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La etapa del adulto mayor es la última etapa del desarrollo que experimenta una persona,
comprendida desde los 60 años hasta su fallecimiento; en esta etapa la persona atraviesa por
un proceso de reflexión y él tendrá definida su personalidad según como se desarrolló en las
anteriores etapas. En este periodo la persona teme por volverse dependiente.
En esta etapa el adulto en la mayoría de los casos se debilita física y anímicamente, sus
energías se ven mermadas y esto hace que empiece a subsistir el miedo de volverse
dependiente; se observa también que se empiezan un proceso de reflexión y comienza a
contemplar su vida como un conjunto que lo lleva a evaluar la manera como ha vivido su vida
(Rage, 1997).
Además, se podría decir que otro factor que subyace en la depresión de los adultos mayores
es que esta etapa representa un reconocimiento claro de la muerte venidera y una separación
final del hogar y de las posesiones de toda una vida.
Podemos decir que las necesidades más comunes desde la psicología es la puesta en
marcha de programas de intervención que apunten a la mejor la salud mental, se puede
afirmar que la implementación de un programa cognitivo-conductual, dirigido a adultos
mayores, influía en los cambios de variables psicológicas, como la ansiedad, la ira y la
solución de problemas en pacientes hipertensos contribuyendo a la disminución en los niveles
de presión arterial (Miguel Tobal, Cano-Vindel, Casado & Escalona, 1994)
La capacidad cognitiva del adulto mayor, como una entidad única en el ser humano, tiene
manifestaciones diferentes de declinación, tanto en la memoria, el lenguaje, abstracción y en
las funciones ejecutivas (Zec, 1995). (Puig 2000), los hechos experienciales que ha vivido un
adulto mayor guardan una relación muy estrecha con la declinación cognitiva. Por ejemplo,
una educación muy pobre, la presencia de alguna fragilidad patológica, la desmotivación y
hasta sus propias creencias, pueden interferir en la adecuada manifestación de las funciones
intelectuales.
La educación puede trabajar de la mano con la psicología en lo referente que puede diseñar
una pedagogía que se enfoque a fortalecer la salud mental del adulto mayor y puede hacer
que aquellas situaciones y necesidades que afligen a la persona como lo son sus recuerdos,
el miedo al abandono, dependencia o la muerte, entre otros sean cauterizados por la persona
para atravesar esta etapa de una manera más tranquila en la que pueda ser feliz y se sienta
útil para la sociedad, en este sentido el rol de la pedagogía y la educación se convierte en una
necesidad primordial para las personas en esta etapa.
Referencias: