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1. La preparación de fondos
a) Salsas bases
1. Salsa holandesa
Ingredientes: 2 yemas de huevo, 250 gr de mantequilla clarificada, 2 cucharadas de
limón y sal.
Preparación: Empezamos montando las yemas, si es un bol al baño maría mejor.
Añadimos el zumo de limón. Cuando hayan doblado su volumen iremos añadiendo
poco a poco la mantequilla clarificada, logrando una emulsión que se acerque en
consistencia a una mayonesa. Por último añadimos la sal.
2. Salsa bechamel
Ingredientes: 1 litro de leche entera, 60-80 gr de mantequilla, 60-80 gr de harina, sal,
pimienta y nuez moscada.
Preparación: Derretimos la mantequilla, mezclamos con la harina y removemos
durante un minuto a fuego medio. Después apartamos y dejamos enfriar el roux.
Cuando la leche esté hirviendo la echamos en el roux poco a poco mezclando y
disolviendo todos los posibles grumos. Cuando hayamos terminado volvemos a poner
sobre el fuego. Dejamos cocer, removiendo de vez en cuando, unos 10 minutos. Al final
añadimos la sal, la pimienta negra recién molida y la nuez moscada.
3. Salsa velouté
Ingredientes: 1/2 litro de fumet de pescado o fondo blanco, 100 ml de leche, 30 gr de
mantequilla y 30 gr de harina.
Preparación: Empezaremos haciendo el roux. El roux no es más que una mezcla de
harina y mantequilla ligeramente tostada. Dependiendo de la elaboración el nivel de
tostado será mayor o menor. De esta forma obtenemos roux blancas, rubias u oscuras.
Entendiendo las blancas como las menos cocidas y las oscuras, las más cocidas. Para la
salsa velouté nos interesa tostarla lo menos posible. Dejándola rubia o incluso blanca,
casi sin coción. A continuación vamos añadiendo nuestro caldo. En este caso es un
fumet de pescado, iremos echando poco a poco el caldo, como si hiciésemos una
bechamel. Aunque a nosotros nos interesa hacer la velouté mucho más líquida.
Queremos una salsa espesa, no tanto como una bechamel. Pero en otras ocasiones, a lo
mejor, podemos hacer una velouté mucho más espesa. Dejamos cocer unos 10 al final,
añadiendo si fuese necesario algo más de caldo al final.
4. Salsa española
Ingredientes: 40 gr de harina, 40 gr de mantequilla o aceite de oliva y 3/4 de litro de
fondo oscuro. Para enriquecer la salsa española y darle un toque fresco podemos utilizar
una cebolla, una zanahoria, un puerro y una rama de apio.
Preparación: En una cazuela derretimos la mantequilla y tostamos la harina hasta que
torne oscura. En el caso de que queramos meter los ingredientes opcionales derretimos
la mantequilla y pochamos las verduras. Después añadimos la harina y dejamos que
tome color. Por último añadimos el fondo oscuro y dejamos cocer hasta que ligue y
empiece a espesar. Pasamos por el chino y servimos nuestra salsa con el plato que
hayamos elegido.
5. Salsa de tomate
Ingredientes: 2 kg de tomate maduro tipo pera, 3 zanahorias, 2 pimientos verdes, 1
cebolla grande, aceite de oliva virgen extra, sal, azúcar.
Preparación: Lavamos y secamos los tomates. Les sacamos alguna parte, si es
necesario o está fea, y los troceamos. En una cazuela ponemos un poco de aceite de
oliva a fuego medio. Echamos la cebolla y los pimientos cortados en juliana, y las
zanahorias en rodajas finas. Rehogamos todo hasta que la cebolla coja color marroncito,
así la salsa tendrá más sabor. Añadimos el tomate troceado y dejamos a fuego lento,
removiendo de vez en cuando, durante una hora. Pasamos la salsa por el pasapurés y
volvemos a poner al fuego. La dejaremos durante otra hora más, teniendo cuidado de
que no se pegue. Salamos y echamos una pizca de azúcar si nos resulta muy ácida.
Apagamos el fuego, rellenamos los botes con la salsa de tomate y dejamos destapados
hasta que se enfríen totalmente. Si queremos congelar los botes dejaremos un espacio de
dos centímetros hasta el borde, ya que al congelarse el líquido aumentará su volumen y
de este modo evitamos que el frasco reviente.
b) Salsas menores: Estas son las que se preparan en poco tiempo, son versátiles,
igual acompañan una carne que un plato de pasta, ricas en variedad por no decir
innumerables.
1. Salsas a base de lácteos: Son las salsas que cuentan entre sus ingredientes
con la mantequilla, la leche, el queso, el yogur, la nata… pueden ser frías o
calientes, sencillas o más complejas.
2. Salsas a base de fondos: Suelen ser parte de las salsas clásicas y muy
elaboradas, pueden utilizarse fondos de verdura, carne o pescado y de su
calidad, depende el éxito de la salsa.
3. Salsas a base de huevo: La yema del huevo es un ingrediente ideal para
lograr salsas finas y untuosas, emulsiona muy bien con distintos líquidos, el
ejemplo más fácil es la mayonesa.
4. Salsas a base de frutas, vegetales, especias, aceites y vinagres o
simplemente el resultado de machacar ingredientes sólidos que se ligan con
aceite de oliva u otro producto oleico.