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Ubicación
La cultura moche se ubicaba entre los valles de Lambayeque y Huarmey, en Perú. Su centro
cultural se encontraba en el valle de Moche y Virú, cerca de Trujillo.
Se desarrolló entre los años 150 y 850 d.C. y logró expandirse por el sur hasta el valle de
Nepeña (Áncash) y por el norte hasta el valle de Piura (Piura).
La periodización de la cultura mochica ha sido estudiado por varios especialistas. Rafael Larco
Hoyle fue uno de los primeros en proponer una periodización, dividiendo la historia moche en
tres fases: Formación, Desarrollo y Decadencia.
Período del Comienzo (150-300 d.C.): Los mochicas dominan militar e ideológicamente a la
cultura Virú-Gallinazo. De esta época data el Señor de Sipán.
fue descubierta en el año 1909 por el arqueólogo Max Uhle. En ese entonces, lo denominó
como la cultura Proto Chimú.
Los hallazgos en la Huaca del Sol y la Huaca de la Luna son gracias al alemán Enrique Brüning,
quien realizó la investigación cuando trabajaba en las azucareras de Lambayeque y La Libertad.
La cerámica mochica es el logro más destacados de la cultura. Las piezas son muy detalladas y
muestran escenas de la vida cotidiana, rituales y mitología.
La arquitectura mochica se caracteriza por sus grandes estructuras a base de adobe, que
servían como plataformas ceremoniales para las ceremonias religiosas.
La sociedad mochica estaba organizada en una jerarquía, con una clase noble y sacerdotal en la
cima y los campesinos y artesanos en la base. La nobleza tenía acceso a los recursos y el poder
político, mientras que los campesinos trabajaban en la agricultura y la producción de
alimentos.
Los mochicas desarrollaron un sistema de riego sofisticado para hacer frente a la aridez del
clima costero. Esto les permitió cultivar grandes cantidades de alimentos y construir ciudades y
centros urbanos prósperos.
Cerámica
La cerámica moche goza de fama mundial por su alta calidad y su realismo. Este rasgo
desarrolló dos estilos: la cerámica pictográfica y la cerámica escultórica. Aplicaba el modelado,
el grabado y la pintura natural.
los Huaco Retrato son vasijas escultóricas que representan el rostro humano de forma natural.
Estos eran pintados con dos colores (rojo y crema), luego pulidos con piedras de canto rodado
o con piedras obsidianas para una mayor perfección. Las piezas originales están exhibidas en el
Museo Cao, dentro del Complejo Arqueológico El Brujo, en Lambayeque.
Los rostros y adornos que poseían estas vasijas representaban las distintas clases sociales de la
civilización mochica.
Documental: es una fuente valiosa para conocer la vida de los habitantes de la cultura mochica.
Su realismo y representación detallada de la realidad la convierten en una especie de
documento visual.
Arquitectura
Construyeron grandes palacios, templos y ciudades, los cuales recubrían de murales en alto y
bajo relieve. La base de sus construcciones era adobe. En su arquitectura monumental
destacan la Huaca del Sol y la Huaca de la Luna, que se encuentran ubicadas en su centro
ceremonial.
Sobresalen por las decoraciones de sus murales, que representan una amplia gama de figuras:
los guerreros y sus prisioneros; los artesanos y los sacerdotes; y sus dioses sobrenaturales y su
cosmovisión. La pintura se extraía de la naturaleza, a la cual le agregaban colágeno obtenido
mediante la cocción de las patas de las aves, que actuaba como una especie de látex.
Los murales de barro eran expuestos en sus edificios públicos. Estos fueron objeto de estudio,
pues revelaban los comportamientos rituales de la cultura mochica y sus expresiones
religiosas.
Textilería
Metalurgia: Los moche utilizaron el oro, el cobre, la plata y sus aleaciones. Fueron espléndidos
orfebres, su aleación más empleada fue la mezcla de oro y cobre. Para fundir, usaban hornos;
luego, esperaban a que el metal estuviese frío y lo golpeaban hasta convertirlo en una lámina.
Escritura Moche
Según los estudios del arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle. Larco Hoyle descubrió que los
mochicas tenían un sistema de escritura llamado «escritura pallariforme», que consistía en
grabar líneas, puntos, zigzags y otras figuras en los pallares pintados en los vasos cerámicos.
Estas figuras tenían diferentes significados y se cree que pueden haber sido utilizadas para
transmitir datos numéricos y no numéricos.
Economía
Ganadería: En las residencias de la nobleza se criaban los cuyes, las llamas y las alpacas. Estos
animales formaban parte de su dieta habitual.
Pesca: La cultura se destacó por su habilidad como pescadores, como lo evidencian las antiguas
embarcaciones que utilizaba los llamados caballitos de totora, las cuales todavía se fabrican en
la actualidad.
Los mochicas pescaban amplias variedades de especies, como tollos, rayas, lenguados, etc , y
recolectaban mariscos como erizos y cangrejos. Esta habilidad fue fundamental en la
economía de la cultura , en su desarrollo y subsistencia como cultura.
La civilización moche era un estado militar conquistador. Poseía una marcada organización
social y política. La máxima autoridad era llamada Cie-quich, el rey del valle. Su autoridad era
otorgada por los dioses. Ejercía dominio de carácter militar, religioso y civil. Por su parte, los
jefes militares y la nobleza eran llamados los “bien vestidos” por su indumentaria diseñada con
retoques de oro o plata.
Conocemos sobre su organización social y política gracias a las tumbas del Señor de Sipán y de
la Dama de Cao, encontradas intactas en la Huaca del Sol y la Huaca de la Luna.
Religión
Su religión permitía los sacrificios humanos. Como era un pueblo guerrero, los prisioneros
participaban los rituales religiosos ofrecidos por la sacerdotisa del dios Búho, quien debía
comunicar la voluntad de los dioses a los hombres. También adoraban a la Luna y al Sol. En
conclusión eran politeistas
La mochica fue una civilización con una cosmovisión singular. En el Perú, sus expresiones
artísticas estaban concentradas en Lima y en Lambayeque. Los amantes del arte Moche
pueden apreciar sus majestuosas cerámicas en el Museo Larco de Lima. No obstante, también
se han expuesto en países como Estados Unidos, México, España, Italia y Japón. A esta cultura,
la National Geographic le ha dedicado extensos documentales, debido a que su arte es
considerado el mejor de Sudamérica precolombina.