Está en la página 1de 34

ERNESTO FORERO VARGAS

Magistrado ponente

SL414-2020
Radicación n.° 69288
Acta 04

Bogotá, D. C., doce (12) de febrero de dos mil veinte


(2020).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A. contra la
sentencia proferida por la Sala laboral del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Medellín, el 18 de julio de 2014, en
el proceso ordinario laboral que instauró MARÍA DEL
SOCORRO POSADA DE LEÓN contra la entidad recurrente
y la señora ANA ALICIA GARCÍA RESTREPO.

I. ANTECEDENTES

María del Socorro Posada de León llamó a juicio a


Positiva Compañía de Seguros S.A. y a la señora Ana Alicia
García Restrepo, con el fin de que se ordene modificar en
contra de los intereses de la señora García Restrepo, la
Resolución 4282 del 9 de julio de 2010 expedida por la

SCLAJPT-10 V.00
Radicación n° 69288

sociedad demandada y conforme a ello se ordene el


reconocimiento y pago de la pensión de sobrevivientes a que
tiene derecho teniendo en cuenta lo previsto en el artículo
47 de la Ley 100 de 1993 modificado por el artículo 13 de la
Ley 797 de 2003, desde la fecha de fallecimiento del señor
Gonzalo de Jesús Flórez Chavarriaga.

De igual manera, solicitó la reducción en su totalidad


o en el porcentaje correspondiente de la pensión de la
codemandada, la indexación de las mesadas pensionales
causadas desde que se hizo exigible el derecho y hasta la
fecha en que se produzca el fallo, teniendo en cuenta el IPC
certificado por el DANE, y el pago de las costas del proceso.

Fundamentó sus peticiones, básicamente, en que


contrajo nupcias con el de cujus por el rito católico el día 11
de febrero de 1983, de cuya unión nació «Alexander
Chavarriaga», hoy mayor de edad.

Resaltó, que convivió con el causante desde el


matrimonio hasta finales del año 2007, fecha en la cual su
cónyuge abandonó el hogar, razón por la que se radicó en el
mismo sector, pero en otra vivienda con su hijo hasta
principios del año 2009, tiempo durante el cual seguían
teniendo contacto pues él la visitaba y le colaboraba con su
manutención el pago a la seguridad social.

Indicó, que el día 16 de junio de 2010, el señor Flórez


Chavarriaga falleció a causa de un accidente ocurrido en la
mina San Joaquín de la empresa San Fernando S.A y que a

SCLAJPT-10 V.00
2
Radicación n° 69288

partir de ese momento tanto ella en calidad de cónyuge


como la señora Ana Alicia García en calidad de compañera
permanente solicitaron el reconocimiento de la pensión de
sobrevivientes.

Agregó que, dicha petición fue concedida solo a favor


de la señora García Restrepo, mediante la Resolución 4282
del 09 de julio de 2010 en un monto de $737.750 (f.° 9 a
11), por lo que el 26 de julio del citado año, presentó
os
recurso de reposición y en subsidio apelación (f. 12 a 19),
obteniendo respuesta a través de los actos administrativos
os
6189 del 08 octubre de 2010 (f. 20 a 22) y 7001 del 16 de
os
noviembre de 2010 (f. 24 a 29), los que confirmaron el
primer pronunciamiento negativo.

Al dar respuesta a la demanda, Positiva Compañía de


Seguros S.A. se opuso a las pretensiones y, en cuanto a los
hechos, dio por ciertos los relacionados con el matrimonio
entre la accionante y el causante, la procreación de su hijo,
el tiempo de convivencia, la fecha de fallecimiento del señor
Flórez Chavarriaga, las solicitudes hechas para el
reconocimiento de la pensión, así como las resoluciones por
medio de las cuales se dio respuesta a dicha petición y a los
respectivos recursos. Sobre lo demás manifestó que no era
cierto.

En su defensa manifestó que a la demandada no le


asiste el derecho pensional a partir de la fecha en que
falleció el causante, en tanto, no cumple con los requisitos
del artículo 47 de la Ley 100 de 1993 modificado por el

SCLAJPT-10 V.00
3
Radicación n° 69288

artículo 13 de la Ley 797 de 2003, igualmente, que no es


competencia de la compañía sino de la justicia ordinaria
suspender el derecho otorgado a la señora García Restrepo
y, propuso las excepciones de fondo que denomino:
inexistencia de la obligación, falta de causa jurídica,
enriquecimiento sin justa causa y prescripción.

En vista de que la señora Ana Alicia García Restrepo


no compareció al proceso, el Juzgado Octavo Laboral de
Descongestión del Circuito de Medellín, a través de auto del
21 de marzo de 2013 nombró Curador ad litem (f. °103),
quien al dar respuesta a la demanda se opuso a las
pretensiones y, en cuanto a los hechos manifestó que no le
constaban, motivo por el cual manifestó atenerse a las
pruebas obrantes en el proceso. Como medio de defensa
propuso las excepciones de prescripción, falta de causa
os
para demandar y la genérica. (f. 108 a 110).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Octavo Laboral de Descongestión del


Circuito de Medellín, mediante fallo del 27 de septiembre de
os
2013 (f. 146 a 153), declaró probada la excepción de
inexistencia de la obligación, y absolvió a Positiva Compañía
de Seguros S.A. de todas las pretensiones, facultándola
para que evalué nuevamente la calidad de beneficiaria que
ostenta la codemandada, en procura de la sostenibilidad
financiera del sistema pensional, condenó en costas a la
demandante y ordenó que se surtiera el grado jurisdiccional
de consulta en caso que no fuera recurrida.

SCLAJPT-10 V.00
4
Radicación n° 69288

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Laboral de Descongestión del Tribunal


Superior del Distrito Judicial de Medellín, mediante
sentencia del 18 de julio de 2014, al desatar el recurso de
apelación interpuesto por la parte demandante, resolvió:

PRIMERO: REVOCAR la sentencia N° 116 proferida por el


Juzgado Octavo Laboral de Descongestión del Circuito de
Medellín, el 27 de septiembre de 2013, y en su lugar CONDENAR
a POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A.. a reconocer y
pagar la pensión de sobreviviente a partir del 16 de junio de
2010 en favor de la señora MARÍA DEL SOCORRO POSADA DE
LEÓN, con ocasión del fallecimiento de su cónyuge GONZALO DE
JESÚS FLOREZ CHAVARRIAGA adeudándole la suma de
CUARENTA Y CINCO MILLONES CUARENTA Y NUEVE MIL
NOVECIENTOS SETENTA Y UN PESOS ($45.049.971), por
concepto de las mesadas pensiónales ordinarias y adicionales
causadas y no reconocidas a la fecha.

SEGUNDO: CONDENAR a POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS


S.A.. a continuar reconociendo a la demandante la pensión de
sobreviviente, a partir del 1° de julio de 2014, incluyendo las
mesadas adicionales de junio y diciembre, en cuantía de
OCHOCIENTOS VEINTICUATRO MIL CUATROCIENTOS
OCHENTA PESOS ($824.480) M/CTE., sin perjuicio de los
reajustes anuales.

TERCERO: CONDENAR a POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS


S.A.. a reconocer y pagar la indexación de los valores del
retroactivo causado, hasta el momento del pago efectivo.

CUARTO: Costas en ambas instancias, a cargo de la parte


demandada, en partes iguales y en favor de la demandante. Las
agencias en derecho en esta instancia se fijan en la suma de
SEISCIENTOS DIECISÉIS MIL PESOS ($616.OOO.oo) M/CTE, a
favor de la parte demandante.

QUINTO: se ordena devolver el expediente al Juzgado de origen.

En lo que interesa al recurso extraordinario, el


Tribunal delimitó el problema jurídico en determinar si la
señora Posada de León en su condición de cónyuge

SCLAJPT-10 V.00
5
Radicación n° 69288

supérstite cumplía o no con el requisito de convivencia con


el causante y de ser así, verificar si le asistía el derecho al
reconocimiento y pago de la pensión de sobreviviente en
forma retroactiva a partir del 16 de junio de 2010.

Dio comienzo a su providencia manifestando que se


apoyaría en el criterio de la jurisprudencia, bajo el
razonamiento que como la actora en su condición de
cónyuge mantuvo con el causante «vínculo vigente a la fecha
de la muerte del afiliado» y además, acreditó una
convivencia permanente por más de cinco años (11 de
febrero de 1983 y el año 2007), tenía derecho a la pensión
de sobrevivientes.

Indicó que los supuestos fácticos probados eran: i) que


la actora contrajo matrimonio con el causante el 11 de
febrero de 1983 (f.° 6); ii) que el señor Gonzalo de Jesús
Flórez Chavarriaga falleció el 16 de junio de 2010 (f.° 7); iii)
que el cotizante dejó causado el derecho a la pensión de
sobrevivientes, en virtud del accidente de trabajo ocurrido el
16 de junio de 2010; iv) que la gerencia médica de Positiva
Compañía de Seguros S.A. fue quien calificó el accidente
mediante la Resolución 04282 de 2010 (f. os 10 y 11).

Seguidamente mencionó los artículos 46 y 47 de la Ley


100 de 1993, modificados por los artículos 12 y 13 de la Ley
797 de 2003, normas que transcribió y posteriormente se
refirió a línea jurisprudencial en las que se citan apartes de
las sentencias CSJ SL, 29 nov. 2011, rad. 40055; CSJ SL,
24 ene. 2012, rad. 41637; CSJ SL, 478-2013, para derivar

SCLAJPT-10 V.00
6
Radicación n° 69288

de ella que cuando se trata de cónyuge separada de hecho,


pero con vínculo marital vigente a la muerte del afiliado, y
acredita una convivencia superior a cinco años en cualquier
tiempo, no se exige que este periodo tenga que ser
inmediatamente anterior a la muerte del asegurado, motivo
por el que se adentró a examinar si ésta exigencia se
cumplía remitiéndose al material probatorio.

A continuación, valoró la prueba testimonial y


concluyó que la demandante María del Socorro Posada de
León convivió de forma permanente y continua con el
causante por un periodo superior a los cinco años según
afirmaciones de Maribel León Posada y Hernán Darío Villa
os
Carvajal (f. 137 a 139), quienes depusieron que el
causante al momento de su muerte vivía solo, que no se
había divorciado encontrándose el vínculo matrimonial
vigente y seguía visitando a su cónyuge, a quien le
colaboraba económicamente y se ayudaban mutuamente.
Seguidamente se refirió al interrogatorio de parte de la
actora quien admitió no convivir con el cónyuge desde el
año 2007, pero que cohabitó con él durante 27 años y que
desde hacía tres años él le colaboró para la alimentación.

De lo analizado, determinó que el tiempo de


convivencia de los cónyuges fue superior a los 24 años, que
además permaneció la ayuda mutua y el apoyo económico a
pesar de la separación de hecho que acepta la demandante
María del Socorro Posada, razón por la que consideró viable
concederle la pensión de sobrevivencia «por la simple
existencia del vínculo matrimonial, dejando de lado la

SCLAJPT-10 V.00
7
Radicación n° 69288

efectiva convivencia al momento de la muerte». (Subraya la


Sala).
Respecto de Ana Alicia García Restrepo indicó que no
demostró la convivencia por un lapso igual o superior a
cinco años, de conformidad a la norma referida y que, por el
contrario, según la Resolución 04282 de 2010, esta
convivencia solo tuvo una duración de tres años, motivo por
el que no es posible mantener el reconocimiento, ni siquiera
de una forma proporcional.

Concluyó con la decisión que, al acreditarse el


requisito de convivencia le asiste a la demandante María del
Socorro Posada de León el derecho del 100% de la pensión
de sobreviviente de forma retroactiva desde el 16 de junio
de 2010, e indexada, resaltando que se otorga de esta
manera en tanto del contenido del acto que reconoció la
pensión «se desprende que para el caso era evidente la
controversia entre presuntas beneficiarias, conflicto que
debió ser resuelta por la jurisdicción ordinaria y no por la
aseguradora y sin que la demandante deba asumir las
consecuencias del reconocimiento erróneo efectuado por la
entidad a quien no cumplía los requisitos legales».

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por Positiva Compañía de Seguros S.A.,


concedido por el Tribunal y admitido por la Corte, se
procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

SCLAJPT-10 V.00
8
Radicación n° 69288

Pretende el recurrente que la Corte case la sentencia


recurrida, para que, en sede de instancia, confirme el fallo
del a quo.

Subsidiariamente solicita a la Corte casar la sentencia


impugnada, para que en sede de instancia imponga «la
condena en ese sentido a cargo de la codemandada Ana
Alicia García Restrepo y en cuantía que corresponda a la
suma que por concepto de la pensión de sobrevivientes por el
deceso Gonzalo de Jesús Flórez Chavarriaga haya recibido
de Positiva Compañía de Seguros S.A..».

Con tal propósito formula dos cargos, por la causal


primera de casación, que recibieron réplica por la
demandante María del Socorro Posada de León.

VI. CARGO PRIMERO

Acusa la sentencia del Tribunal de ser violatoria, por


interpretación errónea, del artículo 47 de la Ley 100 de 993,
reformado por el artículo 13 de la Ley 797 de 2003, en
concordancia con los artículos 11 de la Ley 776 de 2002, 46
de la Ley 100 de 1993, modificado por el artículo 12 de la
Ley 797 de 2003, 29 de la CN y 25 del CPTSS.

La recurrente centra la impugnación en la


interpretación errónea, porque, manifiesta que la Corte ha
enseñado que cuando el ataque se basa en una providencia
de las altas cortes, esta es modalidad a denunciarse,

SCLAJPT-10 V.00
9
Radicación n° 69288

máxime si el sustento del fallo enrostrado está basado en el


alcance ofrecido por diversas sentencias proferidas por la
Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, al artículo 47
de la Ley 100 de 1993, reformado por el artículo 13 de la
Ley 797 de 2003, aplicable en este proceso por remisión que
a ella hace el artículo 11 de la Ley 776 de 2002, habida
cuenta que la muerte del causante ocurrió el 16 de junio de
2010.

Evidencia que el ad quem, interpretó según las


jurisprudencias, CSJ SL, 24 jul, 2013, rad, 44542; CSJ SL,
24 ene, 2012, rad, 41637 y CSJ SL, 29 nov, 2011, rad,
40055, que cuando la cónyuge reclama la pensión de
sobrevivientes, debe demostrar «que tuvo (sic) haciendo vida
marital con el causante hasta su muerte y haya convivido
con el fallecido no menos de cinco años (5) continuos con
anterioridad a su muerte (...)», relacionando este hecho con
la situación que prevé la misma norma cuando hay cónyuge
y compañera permanente, pero no existe convivencia
simultánea, y se mantiene vigente la unión conyugal pero
con separación de hecho, debiendo entenderse, que la
norma exige la existencia de la sociedad conyugal vigente, y
en ese caso la cónyuge tiene derecho a una cuota de dicha
pensión, si con antelación al deceso demuestra que ha
convivido en cualquier época con el causante no menos de
cinco años.

Agrega como consecuencia de lo dicho, que igual


solución debe predicarse, cuando no habiendo compañera
permanente, la cónyuge se encuentra separada de hecho,

SCLAJPT-10 V.00
10
Radicación n° 69288

pero conserva su vínculo matrimonial vigente, y prueba


cinco años de convivencia, en cualquier época, con el
causante.

Destaca que el fallador de segunda instancia otorgó el


100% de la prestación a la actora, por encontrar que la
codemandada Ana Alicia García Restrepo en su condición
de compañera permanente, no cumplía con el supuesto
mínimo de convivencia para tenerla como beneficiaria de la
prestación por el fallecimiento de Gonzalo de Jesús Flórez
Chavarriaga.

Razona que en el lineamiento jurisprudencial que


acoge la colegiatura, se advierte «En la misma providencia se
hizo énfasis que no se intentaba regresar al anacrónico
concepto del cónyuge culpable sino a darle preponderancia
al principio de la seguridad social que inspira el sistema,
cuando en este tipo de eventos, privilegia ese lazo jurídico, y
en perspectiva se tienen en cuenta otro tipo de componentes
relacionados con el hecho que el afiliado o pensionado haya
mantenido asistencia económica o el citado vínculo, aun
cuando mediara la separación de hecho.»

Como consecuencia de lo anterior, señala que la


decisión impugnada está tergiversando el cimiento
constitucional, el cual ha sido precisado por la Sala de
Casación Laboral, y que radica en la convivencia, por tanto,
hay que definir si quien conforme a la ley ostenta la
condición de beneficiario de la pensión de sobrevivientes, le
asiste el derecho a gozar de esa prestación, con

SCLAJPT-10 V.00
11
Radicación n° 69288

independencia de que se acredite este requisito esencial.

Lo anterior, porque si bien, con la modificación que el


artículo 13 de la Ley 797 de 2003 le hizo al artículo 47 de la
Ley 100 de 1993, «se atenúa la aplicación rigurosa del
criterio de la convivencia prevista en el artículo 47 original de
la esa Ley 100, que dio lugar a equiparar al cónyuge con la
compañera», y se entendiera derogado el criterio del cónyuge
no culpable de la no convivencia, al consagrar la posibilidad
que aunque este no cohabitara con el causante al momento
de su fallecimiento, pueda acceder a la pensión de
sobreviviente, ello no basta, para cumplir con lo dispuesto
en la reforma introducida por el artículo 13 de la Ley 797 de
2003, aunque así lo interprete la Sala de Casación Laboral
y, el Tribunal, al acoger tal criterio, que al encontrarse el
cónyuge supérstite separado de hecho y, por ende, vigente
su «unión conyugal», dicha sociedad esté subsistiendo, pues
bien pudo haberse liquidado.

Igualmente colige que dicho precepto lo que quiso


decir, fue que no se tuviera en cuenta otro tipo de
componente, «como mantenimiento de asistencia económica
o el vínculo matrimonial, para determinar el derecho a la
pensión de sobreviviente y, por ende, atenuar el relativo al
concepto de "convivencia", sino, indudablemente, el de
reconocer el efecto económico que tiene el matrimonio»,
aludiendo a las capitulaciones matrimoniales (artículo 180
del CC) y al haber social (1781 ídem), preceptos en los que
centra la motivación de la reforma en comento.

SCLAJPT-10 V.00
12
Radicación n° 69288

Finalmente sintetiza su acusación en que el Tribunal


erró en la interpretación que hizo del artículo 47 de la Ley
100 de 1993, al acoger el lineamiento jurisprudencial de la
Sala de Casación Laboral, sosteniendo que esa norma
consagra el derecho a la pensión de sobrevivientes para el
cónyuge separado de hecho y con «unión conyugal» vigente,
siempre y cuando haya convivido con el causante, en
cualquier época, por un término no menor de cinco (5)
años, y no agregar también como exigencia que la sociedad
conyugal no se haya disuelto, es decir, que esté vigente.

VII. RÉPLICA

La opositora advierte falencias a la técnica en éste


cargo, por cuanto casacionista no aclara si ataca la
sentencia por la vía directa o indirecta e indica que, si lo es
por la última senda, debió señalar en cuál o cuáles errores
de hecho incurrió el Tribunal, citando cada uno de los
elementos probatorios con que cuenta el expediente,
expresando, además, si éste se produjo por mala
apreciación o por dejar de valorar algunas pruebas, y
demostrándolo.

De otra parte, manifiesta que las consideraciones


jurídicas planteadas por la recurrente se asemejan a un
alegato de instancia que impiden destruir la sentencia
acusada, pues para hacerlo, invoca la causal de
interpretación errónea, sin embargo, refiere argumentos
fácticos como la convivencia, y la omisión de aplicar normas
del sistema de riesgos laborales que no fue objeto de

SCLAJPT-10 V.00
13
Radicación n° 69288

controversia.

VIII. CONSIDERACIONES

El Tribunal fundamentó su decisión de conceder la


pensión de sobrevivencia a la cónyuge que de acuerdo a la
prueba testimonial, la señora María del Socorro Posada de
León convivió de manera continua con el causante por más
de cinco años y aunque se separaron de hecho, él siguió
asistiéndola en los alimentos, se presentó la ayuda mutua,
además, continuaron el vínculo porque él la visitaba
periódicamente, estableciendo que nunca desapareció el
propósito del vínculo matrimonial, circunstancia que le
permitió acoger el criterio jurisprudencial de la Corte de que
entratándose de cónyuges, es válido tener en cuenta los
cinco años de convivencia de que trata el artículo 13 de la
Ley 797 de 2003, sin que fuera perentorio considerar que
los mismos fueran continuos con antelación a la muerte,
puesto que suficiente era acreditar ésta exigencia en
cualquier tiempo del vínculo matrimonial, siempre y cuando
permaneciera vigente el acompañamiento y la ayuda
mutua.

La recurrente radica su inconformidad en que el


Tribunal tergiversó el componente de la convivencia al
conceder el derecho pensional sin tener en cuenta este
requisito en los términos consagrados en el artículo 47 de la
Ley 100 de 1993, modificado por el artículo 13 de la Ley
797 de 2003, pues considera que, si bien dicha norma hace
menos rigurosa esta exigencia, para tener en cuenta los

SCLAJPT-10 V.00
14
Radicación n° 69288

cinco años en cualquier temporalidad es necesario


demostrar que la sociedad conyugal se encuentra vigente.

El problema jurídico propuesto por la recurrente


consiste en establecer si el Tribunal incurrió en error
jurídico al considerar que de conformidad al artículo 47 de
la Ley 100 de 1993, modificado por el 13 de la Ley 797 de
2003 y el actual criterio jurisprudencial, la cónyuge María
del Socorro Posada de León, separada de hecho con el
causante, con sociedad conyugal vigente, tiene derecho a la
pensión de sobreviviente por acreditar cinco años de
convivencia en su vida matrimonial, aunque no fueran los
últimos cinco años anteriores al fallecimiento de su cónyuge
generador del derecho.

De conformidad a que la vía elegida es de puro


derecho, se dan por demostrados los siguientes supuestos
fácticos que encontró probados el Tribunal. i) que la señora
María del Socorro Posada de León contrajo matrimonio con
Gonzalo de Jesús Flórez Chavarriaga el 11 de febrero de
1983 (f.° 6); ii) que el señor Flórez Chavarriaga falleció el 16
de junio de 2010 (f.° 7); iii) que su fallecimiento fue a
consecuencia de un accidente de trabajo; iv) que la gerencia
médica de Positiva Compañía de Seguros S.A. calificó tal
accidente de origen profesional; v) que tanto María del
Socorro Posada de León como Ana Alicia García Restrepo
reclamaron ante Positiva compañía de Seguros la pensión
de sobrevivientes; vi) que la citada entidad emitió la
Resolución 04282 de 2010 reconociendo la pensión de
sobrevivientes a la señora Ana Alicia García Restrepo y

SCLAJPT-10 V.00
15
Radicación n° 69288

negándoselo a la cónyuge María del Socorro Posada de


León: vii) que María del Socorro Posada de León presentó
recurso de reposición y en subsidio apelación contra dicha
resolución; viii) que mediante acto administrativo 6189 la
ARP citada, confirmó la decisión; y ix) que el vínculo
matrimonial se mantuvo vigente hasta la fecha de la
muerte, por cuanto no hubo divorcio.

Como quiera que el tema central de inconformidad que


presenta la casacionista radica en el alcance que el
Tribunal da al artículo 47 de la Ley 100 de 1993,
modificado por el 13 de la Ley 797 de 2003, considera la
Sala pertinente citar su contenido así:

Beneficiarios de la pensión de sobrevivientes. Son beneficiarios


de la pensión de sobrevivientes:

a) En forma vitalicia, el cónyuge o la compañera o compañero


permanente o supérstite, siempre y cuando dicho beneficiario, a
la fecha del fallecimiento del causante, tenga 30 o más años de
edad. En caso de que la pensión de sobrevivencia se cause por
muerte del pensionado, el cónyuge o la compañera o compañero
permanente supérstite, deberá acreditar que estuvo haciendo
vida marital con el causante hasta su muerte y haya convivido
con el fallecido no menos de cinco (5) años continuos con
anterioridad a su muerte;

b) En forma temporal, el cónyuge o la compañera permanente


supérstite, siempre y cuando dicho beneficiario, a la fecha del
fallecimiento del causante, tenga menos de 30 años de edad, y
no haya procreado hijos con éste (sic). La pensión temporal se
pagará mientras el beneficiario viva y tendrá una duración
máxima de 20 años. En este caso, el beneficiario deberá cotizar
al sistema para obtener su propia pensión, con cargo a dicha
pensión. Si tiene hijos con el causante aplicará el literal a).

Si respecto de un pensionado hubiese un compañero o


compañera permanente, con sociedad anterior conyugal no
disuelta y derecho a percibir parte de la pensión de que tratan
los literales a) y b) del presente artículo, dicha pensión se
dividirá entre ellos (as) en proporción al tiempo de convivencia
con el fallecido.

SCLAJPT-10 V.00
16
Radicación n° 69288

En caso de convivencia simultánea en los últimos cinco años,


antes del fallecimiento del causante entre un cónyuge y una
compañera o compañero permanente, la beneficiaria o el
beneficiario de la pensión de sobreviviente será la esposa o el
esposo. Si no existe convivencia simultánea y se mantiene
vigente la unión conyugal pero hay una separación de hecho, la
compañera o compañero permanente podrá reclamar una cuota
parte correspondiente al literal a) en un porcentaje proporcional
al tiempo convivido con el causante siempre y cuando haya sido
superior a los últimos cinco años antes del fallecimiento del
causante. La otra cuota parte le corresponderá a la cónyuge con
la cual existe la sociedad conyugal vigente […]

Como bien se observa, el requisito esencial para poder


reclamar la pensión de sobreviviente según este precepto es
la convivencia, la cual rige igual para cónyuge o compañera
(o) permanente, esto es, cinco años, y así lo ha precisado la
jurisprudencia, entendiéndose por convivencia la vida en
común, sin que quede incluida en esta definición los
encuentros pasajeros aunque permanezcan en el tiempo,
pues así lo ha adoctrinado la Sala de Casación laboral a
través de diversas sentencias como la CSJ SL, 14 jun.
2011, rad. 31605.

Ahora bien, esta Sala ha precisado que el anterior


concepto no conlleva ignorar los desacuerdos propios de la
cohabitación, los que incluso pueden conducir a los
cónyuges a la separación de hecho, sin que ello signifique
que el vínculo matrimonial desaparecerá, pues logran
mantener comportamientos indicativos del interés de
conservar la relación, razón por la cual éste componente
debe ser examinado de acuerdo a las circunstancias que
rodean cada caso en particular (sentencia CSJ SL3202-
2015).

SCLAJPT-10 V.00
17
Radicación n° 69288

En este orden, esta Corporación ha sostenido que


entratándose de la convivencia entre cónyuges separados de
hecho, pero con el vínculo matrimonial vigente, la exigencia
de la convivencia por espacio de cinco años para reclamar
la pensión de sobrevivientes, se puede acreditar en
cualquier tiempo, siempre que el lazo conyugal se mantenga
vigente. En torno a este tema, la sentencia CSJ SL, 24 ene.
2012, rad. 41637, indicó:

[…]
Tal interpretación que ha desarrollado la Sala, sin embargo, debe
ser ampliada, en tanto no es posible desconocer que el aparte
final de la norma denunciada, evidencia que el legislador respetó
el concepto de unión conyugal, y ante el supuesto de no existir
simultaneidad física, reconoce una cuota parte a la cónyuge que
convivió con el pensionado u afiliado, manteniéndose el vínculo
matrimonial, aun cuando existiera separación de hecho.

Esa medida, sin lugar a dudas, equilibra la situación que se


origina cuando una pareja que decidió formalizar su relación, y
que entregó parte de su existencia a la conformación de un
común proyecto de vida, que inclusive coadyuvó con su compañía
y su fortaleza a que el trabajador construyera la pensión, se ve
desprovista del sostén que aquel le proporcionaba; esa situación
es más palmaria cuando es la mujer quien queda sin ese apoyo,
en tanto su incorporación al mercado laboral ha sido tardía,
relegada históricamente al trabajo no remunerado o a labores
periféricas que no han estado cubiertas por los sistemas de
seguridad social.

No se trata entonces de regresar a la anterior concepción


normativa, relacionada con la culpabilidad de quien abandona al
cónyuge, sino, por el contrario, darle un espacio al verdadero
contenido de la seguridad social, que tiene como piedra angular
la solidaridad, que debe predicarse, a no dudarlo, de quien
acompañó al pensionado u afiliado, y quien, por demás hasta el
momento de su muerte le brindó asistencia económica o mantuvo
el vínculo matrimonial, pese a estar separados de hecho,
siempre y cuando aquel haya perdurado los 5 años a los
que alude la normativa, sin que ello implique que deban
satisfacerse previos al fallecimiento, sino en cualquier
época.

Ahora bien, si tal postura se predica cuando existe compañera o


compañero permanente al momento del fallecimiento del afiliado

SCLAJPT-10 V.00
18
Radicación n° 69288

o pensionado, no encuentra la Corte proporcionalidad o razón


alguna para privar a la (el) esposa (o) del reconocimiento de la
pensión, en el evento de no concurrir aquel supuesto, pues de
admitirse, la disposición no cumpliría su finalidad, esto es, la
protección en tal escenario, más si se evalúa que quien aspira a
tal prestación mantiene un lazo indeleble, jurídico, económico,
sea que este último se haya originado en un mandato judicial, o
en la simple voluntad de los esposos.

[…] (La negrilla es original, las subrayas de la Sala).

Se deriva de lo anterior, que la convivencia entre


cónyuges por un periodo igual o superior a cinco años se
puede contabilizar en cualquier tiempo, si el vínculo
matrimonial se mantiene vigente, aunque éstos no se
encuentren cohabitando al momento del fallecimiento del
afiliado o pensionado, así se haya realizado la liquidación de
sociedad conyugal, tema que quedó dilucidado cuando ésta
Sala precisó el alcance del literal b) del artículo 13 de la Ley
797 de 2003 a través de la sentencia CSJ SL, 13, mar.
2012, rad. 45038 en la que dijo lo siguiente:

[…]

El artículo 13 de la Ley 797 de 2003 contiene dos situaciones


que no pueden equipararse, una relacionada con la existencia de
la “unión conyugal” y la restante con la de la “sociedad conyugal
vigente”. Estima la Sala, que si la protección que otorgó el
legislador fue respecto del vínculo matrimonial, tal como se
destacó en sede de casación, debe otorgarse la pensión a quien
acreditó que el citado lazo jurídico no se extinguió amén de que
no hubo divorcio, pues por el especial régimen del contrato
matrimonial, es menester distinguir entre los efectos de orden
personal, relativos a las obligaciones de los cónyuges entre sí y
con sus hijos, del meramente patrimonial como acontece con la
sociedad conyugal o la comunidad de bienes que se conforma
con ocasión de aquel.

Esa distinción, en eventos como el aquí se discute es de especial


interés, pues frente a los primeros, inclusive, subsiste la
obligación de socorro y ayuda mutua, que están plasmados en el
artículo 176 del Código Civil que dispone que “los cónyuges

SCLAJPT-10 V.00
19
Radicación n° 69288

están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse


mutuamente en todas las circunstancias de la vida”, y en el
propio artículo 152, modificado por el artículo 5 de la Ley 25 de
1992, prevé que el matrimonio se disuelve, entre otros, por el
divorcio judicialmente decretado.

Así, por ejemplo en sentencia C-533 de 2000, la Corte


Constitucional abordó la naturaleza del matrimonio, y en torno al
punto que aquí interesa estimó:

“(…) el matrimonio no es la mera unión de hecho, ni la


cohabitación entre los cónyuges. Los casados no son
simplemente dos personas que viven juntas. Son más bien
personas jurídicamente vinculadas (…) En el matrimonio (…) las
obligaciones que surgen del pacto conyugal, a pesar de que
pueden llegar a extinguirse por divorcio y éste a su vez puede
darse por voluntad de los cónyuges, es menester lograr la
declaración judicial del divorcio para que se produzca la
disolución del vínculo jurídico a que se ha hecho referencia”.

Por demás, es el propio artículo 42 de la Constitución Política el


que señala que “los efectos civiles de todo matrimonio cesarán
por divorcio con arreglo a la ley civil”, y si a ello se suma la
voluntad del legislador de proteger la “unión conyugal” a la que
hizo referencia la norma que aquí se discute, no sería propio
negar el otorgamiento de la prestación cuando la sociedad
conyugal esté disuelta, pero exista el verdadero vínculo jurídico,
máxime cuando en este evento, el propio Ramón Antonio
Castrillón Uribe, en desarrollo de sus obligaciones de socorro y
ayuda mutua, previó el tema pensional e incorporó en la cláusula
atrás trascrita su deseo de prodigar amparo, a quien convivió con
él por más de 20 años. (Subraya la Sala).

Fluye de lo expuesto, que la cónyuge supérstite aquí


reclamante tiene derecho al reconocimiento la pensión de
sobrevivencia, porque el vínculo matrimonial que mantuvo
vigente con el afiliado hasta la muerte, permaneció a través
del tiempo, ello con independencia de que se haya
presentado entre los consortes la separación de hecho con
tres años de antelación al fallecimiento del afiliado, así se
hubiera disuelto la sociedad conyugal.

SCLAJPT-10 V.00
20
Radicación n° 69288

De tal modo, se precisa que el cónyuge con unión


conyugal vigente, aunque se encuentre separado de hecho,
si acredita que ha convivido cinco años con el afiliado o
pensionado en cualquier tiempo, tiene derecho a la pensión
de sobrevivientes; pues la sociedad conyugal que cuestiona
el casacionista sólo alude a temas patrimoniales los cuales
no tienen incidencia frente a la permanencia de la unión
matrimonial, por tanto, aunque se presentara la disolución
de dicha sociedad, que no es el tema debatido en el
presente caso, si permanece el vínculo matrimonial hasta el
deceso del afiliado o pensionado, al cónyuge supérstite le
asiste el derecho a la pensión de sobrevivientes.

Sobre este tema discutido, la sentencia CSJ SL1399-


2018, precisó lo siguiente:

[…]

2.1 La noción de convivencia


Según la disposición reproducida la convivencia por un lapso no
inferior a 5 años es transversal y condicionante del surgimiento
del derecho a la pensión de sobrevivientes, tanto en beneficio de
los (las) compañeros (as) permanentes como de los cónyuges
(SL4925-2015). Por convivencia ha entendido la Corte que es
aquella «comunidad de vida, forjada en el crisol del amor
responsable, la ayuda mutua, el afecto entrañable, el apoyo
económico, la asistencia solidaria y el acompañamiento
espiritual, que refleje el propósito de realizar un proyecto de vida
de pareja responsable y estable, a la par de una convivencia real
efectiva y afectiva- durante los años anteriores al fallecimiento
del afiliado o del pensionado» (CSJ SL, 2 mar. 1999, rad. 11245
y CSJ SL, 14 jun. 2011, rad. 31605).

Así, la convivencia real y efectiva entraña una comunidad de


vida estable, permanente y firme, de mutua comprensión, soporte
en los pesos de la vida, apoyo espiritual y físico, y camino hacia
un destino común. Lo anterior, excluye los encuentros pasajeros,
casuales o esporádicos, e incluso las relaciones que, a pesar de

SCLAJPT-10 V.00
21
Radicación n° 69288

ser prolongadas, no engendren las condiciones necesarias de


una comunidad de vida.

2.2 Los desacuerdos o disgustos transitorios de la pareja,


o la no cohabitación por motivos de fuerza mayor no
suponen una ruptura de la convivencia

En fallo SL3202-2015 esta Sala de la Corte adoctrinó que en la


familia, como componente fundamental de la sociedad, pueden
presentarse circunstancias o vicisitudes que de ningún modo
pueden tener consecuencias en el mundo de lo jurídico, como
cuando desacuerdos propios de la pareja conllevan a que
transitoriamente no compartan el mismo techo, pero se
mantengan, de manera patente, otros aspectos que indiquen que,
inequívocamente no les interesa acabar con la relación, es decir,
que el vínculo permanece.

En similar sentido, la jurisprudencia laboral ha sostenido que la


convivencia debe ser evaluada de acuerdo con las peculiaridades
de cada caso, dado que pueden existir eventos en los que los
cónyuges o compañeros no cohabiten bajo el mismo techo, en
razón de circunstancias especiales de salud, trabajo, fuerza
mayor o similares, lo cual no conduce de manera inexorable a
que desaparezca la comunidad de vida de la pareja si
notoriamente subsisten los lazos afectivos, sentimentales y de
apoyo, solidaridad, acompañamiento espiritual y ayuda mutua,
rasgos esenciales y distintivos de la convivencia entre una pareja
y que supera su concepción meramente física y carnal de
compartir el mismo domicilio. […]

2. Convivencia singular del afiliado o pensionado fallecido


con el cónyuge o compañero (a) permanente

2.1 Convivencia singular con el cónyuge


En tratándose de la relación del afiliado o pensionado con su
cónyuge, esta Corporación ha defendido el criterio según el cual
la convivencia por un lapso no inferior a 5 años puede ocurrir en
cualquier tiempo, siempre que el vínculo matrimonial se
mantenga intacto.

En efecto, a partir de la sentencia SL, 24 en. 2012, rad. 41637,


esta Sala planteó que el cónyuge con unión matrimonial vigente,
independientemente de si se encuentra separado de hecho o no
de su consorte, puede reclamar legítimamente la pensión de
sobrevivientes por su fallecimiento, siempre que hubiese
convivido con el (la) causante durante un interregno no inferior a
5 años, en cualquier tiempo. En específico, en esa oportunidad
señaló:

Tal interpretación que ha desarrollado la Sala, sin embargo, debe


ser ampliada, en tanto no es posible desconocer que el aparte
final de la norma denunciada, evidencia que el legislador respetó

SCLAJPT-10 V.00
22
Radicación n° 69288

el concepto de unión conyugal, y ante el supuesto de no existir


simultaneidad física, reconoce una cuota parte a la cónyuge que
convivió con el pensionado u afiliado, manteniéndose el vínculo
matrimonial, aun cuando existiera separación de hecho.

Esa medida, sin lugar a dudas, equilibra la situación que se


origina cuando una pareja que decidió formalizar su relación, y
que entregó parte de su existencia a la conformación de un
común proyecto de vida, que inclusive coadyuvó con su compañía
y su fortaleza a que el trabajador construyera la pensión, se ve
desprovista del sostén que aquel le proporcionaba; esa situación
es más palmaria cuando es la mujer quien queda sin ese apoyo,
en tanto su incorporación al mercado laboral ha sido tardía,
relegada históricamente al trabajo no remunerado o a labores
periféricas que no han estado cubiertas por los sistemas de
seguridad social.

No se trata entonces de regresar a la anterior concepción


normativa, relacionada con la culpabilidad de quien abandona al
cónyuge, sino, por el contrario, darle un espacio al verdadero
contenido de la seguridad social, que tiene como piedra angular
la solidaridad, que debe predicarse, a no dudarlo, de quien
acompañó al pensionado u afiliado, y quien, por demás hasta el
momento de su muerte le brindó asistencia económica o mantuvo
el vínculo matrimonial, pese a estar separados de hecho,
siempre y cuando aquel haya perdurado los 5 años a los
que alude la normativa, sin que ello implique que deban
satisfacerse previos al fallecimiento, sino en cualquier
época.

Ahora bien, si tal postura se predica cuando existe compañera o


compañero permanente al momento del fallecimiento del afiliado
o pensionado, no encuentra la Corte proporcionalidad o razón
alguna para privar a la (el) esposa (o) del reconocimiento de la
pensión, en el evento de no concurrir aquel supuesto, pues de
admitirse, la disposición no cumpliría su finalidad, esto es, la
protección en tal escenario, más si se evalúa que quien aspira a
tal prestación mantiene un lazo indeleble, jurídico, económico,
sea que este último se haya originado en un mandato judicial, o
en la simple voluntad de los esposos.
El anterior criterio se reivindicó en las sentencias SL7299-2015,
SL6519-2017, SL16419-2017, SL6519-2017, entre otras.

Entonces la convivencia de 5 años con el cónyuge con lazo


matrimonial vigente, puede darse en cualquier tiempo, así no se
verifique una comunidad de vida al momento de la muerte del (la)
afiliado (a) o pensionado (a), dado que: (i) el legislador de 2003
tuvo en mente la situación de un grupo social, integrado a más
de las veces por mujeres cuyos trabajos históricamente han sido
relegados al cuidado del hogar y que, por consiguiente, podían
quedar en estado de vulnerabilidad o inminente miseria ante el
abandono de su consorte y su posterior deceso; (ii) esta

SCLAJPT-10 V.00
23
Radicación n° 69288

dimensión sociológica debe servir de parámetro interpretativo, a


modo de un reconocimiento que la seguridad social hace a la
pareja que durante largo periodo contribuyó a la consolidación de
la pensión, mediante un trabajo que hasta hace poco no gozaba
de valor económico o relevancia social; y (iii) es lógico pensar que
si con arreglo al último inciso del literal b) del artículo 13 de la
Ley 797 de 2003, en los eventos de convivencia no simultánea, el
cónyuge separado de hecho tiene derecho a la pensión de
sobrevivientes en forma compartida, también debe tener derecho
a esa prestación ante la inexistencia de compañero (a)
permanente.

Por otra parte, la Corte ha clarificado que el referente que le


permite al cónyuge separado de hecho o de cuerpos acceder a la
pensión de sobrevivientes es la vigencia o subsistencia del
vínculo matrimonial. Por lo tanto, otras figuras del derecho de
familia, tales como la separación de bienes o la disolución y
liquidación de la sociedad conyugal no son relevantes en clave a
la adquisición del derecho.
En efecto, la antinomia contenida en el literal b) del artículo 13 de
la Ley 797 de 2003, visible cuando en su inciso 2.° hace
referencia a «sociedad anterior conyugal» y, en el tercero, a «unión
conyugal», fue resuelta por la Corte a favor de la última a través
de sentencia SL, 13 mar. 2012, rad. 45038, en los siguientes
términos:

El artículo 13 de la Ley 797 de 2003 contiene dos situaciones


que no pueden equipararse, una relacionada con la existencia de
la “unión conyugal” y la restante con la de la “sociedad conyugal
vigente”. Estima la Sala, que si la protección que otorgó el
legislador fue respecto del vínculo matrimonial, tal como se
destacó en sede de casación, debe otorgarse la pensión a quien
acreditó que el citado lazo jurídico no se extinguió amén de que
no hubo divorcio, pues por el especial régimen del contrato
matrimonial, es menester distinguir entre los efectos de orden
personal, relativos a las obligaciones de los cónyuges entre sí y
con sus hijos, del meramente patrimonial como acontece con la
sociedad conyugal o la comunidad de bienes que se conforma
con ocasión de aquel.

Esa distinción, en eventos como el aquí se discute es de especial


interés, pues frente a los primeros, inclusive, subsiste la
obligación de socorro y ayuda mutua, que están plasmados en el
artículo 176 del Código Civil que dispone que “los cónyuges
están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse
mutuamente en todas las circunstancias de la vida”, y en el
propio artículo 152, modificado por el artículo 5 de la Ley 25 de
1992, prevé que el matrimonio se disuelve, entre otros, por el
divorcio judicialmente decretado.

SCLAJPT-10 V.00
24
Radicación n° 69288

Así, por ejemplo en sentencia C-533 de 2000, la Corte


Constitucional abordó la naturaleza del matrimonio, y en torno al
punto que aquí interesa estimó:

“(…) el matrimonio no es la mera unión de hecho, ni la


cohabitación entre los cónyuges. Los casados no son
simplemente dos personas que viven juntas. Son más bien
personas jurídicamente vinculadas (…) En el matrimonio (…) las
obligaciones que surgen del pacto conyugal, a pesar de que
pueden llegar a extinguirse por divorcio y éste a su vez puede
darse por voluntad de los cónyuges, es menester lograr la
declaración judicial del divorcio para que se produzca la
disolución del vínculo jurídico a que se ha hecho referencia”.

Por demás, es el propio artículo 42 de la Constitución Política el


que señala que “los efectos civiles de todo matrimonio cesarán
por divorcio con arreglo a la ley civil”, y si a ello se suma la
voluntad del legislador de proteger la “unión conyugal” a la que
hizo referencia la norma que aquí se discute, no sería propio
negar el otorgamiento de la prestación cuando la sociedad
conyugal esté disuelta, pero exista el verdadero vínculo jurídico,
máxime cuando en este evento, el propio Ramón Antonio
Castrillon Uribe, en desarrollo de sus obligaciones de socorro y
ayuda mutua, previó el tema pensional e incorporó en la cláusula
atrás trascrita su deseo de prodigar amparo, a quien convivió con
él por más de 20 años.
La anterior interpretación la ratifica la Corte en esta oportunidad,
habida cuenta que, a diferencia del contrato matrimonial, el cual
incorpora derechos y obligaciones personales tales como los de
socorro y ayuda mutua, tolerancia y respeto a la personalidad
del cónyuge, los cuales subsisten mientras el vínculo no sea
disuelto por muerte, divorcio o cesación de efectos civiles del
matrimonio religioso, la sociedad conyugal hace referencia al
régimen económico de la unión. Por lo tanto, el primero de los
conceptos posee un significado subjetivo e intrínseco, del cual
emanan unos deberes personales, mientras que el segundo
alude a una sociedad patrimonial o de bienes.
Al compás de lo anterior, no es adecuado atar el derecho a la
pensión de sobrevivientes a la pervivencia de la sociedad
conyugal o de la sociedad de bienes, figuras que responden a
contenidos netamente económicos, sino más bien a la vigencia
del contrato matrimonial, dado que es esta unión la que confiere
derechos y asigna obligaciones personales y subjetivos a los
consortes, y, por consiguiente, permite incluirlos como miembros
de su grupo familiar.

Pero tampoco resulta acertado enervar el derecho pensional ante


figuras tales como la separación de hecho o de cuerpos, toda vez
que en la primera de estas situaciones la obligación de convivir
subsiste y en la segunda tan solo se excluye la de cohabitación,

SCLAJPT-10 V.00
25
Radicación n° 69288

pero no la de socorro y ayuda mutua que, pese a esas


circunstancias, subsiste.

Para decirlo de otro modo, la separación de cuerpos, figura


jurídica en virtud de la cual solo se extingue el deber de
cohabitación, no es un obstáculo para que el consorte que haya
convivido durante 5 años con el causante, acceda a la
prestación. Así mismo, la separación de hecho, tampoco frustra
este derecho, pues esta circunstancia fáctica no extingue de suyo
los deberes recíprocos de los cónyuges de entrega mutua, apoyo
incondicional y solidaridad, los cuales perviven hasta tanto se
disuelva el vínculo matrimonial.

Ello explica por qué, para el legislador del 2003 a pesar de la


separación de hecho de los cónyuges, es decir, de la cesación de
la comunidad de vida, si alcanzan a convivir al menos 5 años, el
supérstite puede adquirir la pensión de sobrevivientes mientras
ese vínculo no se disuelva, ya que los deberes de la pareja
subsisten, al margen de si se allanaron a ellos o no.

Así las cosas, en resumen, el cónyuge con unión marital vigente,


separado o no de hecho, que haya convivido en cualquier tiempo
durante un lapso no inferior a 5 años con el afiliado o
pensionado fallecido, tiene derecho a la pensión de
sobrevivientes.
[…]
Por lo expuesto, queda verificado que el ad quem no
incurrió en el error jurídico de interpretar erróneamente el
artículo 47 de la Ley 100 de 1993, modificado por el 13 de
la Ley 797 de 2003, en consecuencia, el cargo no prospera.

IX. CARGO SEGUNDO

Acusa la sentencia impugnada de ser violatoria, por


aplicación indebida, del artículo 34 del Acuerdo 049 de
1990, aprobado por el Decreto 0758 del mismo año, en
concordancia con los artículos 31, 46 y 47 de la Ley 100 de
1993, y 11 de la Ley 776 de 2002.

Manifiesta que el ataque está enfocado en torno al


alcance subsidiario de la impugnación, razón por la que

SCLAJPT-10 V.00
26
Radicación n° 69288

reitera el argumento de la decisión del Tribunal relacionado


con el reconocimiento de la condena del retroactivo
pensional y señala que el juzgador de alzada no dio
cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 304 del CPC,
porque no puntualiza cuál o cuáles son los preceptos «que
le impedían a Positiva Compañía de Seguros S.A., frente a la
reclamación que le hacían las presuntas beneficiarías de la
pensión sobrevivientes, proferir lo que denomina "(...) acto de
reconocimiento pensional», obligándolo consecuencialmente
a esperar que la controversia fuera definida por la
jurisdicción ordinaria laboral y, no realizar el pago por esa
prestación a favor de una ella.

Adiciona que ninguna de las normas que regulan el


tema relacionado con los riesgos profesionales y que
consagran la pensión de sobrevivientes en caso de muerte
del afiliado, establecen esa limitante para la ARP; además,
que, si bien el artículo 11 de la Ley 776 de 2012 hace una
remisión al artículo 47 de la Ley 100 de 1993, éste sólo
determina quiénes son los beneficiarios de dicha prestación
y qué requisitos deben cumplir.

Considera que existe la omisión en la normas


especiales que regulan la pensión de sobrevivientes cuando
la muerte ocurre en accidente de trabajo, como también en
las relacionadas con el funcionamiento de las
administradora de riesgo profesional, motivo por el que
arguye que denuncia como norma infringida por el ad
quem, el artículo 34 del Acuerdo 049 de 1990, aprobado por
el Decreto 0758 del mismo año, pues, concluye «que fue la

SCLAJPT-10 V.00
27
Radicación n° 69288

que tuvo en cuenta, en su mente, ese juzgador, para imponer


la condena que se impugna», porque manifestó:
«Controversia entre pretendidos beneficiarios. Cuando se
presenta controversia entre pretendidos beneficiarios de las
prestaciones, se suspenderá el trámite de la pensión hasta
en tanto se decida judicialmente por medio de sentencia
ejecutoriada a qué persona o personas corresponde el
derecho».

Aunado a lo dicho, advierte que acusa la indebida


aplicación del citado canon, porque el derecho a la pensión
de sobrevivientes surgió con el fallecimiento del causante en
accidente de trabajo, que lo fue el 16 de junio de 2010, data
para la cual se encontraba rigiendo el artículo 31 de la Ley
100 de 1993, prevista para el Instituto de Seguros Sociales
como administrador del sistema pensional de prima media
con prestación definida, el cual es diferente al sistema de
riesgos profesionales, circunstancia por la que manifiesta,
«con fundamento implícito, como lo fue en dicho precepto, no
cabía imponer la condena por pago de retroactivo a cargo de
Positiva Compañía de Seguros S.A.. y, por ende, esa
decisión, debe quebrarse».

X. RÉPLICA

Respecto a ésta acusación la entidad replicante


considera que la norma impugnada como indebidamente
aplicada, no lo fue por parte del Tribunal, debido a que no
la llamó a operar en el presente caso, y dice que la censura
basa su argumento en una suposición cuando manifiesta

SCLAJPT-10 V.00
28
Radicación n° 69288

que dicho canon «lo tuvo en cuenta su mente el juzgador,


para imponer la condena» y seguidamente se adentra en el
análisis respecto a que consiste la aplicación indebida de
una norma, lo que afirma no aconteció en el sub lite.

XI. CONSIDERACIONES

Se memora que el recurrente afirma que el Tribunal


incurrió en yerro jurídico al aplicar el artículo 34 del
Acuerdo 049 de 1990, aprobado por el Decreto 758 del
mismo año, el cual, según su comprensión quedó derogado
a partir de la entrada en vigor de la Ley 100 de 1993,
motivo por el que afirma, no existía norma que les indicara
a las administradoras qué hacer en caso de controversia
entre varias beneficiarias cuando reclaman una pensión de
sobrevivientes.
La Sala evidencia que, aunque el Tribunal no cita la
norma en discusión, sí hace referencia al contenido del
citado artículo 34 que en su texto dice:

ARTÍCULO 34. CONTROVERSIA ENTRE PRETENDIDOS


BENEFICIARIOS. Cuando se presente controversia entre los
pretendidos beneficiarios de las prestaciones, se suspenderá el
trámite de la prestación hasta tanto se decida judicialmente por
medio de sentencia ejecutoriada a qué persona o personas
corresponde el derecho.

Lo anterior, sin perjuicio a que cuando se acredite legalmente la


existencia de dos o más matrimonios y no hubiere separación
legal respecto a uno de ellos se le concederá la pensión al primer
cónyuge.

El precepto referido fue aplicado por el Tribunal, según


sus consideraciones, porque advirtió que tanto la
compañera permanente como la cónyuge presentaron ante

SCLAJPT-10 V.00
29
Radicación n° 69288

Positiva Compañía de Seguros S.A., derecho de petición de


pensión de sobrevivientes, la que fue otorgada a la
compañera permanente y negada a la cónyuge demandante,
arguyendo el ad quem que la demandada debió suspender
el reconocimiento reclamado y dejar que la justicia
ordinaria resolviera el conflicto, a fin de que fuera ésta
quien determinara a quién le correspondía el derecho, pues
evidenció que la compañera permanente no cumplía los
requisitos del artículo 47 de la Ley 100 de 1993, modificado
por el 13 de la Ley 797 de 2003, aplicable en el presente
asunto, razón por la que le ordenó a la accionada cancelar
todo el retroactivo a la cónyuge sin repetir contra la
compañera permanente, toda vez que ésta había recibido la
pensión de buena fe.

En este orden, le corresponde a la Sala examinar si el


Tribunal erró al llamar a operar el artículo 34 del Acuerdo
049, aprobado por el Decreto 758 del mismo año, el cual
fue la base para ordenar el pago del retroactivo completo a
la cónyuge.

La anterior disposición, sólo es pertinente en su


aplicación frente a las prestaciones económicas del régimen
de prima media, que no es la que ocupa la atención de esta
Corte, pues como ya quedó definido, la pensión de
sobrevivencia que se debate en el sub lite, es de riesgos
profesionales, por tanto, aunque le asiste razón al
casacionista en el reproche, la sentencia no será casada,
toda vez que en sede de instancia se llegaría a la misma
conclusión a la que arribó el ad quem, habida cuenta que el

SCLAJPT-10 V.00
30
Radicación n° 69288

artículo 1 de la Ley 1204 de 2008 que modificó el artículo 1


de la Ley 44 de 1980, establece:

Artículo 1: Para simplificar el trámite de sustituciones


pensionales, ante cualquier operador, sea público, privado o de
un empleador que tenga a su cargo el reconocimiento de
pensiones, sean estas legales o convencionales y asegurar el
pago oportuno de la mesada pensional y prestación del servicio
de salud a quienes tienen derecho a ello, el pensionado al
momento de notificarse del acto jurídico que le reconoce su
pensión, podrá solicitar por escrito, que en caso de su
fallecimiento, la pensión le sea sustituida, de manera provisional,
a quienes él señale como sus beneficiarios, adjuntando los
respectivos documentos que acreditan la calidad de tales.
(Subraya la Sala).

[…]

Y seguidamente, la misma Ley 1204 de 2008 en su


artículo 6 precisa el procedimiento en caso de controversia
en los siguientes términos:

ARTÍCULO 6o. DEFINICIÓN DEL DERECHO A SUSTITUCIÓN


PENSIONAL EN CASO DE CONTROVERSIA. En caso de
controversia suscitada entre los beneficiarios por el derecho a
acceder a la pensión de sustitución, se procederá de la siguiente
manera:

Si la controversia radica entre cónyuges y compañera (o)


permanente, y no versa sobre los hijos, se procederá
reconociéndole a estos el 50% del valor de la pensión, dividido
por partes iguales entre el número de hijos comprendidos. El 50%
restante, quedará pendiente de pago, por parte del operador,
mientras la jurisdicción correspondiente defina a quién se le debe
asignar y en qué proporción, sea cónyuge o compañero (a)
permanente o ambos si es el caso, conforme al grado de
convivencia ejercido con el causante, según las normas legales
que la regulan. Si no existieren hijos, el total de la pensión
quedará en suspenso hasta que la jurisdicción correspondiente
dirima el conflicto. (Subraya la Sala).

[…]

En este orden, no cabe duda que le correspondía a la


administradora Positiva Compañía de Seguros S.A.

SCLAJPT-10 V.00
31
Radicación n° 69288

suspender el reconocimiento pensional, en espera de que


fuera la justicia ordinaria quien definiera el conflicto, toda
vez que es un hecho irrefutable que se presentó
controversia entre los beneficiarios, por tanto, como lo
indica la norma en comento y lo dispone el artículo 2 del
CPTSS, modificado por el 2 de la Ley 712 de 2001, y a su
vez por el artículo 622 de la Ley 1564 de 2012, quien dirime
los conflictos tratándose de acreencias pensionales,
controversias entre afiliados, beneficiarios, empleadores y
las entidades administradoras, son los jueces de la
república, porque es a quienes se les impone esta
competencia.

De tal modo, al advertir el fallador de alzada que la


administradora demandada tuvo oportunamente
conocimiento de que tanto cónyuge como compañera
permanente se presentaron a reclamar la prestación
económica, era pertinente que la convocada procediera de
conformidad a lo indicado, y como no lo hizo corre con la
causa de asumir de manera total el pago del retroactivo a
favor de la conyugue, que en esencia corresponde a lo
argüido por el Tribunal, en consecuencia, como no ordenó
suspender el reconocimiento e incluso el pago de la pensión
hasta que la justicia ordinaria definiera el derecho, el cargo
no logra quebrar la sentencia impugnada frente a este
reproche.

En lo pertinente a que es al ISS a quien le corresponde


asumir el pago de la pensión es preciso citar el parágrafo 2
del artículo 1 de la Ley 776 de 2002 que dice:

SCLAJPT-10 V.00
32
Radicación n° 69288

PARÁGRAFO 2o. Las prestaciones asistenciales y económicas


derivadas de un accidente de trabajo o de una enfermedad
profesional, serán reconocidas y pagadas por la administradora
en la cual se encuentre afiliado el trabajador en el momento de
ocurrir el accidente o, en el caso de la enfermedad profesional, al
momento de requerir la prestación. (Subraya la Sala).

[…]

En consecuencia, al existir norma que asigna el


reconocimiento pensional a las administradoras de riesgos,
resulta inocuo el reproche que formula la entidad
recurrente, motivo por el cual la condena impuesta a
Positiva Compañía de Seguros S.A. se mantiene incólume,
sin que resulte triunfante este ataque. Por tanto, al no
lograr el casacionista el quebrantamiento de la sentencia
impugnada, ésta se conserva incólume en su doble
presunción de acierto y legalidad.

Las costas en el recurso extraordinario estarán a cargo


de administradora demandada y como se presentó réplica,
se señalan como agencias en derecho la suma de
$8.480.000, la que deberá ser incluida en la liquidación de
costas de conformidad al artículo 366 del CGP.

XII. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia dictada el 18 de julio de 2014 por la Sala
laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Medellín, dentro del proceso ordinario laboral seguido por

SCLAJPT-10 V.00
33
Radicación n° 69288

MARÍA DEL SOCORRO POSADA DE LEÓN contra


POSITIVA COMPAÑÍA DE SEGUROS S.A. y la señora ANA
ALICIA GARCÍA RESTREPO.

Costas como se dijo en la parte motiva.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

MARTÍN EMILIO BELTRÁN QUINTERO

DOLLY AMPARO CAGUASANGO VILLOTA

ERNESTO FORERO VARGAS

SCLAJPT-10 V.00
34

También podría gustarte