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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN LABORAL

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO


Magistrada ponente

SL10995-2014
Radicación n.° 45453
Acta 27

Bogotá, D. C., treinta (30) de julio de dos mil catorce


(2014).

Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por


EMERMEDICA S.A. SERVICIOS DE AMBULANCIA
PREPAGADOS, contra la sentencia proferida el 12 de
agosto de 2009, por la Sala Laboral del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Bogotá D.C., en el proceso ordinario
promovido por MARÍA ENGRACIA BONILLA ROBLES
contra la recurrente.
Radicación n° 45453

I. ANTECEDENTES

La señora MARÍA ENGRACIA BONILLA ROBLES


demandó a la sociedad EMERMEDICA S.A. SERVICIOS DE
AMBULANCIA PREPAGADOS, para que se declare la
existencia de un contrato de trabajo a término indefinido
que fue del 1º de febrero de 2001 hasta el 31 de agosto de
2007, fecha ésta en que fue terminado de manera unilateral
y sin justa causa por parte de la demandada; solicitó
igualmente se declare que la suma de $1.431.000.oo.,
pagada durante la vigencia de la relación laboral bajo el
concepto de «movilización», constituye salario a la luz del
artículo 127 del CST., razón por la cual el salario real
devengado por ella y que sirve de base para liquidar sus
derechos laborales, asciende a $3.443.604.oo.

Teniendo en cuenta las anteriores declaraciones, pidió


se condene a la demandada a reliquidar la indemnización
por terminación unilateral del contrato de trabajo; la
cesantía y sus intereses; la prima de servicios y las
vacaciones. Igualmente solicitó se ordene pagar la
indemnización moratoria prevista en el CST art. 65; la
sanción por la no consignación oportuna y completa de la
cesantía establecida en la L. 50/1999 art. 99; el mayor
valor con el que se ha debido cotizar al sistema general de
seguridad social en salud y pensión; la indexación de tales
condenas; lo que halle probado ultra y extra petita, y las
costas del proceso.

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Radicación n° 45453

En apoyo de sus pedimentos refirió que fue vinculada


a la demandada a través de un contrato de trabajo a
término indefinido que tuvo como fecha de inicio el 1º de
febrero de 2001, y de finalización el 31 de agosto de 2007;
que la terminación fue unilateral y sin justa causa; que
ejerció el cargo de médico de atención básica de
emergencias, urgencias y consulta médica domiciliaria; que
entre el 15 de enero y el 31 de agosto de 2007 percibió
como remuneración la suma de $2.862.000,oo, que se
dividió así: $1.431.000,oo como asignación básica salarial,
más $1.431.000,oo como «movilización».

Afirmó que la división del salario que hacía la


empleadora, no tenía sustento legal ni real en la ejecución
del contrato, toda vez que dentro de sus funciones
desarrolladas, no estaban las que implicaran gastos de
movilización, menos en la suma de $1.431.000.oo que era el
valor que se le pagaba por dicho concepto; dijo igualmente
que la demandada simuló lo anterior para no sufragar en
su totalidad los derechos laborales, cuando en verdad esa
suma es un concepto laboral; asimismo adujo que por
concepto de recargos nocturnos y dominicales en los meses
de enero a agosto de 2007, percibió un promedio mensual
de $290.802,oo, valor éste que se incluyó a la base de
$1.431.000,oo; cuando en verdad debió sumarse a la suma
de $2.862.000,oo., que era el salario real devengado por
ella.

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Radicación n° 45453

De otra parte, respecto del período comprendido entre


el 1º de enero de 2005 y el 15 de enero de 2007, sostuvo
que recibió la suma de $1.717.000,oo, que fue dividida en
dos cantidades, $800.000,oo como asignación básica y
$917.000,oo., como auxilio de movilización, que en verdad
era salario.

Igualmente aseveró que los pagos por concepto de


movilización fueron habituales y permanentes; que se
cancelaba por la prestación directa del servicio, no porque
dentro de sus funciones estuviesen las de movilización;
expresó también que la demandada no canceló de manera
completa los derechos laborales, ni las cotizaciones al
sistema de seguridad social. Finalmente sostuvo que no se
le incluyeron todos los factores que constituyen salario,
salario que reitera ascendió a $3.443.604.oo. (fls. 4 a 18 y
83 a 91).

La convocada a juicio al dar respuesta a la demanda,


se opuso a las pretensiones con excepción a la declaración
de la existencia de la relación laboral, extremos y forma de
terminación. En cuanto a los hechos, aseguró que pactó de
buena fe con la demandante el reconocimiento de un auxilio
monetario de carácter no salarial por concepto de gastos de
movilización, en atención a las condiciones y horarios de
prestación del servicio y con la finalidad de ayudarle a
cubrir las erogaciones en que pudiera incurrir para su
desplazamiento -taxis o medios de transporte particular - de su
residencia al sitio de trabajo y viceversa. Ratificó que
durante el período transcurrido entre el 15 de enero y 31 de

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agosto de 2007, el salario de la demandante era de


$1.431.000.oo y el de $800.000.oo en el período anterior.
Argumentó que el citado auxilio de movilización, que para el
año 2007 ascendió a $1.431.000.oo, no remuneraba ni
retribuía la actividad de la demandante.

Aclaró también que los recargos fueron pagados de


manera completa y oportuna, además fueron tenidos en
cuenta como factor salarial en la liquidación de sus
acreencias laborales; que la liquidación fue consignada a
órdenes de un juzgado ante la reticencia de recibir el pago.
En su defensa propuso las excepciones de inexistencia de
las obligaciones reclamadas, pago, cobro de lo no debido,
enriquecimiento sin causa, prescripción, compensación,
buena fe, abuso del derecho y mala fe de la demandante.
(fls. 105 a 119)

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Veintisiete Laboral del Circuito de Bogotá,


puso fin a la primera instancia mediante sentencia del 10
de febrero de 2009, a través de la cual absolvió a la
demandada de todas las pretensiones formuladas en su
contra por la señora MARÍA ENGRACIA BONILLA ROBLES,
a quien por demás, condenó a pagar las costas del proceso
(cd-fl. 184).

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III. SENTENCIA DEL TRIBUNAL

Por apelación de la parte demandante conoció el Tribunal


Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C., quien
mediante sentencia del 12 de agosto de 2009, decidió lo
siguiente:

Primero.- Revocar integralmente la sentencia absolutoria


proferida el 10 de febrero de 2009 por el Juzgado Veintisiete
Laboral del Circuito de Bogotá, D.C.

Segundo.- Declarar que entre María Engracia Bonilla Robles y


Emermédica S.A., existió un contrato de trabajo, el cual estuvo
vigente entre el 10 de febrero de 2001 y el 31 de Agosto de 2007.

Tercero.- Declarar que la suma percibida por la demandante a


título de “Gastos de Movilidad”, en vigencia de la relación
laboral, es un elemento constitutivo de salario.

Cuarto.- Declarar parcialmente probada la excepción de


prescripción en la forma como quedó definida en la motivación.

Quinto.- En consecuencia de las anteriores declaraciones,


Condenar a la sociedad EMERMÉDICA S.A., a pagar a favor de
la demandante MARÍA ENGRACIA BONILLA ROBLES, las
siguientes sumas de dinero por concepto de:

5.1. Reajuste De (sic) Auxilio (sic) De (sic) Cesantía (sic) la


suma de $2’981.868,17.

5.2. Reajustes De (sic) Intereses (sic) A (sic) Las (sic)


Cesantías (sic) la suma de $311.909,45.

5.3. Reajuste De (sic) Prima (sic) De (sic) Servicios (sic) la


suma de $2’981.868,17

5.4. Reajuste De (sic) Vacaciones (sic) la suma de


$2’504.250,oo

5.5. Reajuste De (sic) Indemnización (sic) Por (sic) Despido


(sic) Injusto (sic) la suma de $7’314.31 8,oo.

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5.6. La cantidad de $95.400,oo DIARIOS, a partir del día 1°


de Septiembre (sic) de 2007 y hasta por veinticuatro (24) meses o
hasta cuando el pago se verifique si el periodo es menor, por
concepto de Indemnización (sic) Por (sic) Falta (sic) De (sic) Pago
(sic) De (sic) Los (sic) Salarios (sic) Y (sic) Prestaciones (sic)
Debidas (sic) A (sic) La (sic) Demandante (sic), quedando a partir
del 1° de septiembre de 2009 obligada la demandada a
reconocer y pagar sobre las sumas adeudadas a título de auxilio
de cesantías, intereses sobre cesantías y prima de servicios,
intereses moratorios a la tasa máxima legal.

5.7. Sanción Por (sic) No (sic) Consignación (sic) De (sic)


Cesantías (sic) En (sic) Un (sic) Fondo (sic) la suma de
$16’995.068,52

Sexto.- Las Sumas (sic) Objeto (sic) De (sic) Condena (sic)


deberán ser pagadas, dentro de los cinco (5) días siguientes a la
ejecutoria del presente fallo.

Séptimo.- Condenar a la sociedad EMERMÉDICA S.A. a


realizar el pago de las sumas dejadas de cotizar en vigencia de
la relación laboral, atendiendo la incidencia salarial del concepto
“Gastos de Movilización”, trasladando a las entidades de
seguridad social en salud y pensión a las que se encontraba
afiliada la señora María Engracia Bonilla Robles, las diferencias
pendientes de pago por este concepto, conforme al cálculo
actuarial que le presenten.

Octavo.- Sin costas en esta instancia ante su no causación.


Las de primera se imponen a cargo de la accionada.

Para tomar su decisión, el Tribunal centró el análisis


en la validez del pacto de exclusión salarial denominado
«gastos de movilidad», para lo cual y sin desconocer la libertad
con que cuentan las partes unidas mediante un contrato de
trabajo para estipular qué pagos no constituyen salario en
los términos establecidos en el CST art. 128, precisó que
tales acuerdos no podían recaer sobre elementos que sí son
salario por expresa disposición legal, caso en el cual dicho
pacto resultaría ineficaz al tenor de lo normado por el art.
43 de esa misma codificación sustantiva, precisamente por

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contravenir el art. 127 ibídem.

Para tal fin, el sentenciador de alzada explicó que el


legislador al definir los elementos que integran el salario,
incluyó no sólo la remuneración ordinaria, sino todo aquello
que recibe el trabajador, en dinero o en especie, como
contraprestación directa del servicio, sin importar la forma
o denominación que se adopte, y no deja de serlo, aun
cuando se convenga por las partes que no son salario. En
ese sentido, transcribió apartes de la sentencia CSJ SL, 10
jul. 2006, rad. 27325.

En este orden de ideas y luego de examinar las


condiciones del otrosí agregado al contrato de trabajo, en el
que se pactó el otorgamiento de una suma fija a título de
«gastos de movilidad» no constitutiva de salario, que varió en
su cuantía en los años 2004, 2005 y posteriormente en el
2007, se percató que «Dicho rubro se incrementó para el año 2004
a la suma mensual de $1´361.271,oo, y a partir del 1º de enero de
2005 se redujo a $917.000,oo, acordándose a partir del 15 de enero de

2007 por este mismo concepto la suma mensual de $1’431.000,oo. »

De igual modo, encontró que:

(…) para el año 2001 el salario mensual de la trabajadora


alcanzaba la suma de $286.000,oo, percibiendo también unos
gastos de movilización en cuantía de $1’070.707,oo situación
similar se manifiesta para el año 2004, cuando a título de salario la
actora recibía la suma mensual de $363.613,oo, y como gastos de
movilización $1´361.271,oo; entre tanto para el año 2005 su salario
alcanzó los $800.000,oo, pero sus gastos de movilización superaban
esa cuantía al ser acordados en la suma mensual de $917.000,oo y
para el año 2007, tanto salario como gastos de movilización se
equipararon recibiendo por cada uno de estos conceptos $1

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´431.000,oo.

En cuanto a los argumentos alegados por la


accionada, atinentes a que los gastos de movilización
pagados a la trabajadora no estaban destinados a retribuir
su servicio sino que buscaban garantizar su desplazamiento
seguro, cómodo y oportuno de su residencia al sitio de
trabajo, si bien encontró probados tales argumentos con los
testimonios de Luis Carlos Quintero y Reyna Milena
Guzmán, no los tuvo en cuenta al observar en el manual de
funciones visto a folio 129, que la demandante:

(…)debía cumplir los turnos asignados según planilla de


programación mensual, contando con la logística del caso
para ello, pues así lo expresaron los deponentes que
rindieron su versión en estas diligencias, quienes fueron
coincidentes al manifestar que la entidad empleadora
tenía dispuestos vehículos, motos y ambulancias, según
prioridad, para movilizar al personal médico y
paramédico que se requiriera a fin de prestar la atención
médica domiciliaria y prehospitalaria del caso . (Se
resalta).

Entonces si la demandante para cumplir con sus


funciones no tenía que sufragar suma alguna por concepto
de transporte en tanto la demandada le suministraba los
medios necesarios para cumplir sus labores, no había
razón de ser para que se le reconociera una suma igual o en
ocasiones muy superior a su salario, bajo el concepto de
auxilio para gastos de movilización.

Con base en todo lo anterior, concluyó lo siguiente: (i)


que «tal suma desborda con creces el alcance que se le quiere
imprimir, y en palabras del impugnante no atiende criterios de

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razonabilidad y proporcionalidad que deben observarse a la hora de

convenir este tipo de beneficios extralegales»; (ii) con lo acreditado

en el expediente emerge que dicho rubro lo devengó la


trabajadora desde el inicio de la relación laboral, de manera
habitual, permanente y periódica, con la finalidad única de
retribuir sus servicios personales, y no para desempeñar
cabalmente sus funciones como lo quiso hacer ver la
accionada; (iii) la suma percibida a título de gastos de
movilización, sí era salario, en aplicación del principio de la
primacía de la realidad, sin que las partes pudieran
válidamente desconocer su esencia, por lo que el convenio
suscrito entre las partes era ineficaz, de acuerdo con el
artículo 43 del CST. (iv) declaró parcialmente probada la
excepción de prescripción.

En punto a la indemnización moratoria, encontró que


la demandada incurrió en mora luego de la terminación del
contrato de trabajo, y que no hubo causal alguna que
justificara dicha omisión. En esa medida, dada la
naturaleza salarial de los «gastos de movilización» que percibió
la trabajadora sin que justificara su conducta al amparo del
pacto de exclusión salarial celebrado, el que calificó como
ineficaz, la condenó por la citada sanción.

En lo que tiene que ver con la sanción por no


consignación oportuna de la cesantía en un fondo –L.
50/1990 art. 99- señaló que en atención a la excepción de

prescripción propuesta por la demandada, que interrumpió


el 24 de junio de 2008, procedía la condena por dicho rubro
desde el 15 de febrero de 2006 al 31 de agosto de 2007, en

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cuantía total de $16’995.068,52, sobre una base


equivalente al salario dejado de considerar al momento de
liquidar y consignar el auxilio de cesantía en el fondo.

Finalmente, condenó a la demandada a pagar a las


entidades de seguridad social, el mayor valor dejado de
pagar respecto de los aportes al sistema en salud y
pensiones, conforme al cálculo actuarial que para ello se
realice. (fls. 208 a 221).

IV. EL RECURSO EXTRAORDINARIO

Interpuesto por la demandada, concedido por el Tribunal


y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende la casación parcial de la sentencia recurrida,


esto es «en cuanto a los numerales primero, tercero, quinto, sexto,
séptimo y octavo de la parte resolutiva, lo que deja sin efecto el

numeral cuarto» para en sede de instancia, confirme la de

primer grado.

Con tal propósito formula un cargo, el que


oportunamente fue replicado.

VI. CARGO ÚNICO

Está formulado en los siguientes términos:

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La violación que se denuncia se produce por la vía indirecta, por


aplicación indebida de los artículos 27, 43, 65 (29 Ley 789/02),
127 (14 Ley 50/90), 128 (15 Ley 5°/90), 186, 192 (8 D. 617/54),
249, 306 del C.S.T.; 1º de la ley 52 de 1975; 28 de la ley 789 de
2002.

Relaciona como errores evidentes de hecho, los


siguientes:

1. Dar por demostrado, sin estarlo, que los “vehículos, motos y


ambulancias” que la demandada facilitaba para la demandante
con el “fin de prestar la atención médica domiciliaria y
prehospitalaria”, también estaban destinado (sic) a facilitar los
trasportes personales de la demandante.

2. Concluir sin respaldo probatorio alguno que “la


demandante para cumplir con su labor no debía sufragar suma
alguna de transporte”.

3. Dar por demostrado, sin que haya prueba alguna, que la


partida acordada por las partes para gastos de movilización la
percibió la demandante “con la finalidad única de retribuir sus
servicios personales, y no para desempeñar cabalmente sus
funciones”.

4. No tener por establecido que frente a los convenios de las


partes sobre el monto de los gastos de movilización y su destino,
no medió en vigencia del contrato objeción alguna ni tacha por
vicio del consentimiento.

5. Concluir sin respaldo probatorio alguno, que las sumas


entregadas a la demandante para gastos de movilización como
consecuencia de lo pactado entre ellas, eran utilizadas para
otros fines y que por superar el valor del salario ese pacto era
ineficaz.

6. No dar por demostrado, estándolo, que las razones


expresadas por la demandada para considerar que los gastos de
movilización eran utilizados por la demandante para tal
finalidad, son serias y atendibles.

7. No dar por demostrado, estándolo, que en la conducta de la


demandada hay buena fe.

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Denuncia como pruebas mal apreciadas, el contrato


celebrado por las partes (fls. 20 a 22), la certificación
expedida por la demandada el 31 de agosto de 2007 (fl. 19),
la liquidación del contrato de trabajo (fls. 33-35 y 158-159),
los comprobantes de pagos y desprendibles de nómina (fls.
36 a 50 y 132 a 147), los otrosí al contrato de trabajo (fls.
23, 26, 27, 29, 30, 126, 127, 128), el manual de funciones
(fl. 129) y las constancias de pagos y consignaciones a favor
de la demandante (fls. 51 a 73); y los testimonios de Luis
Carlos Quintero y Reina Milena Guzmán como prueba no
calificada (fls. 181 a 183); y como inapreciadas, las
certificaciones sobre el salario de la demandante de 22 de
agosto de 2001 y 6 de marzo de 2007 (fls. 24 y 31), la
comunicación sobre aumento de salario (f. 25), la relación
de turnos médicos (fs. 74 a 77).

En la demostración del cargo, indica que los gastos de


movilización o desplazamiento no se refieren a los
necesarios en la ejecución de las labores propias del trabajo
de la demandante, pues para ellos la demandada contaba
con los medios o instrumentos de trabajo correspondientes,
como lo impone la ley laboral, por lo que la suma entregada
directamente a la demandante, como era obvio, tenía una
destinación distinta. No era para pagar las motos, vehículos
o ambulancias que le ponían a su disposición para que se
desplazara a atender a los pacientes, como en últimas
resulta concibiéndolo el tribunal en un raciocinio cercano al
«disparate», sino que eran para sufragar los gastos de
movilización personal de la demandante y, precisamente

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por eso, su total independencia frente al salario, lo que a su


vez explica, por qué en unas ocasiones no era objeto de
ningún aumento y en otras incluso lo era de reducción.

Señala que el tratamiento que se le dio a los gastos de


movilización «fijación, aumento o disminución», es el resultado de
un convenio entre las partes, por lo que resulta obvia la
intervención de las dos partes en su utilización y destino;
expresa también que el Tribunal mezcló dos situaciones
diferentes cuando sostuvo que «la demandante para cumplir con
su labor no debía sufragar suma alguna de transporte », pues si bien

no lo hizo frente a sus desplazamientos para atender los


pacientes que requirieran el servicio, sí le correspondía
asumir unos costos para movilizarse al trabajo y regresar a
su domicilio.

Advierte que las diferencias en las sumas entre salario


y gastos de movilización demuestran la autonomía de esos
pagos al no estar atado el segundo al primero; que la
afirmación del ad quem frente a la finalidad «única» de los
gastos de movilización como retribución de los servicios
personales no tiene sustento probatorio, pues los otrosí y
testimoniales, prueba no calificada en casación,
demuestran lo contrario, esto es que tales pagos no eran
salario. Agrega que el Tribunal no tuvo en cuenta que la
demandante es una profesional que goza de la capacidad
para comprender lo que firma, máxime que lo hizo en tres
ocasiones sin presentar objeción alguna, esto es, bajo
ninguna perspectiva puede colegirse que fue engañada;
señala también que los turnos asignados -domingos y festivos,

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horas de la madrugada- convierten en razonable el rubro de

movilidad, sin que ello afecte «el significado de su retribución


salarial».

Reitera que los otrosí y las certificaciones de la


demandada sobre la remuneración salarial de la accionante
(fls. 19, 24 y 31) demuestran lo que es realmente salario,
sin que existiera objeción alguna por parte de Bonilla
Robles, igual sucede con la comunicación del 30 de enero
de 2004, en la que se le informa a la demandante sobre el
cambio en el monto de su salario.

Señala que con lo expuesto, se deja demostrados los


primeros cinco errores, pero dice que « si ello no fuera así, en
todo caso deben prosperar los dos últimos desatinos atribuidos al
Tribunal y que tocan con la conducta de la demandada, que para el
Tribunal fue de mala fe y para este cargo, por el contrario, es una

prístina buena fe».

Para redundar en lo expuesto, afirma que el ad quem


mezcló las conclusiones de la cláusula con las
consideraciones para determinar la conducta de la
empleadora, y con tal proceder, « ató la suerte de unas condenas
prestacionales con la de la sanción moratoria, lo cual le impidió ver que
la demandada ha expuesto en el curso del proceso unas razones muy
serias sobre por qué creía no deber nada a la demandante, razones

que fueron adecuadamente probadas…».

Con fundamento en lo anterior, afirma demostrar los


yerros denunciados, bien los cinco primeros, ora, los dos
últimos, lo que permite, según el censor abordar la prueba

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no calificada, que fue distorsionada. Frente a ésta, sostiene


que las declaraciones de los testigos respaldan la actitud de
la empresa enjuiciada, inclusive cuando aclaran la
existencia de medios de desplazamiento para el
cumplimiento de las funciones médicas propias del cargo de
la demandante. (fls. 4 a 12 C. Corte)

VII. RÉPLICA

Asevera que la vía por la que se encauza el cargo no


guarda correspondencia con el fundamento vertebral del
fallo cuestionado. Respecto a los errores de hecho, asegura
son opiniones del recurrente que carecen de fuerza
argumentativa; afirma que guardó silencio respecto de la
indemnización moratoria, y de la valoración probatoria que
pudo haber llevado a no tener por demostrada la buena fe
de la empleadora. En síntesis, y después de transcribir
apartes de sentencias proferidas por esta Sala, sostiene que
la decisión confutada goza de la presunción de acierto y
legalidad.

VIII. CONSIDERACIONES

Corresponde a la Sala decidir si, como lo sugiere la


censura, se equivocó el ad quem al darle naturaleza salarial
a los pagos recibidos por la demandante bajo el concepto de
gastos de «movilización»; o si por el contrario y como lo
concluyó el Tribunal, tales pagos son salario a la luz de lo
previsto por el CST art. 127 y 128, subrogados en su orden

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por la L. 50/1990 los art. 14 y 15; 43 ibídem y el principio


Constitucional de la primacía de la realidad.

Planteado así el asunto y para desvirtuar los soportes


que tuvo el Tribunal, la censura describe como mal
apreciadas: la certificación que aparece a folio 19, las
liquidaciones del contrato de folios 33-35 y 158-159, los
comprobantes de pagos y desprendibles de nómina (fls. 36 a
50 y 132 a 147), y las constancias de pagos y
consignaciones a favor de la demandante (fls. 51 a 73), sin
caer en cuenta que estos medios de convicción en lo
absoluto fueron tenidos en cuenta por el sentenciador de
alzada para tomar su decisión, y si no fueron tenidos en
cuenta, mal puede atribuírsele una valoración errada de los
mismos.

Además de lo anterior, la parte recurrente enlista como


pruebas no apreciadas, la certificación que obra a folio 24 y
la comunicación de folio 25, cuando la verdad sea dicha,
tales pruebas, fueron soporte fundamental de la decisión
atacada; en esta medida, debió alegar su errada estimación,
con la adecuada y correspondiente argumentación.

Igualmente, respecto del contrato de trabajo que


aparece a folios 20 a 22, prueba que se acusa como mal
apreciada, resulta inane e intrascendente cualquier
consideración sobre el mismo, toda vez que en momento
alguno existió controversia sobre la existencia de la relación
laboral, pues la discusión versó sobre la naturaleza salarial
de los gastos de movilización acordados por las partes en

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los otrosí por ellas suscritos y que aparecen a folios 23, 26,
27, 29, 30, 126, 127 y 128.

Pero si lo anterior no fuera todo y para descartar la


comisión del tercer error fáctico, suficiente es señalar que el
Tribunal para concluir que los gastos de movilización eran
salario, analizó las pruebas allegadas al proceso,
principalmente los otro sí y el manual de funciones visto a
folio 129, para de ahí concluir que dicho rubro lo devengó la
trabajadora desde el inicio de la relación laboral, de manera
habitual, permanente y periódica, y con la finalidad única
de retribuir sus servicios personales, y no para desempeñar
cabalmente sus funciones como lo quiso hacer ver la
accionada, valiéndose para ello de lo previsto por el artículo
128 del Código Sustantivo del Trabajo, subrogados el
artículo 15 de la Ley 50 de 1990.

En lo que toca al cuarto error, relativo a la ausencia de


vicio en el consentimiento, inexistencia de objeción o tacha
sobre el pacto por parte de la demandante, el monto de
tales gastos y su destino, constituyen hechos nuevos de
defensa, desde luego inaceptables en casación, pues a estas
alturas y de admitirse tal postura defensiva, comportaría
una variación en su respuesta a la demanda, lo que dejaría
de lado los principios de contradicción, defensa y debido
proceso, lo que afectaría a la parte demandante, quien se
vería sorprendida con nuevos sucesos que no tuvo la
oportunidad de controvertir en las instancias.

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De otra parte y en cuanto al quinto yerro se refiere,


pertinente es señalar que el mismo se constituye en un
reproche eminentemente jurídico, no factico, toda vez que lo
en verdad criticado por la censura al Tribunal, es el haber
declarado la ineficacia –art. 43 del CST- del convenio u otro sí,
en el que se acordó que tales gastos no eran salario, esto es,
si quería controvertir tal aserto, debió encausar el cargo por
la vía del puro derecho, no de los hechos.

Precisado lo anterior, la Sala desde una óptica


meramente fáctica, aborda el estudio de los restantes
yerros, esto es de los individualizados con los numerales 1º,
2º, 6º y 7º.

La Sala descarta la comisión del primer error, por


cuanto el Tribunal, contrario a lo que afirma la censura,
jamás dio por establecido que los vehículos, motos y
ambulancias que la demandada facilitaba a la accionante
con el fin de prestar la atención médica domiciliaria y
prehospitalaria, «también estaban destinado (sic) a facilitar los
trasportes personales de la demandante» , pues lo que en verdad

concluyó el Tribunal, fue que EMERMEDICA tenía


dispuestos los anteriores medios de transportes « según
prioridad, para movilizar al personal médico y paramédico que se
requiriera a fin de prestar la atención médica domiciliaria y

prehospitalaria del caso», y esta la razón por la cual descartó

que tales pagos denominados gastos de «movilidad» estaban


destinados a cubrir el desplazamiento de Bonilla Robles,
toda vez que el mismo era suministrado por la demandada.
Así pues, parte la censura de una premisa equivocada al

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Radicación n° 45453

estar fundamentada en una afirmación diametralmente


opuesta a lo resuelto por el Tribunal.

En cuanto al segundo yerro fáctico, referido a que el


sentenciador de alzada, sin ningún respaldo probatorio,
concluyó «que la demandante para cumplir con su labor no debía
sufragar suma alguna de transporte», encuentra la Sala que,

contrario a lo sostenido por el recurrente, sí tuvo soporte


probatorio, como lo fue precisamente la prueba testimonial,
medio de convicción éste que como lo ha sostenido la
Corporación, no es calificado en casación para estructurar
errores de hecho, pues sólo puede ser abordado en la
medida que prospere cualquiera de los otros yerros que se
denuncian, respecto a la prueba calificada, lo cual no
ocurre hasta lo aquí elucidado, por manera que, al no darse
tal circunstancia, es irrelevante cualquier consideración al
respecto.

Con los restantes errores de hecho, esto es con el sexto


y séptimo, pretende la censura demostrar que la
demandada tuvo razones serias y atendibles para
considerar que los gastos de movilización no eran salario,
en tanto los mismos fueron acordados para colaborar a la
demandante en su movilización, actuar éste que según
afirma, estuvo acompañado de la buena fe que exime de las
sanciones moratorias impuestas por el sentenciador de
alzada. Al remitirse esta Sala a las piezas procesales
debidamente denunciadas y tendientes a demostrar la
buena fe de la demandada, ninguna estructura la

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Radicación n° 45453

ocurrencia de yerro alguno, menos con la connotación de


manifiesto, tal y como en seguida se procede a explicar:

En efecto, los otrosíes lo único que revelan son los


acuerdos suscritos entre las partes, mediante los cuales
pactaron que los gastos de movilización no constituyen
salario ni base para el cálculo de las prestaciones sociales
(fls. 23, 26, 27 y 30), mas no evidencian que las sumas
recibidas por esos conceptos, tuviera como fin la
colaboración en la movilización de la actora de la residencia
a su sitio de trabajo.

En lo que tiene que ver con la relación de turnos


médicos que aparecen a folios 74 a 77, aun cuando resulta
ser cierto que el ad quem no las tuvo en cuenta, tal omisión
no llevaría al quiebre de la sentencia recurrida en la medida
que de haber sido apreciada tal documental, en nada
cambiaría la decisión adoptada, pues la citada prueba sólo
relaciona los días y horas en los que la demandante debía
presentarse para cumplir su labor, y lo que denomina la
censura como «turnos irregulares» no conllevan a que la
existencia del rubro de movilización sin connotación
salarial, sea razonable.

De lo anterior no se advierte que la conducta de la


accionada haya estado precedida la buena fe, en tanto las
probanzas estudiadas no evidencian razones serias sobre
porqué creía no deber suma alguna a la trabajadora, mucho
menos que tales pagos no tenían incidencia salarial. En este

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Radicación n° 45453

contexto se mantiene inmodificable la sentencia acusada


que goza de la presunción de legalidad y acierto.

Aquí y ahora, valga recordar que todo lo que recibe el


trabajador como directa contraprestación de su fuerza de
trabajo, sea en dinero o en especie, no deja de ser salario por
la simple denominación que aparezca en una cláusula del
contrato o en un otrosí que suscriban las partes y con
aparente tintes de legalidad, utilizando para ello la L.
50/1990 art. 15, como ocurrió en el caso bajo estudio, pues
si esto ocurre, tales estipulaciones simple y llanamente
pierden eficacia a la luz del CST art. 43, tal y como lo
concluyó el sentenciador de alzada.

En ese contexto, juzga conveniente la Corte recordar


también lo adoctrinado en sentencia CSJ SL, 13 jun. 2013,
rad. 39.475, en cuanto que por disposición directa del
artículo 53 superior es aplicable el Convenio 95 de la OIT
aprobado mediante la L. 54/1962, ratificado por el
Gobierno colombiano el 7 de junio de 1963, el que es claro
en precisar qué es salario, pues al efecto dice:

El término salario significa la remuneración o ganancia,


sea cual fuere su denominación o método de cálculo, siempre que
pueda evaluarse en efectivo, fijada por acuerdo o por la
legislación nacional, y debida por un empleador a un trabajador
en virtud de un contrato de trabajo, escrito o verbal, por el
trabajo que éste último haya efectuado o deba efectuar o por
servicios que haya prestado o deba prestar.

Ahora bien y como recientemente lo precisó esta Sala


de la Corte en sentencia CSJ SL9544-2014, las partes unidas
mediante un contrato de trabajo sí pueden establecer que

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Radicación n° 45453

determinados pagos no constituyen salario, pero ello pueden


hacerlo cuando real y efectivamente no retribuyan el trabajo y
por tanto no es para beneficio del trabajador, mucho menos
para enriquecer su patrimonio, sino para desempeñar a
cabalidad sus funciones, que no se da en el caso de autos,
por cuanto la empresa le suministraba a la demandante los
vehículos, ambulancias y motos para cumplir sus funciones,
aunado al hecho que dicho auxilio de movilización y para el
año 2007, era igual a la asignación salarial que ascendía a
$1.431.000.oo., lo cual no se exhibe razonable para con ello
poder catalogar su actuar de buena fe, pues se itera, su
actuar lejos está de ser leal con su trabajadora, de modo que
debe soportar la indemnización moratoria al haber intentado
encubrir pagos que eran salario.

En concordancia con lo anterior, pertinente también


resulta recordar lo dicho en sentencia CSJ SL, 1º feb. 2011.
rad. 35771, cuando al efecto se indicó:

Para responder esta parte de la acusación, la Corte recuerda


que, conforme a su orientación doctrinaria, al amparo de la
facultad contemplada en el artículo 15 de la Ley 50 de 1990, que
subrogó el 128 del Código Sustantivo del Trabajo, las partes no
pueden desconocer la naturaleza salarial de beneficios que, por
ley, claramente tienen tal carácter.

Ello traduce la ineficacia jurídica de cualquier cláusula


contractual en que las partes nieguen el carácter de salario a lo
que intrínsecamente lo es, por corresponder a una retribución
directa del servicio, o pretendan otorgarle un calificativo que no
se corresponda con esa naturaleza salarial. Carece, pues, de
eficacia jurídica todo pacto en que se prive de la índole salarial a
pagos que responden a una contraprestación directa del
servicio, esto es, derechamente y sin torceduras, del trabajo
realizado por el empleado.

Así, por ejemplo, en sentencia del 10 de diciembre de 1998, Rad.

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Radicación n° 45453

11.310, la Corte sostuvo:

“Una de las disposiciones que mayor flexibilidad otorgó a


las relaciones laborales la encarna el artículo 15 de la Ley
50 de 1990 que otorga a las partes unidas en un contrato
de trabajo la facultad de determinar, que ciertos
beneficios o auxilios extra legales que devengue el
trabajador no se incluyan en el cómputo de liquidación de
prestaciones sociales. Naturalmente ello no comporta que
se permita desnaturalizar el carácter salarial de
beneficios que por ley claramente tienen tal connotación,
pues dicha estipulación no consagra una libertad absoluta
sino limitada a los fines y eventos previstos por vía de
ejemplo en la norma y a aquellos que configuren
situaciones análogas”.

Y en fallo de casación del 10 de julio de 2006, Rad. 27.325,


sostuvo:

«De conformidad con el artículo 127 del Código Sustantivo del


Trabajo, en la forma como fue modificado por el artículo 14 de la
Ley 50 de 1990, se entiende por salario “no sólo la remuneración
ordinaria, fija o variable, sino todo lo que recibe el trabajador en
dinero o en especie como contraprestación directa del servicio,
sea cualquiera la forma o denominación que se adopte, como
primas, sobresueldos, bonificaciones habituales, valor del trabajo
suplementario o de las horas extras, valor del trabajo en días de
descanso obligatorio, porcentajes sobre ventas y comisiones.

Lo anterior indica que un elemento caracterizador del salario es


que corresponda a un pago como contraprestación directa del
servicio del trabajador, cuya forma o denominación puede
adoptarse de diferentes formas, es decir, un salario fijo, o uno
variable, o uno compuesto por una suma fija y otra variable, en
dinero o en especie, así que cuando el pago que recibe el
asalariado tiene como causa inmediata el servicio que éste
presta, o sea su actividad en la labor desempeñada, será salario
sin que las partes puedan convenir en sentido contrario, como
ocurre, por ejemplo, cuando se trata de trabajo suplementario,
horas extras, trabajo en días de descanso obligatorio o en las
ventas realizadas por el trabajador. En estos casos, cualquier
cláusula que las partes acuerden para restarle naturaleza
salarial a los pagos que recibe el trabajador por esos conceptos,
será ineficaz.» (Las resaltas son fuera del texto)

Las consideraciones que preceden, son suficientes


para concluir que el cargo está llamado a la improsperidad.

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Radicación n° 45453

Las costas del recurso extraordinario estarán a cargo


de la demandada. Como agencias en derecho se fija la suma
de seis millones trescientos mil pesos ($6.300.000,oo
M/cte).

IX. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando Justicia
en nombre de la República de Colombia y por autoridad de
la Ley, NO CASA la sentencia proferida el doce (12) de
agosto de 2009, por la Sala Laboral del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Bogotá D.C., en el proceso seguido
por la señora MARÍA ENGRACIA BONILLA ROBLES
demandó a la sociedad EMERMEDICA S.A. SERVICIOS DE
AMBULANCIA PREPAGADOS.

Costas en el recurso de casación como se indicó en la


parte motiva.

Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase al


Tribunal de origen.

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Radicación n° 45453

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO


Presidente de Sala

JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ

ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

GUSTAVO HERNANDO LÓPEZ ALGARRA

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS

CARLOS ERNESTO MOLINA MONSALVE

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