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Santiago, tres de mayo de dos mil dieciocho.

VISTOS:

En estos autos sobre juicio ordinario de declaración

de mera certeza, Rol N° 16.783-2017, caratulados

“Condominio Minera Cerro Colorado con Municipalidad de

Iquique”, seguidos ante el Primer Juzgado de Letras de

Iquique, por sentencia de fecha nueve de agosto de dos mil

dieciséis, se rechazó en todas sus partes la demanda

interpuesta a fojas 1 por el Condominio indicado, sin

costas.

Apelada esta resolución por la demandante, la Corte de

Apelaciones de Iquique, por sentencia de fecha veintidós de

marzo de dos mil diecisiete, confirmó el referido fallo.

En contra de esta última sentencia, la demandante

dedujo recurso de casación en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:

Primero: Que el recurso de casación en el fondo

entablado acusa en un primer capítulo la infracción de los

artículos 582 y 592 del Código Civil, lo que se produce al

desconocer los sentenciadores la certeza respecto del

dominio solicitado por la Comunidad de Copropietarios sobre

la integridad del predio común.

Refiere que la sentencia del juez a quo afirma que

luego de más de 11 años de constituido y enajenado el

Condominio a sus 80 propietarios, integrado por sus

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unidades y el terreno común en las que están construidas,

se cedieron vialidades a la Municipalidad demandada, acto

que se materializó a través de un acto administrativo

N°001/2007 de fecha 28 de junio de 2007 de la Dirección de

Obras Municipales, por el que el ejecutor del proyecto

inmobiliario cedió a título gratuito las vialidades

internas del condominio a la demandada.

Indica, sin embargo, que la sentencia no reconoce que

este tercero a la fecha de la cesión ya no era dueño, y que

en consecuencia nada podía ceder, pues había vendido

previamente el predio a los copropietarios del Condominio,

y además cedió las vialidades con un permiso de loteo y

urbanización, ya caducado.

Segundo: Que en un segundo capítulo del recurso

denuncia la infracción de los artículos 670, 682 y 686 del

Código de Procedimiento Civil. Indica que la desarrolladora

del Plan Habitacional de la Compañía Minera Cerro Colorado,

Ral Cayman Inc. Agencia Chile , construyó en el predio de

marras un condominio de 80 unidades de departamentos,

producto del permiso de edificación N°43 de febrero de

1996, cuya recepción final se efectuó por Resolución N°208

de diciembre del mismo año, autorizando la Dirección de

Obras Municipales la venta por piso de cada una de las

unidades edificadas en el predio, que pasó a ser predio

común del condominio.

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Precisa que la inmobiliaria vendió las 80 unidades de

departamento construidas en el predio común, haciendo

entrega y tradición de cada uno de esos inmuebles y sus

derechos proporcionales en el predio común a los

respectivos copropietarios, por lo que de ninguna manera

podría cederse 11 años después nuevamente el mismo predio

común.

Añade que estas ventas se efectuaron entre diciembre

de 1996 y enero de 1997, inscribiéndose la autorización de

venta por piso, el Reglamento de Copropiedad y las

respectivas ventas, en el Registro de Propiedad del

Conservador de Bienes Raíces de Iquique, quedando

subinscritas al margen de la inscripción de dominio de

fojas 756 N°1382 del Registro de Propiedad del año 1995 de

dicho Conservador, que corresponde al predio común de

25.680 metros cuadrados donde se edificó y recepcionó el

Condominio.

Indica que a la época en que se enajenaron las

distintas unidades del condominio, el predio común

existente era aquel en el que se construyó el proyecto, sin

que en aquella época existiera alguna subdivisión predial o

loteo.

Expone que, en consecuencia, la inscripción de cada

una de las unidades del Condominio que se vendieron

constituye requisito, garantía y prueba del dominio de cada

copropietario sobre la propiedad exclusiva de su unidad y

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sobre la copropiedad de los espacios comunes y,

principalmente sobre el predio común en que se construyó el

condominio. Afirma que ratifica esto último el hecho que

cada escritura de venta de las unidades del condominio da

cuenta de los deslindes del predio común que comprende, y

que son los mismos que se indican en la inscripción

referida de fojas 756 N° 1382 del Registro de Propiedad del

año 1995 del Conservador de Bienes Raíces de Iquique.

Refiere que la sentencia recurrida que reproduce la

sentencia del juez a quo infringe las normas antes

reseñadas, al desconocer el dominio como derecho real y

aceptar que por un acto posterior, el primitivo dueño

pretenda ceder al Fisco, o a la Municipalidad, parte del

predio común del condominio, ya enajenado, sobre el cual al

año 2007, fecha de la cesión, la inmobiliaria ya no tenía

ningún derecho. De esta forma, el acto administrativo de

recepción de obras N°001/2007, carece de sustancia, pues

nadie puede transferir más derechos de los que tiene y si

ningún derecho se tiene respecto de un predio vendido 11

años antes, nada pudo el anterior propietario ceder a la

Municipalidad.

Tercero: Que en un tercer capítulo, el recurrente

denuncia que la sentencia impugnada vulnera los artículos

700, 703, 724, 728 y 730 del Código Civil, lo que se

produce por falta de aplicación de las normas jurídicas

mencionadas valorando erróneamente el acto de un tercero,

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quien vendió el predio a los copropietarios, y ahora,

estando el inmueble sometido al régimen de copropiedad

inmobiliaria, pretende transferir una parte de él al Fisco

y a la Municipalidad, pasando por sobre una inscripción de

dominio, que se mantiene inalterada en el tiempo.

Cuarto: Que en un cuarto acápite denuncia la

infracción del artículo 136 de la Ley General de Urbanismo

y Construcciones, con relación al artículo 1462 del Código

Civil.

Expone que la tesis que contiene el fallo impugnado

plantea la posibilidad que las unidades de departamento

fueron vendidas antes de urbanizarse los lotes y predios

resultantes de la subdivisión, circunstancia que es

contraria a derecho, pues el artículo 136 de la Ley General

de Urbanismo y Construcciones prohíbe expresamente que se

vendan unidades antes de una subdivisión o loteo, el que se

debe urbanizar previamente, existiendo objeto ilícito en

cualquier enajenación que no cumpla con tal exigencia,

evitando de esta forma los denominados loteos brujos, en

los que en definitiva nadie se hace cargo luego de

urbanizar los lotes.

De esta forma, añade que el acto administrativo en que

se afirma el fallo recurrido, es inconsistente, pues nada

se puede ceder, es inoponible a los verdaderos dueños, es

ilícito pues autoriza un procedimiento que está

expresamente prohibido por ley.

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Añade que ese acto es además nulo y sin ningún valor,

según se desprende del artículo 10 del Código Civil.

En el mismo capítulo sostiene que en relación con la

individualización del predio adquirido, la sentencia

recurrida infringe el artículo 1833 del Código Civil, pues

los deslindes del inmueble en que se construyó el

condominio están debidamente señalados en cada una de las

escrituras de compraventa de cada una de las unidades

vendidas.

Quinto: Que en un quinto apartado del recurso,

denuncia la infracción de los artículos 1699, 1700 y 1713

del Código Civil con relación al artículo 47 del mismo

Código y al artículo 426 del Código de Procedimiento Civil,

al desconocer la plena prueba y las presunciones legales

existentes respecto de la titularidad del derecho de

dominio de los 80 propietarios del Condominio Minera Cerro

Colorado, respecto de cada una de sus unidades, como del

predio común en que éstas fueron edificadas. Precisa que

tales antecedentes fueron debidamente acreditados mediante

las respectivas escrituras públicas de compraventa que son

instrumentos públicos y con las respectivas copias de las

inscripciones de dominio vigente otorgados por el

Conservador de Bienes Raíces de Iquique.

Añade que se han vulnerado las leyes reguladoras de la

prueba al desconocer el valor probatorio de documentos

auténticos y no objetados que fueron acompañados por su

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parte y que acreditan la existencia del Condominio Minera

Cerro Colorado, desde 1996 en adelante.

Indica que los sentenciadores desconocen que la

Municipalidad demandada, antes de la pretendida recepción

de la subdivisión o loteo, la había rechazado, según consta

en el Oficio Ordinario N°462 de 15 de septiembre de 2006,

de la Dirección de Obras de la Municipalidad demandada, en

el que se indica que el predio de marras pertenecía a una

comunidad de 80 copropietarios, correspondiente al

Condominio Minera Cerro Colorado, antecedente que significa

reconocer por acto propio de la demandada la tesis

planteada en la demanda de autos.

En el mismo acápite sostiene que los sentenciadores

decretaron como medida para mejor resolver traer a la vista

la causa Rol N°437-2007 del Tercer Juzgado de Letras de

Iquique, expediente sobre el que no ha recaído sentencia de

término y que fue considerado por el juez a quo como plena

prueba, pese a no haber sido acompañado en estos estrados

bajo algún apercibimiento o citación infringiéndose con

ello el principio de bilateralidad de la audiencia.

Sexto: Que en otro apartado se denuncia la infracción

de las normas especiales de la Ley N° 19.537 de Copropiedad

Inmobiliaria, pues la sentencia recurrida desconoce la

existencia previa de un Condominio tipo A en el predio

materia de estos autos.

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Indica que de acuerdo al artículo 2 de la referida

ley, se entiende por Condominio tipo A, las construcciones

divididas en unidades emplazadas en un terreno de dominio

común.

Explica que el artículo 8, inciso final de la ley

citada, dispone que los terrenos de dominio común y los

sitios de dominio exclusivo de cada copropietario no pueden

subdividirse ni lotearse mientras exista el condominio,

salvo que concurran ciertas circunstancias que allí se

indican.

Sostiene que conforme a la mencionada disposición, se

desprende que la Municipalidad demandada no puede otorgar

responsabilidad a un tercero en cuanto a la obligación de

verificar que un Condominio cumple con las disposiciones de

la Ley General de Urbanismo y Construcciones, pues tal

responsabilidad es atribuida a los Directores de Obras

Municipales, quienes de acuerdo al artículo 10 inciso 2° de

la ley mencionada, deben verificar el cumplimiento de las

normas urbanísticas.

En el mismo sentido, añade que de acuerdo a los

artículos 17 N°4 y N°7 de la Ley de Copropiedad

Inmobiliaria, cualquier intervención, enajenación o

alteración de los bienes comunes, requiere del acuerdo de

los copropietarios.

Séptimo: Que, finalmente, denuncia la infracción del

artículo 65 letra b) de la Ley General de Urbanismo y

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Construcciones, disposición que regula la subdivisión y la

urbanización del suelo.

Indica que de tal disposición se desprende que la

aprobación de un permiso de subdivisión predial estaba

condicionada a la ejecución de obras de urbanización previa

y sólo una vez que estas obras se ejecutan es posible

autorizar la venta de los lotes resultantes, lo que no se

hizo y la Inmobiliaria prefirió dar por cumplido el Plan

Habitacional referido con la recepción del Condominio a

través de la Ley de Propiedad Horizontal y la autorización

de venta por piso concedida por la Dirección de Obras

Municipales en diciembre de 1996, abandonando

posteriormente la solicitud de subdivisión del predio de

marras, considerando la totalidad de éste, como terreno

común del condominio, y señalándolo así en los deslindes de

cada escritura de venta de las unidades, debidamente

inscritas y subinscritas al margen de la inscripción matriz

del predio.

Precisa que lo anterior queda de manifiesto en

conformidad con lo dispuesto en el artículo 117 de la Ley

General de Urbanismo y Construcciones y el artículo 1.4.17

de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, en

el sentido que sólo los permisos de subdivisión, loteo o

urbanización predial y de construcciones “podrán

postergarse hasta por un plazo de tres meses”,

excepcionalmente “hasta por un lapso de doce meses”, pero

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el permiso caducará automáticamente a los tres años de

concedido, si no se hubieren iniciado las obras

correspondientes o si éstas hubieren permanecido

paralizadas durante el mismo lapso.

Afirma que la desarrolladora Ral Cayman Inc. Agencia

Chile no hizo ninguna obra de urbanización de la pretendida

subdivisión y loteo que pretendía, y sencillamente con la

venta de las unidades construidas enajenó y abandonó el

predio desde enero de 1997, por lo que a junio de 2007 no

existía permiso alguno que la habilitara a subdividir, pues

había caducado el permiso solicitado y la urbanizadora ya

no era titular de dominio alguno sobre el predio de marras.

Añade que el permiso de subdivisión y loteo

N°964/1996, no se encontraba vigente al 2007, lo que

resulta un requisito esencial para su aprobación, como lo

establece el artículo 1.4.7 inciso 5 de la Ordenanza

General de Urbanismo y Construcciones, por lo tanto el acto

administrativo de recepción N°001/2007, es un acto

inoponible a los copropietarios, nulo absolutamente, ipso

iure y contrario al derecho expreso, razón por la cual el

Conservador de Bienes Raíces no lo inscribió, y por la cual

jurisdiccionalmente se resolvió que no debía inscribirse.

En el mismo capítulo denuncia la infracción de los

artículos 129, 134 y 136 de la Ley General de Urbanismo y

Construcciones, disposiciones que según señala fueron

flagrantemente desconocidas por los tribunales de la

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instancia, pues la urbanizadora no garantizó, ni ejecutó

obras de urbanización ninguna.

Expone que la tesis recogida por el fallo impugnado es

contraria al artículo 136 de la Ley General de Urbanismo,

que impide realizar cualquier enajenación antes de

urbanizar, estableciendo incluso un tipo penal en el

artículo 138 de la ley mencionada para quienes infrinjan

tal exigencia.

Octavo: Que al referirse a la forma como las

infracciones denunciadas influyen en lo dispositivo del

fallo, sostiene que de haberse considerado el texto expreso

de las disposiciones indicadas, y la existencia de un

condominio inscrito sobre el predio matriz, se habría

constatado por los sentenciadores la incompatibilidad

existente entre el condominio y la pretendida subdivisión

del predio matriz, que es un bien común de los

copropietarios.

Noveno: Que para la adecuada resolución del asunto

planteado, en lo que interesa al recurso, es necesario

tener presente que en estos autos el Condominio Minera

Cerro Colorado deduce demanda en juicio ordinario de mera

certeza en contra de la Municipalidad de Iquique,

solicitando se declare que el condominio y cada uno de sus

copropietarios son dueños exclusivos de la totalidad del

Lote N°3 del Sector C, ubicado en el sector sur de la

comuna de Iquique, de una superficie de 25.680 metros

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cuadrados, en especial de las vialidades internas del

predio común, por las que se accede a las unidades de

departamentos construidos en el mismo y que la demandada

pretende de dominio público. Asimismo, solicita se aperciba

a la autoridad municipal para que deje sin efecto los actos

que afecten el dominio particular y exclusivo de su parte

sobre dicho predio.

Explica que en el predio antes reseñado, su primitivo

dueño Ral Cayman Inc. Agencia Chile construyó un plan

habitacional de la Compañía Minera Cerro Colorado, todo al

interior del predio común, consistente en el Lote 3 del

sector C ya mencionado, inscrito a fojas 756 N°1382 del

Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de

Iquique del año 1995.

Indica que la empresa que ejecutó el proyecto

inmobiliario obtuvo el permiso de edificación N° 43 de 22

de febrero de 1996, y una vez terminadas las unidades del

condominio construidas conforme a la Ley N°6071 de venta

por piso, se aprobó el Reglamento de Copropiedad el que fue

inscrito al margen de la inscripción de dominio.

Sostiene que, a partir de 1996 y 1997, la inmobiliaria

procedió a vender las distintas unidades del condominio,

transfiriendo el dominio total de las distintas unidades

edificadas y recepcionadas.

Precisa que en cada una de las escrituras de venta se

comprendieron los derechos de los copropietarios sobre el

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predio común, correspondiente al Lote 3 del sector C,

inscribiéndose las respectivas ventas y sub inscribiéndose

al margen de la inscripción de fojas 756 N°1382 del

Registro de Propiedad del año 1995.

Explica que si bien en un principio la primitiva dueña

del predio pretendió hacer una subdivisión predial del Lote

3 del sector C, a través del certificado N°964 de de 22 de

febrero de 1996, en dos lotes, esta subdivisión nunca se

materializó, pues la desarrolladora inmobiliaria no cumplió

ni realizó en tiempo y forma los requisitos y obras de

urbanización exigidos por la Dirección de Obras para

concretar la subdivisión predial, la que finalmente no

resultó necesaria para la aprobación y recepción final del

condominio.

Añade que el predio común de 25.680 metros cuadrados

tiene en su interior vialidades privadas que permiten el

acceso de los copropietarios a sus unidades, situación que

se mantuvo inalterable durante más de 10 años, época en que

la comunidad de copropietarios inició gestiones para

habilitar y desarrollar parte del predio común de su

propiedad, momento en el que reaparece la anterior

propietaria Ral Cayman Inc. Agencia Chile, la que pese a

haber enajenado la totalidad del predio, obtiene la

aprobación de una subdivisión predial abandonada y

caducada, en un predio que ya no le pertenecía por más de

10 años. En efecto, precisa que la obtención de parte de la

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desarrolladora del proyecto inmobiliaria del certificado de

recepción final N° 001/2007, de 28 de junio de 2007, es

claramente irregular.

Décimo: Que la sentencia recurrida reproduce

íntegramente la del juez a quo, y rechaza la demanda

deducida fundada en que del análisis de los medios de

prueba rendidos en juicio queda establecido que el terreno

denominado Lote N°3 del Sector C fue dividido mediante

loteo aprobado por la Dirección de Obras de la

Municipalidad demandada generándose dos lotes resultantes

uno denominado Lote 3-a de una superficie de 8.480 metros

cuadrados sobre el que se construyó el Condominio Minera

Cerro Colorado y el Lote 3-b de una superficie de 12.286

metros cuadrados.

Añade que del análisis de la legislación aplicable se

concluye que el urbanizador se encontraba sujeto a las

obligaciones a que se refiere la legislación urbanística y

en especial la obligación de efectuar las cesiones

gratuitas de las áreas verdes o vialidades contenidas en

los artículos 70 y 135 de la Ley General de Urbanismo y

Construcciones y que el certificado de recepción definitiva

N°1/2007 de 28 de junio de 2007, da cuenta que cumplió con

esas obligaciones.

En cuanto a los vicios de ilegalidad que afectarían al

mencionado certificado de recepción definitiva, y que alega

la demandante, sostiene que la declaración de nulidad de un

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acto administrativo es una materia que escapa de las

declaraciones que son propias de una acción de mera certeza

por lo que tal pretensión debió promoverse por cuerda

separada y antes del ejercicio de la acción de mera

certeza.

Undécimo: Que son relevantes para el análisis del

arbitrio, los siguientes antecedentes:

1.- Cada uno de los dueños de las unidades que forman

parte del Condominio Cerro Minera Colorado, adquirió el

dominio de éstas en virtud de diversas compraventas

celebradas a partir del año 1996 con la ejecutora del

proyecto inmobiliario denominada empresa Ral Cayman Inc.

Agencia Chile.

2.- El dominio del terreno en que se construyó el

condominio de una superficie total de 25.680 metros

cuadrados, se encontraba inscrito a fojas 756 N°1382 del

Registro de Propiedad del año 1995 del Conservador de

Bienes Raíces de Iquique, a nombre de la ejecutora del

proyecto inmobiliario.

3.- El Certificado N°964 de la Dirección de Obras

Municipales de Iquique de 22 de febrero de 1996, aprobó el

loteo con construcción simultánea del sitio N°3, Sector C,

generándose dos lotes, el Lote 3a de una superficie de

8.480 metros cuadrados y el lote 3b de una superficie de

12.286 metros cuadrados y una superficie de 4.914 metros

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cuadrados destinada a calles, áreas verdes públicas y

equipamiento.

4.- El Permiso de Edificación N° 43 de 22 de febrero

de 1996, autoriza la construcción de 10 edificios

habitacionales de 4 pisos cada uno, con una superficie

total de 5.342 metros cuadrados a construir sobre el lote

3a del plano de loteo aprobado.

5.- El Certificado N°1 de 28 de junio de 2007 de la

Dirección de Obras Municipales de Iquique, autoriza la

recepción definitiva de las obras de urbanización y

autoriza la transferencia a título gratuito efectuada por

la sociedad Ray Cayman Inc Agencia Chile a la Municipalidad

demandada, de una franja de terreno de una superficie de

3.294,44 metros cuadrados, provenientes del terreno de

mayor extensión que se encuentra inscrito a fojas 756

N°1382 del Registro de Propiedad del año 1995 del

Conservador de Bienes Raíces de Iquique, a nombre de la

sociedad antes mencionada.

Décimo segundo: Que para entrar al análisis del libelo

impugnatorio, debe tenerse presente que la acción deducida

por la demandante se encuentra encaminada a requerir de la

justicia ordinaria una declaración de mera certeza sobre la

real situación jurídica del lote de terreno en que se

encuentra construido el Condominio Minera Cerro Colorado y,

en consecuencia, un pronunciamiento sobre la validez del

Certificado de Recepción Final N°1 de 28 de junio 2007, de

ECQXFBQPXY
la Dirección de Obras de la Municipalidad de Iquique que

autoriza la subdivisión propuesta y entrega a la demandada

una franja de terreno para su uso público como calle.

Décimo tercero: Que según se ha entendido por la

doctrina y la jurisprudencia, la acción de mera certeza

“sólo puede tener por objeto la declaración de un derecho

que una parte estima asistirle, para evitar o componer un

litigio que le afecta o puede afectarle en el futuro,

agotándose la jurisdicción del Tribunal en la mera

declaración de certeza sin que pueda imponer una prestación

a la contraria” (C.S. Rol N°2.433-2015, Rol N°6.585-2007).

En consecuencia, se trata de una situación de

incertidumbre que afecta a la agraviada, que la autoriza a

exigir del órgano jurisdiccional -llamado precisamente a

declarar con fuerza legal el derecho aplicable-, se le

clarifique su esfera subjetiva, precisando su campo de

acción y los límites que la afectan, pronunciamiento que

únicamente podrá obtener mediante una acción declarativa de

derechos, requisitos que, por cierto, no se verifican en la

especie, toda vez que lo que se pretende por la actora es

una declaración del dominio, que según señala le asiste

sobre la totalidad del Lote 3 del Sector C en que se

construyó el Condominio y, por otra parte, requiere un

pronunciamiento del tribunal respecto de la válidez del

Certificado de Recepción N° 1 de 2007, que aprobó la

subdivisión del Lote 3 del Sector C y aprobó la cesión a

ECQXFBQPXY
título gratuito que la empresa Ral Cayman Inc. Agencia en

Chile efectuó a la Municipalidad demandada, objetivo que

por cierto no es propio de esta clase de acciones, razón

por la cual el recurso no podrá prosperar.

Décimo cuarto: Que sin perjuicio de lo expuesto,

cualquiera que sea la denominación que pueda otorgarse a la

acción deducida, es importante señalar que a la luz de lo

pedido por la actora, la declaración que sobre la materia

pudiera emitir un tribunal, necesariamente va a producir

efectos respecto de la empresa Ral Cayman Inc. Agencia

Chile, pues cualquier decisión sobre la materia requiere el

previo análisis de los contratos que fueron suscritos entre

los copropietarios del Condominio y la ejecutora del

proyecto inmobiliario, como asimismo de los permisos y

resoluciones administrativas que fueron obtenidas por esa

entidad, que no ha sido emplazada en autos. De esta forma,

determinar la validez del Certificado de Recepción

N°1/2007, supone necesariamente que se haya emplazado

válidamente al solicitante, toda vez que la circunstancia

que una decisión jurisdiccional pueda causar eventualmente

un perjuicio, en este caso, a quien participó en un

procedimiento administrativo, lo reviste de un interés

suficiente para que la jurisdicción pueda otorgarle tutela.

Décimo quinto: Que como lo ha sostenido esta Corte, es

indispensable precisar en función de la materia sometida a

la decisión del tribunal quiénes son los legítimos

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contradictores en un procedimiento judicial, puesto que la

sentencia que se dicte afectará a todos los concernidos con

la acción entablada.

“Tales premisas básicas y preliminares parten del

supuesto y de la necesidad de trabar una relación procesal

válida, toda vez que la vinculación jurídico procesal, para

ser eficiente, debe ser intentada por el titular del

derecho y en contra de quien o quienes se formule la

pretensión o interés, esto es, de quienes resulten ser los

obligados a soportar los efectos de la decisión. Es así que

se llama legitimatio ad causam la demostración de la

existencia de la calidad invocada, que es activa cuando se

refiere al actor y pasiva en lo concerniente al demandado.

Puede ocurrir que exista falta de legitimación o una

legitimación incompleta, como cuando al existir más de un

sujeto a quienes afecta la pretensión, la ausencia de

llamamiento de alguno de ellos a juicio deriva en la

exclusión del debate jurídico del omitido y la subsecuente

imposibilidad de imponer los efectos derivados de cualquier

pronunciamiento al que no ha sido emplazado. Entonces, es

menester llamar a juicio a todos los titulares pasivos de

la relación, que pudieran verse alcanzados por los efectos

de la sentencia que en aquél se dictare”. (C.S. Roles N°

5982-2017 y N° 88.987-2016).

Décimo sexto: Que como se dijo, sin perjuicio de la

denominación o naturaleza de la acción deducida, la

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pretensión de la parte demandante necesariamente debe

dirigirse no sólo en contra de la Municipalidad demandada,

sino que también respecto de la empresa Ral Cayman Inc.

Agencia Chile, a fin que ésta pueda ejercer la

correspondiente defensa de sus derechos, pues resulta claro

que la demanda debe ser dirigida tanto contra la autoridad

que emitió el acto como contra las personas cuyos derechos

o intereses pudieren quedar afectados por las pretensiones

del demandante.

“Si falta alguno de ellos, la relación procesal será

defectuosa y el juez no podrá entrar a pronunciarse sobre

el fondo del asunto”.

(C.S. Roles N° 30.323-20.144 y N° 26.704-2014).

Esta Corte en numerosas sentencias ha establecido que

para la eficacia del proceso se requiere de la existencia

de supuestos procesales que constituyen litisconsorcio

pasivo necesario. (C.S. Roles N° 5242-2003; N°8.950-2009;

N° 22.615-2014; N° 26.704-2014; N° 30.323-2014 y N°

9.699-2015).

Décimo séptimo: Que así las cosas, atendido lo

expuesto, el recurso intentado en estos autos deberá ser

desestimado.

Y de conformidad, además, con lo que disponen los

artículos 764, 765, 767 del Código de Procedimiento Civil,

se declara que se rechaza el recurso de casación en el

fondo interpuesto en lo principal de la presentación de

ECQXFBQPXY
fojas 262, contra la sentencia de veintidós de marzo de dos

mil diecisiete, escrita a fojas 261.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción a cargo de la Ministro Sra. Sandoval.

Rol Nº 16.783-2017.

Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema


integrada por los Ministros Sr. Sergio Muñoz G., Sra. Rosa
Egnem S., Sra. María Eugenia Sandoval G., Sr. Carlos
Aránguiz Z. y Sr. Arturo Prado P. Santiago, 03 de mayo de
2018.

SERGIO MANUEL MUÑOZ GAJARDO ROSA DEL CARMEN EGNEM SALDIAS


MINISTRO MINISTRA
Fecha: 03/05/2018 10:52:55 Fecha: 03/05/2018 12:21:32

MARIA EUGENIA SANDOVAL GOUET CARLOS RAMON ARANGUIZ ZUÑIGA


MINISTRA MINISTRO
Fecha: 03/05/2018 10:52:56 Fecha: 03/05/2018 10:44:57

ARTURO JOSE PRADO PUGA


MINISTRO
Fecha: 03/05/2018 10:44:58

ECQXFBQPXY
Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte Suprema

JORGE EDUARDO SAEZ MARTIN


MINISTRO DE FE
Fecha: 03/05/2018 13:11:10

En Santiago, a tres de mayo de dos mil dieciocho, notifiqué en Secretaría por


el Estado Diario la resolución precedente.

JORGE EDUARDO SAEZ MARTIN


MINISTRO DE FE
Fecha: 03/05/2018 13:11:11

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
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