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CULTURA MOCHICA O MOCHE

Se desarrolló en la costa norte del

Perú. Su escenario tuvo como

núcleo los valles de Chicama,

Moche y Virú. Se expandió por el

norte hasta Piura y por el sur

hasta Huarmey (Ancash). Tuyo

lugar entre e! 100 a.C. y el 700

d.C.

El tipo de sociedad de esta

cultura fue militarista, dirigida

por un rey-sacerdote. Existieron

diversas clases sociales.

El descubridor de esta cultura fue

Max Uhle (en 1901), inicialmente,

lo denominó Cultura Proto-Chlmú, y creyó que fue fundada por inmigrantes

mayas procedentes de Centroamérica.

En arquitectura destacan sus imponentes construcciones como la Huaca del

Sol y la Huaca de la Luna. Cabe mencionar también a las huacas Galindo, La

Merced, El Brujo, Cartavio, Santa Rosa, Blanca, etc. Todas sus edificaciones

son de adobe (ladrillo de barro).

Los mochicas son famosos por sus huacos retratos (donde se observan los

más diversos sentimientos; alegría, tristeza, miedo, angustia, etc.).

Utilizaron el oro, la plata y el cobre. Realizaron aleaciones con estos

metales. Confeccionaron adornos e instrumentos domésticos.

Se dedicaron a la agricultura, a la pesca y al comercio.

Su dios principal fue Ai Apaec,


CERÁMICA

Tienen temática, diseño y motivos

variados. Básicamente, se distinguen

cuatro ciases: Podemos enumerar, en

primer lugar, a las cerámicas comunes que

tienen usos domésticos, como vasijas,

vasos acampanulados, floreros, figurillas,

silbatos, etc. En general, se caracterizan

por ser bícromos (de color crema y rojo

indio), de forma globular, con asa estribo

y gollete. Tenemos como segundo tipo, las

cerámicas con motivos naturalistas. A

través de éstas podemos observar diversas especies de animales que

conocieron: perro, llama, cuy, zorro, venado, punía, ardilla, ballena, etc. En la

superficie de este segundo grupo de huacos, encontramos también escenas

de la vida diaria, figuras de guerreros en fila, motivos fitomorfos, etc. El

tercer tipo está representado por la cerámica escultórica, cuyas muestras

son las más admiradas y las más famosas. Dentro de este tipo, podemos

mencionar a los huacos retratos que representan ¡os diversos estados de

ánimo de las personas (alegría, tristeza, placer, dolor, angustia, miedo, etc.),

los huacos patológicos (que representan personas con defectos físicos), y

los huacos eróticos (que presentan a parejas teniendo relaciones sexuales, o

a guerreros con el miembro viril sumamente desarrollado). Finalmente, un

cuarto tipo serían las botellas ceremoniales, de forma globular, con asa

gollete y pico, preparadas de arcilla, que en su superficie están graneadas

con escenas de guerreros, sacrificios, rituales, etc., las cuales podrían ser

consideradas como las primeras "historietas" en el Perú antiguo por ¡a

intención de querernos "contar" algo o dejarnos algún mensaje.


HUACOS RETRATOS

Son los ceramios más representativos de

la Cultura Mochica, por reflejar, de

forma estética, los más variados

aspectos psicológicos de las expresiones

humanas. Tenemos, por ejemplo, aquellos

que representan ¡a alegría, la tristeza, el

dolor, el miedo, la angustia, el placer,

entre otras emociones y sentimientos.

Estos huacos pertenecen al momento cumbre del tercer tipo de cerámica

moche, llamada escultórico, que ha sido encontrada en mayor número en los

complejos arqueológicos de la Huaca del Sol y de la Luna. Los huacos

retratos se han elaborado con dos tipos de arcilla: roja y blanca, y antes de

ser pintados se les ha cubierto con un engobe o pasta arcillosa, aplicada

previamente a ¡a cocción del recipiente moldeado, con la finalidad de

otorgarles una superficie lisa y brillante. Entre los colores predominantes,

tenernos: rojo, negro, marrón y blanco.

SEÑOR DE SIPÁN

En marzo de 1987, un grupo de

arqueólogos dirigidos por Walter Alva

descubrió la tumba intacta de un

monarca que gobernó la cosía norte

entre los siglos III y IVd. C., en la

Huaca Rajada, ubicada en Lambayeque,

Las ofrendas y ¡os enseres, así como su

lujosa vestimenta, indican que se trató

del más alto dignatario mochica de la época. Se calcula que falleció a ¡os 40

años, aproximadamente, hace más de 1700 años. Su medida corporal fue de


1,67 m. Este monarca, por tener una investidura semi divina, ejerció triple

autoridad: religiosa, civil y militar. Cuando fue descubierto, se le encontró

en un sarcófago de madera, acompañado de muchas ofrendas: cerámicas,

adornos de oro y plata, así como dos osamentas de mujeres y ocho

esqueletos de hombres y animales, lo que índica, claramente, que estos

reyes preincaicos eran enterrados con sus fieles servidores, para que éstos

los acompañasen en la otra vida.

ARQUITECTURA

La Huaca del Sol tiene 43 m de

altura. Se calcula que fue

construida con más de 100

millones de adobes, en la cual

participaron más de 300 000

hombres. Los estudios

confirman que este recinto

tuvo muchas utilidades: fue

morada de los nobles, también

un centro ritual y ceremonial,

donde se realizaban sacrificios

humanos y de animales en honor a las divinidades principales, además de ser

un centro político-administrativo. Su área original tuvo una superficie de 55

000 km2. En su interior presenta plataformas y terrazas escalonadas. Está

separada de la Huaca de la Luna por una explanada de 500 metros.

La Huaca de la Luna se encuentra conformada por templos superpuestos, de

forma piramidal, lo que Indica las diversas etapas del poderío mochica.

Podemos observar diversas pinturas murales en honor al dios principal Ai

Apaec. La edificación se encuentra erigida en las faldas del Cerro Blanco, en

las cercanías al valle del río Moche.


ESCRITURA PALLARIFORME

El arqueólogo Rafael Larco Hoyle ha

estudiado las escenas analógicas de

diversos ceramios, como por ejemplo,

aquellas en que se observan unos

mensajeros que tienen unos "pallares" o

"frutos" y corren velozmente, uno

detrás de otro, a través de campos

eriazos, los que se encuentran pintados

con barniz. Según las investigaciones del

mencionado autor, los mochicas representaron en sus murales, y en sus

cerámicas, figuras guerreras con cuerpos semejantes al de un pallar, que en

realidad fue un sistema de escritura (o signos Ideográficos) que ellos

tenían. Esto se deduce, según el autor, por los diversos colores y trazos que

presentan estas semillas. Hasta la actualidad, estos jeroglifos no han sido

todavía descifrados. También se han encontrado unos objetos en forma de

pallar, a manera de fichas, de diversos colores, que para Julio C. Tello se

tratan de dementes- Índicos o' pasatiempos" de los nobles.

SEÑORA DE CAO

Es un importante hallazgo realizado

recientemente (en el 2006). La momia

de esta sacerdotisa y gobernante

mochica, cuya antigüedad es de 1700

años, fue descubierta por Régulo

Franco Jordán en la Huaca de Cao

Viejo, ubicada en el valle del río

Chicama, perteneciente ai distrito de

Magdalena de Cao (La Libertad). Con


este nuevo aporte a la arqueología, se está reformulando la concepción de la

sociedad mochica, pues, se creía que esta cultura había sido gobernada sólo

por hombres. La Señora de Cao, por las cosas que llevaba: el atuendo lujoso,

porras de mando, las joyas adornadas con piedras y metates preciosos,

además de sus tatuajes, podría ser considerada como la primera mujer

gobernante y sacerdotisa, perteneciente a la Cultura Mochica. Al igual que

el Señor de Sipán, esta importante dama de la sociedad moche fue

enterrada con sus servidores.

ACTIVIDADES ECONÓMICAS

Se dedicaron, principalmente, a

la agricultura. Entre sus

sembríos, tenemos: fréjoles,

maíz, calabazas, algodón, caña

de azúcar, tubérculos,

hortalizas, etc. El desarrollo

agrícola fue impulsado gracias

a la construcción de grandes

acueductos y canales de

irrigación, como La Cumbre y

Ascope, así como también usaron el estiércol de las aves guaneras que

habitan -en el litoral de la costa. Llegaron a tener una superficie cultivable

de 200 000 hectáreas, la cual abasteció a una población de,

aproximadamente, medio millón de habitantes.

La pesca fue otra actividad importante. Los moches se desplazaban por el

mar a través de embarcaciones llamadas caballitos de totora. Extraían de

las aguas marinas diversos tipos de pescado, como por ejemplo: corvina, liza,

bonito, cojinova, jurel, pejerrey, etc. Ellos comercializaban con otros

pueblos aledaños el pescado seco y salado.


RITOS FUNERARIOS

Los rituales y ceremonias que se

realizaban en los entierros, según la

cosmología andina, implican la

necesidad del hombre de integrarse

al proceso de renovación y

germinación cósmica, estos ritos son

practicados desde la época de los

primeros pobladores peruanos,

aluden de manera implícita al acto de

sembrar y germinar una semilla, pues el difunto, al ser enterrado o

"sembrado" en la tierra, deberá "germinar" simbólicamente en la siguiente

vida. Los mochicas, al Igual que todos los pueblos del Ande, pensaban que la

vida continuaba después de la muerte. Por esta razón, ellos enterraban a sus

difuntos con todos sus enseres personales, porque los iban a utilizar, A

través de las ofrendas y las vestimentas que llevan las momias, podemos

deducir la jerarquía y la función de cada uno de los personajes enterrados.

DIVINIDAD PRINCIPAL: Al APAEC

Los mochicas tenían como

divinidad principal al dios Ai

Apaec, representado en diversas

manifestaciones artísticas

(cerámicas, tejidos, adornos de

metal, etc.). Se le rendía culto y

adoración por considerársele

como el hacedor de todos los

hombres. Se le ofrendaba con


sacrificios humanos y de animales. Esta deidad tiene un aspecto físico

antropomorfo (un rostro de hombre con colmillos, que se va transformando

en un felino). Los investigadores sostienen que este ser felínico se remonta

desde la época de la Cultura Chavín, y va acompañado de otras divinidades

regionales como la serpiente, el cóndor o el águila, que expresan

metafóricamente el símbolo de poder y autoridad. Hay una información muy

antigua que asocia la figura del dios Ai Apaec con una constelación de

estrellas.

ORFEBRERÍA

Los mochicas

confeccionaron una

variedad de objetos

de uso real o

estatal (pectorales,

coronas, pulseras

con figuras

mitológicas o la imagen del soberano), religiosas o rituales (confecciones de

joyas y adornos con la imagen del dios Ai Apaec) y guerreras o utilitarias

(aretes, orejeras, narigueras, pulseras, collares, lanzas, etc.).

Los miembros de la nobleza eran quienes usaban más ornamentos y adornos

personales, como una forma de distinguirse del pueblo; éste último,

básicamente, practicaba la orfebrería para la fabricación de enseres

domésticos, instrumentos agrícolas, quirúrgicos, utensilios, etc.

Los moches dominaron diversas técnicas de aleación, como por ejemplo, el

electrum (mezcla de oro y plata) y la tumbaga (mezcla de oro y cobre), lo

que les permitió obtener el cobre dorado o el oro plateado. Empíearon

diversos métodos de elaboración de objetos metálicos, entre los cuales


podemos mencionar la soldadura en fuego y en frío, el laminado, el repujado,

etc.

Por la escasez de metales en la costa norte, los mochicas dieron preferencia

a la confección de objetos utilitarios.

En el recuadro observamos la imagen de un hermoso ornamento de oro, que

ha sido recuperado por las autoridades peruanas en el 2006, cuando iba a

ser vendido en Londres (Reino Unido), el cual presenta la figura insertada en

relieve de un dios marino, un pulpo mítico, con cabeza humana, de rasgos

felinos en el centro. Posee ocho prolongaciones o tentáculos.

MAX UHLE

Filósofo y arqueólogo alemán

dedicado a la investigación y a la

docencia universitaria durante

toda su vida. Viajero incansable.

Llegó al Perú, procedente de

Bolivia, en 1893, con la finalidad

de estudiar los vestigios

prehispánicos en Puno y Cusco. Por

encargo de la Universidad de

Pensilvania iniciará sus trabajos de exploración en diversos jugares de

nuestro país, centrándose en la costa norte, para lo cual regresa a Lima en

1896. Gracias a su afán por conocer el pasado histórico de nuestra patria,

descubre la Cultura Mochica, en 1901. Pocos años después, entre 1905 y

1911, ejercerá la dirección del Museo de Historia Nacional a pedido del

presidente José Pardo y Barreda. Luego, viaja a Chile, Ecuador, Estados

Unidos y Alemania. Participó en el XXVII Congreso Internacional de

Americanistas, celebrado en Lima y México, en 1939. Al año siguiente


retornó nuevamente a nuestro país. Falleció a los 88 años de edad, en el

ocaso de la Segunda Guerra Mundial.

WALTER ALVA

Arqueólogo peruano, natural de

Cajamarca, reconocido

internacionalmente por sus

investigaciones y hallazgos. Como

director del Museo de Brunning

(Lambayeque) dirigió los trabajos

de excavación y reconocimiento

científico del terreno donde se

descubrió al Señor de Sipán junto

con su séquito, en marzo de 1987. Desde este año, Walter Alva ha

emprendido, incansablemente, diversas campañas de preservación y

vigilancia en favor de los objetos precolombinos, combatiendo de esta

manera el tráfico y el comercio ilegal de estos objetos, que forman parte

del patrimonio nacional. Fue uno de los impulsores para la creación del Gran

Museo de Tumbas Reales de Sipán, que se inauguró en Chiclayo en el 2002,

donde se desempeña, actualmente, como director.

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