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Adiestramiento canino cognitivo-emocional

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Este aviso fue puesto el 12 de febrero de 2015.

El adiestramiento canino1 cognitivo-emocional es un conjunto de desarrollos


teóricos y protocolos de trabajo del adiestrador canino español Carlos Alfonso López
García.2 El método busca el aprendizaje y ejecución de destrezas en el perro de
acuerdo con las siguientes premisas:

 Los perros aprenden y generan conductas mediante una amplia gama de procesos.
Centrar las técnicas de trabajo en un subconjunto de éstos es limitar las
capacidades del perro y los resultados del adiestramiento.
 Diferenciar y manejar según el momento los procesos de aprendizaje de nuevas
conductas, la gestión de la emoción y de la motivación, así como los procesos de
mantenimiento de conductas ya conocidas, con modelado de pautas epigenéticas y
procesos de aprendizaje experto.
 El perro es capaz de generar conducta mediante motores individuales (también
llamados egoístas), que le aportan un beneficio directo como puedan ser los
procesos de condicionamiento o los de solución de problemas, pero también pueden
motorizar conductas por motivaciones sociales como puedan ser el afecto o la
adopción de estrategias de equipo, que además del individual consiguen un
beneficio para el grupo social y mejoran la integración armónica del individuo dentro
de dicho grupo social, lo que debe ser aprovechado por un trabajo que busque
aunar educación y adiestramiento.

Índice

 1Historia
 2Desarrollos teóricos

[5]
3Las cuatro dimensiones
 4Introducción, etapas, fases y objetivos del adiestramiento cognitivo
o 4.1Primera etapa: Aprendizaje
o 4.2Segunda etapa: Integración social
o 4.3Tercera etapa: Aprendizaje experto
 5Referencias
 6Bibliografía

Historia[editar]
Desde los años sesenta la mayoría de los sistemas de adiestramiento se planificaban
tomando en cuenta los procesos de condicionamiento o planteamientos
de etología clásica, analizando las pautas sociales del lobo y trasladándolas
directamente al perro.
Aunque estos planteamientos teóricos permiten adiestramientos eficaces en la mayoría
de los casos, al aumentar progresivamente el nivel de exigencia de los adiestramientos
más especializados empieza a ser insuficiente el desarrollo de técnicas basadas en
estas premisas y se va haciendo patente la necesidad de un cambio de paradigma que
incorpore los nuevos conceptos sobre conducta y aprendizaje que la etología,
la psicología y la neurología han descubierto.
El precursor del adiestramiento cognitivo-emocional es el psicólogo y especialista en
adiestramiento de perros-guía inglés Bruce Johnston, autor de los libros The skilful mind
of the guide dog (Lennard, 1990) y Harnessing thought (Lennard, 1995), en los que
plantea las mejoras que se pueden obtener en el perro-guía a través de un
adiestramiento que, en lugar de basarse en condicionamiento, consiga que el perro
genere esquemas de trabajo, consiguiendo así un aprendizaje comprensivo mucho más
eficaz y fiable.3
En la mitad de los años noventa el adiestrador español Carlos Alfonso López formó un
equipo multidisciplinario para encontrar aplicaciones prácticas de las actualizaciones
teóricas de la psicología cognitiva y de los enfoques evolutivo, ecológico y cognitivo de
la etología más avanzada de su momento. Tras diez años de estudio y trabajo de
campo publicó Adiestramiento canino cognitivo-emocional (Díaz de Santos, 2005),
donde se recogen las conclusiones y protocolos de adiestramiento desarrollado por su
equipo.
En 2014, la empresa EDUCAN, de la que Carlos Alfonso López es director técnico,
firmó un acuerdo de colaboración con Dognition, una empresa perteneciente a la
Universidad de Duke (EE. UU.), dedicada a la investigación en cognición animal, para el
desarrollo de tecnología del comportamiento usando como base las últimas
investigaciones científicas.
En 2014 Carlos Alfonso López publicó un nuevo libro Tu perro piensa y te quiere,
entrenar perros no es cómo te lo habían contado y pasa a ser el primer libro de habla
hispana sobre entrenamiento de perros que supera una revisión a mayores por una
revista científica (Ciencia Cognitiva), gracias a las más de 3000 referencias
bibliográficas. Es por esto que en la actualidad los protocolos de trabajo cognitivo-
emocional se consideran los más actualizados dado su carácter integrador como
método de entrenamiento.

Desarrollos teóricos[editar]
Actualmente se sabe que los procesos de condicionamiento, siendo muy importantes,
no son los únicos mecanismos de aprendizaje del perro. La etología cognitiva ha
demostrado la existencia de múltiples formas de aprendizaje cognitivo (y con ello
comprensivo) del perro, como la expectativa, la resolución de problemas, la toma de
decisiones o el aprendizaje de conceptos. Por todo lo expuesto el adiestramiento
cognitivo-emocional postula que el aprendizaje conseguido en un proceso de
adiestramiento ha de ser comprensivo, conseguido a través del aprovechamiento de los
procesos antedichos. El aprendizaje conseguido exclusivamente mediante procesos de
condicionamiento se considera insuficiente y limitado.
La conducta voluntaria está fuertemente influida por las emociones presentes en cada
momento, pudiendo llegar la emoción a dirigir la conducta del perro en momentos de
máxima intensidad. Al ser involuntaria la presencia de emociones un adiestramiento
que no enseña al perro a gestionar su conducta emocional será ineficaz cuando el nivel
de las emociones sea muy alto. El adiestramiento cognitivo-emocional implica preparar
al perro para manejarse correctamente a niveles emocionales altos.4
El perro es un animal social que posee por ello una serie de características específicas
destinadas a la realización de conductas coordinadas dentro de dicho contexto
social. El perro debe llevar a cabo las conductas ya aprendidas por motivaciones
sociales como el afecto, la facilitación social o la consecución de metas sociales, y no
por motivaciones puramente individuales como la consecución de refuerzos de comida
ni la evitación o escape de refuerzos negativos, como collares de presión o impulsos.
Esto permitirá y potenciará el trabajo en equipo del perro y su guía.
En los adiestramientos de máxima especialización, como puedan ser aquellos
destinados a labores de ayuda, así como los orientados a la competición deportiva, se
conseguirá la excelencia a través de los procesos asociados al aprendizaje experto:
desarrollo de criterio y capacidad de autoevaluación, así como de refuerzo intrínseco
del perro. La excelencia y afinado de los adiestramientos de máxima especialización no
deben ser conseguidos principalmente por procesos de condicionamiento dependiente
de refuerzos externos.

Las cuatro dimensiones5[editar]


Según el enfoque cognitivo-emocional   se tienen en cuenta muchos factores, que se
podrían resumir en 4 preguntas o dimensiones.

1. Dimensión Física: ¿Qué conducta hace el perro?


2. Dimensión Emocional: ¿Qué siente el perro?
3. Dimensión Cognitiva: ¿Qué piensa o cual es el objetivo mental del perro?
4. Dimensión Social: ¿Cuál es la relación del perro con su entorno social?
Las cuatro dimensiones interaccionan constantemente y de ahí surge una comprensión
mucho más amplia de la psicología del perro
Un ejemplo: un perro que ladra constantemente puede estar haciéndolo, entre otras
razones, porque:

 Ha aprendido a hacerlo por asociación a una situación o señal


 Ladra con un objetivo en mente, que se cumplirá si ladra
 Se siente emocionalmente inestable y expresa su nerviosismo con el ladrido
 Amenaza o avisa a alguien que lo está intimidando
 Todo lo anterior a la vez
Introducción, etapas, fases y objetivos del adiestramiento
cognitivo[editar]
En el ámbito del perro existen muchas necesidades diferentes de las de otras
especialidades de adiestramiento. La gran dificultad del adiestramiento canino se
encuentra en la puesta en práctica de dichos aprendizajes. Por ello, principalmente, se
debe conocer antes cómo funciona el pensamiento del perro y cómo trabajar con él.
Al comenzar el adiestramiento, se debe facilitar una gran seguridad al perro. Por otro
lado, el perro debe saber que su enseñanza es obligatoria pero positiva para su
desarrollo. La corrección de las conductas es la parte principal de la instrucción. No sólo
se debe desaparecer la conducta, sino la causa que la ha generado.
La consecución del aprendizaje de acciones, educación del perro y construcción de la
relación afectiva sana entre este y su guía puede llevarse a cabo de diferentes
maneras, como lo prueba el hecho de que existan perros perfectamente educados a
través de distintos métodos y técnicas.
El adiestramiento cognitivo-emocional propone un protocolo de trabajo dividiendo el
proceso según el trabajo a realizar en cada momento del aprendizaje. Esto permite
conocer bien los objetivos y realizar una evaluación de la consistencia del
adiestramiento y la comprensión del perro en cada momento.
Primera etapa: Aprendizaje[editar]
En esta etapa el perro debe aprender las acciones que se le solicitarán, aunque este
sea el principal objetivo de esta fase, se logra de manera simultánea con la educación y
la relación afectiva.
Esta etapa está dividida en dos fases:
Fase de aprendizaje mecánico:

 Motor principal de conducta: Condicionamiento operante.


 Motores secundarios de conducta: Aprendizaje asociativo, condicionamiento
operante, condicionamiento clásico, afecto.
 Objetivos de adiestramiento:

1. Asociación del estado emocional al adiestramiento


2. Asociación mecánica del comando con la acción a realizar
3. Aprender la primera norma general sobre cómo conseguir sus objetivos que
implica dejarse guiar a una conducta
4. Aprender el comando de confirmación
5. Aprender el comando de liberación
6. Aprendizaje de la segunda norma general de adiestramiento que es estabilizar la
conducta aprendida.
7. Buena forma de la acción enseñada.

 Objetivos educacionales:
1. Aprender a atender las indicaciones del guía de confirmación y liberación.
Conexión del adiestramiento con el guía a través de estos comandos.
2. Aprender a consultar al guía para terminar un trabajo.
3. Autocontrol al tener que sujetarse y estabilizar la conducta hasta la liberación.
4. Aprender a posponer la metas instintivas al momento socialmente correcto
(indicación del guía).
5. Entreno de la empatía con el tono de los comandos
6. Entreno del trabajo en equipo con metas sociales al jugar con el perro al liberar.
7. Aprender a generar conducta y consultar al guía para conseguir objetivos, en
positivo y en negativo.
Fase de aprendizaje comprensivo:

 Motor principal de conducta: Resolución de problemas.


 Motores secundarios de conducta: Afecto, condicionamiento clásico.
 Objetivos de adiestramiento:

1. Comprensión del ejercicio a través de plantearlo como un problema.


2. Implicación del perro en ser proactivo durante el adiestramiento.
3. Aprendizaje y entreno del comando “Opción incorrecta”.
4. Entreno de la capacidad de solucionar problemas y con ello de gestionar
correctamente el estrés.
5. Implicación del perro en el adiestramiento.

 Objetivos educacionales:

1. Entreno de la percepción de señales graduadas por parte del guía, a través de


los diferentes tonos de los comandos de confirmación y opción incorrecta.
2. Generación de criterio y voluntad de acierto al plantearle que pruebe opciones.
3. Entreno de la empatía a través de informaciones del guía muy diferentes.
Protocolo de trabajo: Se ofrece al perro algo de su interés y se le pide, a través del
comando correspondiente, que ejecute una acción ya aprendida en la fase mecánica de
manera que tenga que alejarse de su meta para realizarlo. Si el perro intenta otras
conductas u ofrece la conducta deseada de forma inestable o incompleta, se aplica el
comando de opción incorrecta de forma amigable, para informarle de que la opción
elegida es errada. Cuando el perro realiza la conducta de forma estable y correcta se le
confirma con el comando de confirmación, alcanza su meta y se le libera con el
comando de liberación.
Segunda etapa: Integración social[editar]
 Motor de conducta principal: Afecto.
 Motores de conducta secundarios: Condicionamiento clásico.
 Objetivos adiestramiento:
1. Buscar el estado emocional correcto para la integración social de las acciones ya
entrenadas, muy importante pues el cambio de etapa puede afectar al estado
emocional construido previamente.
2. Mantener una ejecución correcta de la acción ya aprendida.
3. Mantener la estabilidad de la acción.

 Objetivos educacionales:

1. Integrar el aprendizaje en la relación social, convertirlo en un objetivo de equipo.


2. Construir en el perro la visión del adiestramiento como un trabajo y no como el
contexto donde satisfacer metas egoístas.
3. Entreno de la asunción de la responsabilidad del perro en las acciones
solicitadas en un contexto social.
4. Potenciación del componente social en la ejecución de conductas ya aprendidas.
Protocolo de trabajo: Se eliminan los refuerzos externos y se solicita al perro que
ejecute el comando ya aprendido: las primeras veces el perro realizará la acción por la
expectativa de refuerzo, cuando lo haga recibirá una única recompensa afectiva (una
caricia, un poco de juego pero sin juguetes). A partir de un momento dado el perro
extinguirá la expectativa de refuerzo, al hacerlo pueden suceder dos cosas: el perro
deja de ejecutar la acción aprendida, el perro sigue ejecutando la acción aprendida pero
con un estado emocional confuso.
Si el perro deja de ejecutar la acción el guía mostrará enfado y le dará una corrección
social adecuada a su carácter y edad, esta corrección no debe ser sorprendente.
Cuando el perro finalmente ejecuta suele encontrarse en el otro caso: un estado
emocional confuso.
El principal riesgo durante esta fase es la fijación de dicho estado de confusión en el
perro, empeorando sus resultados y pudiendo llegar a mostrar desorientación o incluso
ansiedad. Para evitar que suceda se debe ofrecer al perro una actividad social activa y
positiva tras la sesión, como puede ser jugar a lanzar y traer. Es importante que dicha
actividad no aparezca de forma rápida tras la ejecución de un comando, debe aparecer
tras liberar al perro al final de la sesión (una sesión puede consistir en una sola acción),
el objetivo es realizar una actividad conjunta divertida como premio social por haber
obedecido y cumplido su obligación que nos permita mantener un estado emocional
activo y positivo en el perro. En definitiva, el pilar principal de la etapa de integración
social se basa en el afecto hacia el perro y el condicionamiento clásico, y tiene como
objetivo alcanzar un estado emocional adecuado en el perro para que desarrolle la
acción en sociedad.6
Tercera etapa: Aprendizaje experto[editar]
 Motor principal de conducta: Aprendizaje experto.
 Motores secundarios: Solución de problemas, condicionamiento operante, afecto.
 Objetivos de adiestramiento:
1. Activar y aprovechar las capacidades de auto-evaluación y refuerzo intrínseco
del perro en el contexto del adestramiento.
2. Conseguir la máxima implicación del perro en la mejora de las destrezas
entrenadas.
3. Asunción del perro de un máximo de responsabilidad en el trabajo.
4. Conseguir que el fin del perro al trabajar sea disfrutar haciendo bien su trabajo
5. Afinar al máximo el criterio del perro para que se convierta en un colaborador
eficaz del guía en la solución de situaciones ambiguas.

 Objetivos educacionales:

1. Mantener abiertos la canales de comunicación social entre el perro y el guía


durante la ejecución experta.
2. Construir un equipo con responsabilidades definidas que funciona en sinergia.
3. Conseguir que el perro desee que el equipo actúe de forma coordinada.
Protocolo de trabajo: Un entrenamiento experto requiere un perro que lleve largo
tiempo ejecutando correctamente el adiestramiento deseado y que entrene con
regularidad en la fase de integración social. Aunque es estimado, se puede considerar
que la mayoría de los perros están preparados para pasar a esta fase tras dos años de
trabajo eficaz.
No debe intentarse pasar a esta fase a perros demasiado pronto ni a aquellos que
llevan largo tiempo sin entrenar: intentarlo solo conseguirá empeorar el nivel de
adiestramiento del animal. La construcción de un experto requiere que el adiestramiento
sea realizado en estados emocionales que generan actividad en el perro.
Habrá dos tipos de sesiones de entreno base para construir y hacer avanzar a un perro
experto:
1) Sesiones de ajuste y mejora de conductas concretas
Estas sesiones tienen como objetivo el ajuste de precisión y velocidad de cada
conducta producto del aprendizaje que el perro ya conoce, comprende y obedece.
También busca facilitar la activación emocional deseada en las sesiones de entreno de
secuencias complejas y entrenar la auto-evaluación.
2) Sesiones de entreno de secuencias complejas con un objetivo único
El objeto de estas sesiones es que el perro vea la realización de varios trabajos como
necesaria para alcanzar un fin deseado. Implicándose con ello en realizar
correctamente cada etapa de la secuencia para poder continuar hacia el fin deseado,
entrenando así la auto-corrección.
El perro debe ver en la actividad a realizar una meta de interés o la puerta de acceso a
una actividad social deseada (p. ej: juego con el guía). Para mantener el trabajo de
equipo será necesario que un porcentaje alto de esta meta global sea social o bien que
el perro necesite indicaciones (no instrucciones precisas) del guía para la consecución
del objetivo.
Durante los entrenos de secuencias se debe ser tolerante con las incorrecciones que el
perro cometa en conductas concretas debido a fallos en las fases iniciales del
adiestramiento.
El perro debe evaluar y afirmar cada conducta que genere dentro de una sesión para
poder continuar hasta el final de dicha sesión, sin esto se puede caer en construir un
sencillo encadenamiento de conductas.

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