróneamente apreciadas y dejadas de apreciar.

Concluyó que el Tribunal no incurrió en los


errores endilgados por el recurrente,

[…] todo lo contario, el Juez Colegiado acertó al declarar que el


demandante actuó como contratista independiente, lo anterior
con sustento en las pruebas que reposan en el expediente, las
cuales acreditan que:

(i) Entre las partes se celebraron contratos de prestación de


servicios, en los que el actor actuó como contratista
independiente, (ii) que el objeto del contrato fue la asesoría y
gestión jurídica para la adquisición predial de la troncal Murillo,
actividad temporal diferente al giro ordinario de los negocios de
mi representada que se desarrolló de manera autónoma e
independiente, (ii) que el actor no estaba sometido a un horario,
no se le impusieron órdenes y no tenía exclusividad con la
demandada, (iv) Finalmente, que las directrices que
eventualmente se impartieron se dirigieron hacia la ejecución
del servicio contratado y en ningún caso significó
subordinación.

VIII. CONSIDERACIONES

SCLAJPT-10 V.00
24
Radicación n.° 78520

Comienza la Sala por aclarar que es cierto que la


censura cometió algunas incorrecciones técnicas en la
formulación del recurso extraordinario, las que, en todo
caso, en virtud de la flexibilización y el acceso a la justicia,
son superables y permiten el estudio de fondo del cargo.

En efecto, la formulación del alcance de la


impugnación, que corresponde al petitum de la demanda y
que traza la línea de competencia de la Corte, es irregular
en la medida en que se propuso que la sentencia de
segunda instancia fuera revocada, cuando quiera que la
competencia de la Corporación -en el evento de salir avante
su reproche-, necesariamente estaría referida con
exclusividad a la suerte de la de primera instancia, la que,
además, no puede comportar pretensiones diferentes o
distintas de las planteadas en el juicio.

De otro lado, la censura apoyó su acusación haciendo


mención, entre otras, a normas contenidas en el Código
Sustantivo del Trabajo, pasando por alto que la naturaleza
jurídica de la sociedad demandada corresponde a una
empresa industrial y comercial del Estado, y por ende,
sometida al régimen previsto en el artículo 5º del Decreto
3135 de 1968, de modo que en el caso debían acusarse las
normas previstas en la Ley 6 de 1945 y el Decreto 2127 del
mismo año, entre otros.

Sin embargo, ello no supone por sí mismo un error


inexcusable para dar al traste con el cargo, comoquiera que
en ambos regímenes normativos se pretende la aplicación

SCLAJPT-10 V.00
25
Radicación n.° 78520

del postulado constitucional de la primacía de la realidad


sobre las formalidades, así como que la presunción de la
existencia de la relación de trabajo es análoga y tiene por
finalidad proteger el servicio personal de quien lo ejecuta.

Por ende, el cargo a pesar de las incorrecciones


técnicas en cita es suficiente para ser estudiado por la Sala,
lo que ya ha hecho en ocasiones anteriores (CSJ SL4794-
2018 y CSJ SL694-2019).

De otro lado, las consideraciones jurídicas que planteó


el recurrente respecto del ataque por la vía indirecta no
alcanza a desvirtuar la naturaleza de tal ruta de acusación,
comoquiera que identifica los medios probatorios cuya
deficitaria valoración endilgó al Tribunal, sin perjuicio, claro
está, de las razones de derecho que acompañaban aquel
ejercicio valorativo.

Claro lo anterior, basta con señalar que el debate está


dirigido a establecer si efectivamente el Tribunal se equivocó
al considerar que el demandante no prestó sus servicios
bajo el gobierno de un contrato de trabajo configurado en la
realidad, sino bajo una relación civil de prestación de
servicios.

Al efecto, lo primero que encuentra la Sala es que la


tesis del Tribunal partió del reconocimiento de un servicio
personal por parte del demandante en beneficio de la
demandada, pero el cual afirmó que no fue subordinado y
estuvo regido por las normas de la Ley 80 de 1993. Es allí

SCLAJPT-10 V.00
26
Radicación n.° 78520

donde concentra la censura su ataque, específicamente en


señalar que sí existió prueba de la subordinación a la que
fue sometido.

La aclaración antedicha es relevante para el estudio y


la decisión de la Corte comoquiera que metodológicamente
vale la pena precisar que el Tribunal no dejó de aplicar la
presunción de existencia del contrato de trabajo prevista en
el artículo 20 del Decreto 2127 de 1945 sino que,
precisamente, la encontró desvirtuada.

Ello hace que las pruebas que se refieren a la


existencia del servicio del demandante resulten
intrascendentes para el análisis propuesto por el
recurrente, pues la prestación del servicio se encuentra
probada y aceptada por las partes.

Así, los contratos y «órdenes» de servicios suscritos


entre las partes desde el 26 de enero de 2006 y el 30 de
junio de 2010, con sus correspondientes extremos
temporales y remuneración, la aceptación de tal servicio en
la contestación de la demanda, las certificaciones de
servicio expedidas por ésta, los carné de identificación y de
afiliación a entidades del Sistema de Seguridad Social
Integral y el certificado de retención en la fuente donde
constan los pagos recibidos por el demandante y los
descuentos que le fueron aplicados, no se desprende nada
distinto a que, efectivamente, hubo un incontrovertido
servicio personal.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

Ahora bien, el núcleo de la discusión se concentra en


las condiciones materiales de aquellas labores las cuales,
como se dijo, el Tribunal tuvo por autónomas amparándose
fundamentalmente en los testimonios de Sandra Carrillo,
Martha Luna Rondón y Vera Judith Manjarrez -pruebas que
no son hábiles en casación según la restricción del artículo
7 de la Ley 16 de 1968-. De éstos extrajo que, para el
desarrollo del objeto contractual, los contratistas gozaban
de autonomía y sólo se sometían a las directrices que
estaban planteadas en el contrato mismo.

La censura criticó que el análisis del Tribunal resultó


equivocado cuando desechó las pruebas constitutivas de los
correos electrónicos visibles en el expediente que serían
demostrativos de la naturaleza subordinada del servicio,
pero que el fallador desestimó por no cumplir con las
condiciones del artículo 10 de la Ley 527 de 1999.

Sobre este particular, debe recordar la Sala que tales


mensajes de datos sólo serán considerados un documento
auténtico en la medida en que se acredite con certeza su
autoría y cumpla con los requisitos de la Ley 527 de 1999
(CSJ SL1521-2020; CSJ SL2590-2019; CSJ 4523-2019;
CSJ SL5144-2018; CSJ SL4840-2018; CSJ SL1847-2018;
CSJ SL1562-2018; CSJ SL3017-2018; CSJ SL11975-2017;
CSJ AL4300-2014; CSJ SL, 18 agosto 2010, radicación
36672), todo lo cual debe ser armonizado con el artículo
244 del Código General del Proceso.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

En este sentido, no era exigible para la validez de los


correos electrónicos que fueran ratificados en juicio por
quienes supuestamente los expidieron en aras de
comprobar su autoría, pues bastaba con que se tuviera
certeza plausible y suficiente de su origen y destino y, desde
luego, que no fueran tachados por falsedad o que fueran
desconocidos por el interesado en su contenido, conforme
las reglas procesales para uno u otro acto.

Los correos electrónicos fueron aportados por el


demandante, que tras ser analizados por el Tribunal fueron
desestimados por las razones antedichas, sí constituían un
elemento de prueba válido, pertinente e idóneo para
comprobar las condiciones materiales en las que se prestó
el servicio y, por esta vía, fundar la decisión
correspondiente.

Siendo ello así, para la sede extraordinaria se erigen


como documentos auténticos que, desde ahora, permiten
evidenciar los yerros valorativos que la censura atribuyó
respecto de la conclusión sobre la presunta autonomía con
la que el demandante ejecutaba sus actividades
profesionales.

Se advierte por la Corte que, dentro del compendio de


correos electrónicos, sí existen inequívocos actos de
subordinación ejecutados por funcionarios de la sociedad
demandada frente al demandante, los cuales son impropios
de la naturaleza de la relación contractual que defendió la
pasiva.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

A folios 109 a 114, 116 y 117 del cuaderno principal,


por ejemplo, se encuentran los correos electrónicos
enviados al actor, entre otros, por funcionarias de la Oficina
de Control Interno y de la Subgerencia Administrativa de la
entidad, en los que se comunicaba la realización de
capacitaciones institucionales, las que cuentan con el
común denominador de que la asistencia «[…] es de carácter
obligatorio» en tanto es un «[…] compromiso institucional».

En el mismo sentido se muestran los que informan


cambios en el horario de la entidad y la compensación de
tiempos de servicios por directrices de la Alcaldía Distrital
(fls.° 118-120). En otros se evidencian instrucciones
generales o particulares dirigidas al actor tales como el
diligenciamiento y envío de correspondencia institucional e
incluso, la orden de comparecer a una notaría de la ciudad
para resolver asuntos relacionados con una escritura
pública de uno de los ciudadanos con quien tenía
relacionamiento por el proyecto que constituía su objeto
social.

Además, aparecen notas de las cuales fue destinatario


y que fueron del siguiente tenor: «Les recuerdo que debemos
cumplir con la programación de Socialización, para no
entorpecer los fines trazados en esta etapa pedagógica. Todo
el personal, indistintamente de la relación contractual, debe
colaborar poniéndose la camisera de manera real y de
manera figurativa» (fl.° 123).

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

Para la Corte, las anteriores situaciones son


demostrativas de la injerencia que tuvo la entidad
demandada en la actuación del actor como profesional
asesor, lo que desdibujó la autonomía que formalmente se
predicaba de su contratación de carácter civil.

Lo dicho, demuestra la subordinación propia del


contrato de trabajo, en contraposición a la coordinación
legítima entre la empresa contratante y el demandante
contratista en función de ejecutar el convenio comercial que
bilateralmente acordaron con antelación que no puede
traspasar el límite de la imposición de órdenes y de la
intervención en las condiciones puntuales de la actividad
del contratista.

No desconoce la Sala que resulta alejado de la realidad


considerar que quien solicita un servicio de una persona
natural con conocimientos especializados en algún área no
pueda coordinar la manera como se habrá de prestar el
servicio y requerir resultados o manifestar exigencias dentro
del marco de lo convenido, incluso al punto de existir
concesiones y requisiciones mutuas. Sin embargo, para que
la relación de trabajo no surja con la fuerza de la
presunción legal de subordinación o con su prueba directa,
debe el contratante reconocer la autonomía e independencia
del contratista en todo momento, y éste, actuar en
consecuencia.

El límite de la exigencia de resultados, del


requerimiento de informes o cuentas, de la coordinación de

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

las condiciones de modo, tiempo y lugar en que se presta el


servicio, y aún la provisión de instrucciones para llevarlo a
cabo, es el principio mismo de la realidad que impera sobre
las formalidades y que dentro de las relaciones de trabajo
tiene raigambre constitucional.

Así, aunque las relaciones comerciales no se


desdibujan per se por la combinación de esfuerzos entre los
contratantes que buscan el mismo objetivo de dar
cumplimiento al contrato, cuando el contratista consiente la
limitación de su independencia por respetar la voluntad de
quien compra el servicio, comienzan a confluir las
condiciones para el nacimiento de la relación de trabajo que
aflora ajena a las formalidades que le hayan impreso las
partes.

Precisamente el deber de los jueces de instancia


consiste en hallar la frontera entre la relación de trabajo y
la relación comercial o civil cuando está en el medio la
actividad personal de un ser humano.

En otras oportunidades la Sala ha reconocido, por


ejemplo, que los mandatarios por la naturaleza de su
función deben cumplir con actividades estrechamente
controladas o supervisadas por el mandante (CSJ SL4696-
2017), contexto en el cual no resulta extraña la existencia
de cierto tipo de instrucciones logísticas, recomendaciones o
requerimientos instrumentales para beneficio del convenio.
Sin embargo, cuando a fuerza de realidad la coordinación
legítima hace tránsito a instrucción efectiva, deviene en la

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Radicación n.° 78520

subordinación que es ajena a la relación puramente


comercial.

Debe reiterar la Sala que no puede perderse de vista


que, desde luego, la frontera entre la coordinación y la
subordinación en relaciones civiles o comerciales en
contratos como el mandato con o sin representación, la
agencia comercial, el corretaje, el de cuentas en
participación, el de concesión, el contrato de sociedad con el
aporte laborioso del socio industrial, o incluso el mismo
contrato de prestación de servicios, puede ubicarse en una
zona gris, es deber del juez identificar cuál fue el querer de
las partes en aplicación del principio de la autonomía de la
voluntad y cuál fue la realidad que secundó la ejecución del
acuerdo entre las partes, en relación con la primacía de la
realidad sobre las formalidades.

Escudriñar la voluntad inicial de las partes ha sido ya


previamente reconocido por la Sala como un deber del
fallador (CSJ SL17366-2015), lo que debe acompasarse con
el artículo 61 del Código de Procedimiento del Trabajo y de
la Seguridad Social.

De manera que la visión puramente laboral de las


relaciones contractuales no puede suponer la inhabilitación
o el decaimiento del espíritu comercial de ciertos convenios
privados legítimos, siempre y cuando la realidad no lleve a
concluir palmariamente lo contrario.

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Radicación n.° 78520

Debe ser muy precisa la valoración del juez sobre los


elementos que tiendan a demostrar o desvirtuar la
subordinación propia de las relaciones laborales en cada
caso, pues las condiciones específicas de cada juicio dan
lugar a ese convencimiento. Recuerda la Sala que, por
ejemplo, ya se ha sentado que el cumplimiento de horarios
no es por sí solo una prueba de subordinación (CSJ
SL11661-2015; CSJ SL8434-2014; CSJ SL14481-2014;
CSJ SL, 13 nov. 2003, rad. 20770).

Tampoco lo es la existencia de una afiliación al


Sistema de Seguridad Social Integral o a una caja de
compensación familiar dado que no es hoy en día un
elemento exclusivo de las relaciones contractuales laborales
subordinadas (CSJ SL, 16 octubre 2012, radicación 40966;
CSJ SL, 6 marzo 2003, radicación 19248), pero sí es una
prueba de la subordinación que sea el beneficiario de los
servicios prestados quien decida los tiempos de descanso de
quien ejecuta la labor (CSJ SL8465-2015) o imponga una
programación de compensación de servicios.

Para el asunto en debate resulta imperioso rectificar la


postura del Tribunal que equivocadamente dejó por fuera
de análisis los correos electrónicos ya señalados, omisión
que lo llevó a equivocarse en la caracterización de la
naturaleza del contrato discutido al pasar por alto las
pruebas que, como las citadas comunicaciones, debían
conducir a reconocer la subordinación en la materialidad de
la actividad del actor y, por ende, la existencia de un
contrato de trabajo.

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Radicación n.° 78520

Ahora bien, no pierde de vista la Sala que la decisión


de segunda instancia se apoyó en el estudio de las
declaraciones Sandra Carrillo, Martha Luna Rondón y Vera
Judith Manjarrez, de las que, como se dijo, concluyó que en
general los contratistas eran autónomos y estaban solo
sometidos a las condiciones del contrato. Estas pruebas
-por regla general no calificadas en casación- solo pueden
ser analizadas tras la denuncia de la censura y la
comprobación de un error protuberante en pruebas que sí
son hábiles, como es el presente caso, según lo ya dicho.

Sobre aquellos testimonios, lo que encuentra la Sala es


que son unánimes al describir las condiciones propias del
contrato de prestación de servicios que fue suscrito entre
las partes, lo que realmente no estuvo bajo discusión en las
instancias. Efectivamente, aquellas deponentes se limitaron
a asociar la actividad profesional que sí realizó el actor. Sin
embargo, nada aportaron acerca de la materialidad de la
presunta autonomía del demandante, más allá de
insistentemente hacer mención a la formalidad del contrato
existente.

Luego, no podría deducirse de aquellas declaraciones


la autonomía e independencia con la que un contratista
debe ejecutar su labor en el marco de un contrato de
prestación de servicios profesionales, cuando en realidad no
es aquello lo que deriva de los testimonios en mención, los
cuales, se reitera, se enfocaron más en describir la relación

SCLAJPT-10 V.00
35
Radicación n.° 78520

jurídica que unió a las partes que la materialidad propia del


servicio.

Así pues, observa la Sala que de la prueba testimonial


en que también se fundó el fallo de segunda instancia,
únicamente puede colegirse con claridad que el
demandante sí prestó un servicio personal en la forma como
lo aceptó la sociedad demandada, pero no se sigue
necesariamente de aquella la autonomía argumentada por
la entidad y el Tribunal.

La Corte encuentra que se configuran los errores de


hecho que le endilgó a la decisión y por ende, el cargo
prospera.

Sin costas en el recurso extraordinario comoquiera


que salió avante la acusación.

IX. SENTENCIA DE INSTANCIA

Para decidir en instancia, sirven las mismas


consideraciones ya hechas en sede de casación respecto de
la existencia de un servicio personal, subordinado,
constitutivo de un contrato de trabajo. Ahora bien,
comoquiera que el recurso extraordinario buscó que la Sala
casara la sentencia para que en decisión de instancia se
accediera a la totalidad de las pretensiones elevadas,
procede la Sala a analizarlas en la forma en que fueron
formuladas.

SCLAJPT-10 V.00
36
Radicación n.° 78520

1. Declaratoria del contrato de trabajo

Parte la Corte por reconocer lo incontrovertido a


instancias de la entidad demandada, esto es, la existencia
de un servicio personal prestado por el actor por los
siguientes períodos:

Fecha de inicio Fecha de finalización Remuneración


26 de enero de 2006 30 de junio de 2006 $2.700.000
4 de julio de 2006 31 de diciembre de 2006 $2.700.000
2 de enero de 2007 30 de mayo de 2007 $2.700.000
31 de mayo de 2007 31 de diciembre de 2007 $2.700.000
2 de enero de 2008 30 de junio de 2008 $2.700.000
1 de julio de 2008 31 de diciembre de 2008 $2.794.500
2 de enero de 2009 30 de junio de 2009 $2.878.335
1 de julio de 2009 30 de septiembre de 2009 $2.878.335
1 de octubre de 2009 31 de diciembre de 2009 $2.878.335
4 de enero de 2010 30 de junio de 2010 $2.964.685

Esta probanza no rechazada ni desconocida por la


empresa demandada resulta para la Sala demostrativa
tanto del servicio personal prestado por el trabajador a
favor de la pasiva como de los períodos específicos en los
que tuvo lugar.

De esta manera, y teniendo en cuenta que los


extremos laborales pretendidos por el actor en la demanda
se encuentran cobijados dentro del lapso que reconoció la
sociedad demandada a través de los documentos en
mención, para la Sala no queda duda que la relación
personal de servicio que reclama el demandante se dio entre
el 26 de enero de 2006 y el 30 de junio de 2010, sin
solución de continuidad, por cuanto entre la suscripción
sucesiva de uno y otro contrato de prestación de servicios

SCLAJPT-10 V.00
37
Radicación n.° 78520

no hubo una interrupción en el servicio mayor a 4 días, lo


que permite concluir que hubo una vocación de
permanencia en la prestación del servicio, que se traduce
en la existencia de una relación de trabajo a término
indefinido.

2. Trabajo suplementario y reajustes salariales


periódicos

Las pretensiones de pago por el trabajo suplementario


presuntamente laborado por el actor y los reajustes
salariales anuales que elevó el demandante bajo la petición
de «salarios insolutos» están llamadas al fracaso.

Respecto de la primera, debe recordarse que el


reconocimiento de trabajo extraordinario o los recargos por
dominicales o festivos, imponen al demandante la carga de
probar, más allá de cualquier duda razonable, las horas que
fueron laboradas en exceso de la jornada ordinaria y que se
denuncian impagadas.

Ya esta misma Corporación tiene dicho que el trabajo


suplementario o los recargos nocturnos no pueden estar
sometidos a suposiciones y su probanza debe despejar
cualquier duda respecto de las condiciones de modo, tiempo
y lugar en las que tuvieron ocurrencia (CSJ SL3009-2017,
CSJ SL10418-2017 y CSJ SL10597-2017). Así las cosas, en
tanto no existió una prueba respecto de las condiciones de
modo, tiempo y lugar en las que se ejecutaron las horas
adicionales pretendidas, deben ser denegadas.

SCLAJPT-10 V.00
38
Radicación n.° 78520

En lo relacionado con los reajustes salariales


anualizados, vale decir por la Sala que el demandante no
demostró un instrumento legal o extralegal que ordenara su
realización (CSJ SL4392-2019), al tiempo que resulta
improcedente dar aplicación a la normativa que es aplicable
con exclusividad a los empleados públicos.

Así mismo, para el caso de los trabajadores del sector


privado y los trabajadores oficiales, los incrementos
salariales de origen legal son inaplicables de forma
obligatoria salvo que se trate de la actualización de
remuneraciones que tengan una cuantía de salario mínimo;
luego, si la remuneración del interesado superaba aquel
valor, no es obligatorio su incremento.

Así lo ha sostenido esta Corporación con antelación


(CSJ SL, 1º marzo 2011, radicación 36058), cuando indicó
que,

El Decreto 2910 del 31 de diciembre de 2001, simplemente fijó


el salario mínimo legal que debía regir desde el 10 de enero de
2002 para los trabajadores particulares de los sectores urbano
y rural, fijándolo en la suma diaria de $10.300. Nada reguló en
cuanto a que sus disposiciones, en lo que se refiere al
porcentaje en que aumentó dicho salario, fuera aplicable a
todos los trabajadores privados o públicos que superaran ese
tope, puesto que no es esa su finalidad, que es otra distinta,
cual es esencialmente la de mantener una remuneración
mínima, vital y móvil proporcionada a la cantidad y calidad de
trabajo, desarrollando así uno de los principios fundamentales
que consagra el artículo 53 del Ordenamiento Superior. No
tiene, como no lo han tenido ninguno de los que lo antecedieron
en ese mismo sentido, un alcance superior e indiscriminado al
punto de que pudiera entenderse como una ley general de
aumento de salarios bajo cuyo amparo se posibilite una

SCLAJPT-10 V.00
39
Radicación n.° 78520

controversia judicial que procure sus efectos, salvo cuando se


trate de reajustar a su monto salarios inferiores.

3. Auxilio de cesantías

El auxilio de cesantías, con arreglo a lo previsto en la


Ley 50 de 1990, debe ser liquidado de forma anual cada 31
de diciembre y el saldo debe ser consignado por el
empleador a más tardar el 14 de febrero del año
inmediatamente siguiente, en un fondo destinado para ello.

Dado que no se evidencia reconocimiento de cesantías


a favor del demandante dada su vinculación original, se
ordenarán las sumas que se describen a continuación,
equivalentes al auxilio de cesantías causado durante toda la
vigencia de la relación de trabajo entre el 26 de enero de
2006 y el 30 de junio de 2010, con base en los salarios
anuales percibidos de la siguiente forma:

Fecha de inicio Fecha de finalización Remuneración


26 de enero de 2006 31 de diciembre de 2006 $2.700.000
2 de enero de 2007 31 de diciembre de 2007 $2.700.000
2 de enero de 2008 31 de diciembre de 2008 $2.794.500
2 de enero de 2009 31 de diciembre de 2009 $2.878.335
4 de enero de 2010 30 de junio de 2010 $2.964.685

En razón de lo anterior, la liquidación por el auxilio de


cesantías corresponderá a los siguientes valores:

SCLAJPT-10 V.00
40
Radicación n.° 78520

FECHAS SALARIO VR. AUX.


N° DE DIAS
INICIO FIN BASE CESANTIAS
26/01/2006 31/12/2006 $ 2.700.000 336 $ 2.520.000
1/01/2007 31/12/2007 $ 2.700.000 360 $ 2.700.000
1/01/2008 31/12/2008 $ 2.794.500 360 $ 2.794.500
1/01/2009 31/12/2009 $ 2.878.335 360 $ 2.878.335
1/01/2010 30/06/2010 $ 2.964.685 180 $ 1.482.343
$ 12.375.178

4. Intereses sobre las cesantías

De conformidad con lo previsto en el artículo 1º de la


Ley 52 de 1975 y el artículo 99 de la Ley 50 de 1990, el
trabajador tiene derecho al reconocimiento del interés
proporcional sobre las cesantías de cada anualidad, según
lo visto, en lo no prescrito, todo lo cual asciende según el
cálculo aritmético, a las siguientes sumas:

FECHAS VR. AUX. VR. INT. S/AUX.


N° DE DIAS
INICIO FIN CESANTIAS CESANTIAS
26/01/2006 31/12/2006 $ 2.520.000 336 $ 282.240
1/01/2007 31/12/2007 $ 2.700.000 360 $ 324.000
1/01/2008 31/12/2008 $ 2.794.500 360 $ 335.340
1/01/2009 31/12/2009 $ 2.878.335 360 $ 345.400
1/01/2010 30/06/2010 $ 1.482.343 180 $ 88.941
$ 1.375.921

5. Primas de servicios

En tanto la naturaleza de la entidad demandada es


pública y la condición del demandante corresponde a un
trabajador oficial, no es procedente su reconocimiento en
tanto no existe en instrumento extralegal que autorice su
pago.

SCLAJPT-10 V.00
41
Radicación n.° 78520

6. Prima de navidad

El artículo 11 del Decreto 3135 de 1968 dispone que


«Todos los empleados públicos y los trabajadores oficiales,
tendrán derecho a una Prima de Navidad equivalente a un
(1) mes del sueldo que corresponda al cargo en treinta (30)
de noviembre de cada año, prima que se pagará en la
primera quincena del mes de diciembre».

Con base en el citado artículo, tomando como


referencia los salarios devengados por el actor durante los
años 2007 a 2010, en lo no afectado por la prescripción, la
demandada deberá pagar al actor la suma siguiente a título
de prima de navidad:

FECHAS SALARIO VALOR PRIM A


N° DE DIAS
INICIO FIN BASE DE NAVIDAD
26/01/2006 31/12/2006 $ 2.700.000 Prescripción
1/01/2007 29/11/2007 $ 2.700.000 Prescripción
30/11/2007 31/12/2007 $ 2.700.000 31 $ 232.500
1/01/2008 31/12/2008 $ 2.794.500 360 $ 2.794.500
1/01/2009 31/12/2009 $ 2.878.335 360 $ 2.878.335
1/01/2010 30/06/2010 $ 2.964.685 180 $ 1.482.343
$ 7.387.678

7. Vacaciones insolutas y prima de vacaciones

El concepto de vacaciones debe liquidarse conforme el


artículo 43 del Decreto 1849 de 1969 recopilado en el
artículo 2.2.31.4 del Decreto 1083 de 2015, que establece:
«Tanto los empleados públicos como los trabajadores
oficiales tienen derecho a quince (15) días hábiles de
vacaciones por cada año de servicios».

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

En el presente caso, en tanto se ha reconocido la


existencia de una relación de trabajo desde el 26 de enero
de 2006 y el 30 de junio de 2010, corresponderá pagar a la
demandada por vacaciones, la suma señalada a
continuación conforme los siguientes cálculos:

FECHAS SALARIO VALOR


N° DE DIAS
INICIO FIN BASE VACACIONES
26/01/2006 29/11/2006 Prescripción
30/11/2006 29/11/2007 $ 2.700.000 360 $ 1.350.000
30/11/2007 28/11/2008 $ 2.794.500 360 $ 1.397.250
29/11/2008 28/11/2009 $ 2.878.335 360 $ 1.439.168
29/11/2009 30/06/2010 $ 2.964.685 212 $ 872.935
$ 5.059.353

Por su parte, la prima de vacaciones en tanto es


exclusiva de los empleados públicos conforme el artículo 24
del Decreto 1045 de 1978, es improcedente para el caso
bajo estudio.

6. Indemnización por despido sin justa causa

Conforme lo dicho, el demandante verdaderamente


ejecutó una relación de trabajo y no un contrato de
prestación de servicios como originalmente se había
planeado por las partes. Ello quiere decir que a partir del 26
de enero de 2006 el demandante adquirió la condición de
trabajador oficial en razón de la naturaleza jurídica de la
sociedad demandada y, por lo mismo, es aplicable en su
favor el concepto de plazo presuntivo de cara a evaluar la
finalización de su contrato de trabajo.

SCLAJPT-10 V.00
43
Radicación n.° 78520

En efecto, como lo ha dicho la Sala con antelación


(CSJ SL4626-2019), dado que se trata de una presunción
respecto de la vinculación laboral de los trabajadores
oficiales, la Corte ha tenido en cuenta como hito para
definir la contabilización del término presuntivo,
precisamente el momento a partir del cual el servidor
ostenta dicha calidad. Así se expresó en sentencias CSJ SL,
29 junio 2011, radicación 36964 y CSJ SL, 18 noviembre
2009, radicación 34343:

En esencia, lo que le cuestiona el censor al Tribunal es no


tomar, para computar el plazo presuntivo establecido en el
artículo 40 del Decreto 2127 de 1945, el 3 de noviembre de
1995 -fecha de expedición de los nuevos estatutos de personal,
momento a partir del cual se configuró un contrato de trabajo,
ficto o presunto, en un cargo que el demandante ejerció como
trabajador oficial, sin solución de continuidad-, y acoger, en
cambio, el 15 de enero de 1996, en que las partes suscriben un
contrato de trabajo por escrito (fls. 40 a 44), que, a su juicio, no
modifica la relación contractual existente entre los
contendientes judiciales, y apenas agrega una cláusula de
reserva que no es ejercida.

[…]

Por otra parte, en el contrato que suscribieron las partes no hay


ningún elemento de juicio que permita inferir que variaron ellas
la fecha de iniciación de la relación laboral o que acordaron que
el término presuntivo de duración se contaría desde el momento
en que se firmó el documento, pues, en lo atinente a su vigencia
y duración, solamente se asentó que el contrato se pactaba a
término indefinido de acuerdo con los artículos 40 y 43 del
Decreto 2127 de 1945; pero esa condición ya la tenía desde sus
inicios por razón de que así debía presumirse de conformidad
con la ley. Por lo tanto, debe entenderse que con la firma del
contrato simplemente se formalizó la existencia de la relación de
trabajo regida por un vínculo contractual, pero no se introdujo
ninguna modificación a la naturaleza del contrato, ni, mucho
menos, a la fecha de iniciación del vínculo jurídico.

De esta manera, si el término inicial del contrato de


trabajo del actor comenzó, como se dijo, el 26 de enero de
2006, el último plazo de seis meses conforme los artículos

SCLAJPT-10 V.00
44
Radicación n.° 78520

40 y 43 del Decreto 2127 de 1945 inició el 27 de enero de


2010 y, por tanto, venció el 25 de julio del mismo año.
Luego, la indemnización por despido injustificado que
corresponde al tiempo que faltaba por completar el plazo
presuntivo aplicable al contrato del actor, corresponde a 25
días del último salario, así:

FECHAS PLAZO SALARIO N° DE DIAS A


INICIO FIN PRESUNTO BASE INDEM NIZAR
30/06/2010 25/07/2010 25 $ 2.964.685 $ 2.470.571

7. Indemnización por no pago de salarios y


prestaciones sociales

En consideración de la naturaleza jurídica de la


entidad demandada y la condición de trabajador oficial del
actor, la indemnización por mora en el pago de salarios y
prestaciones sociales es la que corresponde al artículo 1º
del Decreto 797 de 1949 (CSJ SL747-2020; CSJ SL1008-
2020; CSJ SL1307-2020).

Sin embargo, análogamente a lo que ha dicho esta


Corporación respecto de las sanciones correlativas previstas
en el Código Sustantivo del Trabajo y la Ley 50 de 1990
(CSJ SL6621-2017; CSJ SL8216-2016; CSJ SL13050-2017;
CSJ SL13050-2017; CSJ SL13442-2017 y CSJ STL10313-
2017), éstas no son automáticas y para su aplicación el juez
debe analizar si la conducta del demandado permite
comprobar que su actuación fue de buena fe y ajena a la
intención de causar daño al trabajador.

SCLAJPT-10 V.00
45
Radicación n.° 78520

También de tiempo atrás (CSJ SL21922-2017, CSJ


SL662-2013, CSJ SL21682-2017, CSJ SL14152-2017 y
SL10414-2016) la Corte ha sentado que la buena o mala fe
no depende de la prueba formal de los convenios o de la
simple afirmación del demandado de creer estar actuando
conforme a derecho, pues, en todo caso, es indispensable la
verificación de «[…] otros tantos aspectos que giraron
alrededor de la conducta que asumió en su condición de
deudor obligado; vale decir, además de aquella, el fallador
debe contemplar el haz probatorio para explorar dentro de él
la existencia de otros argumentos valederos, que sirvan para
abstenerse de imponer la sanción» (CSJ SL9641-2014).

Sin embargo, ello no supone, por el contrario, que


exista una suerte de presunción de la mala fe del
empleador, lo que resulta por completo contrario a los
postulados del artículo 83 de la Constitución Política.

Sobre este aspecto, la Sala en sentencia CSJ SL14651-


2014, señaló:

La indemnización moratoria –consagrada en el artículo 65 del


Código Sustantivo del Trabajo, para el caso de los trabajadores
particulares; y en el 1 del Decreto 797 de 1949, para el de los
trabajadores oficiales- es una figura jurídico-laboral que ha
merecido el discernimiento reflexivo y crítico de la
jurisprudencia del trabajo y de la seguridad social, que ha
decantado su doctrina en torno a las sendas que deben seguirse
para el combate de la sentencia que la haya impuesto o dejado
de imponer en un caso determinado, al igual que las
modalidades de violación que deben emplearse.

[…]

De suerte que la indemnización moratoria procede cuando,

SCLAJPT-10 V.00
46
Radicación n.° 78520

después del examen del material probatorio, el juez concluye


que el empleador no estuvo asistido de buena fe. Entonces,
aplicar automáticamente la indemnización moratoria traduce
un extravío del juez en la exégesis de aquellas disposiciones
legales.

La Sala evidencia, entonces, que a pesar de


encontrarse judicialmente equivocada la actuación del
empleador, ésta no estuvo revestida de un aprovechamiento
arbitrario y falaz de un trabajo personal y subordinado
prestado a su favor por el demandante en desmedro del
trabajador mismo, menos aún en el escenario de la
discusión que gravita en torno a un contrato límite y
probatoriamente complejo.

De esta manera, no advierte esta Corporación un


ánimo torticero y dañino por parte de la entidad como para
gravar su accionar con la sanción antedicha, a pesar de la
prosperidad de las pretensiones declarativas de la
demanda.

8. Aportes al Sistema de Seguridad Social Integral

Comoquiera que los aportes al Sistema de Seguridad


Social Integral son connaturales a la relación de trabajo
subordinada, se condenará al empleador a cancelar la
diferencia en las cotizaciones, en el porcentaje que por ley
corresponda al empleador, por la totalidad de la duración
de la relación de trabajo.

Los aportes en pensión se deberán hacer al fondo de


pensiones en el que se encuentre afiliado el actor

SCLAJPT-10 V.00
47
Radicación n.° 78520

únicamente respecto del excedente entre lo ya cotizado


como contratista y el monto que se desprenda del ingreso
base de cotización IBC sobre el salario real devengado
durante toda la relación laboral declarada (26 de enero de
2006 y el 30 de junio de 2010), aportes que serán
cancelados previo el cálculo actuarial que indique la
entidad respectiva conforme con los salarios devengados
por el actor según quedó dicho, con el fin de ser tenidos en
cuenta dentro de la historia laboral pensional del actor.

Ahora bien, respecto de lo efectivamente pagado de


forma directa por el demandante por concepto de
cotizaciones al Sistema de Seguridad Social en Salud y en
Pensiones pero que en realidad correspondían a porcentajes
que estaban en cabeza del empleador, es procedente su
reembolso al demandante. Por ello, se ordenará la
devolución al actor del 8% de cada período de pago al
subsistema de Salud y el 12% por cada período de pago al
subsistema de pensiones, sobre la base de lo efectivamente
pagado para cada mensualidad por el trabajador.

9. Descuentos realizados al demandante y gastos


en los que incurrió con ocasión de la relación
contractual

Quedó acreditado en el plenario que el demandante


incurrió en gastos propios de la suscripción y legalización
de los contratos de prestación de servicios que suscribió
con la entidad demandada, todos los cuales carecen de
causa jurídica en las relaciones contractuales de carácter

SCLAJPT-10 V.00
48
Radicación n.° 78520

laboral. Por dicha razón, en tanto no son propios del tipo de


contrato declarado, se ordenará la devolución a favor del
actor de los pagos que fueron acreditados en el expediente
que aquel realizó a título de contribuciones locales o
requisitos de legalización de contrato, conforme la siguiente
descripción de valores:

Fecha Concepto Recaudo


30 de enero de 2007 Pro Cultura $67.500
7 de febrero de 2007 Pro Desarrollo $135.000
7 de febrero de 2007 Pro Ciudadela $202.500
6 de febrero de 2007 Gaceta Departamental $204.000
26 de enero de 2007 Póliza de cumplimiento $34.000
22 de febrero de 2008 Pro Cultura $81.000
18 de febrero de 2008 Gaceta Departamental $218.000
18 de febrero de 2008 Pro Desarrollo $162.000
18 de febrero de 2008 Pro Ciudadela $243.000
Total $1.347.000

Los descuentos aplicados al demandante por concepto


de retención en la fuente, a su turno, no corren la misma
suerte comoquiera que tienen un origen en la obligación
tributaria que el mismo demandante tiene con el Estado y
no dependen exclusivamente de la existencia de una
determinada forma contractual de vinculación.

Luego, lo que se recaudó por tal razón con cargo al


demandante contribuyente tuvo como destino las rentas
nacionales, de modo que las reservas o inconformidades
con las que cuente aquel frente a la administración de
impuestos, deberá tramitarlas directamente con la
autoridad correspondiente.

10. Excepciones

SCLAJPT-10 V.00
49
Radicación n.° 78520

Por las mismas razones expuestas y resultas del


proceso, resulta impróspera la excepción de inexistencia de
la obligación formulada por la entidad demandada.

De otro lado, se observa en el expediente que la


reclamación administrativa ante la entidad demandada fue
elevada por el actor el 14 de octubre de 2010 y fue
respondida por la entidad efectivamente el 30 de noviembre
del mismo año, así como que la demanda ordinaria fue
radicada ante la jurisdicción el día 11 de septiembre de
2012.

De esta forma, se encuentran prescritas las acreencias


laborales causadas con anterioridad al 30 de noviembre de
2007.

Finalmente, respecto de la excepción de compensación


formulada por la demandada, encuentra la Sala que no hay
lugar a declarar su efecto respecto de suma alguna a favor
de la entidad demandada comoquiera que no se acreditó en
el plenario la causa para su procedencia.

10. Indexación

Ya ha tenido la Sala la oportunidad de indicar (CSJ


SL928-2019) que la indexación de las sumas de dinero se
ha concebido como la solución para enfrentar el fenómeno
que padece la economía, consistente en la pérdida del poder
adquisitivo que sufre la moneda con el pasar del tiempo.

SCLAJPT-10 V.00
50
Radicación n.° 78520

Su propósito ha sido, entonces, el de actualizar la base


salarial, desde el momento en que se causa y/o reconoce el
derecho, hasta la data en que efectivamente se produzca el
pago de la prestación reclamada.

Bajo esos términos, y en este preciso escenario, se


entiende que la indexación es procedente, únicamente, en
los casos en que, para otorgar una prestación o acreencia
laboral, se deba tomar una base salarial histórica, es decir,
cuando para el cálculo o liquidación del derecho, sea
imperante tener en cuenta sumas de dinero que se debieron
cancelar en tiempo anterior, debido a que es en estas
condiciones que tiene ocurrencia el fenómeno de la
devaluación monetaria y, por ello, esos valores de años
atrás deben ser traídos al valor actual.

En el mismo sentido y por perseguir iguales fines de


compensación por pérdida del valor adquisitivo del dinero,
la indexación es incompatible con otros mecanismos de
actualización o corrección monetaria como los intereses por
mora o la indemnización por no pago de salarios y
prestaciones sociales según el artículo 1º del Decreto 797
de 1949 o el artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo,
cuando sea aplicable (CSJ SL713-2019).

En este sentido, habida consideración de la


inexistencia de condena por la citada sanción moratoria,
deberán ser indexadas las sumas reconocidas en virtud de
esta providencia al momento de su pago.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

Las costas por las instancias correrán a cargo de la


parte vencida en juicio.

Sin costas en el recurso extraordinario.

X. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República de Colombia y por autoridad de
la ley, CASA la sentencia dictada el veintinueve (29) de
marzo de dos mil diecisiete (2017) por la Sala Laboral del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla
dentro del proceso ordinario laboral seguido por ÁLVARO
ANGULO PALACIO en contra de TRANSMETRO S.A.S.

En sede de instancia, la Sala resuelve:

PRIMERO: REVOCAR la sentencia proferida por el


Juzgado Trece Laboral del Circuito de Barranquilla el 20 de
noviembre de 2013.

SEGUNDO: DECLARAR la existencia de una relación


de trabajo entre ÁLVARO ANGULO PALACIO y la
TRANSMETRO S.A.S., que estuvo vigente entre el 26 de
enero de 2006 y el 30 de junio de 2010.

TERCERO: CONDENAR a la entidad demandada a


reconocer y pagar a favor del demandante, la suma

SCLAJPT-10 V.00
52
Radicación n.° 78520

equivalente a $12.375.178, por concepto de auxilio de


cesantías.

CUARTO: CONDENAR a la entidad demandada a


reconocer y pagar a favor del demandante, la suma
equivalente a $1.375.921, por concepto de intereses sobre
las cesantías.

QUINTO: CONDENAR a la entidad demandada a


reconocer y pagar a favor del demandante, la suma
equivalente a $7.387.678, por concepto de prima de
navidad.

SEXTO: CONDENAR a la entidad demandada a


reconocer y pagar a favor del demandante, la suma
equivalente a $5.059.353, por concepto de vacaciones
insolutas.

SÉPTIMO: CONDENAR a la entidad demandada a


reconocer y pagar a favor del demandante, la suma
equivalente a $2.470.571, por concepto de indemnización
por despido injusto.

OCTAVO: CONDENAR a la entidad demandada a


devolver al actor del 8% de cada período de pago al
subsistema de Salud y el 12% por cada período de pago al
subsistema de pensiones, sobre la base de lo efectivamente
pagado para cada mensualidad por el trabajador durante
toda la relación de trabajo; conforme la parte motiva de esta
providencia.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78520

NOVENO: CONDENAR a la entidad demandada a


reconocer y pagar a favor del demandante, la suma
equivalente a $1.347.000, por concepto de reembolso de
los gastos en que incurrió para la suscripción y legalización
de los contratos de prestación de servicios.

DÉCIMO: CONDENAR a la entidad demandada a


reconocer y pagar a favor del demandante con destino al
Sistema de Seguridad Social en Pensiones, el excedente
entre lo ya cotizado como contratista y el monto que se
desprenda del ingreso base de cotización sobre el salario
real devengado durante toda la relación laboral declarada,
previo el cálculo actuarial que indique la entidad de
previsión respectiva, conforme la parte motiva de esta
providencia.

DÉCIMO PRIMERO: ORDENAR que las sumas


adeudadas contenidas en la presente providencia sean
pagadas de forma indexada.

DÉCIMO SEGUNDO: DECLARAR no probadas las


excepciones de inexistencia de la obligación y compensación
propuestas por la pasiva.

DÉCIMO TERCERO: DECLARAR probada la


excepción de prescripción de todas las acreencias laborales
causadas con anterioridad al 30 de noviembre de 2007.

SCLAJPT-10 V.00
54
Radicación n.° 78520

DÉCIMO CUARTO: ABSOLVER a la entidad


demandada de todas las demás pretensiones elevadas en su
contra.

Costas en las instancias como quedó dicho en la parte


motiva.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

ANA MARÍA MUÑOZ SEGURA

OMAR DE JESÚS RESTREPO OCHOA

GIOVANNI FRANCISCO RODRÍGUEZ JIMÉNEZ

SCLAJPT-10 V.00
55

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