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Los edificios son objeto de depreciación, no así los terrenos y cualquier forma de depreciación
aplicada a los mismos será considerada nula e improcedente (Arto. 27, Ley de Actualización Tributaria).
Las depreciaciones y amortizaciones representan cuanto valor pierden los Activos Fijos (bienes
cuya duración es mayor a un año) durante un periodo fiscal ordinario (un año) o extraordinario (menos de
un año), administrativamente permite determinar el valor real de lo que la empresa posee y la forma de los
cambios en su patrimonio y con esta información decidir cuándo y en qué activos es necesario reinvertir.
Por lo anterior, las depreciaciones y amortizaciones se aplican solamente a los activos que son propiedad de
la empresa y que se utilizan en la gestión del negocio.
Periodo y Base del Cálculo: Las depreciaciones y amortizaciones se calculan al final del ejercicio
contable, el último día del año (31 de diciembre) o al momento del cierre definitivo de la empresa, y por
tanto, se realiza dicho cálculo una vez al año durante el periodo de liquidación anual definitiva (Artos. 36 y
74 Ley de Actualización Tributaria o Ley de AT). Las depreciaciones y amortizaciones se calculan con base
en el Costo de Adquisición, Producción, Avalúo o Revaluación (Arto. 26, Ley de AT) más comúnmente
conocido como Valor de Factura (V. F.), es decir, lo que costó adquirir dicho activo o lo que se invirtió en
su creación conforme a la factura o facturas correspondientes.
Siendo estos cálculos realizados sucesivamente cada año, el resultado de los mismos se ha de ir
acumulando hasta que el activo sea desechado, vendido o recuperado totalmente, esta acumulación
representa una deuda y se registra en el lado del HABER. Para el caso de la acumulación de depreciaciones
y amortizaciones se pueden utilizar dos opciones de registro, Cuentas Generales o Cuentas Específicas: