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LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

Magistrado Ponente

STC1064-2021
Radicación n.° 11001-22-03-000-2020-01906-01
(Aprobado en sesión virtual de diez de febrero de dos mil veintiuno)

Bogotá, D. C., once (11) de febrero de dos mil veintiuno


(2021)

Decide la Corte la impugnación formulada frente a la


sentencia proferida el 11 de diciembre de 2020, por la Sala
Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá,
en la acción de tutela promovida por William Camilo Torres
Herreño contra el Juzgado Cuarenta y Uno Civil del Circuito
y el Centro de Servicios Administrativos Jurisdiccionales
para los Juzgados Civiles y de Familia, ambos, de esta
capital, con ocasión del juicio declarativo con radicación nº
2020-00075, iniciado por el aquí gestor a Criptón Security
Ltda. y la Junta de Acción Comunal del Barrio Visión de
Colombia de la Localidad de Kennedy.

1. ANTECEDENTES

1. El impulsor reclama la protección de sus


prerrogativas al debido proceso y acceso a la administración
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de justicia, presuntamente quebrantadas por las


autoridades jurisdiccionales atacadas.

2. De la lectura del escrito tutelar y la revisión de las


pruebas adosadas al plenario, se desprenden como hechos
soporte del presente resguardo los descritos a continuación:

2.1. El 24 de enero de 2020 el estrado confutado


inadmitió la demanda presentada por el aquí querellante
frente a Criptón Security Ltda. Y, por auto del 4 de febrero
siguiente, la rechazó al no haber sido subsanada.

Ejecutoriada la última determinación, informó de ella


a la oficina de reparto del Centro de Servicios
Administrativos, para efectos de la compensación prevista
en el artículo 7º del Acuerdo nº 1472 de 2002 1, modificado
por el nº 2944 de 20052.

2.2. El 14 de febrero de 2020, el precursor radicó,


nuevamente, libelo contra la citada compañía de vigilancia y

1
“(…) Compensaciones en el reparto. En todos los casos de que trata el presente artículo el
funcionario judicial diligenciará los formatos respectivos, con indicación del nombre de las
partes, los números únicos de radicación, grupo, fecha y secuencia de reparto y los remitirá de
manera inmediata a la dependencia encargada del reparto o a la Sala Administrativa del
Consejo Seccional correspondiente para el caso previsto   en   el numeral séptimo, que
procederá a efectuar con los repartos subsiguientes las compensaciones que se requieran.
1. Por retiro de la demanda: Cuando las demandas sean retiradas de los despachos por
decisión del demandante.
2. Por rechazo de la demanda: Cuando esté ejecutoriado el auto que rechaza la demanda (…)”.
2
“(…) ARTICULO PRIMERO: Modificar el numeral 1 del artículo séptimo, numeral 1 de los
Acuerdos 1472,1480 y 1667 de 2002, el cual quedará así:
“1. POR RETIRO DE LA DEMANDA: Cuando las demandas sean retiradas de los despachos por
decisión del demandante en caso de volverse a presentar se remitirán al despacho al que le
fueron repartidos inicialmente.
“ARTICULO SEGUNDO: Modificar el artículo séptimo, numeral 2 de los Acuerdos 1472,1480 y
1667 de 2002, el cual quedará así:
“2. POR RECHAZO DE LA DEMANDA: Cuando esté ejecutoriado el auto que rechaza la
demanda. En este caso, cuando se vuelva a presentar la demanda se repartirá de manera
aleatoria y equitativa entre todos los despachos de la especialidad correspondiente, incluyendo
el despacho que rechazó la misma (…)”.

2
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la Junta de Acción Comunal del Barrio Visión de Colombia


de la Localidad de Kennedy de esta ciudad.

El día 17 del mismo mes y año, el Centro de Servicios


accionado asignó las diligencias al despacho censurado, sin
someterlas a reparto, como lo establece el numeral 2º del
artículo 7º del Acuerdo 1472 de 2002, modificado por el
artículo 2º del Acuerdo 2944 de 2005, ya citados.

En auto del 20 de febrero ulterior, el estrado


recriminado dispuso devolver el asunto a la “oficina
judicial”, con el fin de asignarlo, aleatoriamente, al juez
correspondiente, pues, estimó, al haber conocido en
pretérita oportunidad de ese litigio, no le podía ser
adjudicado el nuevo petitorio, sin cumplir con la ritualidad
ya mencionada, por cuanto “ello atenta contra la
distribución equitativa” de la carga laboral.

En desacuerdo, el impulsor recurrió el anterior


proveído a través de los recursos de reposición y apelación.

El 14 de julio de 2020, la sede judicial cuestionada


mantuvo incólume su postura y denegó la censura
subsidiaria, por improcedente, en tanto el auto impugnado
no “(…) está rechazando la demanda, como mal entiende el
recurrente, [porque lo] decid[ido] fue la mera devolución del
expediente a reparto (…)”.

2.3. En sentir del promotor, con la negativa a recibir y


tramitar su demanda, la célula fustigada desconoció las

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causales taxativas para rechazar un litigio, causándole “un


grave perjuicio”, pues el término de caducidad está
corriendo y ello pone en riesgo la posibilidad de reclamar el
reconocimiento del derecho sustancial allí comprometido.

Adicionalmente, reprochó, para la fecha de la solicitud


de amparo -3 de diciembre de 2020-, el expediente no había
sido devuelto al centro de servicios ni, por tanto, asignado a
un funcionario judicial competente para absolver sus
súplicas.

3. Ruega, en concreto, decretar la ilegalidad de los


pronunciamientos rebatidos y ordenar a la célula judicial
confutada, decidir si admite o no su petítum, con
fundamento, exclusivo, en las causales legalmente
establecidas para el efecto.

I.1. Respuesta del accionado y los vinculados

1. La Juez Civil del Circuito enjuiciada narró la gestión


surtida en el decurso materia de ataque, defendió su
legalidad y excusó la tardanza denunciada, en la crisis
nacional ocasionada por la pandemia de público
conocimiento y las medidas de bioseguridad adoptadas por
el Consejo Superior de la Judicatura para evitar su
propagación en la Rama Judicial del Poder Público, tales
como el cierre de los despachos en todo el país y la
digitalización de los expedientes.

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Radicación n.° 11001-22-03-000-2020-01906-01

En adición, censuró la pasividad del interesado, quien,


aseveró, pudo solicitarle, directamente, lo ahora reclamado
y no acudir a este mecanismo excepcional.

No obstante, precisó, una vez enterada de la


salvaguarda incoada, procedió de conformidad con lo
peticionado, razón por la cual, dijo, en la actualidad la
queja carece de objeto.

2. Dentro del término otorgado para contestar, los


demás convocados guardaron silencio.

I.2. La sentencia impugnada

El a quo constitucional denegó la protección incoada,


de un lado, por no hallar configurado el yerro procedimental
enrostrado a la juzgadora convocada, por negar la
concesión de la alzada propuesta frente a la orden de
devolución de las diligencias a la oficina de reparto, por no
constituir un rechazo de la demanda, como lo entendió el
quejoso, sino de una decisión fundamentada en lo
dispuesto en el artículo 7º del Acuerdo 1472 de 2002 del
Consejo Superior de la Judicatura.

De otra parte, declaró la configuración de un hecho


superado en torno a la efectiva remisión del asunto al
Centro de Servicios Administrativos, pues, si bien hubo
tardanza en esa gestión, la misma se adelantó tan pronto se
notificó el auto admisorio de esta queja -4 de diciembre de
2020-.

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I.3. La impugnación

La incoó el gestor, censurando las conclusiones del


fallo de primer grado, al estimarlas contrarias a la realidad,
en tanto las providencias emitidas por la sede judicial
encartada, fueron publicadas en los respectivos estados y
en el sistema de consulta “siglo XXI”, como “rechazo de la
demanda”. Por lo tanto, debió darse trámite al remedio
vertical propuesto.

Rebatió también las aseveraciones atinentes a la


superación de la mora judicial denunciada, por cuanto,
dijo, el tribunal no reparó en el amplio lapso de
“inactividad” de la funcionaria acusada, en cuyo estrado
permaneció engavetado el proceso, y solo con la
presentación de la salvaguarda lo devolvió “para evitar su
prosperidad”, sin tomar en consideración las graves
consecuencias jurídicas para el pleito, pues:

“(…) [l]os 11 meses transcurridos causan[,] necesariamente[,] un


contrapeso a la parte accionante, que no se podrá superar, pues
[el] [a]rtículo 94 [del] C.G.P. establece que, pasado un año
después de la presentación de la demanda, sin que se hubiera
logrado la notificación al demandado, se entiende que se
levantan los términos de interrupción de la prescripción y opera
el fenómeno de la caducidad de la acción.

“(…) [E]n enero del 2021, operará la prescripción y caducidad de


la acción de 2 años subsiguientes al hecho generador del
incumplimiento contractual, que afectó los intereses económicos
en perjuicio del demandante dentro del radicado nº
11001310304120200007500, hoy aquí accionante (…)”.

Basado en las anteriores aseveraciones, imploró la


concesión del resguardo, ordenando no tener “en cuenta el

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conteo de términos (…) desde el 20 de febrero del 2020


(fecha de auto de rechazo de la demanda) hasta la fecha en
que el expediente sea radicado en el juzgado correspondiente
(…)”.

2. CONSIDERACIONES

1. El precursor pretende, a través de este instrumento


de protección excepcional, dejar sin efectos la providencia
de 14 de julio de 2020, por la cual el juzgado rebatido
mantuvo la decisión de “rechazar” la demanda radicada el
14 de febrero del mismo año, por no estar amparada en
ninguna de las causales previstas por el legislador y
haberse retardado, injustificadamente, la admisión de su
petitum, poniendo en peligro su derecho sustancial en
litigio.

Lo último, porque, desde la presentación del libelo


transcurrieron once meses “sin admisión, ni rechazo por
causa legal (…)”, perdiendo la posibilidad de acogerse al
primer inciso del artículo 94 del Código General del
Proceso3 para notificar a su contraparte, pues, dijo, “(…) en
enero del 2021 operará la prescripción y caducidad de la
acción de dos años, subsiguientes al hecho generador del
incumplimiento contractual, que afectó [sus] intereses (…)”.

3
“(…) La presentación de la demanda interrumpe el término para la prescripción e impide que
se produzca la caducidad siempre que el auto admisorio de aquella o el mandamiento ejecutivo
se notifique al demandado dentro del término de un (1) año contado a partir del día siguiente a
la notificación de tales providencias al demandante. Pasado este término, los mencionados
efectos solo se producirán con la notificación al demandado (…)”.

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2. El acceso a la administración de justicia, es un


derecho fundamental, protegido por la Carta Política y el
ordenamiento legal de la Nación. Se trata de un servicio
público a cargo del Estado, cuyo objeto es hacer efectivos
los derechos, obligaciones, garantías y libertades de los
ciudadanos, con el fin de “(…) realizar la convivencia social
y lograr y mantener la concordia nacional (…)”4.

En palabras de la Corte Constitucional,

“(…) Este derecho ha sido entendido como la posibilidad


reconocida a todas las personas de poder acudir, en condiciones
de igualdad, ante las instancias que ejerzan funciones de
naturaleza jurisdiccional que tengan la potestad de incidir de una
y otra manera, en la determinación de los derechos que el
ordenamiento jurídico les reconoce, para propugnar por la
integridad del orden jurídico y por la debida protección o
restablecimiento de sus derechos e intereses legítimos, con
estricta sujeción a los procedimientos previamente establecidos y
con plena observancia de las garantías sustanciales y
procedimentales previstas en la Constitución y la ley. Por medio
de su ejercicio se pretende garantizar la prestación jurisdiccional
a todos los individuos, a través del uso de los mecanismos de
defensa previstos en el ordenamiento jurídico. De esta forma, el
derecho de acceso a la administración de justicia constituye un
presupuesto indispensable para la materialización de los demás
derechos fundamentales, ya que, como ha señalado esta
Corporación “no es posible el cumplimiento de las garantías
sustanciales y de las formas procesales establecidas por el
Legislador sin que se garantice adecuadamente dicho acceso”.
Por consiguiente, el derecho de acceso a la administración de
justicia se erige como uno de los pilares que sostiene el modelo de
Estado Social y Democrático de Derecho, toda vez que abre las
puertas para que los individuos ventilen sus controversias ante
las autoridades judiciales y de esta forma se protejan y hagan
efectivos sus derechos (…)”.5

3. Según el artículo 7º del Acuerdo 1472 de 2020,


modificado por el canon 2º del Acuerdo PSAA05-2944 de
2005, “cuando esté ejecutoriado el auto que rechaza la
4
Artículo 1º de la Ley 270 de 1996.
5
Sentencia T-799 de 2011, 21 de octubre de 2011.

8
Radicación n.° 11001-22-03-000-2020-01906-01

demanda”, el funcionario procederá a diligenciar “los


formatos respectivos (…) y los remitirá[,] de manera
inmediata[,] a la dependencia encargada del reparto (…)”
para efectos de realizar la respectiva compensación. En
dicho caso, “cuando se vuelva a presentar la demanda[,] se
repartirá de manera aleatoria y equitativa entre todos los
despachos de la especialidad correspondiente, incluyendo el
despacho que [la] rechazó”.

De acuerdo con lo anterior, asiste razón a la juzgadora


accionada en cuanto a la nueva distribución aleatoria a la
cual debió someterse el segundo petitum presentado por el
hoy tutelante, en aras de cumplir con la asignación
equitativa del trabajo entre los estrados judiciales de su
especialidad.

No obstante, tal garantía no puede constituirse en un


obstáculo para el acceso a la administración de justicia de
la ciudadanía, no solo porque se trata de una situación de
carácter eminentemente administrativo, no imputable a los
administrados, sino susceptible de solucionarse a través de
medidas inmediatas y efectivas entre los servidores
judiciales en cumplimiento de sus deberes.

En ese sentido, en eventos donde las oficinas


administrativas incurren en yerros como el aquí analizado,
resulta ineludible un ejercicio de ponderación por parte del
juez, para determinar si es viable devolver la foliatura para
su asignación correcta o si, dadas las particularidades del
asunto, es necesario adoptar otro tipo de decisiones, como

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Radicación n.° 11001-22-03-000-2020-01906-01

bien podría ser la solicitud de compensación en el siguiente


reparto.

En el primer caso, sin embargo, corresponde al estrado


adelantar todas las gestiones tendientes a asegurar el
efectivo y pronto retorno del decurso a la división
pertinente, cuyo jefe está en la obligación de dar inmediata
solución al impase, como lo establece el 6º del precitado
Acuerdo6.

3.1. Bajo las anteriores premisas, la Corte no


encuentra irregularidad alguna en la determinación
adoptada el 20 de febrero de 2020, por la funcionaria
encartada, por cuanto el asunto puesto a su consideración
por el aquí gestor no ameritaba un trato preferencial,
prevalente ni urgente que impidiera su devolución a la
oficina de reparto.

3.2. Si bien sí hubo un yerro por parte del despacho


censurado al clasificar el citado proveído en el software de
gestión judicial “siglo XXI” como “rechazo de la demanda”,
del contenido de esa providencia no se extrae que esa fuera
la decisión emitida, precisamente, por no tener como base
ninguna de las causales consagradas en el ordenamiento

6
“(…) El jefe de la dependencia encargada del reparto es el directo responsable del
cumplimiento de las normas que lo regulan y de dirimir de manera inmediata las controversias
que se presenten con ocasión del mismo. 
El acceso a la información del reparto por personas diferentes a las partes, en los casos en que
no proceda la reserva, se hará por medio del ejercicio del derecho de petición, reglamentado
mediante Acuerdo número 01 de 2002 de la Sala Plena del Consejo Superior de la Judicatura. 
En caso de utilización de disco magnético, éste, por razones de protección a los sistemas de
información de la Rama Judicial, será suministrado por la respectiva dependencia encargada
de la función del reparto con un costo equivalente al de dos horas del salario mínimo legal
vigente (smlv) para cada año (…)”.

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procedimental para tal efecto, sino un inconveniente de


orden logístico.

Por lo anterior, puede concluirse fundadamente la


improcedencia del recurso de apelación frente a ese
pronunciamiento, empero, sí es necesario hacer un llamado
de atención a la célula judicial recriminada para que, en
adelante, relacione adecuadamente sus actuaciones,
evitando así confusiones entre los usuarios de la justicia.

3.3. Igualmente, debe exhortársele en aras de no


volver a incurrir en demoras como la ahora evidenciada,
pues resulta inadmisible que un decurso recibido desde el
17 de febrero de 2020 y rehusado el 20 posterior, solo haya
sido devuelto al Centro de Servicios Administrativos el 4 de
diciembre del mismo año.

Aunque es cierto, la mora judicial no fue de once


meses, como lo predica el actor, en tanto de ese periodo
deben descontarse los tres meses y medio de la suspensión
de términos ordenada en todo el país con ocasión de la
pandemia de público conocimiento, una vez resuelto el
recurso de reposición presentado por el libelista -14 de julio
de 2020-, debió procederse de conformidad.

No obstante, las diligencias permanecieron en el


despacho sin cumplir lo dispuesto en el auto reprochado,
por cuatro meses más, circunstancia a todas luces,
contraria a los deberes de cuidado, diligencia y celeridad
esperados de la administración de justicia, especialmente

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Radicación n.° 11001-22-03-000-2020-01906-01

en un evento donde estaba pendiente la asignación de un


funcionario competente para dirimir la controversia
suscitada por un ciudadano.

4. Ahora bien, al haberse producido la devolución del


expediente durante el trámite de esta salvaguarda -4 de
diciembre de 2020- e, incluso, hallarse asignado su
conocimiento al Juzgado Dieciséis Civil del Circuito de
Bogotá en la actualidad7, carece de objeto cualquier tipo de
medida tendiente a resguardar las prerrogativas del
impulsor, pues ya se encuentran satisfechas.

En cuanto a lo discurrido, la Corte Constitucional ha


esbozado:

“(…) [La] jurisprudencia, ha indicado que la carencia actual de


objeto se configura cuando frente a las pretensiones esbozadas
en la acción de tutela, cualquier orden emitida por el juez no
tendría algún efecto o simplemente “caería en el vacío”.
Específicamente, esta figura se materializa a través en las
siguientes circunstancias: (…)”.

“(…) Daño consumado. Es aquel que se presenta cuando se


ejecuta el daño o la afectación que se pretendía evitar con la
acción de tutela, de tal manera que, el juez no puede dar una
orden al respecto con el fin de hacer que cese la vulneración o
impedir que se materialice el peligro. Así, al existir la
imposibilidad de evitar la vulneración o peligro, lo único
procedente es el resarcimiento del daño causado por la
violación de derecho. No obstante, la Corte ha indicado que, por
regla general, la acción constitucional es improcedente cuando
se ha consumado la vulneración pues, esta acción fue
concebida como preventiva mas no indemnizatoria (…)”.

“(…) Hecho superado. Este escenario se presenta cuando


entre el momento de interposición de la acción de tutela

7
https://procesos.ramajudicial.gov.co/procesoscs/ConsultaJusticias21.aspx?
EntryId=LHuL70zG5vbiEM9OoTVB%2bOB66q0%3d.

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y el fallo, se evidencia que[,] como consecuencia del obrar


de la accionada, se superó o cesó la vulneración de
derechos fundamentales alegada por el accionante. Dicha
superación se configura cuando se realizó la conducta pedida
(acción u abstención) y, por tanto, terminó la afectación,
resultando inocua cualquier intervención del juez constitucional
en aras de proteger derecho fundamental alguno, pues ya la
accionada los ha garantizado (…)”.

“(…) Acaecimiento de una situación sobreviniente. Se presenta


en aquellos casos en que tiene lugar una situación
sobreviviente, que a diferencia del escenario anterior, no debe
tener origen en una actuación de la accionada, y que hace que
ya la protección solicitada no sea necesaria, ya sea porque el
accionante asumió la carga que no le correspondía, o porque la
nueva situación hizo innecesario conceder el derecho (…)”8 (se
destaca).

5. Tampoco hay lugar a acoger la novedosa pretensión


del escrito de impugnación encaminada a ordenar la no
contabilización del lapso de parálisis del expediente, para
los efectos previstos en el artículo 94 del estatuto
procedimental, en tanto el término de un año allí
establecido para la integración del contradictorio, solo inicia
con la notificación al demandante del auto admisorio de la
demanda, providencia que no ha tenido lugar en su
proceso.

Así reza la norma en comento:

“(…) La presentación de la demanda interrumpe el término para


la prescripción e impide que se produzca la caducidad siempre
que el auto admisorio de aquella o el mandamiento ejecutivo
se notifique al demandado dentro del término de un (1)
año contado a partir del día siguiente a la notificación de
tales providencias al demandante. Pasado este término, los
mencionados efectos solo se producirán con la notificación al
demandado (…)”.

8
Corte Constitucional, T-038 de 2019, de 1° de febrero de 2019, exp. T-7.000.184.

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Radicación n.° 11001-22-03-000-2020-01906-01

De tal modo, es errada la interpretación del


peticionario, al asegurar el vencimiento de dicho plazo en el
pasado mes de enero de 2021, por cuanto, se insiste, aquél
solo empezará a correr cuando se le notifique el “(…) auto
admisorio de aquella o el mandamiento ejecutivo”, proveído aún

no emitido por el fallador a cargo del asunto en la


actualidad.

6. Siguiendo los derroteros de la Convención


Americana de Derechos Humanos 9 y su jurisprudencia, no
se otea vulneración alguna a la preceptiva de la misma ni
tampoco del bloque de constitucionalidad, que ameriten la
injerencia de esta Corte para declarar inconvencional la
actuación refutada.

El convenio citado es aplicable por virtud del canon 9


de la Constitución Nacional, cuando dice:

“(…) Las relaciones exteriores del Estado se fundamentan en la


soberanía nacional, en el respeto a la autodeterminación de los
pueblos y en el reconocimiento de los principios del derecho
internacional aceptados por Colombia (…)”.

Complementariamente, el artículo 93 ejúsdem,


contempla:

“(…) Los tratados y convenios internacionales ratificados por el


Congreso, que reconocen los derechos humanos y que prohíben
su limitación en los estados de excepción, prevalecen en el orden
interno”.

9
Pacto de San José de Costa Rica, firmado el 22 de noviembre de 1969 y aprobado en
Colombia por la Ley 16 de 1972.

14
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“Los derechos y deberes consagrados en esta Carta, se


interpretarán de conformidad con los tratados internacionales
sobre derechos humanos ratificados por Colombia (…)”.

El mandato 27 de la Convención de Viena, sobre el


derecho de los tratados de 196910, debidamente ratificada
por Colombia, según el cual: “(…) Una parte no podrá
invocar las disposiciones de su derecho interno como
justificación del incumplimiento de un tratado (…)”11, impone
su observancia en forma irrestricta, cuando un Estado
parte lo ha suscrito o se ha adherido al mismo.

6.1. Aunque podría argumentarse la viabilidad del


control de convencionalidad sólo en decursos donde se
halla el quebranto de garantías sustanciales o cuando la
normatividad interna es contraria a la internacional sobre
los derechos humanos, se estima trascendente efectuar
dicho seguimiento en todos los asuntos donde se debata la
conculcación de prerrogativas iusfundamentales, así su
protección resulte procedente o no.

Lo aducido porque la enunciada herramienta le


permite a los Estados materializar el deber de garantizar los
derechos humanos en el ámbito doméstico, a través de la
verificación de la conformidad de las normas y prácticas
nacionales, con la Convención Americana de Derechos
Humanos y su jurisprudencia, ejercicio que según la Corte
Interamericana se surte no sólo a petición de parte sino ex
officio12.
10
Suscrita en Viena el 23 de mayo de 1969.
11
Aprobada por Colombia mediante la Ley 32 de 1985.
12
Corte IDH. Caso Gudiél Álvarez y otros (“Diario Militar”) contra Guatemala. Sentencia de
noviembre 20 de 2012. Serie C No. 253, párrafo 330.

15
Radicación n.° 11001-22-03-000-2020-01906-01

No sobra advertir que el régimen convencional en el


derecho local de los países que la han suscrito y aprobado,
no constituye un sistema opcional o de libre aplicación en
los ordenamientos patrios; sino que en estos casos cobra
vigencia plena y obligatoriedad con carácter impositivo para
todos los servidores estatales, debiendo realizar no
solamente un control legal y constitucional, sino también el
convencional; con mayor razón cuando forma parte del
bloque de constitucionalidad sin quedar al arbitrio de las
autoridades su gobierno.

6.2. El aludido control en estos asuntos procura,


además, contribuir judicial y pedagógicamente, tal cual se
le ha ordenado a los Estados denunciados –incluido
Colombia-13, a impartir una formación permanente de
Derechos Humanos y DIH en todos los niveles jerárquicos
de las Fuerzas Armadas, jueces y fiscales 14; así como
realizar cursos de capacitación a funcionarios de la rama
ejecutiva y judicial y campañas informativas públicas en
materia de protección de derechos y garantías 15.

Insistir en la aplicación del citado control y esbozar el


contenido de la Convención Interamericana de Derechos

13
Corte IDH, Caso Vélez Restrepo y familiares Vs. Colombia, Excepción preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de septiembre de 2012. Serie C No. 248, párrs. 259 a
290, criterio reiterado Caso Masacre de Santo Domingo Vs. Colombia, Excepciones
preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de noviembre de 2012. Serie C
No. 259, párrs. 295 a 323.
14
Corte IDH, Caso de la Masacre de Las Dos Erres Vs. Guatemala, Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2009. Serie C No. 211,
párrs. 229 a 274.
15
Corte IDH, Caso Furlan y familiares Vs. Argentina, Excepciones preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2012. Serie C No. 246, párrs. 278 a
308.

16
Radicación n.° 11001-22-03-000-2020-01906-01

Humanos en providencias como la presente, le permite no


sólo a las autoridades conocer e interiorizar las obligaciones
contraídas internacionalmente, en relación con el respeto a
los derechos humanos, sino a la ciudadanía informarse en
torno al máximo grado de salvaguarda de sus garantías.

Además, pretende contribuir en la formación de una


comunidad global, incluyente, respetuosa de los
instrumentos internacionales y de la protección de las
prerrogativas fundamentales en el marco del sistema
americano de derechos humanos.

7. De acuerdo a lo discurrido, se ratificará la


providencia examinada.

3. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO: CONFIRMAR la sentencia de fecha y lugar


de procedencia anotada.

SEGUNDO: EXHORTAR al Juzgado Cuarenta y Uno


Civil del Circuito de Bogotá, para que, en futuras
oportunidades, cuando sea necesario devolver un
expediente a la oficina de reparto, adopte todas las medidas

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necesarias para verificar el efectivo y pronto retorno de la


foliatura a la división correspondiente, quien debe dar
solución inmediata a ese tipo de impases.

TERCERO: Notifíquese lo así decidido, mediante


comunicación electrónica o por mensaje de datos, a todos
los interesados y remítase oportunamente el expediente a la
Corte Constitucional para su eventual revisión.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

FRANCISCO TERNERA BARRIOS


Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

18
Radicación n.° 11001-22-03-000-2020-01906-01

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

19

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