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B2.C22. Investigar las alteraciones producidas por distintos tipos de sustancias adictivas y
elaborar propuestas de prevenció n.
B2.C23. Reconocer las consecuencias del consumo de drogas en el individuo y en la sociedad.
ACTIVIDAD:
1. INTRODUCCIÓ N.
• ¿Qué es una droga?
Las drogas son sustancias químicas que pueden cambiar el funcionamiento de su cuerpo
y mente. Incluyen medicamentos recetados, medicamentos de venta libre, alcohol, tabaco
y drogas ilegales.
mento del apetito, euforia y/o sensació n de relajació n y, entre otros, dificultad para con-
centrarse y retener informació n, lo que puede alterar los procesos de aprendizaje.
Inhalantes
Casi todos los inhalantes producen efectos anestésicos y el retardo de las funciones cor-
porales. Su uso prolongado produce dañ os permanentes al sistema nervioso con la consi-
guiente reducció n de las capacidades físicas y mentales.
Las nuevas sustancias psicoactivas
Por su entidad la UNODC utiliza ú nicamente el término “nuevas sustancias psicoactivas
(NSP)”, aunque el término “nuevas” no se refiere necesariamente a nuevas invenciones –
varias NSP fueron sintetizadas por primera vez hace 40 añ os – sino que son sustancias
que han aparecido recientemente en el mercado y que no han sido incorporadas en las
Convenciones de 1961 y 1971. Son sustancias que tienen propiedades químicas y/o far-
macoló gicas similares a las sustancias conocidas y ya controladas internacionalmente.
2. DESARROLLO
• Elige una droga de cada tipo y explica: alteraciones que produce en el organismo a
corto y largo plazo
Hipertensió n arterial
Alteraciones del sueñ o
Gastritis
Agresividad
Ú lcera gastroduodenal
Depresió n
Cirrosis hepá tica
Disfunciones sexuales
Cardiopatías
Deterioro cognitivo
Encefalopatías
Demencia
Cá ncer
Psicosis
Cuando el consumo de alcohol se produce en períodos muy cortos de tiempo, como por ejem-
plo el fin de semana, los riesgos y el dañ o sobre el organismo se multiplica.
Biología y Geología 3º ESO IES “Montes de Toledo”
Euforia y sensación de aumento de energía, disminució n del apetito, estado de alerta y falsa sen-
sació n de agudeza mental, aumento de la temperatura corporal, dilatació n de las pupilas… son algu-
nos de los principales efectos a corto plazo de la cocaína , también produce “aumento de la presión
arterial y el ritmo cardiaco y contracció n de los vasos sanguíneos”.
Además de los problemas que puede ocasionar la hipersensibilidad a la luz, el ruido o el tacto que
fomenta, también puede producir paranoia.
El poder vasoconstrictor de la cocaína produce un gran aumento de la presió n arterial que puede
desembocar en un infarto de miocardio, un ictus o muerte sú bita cardiaca. Y esa subida brusca de
la presió n es habitual en consumidores cró nicos, pero también puede surgir tras un periodo breve.
Dependerá, entre otras cosas, de la predisposició n individual.
Destacar por su frecuencia y gravedad las alteraciones cardiovasculares, como son las arritmias, in-
fartos agudos de miocardio e ictus”.
Cuando se toma de forma inhalada produce vasoconstricció n en la nariz, con las consiguientes he-
morragias nasales agudas, goteo constante, problemas para tragar y, a más largo plazo, destrucción
del tabique nasal que puede requerir cirugía.
“A largo plazo hay que tener en cuenta que la cocaína agrava las patologías respiratorias y aumenta
el riesgo de infecciones pulmonares”
Cuando se consume por vía oral, la cocaína produce vasoconstricció n en el intestino y, con el tiem-
po, puede llegar a ocasionar gangrena de los intestinos, lo que significa que no llega oxígeno y se
muere el mú sculo liso del intestino.
Subida: Aumento del ritmo cardiaco y la presión arterial, euforia, risa, desinhibición, agitación, sudor,
inapetencia, insomnio, sequedad de boca, temblores, enrojecimiento de la piel y aumento de la tempera-
tura corporal.
Viaje: Pueden ser buenos viajes (placenteros y emocionantes) y malos (parecen pesadillas con angustia,
depresión, confusión mental, riesgo de conductas agresivas, pérdida de control y suicidio). Alucinacio-
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nes, distorsión de imágenes y colores y alteraciones del espacio, el tiempo, la conciencia y el pensamien-
to.
Bajón: los efectos desaparecen y comienza el cansancio, la fatiga, somnolencia y debilidad corporal.
• Formas de consumo
Consumo experimental
Corresponden a las situaciones de contacto inicial con una o varias sustancias, de las que pue-
de pasarse a un abandono de la misma o a la continuidad en los consumos. En la práctica tota-
lidad de las realidades culturales, la adolescencia es la etapa en que con mayor frecuencia
surgen este tipo de consumos, si bien un alto porcentaje no reincide en el mismo.
Normalmente, definen este tipo de consumo situaciones en las que el individuo desconoce los
efectos de la sustancia y su consumo se realiza, generalmente, en el marco de un grupo que le
invita a probarla.
Consumo ocasional
Corresponden al uso intermitente de la sustancia, sin ninguna periodicidad fija y con largos
intervalos de abstinencia.
El sujeto continú a utilizando la sustancia en grupo. Aunque es capaz de llevar a cabo las mis-
mas actividades sin necesidad de mediar droga alguna; ya conoce la acció n de la misma en su
organismo y por ese motivo la consume.
Consumo habitual
Supone una utilizació n frecuente de la droga. Esta prá ctica puede conducirle a las otras for-
mas de consumo, dependiendo de la sustancia que se trate, la asiduidad con que se emplee,
las características de la persona, el entorno que le rodea, etc.
El sujeto amplía las situaciones en las que recurre a las drogas, que se usan tanto en grupo
como de manera individual; sus efectos son perfectamente conocidos y buscados por el usua-
rio.
El individuo necesita la sustancia y toda su vida gira en torno a ella a pesar de las complica-
ciones que ello le puede ocasionar. Algunos indicadores de esta forma de consumo son:
Policonsumo
Aunque existe, no es frecuente entre consumidores de drogas la utilizació n de una ú nica sus-
tancia. La pauta má s habitual es el consumo combinado de diversas drogas. A menudo, se tra-
ta de consumos combinados a lo largo de un mismo período de tiempo. Por ejemplo, se pue-
den beber cantidades excesivas de alcohol, fumar un paquete de cigarrillos, compartir un par
de porros y esnifar una rayita de cocaína, todo en un mismo fin de semana. Las combinacio-
nes posibles son numerosas.
También hay personas que consumen diversas sustancias, de manera variablemente habitual,
aunque no realicen tantas mezclas en un período tan corto.
En todo caso, se trata de una pauta de consumo que multiplica los riesgos asociados a las di-
versas sustancias.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que no existe ninguna forma de consumo de la que
estemos seguros con anticipació n que no va a suponer riesgos y que estos riesgos no só lo de-
penden de las sustancias y sus características, sino también de la persona (personalidad,
edad, problemá tica personal, estado de salud...) y del ambiente en el que se consuma (mo-
mento, lugar, compañ ía...)
Tipo de cannabis consumido Marihuana: 48,7%; Hachís: 20,6% Hachís + marihuana: 30,8%
Cannabis + tabaco: 86,9%
Características de los consumidores de cocaína (polvo y/o base)
Prevalencia de consumo 2,5%
Sexo 80,9% son hombres
Grupo de edad con mayor consumo 3,7% (25 y 34 añ os)
Tipo Mayoritariamente en polvo
Deterioro de las relaciones familiares. Las relaciones que má s sufren son con el pro-
pio paciente, aunque también pueden aparecer problemas entre el resto de miembros
de la familia por el estado de impotencia y tensió n generada. Cada familiar intenta
hacer lo posible por ayudar al adicto, lo que puede producir discrepancias o discu-
siones con otros miembros de la familia y alterar aú n má s la estabilidad familiar.
Bajo estado de á nimo. Cualquier situació n que provoque el sufrimiento y el malestar
de un ser querido va a producir un estado de tristeza y consternació n.
Problemas de salud física. Desde los familiares de adictos a la nicotina (incluidos
menores de edad) que se convierten en fumadores pasivos, hasta las parejas de adic-
tos a la heroína que se contagian del VIH o de otra ETS (contraída por el paciente al
compartir jeringuillas).
Problemas de conducta y de rendimiento escolar en los hijos de los pacientes. Estos
problemas pueden ser debidos a la tensió n que hay en el domicilio cuando el adicto
consume y por las discusiones que hay entre la pareja. Aunque, en los casos má s
graves, también puede deberse al descuido o a la negligencia en el cuidado por parte
del paciente.
Agresiones o conductas violentas. Los estados de intoxicació n y de abstinencia a de-
terminadas sustancias pueden provocar estados de irritabilidad y agresividad, que
pueden llegar a la agresió n física y a la violencia. Desgraciadamente, algunos de los ca-
sos de violencia de género está n relacionados con el consumo de alcohol y de otras
sustancias adictivas.
Problemas econó micos. El consumo de sustancias ilegales supone un elevado gasto de
dinero. En algunas ocasiones, los adictos llegan a empeñ ar objetos de valor de sus
seres queridos o a contraer importantes deudas con los traficantes, que luego las fa-
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milias se ven en la situació n de tener que solucionar. Los problemas econó micos se in-
crementan si coincide que el adicto es la persona que aportaba el dinero en la casa y
pierde su trabajo como consecuencia de su adicció n.
Problemas legales. Cuando la familia se ve en la tesitura de comunicar a las autori-
dades competentes que el paciente ha sustraído o empeñ ado sin consentimiento obje-
tos de valor. O cuando la familia se ve envuelta en algú n problema ajeno a su voluntad
(por ejemplo, tenencia de drogas o cultivo de cannabis en el domicilio).
Problemas de vivienda. Se han dado casos extremos en los que el estado de intoxi-
cació n (por ejemplo, de alcohol) ha favorecido la aparició n de accidentes, como incen-
diar la casa por quedarse dormido mientras fumaba. En otros casos, el problema ha
sido que el paciente no ha cumplido con sus obligaciones y ha dejado de pagar la
hipoteca o no ha podido pagarla por las deudas contraídas y los problemas econó mi-
cos.
4. PREVENCIÓ N.
• ¿Qué se puede hacer para prevenir el consumo de drogas?
1. Una buena educació n familiar. Los programas preventivos en personas con vulnerabi-
lidad o problemas en la esfera familiar, son otra vía importante para conseguir redu-
cir el consumo de las distintas drogas, ya que, a mayor nú mero de problemas, mayor
probabilidad de consumo de drogas.
2. La interrelació n entre el grupo de iguales, familia y colegio es fundamental, también,
para detectar problemas.
3. Fomentar el ocio y actividades recreativas saludables en nuestros adolescentes.
4. Informar sobre la concepció n que se tiene sobre las distintas drogas influye en su con-
sumo. En ocasiones puede haber sesgos sobre los efectos de las sustancias, en un sen -
tido o en otro. Por ello, es de gran relevancia proporcionar informació n correcta y te-
ner siempre presente que el objetivo de una persona es tener las suficientes habilida-
des para enfrentarse adecuadamente a su entorno y tener una buena adaptació n al
mismo.
5. Ponerse en contacto con profesionales, ante la sospecha o confirmació n del consumo,
para valorar la situació n y realizar una intervenció n precoz.
• ¿Qué podemos hacer en los centros educativos para prevenir el consumo de drogas?
A la hora de pensar qué acciones educativas llevar a cabo para prevenir el consumo de dro-
gas, primero hay que escuchar a los niñ os y adolescentes. Ademá s, hay que tener en cuenta
que cada etapa educativa varía en funció n del tipo de educació n y el método a utilizar. Por
eso, la prevenció n requerirá acciones didácticas diferentes en cada etapa:
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Educación infantil: en esta primera etapa hay que trabajar la autoestima y el co-
nocimiento de uno mismo y de los demá s, así como el desarrollo de habilidades
sociales como la empatía y la inteligencia emocional.
Educación primaria: una vez los niñ os tienen 6 o 7 añ os hay que trabajar la
competencia comunicativa, la capacidad para decir no y las habilidades de inte-
racció n social.
Educación secundaria: durante la adolescencia los campos a trabajar son la ca-
pacidad de bú squeda de informació n o el manejo de las presiones sociales y los
estereotipos. La gestió n de problemas, la tolerancia a la frustració n y el trata-
miento positivo de los conflictos son otros elementos indispensables.
Reforzar la prevención
La prevenció n del consumo de drogas no pasa solamente por tomar acciones concretas enfo-
cadas a ese objetivo. Ademá s de ello, tiene que haber también otra serie de acciones má s ge-
nerales para educar a los estudiantes como:
Disfruta de la vida, de los tuyos, diviértete, vive cada momento, y no te pierdas nada por el al-
cohol.
También puede producir dañ os a terceras personas (lesiones de trá fico , violencia o dañ os
sobre el feto si se consume durante el embarazo), sumá ndose las consecuencias negativas
para la sociedad y la economía.
No existe un límite seguro para su consumo, por lo que cualquier consumo implica un riesgo.
5. CONCLUSIÓ N
6. BIBLIOGRAFÍA
https://medineplus.gov
https://madridsalud.es
itasaludmental.com
https://pnsd.sanidad.gob.es
https://www.quironsalud.es
Fecha límite entrega por el Entorno de Aprendizaje: viernes 3 de junio hasta las 21:00h