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La cocaína es altamente adictiva y el consumo repetido puede conducir a cambios en el cerebro que llevan a la adicción, requiriendo dosis más altas para sentir los mismos efectos. Las sobredosis de cocaína pueden causar irregularidades cardíacas, convulsiones, hipertensión arterial y en casos graves, la muerte súbita.
La cocaína es altamente adictiva y el consumo repetido puede conducir a cambios en el cerebro que llevan a la adicción, requiriendo dosis más altas para sentir los mismos efectos. Las sobredosis de cocaína pueden causar irregularidades cardíacas, convulsiones, hipertensión arterial y en casos graves, la muerte súbita.
La cocaína es altamente adictiva y el consumo repetido puede conducir a cambios en el cerebro que llevan a la adicción, requiriendo dosis más altas para sentir los mismos efectos. Las sobredosis de cocaína pueden causar irregularidades cardíacas, convulsiones, hipertensión arterial y en casos graves, la muerte súbita.
La cocaína es altamente adictiva y desarrolla tolerancia, por lo que se necesitan
incrementar las dosis, ya que para el cerebro pierde efectividad ; también toman mucho más para aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia. Por el método de consumo la manera que más se utiliza es esnifada para que llegue rápidamente al cerebro. Así que se consume por atracones, esto quiere decir que se consume la droga repetidamente durante un periodo breve de tiempo, por ejemplo, unas horas y las dosis se van aumentando para poder mantener los primeros síntomas que provoca, que son de euforia y placer. Sus efectos duran un tiempo limitado y por tanto para mantener ese efecto en activo, la persona tiene que repetir el consumo de estos polvos frecuentemente. Algunas de las consecuencias más comunes y graves de la sobredosis son irregularidad de la frecuencia cardíaca, ataques al corazón, convulsiones y embolias. Otros síntomas de la sobredosis de cocaína incluyen dificultad para respirar, aumento de la presión arterial y la temperatura corporal, alucinaciones y ansiedad o agitación extremas. (Sanjurjo et al., 2016) ¿DE QUÉ MANERA EL CONSUMO DE COCAÍNA CONDUCE A LA ADICCIÓN? Al igual que sucede con otras drogas, el consumo repetido de cocaína puede originar cambios a largo plazo en el circuito de recompensa y otros sistemas del cerebro, los que pueden llevar a la adicción. El circuito de recompensa con el tiempo se adapta a la dopamina extra que genera la droga y se vuelve paulatinamente menos sensible a su presencia. El resultado es que las personas consumen dosis más altas y con mayor frecuencia para sentir la misma euforia que sentían inicialmente y aliviar los síntomas de abstinencia. COCAÍNA Y ESQUIZOFRENIA El abuso de cocaína disminuye la efectividad de los neurolépticos y multiplica por cuatro el riesgo de aparición de distonía aguda y discinesia tardía. Además, se ha relacionado con el incumplimiento del tratamiento en estos pacientes, lo que junto con una frecuencia de consumo entre los mismos situada entre el 22 y 31%, supone mayor número de reagudizaciones y mayor gravedad de la sinto-matología positiva y negativa. El espectro de manifestaciones de la sobredosis de cocaína es multiorgánico, pero incide sobre todo en el sistema nervioso central y en el aparato cardiovascular. Algunas complicaciones pueden ser mortales y podrían presentarse inmediatamente después del consumo (muerte súbita). La cocaína carece de antídoto específico, por lo que las medidas a aplicar son sintomáticas, siendo los benzodiacepinas la herramienta farmacológica más eficaz en algunas de estas manifestaciones. CONVULSIONES Del 2 al 10% de los pacientes que acuden o son remitidos a urgencias con intoxicación por cocaína presentan o han presentado crisis comiciales. En función de la vía de administración, la cocaína tarda más o menos tiempo en alcanzar la máxima concentración en el suero de los consumidores (15 min después de la administración intravenosa y 60 min después de inhalada), por lo que la aparición de estas convulsiones puede retrasarse hasta más de una hora después del consumo. CEFALEAS Las cefaleas migrañosas pueden considerarse una secuela del uso de cocaína. Deben ser excluidas otras causas de cefalea, como una lesión ocupante de espacio o una infección de los senos. Desde un punto de vista fisiopatológico, la cefalea se relaciona con desregulaciones de la serotonina, ya que la cocaína bloquea su recaptación presináptica; de hecho, este bloqueo es más potente que el producido sobre las catecolaminas. La corta vida media de la cocaína, unos 30 min, sugiere que estas cefaleas son debidas a un fenómeno de retirada de la droga, lo que incita a los cocainómanos a reincidir en el consumo para disminuir este síntoma.(González Llona et al., 2015) HIPERTENSIÓN ARTERIAL La hipertensión arterial es una manifestación habitual en las sobredosis de cocaína y su mecanismo de producción está asociado a la tormenta adrenérgica que descarga la mencionada droga. Como la semivida de eliminación de la cocaína es muy corta, la hipertensión tiende a resolverse espontáneamente, aunque en algunos pacientes podría convertirse en una emergencia hipertensiva con convulsiones, ACV o edema agudo de pulmón. HIPOTENSIÓN Paradójicamente, las sobredosis de cocaína pueden acabar también en un estado de hipotensión o shock, que puede tener un origen multifactorial y que, en cualquier caso, tiene un mal pronóstico. El mecanismo patogénico más invocado es el del «agotamiento» de neurotransmisores y, por tanto, de la respuesta adrenérgica, que conduce a un shock distributivo. Si el QRS es ancho en el ECG, podríamos estar ante un shock cardiogénico por el ya citado bloqueo de la bomba de sodio y efecto inotrópico negativo. MUERTE SÚBITA El consumo de cocaína es una causa de muerte súbita. El mecanismo más invocado es el de una arritmia maligna (fibrilación ventricular) en plena descarga adrenérgica. También puede ser secundaria a un masivo infarto agudo de miocardio, rotura aórtica o hemorragia cerebral. BIBLIOGRAFÍA González Llona, I., Tumuluru, S., González-Torres, M. Á., & Gaviria, M.
(2015). Cocaína: Una revisión de la adicción y el tratamiento. Revista de la
Asociación Española de Neuropsiquiatría, 35(127), 555-571.
https://doi.org/10.4321/S0211-57352015000300008 Sanjurjo, E., Montori, E., Nogué, S., Sánchez, M., & Munné, P. (2006).
Urgencias por cocaína: Un problema emergente. Medicina Clínica, 126(16),
616-619. https://doi.org/10.1157/13087719
Gootenberg, P. (2014). La Invención de la cocaína: la historia olvidada de Alfredo
Bignon y la ciencia nacional peruana (1884-1890). IEP Ediciones. https://elibro.net/es/ereader/espoch/79430?page=102