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Ciudadano

Juez Noveno de Municipio de la Circunscripción Judicial del


Area Metropolitana de Caracas.
Su Despacho.
Nosotros, YUBIRI SANCHEZ SANCHEZ y JOSE GUSTAVO BRICEÑO YANES, abogados
en ejercicio, titulares de las cédulas de identidad No. V-5.538.380 y V-2.148.120
respectivamente, inscritos en el INPREABOGADO bajos los números 19656 la primera de
las nombradas y bajo el número 30.399 el segundo, y de este domicilio, actuando en este
acto como apoderados judiciales del ciudadano RAFAEL LOPEZ SARMIENTO, quien es
mayo de edad, venezolano, titular de la cédula de identidad No. V-3.238.700 y de este
domicilio, demandante reconvenido en el presente juicio que corre al expediente No.
001519, tal como consta de instrumento poder agregado a los autos, de conformidad con lo
establecido por el artículo 888 del Código de Procedimiento Civil, presento la siguiente:
CONTESTACION DE LA RECONVENCION.
Rechazamos, negamos y contradecimos lo alegado por la demandada reconviniente
en su escrito de contestación de la demanda, en el cual propuso la mutua petición.
Ciudadano Juez, a los fines de encuadrar nuestra acción correspondiente en virtud del
contrato de marras, procedimos a hacer la previa aclaratoria en el libelo de demanda del
tipo de contrato, que a nuestro parecer, verificando la esencia y el texto del contrato,
estaban obligadas las partes, independientemente de su denominación o mote indicado, es
decir, analizamos cuál fue el interés o propósito de éstas al suscribir el mismo, para,
entonces, adaptarlo a la normativa legal a invocar. A su vez, nuestro mandante nos ratificó
que la ciudadana CARMEN ALICIA CABELLO MENDOZA, sí pagaba canones de
arrendamiento mensuales, por lo que, evidentemente, la intención de las partes fue
suscribir un contrato de arrendamiento, aunque lo hayan denominado comodato. En este
orden de ideas, propusimos la demanda que cursa en autos y corresponderá a este
Tribunal, en su sentencia definitiva, proferir si la acción intentada, conforme la naturaleza
del contrato, es correcta o no. La intención de la aclaratoria, no fue, como pretende
hacerse ver en autos, por la parte demandada reconviniente, que nos quisimos atribuir las
facultades que corresponden al Juez. En ningún momento esa fue la intención, sino,
simplemente, hacer la aclaratoria para fundamentar la acción de la demanda incoada en
su contexto legal correspondiente. Valdría la pena preguntarse si la demandada, en
conocimiento que lo que realmente tiene firmado contractualmente con nuestro poderdante
es un contrato de arrendamiento, si hubiésemos demandando cumplimiento de contrato por
vencimiento del término del supuesto contrato de comodato, no hubiese argumentado,
entonces, que ese no es un contrato de comodato, ya que, pese a denominarse así, puede
evidenciarse de su texto, que la demandada sí quedó obligada, desde el primer momento
de su suscripción, al pago de un canon de arrendamiento, lo cual vino haciendo hasta la
fecha en que se señala en la demanda que lo dejó de hacer. El argumento utilizado por la
defensa de la demandada es audaz para tratar de distraer a este Juzgado la verdad de los
hechos que acontecen en el caso de autos y utilizan la defensa del contrato de comodato,
porque su representada está insolvente en los pagos de alquileres reclamados.
Pero Ciudadano Juez, del Escrito de Reconvención, en el cual señala la demandada
reconviniente : “ ... Los hechos y afirmaciones invocados con anterioridad también
sirven para fundamentar la Mutua petición contra el Actor “, es decir, refiriéndose a lo
argumentado en su escrito de contestación a la demanda, puede evidenciarse del propio
decir de la parte demanda en su escrito de contestación lo siguiente: “Por último,
solicitamos de esta Juzgadora que por cuanto la esencia misma del contrato de
comodato ha quedado desnaturalizada por hechos imputables a las partes, quienes
permitieron con su conducta que la ocupación del inmueble no fuese gratuita, sino,
más bien onerosa, y lo que verdaderamente existe entre las partes es un contrato de
arrendamiento... declare que la desocupación no procede sino mediante la aplicación
de la nueva Ley de Arrendamientos Inmobiliarios... “, o sea, la parte demandada
confiesa que el contrato objeto de la presente demanda sí es un contrato de arrendamiento
y de esa confesión se puede deducir claramente tres cosas: 1) Que el contrato de marras sí
regía entre las partes como un contrato de arrendamiento porque así venían operando ellas
en torno a él 2) Que la parte demandada estaba y está totalmente consciente del tipo de
relación contractual que tiene con nuestro patrocinado y 3) Que por su propia voluntad
pagó cada uno de los alquileres que hizo no reclamados por mi poderdante como
adeudados ( desde la fecha de suscripción del contrato el 17 de Abril de 1998, hasta el mes
de Octubre de 1999 ), confesión ésta que ratifica posteriormente en el texto del escrito de
reconvención ya que en su petitorio, en su numeral segundo, fundamenta la repetición de
pago que equivocadamente solicita así:” ... por la cantidad de UN MILLON
TRESCIENTOS VEINTE MIL BOLIVARES CON 00/100 ( Bs. 1.320.000,00 )
correspondientes a los alquileres de Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre y
Octubre de 1999 a razón de DOSCIENTOS VEINTE MIL BOLIVARES CON 00/100 ( Bs.
220.000,00 ) mensuales... “.En consecuencia de estas confesiones, observamos el
ANIMUS CONFITENDI de la demandada, es decir, sus dichos equivalen a una confesión
espontánea, libre de apremio y coacción formulada por la demandada a través de su
apoderados judiciales. A través de la defensa de que el contrato de marras es un contrato
de comodato, con el objeto de evitar que nuestro mandante recupere su inmueble
arrendado por el no pago de la arrendataria, por estar insolvente y con su defensa
mantener en el uso del apartamento a su representada sin pagar lo que se obligó por
concepto de alquiler; en el afán desmesurado de explicarle y enseñar al Juzgado lo que es
un contrato de comodato lo que es un contrato de arrendamiento y la diferencia entre éstos,
ellos mismos, se confunden y terminan confesando la verdadera relación entre las partes
de este juicio: una relación arrendaticia.
Fundamentan su Reconvención en el supuesto del pago indebido y enriquecimiento sin
causa, según sus palabras: “...derivados de la relación contractual ( comodato )... “En
materia de obligaciones, al existir una fuente determinada, como en este caso es el
contrato de marras, no se aplican otras fuentes como “ el pago de lo indebido “ o
“enriquecimiento sin causa “, porque éstas tienen vida cuando no hay contrato u otra fuente
de obligaciones. Cualquier reclamación por supuestos daños o pagos irregulares, habiendo
contrato, como en el caso de autos, debe hacerse como daños y perjuicios contractuales
según la parte final del artículo 1167 del Código Civil, en juicio separado, porque ya al
haber la litis contestación precluyó para la parte reconviniente demandar esos daños
contractuales, al no hacerlo oportunamente.La causa única de todas las obligaciones que
dimanan para ambas partes en el contrato, es el pacto, convenio o contrato mismo, no
siendo aplicable, a este caso ninguna otra fuente de las obligaciones que aparecen en el
Código Civil, amén de evidenciarse del propio contrato que cursa al expediente que en él la
demandada se obligó a pagar lo reclamado en la demanda y que también existe su
confesión tanto en la contestación a la demanda como en la reconvención que el contrato
de autos es un contrato de arrendamiento y que en virtud de él, la demandada pagó
consciente y voluntariamente para cumplir con su contrato los canones de arrendamiento
hasta el mes de Octubre de 1999, sin tener ningún tipo de error ni ser inducida a ningún
tipo de error por el demandante.
En cuanto al contrato suscrito por ante la Notaría Pública Tercera de Municipio Baruta del
Estado Miranda, en fecha 19 de Febrero de 1997, acompañado por la demandada
reconviniente marcado “C” y el legajo de letras marcado “D”, per se, no demuestran
ninguna relación causal como señalan sus presentantes; impugnamos en este mismo acto
dicha presentación ya que esos documentos marcados “C” y “D”, constituyen materia
extraña e impertinente a esta causa porque el documento fundamental de esta demanda
es el contrato suscrito entre la demandada y nuestro representado por ante la Notaría
Pública Tercera del Municipio Baruta del Estado Miranda, en fecha diez y siete ( 17 ) de
Abril de 1998, anotado bajo el No. 40, tomo 26 del Libro de Autenticaciones llevados por
dicha Notaría y sobre el cual pretende equivocadamente la demandante fincar su solicitud
por pago de lo indebido y enriquecimiento sin causa y es de fecha posterior a los recaudos
acompañados en la reconvención e impugnados en esta oportunidad.
Nos reservamos el derecho a intentar a futuro demanda de daños y perjuicios contra la
demandada reconviniente en virtud de su escrito de reconvención y solicitamos de este
Juzgado declare sin lugar la reconvención de autos, y deseche dicha demanda
conjuntamente con los recaudos anexos a ella marcados “C” y “D” , y a su vez, declare
que el contrato de marras, es un contrato de arrendamiento conforme la naturaleza del
texto del contrato e intención de las partes que lo suscribieron.
Por último, solicitamos que este escrito sea agregado a los autos, sustanciado y
DECLARADO CON LUGAR, con todos los pronunciamientos de Ley e igualmente la
demanda de desalojo con todos los pronunciamientos de Ley.
Es Justicia.
En la ciudad de Caracas ala fecha de su presentación.

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