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El problema mente-cerebro radica en la división del estudio del cerebro, sus

estados y procesos mentales. Por una parte, están los predicados mentales y
seguidamente, se conocen los esfuerzos científicos por ahondar en el
conocimiento de los órganos implicados en tales procesos, el dilema yace en si
hay o no hay unidad entre estos dos.

Aunque esta es arduamente criticada ya que es inaceptable para una filosofía que
sea orientada por la ciencia, por razones que mencionaremos posteriormente; y en
cuanto a las teorías, se consideran que el ser humano es la única verdad,
negando así la existencia de la mente como realidad distinta del cerebro.
El sentido común nos sugiere que la mente y el cuerpo deben interactuar.
Nuestras percepciones, pensamientos, intenciones, deseos y emociones afectan
directamente a nuestros cuerpos y nuestras acciones. Desafortunadamente, las
nociones del sentido común parecen implicar una contradicción. Parece muy claro
que el cerebro y el sistema nervioso forman parte del mundo físico: tangible,
visible, público, extenso en el espacio. Sin embargo, los pensamientos,
sentimientos, conciencias y otros estados de la mente se nos presentan como
mentales: intangibles, invisibles, privados, ordenados en el tiempo, pero no en el
espacio. Si el cerebro y la mente son cosas fundamentalmente diferentes y si las
leyes de causalidad requieren causas y efectos entre tipos semejantes, entonces
es claramente imposible para el cerebro generar la mente o que la mente afecte al
cerebro. Estas contradicciones constituyen parte del problema mente/cuerpo (el de
la relación entre mente y cerebro).
Sabemos que el cerebro es indispensable para la realización de los actos
mentales y para la consecución de la inteligencia.
Pero esto nos lleva a plantearnos una pregunta; ¿Es el cerebro el responsable de
nuestra mente, o existe un algo superior, llamado alma, que hace que se
comunica con el cerebro para formar la inteligencia?
A lo largo de la historia estos interrogantes se han tratado de diferentes maneras
siguiendo distintos razonamientos:
Las concepciones actuales hablan del cerebro como un ordenador potentísimo
que algún día seremos capaces de construir; la pregunta es: ¿Podremos algún día
construir algo parecido al cerebro?
Los avances en la genética actual indican que se pueden modificar características
al ser humano y con ello modificar partes del desarrollo de nuestra inteligencia;
pero; entonces, se puede limitar nuestra mente a la información que llevamos en
nuestros genes?
Por último las teorías teológicas y las Religiones siempre han defendido una
postura a favor de que existe un alma que es independiente de nuestro cuerpo, y
sobrevive a las desventuras que puede sufrir este.
¿Pero, existe la mente? ¿Qué soy yo en realidad, mi mente pensando en mi
cuerpo sintiendo?
Bibliografia
Martinez, J. (2012). H. Bergson: Mente y cerebro. Revista Quaderns de
filosofía i ciència, Volumen 42, pp.115-126. Recuperado
de https://www.uv.es/sfpv/quadern_textos/v42p115-125.pdf

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