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EL CUIDADO DEL OTRO U AUTOCUIDADO

Material de apoyo
Curso Desarrollo Urbano y Cultura ciudadana IDU. 2021.

INGRESO MÍNIMO VITAL


PROTECCIÓN SOCIAL CONTRA LA INEQUIDAD
TOMADO DE PORTAFOLIO.COM / Juan Carlos Cortés González
Exviceprocurador Genral

https://www.portafolio.co/opinion/otros-columnistas-1/ingreso-minimo-vital-proteccion-social-contra-la-
inequidad-545482

Diagramación y subrayado autoría propia.


Módulo 2. Nelson Enrique Alvarez L

La pandemia ha dejado en claro las fortalezas Introducción personal


y debilidades de los sistemas de
aseguramiento social en el mundo. Asumir el El tema del Ingreso mínimo
desafío de la reactivación social y económica vital está pensado como
implica reformar los sistemas de protección política pública en varios
países varios de la Unión
social para ampliar su cobertura y fortalecer los
Europea. Curiosamente no
beneficios de la seguridad social, con miras a tiene nada que ver con
combatir la pobreza y la inequidad. sistema Político de izquierda o
derecha, sino como una
Reemplazar la pérdida de ingresos de los necesidad sentida para mitigar
trabajadores por razones no atribuibles a ellos, efectos de seguridad
ciudadana y para dinamizar la
o complementar la renta insuficiente frente a economía.
las cargas de familia, son razones
fundamentales de dicho aseguramiento.

Si para algo sirven los sistemas


de seguridad social es para
proveer recursos en situaciones
de crisis o emergencia,
individual o colectiva,
permitiendo así que los
individuos superen los efectos
adversos, mediante un soporte
público.

Y este respaldo no debe ser solo para los trabajadores con contrato formal de
trabajo; debe cubrir a los independientes o cuentapropistas, a los contratistas
por servicios y a quienes trabajan en la informalidad.

En España, en razón de la pandemia, se diseñó un beneficio denominado


ingreso mínimo vital para las familias vulnerables.
EL CUIDADO DEL OTRO U AUTOCUIDADO
Material de apoyo
Curso Desarrollo Urbano y Cultura ciudadana IDU. 2021.

Es momento de avanzar en la implementación de una medida así en Colombia,


sustentada en varios criterios. Entre ellos, ha de asumirse como parte de la
seguridad social y tener vocación de universalidad y permanencia, sin que sea
solo para reaccionar ante la crisis sanitaria.

Tendrá así mismo, que estar articulada a las demás prestaciones del sistema
de aseguramiento y ser sustitutiva de subsidios públicos dispersos, para que
se facilite su financiación, con un esfuerzo concentrado del Estado, tanto en
lo nacional como en lo territorial.

Su implementación requiere una sólida plataforma tecnológica y de control.


Así mismo, quienes perciban las prestaciones de ingreso vital
deberían estar acompañados por el servicio público de empleo, a
efecto de mejorar sus condiciones de empleabilidad y de facilitar su
incorporación al mercado laboral.

Concentrar diversas fuentes para financiar una prestación como esta se


aprecia indispensable, comprometiendo, por ejemplo, los recursos por
devolución de IVA y los provenientes del esfuerzo fiscal nacional en relación
con algunos programas sociales que deberían integrarse.

El ingreso básico vital está llamado a convertirse en el subsidio familiar para


todas las familias con menores ingresos en Colombia, pues es la hora de
ampliar su acceso para que llegue a trabajadores independientes e informales.

Su operación habrá de darse en forma contracíclica, dinámica y adaptable a


las circunstancias, para contribuir eficazmente a la reducción de la pobreza,
mediante una plataforma universal que centralice la intervención social en un
programa general redistributivo, que provea recursos y servicios, conforme
las necesidades del núcleo de convivencia beneficiario, para superar los
efectos de la insuficiente renta familiar, o de la reducción o pérdida total de
ingresos de las familias.

Como operadoras sociales idóneas y actores de la seguridad social de primer


orden, las cajas de compensación familiar estarían llamadas a ejercer la
administración de esta prestación, cuya implementación en corto plazo haría
posible enfrentar tanto el retraso económico que deja el covid-19, como los
retos estructurales de una sociedad con una brecha de equidad que debe
saldarse.

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