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Introducción

El desarrollo del ser humano no viene solo de la práctica habitual de la ciencia generándole
conocimientos, sino, que el arte con su construcción, ha ido contribuyendo con razonables y
perceptivas ideas para ese desarrollo. El arte y la ciencia han estado alejadas una de la otra,
aunque, han proporcionado conocimientos desde espacios diferentes, ahora en la actualidad, se
encuentran separadas por razones que desconocemos, pese a que en la antigüedad salieron desde
una misma matriz (la techné griega), si en tiempos antiguos estaban estrechamente ligadas en sus
prácticas, por qué hoy esas mismas prácticas las ponen en posiciones opuestas.

La investigación artística es un espacio relativamente nuevo de reflexión sobre y desde el ámbito


artístico. Se encuentra enmarcada dentro de los límites académicos de las universidades y los
centros de investigación, sin embargo, mantiene una pretendida independencia y autonomía,
debido principalmente a su relación ambigua con el ámbito científico. Esta relación entre el arte
y la ciencia, define algunas prácticas específicas de la investigación artística, pero a la vez excluye
otras, poco sistemáticas y, por ende, poco confiables. De todas formas, es el desarrollo de esta
relación lo que define la importancia de la investigación artística.

La relación entre el arte y ciencia

Las artes, entendidas como sistemas racionales de reglas o como un conjunto de métodos
específicos dispuestos de manera sistemática, se organizaron en función de la inclusión de
actividades que en la actualidad podrían denominarse como artesanales (oficios y actividades de
carácter manual) y de otras actividades distintas que podrían relacionarse con lo que
posteriormente se considerarían como ciencia.

Las distintas clasificaciones de las artes catalogaron las diferentes disciplinas según criterios en
extremo diversos. Así, se clasificaron según sus objetivos (placer o utilidad), según su relación
con la realidad (objeto o imitación), según el tipo de esfuerzo realizado (artes liberales o artes
vulgares), según sus productos resultantes (artes teóricas o artes prácticas), según su “valor” (artes
mayores o artes menores), y según su nivel de espiritualidad (desde las artes que producen objetos
físicos, hasta las artes puramente intelectuales) (Tatarkiewickz, 2001, p.85). Sin embargo, no
todas las clasificaciones perduraron a través del tiempo, únicamente trascendieron las que se
encontraban definidas por sus objetivos las artes que producían placer o las que tenían algún tipo
de utilidad, las que se encontraban definidas por el tipo de esfuerzo realizado, las artes liberales
que podían ser practicadas por hombres libres, y las artes vulgares practicadas por el pueblo, las
mujeres o los esclavos (Shiner, 2004, p.57).

Esta estrecha relación entre el arte y la ciencia empieza a fragmentarse a partir del siglo XVIII.
Las artes se separan de las prácticas artesanales, y las ciencias se separan de la clasificación de
las artes. La configuración de las prácticas y disciplinas que permitían llamar a una actividad
“arte” y suponía brindar un prestigio similar al que en la actualidad se determina como condición
“científica”, empieza a transformarse hacia nuevas formas de configuración.

Conclusión

En base a esta investigación se puede decir que la relación entre ciencia y arte desemboca en un
proceso denominado como investigación artística. Un proceso que se enmarca dentro de los
límites de la práctica de la investigación científica (sistematización, orden y control), manteniendo
ciertas características propias del ámbito de las artes, como su necesidad de trabajo con el ingenio
y la imaginación del talento original de cada artista, mientras se sostiene fija a un conjunto de
reglas establecidas previamente, por otro lado, la investigación basada en la práctica de las artes,
presenta nuevas direcciones cognoscitivas para producir conocimiento en áreas innovadoras
dentro de las producciones culturales y la práctica creativa. Es primordial combatir los primitivos
prejuicios hacia los enfoques individuales dentro de las humanidades y despertar el interés de los
investigadores para ampliar el abanico de posibilidades metodológicas que se dan dentro de los
establecimientos de enseñanza de las artes dentro de todo el territorio ecuatoriano. Además, como
futuros profesionales, es importante abrir nuestra mente hacia los nuevos modelos de pensamiento
y directrices en investigación educativa en las artes, de otro modo estaríamos volviendo obsoletas
tanto la creación cultural como la investigación en estas disciplinas.

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