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1. ¿Qué es la ética?

Es una disciplina de la filosofía que estudia el comportamiento humano y su relación


con las nociones del bien y del mal, los preceptos morales, el deber, la felicidad y el
bienestar común. Se ocupa de la moralidad, cualidad que se refiere a los actos
humanos que se realizan con libertad en relación al último fin y, en consecuencia,
determina un acto como bueno o malo, no extensible a los actos no libres, las que
implican conocimiento del fin y voluntariedad en su aceptación y en la ordenación
de los actos hacia él.
Por ello, en el lenguaje común la ética también puede ser entendida como el sistema
de valores que guía y orienta el comportamiento humano hacia el bien.

2. Desarrolla el tema: El bien moral


1. La naturaleza humana
Corresponde a las acciones de la naturaleza humana, es la esencia de un
ente. En ese sentido, podemos decir que es un modo de ser determinado, la
naturaleza puede ser considerada también como una constitución operativa:
un principio de operaciones que realiza un modo de obrar propio y
característico, también se puede entender como sinónimo de proceso y, por
lo tanto, algo dinámico; por ello decimos que cada ente tiene su propia
naturaleza y su peculiar desarrollo específico.
Por eso, el bien del hombre reside fundamentalmente en la rectitud de su
obrar, es decir, en que su conducta se encamine a la correcta perfección del
sujeto humano; aunque todo hombre es bueno por el mero hecho de ser, sin
embargo, diremos que unos hombres son buenos y otros son malos si dirigen
sus actos al bien debido o no los dirigen a éste.
2. El bien moral
Es aquello que nos permite perfeccionar nuestra naturaleza y conseguir
nuestro fin último, son acciones libres que conducen al hombre. Desde la
perspectiva antropológica podría afirmarse que el bien moral de una acción
es tal si resulta de acuerdo con la especifica naturaleza del hombre
considerada en orden a su fin último.
El bien en el hombre adquiere la dimensión moral, porque el hombre es libre,
de tal manera que la obtención de su bien es causada por su libre
autodeterminación. Por eso, el hombre no es conducido necesariamente a
sus fines, sino que los conoce como bienes morales que debe alcanzar y
según los cuales debe conducir su vida, aunque a veces no lo haga.

3. Desarrolla sobre el tema: ¿Qué es el mal?


1. Noción de mal
El mal es un no ser, carencia del ser, es decir, no es sustancia, pues si así
fuera se presentarías dos situaciones: si lo fuera estaríamos hablando de una
substancia incorruptible, sinónimo de un gran bien o una substancia
corruptible, por lo cual el bien en cuestión no podría entrar al campo de lo
corruptible. Es importante comentar que porque el mal es no ser no estaría
Dios como su autor, pues nació de la nada y, en consecuencia, la divinidad
no es ser de la nada. “Siendo Dios bueno, como tú sabes o crees y
ciertamente no es lícito creer lo contrario, es claro que no puede hacer el mal”
nos dice al respecto en su obra “Del libre albedrío”.
Por lo tanto, el mal no es una esencia o naturaleza, ya que ésta no es la
causa de la privación, sino que la esencia es el principio de lo que se posee.
Ahora bien, el mal no está en el aire, y, en consecuencia, debemos afirmar
que el mal está sustentado por el bien, ya que la privación del bien debido se
apoya en algo bueno.
2. División del mal
2.1. El mal físico
Podemos definirlo como la privación de un bien debido a la naturaleza
corpórea del individuo lo podemos considerar como mal en sentido
impropio, pues no constituye un desorden respecto del último fin. En
los seres irracionales hay que tener en cuenta el bien de la especie y
del Universo. Por lo tanto, que un animal devore a otro es un mal
relativo, pues esto es necesario para mantener la armonía entre las
especies.
2.2. El mal moral
También es llamado pecado la ofensa hecha a Dios, Creador y Fin
último del hombre, y que se concreta en la libre transgresión del ser
racional de las exigencias de la naturaleza que constituyen el orden al
último fin.
Como puede verse, éste es el único y verdadero mal, ya que supone
la pérdida del fin último, es decir, la privación del verdadero bien. Por
lo tanto, el mal moral, al desviar al hombre del último fin, le hace a éste
malo en sentido absoluto, mientras que el mal físico solamente le hace
malo en sentido restringido.
3. la causa del mal
El mal es una privación, y por lo tanto no tiene una entidad positiva. En
consecuencia, el mal no tiene una causa, es decir, no tiene una causa que
directamente lo produzca.
4. Sobre la felicidad humana desarrolla:
1. Fin último y felicidad
Boecio la define como «un estado perfecto hecho por la reunión de todas las
cosas buenas», y santo Tomás la define como «el bien perfecto que adormece
por completo el apetito». De un modo más amplio podríamos definir la
felicidad como «la obtención estable y perpetua del bien totalmente perfecto,
amable por sí mismo, que sacia todas las exigencias de la naturaleza humana
y colma todos sus deseos». Por eso, podemos decir que la felicidad es lo
mismo que conseguir el fin último y perfecto, ya que después de su
consecución no queda nada por desear.
2. La felicidad humana
2.1. La felicidad natural
Es la que experimentamos cuando conseguimos lo que queremos,
sería un conocimiento y amor natural muy perfecto de Dios, situación
que se daría al separarse el alma del cuerpo y el conocimiento que
tendría el hombre de Dios le saciaría por completo, aunque su
conocimiento sería, por analogía, más perfecto que el de esta vida
2.1. La felicidad sobrenatural
Que se realiza en la vida eterna y se consigue exclusivamente con la
ayuda de la gracia de Dios, consistirá en una posesión perfectísima
de Dios a la que seguirá un gozo y un amor que aquieten totalmente
la voluntad, muy por encima de lo que sólo se podría conseguir con
las fuerzas naturales.

Referencias
Avendaño, F. O. (2007). LA FELICIDAD ES EL FIN ÚLTIMO EN LA VIDA HUMANA: Una aportación de
Santo Tomás de Aquino. Obtenido de
https://espirituyvidaofm.wordpress.com/2018/06/29/la-felicidad-es-el-fin-ultimo-en-la-
vida-humana-una-aportacion-de-santo-tomas-de-aquino/
Rodríguez Luño, A., Ética. Eunsa. Pamplona, 1982. Especialmente pp. 17, 18, 31-35, 37-43,
49-53, 59-61, 6570, 71-75, 81-85, 87-91, 93, 94, 99-105, 119, 120, 131, 132, 140-142.
Ortiz de Landázuri, C., y Burriel, J. A., Filosofía. Magisterio Español. Madrid, 1977.

San Agustín de Hipona, Del libre Albedrío, libro I, capítulo II, parágrafos 334 en Los Filósofos
Medievales, selección de textos de Clemente Fernández, Filosofía Patriótica y Filosofía Árabe
y Judía, Editorial Católica, Madrid

González Pascual, El problema teológico del libre albedrío: San Agustín, Apuntes de Filosofía,
Escuela de Artes y Superior de Diseño de Orihuela, Alicante España, 29 octubre 2009,
http://pascualgc.com/archivo/01_libre-albedrio-2.htm

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