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ANA MARÍA MUÑOZ SEGURA

Magistrada ponente

SL2230-2021
Radicación n.° 77497
Acta 018

Bogotá D.C., treinta y uno (31) de mayo de dos mil


veintiuno (2021).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


la SOCIEDAD ADMINISTRADORA DE PENSIONES Y
CESANTÍAS PORVENIR S.A., contra la sentencia proferida
por la Sala Tercera Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Medellín el 15 de noviembre de 2016, en
el proceso que instauró en su contra LILIAN DEL
SOCORRO TABORDA ALVAREZ y al que se vinculó como
llamada en garantía MAPFRE COLOMBIA VIDA SEGUROS
S.A.

I. ANTECEDENTES

Lilian del Socorro Taborda Álvarez demandó a la


Sociedad Administradora de Pensiones y Cesantías Porvenir
S.A. (en adelante Porvenir S.A.), para que se declarara la

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nulidad de la manifestación suscrita por ella ante Mapfre


Colombia Vida Seguros S.A., (en adelante Mapfre S.A.), por
falta de consentimiento y que se le reconociera y pagara la
pensión de sobrevivientes por el fallecimiento de su hijo, los
intereses moratorios y la indexación.

Relató que John Henao Taborda estuvo afiliado en


Porvenir S.A. desde el 8 de agosto de 2005 como trabajador
del Centro de Diagnóstico Automotor Prado; que dependía
económicamente de él; que no estaba casado ni tenía hijos;
que vivían juntos en la misma casa y que él falleció el 9 de
diciembre de 2010.

Señaló que laboró en la industria de la confección


hasta febrero de 2009 debido a que su hijo la persuadió
para que se dedicara a los quehaceres del hogar, mientras
él se hacía cargo de los gastos del núcleo familiar.

Indicó que, pese a ello, se dedicaba a realizar labores


de costura para sus vecinas con el fin de colaborar en el
sostenimiento del hogar, pero aseguró que dicha actividad
no le representaba un ingreso económico significativo.

Afirmó que «[…] fue engañada por un funcionario de


Mapfre S.A., con la cual la demandada contrató el seguro
previsional para la fecha del deceso, quien al visitarla le
aconsejó indebidamente que declarara unos ingresos de 1
millón mensuales porque de esa manera le entregarían con
más facilidad la pensión, ignorando que era una trampa».

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Aseguró que este fue el motivo por el que Porvenir S.A.


le negó el reconocimiento pensional mediante comunicación
del 7 de octubre de 2011, aun cuando dicha declaración
carecía de validez. Añadió que su hijo la afilió como
beneficiaria de la EPS Coomeva y que también vive con dos
hijas que no trabajan y que ya son madres, por lo que tiene
la obligación de mantenerlas por lo poco que los padres de
los niños aportan.

Al dar respuesta a la demanda, Porvenir S.A. se opuso


a las pretensiones. En cuanto a los hechos, negó la
dependencia económica alegada, pues la demandante
recibía un millón de pesos mensuales como remuneración a
su trabajo como confeccionista y aceptó todos los demás.

En su defensa propuso las excepciones de ausencia


del derecho sustantivo, pago y compensación y prescripción
y solicitó el llamamiento en garantía de Mapfre Colombia
Vida Seguros S.A.

La aseguradora rechazó la prosperidad de las


solicitudes. Admitió los hechos alegados en la demanda
inicial, excepto la sujeción material y aclaró que la
declaración fue suscrita de manera voluntaria y libre por la
demandante.

Alegó las excepciones que denominó inexistencia del


derecho y de la mora, improcedencia de acumulación de
intereses moratorios e indexación, improcedencia de

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declaratoria de nulidad de la manifestación realizada ante


notario y prescripción.

Se opuso a las pretensiones del llamamiento en


garantía ya que no se acreditaron los requisitos para que la
demandante fuera beneficiaria de la pensión de
sobrevivientes.

Invocó las excepciones de ausencia de cobertura,


límite de la obligación del asegurador e improcedencia de la
mora.

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Décimo Laboral del Circuito de Medellín,


mediante fallo del 28 de enero de 2015 resolvió:

PRIMERO: DECLARAR ajustada al orden legal y carente de


vicios del consentimiento, la declaración rendida por la Señora
Lilian del Socorro Taborda Álvarez el día 14 de julio de 2011,
visible en folios 166 a 173, por las razones expuestas en la
parte motiva.

SEGUNDO: DECLARAR probada la tacha formulada por las


integrantes de la parte pasiva sobre el testimonio rendido por la
joven Mildred Anyeline Henao Taborda, por las razones
expuestas en la parte motiva.

TERCERO: DECLARAR el derecho en cabeza de la señora


Lilian del Socorro Taborda Álvarez, […] al reconocimiento y pago
de la pensión de sobrevivientes, con efectos a partir del 10 de
diciembre de 2010 en cuantía equivalente al SMLVM de cada
anualidad, a cargo de la AFP HORIZONTE PENSIONES Y
CESANTÍAS S.A., hoy PORVENIR S.A. PENSIONES Y
CESANTIAS, por las razones expuestas en la parte motiva.

Adeuda la AFP Porvenir por concepto de retroactivo pensional


causado desde el 10 de diciembre de 2010 hasta el 31 de
diciembre de 2014, la suma de $28.195.674.00. El monto de la
pensión para el presente año queda fijado en la suma de

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$644.350.00. Deberá la compañía aseguradora llamada en


garantía, concurrir al financiamiento de la pensión a través de
la póliza previsional tomada en virtud de las obligaciones
legales, garantizando con ello el pago de las mesadas ordinarias
y adicionales ordenadas en esta sentencia, con carácter
vitalicio.

CUARTO: CONDENAR A la AFP HORIZONTE PENSIONES Y


CESANTÍAS S.A., hoy PORVENIR S.A. PENSIONES Y
CESANTIAS, al reconocimiento y pago de los intereses
moratorios previstos en el artículo 141 de la ley 100 de 1992
sobre el montón del retroactivo pensional establecido en el
numeral precedente, causados desde la fecha de emisión de
esta sentencia y hasta la fecha en que se produzca el pago
efectivo de las mesadas pensionales adeudadas a título del
retroactivo pensional.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Tercera de Decisión Laboral del Tribunal


Superior del Distrito Judicial de Medellín, mediante
sentencia del 15 de noviembre de 2016, al resolver el
recurso de apelación interpuesto por la demandada y la
llamada en garantía, confirmó la decisión del Juzgado.

Estableció que el problema jurídico a resolver consistía


en determinar «[…] si la demandante Lilian del Socorro
Taborda Álvarez acreditó el requisito de dependencia
económica para efectos de acceder a la pensión de
sobrevivientes con ocasión del fallecimiento de su hijo John
Henao Taborda y también se analizará el asunto relativo a
las costas del proceso».

Tuvo por probado que John Henao Taborda falleció el


9 de diciembre de 2010; que estuvo afiliado a Porvenir S.A.;
que es hijo de la demandante; que cotizó el número de
semanas requeridas para dejar causada la pensión

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deprecada y que no se acreditó la existencia de otra persona


con mejor derecho.

El Tribunal consideró como fundamento de su


decisión, el artículo 47 de 100 de 1993, modificado por el
13 de la Ley 797 de 2003, y lo desarrollado en las
sentencias CSJ SL 27 marzo 2003, radicado 29867, CSJ SL
25919-2005 y CSJ SL26934-2006, en las que, a su juicio,
se precisó que:

La configuración de la dependencia ante la ausencia de una


definición legal se debía analizar a la luz de la lógica, lo que
presuponía simplemente la necesidad de una persona respecto
al auxilio de otra, situación que no se desvirtúa por el hecho de
que la ayuda al progenitor sea parcial, pues la exigencia legal
no supone la dependencia absoluta por lo que es admisible que
los padres puedan percibir ingresos o incluso depender de
varios hijos ya que existen ayuda parciales determinantes para
la subsistencia de una persona, no se precisa un estado de
indigencia para que se tenga derecho a la pensión sobre todo si
analizamos el sistema económico colombiano donde los
ingresos de las clases menos favorecidas son exiguos y las
necesidades a cubrir muchas.

Por ello la dependencia económica no pugna con la existencia


paralela de otros emolumentos o ayudas, siempre y cuando,
estas no conviertan a quién la reciba en autosuficientes, pues
en este caso si (sic) desaparecería la dependencia respecto de
las demás ayudas.

Resaltó que la finalidad de la pensión de sobrevivientes


es sustituir en parte los ingresos del causante que eran
destinados para el sostenimiento del grupo familiar, el cual
se ve afectado en su mínimo vital por la ocurrencia del
fallecimiento.

Destacó que para el estudio del reconocimiento


pensional se debía analizar la situación de la reclamante al

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momento de la muerte del asegurado, no antes, ni después;


lo que desestimaba el argumento principal de Porvenir S.A.
centrado en la declaración de la demandante, la cual no fue
allegada al plenario y en el que al parecer admitía que
después del fallecimiento del asegurado devengaba
aproximadamente un millón de pesos, producto de su
ocupación como confeccionista.

Aseguró que, del análisis integral del cuestionario


realizado a la demandante por la aseguradora de pensiones,
se extraía fácilmente una dependencia económica parcial
hacia su hijo fallecido y que contrario a lo señalado por la
entidad apelante, los ingresos ocasionales percibidos por la
demandante no representaban una autosuficiencia
económica, sobre todo en un grupo familiar compuesto por
7 personas, en el que el causante era el único con un
trabajo formal.

Expuso que la decisión de la entidad de negar el


derecho pensional obedeció a criterios erróneos y que no se
encuentran amparados en la ley y en la jurisprudencia
laboral, toda vez que desconoció la finalidad de la pensión
de sobrevivientes al no examinar las particularidades del
caso.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por Porvenir S.A., concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver de
acuerdo con los términos en que fue presentado y dentro de

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las limitaciones y alcances que otorga el recurso


extraordinario.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende la sociedad recurrente que la Corte case la


sentencia, para que, en sede de instancia, revoque la
proferida por el juez y la absuelva de todas las pretensiones
de la demanda inicial. Subsidiariamente, solicita que la
providencia sea casada parcialmente, en cuanto confirmó la
condena por los intereses moratorios, para que, la absuelva
del pago de este rubro.

Con tal propósito formula dos cargos, por la causal


primera de casación que no son replicados y son resueltos
en el orden propuesto.

VI. CARGO PRIMERO

Acusa la sentencia impugnada de infringir la ley


sustancial por la vía directa en la modalidad de
interpretación errónea de los artículos 46 y 47 de la Ley 100
de 1993, modificados por el 12 y 13 de la Ley 797 de 2003.

Señala que, dada la vía escogida para el ataque, no


discute las siguientes conclusiones fácticas a las que arribó
el Tribunal:

[…] haber declarado ajustado a la ley y carente de vicios del


consentimiento la declaración rendida por la demandante
consignada en el informe contratado por la Aseguradora Mapfre
S.A. donde informó tener ingresos a la fecha del fallecimiento de

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$1 millón de pesos mensuales obtenidos como costurera, que es


y era para la fecha del fallecimiento del causante la
usufructuaria de la casa de habitación que favorecía a todos los
residentes incluido el causante; y de igual manera dio por
probado la tacha de la testigo Mildred Anyeline Henao Taborda.
De la misma manera, no se discute que el causante estaba
afiliado a la AFP HORIZONTE hoy AFP PORVENIR S.A. y que
dejó causado el derecho a una pensión eventual de
sobrevivientes, la actividad económica de la demandante y la
convivencia en el hogar materno de dos hijas con la atención de
sus pequeños hijos, así como que la ayuda de $500.000
mensuales que estimó sin prueba alguna el ad quem la
entregaba el causante a la demandante a pesar de devengar
apenas un salario de $795.000 y tener descuentos por
seguridad social y un préstamo.

Cuestiona que, pese a lo probado dentro del proceso,


hubiera concluido que se acreditó el requisito de la
dependencia económica de la demandante hacia su hijo
fallecido, «[…] dejando de lado que para que fuera
significativa es necesario que el apoyo económico que en vida
haya dado el afiliado sea el soporte esencial de la
subsistencia de sus padres».

Señala que el aporte del causante no puede ser


parcial, ni tampoco complementario, sino que debe ser
cuantioso en la medida en que se trata de una contribución
para una madre que no puede procurarse el sustento por sí
misma.

Asegura que el Tribunal no tuvo en cuenta que la


correcta inteligencia de la exigencia se refiere a la falta de
condiciones económicas que le permitan al beneficiario de
la prestación suministrarse su propia subsistencia.

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Sostiene que, de haber tenido un adecuado


entendimiento de la dependencia económica, el fallador
hubiese revocado la decisión de primera instancia, dado
que Lilian Taborda Álvarez no estuvo subordinada
financieramente a la ayuda del afiliado fallecido por cuenta
de sus ingresos percibidos como costurera.

Indica que no se demostró que el supuesto aporte


entregado fuera significativo, vital o esencial, como quiera
que al juzgador le bastó tener por acreditado que el
causante le brindaba un apoyo a su madre y de allí infirió
que ella dependía económicamente de él, ignorando que la
suma era baja y la actividad laboral que ella desarrollaba.

VII. CONSIDERACIONES

En vista de que la vía de ataque escogida por la


censura fue la directa, no son objeto de discusión los
siguientes hechos: (i) que John Henao Taborda causó el
derecho pensional por haber cotizado las 50 semanas
dentro de los tres años anteriores su fallecimiento,
conforme lo exige el artículo 46 de la Ley 100 de 1993,
modificado por el 12 de la Ley 797 de 2003; (ii) que falleció
el 9 de diciembre de 2010 y (iii) que Lilian Taborda Álvarez
reclamó la prestación en calidad de madre del causante.

La inconformidad de la censura radica en que el


Tribunal encontrara acreditada la sujeción material de la
reclamante respecto del causante, pese a que ella percibía
ingresos desarrollando su actividad de costura. Asegura que

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este razonamiento es contrario al correcto entendimiento de


la dependencia económica de los padres respecto del hijo
fallecido, como quiera que dejó de lado que el apoyo
económico que suministraba el afiliado no era el soporte
esencial de la subsistencia de su madre.

Así las cosas, el problema jurídico que se le plantea a


la Corte para su estudio consiste en determinar si el
Tribunal interpretó erróneamente el requisito de la
dependencia económica dispuesto en el artículo 47 de la
Ley 100 de 1993, modificado por el 13 de la Ley 797 de
2003, preceptiva aplicable al asunto dada la fecha del
fallecimiento del causante.

El concepto de dependencia económica ha sido


estudiado en múltiples oportunidades por esta Corporación,
adoctrinándose que el padre o la madre del causante que
pretendan el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes
deben demostrar esta exigencia.

Para los efectos, a la reclamante le corresponde


probar, por cualquier medio de los legalmente autorizados,
la citada dependencia económica, en concreto, la
imposibilidad de auto sostenimiento, esto es, que sin el
aporte del causante no podía procurarse una vida digna.
Cumplido lo anterior, será la entidad demandada la que
deberá demostrar, la existencia de ingresos o rentas propias
que les permitan ser independientes económicamente (CSJ
SL, 24 de noviembre de 2009, radicación 36026).

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En la sentencia CSJ SL4884-2018, entre otras, se


definieron algunos escenarios que sirven como derroteros
para resolver la controversia. Así, por ejemplo, cuando el
padre o la madre perciba ingresos o rentas, se ha
establecido que esta circunstancia no excluye
automáticamente la dependencia económica de los padres
hacia sus hijos, siempre y cuando esto no los conviertan en
autosuficientes. En el mismo sentido, en la sentencia CSJ
SL15058-2017, la Sala explicó que,

La primera, porque el Tribunal no olvidó valorar la mencionada


certificación en el conjunto probatorio, de allí que señaló como
innegable el hecho de que el señor José Marcial Murillo «[…]
percibe remuneración salarial por los servicios prestados a la
sociedad ya referida, ingresos que son más o menos
permanentes pero cuya cuantía no permite concluir que el
grupo familiar del que hacía parte el finado Wilmer, tiene virtud
de ellos una situación económica definida y consolidada».

La segunda razón, es porque el juzgador acogió el criterio que


tiene asentado esta Sala, bajo el cual la dependencia económica
de los padres respecto de su hijo fallecido no tiene que ser total
y absoluta; ello quiere decir que si bien debe existir una
relación de sujeción de aquellos en relación con la ayuda
pecuniaria del hijo, tal situación no excluye que puedan percibir
rentas o ingresos adicionales, siempre y cuando, éstos no los
convierta en suficientes para garantizar su independencia
económica, es decir, que esas rentas no alcancen a cubrir los
costos de su propia vida (CSJ SL400-2013, CSJ SL816-2013,
CSJ SL2800-2014, CSJ SL3630-2014, CSJ SL6690-2014, CSJ
SL14923-2014, CSJ SL6390-2016, SL11079-2017).

Se concluye de lo anterior que, para la Corte los


recursos que eventualmente pueda percibir una persona,
no necesariamente lo convierten en independiente
económicamente, si su subsistencia mínima y digna se
encontraba condicionada o complementada con el ingreso
proveniente del causante.

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Lo anterior concuerda con el sentido de la decisión


recurrida, como quiera que el Tribunal no desconoció la
incidencia del aporte del hijo fallecido en el sostenimiento
del hogar, ni tampoco que la madre percibía ingresos con
ocasión de sus oficios en la costura. Por el contrario, en un
ejercicio de contextualización, concluyó que,

[…] no resulta increíble las afirmaciones lanzadas por la


demandante al absolver el interrogatorio de parte en cuanto a
que era su hijo el único proveedor económico del hogar, por un
sencilla razón ,matemáticamente no es posible sufragar los
gastos mínimos del grupo familiar, conformado por 7 personas
con lo que este devengaba, máxime si su salario equivalente a
$795.960 más $61.500 de auxilio de transporte, le descontaban
$63.680 pesos para la seguridad social, salud y pensiones y
$160.500 de un crédito de libre inversión con Comfama. De ahí
que efectuado los cálculos de rigor únicamente le quedaban
$633.199 pesos, monto del que evidentemente sacaba un
porcentaje para sus gastos personales y lo restante era lo que
aportaba, cerca de los $500.000 pesos, que se indicaron en la
investigación administrativa.

En otras palabras, puntualizó que la ayuda entregada


por el causante, proveniente del salario percibido
mensualmente, era necesaria y significativa, en contraste
con los ingresos ocasionales derivados del trabajo informal
en el que se desempeñaba su madre. Como consecuencia de
lo anterior, desestimó que aquellos emolumentos
significaran su autosuficiencia económica y que conforme
con lo demostrado, su subsistencia mínima quedó
gravemente afectada por el deceso de su hijo.

Conviene recordar que a la luz del artículo 61 del


Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, en los
juicios del trabajo, los juzgadores pueden formar libremente
su convencimiento «[…] inspirándose en los principios

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científicos que informan la crítica de la prueba y atendiendo


a las circunstancias relevantes del pleito y a la conducta
procesal observada por las partes» (CSJ SL15058-2017). 

En este orden de ideas, si bien el artículo 60 ibídem


les impone la obligación de analizar todas las pruebas
oportunamente allegadas, los juzgadores están facultados
para darle mayor valor a cualquiera de ellas sin sujeción a
la tarifa legal, salvo cuando la ley exija determinada
solemnidad ad substantiam actus, pues en esa eventualidad
«[…] no se podrá admitir su prueba por otro medio», como lo
señala la norma inicialmente citada. 

Sobre el particular la Sala en sentencia CSJ SL, 5


noviembre 1998, radicado 11111, reiterada en la sentencia
CSJ SL4514-2017, señaló:
 
El artículo 61 del Código de Procedimiento Laboral les concede
a los falladores de instancia la potestad de apreciar libremente
las pruebas aducidas al juicio, para formar su convencimiento
acerca de los hechos debatidos con base en aquellas que los
persuadan mejor sobre cuál es la verdad real y no simplemente
formal que resulte del proceso. Todo ello, claro está, sin dejar de
lado los principios científicos relativos a la crítica de la prueba,
las circunstancias relevantes del litigio y el examen de la
conducta de las partes durante su desarrollo.
 
Pueden, pues, los jueces de las instancias al evaluar las
pruebas fundar su decisión en lo que resulte de algunas de
ellas en forma prevalente o excluyente de lo que surja de otras,
sin que el simple hecho de esa escogencia permita predicar en
contra de lo resuelto así la existencia de errores por falta de
apreciación probatoria y, menos aún, con la vehemencia
necesaria para que esos errores tengan eficacia en el recurso
extraordinario de casación como fuente del quebranto indirecto
que conduzca a dejar sin efecto la decisión que así estuviera
viciada.
 

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De todo lo expuesto, se concluye que el Tribunal no


incurrió en el error atribuido, por el contrario, siguió la
línea jurisprudencial de esta Corporación al encontrar
demostrada la subordinación económica respecto del
fallecido.

En consecuencia, el cargo no prospera

VIII. CARGO SEGUNDO

Acusa la sentencia impugnada de infringir la ley


sustancial por la vía directa, en la modalidad de
interpretación errónea del artículo 141 de la Ley 100 de
1993.

Asegura que el Tribunal se limitó a confirmar la


condena de los intereses moratorios, dejando de lado la
buena o mala fe de la administradora en su accionar, aun
cuando contaba con razones suficientes para negar la
prestación.

Aduce que debió tener en cuenta que la solicitud de


reconocimiento pensional fue negada por no cumplir con los
requisitos de dependencia económica, como resultado de la
investigación administrativa adelantada por la entidad.

Cita apartados de las sentencias CSJ SL 21


septiembre 2010, radicado 33399 y CSJ SL 14 de agosto de
2007, radicado 28910, y cuestiona que se haya dado una
aplicación irrestricta a la disposición de los intereses

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moratorios, sin que hubiera incurrido en una actuación


dilatoria, omisiva ni morosa, por cuanto la negativa
obedeció a una duda grave y fundada sobre el nacimiento
del derecho pensional.

IX. CONSIDERACIONES

La discusión que se le plantea en este cargo a la Corte


conduce a determinar si erró el Tribunal al condenar a
Porvenir S.A. al pago de los intereses moratorios sobre la
pensión de sobrevivientes.

Para resolver el asunto basta con señalar que, en


reiteradas ocasiones esta Corporación ha sostenido que la
condena es procedente, por regla general, cuando existe
mora en el reconocimiento y pago de las mesadas
pensionales, sin que sea relevante analizar la existencia o
no de buena fe por parte del obligado, tal y como lo afirma
la sociedad recurrente.

Deriva de lo anterior que hay lugar a la imposición de


ellos, aun cuando la entidad hubiera tenido el
convencimiento de no otorgar la pensión, como quiera que
su naturaleza es resarcitoria, no sancionatoria.

En otras palabras, los intereses moratorios se


encuentran instituidos con la finalidad de mitigar los
efectos adversos que produce la tardanza en el pago de la
pensión en favor de aquel a quien por derecho le
corresponde prestación (CSJ SL1023-2020 y CSJ SL, 23

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septiembre 2002, radicado 18512).

En sentencia CSJ SL8949-2017, reiterada por la CSJ


SL668-2020, la Sala puntualizó:

En relación con los intereses moratorios del artículo 141 de la


Ley 100 de 1993, ha sostenido la Corte, tradicionalmente desde
la sentencia de 23 de septiembre de 2002, radicación 18512,
que en principio deben ser impuestos siempre que haya retardo
en el pago de las mesadas pensionales independientemente de
la buena o mala fe en el comportamiento del deudor, o de las
circunstancias particulares que hayan rodeado la discusión del
derecho pensional en las instancias administrativas, en cuanto
se trata simplemente del resarcimiento económico encaminado
a aminorar los efectos adversos que produce al acreedor la mora
del deudor en el cumplimiento de las obligaciones. Es decir,
tiene carácter resarcitorio y no sancionatorio.

Ahora bien, es cierto que la doctrina jurisprudencial


ha establecido que existen situaciones excepcionales, en
atención de las cuales no resultan viables los intereses y el
deudor puede ser exonerado del pago de ellos. Al respecto,
explicó la Sala en sentencia CSJ SL2587-2019:

El primero, cuando en sede administrativa hay controversia


legítima entre potenciales beneficiarios de la pensión de
sobrevivientes (CSJ SL14528-2014). Y el segundo, cuando la
actuación de la AFP estuvo amparada en el ordenamiento legal
vigente al momento en que se surtió la reclamación, y después
se reconoce la pensión en sede judicial con base en criterios de
orden jurisprudencial, como por ejemplo el principio de la
condición más beneficiosa (CSJ SL787-2013).

En el caso concreto, el fondo recurrente adujo que no


era posible condenarlo al pago de los intereses moratorios,
basándose en la investigación administrativa adelantada
para establecer si existía la dependencia económica de la
reclamante hacia el causante fallecido.

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Sin embargo, no es de recibo su argumentación, en la


medida en que las discusiones que versan sobre el concepto
de dependencia económica, o sobre el derecho mismo, no
configuran una controversia entre potenciales beneficiarios
ni una actuación amparada en estricto cumplimiento del
ordenamiento legal, por lo que no hacen parte de las
excepciones previamente mencionadas.

Sobre este punto, también existe pronunciamiento


como puede verse en la sentencia CSJ SL2587-2019 en la
que se dijo:

En el sub lite, la censura pretende fundar la improcedencia de


los intereses con base en la discusión sobre el concepto de
dependencia económica. Sin embargo, salvo las excepciones
reseñadas, las discusiones interpretativas, como en este caso, o
que recaen sobre la valoración de las pruebas, no excluyen los
efectos de la mora, los cuales se generan de manera objetiva por
la ausencia de pago de la prestación (CSJ SL400-2013).

En efecto, aceptar tal tesis, podría hacer inane el derecho al


pago de la mora por la tardanza en el reconocimiento de la
pensión. Le bastaría a la AFP obligada, en ese escenario,
problematizar las normas o provocar divergencias valorativas
para exonerarse del pago de los intereses. Recuérdese que, al
contrario, del texto del artículo 141 en cita deriva que el
legislador previó su pago por el solo hecho del retardo de las
mesadas, sin que tenga relevancia la discusión del derecho o la
buena o mala fe del deudor.

En esa medida, y dado que la conducta no se


encuentra enmarcada en las excepciones jurisprudenciales
referidas, se concluye que el Tribunal no incurrió en el error
jurídico atribuido por la sociedad recurrente.

Por lo expuesto, el cargo no prospera.

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Sin costas en casación por cuanto no hubo réplica.

X. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República de Colombia y por autoridad de
la ley, NO CASA la sentencia dictada el quince (15) de
noviembre de dos mil dieciséis (2016) por la Sala Tercera de
Decisión Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Medellín, dentro del proceso ordinario laboral seguido
por LILIAN DEL SOCORRO TABORDA ALVAREZ contra la
SOCIEDAD ADMINISTRADORA DE PENSIONES Y
CESANTÍAS PORVENIR S.A., y MAPFRE COLOMBIA VIDA
SEGUROS S.A., como llamada en garantía.

Sin costas.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

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OMAR DE JESÚS RESTREPO OCHOA

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Radicación n.° 77497

GIOVANNI FRANCISCO RODRÍGUEZ JIMÉNEZ

SCLAJPT-10 V.00
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