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La depresión es una alteración del humor en la que destaca un ánimo deprimido, falta de energía y/o pérdida de

interés, o de la capacidad para disfrutar u obtener placer (anhedonia), que afecta la vida de la persona, durante la
mayor parte del día y durante al menos dos semanas. En el caso de la población infantil, la clínica es dependiente de
la etapa de desarrollo y sus expresiones particulares son: Trastornos de conducta, deterioro escolar, quejas
somáticas y ánimo disfórico. A partir de aquí nos referiremos a la d

Dentro de los factores ambientales se describe: vivir con un solo padre o con otras personas (no
padres), experiencias de pérdida

El diagnóstico de un episodio depresivo mayor (EDM) es clínico y se realiza mediante una completa
anamnesis y una exploración acuciosa del estado mental del niño o adolescente. Los criterios para
diagnosticar un EDM se presentan en la tabla 1.

Criterios DSM V

 Cinco o más de los síntomas siguientes, presentes durante las últimas dos semanas y que
representen un cambio al funcionamiento previo; Al menos uno de los síntomas es (1) Ánimo bajo
(disforia) o (2) Pérdida del interés o de placer (anhedonia).
 Animo bajo la mayor parte del día, casi todos los días, ya sea por reporte subjetivo u observado por
otros. En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable.
 Disminución importante del interés o placer en casi todas, de las actividades todo el día, casi todos
los días.
 Baja significativa de peso sin dieta o aumento de peso (5% de cambio) o cambios en el apetito casi
todos los días. En niños considerar el fracaso para el aumento de peso esperado.
 Insomnio o hipersomnia casi todos los dias.
 Agitación o retardo psicomotor casi todos los días.
 Fatigabilidad o perdida de energía casi todos los dias.
 Sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesiva, casi todos los dias.
 Disminución de la capacidad para concentrarse, casi todos los días.
 Pensamientos recurrentes de muerte (no solo miedo a morir), ideación suicida recurrente sin plan
específico o intento suicida o plan específico para cometer suicidio.
 Los síntomas causan molestias clínicamente significativo o deterioro en las funciones sociales,
ocupacionales, u otras áreas importantes del funcionamiento.
 El episodio no es atribuible a los efectos de sustancias u otra condición médica.
 La ocurrencia de este episodio no se explica mejor por un trastorno esquizo afectivo, esquizofrenia,
trastorno esquizoide, alucinaciones u otro trastorno especificado o no del espectro esquizoide y otros
trastornos psicóticos.
 Nunca ha presentado un episodio maniaco o hipomaniaco, no relacionado al uso de sustancias.

SEVERIDAD DEL CUADRO

Estimar la severidad de un episodio depresivo permite optimizar la elección de un


tratamiento, planificar el seguimiento más adecuado y establecer un pronóstico.
En la tabla 2, se resumen los criterios de severidad para un EDM.

Tabla 2: Criterios de severidad de un EDM

LEVE MODERADO SEVERO

Más de 7 síntomas.
5 síntomas (al menos uno 6-7 síntomas (al menos uno
disforia o anhedonia). disforia o anhedonia).
Puede acompañarse de alucinaciones,
delirios y riesgo suicida.
Impacto leve en el Mayor dificultad en el
funcionamiento. funcionamiento.
Impacto grave en funcionamiento.

TRATAMIENTO

Una vez realizado el diagnóstico y evaluado la severidad del cuadro, hay que tener en cuenta que
según guías nacionales e internacionales los EDM leves y moderados son de manejo en Atención
Primaria y los severos de manejo de especialista.

El tratamiento de elección para el episodio leve es la psicoterapia, la terapia cognitivo conductual


(TCC) y la terapia interpersonal (TIP); mientras que para el episodio moderado se sugiere el uso de
psicoterapia con farmacoterapia (terapia combinada). En ese grupo los inhibidores selectivos de la
recaptación de la serotonina (ISRS), entre ellos la fluoxetina, son los fármacos de elección. 5,6

¿QUÉ DICE LA EVIDENCIA?

 Psicoterapia: Una revisión sistemática (RS) del año 2007, cuyo objetivo fue determinar el beneficio
clínico de esta intervención en comparación con placebo; concluye que el tratamiento por al menos 8
semanas de psicoterapia es efectivo para la remisión de síntomas depresivos en niños y adolescentes
(RR 1.39 IC 95% 1.18-1.65). Dicha mejoría, sin embargo, no se mantiene a los 6 meses de
seguimiento (RR 1.18 IC 95% 0.94-1.47).7
 Farmacoterapia: Una RS del año 2012 que evaluó la efectividad de los ISRS en comparación con
placebo; concluyó que hay una diferencia estadísticamente significativa a favor de los antidepresivos
en la remisión de síntomas (RR 1.17 IC 95% 1.09-1.25). Al analizar por subgrupo de fármacos, sólo
la fluoxetina y sertralina demostraron ser mejor que placebo (RR 1.47 IC 95% 1.03-2.08 y RR 1.18
IC 95% 1.01-1.38 respectivamente).8
 Psicoterapia vs farmacoterapia: En el año 2014 una RS evaluó la efectividad de psicoterapia en
comparación con farmacoterapia en niños y adolescentes con depresión, la cual no mostró diferencias
significativas entre un grupo y otro; tanto para la remisión de síntomas post tratamiento como
tampoco al seguimiento de 6 meses (OR 0.62 IC 95% 0.28-1.35 y OR 0.83 IC 95% 0.27-2.60
respectivamente).
 Terapia individual vs combinada: La misma revisión mencionada en la comparación anterior (año
2014) evaluó:
 Terapia combinada v/s psicoterapia: sin encontrar diferencias a corto ni largo plazo en la
remisión de síntomas (OR 1.61 IC 95% 0.38-6.9 y OR 2.55 IC 95% 0.78-8.36
respectivamente).
 Terapia combinada v/s antidepresivos: sin encontrar diferencias en la remisión de síntomas a
los 2 y 6 meses de tratamiento (OR 1.50 IC 95% 0.99-2.27 y OR 1.93 IC 95% 0.93-4.0
respectivamente).9

Importante mencionar que son RS de buena calidad metodológica, pero con moderado riesgo de
sesgo de los estudios primarios: “n” pequeños, intervalos de confianza poco precisos, con falta de
análisis por subgrupo de acuerdo con edad y severidad del cuadro. Esta situación hace necesario
recordar que aún faltan estudios que permitan demostrar con mayor certeza si una terapia es mejor
que la otra, en especial en referencia a la terapia combinada.

EN RESUMEN

La depresión en niños y adolescentes es una enfermedad crónica con alto riesgo de recurrencia, por
lo que realizar un diagnóstico y tratamiento oportuno es fundamental. Para esto es necesario
considerar y descartar otros diagnósticos diferenciales.

El manejo de elección para los episodios depresivos leves es la psicoterapia, mientras que en los
episodios moderados se sugiere agregar farmacoterapia. En estos casos, los medicamentos de
primera línea incluyen los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), entre
ellos la fluoxetina.

 Estrés post-traumático

Desestructuración familiar - Directamente implicados en el comienzo de la depresión y en presencia de factores de


vulnerabilidad, sus efectos pueden ser mayores. Suelen ser acontecimientos no deseados que dan lugar a cambios
permanentes en las relaciones familiares

La EPIDEMIOLOGÍA indica distintos factores. En este caso el factor es:

FACTORES DE RIESGO
3.2.1. SEXO La relación hombre/mujer es de 1:2-3 entre los 12 y 55 años, igualándose fuera de este intervalo de
edad.(3)
3.2.2. EDAD Existe una mayor incidencia de sintomatología depresiva en adultos jóvenes entre los 18-44 años. Según
la edad existen diferencias respecto a los síntomas predominantes, por ejemplo en los niños son más frecuentes las
quejas somáticas, la irritabilidad y el aislamiento social, mientras que en el adolescente se asocia a trastornos
disociales, trastornos de la conducta alimentaria y abuso de sustancias. En el anciano suelen ser frecuentes las quejas
somáticas y síntomas cognoscitivos (sensación de pérdida de memoria, falta de atención).
3.2.3. GENÉTICOS Los familiares de primer grado presentan una mayor probabilidad de padecer un cuadro depresivo.
(4)

3.2.4. ACONTECIMIENTOS VITALES Son aquellos eventos que requieren algún tipo de cambio respecto al ajuste
habitual del individuo; experiencias objetivas que alteran las actividades usuales del individuo, causando un reajuste
sustancial en su conducta. Al ser acontecimientos que implican cambio en las actividades usuales su potencial
estresante va a estar en función de la cantidad de cambios que produzcan (Anexo I). Las emociones de tipo negativo
que acompañan al estrés –ansiedad, depresión, etc- varían de acuerdo con las circunstancias del individuo y de la
situación y de la agudeza o cronicidad del estrés. Ante el estrés agudo se tiende a experimentar ansiedad/miedo;
cuando el estrés se cronifica predomina la experiencia de estado de ánimo depresivo.(6) Su existencia no es
necesaria ni puede ser considerada una causa suficiente para la puesta en marcha del cuadro.

3.2.5. FACTORES SOCIALES Los factores sociales predisponentes son aquellos que incrementan la vulnerabilidad de
determinadas personas para el desarrollo de los trastornos psiquiátricos: • Las experiencias de deprivación
psicosensorial o de abusos y explotación extremas, que a menudo se dan durante la infancia en situaciones de
desestructuración social o familiar. • Otros muchos factores sociales predisponentes o de vulnerabilidad se
encuentran en el entorno físico y social del individuo, por ejemplo condiciones difíciles en el trabajo, desempleo,
exclusión y rechazo social, dificultades en la adaptación cultural, vivienda inadecuada, vecindario con altos niveles de
violencia, etc (6,7)

CLASIFICACIÓN EN FUNCIÓN DE LA ETIOLOGÍA Clásicamente, la depresión se ha clasificado según su etiología en: –


Endógena: aquella cuya causa no se conoce, pero se considera ligada a una predisposición constitucional biológica
del sujeto. – Psicógena: asociada a la personalidad o reactiva a acontecimientos vitales. – Orgánica: secundaria a un
fármaco o enfermedad médica por un mecanismo fisiológico. Por ejemplo, un paciente que en reacción al
diagnóstico de un cáncer desarrolla una depresión, tendría una depresión psicógena; en cambio, un paciente que
desarrolla una depresión que se considera ligada fisiopatológicamente al cáncer, sería diagnosticado de depresión
orgánica.

CLASIFICACIÓN DE LA DEPRESIÓN Existen dos sistemas de clasificación: DSM-IV y CIE-10. Entre ellos existe una
equivalencia en los diagnósticos. De hecho el DSM-IV toma los códigos de la CIE-10. En el anexo IV puede consultarse
la tabla de equivalencia entre ambos sistemas y los criterios diagnósticos resumidos de los trastornos afectivos.(6,11)
El DSM-IV clasifica los trastornos del estado de ánimo en depresivos y bipolares. Dentro de los trastornos depresivos
encontramos básicamente el trastorno depresivo mayor y el trastorno distímico. Dentro de los bipolares, el trastorno
bipolar I, el trastorno bipolar II y el trastorno ciclotímico. Otros trastornos del estado de ánimo también incluidos en
el DSM-IV son el trastorno de estado de ánimo debido a enfermedad médica, el trastorno del estado de ánimo
inducido por sustan16 Guía de práctica clínica de los trastornos depresivos cias, el trastorno adaptativo con estado
de ánimo depresivo o mixto y, en cierto modo, el trastorno esquizoafectivo. (6) El trastorno depresivo mayor es un
trastorno del humor heterogéneo clínicamente, que tiene un curso episódico con tendencia a la recurrencia y cuyo
diagnóstico se basa en criterios puramente descriptivos sin implicaciones etiológicas. Dentro de los episodios
depresivos con que cursa el trastorno depresivo mayor, encontramos un grupo que no es mayoritario pero que, a
diferencia del resto, tiene unas características muy específicas que lo dotan de una mayor estabilidad diagnóstica. Se
trata de la depresión melancólica, conocida también como depresión endógena, que viene definida como una
cualidad del estado de ánimo distinta de la tristeza que experimentamos habitualmente, falta de reactividad del
humor, anhedonia, empeoramiento matutino, despertar precoz, alteraciones psicomotrices, anorexia o pérdida de
peso significativas, sentimientos de culpa inapropiados y buena respuesta a los tratamientos biológicos
(antidepresivos y TEC), así como nula respuesta al placebo. (12) En general, la depresión melancólica es de mayor
gravedad que la no melancólica. Las depresiones más graves pueden complicarse con síntomas psicóticos dando
lugar a la depresión psicótica, que constituye un diagnóstico muy consistente en el tiempo, pues las recaídas suelen
ser también psicóticas e incluso las ideas delirantes tienden a tener el mismo contenido, habitualmente de culpa,
ruína e hipocondría. (13) Estas depresiones más graves pueden también complicarse con síntomas catatónicos como
son la acinesia, el mutismo, la catalepsia, la flexibilidad cérea, o el negativismo. La depresión mayor no melancólica
constituye el grupo mayoritario de los episodios depresivos mayores y es probablemente indistinguible de la distimia
en términos cualitativos.(12) Muchos pacientes con depresión mayor no melancólica sufren otros trastornos
mentales del eje I del DSM-IV o trastornos de la personalidad comórbidos. Dentro de este grupo, clínicamente y
quizás etiopatogénicamente heterogéneo, se dio el calificativo de depresión atípica a la presentada por pacientes
que tenían una mala respuesta a los ATC (Antidepresivos tricíclicos) en ensayos clínicos realizados en el ámbito
hospitalario, caracterizándose por síntomas como humor reactivo, cansancio tipo pesadez de brazos y piernas,
aumento de apetito o de peso significativos, hipersomnia, hipersensibilidad al rechazo interpersonal y buena
respuesta a los IMAO. A pesar de su nombre, no es una depresión atípica en el entorno ambulatorio. El DSM-IV
permite realizar una serie de especificaciones para el trastorno depresivo mayor que hacen referencia a la gravedad
del episodio actual (grave, moderado, leve, en remisión parcial, en remisión total), sus características (con síntomas
atípicos, con síntomas melancólicos, con síntomas catatónicos, con síntomas psicóticos) y el curso del trastorno (con
o sin recuperación interepisódica). El trastorno distímico o distimia es el término que el DSM-IV y la CIE-10 utilizan
como prototipo de depresión crónica. Las diferencias con la depresión mayor son de intensidad y duración más que
categoriales, siendo práctica habitual el doble diagnóstico en un mismo paciente. Se estima que el 20- 30 % de los
pacientes con trastorno depresivo mayor también cumple los criterios de trastorno distímico, una combinación que
se denomina depresión doble. De igual modo, un 40 % de los pacientes con trastorno distímico podrían cumplir
criterios de depresión mayor en algún momento de la evolución.

. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL (tabla 5) El trastorno adaptativo aparece como consecuencia de un acontecimiento vital
estresante, existe un deterioro recuperable tras el estrés y la sintomatología rara vez excede de seis meses. Si un
síndrome depresivo cumple criterios de episodio depresivo debe ser diagnosticado como tal aunque sea
consecuencia de un acontecimiento vital estresante.

TRATAMIENTO DE MANTENIMIENTO Cuando la remisión se mantiene de 6 a 12 meses se habla ya de recuperación y


el paciente entra en la fase de mantenimiento. Si la depresión vuelve en esta fase de mantenimiento, es decir, una
vez superada la fase de continuación, hablamos de recurrencia (a diferencia de la recaída). En caso de recurrencia
debe mantenerse un tratamiento profiláctico de mantenimiento, en ocasiones durante años o incluso de forma
indefinida [A]. Si la recurrencia ocurre a pesar del tratamiento de mantenimiento, se debe optimizar dosis y si es
necesario seguir las pautas de tratamiento en caso de resistencia, siendo éste un criterio de derivación al
especialista.

Terapia cognitivo-conductual: Es una forma específica de terapia psicológica que utiliza técnicas cognitivas y
conductuales. Se aplica en sesiones semanales y tiene una duración de entre Guía de práctica clínica de los
trastornos depresivos 29 12 y 18 semanas por término medio. Ha demostrado ser al menos tan eficaz como el
tratamiento farmacológico en depresiones leves a moderadas [A]. Puede combinarse con el tratamiento
farmacológico. –
Terapia interpersonal: Es una forma específica de terapia psicológica centrada en los problemas actuales del paciente
conectados con el episodio depresivo. Dura de 12 a 20 sesiones semanales. Cuenta con apoyo empírico comparable
al de la terapia cognitiva. Consultar disponibilidad y espera media

No necesita Tratamiento farmacológico

Indicaciones: Práctica de algún deporte o actividad física

Validación de la escala de autoeficacia general en Chile


Bandura inició el estudio de la autoeficacia en la década de 1970-79, motivado por la importancia que
tiene el pensamiento autorreferente en la conducta de las personas. El conocimiento que tiene cada
persona de su capacidad, la estimula o inhibe a realizar una determinada acción. Este autor definió la
percepción de autoeficacia o autoeficacia percibida como los juicios de cada persona sobre sus
capacidades, en base a los cuales organizará y ejecutará sus actos de modo que le permitan alcanzar el
rendimiento deseado1-2.

La autoeficacia percibida, en el ámbito de la salud, cobra importancia en la prevención de conductas


riesgosas y en la promoción de conductas que van en beneficio de las personas. Se ha observado que
los cambios de conducta se realizan en forma activa cuando los profesionales de la salud motivan en
las personas su capacidad de iniciarlos3. La autoeficacia ha sido estudiada desde dos perspectivas: la
autoeficacia específica, definida como la creencia sobre el nivel de competencia en situaciones
particulares, y la general, que se refiere a la sensación de competencia total de la persona que la
habilita para enfrentar nuevas tareas y hacer frente a una gran variedad de situaciones difíciles 4.

El constructo autoeficacia percibida se ha correlacionado positivamente con optimismo, autoestima,


autorregulación, calidad de vida, afectos positivos, competencia percibida, personalidad resistente,
afrontamiento centrado en la tarea y satisfacción en el trabajo/colegio 6-7,9. Por otro lado, negativamente
con depresión y ansiedad6,7.

Instrumentos

La Escala de autoeficacia General versión en español de Bäbler, Schwarzer y Jerusalem (1993) se


conforma de 10 reactivos con un puntaje mínimo de 10 puntos y un máximo de 40 puntos 8. Las
respuestas son tipo Likert donde la persona responde a cada reactivo de acuerdo a lo que ella percibe
de su capacidad en el momento: Incorrecto (1 punto); apenas cierto (2 puntos); más bien cierto (3
puntos) o cierto (4 puntos)6,19. En esta escala a mayor puntaje mayor autoeficacia general percibida.

La Escala de Autoestima de Morris Rosenberg (1965) mide la valoración que hace la persona de si
misma, diseñada con 10 ítems y un formato de respuesta tipo likert de 1 a 4 puntos, resultando una
escala de 10 a 40 puntos. La mayor autoestima de la persona está representada por el puntaje más
alto20,21.

La Escala de Estado de Salud Percibido o Percepción de Bienestar de Reker y Wong (1984) mide la
autovaloración que la persona hace de su estado de salud. Escala tipo Likert de 16 ítems, donde las
respuestas van de "muy de acuerdo" a "muy en desacuerdo", con valores de 7 a 1 punto
respectivamente. El puntaje total de la escala oscila de 112 a 16 puntos, donde 112 refeja un mejor
estado de salud percibido22.

Resultados

Análisis descriptivo de la EAG

En el análisis descriptivo de los puntajes empíricos en este estudio de autoeficacia percibida, se


observó que las respuestas de las personas califcaron con un mínimo de 16 y un máximo de 40 puntos
y un rango de 24 puntos entre ambos. De acuerdo al valor de la media y de la mediana, las personas
en general, se perciben con una buena capacidad de ejecutar una acción, apoyada también por la
variabilidad de la suma del total del puntaje que osciló entre 29,34 y 39,02 puntos. Los valores de
tendencia central representan una distribución de los datos que no responden a una curva normal, con
una desviación de la curva a la izquierda y con observaciones agrupada hacia la derecha. De acuerdo al
coefciente de curtosis la curva es de tipo mesocúrtica (Tabla 1).

Confiabilidad de la EAG

El coefciente alfa de Cronbach de la EAG (0,84) indica que 84% de la variabilidad de las puntuaciones
obtenidas representa diferencias verdaderas entre las personas y 16% refleja fluctuaciones al azar.
Este resultado nos permite aseverar que los reactivos o elementos son homogéneos y que la escala
mide de forma consistente la característica para la cual fue elaborada (Tabla 2).

Validez del constructo autoeficacia percibida

En la Tabla 3 se presentan los estadísticos de resumen de los diez elementos de la EAG, donde 3,41
fue el puntaje promedio, oscilando entre 3,14 y 3,75, evidenciando una estructura de respuesta de
puntaje alto ("más bien cierto" y "cierto"). La correlación promedio entre-elementos (0,36) demuestra
que existe una relación positiva, pero de acuerdo al rango (0,43) de esta relación hace dudar en
primera instancia de la homogeneidad entre los elementos.
Esta duda se descarta al analizar la matriz de correlaciones (Tabla 4), donde se aprecia que sólo
existen dos pares de elementos con valores extremos (0,19-0,63), en cambio, las coefcientes de los
otros pares de elementos oscilan en valores cercanos entre sí (0,24-0,50). Los elementos que más se
correlacionan son el 6 "cuando me encuentro en difcultades puedo permanecer tranquilo/a porque
cuento las habilidades necesarias para manejar situaciones difíciles" con el 7 "venga lo que venga, por
lo general soy capaz de manejarlo". Los elementos que menos se correlacionan son el 1 y el 2, "puedo
encontrar la manera de obtener lo que quiero aunque alguien se me oponga" y "puedo resolver
problemas difíciles si me esfuerzo lo sufciente", respectivamente.

En la Tabla 2 se aprecia que cada uno de los 10 elementos se correlacionan positivamente con la EAG
total, el elemento 1 es el que menos contribuye en la EAG (0,444), con respecto al elemento 7 (0,693).

A la vez se observa que el coefciente de confabilidad disminuye al extraer cualquiera de los 10


reactivos o elementos, destacando que la eliminación del reactivo 7 es el que más afecta la confabilidad
de la EAG (0,844 a 0,815), disminuyendo el coefciente de confabilidad en casi 0,03 puntos, por lo tanto
ninguno de los elementos se pueden eliminar para fortalecer la escala (Tabla 2).

Validez de criterio concurrente:

La validez de criterio concurrente entre EAG con las escalas de Autoestima y Estado de Salud Percibido:

La correlación observada entre la EAG y la escala de Autoestima tiene una magnitud media positiva de
0,305 (p ≤ 0,01). Menor es el valor de correlación (r = 0,159) entre la EAG y la escala de Estado de
Salud Percibido, al mismo nivel de signifcancia (Tabla 5).
Discusión

Los hallazgos del estudio demuestran las adecuadas características psicométricas de la EAG en
población Chilena de ambos sexos, entre 15 y 65 años. Con respecto a la confabilidad de la EAG, se
demostró su consistencia interna u homogeneidad al obtener un alto coefciente alfa de Cronbach,
similar a los resultados obtenidos en los estudios que utilizaron este mismo instrumento en población
costarricense, española y peruana9-11. La confiabilidad de la EAG en este estudio es muy cercana a la
encontrada en el idioma original6.

Los estadísticos para validar el constructo auto-efcacia percibida refejan relaciones que apuntan en la
misma dirección entre los pares de elementos, y muestran que cada uno de los 10 elementos tiene una
contribución particular en el puntaje total, confrmándose la característica unidimensional de la escala.
Característica ya observada en investigaciones anteriores que incluyeron la versión de la escala en
español6,11.

Específicamente los reactivos 1 y 7, "puedo encontrar la manera de obtener lo que quiero aunque
alguien se me oponga" y "venga lo que venga, por lo general soy capaz de manejarlo" presentaron
comportamientos semejantes en la validación de la escala en población española 9.

Las correlaciones positivas de autoeficacia Percibida con Autoestima y Estado de Salud Percibido
apoyan la validez del constructo en este estudio, esta relación se refeja en que a medida que aumenta
la autoeficacia general de la población estudiada también aumenta su autoestima y su estado de salud
percibido o percepción de bienestar. Relaciones en la misma dirección se refejan en un estudio sobre la
conducta de fumar en adolescentes, donde los que no fumaban percibían mayor autoestima y
autoeficacia que los adolescentes fumadores y en un estudio donde los investigadores demostraron que
la autoeficacia percibida puede aumentarse a través de intervenciones que logran muy buenos
resultados en la percepción de bienestar de las personas con artritis 23-27.

La correlación obtenida entre los constructos de autoeficacia y autoestima demuestran que ambos son
evaluaciones subjetivas personales que se relacionan, pues la autoeficacia es una medida de capacidad
personal y la autoestima de valía personal infuida por los cánones sociales y los criterios personales.
Bandura expresa al respecto "en la mayoría de las actividades que emprende el individuo cultiva su
autoeficacia en aquellas que le dan sensación de autovalía" (p. 435)1.

Por otro lado, la percepción de bienestar está relacionada con las emociones y vitalidad de las
personas, y autoeficacia percibida influye en la respuesta emocional y en la actitud al cambio de
conducta en salud, dando apoyo a la correlación obtenida entre ambos constructos 1,28.
Respecto a la autoeficacia percibida de la población estudiada, esta es similar a la informada en
población costarricense, y más alta que en otras culturas7. Este hallazgo es muy importante en el
sentido que en general las personas de este estudio se creen capaces de involucrarse en un cambio, y
específicamente esto facilitará motivar a las personas a que se involucren en una conducta particular,
como por ejemplo: motivar para cambiar la conducta fumadora o prevenirla al resistir la presión de los
pares para su inicio, el uso del condón como conducta preventiva contra la infección del VIH, el auto-
examen de mamas para la detección precoz del cáncer de mama, para asumir una enfermedad como la
artritis y los cambios que ella conlleva, como también fortalecer la capacidad de los cuidadores de
familiares con demencia29-34. Se puede concluir que la Escala de Autoeficacia General es fable y válida
para medir el constructo autoeficacia percibida en población Chilena y similar a los resultados obtenidos
en estudios en poblaciones de habla hispana. Por tanto, se afrma que esta escala de medición de
autoeficacia tiene correspondencia con la realidad del fenómeno que se estudia 35.

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