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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

TEORÍA COMPUTACIONAL DE LA MENTE

EMOCIONES E INTELIGENCIA ARTIFICIAL

BRENDA ESCAMILLA ALVAREZ


GABRIELA COLÍN FRANCO
EDNA KAREN ROMERO MEZA
LAS EMOCIONES

Introducción
En los últimos años se ha comenzado a tomar mayor atención a la importancia
de las emociones para la cognición y especialmente, para la toma de decisiones.
Hoy en día se sabe que las emociones son una parte esencial incluso dentro de la
toma de decisiones guiadas por la razón. Como afectan las emociones a la
representación y si tiene relación alguna con la computación, las emociones son
representaciones en situaciones donde resolvemos problemas, ahora en esta
época se tienen muy en cuenta las emociones, en la neurociencia, así como en la
inteligencia artificial. ¿Hasta qué punto las máquinas pueden imitarnos? una vez
comprendido de donde surgen las emociones será que ¿podemos llegar a
comparar una máquina con un humano? ¿puede una maquina lograr completar las
funciones de un cerebro humano? emoción, sensación, sentimiento,
características de los seres vivos. Los humanos construyen su propio cerebro,
aunque no sean conscientes de ello. El humano es a la vez el sujeto, el autor y el
resultado de la permanente construcción biológica de su cerebro y de sus
consiguientes procesos mentales. Esta construcción se hace a partir de la
estructura anatómica, que a su vez ha sido codificada por los genes heredados.
Después, desde el momento del nacimiento hasta la muerte, hay una permanente
construcción basada en los estímulos medioambientales que afectan al individuo a
lo largo de su vida.

Emociones
Encontramos que los que defienden la postura de que las emociones son
juicios están Oatley (1992), Nussbaum (2001), y Scherer, Schorr y Johnstone
(2001). Keith Oatley sostiene que las emociones humanas básicas están
profundamente ligadas al logro de objetivos. Las personas son felices cuando
cumplen sus objetivos y están tristes cuando llega a suceder lo contrario. La teoría
de que las emociones se conectan con reacciones fisiológicas se desarrolla
inicialmente por William James (1884). Parecería que un robot o una persona no
necesitan más estructuras mentales que los conceptos, las proposiciones, las
reglas, las imágenes, las analogías y las representaciones distribuidas. Al conectar
estas estructuras mentales con las emociones se crea un modo eficiente de guiar
la acción. Hacemos asociaciones negativas y positivas con muchos conceptos.
Las evaluaciones emocionales para estar profundamente ligadas con la
representación de objetos y conceptos. Las personas establecen asociaciones
emocionales con muchas proposiciones, imágenes y análogos. Es posible que
nuestra actitud hacia diferentes reglas que hemos aprendido no esté representada
por un valor numérico abstracto sino por las emociones con las que las
asociamos. Entendemos que las emociones se representan en el cerebro, pero es
difícil saber cómo estas se representan. Entender cómo pueden a llegar a influir
las emociones en el pensamiento es de gran importancia para la toma de
decisiones. Los psicólogos comienzan a reconocer que tomar decisiones es un
proceso emocional además de cognitivo. Los sentimientos de placer o dolor, son
la base de nuestra mente. Es decir, los sentimientos más intelectuales o
espirituales y encontramos las sensaciones como corporales o materiales. Los
sentimientos y sus partes esenciales como el dolor y el placer, que son los menos
conocidos en términos biológicos y neurobiológicos. Aunque ni el público ni la
ciencia han podido plantear lo que son los sentimientos, desde un punto de vista
biológico. Pero, poder explicar la biología de los sentimientos y de sus emociones
que están unidas, ayudan al tratamiento de algunas importantes causas del
sufrimiento de las personas, como la depresión, el dolor y las adicciones. El
comprender a la neurobiología de la emoción y los sentimientos es necesario para
poder formular principios y políticas capaces de reducir los pesares, así como
aumentar el bienestar de las personas. Según Damasio, Spinoza pensaba que los
impulsos, las emociones, motivaciones y los sentimientos eran aspectos
fundamentales de la humanidad. Los organismos vivos están hechos con la
capacidad de reaccionar emocionalmente a diferentes objetos y acontecimientos.
Cuando reaccionamos seguimos un patrón de sentimiento, y una variación de
placer o puede ser una pena que son componentes necesarios del sentimiento.
Damasio denomina a la emoción como pública y a los sentimientos como la parte
que permanece privada. Las emociones son acciones, muchos llegan a ser
públicos, los demás pueden notarlos pues se pueden expresar en el rostro en la
voz y conducta específicas. Las emociones se representan en el cuerpo y los
sentimientos en la mente. Damasio llega a un punto donde se pregunta, porque
las emociones preceden a los sentimientos. Tenemos emociones primero y
después sentimientos. Las emociones están formadas a base de reacciones que
ayudan a la supervivencia de un organismo, y de esta forma sobrevivir en la
evolución.
Damasio menciona el Connatus que nos dice que es el conjunto de disposiciones
que están establecidas en los circuitos del cerebro que una vez activadas por
condiciones internas o del ambiente, buscan la supervivencia y el bienestar. Los
reflejos, respuestas inmunes, el equilibrio metabólico, los comportamientos de
placer, instintos, son parte de la maquinaria de las emociones.
Sobre las reacciones asociadas a la emoción, abarcan no solo emociones muy
visibles como el miedo o la cólera, sino también abarcan instintos, motivaciones y
comportamientos que se asocian al dolor y placer. Todos ocupa un lugar en el
organismo. Las reacciones han podido mantenerse dentro de la evolución porque
ayudan en la supervivencia. Si llegamos a comprender la biología de las
emociones y que cada emoción tiene un valor diferente en nuestro ambiente
humano actual, puede darnos grandes oportunidades para entender el
comportamiento humano. Se pueden clasificar las emociones en tres categorías:
emociones de fondo, emociones sociales y emociones primarias. Las emociones
de fondo no son notables en nuestro comportamiento, pero son importantes. Las
emociones de fondo se pueden distinguir del humor, es decir cuándo se mantiene
una emoción durante largos periodos de tiempo, medidos durante las horas o días.
Las emociones primarias son determinadas emociones visibles como el miedo la
ira, sorpresa, tristeza y felicidad.  Las emociones sociales que incluyen la simpatía,
la vergüenza, la culpa, los celos, la envidia, la gratitud, etc. En algunos casos, las
respuestas emocionales pueden ser estrictamente innatas; en algunos otros
pueden necesitar ayuda en la exposición del ambiente.
Los seres humanos, conscientes de la relación de ciertos objetivos y ciertas
emociones pueden esforzarse intencionadamente por controlar esas emociones
en cierta medida. Podemos decidir que objetos y situaciones pueden estar en
nuestro ambiente y sobre que objetos y situaciones prestamos atención o le
damos tiempo. La aparición de una emoción dependerá de una cadena de
acontecimientos. Se necesita de un estímulo, un objeto o determinada situación
presente, a partir de la memoria, que puede llegar al cerebro. En términos
neurales, las imágenes que se relacionan con el objeto emocionalmente
competente se representan en uno o más de los sistemas de procesamiento
sensorial del cerebro, como puede ser la región visual o auditiva.

Inteligencia Artificial

En 1956, un grupo de diez jóvenes especializados en matemáticas y lógica


tuvieron una reunión en el Darthmouth College, en Hanover, su propósito fue
debatir la posibilidad crear programas de computadora capaces de “pensar” o
“comportarse” inteligentemente. Entre los investigadores que asistieron a ese
seminario, específicamente cuatro llegaron a desempeñar papeles decisivos en el
desarrollo de un moderno campo que se nombró “inteligencia artificial” (IA).
McCarthy fue el principal organizador de ese seminario y el que acuñó el nombre
de “inteligencia artificial”. Casi todas las autoridades en la materia coinciden en
que la inteligencia artificial (IA) procura producir en una computadora un resultado
de salida, que en caso de ser expuesto por los humanos se considera inteligente.
Algunos investigadores han adquirido lo que se llama “versión débil”, la cual el
diseño de programas “inteligentes” solo es un medio para poner a prueba teorías
sobre el modo de en que los seres humanos pueden llevar a cabo operaciones
cognitivas.
Algunos otros quieren llegar más lejos respecto a su campo, y defienden lo que se
denomina la “versión fuerte” de la inteligencia artificial (IA), de las palabras del
filósofo John Searle, esta versión sustenta que “una computadora programada de
manera apropiada es realmente una mente, en el sentido que, si se le introduce un
programa correcto, puede decirse que la computadora literalmente comprende y
tiene otros estados cognitivos. En esta versión fuerte de la IA, a raíz de que la
computadora programada posee tales estados cognitivos, los programas no se
consideran meras herramientas que permiten poner a prueba las explicaciones
psicológicas, sino que se les considera en sí mismos las explicaciones” (1980,
pág. 417)

Los sentimientos y la teoría computacional de la mente.

Las computadoras por naturaleza siguen reglas estrictas, como manipular


símbolos obedeciendo unas reglas sintácticas, los procesos computacionales que
siguen símbolos formales. Un dispositivo como la computadora procesa
representaciones de acuerdo con reglas. Autores han llegado afirmar que la mente
humana es un procesamiento de información que es similar al de las
computadoras. Pero ¿cómo se relaciona la teoría computacional de la mente con
las emociones y los sentimientos?
“Las emociones podrían ser representaciones muy generales de situaciones de
resolución de problemas” (Thagard 2008, p.247). Dentro de este tema que
abordamos “emociones” se es necesario de representaciones. La computación
considera el cerebro como un sistema que puede organizar la información que
recibe en un modelo multidimensional elaborado del mundo exterior y utilizar este
modelo para llegar a decisiones inteligentes, resolver un problema. Las emociones
nos ayudan a que tomemos una acción y nos estimulan para que nos ocupemos a
resolver el problema, las emociones por tanto son elementos con funciones
cognitivas que se relacionan con la concentración, la acción, valoración. Si
utilizamos los conceptos, las reglas, las analogías, las imágenes y las
representaciones distribuidas y vinculamos estas estructuras mentales con las
emociones se podría tener un modo más eficiente de guiar nuestras acciones.
Entonces creo que podemos igual que un dispositivo procesar representaciones,
pero desde el punto de vista de las emociones, se hacen evaluaciones que están
ligadas con la representación de conceptos y objetos. “Las personas también
establecen asociaciones emocionales con muchas proposiciones, análogos e
imágenes” (Thagard 2008, p.250). De acuerdo a nuestra racionalidad e intereses
reaccionaremos a preposiciones, por ejemplo, una preposición como “El concierto
de Metallica tuvo una duración de tres horas” haremos una asociación emocional
que podría ser de entusiasmo, aburrimiento o indiferencia. Nuestra actitud hacia
diferentes reglas que hemos aprendido no se representa por un valor numérico
abstracto o un símbolo sino es representado por las emociones con las que las
asociamos.
Thagard (2008) menciona algunas supuestos de acuerdo a cuando se evalúa la
importancia de las emociones para la computación:
1.  Las emociones no tienen nada que ver con la computación
2. Las computadoras pueden usarse con modelos del procesamiento cerebral de las
emociones. Pero las emociones no son computacionales.
3.Las emociones pueden ser una función general de la inteligencia emocional,
entonces pueden ser una característica de una computadora o robot con cierto
grado de complejidad.
4.Las emociones aparecen de la clase particulares de procesos computacionales
llevados a cabo en el cerebro.
Si lo miramos desde este enfoque en cierta forma las emociones se pueden
relacionar con la computación, si la concepción de computacional-representacional
de la mente incorpora los recientes conocimientos del campo de la neurología. “La
manera más sencilla de incluir las emociones de un modelo computacional es
añadir nodos emocionales a la clase de red conexionista” (Thagard 2008, p.253).
Si lo vemos desde este punto de vista, las técnicas de computación conexionista
son lo suficientemente fuertes como para poder abordar una importante variedad
de tareas que pueden llegar a ser muy complejas. El funcionamiento de las redes
se basa en una orden de principios de computación de bajo nivel de los que nacen
propiedades y comportamientos similares a los que manifiesta el sistema
cognitivo. Es importante desde la psicología que los procesos mentales tengan
que ponerse al nivel neuronal. “Una red conexionista es un modelo de
procesamiento de la información basado en la acción de múltiples unidades de
procesamiento interconectadas que operan en paralelo de acuerdo con principios
inspirados en cómo transcurre el procesamiento de la información en el cerebro.”
(p89) Este modelo se basa en el procesamiento de la información en el cerebro.
Entonces se pueden incluir las emociones en redes neuronales, en modelos que
utilizan representaciones como los modelos GAGE y HOTCO, pero nadie afirma
que estos modelos tienen emociones al fin y al cabo son solo modelos, aunque
tampoco creemos que es imposible que el cerebro humano no se defina como una
computadora emocional, si lo vemos desde la comparación de que la mente
humana tiene una dependencia más directa con el cerebro y del cuerpo. “estamos
convencidos de que los procesos mentales se fundamentan en la cartografía que
el cerebro tiene del cuerpo, acumulaciones de pautas neurales que representan
respuestas a acontecimientos que causan emociones y sentimientos” (Damasio
2005, p18). Entonces si las emociones y sentimientos tienen lugar en el cerebro,
puede que se relacionen con la metáfora computacional de mente, si buscamos
una explicación neurobiológica de los sentimientos, si es que acaso los humanos
nacemos con dispositivos diseñados para resolver, si todas nuestras reacciones
operan evaluando las circunstancias y de actúan en consecuencia. Creemos que
entonces se integra una maquinaria cerebral, primero la maquinaria que produce
reacciones ante un objeto o acontecimiento: la maquinaria de la emoción, la
maquinaria para producir un mapa cerebral y después una imagen mental, una
idea en cuanto las reacciones y el estado resultante del organismo: que es la
maquinaria del sentimiento. Nuestro cerebro o las neuronas mandan señales a
nuestros órganos para las reciban y ejecuten, El cerebro como un sistema que
puede organizar la información y tomar decisiones acertadas. Es así para una
computadora que también recibe la información y la ejecuta, como los humanos
también procesamos a través del cerebro esas señales. El cerebro tiene redes
neuronales y la teoría computacional de la mente más precisamente el
conexionismo busca modelos que se asemejen a las redes de las neuronas,
desde este punto los chips para las computadoras y las neuronas para el cerebro.
La teoría computacional de la mente entonces se soportada en las neurociencias,
en el estudio de la biofisiología del cerebro, lo cual nos permite pensar que este se
relaciona que el proceso de información es la actividad fundamental del cerebro y
en especial de las neuronas. Pero muy a pesar de todas las emociones aun
creemos que no pueden ser computarizadas, no es que una máquina pueda sentir
realmente o pueda sentir emociones solo serán imitaciones de la forma en que el
cerebro ejecuta estas, en realidad no creo que una computadora no por ahora
pueda llegar a superar la complejidad del cerebro humano y los millones de
conexiones neurales o por lo menos con un modelo simple.

Las emociones desde la inteligencia artificial

La inteligencia artificial fuerte concibe al computador como la representación


adecuada de la mente, y no solo como metáfora. El ‘cognitivismo’ no afirma que
literalmente las computadoras tienen pensamientos y sensaciones. “pensar es
procesar información, pero procesar información es solamente manipulación de
signos. Los computadores manipulan símbolos. Tratando de profundizar más
acerca de las emociones y si realmente pueden llegar a crear emociones en
máquinas o se pueda llegar a crear emociones artificiales y dejando un poco de
lado las emociones desde una perspectiva fisiológica queremos abordar más
acerca de los sentimientos y emociones en sí, como parte de nosotros los seres
humanos ¿cuál es la diferencia que marca ser una máquina y ser un humano?
Respecto de si las máquinas realmente pueden tener o no emociones,
encontremos un tema que es interesante y creemos que es necesario introducirlo
dentro de nuestro escrito, hoy en día sabemos que el alcance de la tecnología ha
sido grande, en la actualidad nos podemos encontrar con el tema de los robots, el
hombre se ha empeñado en que se le sean facilitadas las tareas, se ha dado la
tarea de crear estas máquinas. Ahora el proyecto de la inteligencia artificial se ha
extendido hasta el área de las emociones. El proyecto del MIT, por ejemplo,
pretende modelar artificialmente la mente humana, incluyendo las emociones.
Existen autores como Jason Megil, que creen que puede ser cierto que las
emociones desempeñan un papel importante en nuestra vida mental, “es por lo
menos en un principio posible lograr maquinas pensantes que no tengan vida
emocional” (Barcelo, 2006). “Sin embargo, para la Dra. Breazel, entre otros, la
inteligencia artificial sin emociones artificiales es un proyecto destinado al fracaso,
ya que, según ella, el pensamiento inteligente requiere entre otras cosas, un buen
manejo de las emociones” (Barcelo, 2006). Es por ello que ha buscado crear
emociones de laboratorio, robots que en un ambiente controlado en el laboratorio
presenten conductas que podamos reconocer como emocionales. Lo que se
modela es el papel de las emociones en la inteligencia humana. Un segundo
proyecto, desarrollado principalmente en Japón, busca desarrollar máquinas que,
a través de su capacidad para percibir y expresar emociones, pueda ser fácil su
interacción con humanos, y sus primeras aplicaciones han seguido un diseño de
juguetes, instrumentos terapéuticos y herramientas educativas. El propósito de
estas máquinas es aumentar la relación entre máquinas y humanos a un nivel más
elevado de interacción.
Hoy día creemos que estamos en un gran debate sobre el uso de androides, hasta
el punto que también se han creado androides que funcionen como compañeros
sexuales, esto es debido a que la inteligencia artificial pone a la humanidad más
cerca de reemplazar a las personas por este tipo de sustitutos de las parejas
íntimas.
Un reciente artículo presenta la incorporación de un sistema de diálogo hablado a
un robot autónomo, concebido como elemento interactivo en un museo de ciencias
capaz de realizar visitas guiadas y establecer diálogos sencillos con los visitantes.
Para hacer más atractivo su funcionamiento, se ha dotado al robot de rasgos
(como expresividad gestual o síntesis de voz con emociones) que humanizan sus
intervenciones, como por ejemplo la conversión de texto a voz, que emula
tonalidades y tesituras de voz para revestir de emociones la voz emitida por el
robot, tales como alegría, enfado, tristeza o sorpresa. La fiabilidad de estas
emociones se ha medido con varios experimentos perceptuales que arrojan
resultados de identificación superiores al 70% para la mayoría de las emociones,
(87% en tristeza, 79,1% en sorpresa).
La interacción entre seres humanos y máquinas ha pasado de ser un paradigma
de investigación a convertirse en una realidad. (Juan Manuel Lucas Cuesta, 2008).
En la actualidad ya existen robots capaces de interactuar con niños hospitalizados
(Plaisant et al., 2000, Saldien et al., 2006, Shibata et al., 2001) o que presentan
problemas en su comportamiento, como autismo (Dautenhahn y Werry, 2000).
Estos robots suelen tener la forma de animales de compañía, con una serie de
sensores y actuadores que permiten que los robots respondan a los estímulos
producidos por la actividad de los niños. Pueden narrar historias, (Silva, Vala y
Paiva, 2001) con un nivel expresivo mayor, gracias a su expresión de emociones,
tales como la alegría, la tristeza o el enfado, a través de la voz, de tal manera que
dicha emoción pueda ser percibida por los niños.  (Juan Manuel Lucas Cuesta,
2008).
Dado que los seres humanos tendemos a apegarnos con sentimientos a lo
material, (mi casa, mi coche, mi sillón favorito), creamos un vínculo sentimental
con objetos materiales y si los perdemos nos provoca tristeza. ¿Hasta qué punto
una persona podría enamorarse de un robot si éste satisface necesidades como la
compañía o el sexo? ¿Podemos llegar a creer que el robot “siente” amor o
atracción hacia nosotros? En el caso de personas con desórdenes mentales
¿sería un bien o un mal tener un robot de esas características? Así como
podemos ser adictos a un videojuego que, sabemos que es algo irreal, despierta
emociones y sentimientos por el solo hecho de ver realizadas las tareas o
misiones cada vez más complicadas, ¿que pasará con estos artefactos que
asemejen cada vez más las acciones de seres vivos? Los robots no pueden sentir
amor, ternura o crear lazos afectivos, en todo caso, lo mejor que pueden hacer es
fingir que los tienen. ¿Deshumanizan las relaciones? En el libro «Amor y sexo con
robots: la evolución de las relaciones» (Perennial, 2008), el científico David Levy
ya aborda estas cuestiones. En su opinión, para el año 2050 los «sexbots»
formarán parte de la vida cotidiana del ser humano. Serán inevitables. «Tenemos
robots de compañía, una pareja-robot sería la continuación natural de esta
tendencia», consideraba.
Por el momento no deja de ser un ensayo, dado que no se han popularizado y el
nivel alcanzado por la Inteligencia Artificial tampoco es tal como afirmar con
rotundidad que un robot humanoide sustituirá en poco tiempo a una persona
incluso este campo.
En septiembre del 2012, se publicó en el periódico “el espectador” un artículo el
cual me llenó de dudas ya que el encabezado decía: “Expertos diseñan
computadoras con “inteligencia emocional”. Estas dudas las quise resolver al leer
el artículo. El artículo hace referencia, que un grupo de científicos de la
universidad española (Carlos III de Madrid y Granada) elaboraron un sistema
informático que le proporciona a una máquina examinar automáticamente los
estados de ánimo de una persona al conversar oralmente con ella. Para localizar
el estado emocional, los científicos se han concentrado en las emociones
negativas, ya que en varias ocasiones la máquina no ha logrado reconocer lo que
el interlocutor quiere decir, esto ha ocasionado la frustración, la duda o el
aburrimiento al hablar con un sistema automático.
Lo antes mencionado se logró utilizando datos sobre el tono de voz, la rapidez con
la que se habla, la durabilidad en las pausas, la fuerza de voz, hasta llegar a un
total de 60 parámetros acústicos distintos.
“Que el sistema no haya reconocido bien varias veces lo que su interlocutor desea
decir o le haya pedido que repita información que ya le había proporcionado,
pueden ser factores que hagan que la persona se enfade o se aburra de
interactuar con el sistema”. Señalan los científicos de la UC3M y UGR.
Los científicos indican que es primordial que la máquina pueda pronosticar el
avance del resto de la conversación.” Para ello; hemos desarrollado un método
estadístico, que aprende de diálogos previos, cuáles son las acciones más
probables que puede tomar un usuario en cada momento”, destacan.
Al localizar, la emoción como la intención, los investigadores sugieren adecuar
automáticamente la conversación a la etapa que atraviesa la persona. “Por
ejemplo, si tiene dudas, se le puede dar una ayuda más detallada; si se aburre,
esto puede ser contraproducente”.
Los investigadores han explicado los modelos para alcanzar está adaptación
mediante una valoración práctica con personas reales, en el que revele que el
sistema trabaje mejor cuando emite diálogos más pequeños y es notable como
algo posible para los usuarios. Científicos de la Universidad de Columbia (CU) en
EE. UU, crearon instrumentos informáticos para examinar la entonación, el acento,
las formas de expresión y otros elementos paraverbales, su meta es identificar
falsedades más fiables que el polígrafo o la intuición humana, que apenas supera
la simple casualidad. Esto se llevó a cabo examinando los detalles que la gente
transmite de forma inconsciente mientras habla y que difícilmente puede controlar.
Su objetivo es conseguir elementos para determinar mentiras más verídicamente
que el polígrafo o la intuición humana, cuyo nivel de acierto apenas supera la
casualidad.
Respecto a esto las máquinas se han especializado en operar, y lo que determina
a la operación, a diferencia de la acción, es que está forzosamente regulada en su
desarrollo, las máquinas pueden operar similar a un humano, pero no pueden
actuar como nosotros. Lo que siempre va a diferenciar nuestro funcionamiento de
las máquinas, incluyendo las máquinas más inteligentes, es la conciencia en el
funcionar, el placer, el sentir. Inventar máquinas que lleguen a sentir placer o
emoción es algo que afortunadamente, sigue estando fuera del poder del hombre.
Aquí nos centramos en las emociones o sentimientos como las principales
diferencias que nos separan de las máquinas o robots.
Tal vez existan robots que traten de interactuar con los seres humanos y puede
que logren descifrar las emociones de las personas, pero no los hace ser iguales a
un ser humano, el que actúe como un ser viviente no implica que realmente sea
uno.
Este tema de la inteligencia artificial nos hace reflexionar y preguntarnos las
posibilidades de que las máquinas, puedan llegar a asemejarse al cerebro
humano. Sin embargo “Si homologamos nuestro cerebro a un computador digital
(máquina de pensar) tendremos que buscar en una esfera no racional
(sentimiento, emoción) la diferencia específica del hombre” (Trapani, 2006). Hasta
que una máquina no logré escribir un soneto o escribir una canción, escribir una
carta a base de pensamientos y emociones que le hagan sentir no podemos estar
de acuerdo que una máquina pueda ser semejante a un cerebro, ninguna máquina
o mecanismo podría sentir alegría de sus logros, tristeza cuando sus válvulas
fallan, placer al ser elogiado y sentirse desdichado a consecuencia de sus errores,
encantado o placentero por el sexo, enfadado o deprimido al no lograr sus metas.
Hablando de emociones recordemos la sensación que se produce en el cuerpo al
sentirnos frustrados por alguna situación, esto en el mejor de los casos nos lleva a
analizar la situación para apartar el malestar y mejorar las cosas. Entonces la
frustración nos llevará a ser creativos y no repetir el mismo comportamiento.  En el
caso de un robot o máquina el error que cometa será total responsabilidad de
quien le ha programado.
Quizás pudiera existir una máquina de pensar, pero jamás una máquina de sentir.
“Es el recurso la esfera sensitivo-afectiva la que defiende la especificidad humana”
() está interposición  se hace expreso en un artículo de Michael Scriven publicado
en Mind en 1953 el autor se plantea  “¿hay alguna diferencia esencial entre los
robots y los seres humanos?”(Trapani, 2006)y halla en la conciencia senso-
emotiva la diferencia, pues los robots “hacen lo que hacen los seres humanos,
pero no pueden ser lo que son los seres humanos”.(Trapani, 2006) Es solo en lo
que hacemos que nos asemejan pero no en nuestro ser, siendo nuestro ser capaz
de sentir placer o pena. Podemos hacer que las máquinas actúen e imiten, pero
no que sientan autoconmiseración o placer. Estas solo son posibles para nosotros
como parte de seres conscientes y por más ingenioso que sea el mecanismo, por
más complejo que llegue a ser el comportamiento de una máquina, aunque hable
o juegue ajedrez, en realidad no es más consciente que un reloj.
Paul ziff es quien defiende la tesis de la especificidad humana establecida en lo
sentimental. “La cuestión que se plantea Ziff es si un robot podría tener
sentimientos, esto es, si podría sentirse cansado o aburrido, por ejemplo.”
(Trapani, 20026) si esto fuera posible, habíamos abolido la diferencia entre la
máquina y el hombre. “El problema no es si podemos borrar los límites de un
hombre y una máquina y atribuir así sentimientos a esta última, sino si podemos
atribuir sentimientos a la máquina y borrar así la diferencia entre esta y un
hombre” (Trapani,2006) El poder atribuir sentimientos creo que es aún muy lejano
y tiene un gran límite que resultaría una consecuencia. Asignamos dos premisas:
‘únicamente los seres vivos pueden tener sentimientos’ y ‘para los robots es
imposible ser seres vivos’ los robots no pueden sentir cansancio, ya que sería
como decir que una piedra podría sentirse cansada, o sentirse aburrida. Ningún
robot podrá ser capaz de hacer nunca en su totalidad lo que un hombre, sin
importar cómo está construido o los complejos que sean sus movimientos y
operaciones. Existen acciones que pueden ser realizadas sólo por personas. Una
de esas es amar, un robot realmente no podrá amar, no sabrá realmente la
sensación que produce el amar y sentir a otra persona amada porque los robots
no son personas. Esto nos impide que podamos afirmar que los robots sientan
algo, que puedan tener emociones pues “no hay verdades psicológicas acerca de
los robots sino solamente acerca de sus constructores humanos” (Trapani, 2006).

Conclusión:
En la teoría computacional de la mente se llega a comparar la similitud entre la
mente humana como un sistema de procesamiento y de las computadoras
digitales. De lo cual consideramos que de cierta manera si existe una comparación
pues nuestro cerebro ya como una unidad principal en todos los procesos
realizados por el ser humano. Nos convence que los procesos mentales se
fundamentan dentro de nuestra reacción cerebral. Las representaciones de
objetos y conceptos con las que hacemos evaluaciones emocionales. Sin
embargo, la mente no es un constructo puramente computacional, a pesar de que
se diga que las emociones surjan de nuestro cerebro y su cartografía, si no se
puede explicar exactamente por qué tenemos sentimientos. Cada día la capacidad
de las computadoras crece enormemente, pero no existe aún un hardware y un
software que supere la estructura y función del cerebro. Es por eso que nos es
difícil pensar que podrán tener emociones o sentimientos, y más aún cuando las
computadoras aún necesitan ser manejadas por el ser humano. Sería demasiado
complicado elaborar un modelo con todos los detalles, tanto químicos de la célula
y sobre todo crear un conjunto de millones de neuronas cerebrales, si bien pueden
simular las emociones computacionalmente, pero es poco probable que lleguen a
construir una máquina que pueda producir las emociones humanas.
Se, utilizaron técnicas de aprendizaje de máquinas, a base de entrenamientos y
pruebas algoritmos en grupos de imágenes faciales sintéticas, generadas en
anteriores estudios, cada una de las cuales estaba asociada a rasgos de la
personalidad específicos, como la fiabilidad o la dominancia.
Para ello utilizamos métodos de aprendizaje en máquinas, una rama de la
inteligencia artificial que utiliza ejemplos para enseñar a un programa cómo
funcionar. Lo antes mencionado nos hace pensar que aún estamos muy lejos de
hacer una imitación integral completa del ser humano. La creación de androides,
máquinas o robots con sentimientos artificiales siguen siendo solo un ensayo, los
organismos vivos están hechos con la capacidad de reaccionar emocionalmente a
diferentes objetos y acontecimientos. Cuando reaccionamos seguimos un patrón
de sentimiento, y una variación de placer o puede ser una pena, que son
componentes necesarios del sentimiento. Podemos concluir entonces que los
robots jamás serán seres vivientes, las emociones se representan en el cuerpo y
los sentimientos en la mente, el cuerpo humano está hecho de forma natural y por
medio de él nos expresamos y se representan las emociones, pero también somos
poseedores de un ser interior, es donde surgen nuestro sentimiento. A pesar de
que a los robots se les trate de integrar expresiones o emociones artificiales, no
podrán ser poseedoras de sentimientos que se originan en el interior de nuestro
ser, lo que nos forma como seres humanos.

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Fernando D’Haro Enríquez, Javier Ferreiros López, Ricardo de Córdoba
Herralde, Javier Macías Guarasa, Rubén San Segundo Hernández, José
Manuel Pardo Muñoz. (2008). Desarrollo de un Robot-Guía con Integración
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diciembre 2017, de Procesamiento Del Lenguaje Natural.E.T.S.I.
Telecomunicación (UPM) Sitio web:
http://oa.upm.es/2137/1/INVE_MEM_2008_52865.pdf
11. https://www.elespectador.com/tecnologia/expertos-disenan-computadoras-
inteligencia-emocional-articulo-371953

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