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SUFRIR UNA SOBREDOSIS

La cocaína es altamente adictiva y desarrolla tolerancia, por lo que se necesitan


incrementar las dosis, ya que para el cerebro pierde efectividad ; también toman mucho
más para aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia.  Por el método de consumo la
manera que más se utiliza es esnifada para que llegue rápidamente al cerebro. Así que se
consume por atracones, esto quiere decir que se consume la droga repetidamente
durante un periodo breve de tiempo, por ejemplo, unas horas y las dosis se van
aumentando para poder mantener los primeros síntomas que provoca, que son de euforia
y placer.  Sus efectos duran un tiempo limitado y por tanto para mantener ese efecto en
activo, la persona tiene que repetir el consumo de estos polvos frecuentemente.
Algunas de las consecuencias más comunes y graves de la sobredosis son irregularidad
de la frecuencia cardíaca, ataques al corazón, convulsiones y embolias. Otros síntomas
de la sobredosis de cocaína incluyen dificultad para respirar, aumento de la presión
arterial y la temperatura corporal, alucinaciones y ansiedad o agitación extremas.
(Sanjurjo et al., 2016)
¿DE QUÉ MANERA EL CONSUMO DE COCAÍNA CONDUCE A LA
ADICCIÓN?
Al igual que sucede con otras drogas, el consumo repetido de cocaína puede originar
cambios a largo plazo en el circuito de recompensa y otros sistemas del cerebro, los que
pueden llevar a la adicción. El circuito de recompensa con el tiempo se adapta a la
dopamina extra que genera la droga y se vuelve paulatinamente menos sensible a su
presencia. El resultado es que las personas consumen dosis más altas y con mayor
frecuencia para sentir la misma euforia que sentían inicialmente y aliviar los síntomas
de abstinencia.
COCAÍNA Y ESQUIZOFRENIA
El abuso de cocaína disminuye la efectividad de los neurolépticos y multiplica por
cuatro el riesgo de aparición de distonía aguda y discinesia tardía. Además, se ha
relacionado con el incumplimiento del tratamiento en estos pacientes, lo que junto con
una frecuencia de consumo entre los mismos situada entre el 22 y 31%, supone mayor
número de reagudizaciones y mayor gravedad de la sinto-matología positiva y negativa.
El espectro de manifestaciones de la sobredosis de cocaína es multiorgánico, pero incide
sobre todo en el sistema nervioso central y en el aparato cardiovascular. Algunas
complicaciones pueden ser mortales y podrían presentarse inmediatamente después del
consumo (muerte súbita). La cocaína carece de antídoto específico, por lo que las
medidas a aplicar son sintomáticas, siendo los benzodiacepinas la herramienta
farmacológica más eficaz en algunas de estas manifestaciones.
CONVULSIONES
Del 2 al 10% de los pacientes que acuden o son remitidos a urgencias con intoxicación
por cocaína presentan o han presentado crisis comiciales. En función de la vía de
administración, la cocaína tarda más o menos tiempo en alcanzar la máxima
concentración en el suero de los consumidores (15 min después de la administración
intravenosa y 60 min después de inhalada), por lo que la aparición de estas convulsiones
puede retrasarse hasta más de una hora después del consumo.
CEFALEAS
Las cefaleas migrañosas pueden considerarse una secuela del uso de cocaína. Deben ser
excluidas otras causas de cefalea, como una lesión ocupante de espacio o una infección
de los senos. Desde un punto de vista fisiopatológico, la cefalea se relaciona con
desregulaciones de la serotonina, ya que la cocaína bloquea su recaptación presináptica;
de hecho, este bloqueo es más potente que el producido sobre las catecolaminas. La
corta vida media de la cocaína, unos 30 min, sugiere que estas cefaleas son debidas a un
fenómeno de retirada de la droga, lo que incita a los cocainómanos a reincidir en el
consumo para disminuir este síntoma.(González Llona et al., 2015)
HIPERTENSIÓN ARTERIAL
La hipertensión arterial es una manifestación habitual en las sobredosis de cocaína y su
mecanismo de producción está asociado a la tormenta adrenérgica que descarga la
mencionada droga. Como la semivida de eliminación de la cocaína es muy corta, la
hipertensión tiende a resolverse espontáneamente, aunque en algunos pacientes podría
convertirse en una emergencia hipertensiva con convulsiones, ACV o edema agudo de
pulmón.
HIPOTENSIÓN
Paradójicamente, las sobredosis de cocaína pueden acabar también en un estado de
hipotensión o shock, que puede tener un origen multifactorial y que, en cualquier caso,
tiene un mal pronóstico. El mecanismo patogénico más invocado es el del
«agotamiento» de neurotransmisores y, por tanto, de la respuesta adrenérgica, que
conduce a un shock distributivo. Si el QRS es ancho en el ECG, podríamos estar ante un
shock cardiogénico por el ya citado bloqueo de la bomba de sodio y efecto inotrópico
negativo.
MUERTE SÚBITA
El consumo de cocaína es una causa de muerte súbita. El mecanismo más invocado es el
de una arritmia maligna (fibrilación ventricular) en plena descarga adrenérgica.
También puede ser secundaria a un masivo infarto agudo de miocardio, rotura aórtica o
hemorragia cerebral.
BIBLIOGRAFÍA
 González Llona, I., Tumuluru, S., González-Torres, M. Á., & Gaviria, M.

(2015). Cocaína: Una revisión de la adicción y el tratamiento. Revista de la

Asociación Española de Neuropsiquiatría, 35(127), 555-571.

https://doi.org/10.4321/S0211-57352015000300008
 Sanjurjo, E., Montori, E., Nogué, S., Sánchez, M., & Munné, P. (2006).

Urgencias por cocaína: Un problema emergente. Medicina Clínica, 126(16),

616-619. https://doi.org/10.1157/13087719

 Gootenberg, P. (2014). La Invención de la cocaína: la historia olvidada de Alfredo


Bignon y la ciencia nacional peruana (1884-1890). IEP Ediciones.
https://elibro.net/es/ereader/espoch/79430?page=102

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