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172 Introducción a la anrropología general

Capítulo 10
favor y, paulatina1nente, fueron sustituyendo a las variedades frágiles; LA SEGUNDA TIERRA
por su parte, las ovejas y cabras eran alin1cnta.das con rastrojos y seleccio-
nadas con arreglo a la utilidad de sus rasgos físicos y conductuales.
La transición a la agricultura y ganadería con1portó benefícios adiciona-
les en forn1a de una 1nayor producción per cápíta de proteínas e hidratos
de carbono, nütigando así ten1poraln1ente Ja presión dc1nográfíca asociada
al período de caza· y recolección de espectro a1nplío. Sin e1nbargo, la conti-
nuación del crecin1iento den1ográfíco au1nentó rápidan1ente la densidad de
los asentanüentos hun1anos en el Oriente lvledio, forzando la difusión de
la agricultura a Mesopotan1ia, región deficitaria en lluvia y otros recursos
naturales. Estas deficiencias se superaron 1nediante la agricultura de rega-
dío y el co1nercio. Al aun1entar la densidad de1nográfica, la co1npetencia
por el acceso a las tierras de regadío y los bienes co1nerciales vitales inten-
sificó la incidencia de la guerra. El nacin1iento de burocracias incipientes y
la división de la sociedad en gobernantes y gobernados dieron satisfacción
a la necesidad de organizar las obras de regadío, controlar el con1ercio y
coordinar las actividades policiales y n1ilitares.
El complejo neolítico del Ódente Medio se difundió del sudeste al
noroeste de Europa en el periodo comprendido entre el 8 .500 y el
5.500 B.P. El ritmo de la difusión se vio aminorado por la necesidad de
readaptar las especies don1esticadas al frío y boscoso ecosiste1na europeo. Este capítulo describe los principales datos arqueológicos acerca de. la evo~ución
En China, el hecho de que las especies do1ncsticadas 1nás antiguas <le las culturas en Ainérica del Norte y del Sur. \Tere1nos que hay d1ferenc1as
fueran el nüjo y el cerdo sugiere un origen independiente de la transición significativas y se1nejanzas notables en la evolución de las culturas en el «Nuevo»
y «Viejo» Mundos. Constataren1os aden1ás que) en ge.neraC la e_v~lución cultural
al Neolítico en Asia oriental y del posterior desarrollo de ciudades y esta- en las Atnéricas nó dependió de las secuencias evoluuv.as d~l \l1e10 Nlundo.
dos. Tal vez hubiera hasta tres centros de don1esticación independientes en y que la cornparación de la arqueología de Jos dos hcn11sfenos 1~os proporciona,
China: la región central del valle del río Amarillo, el bajo Yangtse y la pues, una «segunda Tierra»: un banco de pruebas para las tcor1as sobre los
costa de la China n1eridional. procesos socioculturales.
Es posible que en el Sudeste asiático también se produjera una transi-
síción. independiente basada en el cultivo de tubérculos, legun1bres y arroz.
Con todo, los datos arqueológicos sobre este área son todavía ptovisiona- ¿Cuándo se descubrió América?
les. Los n1ás sugerentes provienen del noroeste de Tailandia, donde se ha
hallado un an1plio espectro de plantas con una antigüedad rayana en los Los antepasados de los «indios» a1nericanos alca?z.aron el sta.tus. de
11.500 años, algunas de las cuales presentan indicios de una posible do- Homo sapiens en el Viejo Mundo. No se han halla?o fos1les de hom11101des
1nesticación. en las Ainéricas, y nadie espera encontrarlos. La fortnula dental ~le los n1~­
Por el ino1nenfo, se dispone de escasos elementos de jUicio que avalen nos ceboides del Nuevo Mundo indica que se separaron de la !mea hom1-
la hipótesis de una transición independiente al Neolítico en Africa. El Neo- noide del Viejo Mundo entre hace 30 y 40 millones .años. Sin embargo,
lítico egipcio parece ser un derivado del del Oriente Medio. Sin e1nbargo, una ardiente controversia rodea la cuestión de cuánto uen1po llevan v1v1en-
pueblos que ya habían sufrido influencias debidas a la difusión de elemen- do los hun1anos en el Nuevo Mundo. Sílex fracturados con una antigüedad
tos del co1nplejo de Oriente Medio do1nesticaron varias plantas originarías de más de 50.000 años han aparecido en Calico Hills, California, pero su
de Africa. A este respecto, el Africa subsahariana 1nuestra ciertas sen1e- status como útiles es dudoso (Leakey y Goodall, 1969; Haynes, 1973). Se
janzas con la Europa occidental. conoce un único útil de hueso, procedente del Yukon canadiense) datado por
el radiocarbono en el 27.000 B.P. (Irving y Harrington, 1973), y a algunos
yacimientos de la n1eseta 1nexicana se les ha atribuido una antigüedad su-
perior a los 20.000 años (MacNeish, 1978: 135). En cuanto a los ,restos
físicos, los huesos 1nás antiguos pueden ser los fragn1entos ~e cr.aneo y
costillas desenterrados por una excavadora en el sur de California, que
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recientemente han sido datados por nuevas técnicas de aminoácidos en el qucando el camino hacia el sur . Sin embargo, el bloqueo no fue total. En
48.000 B.P. (Bada, Schroeder y Carter, 1974). Si se confirma este hallaz- diferentes intervalos hubo un corredor libre de hielos que conectaba la
go, esto convertiría a las gentes más antiguas del Nuevo Mundo en contem- ~os ta norte de Alaska con las grandes llanuras al este de las Montañas Ro-
poráneas d.e los. últimos neandertales europeos. Un esqueleto encontrado en cosas. Este corredor permaneció abier to entre el 36.000 y el 32.000 B.P.,
Yuha, Caltforma, tal vez tenga también una antigüedad superior a los entre el 28.000 y el 20.000 B.P., y desde el 13.000 B.P. en adelante.:~Las
20.000 años (Bischoff y otros, 1976, 1979). migraciones hacia el sur de gentes y animales debieron ocurrir al mienos
El origen ~ás verosímil de los primeros indios es Asia. Esto parece durante uno de estos intervalos, y es probable que se aprovecharan las tres
probable, en primer lugar, porque las poblaciones americanas nativas de oportunidades.
hoy e?, ~ía se ~semejan, fenotípicamente, a las poblaciones asiáticas . Como
lo~ ~sia.ticos orientales, muchos indios tienen cabello negro y lacio, plieg~es
epicanticos Y. muy poco vello en el cuerpo. No parece probable que estos El Paleolítico del Nuevo Mundo
rasgos se derivei: de ancestros europeos o africanos. Por lo demás, si consi-
deramos las posibles formas en que los primeros americanos arribaron al El problema de las clases de utillaje y modos de producción que. los
N~evo Mund.o , todo parece indicar que su lugar de origen se encontraba en primeros americanos trajeron consigo desde Asia plantea numerosas du-
Asia . Las migraciones se iniciaron probablemente durante el Pleistoceno das. Con el paso de los años, sin embargo, se están acumulando datos que
tardio-?aleolitico Superior; esto es, mucho antes de la invención de em- sugieren una estrecha correspondencia entre los utillajes americanos más
barc.aci?nes cap~ces de surcar el océano. Es harto improbable, pues, que antiguos y los útiles fabricados con técnicas de núcleo discoidal y retoque
l~s md10s amencanos atravesaran el océano Atlántico o Pacifico. En cam- de bordes característicos del Paleolítico Superior en el noroeste de Asia.
b10'. es muy p~sible que penetraran en el Nuevo Mundo por el estrecho de Huellas de este complejo lítico inicial, que datan aproximadamente del
Ber.mg, a trav~s del cual, en un día claro, se puede ver Alaska desde Si- 16.000 B.P., han aparecido en el noroeste de Alaska y cerca de Ayacucho,
beria. En realidad, en el punto culminante de la última glaciación conti- Perú . Los datos más fiables, empero, son los que aportan los artefactos del
nental no había nada de agua entre Siberia y Alaska. En el máximo avance complejo de El Jobo, encontrados en Taima-taima, Venezuela. Uno de
glacial, una cantidad de humedad suficiente para reducir el nivel de los estos artefactos, una punta de flecha de cuarcita, se recuperó en el hueso
o~éanos al menos en 300 pies quedaba retenida en la tierra en forma de pélvico de un .mastodonte joven muerto hace como mínimo 13 .000 y,
hielo ..Como e~ es~recho de Berin~ tiene menos de 300 pies de profundidad, posiblemente, más de 14.000 años. Entre los úti les descubiertos en Taima-
los primeros mmigrantes no tuvieron que nadar ni saltar de un iceberg a taima figuran un cuchillo, raederas y piedras poco trabajadas, empleadas
otro para ent1:ar en el Hemisferio Occidental. Los primeros y desconoci-. como choppers o machacadores (Bryan y otros, 1978).
dos . «Descubrid?res ~e América» pudieron, fácilmente, cruzarlo a pie, Utiles fabricados a partir de lascas extraídas de núcleos preparados dis-
cammando por tierra fll'me. Y cuando el descenso del nivel del mar era tan coidales mediante una técnica que recuerda a los núcleos en forma de tor-
sólo de 150 pies, existía un «puente» transitable de más de 100 millas de tuga del levalloisiense .del Viejo Mundo se han encontrado en el yacimien-
ancho. En su máximo, Beringia, como se le llama a esta tierra actualmente - to Shriver, en el noroeste de Misouri. Su antigüedad se estima superior
sumergida, tenia 1.000 millas de ancho. incluso a los de Taima-taima (Reagan y otros, 1978). Estos útiles establecen
Incluso sin este puente de tierra, el estrecho de Bering no habría su- la existencia de una fase temprana de la tecnología cazadora-recolectora
puesto un obstáculo difícilmente franqueable. De vez en cuando el estre- americana que conservaba numerosos rasgos originarios del Paleolítico del
cho se congela formando una capa de hielo lo suficientemente sóÍida como Viejo Mundo y precede al desarrollo de tipos distintivos del Nuevo Mun-
para permit}r el tránsito de gentes y animales. Por lo demás, motivos para do. Fueron descubiertos en estratos inferiores a aquellos en que aparecen
es~as travestas .n o faltaban. Como otros pueblos del Paleolítico Superior, los útiles americanos autóctonos más avanzados, considerados hasta hace poco
primeros americanos eran. c?zad~res de herbívoros migratorios, en especial por los arqueólogos como los tipos más antiguos. Hoy en día, parece pro-
de mamuts, c,aballos, caribus, bisontes, bueyes almizcleros. Estos y otros bable que las tradiciones americanas distintivas y más avanzadas se des-
grandes mamiferos abundaban en enormes manadas sin explotar desde arrollaron varios miles de años después de la penetración, en Norte y
Alaska hasta la Tierra del Fuego. Sudamérica, de las primeras bandas de cazadores y recolectores del Paleo-
El puente de Beringia existió antes del 35 .000 B.P., estuvo sumergido lítico Superior.
entre el 32.000 y el 28.000 B.P., volvió a emerger entre el 28.000 y el En América del Norte, estas tradiciones más avanzadas se caracterizan
13 .000 B.P ., y está sumergido desde entonces (Hopkins, 1967) . Pero los principalmente por puntas de flecha sobre hoja, talladas por presión,
cazadores que utilizaron el puente afrontaron un nuevo obstáculo: barre- con superficies acanaladas o de base cóncava. Estas puntas de flecha no tie-
ras de hielo de una milla de altura cubrían la mayor parte de Alaska, blo- nen paralelos precisos en el Viejo Mundo y se cree que fueron talladas para
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facilitar el en mangue en las lanzas. Empiezan a aparecer hacia el 11.500
B.P. Se. reconocen dos colecciones de útiles: Clovis y Folsom. Clovis se
caracteriza por grandes puntas acanaladas halladas en yacimientos en los
que fueron matados y descuartizados mamuts de las altas llanuras de
Oklahoma, Colorado, Nuevo México y sur de Arizona (aunque también se
han hallado en ~a pradera y en los bosques del Este). Las colecciones Fol-
som_ se caracterizan por .las pun~as Folsom y Sandía (fig. 10.1), que se FIG. 10.2.-Punta Folsom incrustada
usaron para matar especies de bisontes, en la actualidad extintas, en las en las costillas de un bisonte extinto.
llanuras centrales desde Montana hasta Texas (fig. 10.2). En el yacimien- Un histórico descubrimiento que al·
teró la concepción sobre la antigüe-
dad de la presencia del indio ameri-
cano en el Nuevo Mundo. [ Museo
Americano de Historia Natural.]

como sucedió en el Mesolítico europeo, se colonizaron muchos hábitats


forestales, costeros y fluviales, y el pescado, marisco y otros recursos acuá-
ticos recibieron mayor atención . Aunque no todos los arqueólogos están
de acuerdo, hay mucho que decir en favor de la visión de los modos de
producción norteamericanos posteriores al 9 .000 B.P. como otras tantas
versiones autóctonas de los sistemas de caza y recolección de «espectro
amplio» característicos del Mesolítico en Europa y Oriente Medio y de
la época de agricultura incipiente en China y el Sudeste asiático.
Clovís Folsom Slndi1
FIG. 10.1.-Puntas de flecha del Paleolítico del Como en el Viejo Mundo, la causa básica de la transición a una pro-
Nuevo Mundo.
ducción alim~ntaria de espectro amplio tal vez fuera la extinción de mu-
chas especies de- grandes animales que habían florecido durante el Pleis-
to Shriver, los útiles de núcleo discoidal ap~recieron bajo una colección de toceno. En el Nuevo Mundo, estas extinciones afectaron a más especies
tipo. Folsom. Tamb_ién se han hallado tradiciones regionales de caza mayor que en el Viejo. Desaparecieron 31 géneros, incluyendo mastodontes, ma-
distmtas, pero, J.?Osiblemente relacionadas y de antigüedad comparable en muts, bisontes de grandes cuernos, camellos, tapires, caballos, cerdos, di-
el Valle de Mexico, en los Andes desde Argentina a Chile y en Venezuela. versas clases de ovejas y cabras, bueyes almizcleros, variedades de antílopes,
Uno de los tipos más interesantes es el de la cueva de Fell cerca del bueyes, yaks, castores gigantes y tigres, y especies de osos,, lobos y coyotes.
estrecho de Mag,a~anes .en la. pun~a meridional de América dei' Sur. Aquí
1 La importancia relativa· de la sobredepredación humana y de factores na-
se han hallado uules líticos'. 111cluidas puntas acanaladas, junto con restos turales· relacionados con la retirada de la última glaciación es objeto de
de perez~so~ y caballo.s amencanos extintos, lo que revela que los ancestros considerable debate: Las gentes equipadas con armas de tipo Folsom y
de los «111d10s» amencanos ya habían completado su invasión del Nuevo Clovis fueron, sin duda alguna, cazadores extremadamen te eficientes. De
Mundo hace 11.000 años . hecho, se podría razonablemen te interpretar su avanzada técnica lítica a la
. Los tipos Clovis y Folsom dominan casi todos los yacimientos arqueo- vez como respuesta y como causa de la crecien te escasez de la caza mayor,
lógicos d~ Norteamé~·ica entre el 11.500 y el 9 .000 B.P. De los útiles y provocada inicialmente por cambios ambientales. No resulta improbable
restos .ammales relacionados con ellos parece deducirse que, en estrecho que aumentaran la presión que experimentaba la fauna pleistocénica. Sea
paralelismo con ~} Pale~lítico Superior terminal del Viejo M undo, el como fuere, lo que sí podemos afirmar es q ue no impidieron la extinción
mo?o. de producc.10n dommante era la caza mayor especializada. «En estos de muchas esp~cies
1
valiosas y, como se podrá constatar, esto habría de
yacimientos las piezas de :quipo de molienda son infrecuentes y a menudo tener consec.uencias desastrosas en época posteriores.
dudosas;. n? aparecen casi nunca restos vegetales; el pescado, el marisco
Y los ut11la¡es de pesca son raros o están ausentes» (Mark Cohen 1977: El «Neolítico» del Nuevo Mundo
130). Los yac!mientos con numerosas piedras de moler -que ;ugieren
u~a concentración en las semillas y otros alimentos vegetales- sólo em- La explicación de los orígenes de la agricultura en el Nuevo Mundo
piezan a ser frecuen tes después del 10.000 B.P. A partir de estas fechas, constituye un logro científico relevante. Todavía se desconocen muchos
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detalles,. pe~o hay u.n hecho básico: la domesticación de plantas y animales
PO,r los md10s americanos no dependió de la difusión desde ninguno de los domesticar estas plantas importantes sin ayuda del Viejo Mundo. Esta
centros de domesticación del Viejo Mundo. Esto significa que la difusión opinión persistía debido, en parte, a la aparente prioridad cronológica de
tampoco r~~resenta una explicación probable de otras semejanzas notables la domesticación de plantas en el O riente Medio, China y Sudeste asiá-
e?tre el V1e10. Y el Nuevo Mundo, como, por ejemplo, el desarrollo de una tico. Se sugería, así, que una barca cargada d e emigrantes postneolítico.s
~ida sede?taria en poblados o el surgimiento de ciudades estados impe- del otro lado del Atlántico o Pacífico fue arrastrada hacia Múico, Brasil
nos~r arquitectura m~numen tal, escritura y metalurgia. Lo~ orígene's inde- o Perú, trayendo consigo la idea de la domesticación de plantas. Como
pen tent~s de la agnc~ltura del Nuevo Mundo avalan la hipótesis de que todavía no se habían identificado los antepasados silvestres del ·maíz, algu-
~~s cu~turas humanas tienen mayores probabilidades de evolucionar en unas nos arqueólogos adujeron incluso que los viajeros debieron llevarlo con-
1r~:c1ones que en otras .. Indica?, además, que hay que buscar la explí- sigo (Godfrey y Cole, 1979; cf. Schneider, 1977).
cacto~ de las convergencias y. divergencias de la historia humana en el Las teorías difusionistas de los orígenes de la agricultura en el Nuevo
e~t~dl10 dbe .los pro~~sos materiales que tienden a producir consecuencias Mundo han sido refutadas definitivamente por la identificación de las
s1m1 ares a¡o cond1c1ones similares, formas ancestrales del maíz y de la secuencia de modificaciones que expe-
~a tesis ~el desarrollo independiente de la agricultura entre los indios rimentaron estas formas durante su domesticación. Los descubrimientos
amenc.anos dtsp~ne de numerosos elementos de juicio a su favor. El in- más importantes fueron realizados por Richard S. MacNeish en las tierras
ventan o d.e cultivos del Nuevo Mundo se compone casi en su totalidad altas del estado mexicano de Tamaulipas y en el valle de Tehuacán, en el
de domesticados que. sólo se encuentran en las Américas. En la época del estado de Puebla, en 1958 y 1964, respectivamente. MacNeish demostró
cont~~to con los pnmeros europeos, es te inventario era tan variado que, en estas dos áreas de altiplanos bastante áridos, la domesticación d~l
nutr~ttvamente satisfactorio como los comple1·os de plantas del o.· y maíz y otras plantas originarias de América fue resultado de una sen e
Medio S d ·, · b. uente
Y u este a~tattco com mados. Comprendía granos como el maíz de interacciones cul turales y ecológicas determinadas por condiciones loca-
el am~rd~to Y la. quinua; leg~mbres como las judías negras, las habichuela; les específicas.
1
Y as Ju tas de Lima, Y otros importantes vegetales como calabazas melones La identidad precisa del antepasado silvestre del maíz es objeto de
b tomates. E?_tre los, tubérculos figuraban la mandioca, la pa~ata y la controversia . U na de las posibilidades barajadas es que el maíz fuera do-
ª~ª~ª · . Tamb~e? babia c~mdimentos tales como el chile, el cacao y la mesticado a partir de una gramínea denominada teosinte, que todavía se
vam1lla, narcott~os y ,e~t1mulantes como la. coca· y el tabaco, y plantas encuentra en estado silvestre en esta zona (Flannery, 197 3); otra es que
~roductoras de ~1bras uttles co?1o el .henequén, el maguey, el algodón y el existiera una forma silvestre de maíz antecesora tanto del maíz propia-
sNtsal. (El algodon fue domesticado independientemente en el Viejo y el mente dicho como del teosinte (Mangelsdorf, 1974) . En cualquier caso,
uevo Mundo.)
su domesticación debe ser anterior al 7.000 B.P., puesto que las gentes
. .La unión de est?s domesticados originarios de América con los del que poblaban el valle de Tehuacán hacia esa época ya cultivaban una
VdJO ~undo despues .de 1492 ha tenido importantes consecuencias en forma primitiva de maíz que tenía una pequeña mazorca con dos o trc:.s
to o e mundo. P~r e1em~lo, el azúcar combinado con el cacao produjo hileras de semillas de cáscara blanda y raquis endurecido (véase p. 160 ).
el.:~ocolate. La cana de azucar, domesticada por primera vez en el Sudeste · En los 3 .000 años siguientes, la continuación de la selección e hibri-
asiattco, fu,e plantada en Brasil y en las islas del Caribe con el fin de dación produjo variedades que se parecen mucho a las cultivadas hoy en
obtener azucar para el chocolate y para endulza r el café y el té. El intento día. Así, los americanos nativos no sólo domesticaron el maíz por su cuen-
de encontrar mano, ~e obra barata para las plantaciones d e azúcar llevó ta, sino que lo sometieron a una selección y cambio morfológic~ y lo
al . desarrollo del trafico de esclavos y la migración forzosa de decenas de adaptaron a una extensión geográfica que no conoce parangón en nmguna
mdlo?es de negros afric~no~ hacia, el Nuevo Mundo. E l maíz fue llevado otra planta alimenticia importante (Flannery, 1973). En este proceso, las
d fh~na, donde propor~tono calonas extra para la explosión demográfica «ideas» eurasiáticas o africanas sobre otros cultivos no pudieron haber
.e siglo x~r. La mand1~ca se convirtió en un cultivo básico de las pobla- desempeñado un papel significativo (Pickersgill y H eiser, 1975).
c10nes. tropicales de .Afnca. La patata fue introducida en Irlanda donde
hrodu10 una exp~os1ón de~ográfic~ seguida por pérdidas de c~sechas,
ambrunas y un exo.do mas1.vo hacia América. Y el tabaco, llevado pri- La secuencia mesoamericana
mero a E uropa Y ~·emtroductdo después en Virginia, dio impulso al des-
arrollo de la es~lavttud en las plantaciones de Estados Unidos. Hacia el 10.000 B.P., las tierras altas mexicanas estaban ocupadas
.~asta la de~a.da de 1960, muchos antropólogos mos traban escasa dis- por pueblos cazadores y recolectores cuyo modo de vida era probable-
pos1Clón a admtttr que los americanos nativos hubieran sido capaces de mente similar al hallado en otras partes de América del Norte aproxima-
damente en el mismo nivel cronológico. Pero los animales cazados en
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Introducción a la antropología general

Tamaulipas Y Tehuacán no parecen haber sido tan grandes o abundantes tación de un amplio espectro de recursos fluviales y costeros. Fue en las
como aquellos de los que dependían los cazadores de caza mayor de Clovis tierras bajas, poco después del 4.500 B.P., donde se construyó el primer
Y Folsom: Tras la extinción de la fauna pleistocénica en las tierras altas centro ceremonial de Mesoamérica (véase infra). Pero es en las tierras
mes~amencanas, a.i:iarecen piedras de moler junto con una pauta de depen- altas, en las que se practicaba la agricultura de regadío, donde encontr~­
den.cia de un amplio espectro de pequeños animales como ciervos conejos mos paralelismos más estrechos con el Oriente Medio.
ardillas ~erres.tres, ratas, tor tugas y aves, así como una gran va;iedad d~
pla?tas, rnclui~os los antepasados de la calabaza de cidra, el aguacate, el
ma1z y las habichuelas domesticados. El papel de los animales domesticados
D urante la f~se de Ajuereado .(12.000-9.000 B.P.), se extinguierop
el caballo, el antilope, la ~or~u?a gigante, los grandes roedores y proba- Así, una de las principales diferencias entre el período de agricultura
blemente el man:u t. Al prrncipio de esta fase, el énfasis recae sobre la incipiente en el Oriente Medio y Mesoamérica consistió en que los ame-
caza; sólo .i:ios;er10rment~ destacan los útiles de molienda . Inicialmente, la ricanos siguieron conservando su estilo de vida seminómada mucho tiempo
carne constituia, ,d~pendiendo de la estación, entre el 76 y el 89 por 100 después de haber iniciado la domesticación de sus cultivos básicos. Por
del consumo calonco. Las bandas eran pequeñas y sus movimientos irre- el momento, no se han hallado grandes poblados mesoamericanos ante-
g;ilares. Durante la fase siguiente (El Riego, 9.000-7.000 B.P.), las calo- riores al 5 .000 B.P . La base ecológica de esta diferencia parece bastante
rias pro.cedentes ~e. ~a carne ~foscendie~on al 31-69 por 100. La recolección clara. En el Oriente Medio, como la domesticación de animales y plantas
de ~em1llas adqumo tanta importancia como la caza. La plantación de fue simultánea, las aldeas sedentarias podían abastecerse tanto de vegetales
se1?11las y huesos de frutos surgió gradualmente formando parte de un como de proteína animal. En cambio, en el Nuevo Mundo, debido a la
cu1dado~o progr.ama de movimientos entre distintas ecozonas ajustado amplísima gama de extinciones que afectó a la fauna pleistocénica, las
a cambios e~tacionales. Las primeras variedades domesticadas fueron la oportunidades para la domesticación de animales estaban limitadas por una
calabaza de cidr~,. el amaranto, los chiles y el aguacate, pero su contribución falta de especies salvajes adecuadas. El único animal del Nuevo Mundo
al consumo calonco no rebasaba el 1 por 100. El tamaño de las bandas comparable a las ovejas, cabras o vacunos es la llama. Ahora bien, los an-
era mayor ,Y la densidad demográfica más elevada. A esta fase siguió la tepasados de esta bestia marginalmente útil no sobrevivieron en Mesoamé-
de Coxca~lan (7.000-5.400 B.P.), durante la. cual se domesticaron el maíz rica. Aunque los antiguos peruanos domesticaron a la llama, los mesoame-
Y las. habichuelas. El 8 por 100 de las calorías provenía ahora de los do- ricanos no tuvieron esta oportunidad. Lo mismo cabe decir del conejillo
mestica??s. El porcentaje de la carne descendió a 23-62, dependiendo de de Indias, que se convirtió en una importante fuente de proteína animal
la estacion. En la fase de Abejas (5.400-4.300 B.P.), la carne sólo aportaba. en los Andes pero no en México.
el 15 po~· 100 del .consumo calórico durante parte del año, en tanto que Con el tiempo, los mexicanos lograron domesticar el pavo, el pato de
l~s especies domesticadas proporcionaban el 21 por 100. Caseríos y vi- Berbería, la ' abeja melífera y perros sin pelo criados para carne, pero estas
viendas p~rm~nentes no se construyeron hasta el 3.500 B.P., durante I~ especies no revistieron significación alguna dura nte la fase de agricultura
fase de A~alpan. Pa~a entonces, el consumo de calorías procedentes de la íncipiente y tampoco _llegaron a cobrar gran importancia en períodos pos-
carn~ habia, descendido por debajo del 25 por 100, pero las plantas sil- teriores.
vestres seguian ocupando un puesto central en la dieta . En el Oriente Medio, la vida sedentaria en aldeas se basaba en la do-
, Grandes aldeas permanentes no aparecieron en Tehuacán hasta des- mesticación de plantas y animales. El sedentarismo aumentó la producti-
pues·del ~.850 B.P. (MacNeish, 1978). Pero en otros valles de las tierras vidad de las plantas domesticadas, lo que a su vez incrementó la productivi-
alta~ empiezan a aparecer aldeas de chozas de cañas y barro con más de 300 dad de los animales domesticados, y ésta la productividad de la vida se-
h~bitan~es poco después del 3 .500 B.P. Los estudios realizados en Tehua- dentaria en poblados, etc. Sin embargo, en las tierras altas de México, la
can sugieren que, en la transició~ ª. agregados aldeanos todavía más grandes necesidad de conservar proteínas animales en la dieta actuó en contra' del
Y a los estados, «uno de los prrnc1pales factores causales fue el desarrollo abandono de la caza, puesto que había pocos animales aptos para la do-
del control sobre el agua y de diversas clases de regadío» (MacNeish mesticación como fuente de alimento. Por consiguiente, el desarrollo del
1972: 93). , sedentarismo en Mesoamérica, comparado con el Oriente Medio, no pre-
. ~n algún mom~nto entre el 5 .000 y el 4.000 B.P., el maíz, cuyo hábitat cedió sino que siguió a las primeras fases de cultivo tras un lapso de varios
ongrnal eran las. tierras altas, ~ue adoptado por los pueblos que habitaban miles de años. (Tanto en el Viejo como en el Nuevo Mu.ndo existieron
los bosques .trc:p1cales de las tierras bajas de Veracruz y Guatemala. Es tos grandes asentamientos costeros y ribereños antes del desarrollo de la agri-
pueblos ya habian alcanzado una forma de vida aldeana basada en la explo- cultura.)
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El desarrollo de los estados, ciudades e imperios del Nuevo Mundo: de tierra en forma de volcán con laderas abruptas. Tiene 105 pies de altura
las tierras bajas mesoamericanas y 400 pies de diámetro. La construcción se emprendió hace 3.000 años.
Como en otras localidades olmecas, también aparecen cabezas de piedra
~orno en el caso del Oriente Medio, una vez traspasado el umbral de de cara redonda de 9 pies de alto, altares de piedra, tumbas y estelas
l~ vida plenamente sedentaria en poblados basada en la agricultura, la den- (columnas monolíticas esculpidas). El basalto para estas construcciones te- ·~
sidad demográfica creció rápidamente y surgieron unidades sociales de ma- nía que ser transportado desde canteras situadas a más de 50 millas de dis- '
yor tama?º· Durante el período comprendido entre el 4.500 y el 2.000 B.P. tanda (cf. Coe, 1968; Heizer, 1960). Los yacimientos olmecas parecen
se produieron, en Mesoamérica y la región andina, transformaciones para- estar asociados con diques naturales formados por meandros que posibilita-
lelas y, con toda probabilidad, mutuamente relacionadas hacia estados es- ban la práctica de una agricultura inten!'iva. Estas zonas favorecidas, sin
tratifica.do.s integrad.os por muchas comunidades. En las fases posteriores~ embargo, eran bastante pequeñas y estaban rodeadas de bosques, que se
de crecimiento, vanas de las secuencias de desarrollo del Nuevo Mundo explotaban con la técnica de tala y quema. Debido a ello, el potencial de
culminaron en estados de dimensiones imperiales cuya población se contaba crecimiento de los olmecas fue limitado y no evolucionaron mucho más
por millones. Est~s imperios eran gobernados desde ciudades que tenían allá del nivel de Estado incipiente o pequeño reino, careciendo de ciudades
hasta 150.000 habitantes y grandes concentraciones de arquitectura monu- propiamente dichas .
mental, ~orno templos, palacios y pirámides gigantescas (E. Wolf, 1959; Se sabe que los olmecas no fueron el primer pueblo mesoamericano que
Gor~nstem, 19~4). Como en el Oriente Medio, la primera manifestación construyó centros administrativos monumentales, como se pensó durante
del i.mpulso hacia la estatalidad fue la construcción de grandes centros cere- mucho tiempo. Desarrollos parecidos a los de los olmecas tuvieron lugar
momales y administrativos. En Mesoamérica dos variedades de centros también entre los mayas, en la península de Yucatán. La estructu ra monu-
ceremoniales empiezan a aparecer poco despué~ del 4.500 B.P.: (1) los que mental más antigua que se conoce -una plataforma baja de mamposte-
se d~sarroll~ron en las boscosas tierras bajas de la costa del golfo de ría- se empezó a construir hacia el 4.600 B.P. en el yacimiento de Cuello,
México y mitad su~ de la península de Yuca tán, y (2) los que lo hicieron en
Belice (Hammond y otros, 1979; Ham mond, 1978). Aunque la naturaleza
los valles de las tierras altas. En esta sección nos consagramos a los pri-
meros. precisa del Estado maya sigue siendo una cuestión muy controvertida, es
~~mo hemos visto, los poblados sedentarios basados en modos de pro- evidente que este pueblo alcanzó un alto grado de centralización política
ducc10n de espectro amplio se desarrollaron en fecha temprana en enclaves y urbanización, además de un gran refinamiento en los campos del saber, la
costeros y ribereños favorables. Sin embargo hasta la introducción del arquitectura y la escultura. Entre el 300 y el 900 d. C., los centros cere-
maíz plenamente domesticado, algo después del 5.000 B.P., la densidad moniales mayas alcanzaron su máximo apogeo. Se construyeron sobre
demográfica y el tamaño de las aldeas no empezaron a crecer a un ritmo plataformas edificios con muchas salas, cuidadosamente ornamentados y
rápido. Al princ~pio, el maíz y otros cultivos básicos - habichuelas y cala- agrupados simétricamente alrededor de plazas. «Juegos de pelota» ceremo-
bazas- s~, c~ltivaban por el método de tala y quema. Este implica la niales, estelas y altares grabados con jeroglíficos, y estatuas imponentes
q uema pe~10dica de .~arcelas de bosque a fin de desbrozar espacio cultivable también formaban parte de· estos complejos estructurales. Destacaban sobre
y proporcionar fertilizante en forma de ceniza. Se trata de una forma de toao el conjunto grandes pirámides truncadas revestidas de piedra y con
a~ricultura extensiva; esto es, requiere grandes extensiones de tierra en escalinatas que conducen a los templos situados en sus cimas (Coe, 1966;
diversas fases de cultivo y barbecho (período de espera hasta que vuelve Weaver, 1972). Había «como mínimo una docena de centros administra-
~ crecer .una vegetación que pueda ser quemada) y una inversión de traba- tivos y ceremoniales gigantescos, multitud de centros más pequeños, pero
lº y capital por hectárea relativamente pequeña. · no menos imponentes, .cientos de pequeños centros ceremoniales, decenas
A medida que aumentaba la densidad demográfica, la tala y quema. fue de miles de caseríos y una población que debía contarse por millones» (San-
complementada o reemplazada con formas de agricultura más intensivas ders, 1972: 121). Se ha calculado que en el área de 113 km2 que rodea a
(que requieren mayor esfuerzo por hectárea y emplean terreros canales de Tikal, el más grande de los centros mayas, existía una población de 45.000
drenaje y cultivos arbóreos). No obstante, como veremos las ;est,ricciones habitantes (Haviland, 1970). La mayor parte de estas personas vivía en
eco~ó~icas sobre l_:i agr~c~ltura en las, tierras bajas impusi~ron límites muy pequeñas granjas a una hora de camino de los principales centros ceremo-
defmidos al tamano max1mo que podian alcanzar las ciudades y estados. niales. El tamaño del grupo central de gobernantes, sacerdotes, burócratas
Algunos de los ejemplos más antiguos de grandes centros administrati- y artesanos que habitaban estos últimos era mucho más pequeño. Sobre
v?s y arquitectura monumental se encuentran en el piedemonte y en los la base de analogías con los descendientes actuales de los mayas, es posible
distntos costeros de Veracruz y Tabasco y pertenecen a la cultura olmeca. que algunos de los centros administrativos permanecieran rela tivamente
En el yacimiento olmeca mejor conocido, La Venta, existe una pirámide despoblados durante la mayor parte del año, llenándose de gente solamente
184 Introducción a la antropología genern.1 La segunda Tierra 185

en ocasiones ceremoniales, en las cuales probablemente funcionaban tam- ble. Los efectos deletéreos de las actividades mayas sobre los suelos del
bién como centros de mercado para la dispersa población (Vogt, 1969). Petén son todavía visibles después de 1.000 años de abandono (Cowgill,
A~nque el área ~aya de las tierras bajas tiene espesos bosques, está 1964; Willey y Shimkin, 1971; Sanders , 1972; Cook, 1972; Culbert,
sometida a una estación seca anual. Además, como el sustrato rocoso que 1973; Willey, 1977; Olson, 1978).
forma .l~ península de Yuca tán es de piedra caliza, casi toda el agua de la
superficie penetra en la tierra y desaparece durante la temporada seca. Por
ello, todos sus centros administrativos se localizaban cerca de pozos natu- El desarrollo de los estados del Nuevo Mundo:
r~l~s o están asociados a embalses artificiales. Así, es posible que la clase las tierras altas mesoamericanas
d1~·i~ente maya contro!ara ~l acceso a las fuentes de agua potable, que eran
c~·iucas J?ªra la supervivencia en años de sequía. Pero no es probable que la~ En las tierras altas se daba un tipo radicalmente diferente de potencial
vida social de los maya~ se caracterizara por grandes diferencias en poder, de crecimiento . En este caso, la secuencia de desarrollo de las culturas
ya q~e a lo.s aldeanos dispersos no se les podía imponer fácilmente impues- muestra algunos paralelos notables con lo que ocurrió durante la urbaniza-
tos nt reum: para la co~v~a (trabajo obliga torio). Es to sugiere que gran par- ción del Oriente Medio .
te del traba¡o que requmeron las construcciones monumentales fue donado Los primeros agricultores que colonizaron la regió.n .de las tierras .altas
voluntariamente o, al menos, compensado con alimentos o artículos de denominada Valle de México ocuparon las partes meridional y sudocciden-
comercio en vez de ser obligatorio (Vogt y Candan, 1970). tal del mismo en fechas relativamente tardías (3.400-3.200 B .P.), y, según
Se di:p~ne de. elemento~ de juicio que indican que la agricultura maya se parece, sólo después de que las regiones adyacentes más favorable.s hubieran
tornó. mas mten~iva a medida que aumentaba la densidad demográfica. La sido explotadas durante varios siglos. Los primeros. colonos pracucab.an una
necesidad de ubicar los asentamientos junto a fuentes, naturales o artificia- agricul tura de tala y quema dependiente de la lluvia en las ladera,s situadas
les, de agua po~able resu:i~gía la, movilidad de los agricultores de tala y en alti tudes medias con respecto al fondo del valle, donde se podia obtener
quema y los obligaba a utilizar metodos de producción más concentrados e un máximo de precipitaciones con un mínimo de heladas. Entre el 2.900 y
intensivos. Así, en Tikal se encuentran huertos de ramoncillos en todas las el 2.200 B.P., la parte central menos favorable del Valle se pobló de as~n­
zonas habitadas. E n otras partes, se crearon campos permanentes o de bar- tamientos y el crecimiento demográfico forzó gradualmente l~ ocupación
becho corto amontonando tierra húmeda extraída de las redes de canales del margen septentrional, todavía menos favorable, donde el nivel de pre-
de drenaje, cuya flora y fauna, probablemente, se explotaban también cipitaciones era el más bajo (500-600 mm anual~s). Fue aquí,' ~n el valle de
(Puleston y P uleston, 1971;. Puleston, 1974; Matheny, 1976; Turner, Teotihuacán, 25 millas al noreste de la actual cmdad de MexJCo, donde se
1974; Hammond, 1978; Hamson y Turner, 1974). fundó la primera gran ciudad imperial del Nuevo Mundo.
~a relati,va carencia ~e potencial para la expansión de los modos de pro- Debido a la escasez e irregularidad de las precipitaciones en esta parte
du~ción ~gncola dependientes d.e las lluvias que existieron en las tierras del valle las aldeas cercanas a Teotihuacán hicieron uso creciente del con-
b.a¡as esta, pro.bablemente, relac10nada con el súbito colapso de la civiliza- junto de' manantiales per~anentes, de los que el agua brotab,a a razón de
ción maya hacia. el 80~ d. C. No sólo fueron abandonados los principales 60.000 li tros por minuto . Empleando este agua para el regadio, superaron
centr?s ceremomales, smo que la región de Petén, en la que se hallaban las limitaciones deriv~das de la lluvia y las heladas. Pero para poder ser-
la.s ciudades más gra~des, quedó prácticamente despoblada y jamás vol- virse de ella tuvieron que realizar una inversión de trabajo en la construc-
vió a recuperar su antiguo esplendor. ción y mant~nimiento de diques, canales y obras .de drenaje muy. superi~r
. Una teoría que explica la i;nayor parte de los hechos pertinentes con- a lo que solía ser normal en los sistemas depend ientes de l~ lluvia. Hacia
siste en que al crecer la población, la clase dirigente intentó intensificar la el 2 .200 B .P ., existían tres grandes aldeas y unos 25 casenos en el valle
produc~ión agrícola aumen.tando sus demandas de impuestos y trabajo al de Teotihuacán, que en su mayor parte, probablemente, seguían depen-
campesmado. Los campesmos respondieron intensificando sus esfuerzos diendo de la agricultura de lluvia. Entre estas fechas y el 100 d. C., la
agr~colas.,, reducie~do progresivamente los períodos de barbecho hasta que dispersa población del valle se fundió d.e manera u~ tanto súbita en un
la mvasion de hierbas y el agotamiento y erosión del suelo hicieron i m- único gran centro cercano a los manantiales. A partir de este momento,
posible mantene~ altos re~dimientos. E n Tikal hay indicios de que las la- Teotihuacán creció a un ritmo explosivo. H acia el 500 d . C., se exten-
deras de las colmas perdieron su mantillo, que se sedimentó en lechos día sobre un área de 20 km2 y tenía una población de más de 100.000 ha-
cana le~ de drenaje y llanuras aluviales, creando condiciones adversas par~ bitantes. Sin duda alguna, el control de las rutas comerciales estratégicas
la agricultura .. 1:al ~ez desempeñó también algún papel la alteración de la también desempeñó algún papel en esta expansión (Charlton, 1978). Hubo
Pª.u.ta de precip1tac10nes causada por una tala excesiva del bosque. Otras un planeamiento formal de las zonas residenciales ~ públicas de la ciuda.d,
cnsis pudieron deberse a la sedimentación en los depósitos de agua pota· como indica la disposición en cuadrícula de las avemdas y paseos, y la exis-
186
Introducción a la antropología general La segunda Tierra 187

tencia de mer~a~os en diferentes distritos y de barrios asignados exclusiva- Pese a la elevada productividad de las chinampas, los aztecas no p~dían
me?te a esp~~1~listas artesanos (Millon, 1970). Por comparación con el com- producir grandes cantidades de proteína~ animales debi?o a la aus~ncia. ~e
pleJ?. de ed1f1c1os Y. ~onumentos públ!c~s del centro de Teotihuacán, los especies domesticadas adecuadas. La posible consecuencia de esta s1tuac10n
de f1kal parecen diminutos y los yac1m1entos olmecas insignificantes. El se analizará en el capítulo 12.
monume~to centr~l. e~ la llamada Pirámide del Sol, todavía hoy una de las
construcc10nes artJÍlClales más grandes del mundo. Este edificio que mide
670 metr,os. de alto y 2.13.3 metros de lado, tiene un volumen de 840.000 Los desarrollos al norte de México
n:et.ros cub1cos .. Una ~egunda pirámide más pequeña tiene 210.000 metros
cu?~c~s, es, d~m, casi el doble que la pirámide olmeca de La Venta. Los Así como el Neolítico se difundió desde el centro de domesticación del
ed1f1Clo.s publicos .de Tikal sólo ocupan una pequeña fracción del área dél Oriente Medio hacia Europa, India y Africa, también en el Nuevo Mund?
comple10 ce:e~onial de Teotihuacán (Sanders y Price, 1968; Millon, 197.3) . el complejo agrícola básico mesoamericano afectó gradualme~te a los esti-
Con el surg1m1ento de Teotihuacán, las tierras altas mesoamericanas entra- los de vida de gentes que vivían en regiones lejanas de Aménca del Norte.
ron en .un período de rivalidad imperial y numerosas guerras. Y como en el Viejo Mundo, al difundirse el complejo agrícola, se encon-
Hacia el 700 d. C., Teotihuacán fue abandonado. Una vez más, hay tró con diferentes medios ambientes, siendo adaptado y readaptado por
razo~es para ~ospechar que ~a s~~reintensifica~ión en la explotación de los cientos de culturas focales diferentes. Hacia el 5 .000 B.P ., ya se plantaban
recu~~os naturales, =~ con;bmac10n con la agitación interna y las guerras variedades primitivas de maíz cerca de la cueva de Bat, ~n el suroeste d~
exteuores, desempeno algun papel. Es posible que la deforestación de las Nuevo México. Pero, al igual que en Tehuacán, la agricultura no llevo
lade~·as qu.e r?deaban a Teotihuacán alterara la pauta de desagüe de la inmediata o inexorablemente a una vida sedentaria en poblados. Casi
lluvia Y disminuyera el flujo de agua de regadío para la red de canales 3 .000 años tuvieron que transcurrir antes de que aparecieran los primeros
basada en los manantia~es (Sanders, Santley y Parsons, 1979. poblados permanentes en el Suroeste. Consistían en pequeños agrupamien-
Con todo, al contrano de lo que sucedió en el Petén, el Valle de México tos de «casas pozo» halladas en los valles de la cordillera de Mogollón,
nunc~ llegó a despoblarse. El puesto de Teotihuacán fue ocupado por una Nuevo México, que datan aproximadamente del 2.300 B.P. Pronto apare-
sucesión de núcleos imperiales centrados en sus proximidades. El primero cieron poblados más grandes asociados a una cultura llamada hohokam en
d~ ello~ se centró en Cholula, donde existe una pirámide inexcavada cuyas los valles de los ríos Salt y Gila, al sur de Arizona. Los pueblos hohokam
d1n:ensiones emp~queñecen incluso a las de la Pirámide del Sol. En el construyeron extensos sistemas de regadío alimentados por canales. de
periodo comprendido entre el 968 y el 1156 d. C., el imperio reinante fue 30 millas de largo, levantaron montículos piramidales y construyeron <<Jue-
e~ del puebl~ llamado tolteca, cuya capital era Tula. Su influencia se exten- gos de pelota» al estilo mexicano (] ennings, 197 4).
d1a hasta Ch1chén I tzá, en Yucatán.
La tercera gran cultura del Suroeste basada en la agricultura se denomi-
. El último Y más grande de los imperios en el linaje imperial mesoame- na anasazi. Estas eran las gentes de los «pueblos» de Arizona, Nuevo
ricano fue e! de los aztecas, cuya capital Tenochtitlán sobrepasaba los México, Utah y Colorado. En Pueblo Bonito, mucho antes de la llegada de
10.0.000 habitantes cuando los ojos incrédulos de Cortés vislumbraron por los primeros europeos, C:onstruyeron una casa de cinco pisos de alto y
primera vez sus huert~s, calzadas, mercados, pirámides y templos (E. Wolf 800 habitaciones. Los anasazi se vieron obligados a abandonar muchos de
1959; Coe,. ~962; V~1llan;, ~966) .. La agricultura azteca implicaba un mod~ sus pueblos a causa de una sequía prolongada que asoló el Suroeste durante
de producc1on tod~via ma~ intensivo que el de Teotihuacán. Se basaba en el siglo xm d. C. , . . . .
un contro! _de las inundaciones, desalinización y obras de drenaje masivos El cultivo de maíz se propagó por los valles de los nos M1ss1ss1pp1 y
9ue. permrtian obtener. cosechas durante todo el año en los mal llamados Ohio empezando aproximadamente en el .3.000 B.P. y provocando profun-
Jardines. flotantes o chmampas. Estos eran, en realidad, montículos alzados das t~ansformaciones en los estilos de vida de los habitantes seminómadas.
construidos a base de lodo. y escombros extraídos de las tierras adyacentes Las tres principales fases -denominadas Adena, Hopewell y mississippien-
a las lagun.as que estaban interconectados para el drenaje y transporte por se- se caracterizaron por la construcción de miles de montículos de tierra,
una complicada red de canales. Como señala Jeffry Parsons: algunos de los cuales contenían enterramientos, mientras que otros .se~ví~n
El continuo .funciona~iento y ma~tenü~iento de todo el sistema de chinampas como plataformas para templos o residencias. Durante la fase m1ss1ss1p-
sólo era posible gracias a un .masivo sistema de diques, compuertas de esclusa piense aparecieron densas poblaciones, dando lugar a la formación de
Y. canales que regulaban el nivel del agua dentro de estrechos límites ... Este núcleos urbanos y complejos cultos centrados en templos, sacerdotes e ído-
sistema de control del. agua era de una magnitud, complejidad e interconexión los que mostraban fuertes influencias mesoamericanas. La expresión más
ta.les que podemos af1rmar con segurid~d casi absoluta que lo administraba consumada de esta tendencia hacia la monumentalidad, urbanismo y for-
directamente el Estado azteca ( 1976: 253 ).
mación de estados ocurrió en Cahokia, hacia el este de San Luis, entre los
188 La segunda Tierra 189
lntroduccíón a la antropología gcncnll

afios 900 y 1100 d. C. Aquí, con la energía derivada de la «trinidad» de nuevo casi la 1nisrna antrgúedad que la del ma,íz descubi~~to por ~ac­
de plantas alin1enticias inexicanas -n1aíz, calabaza de cidra y habichuelas-, Neish en el valle de Tehuacán (MacNeish tambien d,escubno el ma1z de
los n1ississippienses construyeron un n1ontículo que tenía 100 pies de alto Ayacucho). En cuanto a los an11nales sólo en la reg1on ~nd1.n,a se do111e~­
1

y ocupaba una extensión de 15 acres. La estructura principal estaba rodea- ticaron grandes herbívoros (la llan1a y la alpaca), don1est1cac1on que pos1~
do de nun1erosos n1ontículos, grandes y pequeños, que servían de soporte blemente tuvo lugar hacia el 6.000 B.P. (Ilrowman; 1976: 469). :
a casas y te1nplos. Es evidente que los 111ississippienses habían alcanzado las Como en Mesoamérica, las aldeas sedentarias mas an~rguas apa~ecen e.o.
fase~ incipientes de la forn1ación del Estado. No obstante, hay razones zonas costeras y preceden a la introducc~ó~ d~ los pr11neros ~nunales Y
teóricas para suponer que su potencial de crecüniento era n1uy lünitado. Es- plantas don1estícados, presu1nible111ente orig1n.ar1os de otr~s regiones (Mo-
tas razones se analizarán en e] capítulo 17 (Stoltn1an, 1978). sely 1975; Martínez, 1979). Los prin1eros signos de agricultura_ en1peza-
1

Los efectos de la introducción de Ja agricultura del n1aíz fueron n1enos ron a aparecer a lo largo de la costa peruana hace u1.1os 5:000 anos: con_-
espectaculares en los bosques del J~ste, donde pueblos con10 los iroqueses sistiendo al principio en su n1ayor parte en calabazas v1nate1as, calaba~as de
y los dela\vare continuaron viviendo en pequeñas aldeas y dependiendo de cidra y piffiíentos. Pero todavía estaban asociados a .una econo1:11a de
la caza y recolección con10 fuente principal de su provisión de alitnentos. subsistencia fuerten1ente dependiente de la pesca, recogida de n1anscos y
En otras partes de An1érica del Notte, que co1nprenden extensas regiones, caza de n1amíferos 1narinos. Cuando se incorporaron nuevas pl~ntas do1nes-
nunca penetró Ja agricultura. I. .os pueblos de toda Ja Costa del Pacífico, tícadas al repertorio agrícola, los asentainíentos se es.tablec1eron en _l~s
desde California hasta Alaska, por eje1nplo, nunca abandonaron su depen- llanuras anegadas de los ríos costeros peruanos, ~scend1endo la poblac1on
dencia de la caza, recolección de sen1í1las silvestres, pesca y recogida de a 3 ó 4.000 habitantes en el período comprendido entre el 3.90_0 Y el
111ariscos. Sólo pode1nos concluir que las fases iniciales de la agricultura no 3.750 B.P. (Mark Cohen, 1975). Antes y después de l~ 111troducc10n del
ofrecían ninguna ventaja l1a1nativa sobre las prácticas de subsistencia regadío y el inaíz, la población de la costa exper11nento un rap1do creci-
existentes en estas regiones. 1'al es el caso especialn1ente del Noroeste del miento. Se construyeron sisten1as de canales que atravesaban valles ente-
Pacífico, donde los pueblos podían vivir en aldeas pennanentes de casas ros y aparecieron los priineros pequeños estados entre .el 2.~50 B.I). Y el
de n1adera explotando las 111igraciones río arriba del pescado (véase capí- co 1{1ienzo de nuestra era. A partir de este 1no1nento, una serie de .g~1erras
tulo 13). . y conquistas llevó al sutgimiento de estados. n1ás grandes ~ue. un1f~caron
polítícan1ente los valles de la costa y de }as tle~Tas a~tas: pr11n:10; Tiahua-
naco y Huari (550-800 d. C\ despi.;es, el _1mper10 de Chunu_ con la
El desarrollo de estados en América del Sur enorme ciudad amurallada de Chanchan y, f1naln1ente, el In1pe11~ 11:c,a,
1438-1525 (Lanning, 1974). En el capítulo 17, se analizará la orga111zac1011
La región andina de A1nérica del Sur fue el centro de un con1plejo del Imperio inca.
de anin1ales y plantas do1nesticados que se desarrolló independiente111ente.
Este con1plejo proporcionó la base para el desarrollo de otros estados an1e-
ricanos autóctonos y del J11ayor de los Ílnperios del Nuevo 1v1undo. El significado de la «Segunda Tierra»
En Sudan1érica, al igual que en el resto del hen1isferio, la fase de caza
n1ayor fue seguida por la expansión de los 111odos de producción de espectro Hasta la conquista española, la tecnología en el Mundo Mundo evolu-
an1plio a una abigarrada variedad de hábitats, especíali11ente a regiones cionó según líneas claran1ente paralelas a 1~ s~cuenc1a .del Oriente lvl.~dff:
de elevada altitud y zonas costeras y ribereñas. No obstante el cainbio tecnológico de los indio~ an1encanos se desairo .?
Aunque el 111aíz acabaría convirtiéndose en el principal cultivo del claran1ente a' un rítrno 1nás lento. En buena 1ned1da, ~ste «retraso_» es a~1-~­
I111perio inca, y aunque la región andina compartió con Mesoa1nérica inu- buible a las diferentes dotaciones naturales de las rc?1ones 1:uclea1es an~t1~­
chas otras especies do111esticadas, varias plantas y anin1ales in1portantes canas y del Oriente Medio. La extinción. de pote1:c1a!es an1n1?les don1est1~
del Nuevo Mundo fueron especialidades de los Andes. Entre éstos destacan cos entre la 111egafauna del Pleistoceno hizo a los indios an1er1canos vulne-
tubérculos y granos de elevadas altitudes con10 la patata y la quinua. El re- rables a la conquista militar a n1anos de aventure~·o~ euro¡~~os n1ont~dJ~ a
ciente descubrimiento de dos tipos de judías domesticadas en Callejón de caballo. La inisina extinción de la n1ega~au.na privo ta1n,bien a l~s 1~ .1os
Huaylas, Perú, que datan del período comprendido entre el 7 .680 y el ainerícanos de potenciales anin1ales do1nesucos .qu~ pod1an. habe1 set\1:do
10.000 B.P., sugiere que la domesticación se inició casi al misn10 tien1po para tirar de arados y vehículos de ruedas: Lo~ indios a1.11enca'.1os carecian
en los Andes y en Mesoamérica (Kaplan, Lynch y Smith, 1973). El maíz de estos objetos no porque fueran n1enos inteligentes o Inventivos que los
más antiguo de América del Sur, que data del período comprendido entre europeos 0 asiáticos. De hecho, los incas poseían una fonna de ~rada que
el 6.300 y el 4.800 B.P., se ha hallado en Ayacucho, Perú, lo que indica era empujado y arrastrado por seres hun1anos. Y los 1nesoamer1canos de
190 Introducción a la antropología general 191
La segunda Tierra

tiempos anteriores a la conquista comprendían el principio de la rueda ticas sitnilares. El determinismo que rige los sistemas culturales produce
al menos lo suficientemente bien como para emplearla en juguetes para trayectorias sí1nilares y diferentes de transforn1ación e"'.olutíva. Esto es así
niños. Es de suponer que de haber dispuesto de inás tiempo, estas inven~ porque las condiciones bajo las que ocurre la interacción entre cultura y
ciones y sus aplicaciones se habrían perfeccionado y ampliado. naturaleza 1nanifiestan una enorme diversidad. Sin embargo, lo que enseña
Una situación similar se produjo respecto al desarrollo de las técnicas la perspectiva temporal geológica de la arqueología es que aun cuando las
metalúrgicas. La falta de útiles de acero colocó a los indios americanos en culturas divergen, sus diferencias pueden nonnal1nente co1nprenderse en
gran desventaja durante las invasiones europeas. Pero el desarrollo de las términos de procesos ordenados, científicamente inteligibles (cf. Coe Y
técnicas metalúrgicas entre los indios americanos ya había sobrepasado el Flannery, 1966; R. M. Adams, 1966; Sanders, y Price, 1968; Parsons Y
martilleo de chapas de cobre llegando a la fundición y colada del cobre, Price 1971 · Binford 1972; Clarke, 1972; P. Smith, 1972b; Plog, 1974;
oro, plata y diferentes aleaciones. Justo antes de la conquista, se estab~,n Tho~as, 19l4, 1979; Schiffer, 1978; Redman y otros, 1978).
haciendo cuchillos y cabezas de maza de bronce, por lo que parece razo-
nable concluir, dado el intervalo de 2.000 años que separa las edades del
Bronce y del Hierro en el Oriente Medio, que si se les hubiese dejado solos Resumen
a los indios an1ericanos, éstos también habrían acabado por descubrir las
superiores cualidades del hierro y el acero. El fionio sapiens fue el prin1er hon1ínido en el Nuevo Mundo. No se
Mi confianza en esta predicción tal vez incontrastable se basa en el sabe la fecha exacta del «descubrin1iento de Atnéríca». Sin duda alguna,
logro independiente de cosas mucho más complejas que los arados, los se produjo antes del 14.000 B.P. y, probablemente, antes del 20.000.B.P.
vehículos de ruedas o la fundición del hierro. Como sus homólogos del Los descubridores fueron indudablemente grupos de cazadores stbenanos
Oriente Medio, los sacerdotes y gobernantes an1ericanos se ocupaban de la que atravesaron el estrecho de Bering cuando estaba helado o sobresalía
regulación de la producción agrícola. Bajo los auspicios del Estado y del del agua. Los tipos de útiles a1nericanos n1ás antiguos que se conocen se
templo, se llevaban a cabo observaciones astronómicas que condujeron al fabricaron a partir de núcleos discoidales y se ase1nejan a tipos de útiles
desarrollo de calendarios. De hecho, el calendario maya era mucho más asiáticos del Paleolítico Superior. 1'radíciones distintivas de An1érica apa~
exacto que su homólogo egipcio. Para llevar registros del tipo de los calen- recieron hace unos 11.500 años. En A1nérica del Norte, se caracterizan por
darios, así como registros de Ja producción agrícola, los impuestos y otros las puntas acanaladas finan1ente trabajadas y las puntas de base cóncava
asuntos de Estado, varios pueblos mesoamericanos inventaron sistemas de de las tradiciones de Clovis y Folso1n, que están asociadas con grandes
escritura jeroglífica. Especial interés reviste el sistema de numeración vi- yacímientos-111atadero. La auscnc.ia de muelas de piedra sugiere que las
gesimal maya, que incorpotaba el principio del cero. Este rasgo faltaba en colecciones de Clovis y Folson fueron utilizadas por especialistas en caza
los sistemas nu1néricos de Oriente Medio, Grecia y Roma. Sin el concepto inayor sumamente diestros para Jos que la recolección de I?lantas tení~ una
de una cantidad cero para marcar la ausencia de la base o sus exponentes, importancia secundaria. Después del 10.000 B.P., el equipo de molienda
resulta su1na1nente difícil realizar operaciones aritméticas con grandes nú- se vuelve corriente y Ja actividad de las bandas se extiende desde ~as llan:i-
meros. A este respecto, al n1enos, los indios americanos parecen haber sido ras hasta los hábitats bosccisos fluviales y costeros. 1~1 ca1nbio inferido hacia
más precoces que sus contemporáneos del Oriente Medio. níodos de producción de esp~ctro a1nplio coincide, co1no en el Mesolítico
Dado el hecho de que los ecosistemas del Oriente Medio y Mesoamérica del Viejo Mundo, con una serie dra1nática de extinciones de la n1e?afauna.
eran en un principio bastante diferentes, no hay que esperar hallar paralelos Es probable que tanto los ca1nbíos climáticos posteriores al Ple1stoc.eno
exactos en las trayectorias evolutivas que conducen a las sociedades urba- co1no Ja depredación intensiva por parte de cazadores eficientes contribu-
nas e ünperiales en los dos hemisferios. No obstante, numerosas veces yeran a la pérdida de nu1nerosos géneros y especies.
los pueblos de los dos hemisferios alcanzaron independientemente solucio- Al igual que en el Viejo Mundo, existieron n1odos de producción de
nes convergentes a problemas similares cuando las condiciones tecnológi- espectro a1nplío en diferentes hábitats, algunos de los cuales incluían es-
cas, ambientales y demográficas subyacentes eran inás o menos parecidas. pecies de plantas y animales apropiados para la domesticación. Las especies
Por consiguiente, el significado de la «segunda 'fierra» consiste en que los do1nesticadas del Nuevo Mundo comprendían una gran variedad de cerea-
asuntos humanos están sujetos a fuerzas determinantes que seleccionan las les, tubérculos, legumbres y vegetales. Sin embargo, debido al grndo de
innovaciones y 1nodelan el curso de la evolución cultural de la misma extinción de la n1egafauna, sólo se do1nestícó una gama inuy reducida de
manera que la selección natural determina la evolución biológica. No quie- anin1ales. La difusión de cultivos del Nuevo Mundo, coino el maíz, el cacao,
re decir esto que todas las culturas tengan que desarrollarse a través de los la mandioca y la patata, tuvo un enorn1e ünpacto en lá historia del mundo
mismos estadios evolutivos, como tampoco significa el principio de selec- desde 1492. El hecho de que las principales plantas domesticadas del Nue-
ción natural que todos los organismos deban tener experiencias filogené- vo Mundo fueran desconocidas en el Viejo Mundo sugiere que Ja agricultura
192 Introducción a la antropología general La segunda Tierra 193

del primero se desarrolló de modo independiente. Los descubrimientos n1esticados andinos apunta a una transición fundamentalmente indepen-
recientes de los pasos graduales en la mejora del 1naíz convierten esta hipó- diente desde pequeños poblados de espectro amplio asentados a lo largo
tesis en una certeza. de la costa a grandes comunidades agrícolas en los valles fluviales de re-
La transición de n1odos de producción de espectro amplio a la agricul- gadío. Con una amplia gama de cereales, tubérculos y vegetales, 1nás las
tura está docu1nentada en el valle de 1'ehuacán, en las tierras altas 111exi- llamas y conejillos de indias, el potencial para el desarrollo de los estados
canas. Después de las extinciones de la inegafauna, pequefios aniinales, aves andinos fue mayor que el de Mesoan1érica y se reflejó en el In1perio
y una gran diversidad de plantas -incluidas n1uchas de las posteriores inca, que se desarrolló poco antes de la conqtiista española.
especies do111esticadas- constituyeron la principal fuente de subsistencia El origen independiente de ciudades, estados e ünperios en el Nuevo
para las p(;quefias bandas de cazadorc~ y recolectores de 'fehuacán. Después Mundo presta apoyo a las estrategias de investigación nomotéticas y en es~
del 9 .000 B .P. adquirieron importancia los útiles de molienda y la carne pecia1 a las que se ocupan de los procesos eyolutívos cultutales.
en1pezó a perder ünportancia con10 fuente de calorías. Para sacar provecho
de la disponibilidad estucional de ciertas plantas silvestres en diferentes
ecozonas, era necesaria una cuidadosa progra111ación de los inovi1nientos
de las bandas. La vuelta periódica a los ca1npos de ceteales sílvestres 1
calabazas de cidra y otras plantas llevó a plantar semillas y huesos de fru-
tos co1no un n1edio de garantizar una cosecha regular. La calabaza de cidra,
el an1atanto, los chiles y los aguacates fueron las especies do1nesticadas 1nás
antiguas. A 1nedida que se introdujeton 1nás especies do111esticadas de plan-
tas, la plantación y cosecha regulares se convirtieron en un foco principal
de actividad, pero transcurrieron 3.500 años antes de que se construyeran
casas y caseríos pern1anentes. De hecho, los poblados sedentarios fueron
construidos por prünera vez no por los agricultores incipíentes 1 sino por
cazadores y recolectores de espectro an1plio que vivían en exuberantes há-
bitats costeros y fluviales. Parece probable que la demora en alcanzar el
sedentarisn10 en las tierras altas estaba relacionada con la ausencia de aní-
1nales <lon1esticados y el intento de obtenCr proteínas anin1ales de esptcies
salvajes.
Al igual que en el Viejo Mundo, los modos de producción agrícola
sentaron la base para el surgiiniento de ciudades) estados e ünperios a111e-
ricanos autóctonos. Sin en1bargo, diversas regiones han tenido diferentes
Jíniites de desarrollo. En las tierras bajas ele Mcsoan1érica, los olmccas y, en
n1ayor n1edida, los mayas con1ple1nentaron las técnicas de tala y que111a con
fonnas de agricultura intensiva. El agotan1íento del suelo y otros efectos de
la explotación excesiva, probable1nente, provocaron el derrun1ban1íento de
los grandes centros cere1noníales rnayas y el despoblan1iento del área de
Petén. En las tierras altas, el uso de canales de regadío alin1entados por
111anantialcs en Teotihuacán y de chinan1pas cerca de la capital azteca de
·:rcnochtitlán, junto con extensas redes con1erciales, itnpulsó el desarrollo
de siste1nas estatales niás grandes y poderosos. Por otra parte, al norte de
México hubo n1uchas regiones en las que nunca se adoptó la agricultura.
En general, las condiciones naturales y culturales al norte de México no eran
las adecuadas para el desarrollo de estados o iinperios a1nericanos autóc-
tonos.
Los estados e in1períos 1nás grandes del Nuevo Mundo se desarrollaron.
en la región andina de An1érica del Sur) incluida la costa adyacente del
Pacífico. Una vez 1nás, la distintividad de n1uchas plantas y anin1ales do-

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