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Variación gramatical y creación del significado en español: los objetos centrales y las construcciones desubjetivizadoras View project
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https://doi.org/10.1075/sic.00005.ser
Spanish in Context 15:1 (2018), pp. 103–126. issn 1571-0718 | e-issn 1571-0726
© John Benjamins Publishing Company
104 María José Serrano
o menor distancia social que se quiera establecer entre hablante y oyente (Brown
y Gilman 1960, Charaudeau y Maingueneau 2005, Kerbrat-Orecchioni 1992).
En general, las gramáticas del español (v. NGRAE 2009) consideran que la
existencia de dos formas diferentes para referirse a la segunda persona está basada
en el hecho de que cada una de ellas está especializada en la oposición establecida
entre las nociones ideales de solidaridad y poder. De este modo, el estudio de su
uso ha estado básicamente dedicado al análisis de cuestiones de naturaleza extra-
lingüística, socio e interdialectales. Esta perspectiva poco ha ayudado a conocer el
verdadero funcionamiento lingüístico de estas formas y a su variación en el dis-
curso, que, además, ha estado centrado en las formas pronominales en función
de sujeto y muy poco en las de objeto, o bien no ha tenido en cuenta los posibles
valores que se derivan de las funciones sintácticas.
Perspectivas más novedosas tienden a considerar que la elección de las varian-
tes de cada paradigma de segunda persona del singular puede ser un importante
recurso para el manejo de las imágenes sociales en la interacción; de hecho,
algunas investigaciones ya se han aproximado a ellas desde este ángulo teórico
(Ardehali 1990, Kendall 1981, Martiny 1996, Mühlhäusler y Harré 1990, Serrano
2001: 265, Spencer-Oatey 1996, Stewart 2003). Por otro lado, la selección de una
u otra forma de tratamiento no solo depende de factores sociales, sino también
de variados elementos lingüísticos y, principalmente, de los objetivos comunicati-
vos que los hablantes adquieren en el transcurso de la comunicación (Blas Arroyo
2005: 312, Martiny 1996: 772, Watts, Ide y Ehlich 1992). En definitiva, la selección
de una u otra forma de tratamiento no debe estudiarse exclusivamente en función
del estatus social del interlocutor, sino también como un recurso lingüístico que se
emplea de acuerdo al contexto y/o a la situación comunicativa (Hummel 2010: 110,
114–115).
segunda persona usted es menos prominente que tú. Ello viene determinado por-
que la forma usted tiene un origen terciopersonal que lo acerca a la tercera persona
y lo aleja de la segunda. Estos distintos niveles de prominencia de los respecti-
vos referentes de cada variante se corresponden también con una diferencia en la
identificación o indexación de los mismos: el paradigma de tú ofrece mayor faci-
lidad en dicha identificación que el de usted. La expresión lingüística no se puede
separar claramente de la referencia extralingüística ni del significado cognitivo: la
elección de cierta persona gramatical es una forma de construir a un referente en
la cognición. Si el hablante elige tú, construirá al interlocutor como más promi-
nente (accesible, perceptible e identificable) que si elige usted.
Véase el contraste en el uso de una y otra variante de segunda persona
mediante los clíticos correspondientes. En (1) la referencia a la segunda persona
mediante te resulta mucho más definida y accesible que en (2), donde se ha utili-
zado le. Esto significa que en el primero el interlocutor queda mejor definido que
en el segundo. Al tratarse de un texto de los medios de comunicación, en (1) la
segunda persona a la que se refiere el hablante puede ser una persona concreta o
la posible audiencia del programa. A pesar de esa posible difuminación del refe-
rente, la mayor prominencia la variante te hace que su referente se perciba como
más definido y directo que si se hubiera utilizado le.
(1) Hoy empezamos hablándo te de Carnaval\ (GalyCent 3–10)
En cambio, en (2), la forma le, aunque puede referirse también a un solo interlo-
cutor o a un conjunto de ellos, no obtiene la misma determinación y claridad en
la indexación, puesto que se ha utilizado la variante menos prominente le.
(2) Le llamamos para saber como se encuentra el ganadero\ (ElEnv17-2)
En cambio, en (4), el hablante utiliza la segunda persona del singular te para refe-
rirse idealmente a que el problema de las personas que lo pierden todo puede ser
En cualquier caso, el empleo de la forma le/ a usted en (3) proporciona una inde-
xación del referente de segunda persona más difuso o menos perceptible que en
(4), donde el uso de te/ a ti, hace que la referencia e indexación de la segunda per-
sona quede más precisamente definida y sea más perceptible.
La gradualidad de la prominencia cognitiva de cada una de las variantes
de segunda persona viene determinada también por las características intrínse-
cas del objeto en contraste con el sujeto; este se coloca prototípicamente a la
izquierda de la cláusula y es el elemento considerado de mayor relevancia, ya que
normalmente representa la perspectiva del hablante y de él parte la predicación.
Por su parte, el objeto, situado prototípicamente en posición posverbal y siendo
una entidad inanimada que recibe el lexema verbal, resulta menos prominente
que el sujeto. Según el modelo de evento canónico propuesto por Langacker
(1991: 285–286), se produce un flujo de energía que tiene su origen en el sujeto,
considerado como agente, hasta el objeto, que actúa como paciente. Los niveles
de energía cognitiva implican que el sujeto es más prominente que el objeto, así,
en una cláusula prototípica transitiva como Juan come pan, Juan tiene el rasgo
+prominente y pan -prominente.
Así pues, por las razones cognitivas explicadas, los pronombres de segunda per-
sona del singular con función sintáctica de sujeto tú y usted son relativamente más
prominentes y accesibles que los de objeto te, a ti; le, lo, la/ a usted.
En esta investigación se parte de las siguientes hipótesis:
a. Los distintos niveles de prominencia cognitiva de cada variante de segunda
persona del singular en función de sujeto o de objeto promueven variadas
posibilidades comunicativas en el discurso.
3. Metodología y corpus
Una primera cuantificación relativa del uso general de las variantes de segunda
persona del singular tanto en función de sujeto (tú, usted) como de objeto (te/a
ti; le lo, la/a usted) arroja unos resultados bastante igualados. Del total de 517 ocu-
rrencias de segunda persona del singular en función de sujeto y 563 en función de
objeto se puede observar que no existe especialización en el uso de T o U en los
textos de los medios de comunicación. Destaca un ligero incremento del uso de U
en función de sujeto y de T en función de objeto.
Tabla 3. Frecuencias absolutas del uso de la segunda persona del singular en función de
objeto según los géneros textuales
Casos de segunda persona del Frecuencia absoluta
singular en función de sujeto y por cada 10,000
de objeto palabras
Informativos (55, 474) 243 43.8
Informativos-debate (41, 753) 268 64.1
Magazines (61, 346) 525 85.5
Tertulias (12, 685) 44 34.6
Total 1080 63
por medios menos directos o perceptibles, lo que la hace especialmente útil para
determinado tipo de interacción. Así, por ejemplo, en los informativos, es habitual
que el periodista se dirija a algún participante en el programa mediante el uso de
la forma de objeto U, como se observa en el ejemplo (12), donde se ha utilizado el
clítico de acusativo la y el de dativo le.1
[Periodista en informativo. U en función de objeto omitido (clítico)]
(12) Vamos a saludar esta mañana a la Consejera de Sanidad\ pues aquí estamos\
saludándo la con relativas buenas noticias\ le hacemos llegar nuestra preocu-
pación por saber cómo va el proceso eruptivo\ (BDC 7-3)
1. Estas fluctuaciones en el uso de los clíticos son frecuentes en los programas de televisión y
radio, debido a la existencia de dos tipos de interlocutor diferente: el entrevistado y la audiencia
del programa.
Por su parte, los políticos representan una gran proporción del uso de U en fun-
ción de sujeto (22.6), como se aprecia en el ejemplo siguiente (17).
[Politician. U en función de sujeto expreso]
(17) Se lo diré muy brevemente\ usted dice que vienen años muy difíciles\y usted
dice/pero yo no veo que se esté haciendo algo con los bancos\
(Med12<ElEnv272>)
En cambio, en (19), una reportera que realiza una entrevista a un hombre que vive
en la calle obtiene una respuesta de este hablante con la variante T en función de
objeto.
[Hablante particular en magazine. T en función de objeto omitido (clítico)]
(19) No\no tengo contacto con mi hija\ ¿ te imaginas qué puñalada que me vaya a
ver a mi hija y que me diga que me voy al carajo? / (R726-10)
tor, que reduce su accesibilidad y por tanto difumina esa relación deíctica. Por ello,
las formas del paradigma de usted (sujeto y objeto) son formas que reducen la sub-
jetividad del enunciado. Como recurso de desubjetivización, el uso de U resulta
adecuado en aquellas situaciones comunicativas donde no se desea personalizar o
focalizar sobre el referente. Por eso, como ya se señaló, la mayor frecuencia de U
se produce en los géneros donde predomina la información (como los informa-
tivos) y entre los periodistas, profesionales de los medios cuya función comuni-
cativa tiende a ser la de reducción de la subjetividad del discurso (Aijón Oliva y
Serrano 2013: 201–201).
Sin embargo, pese a que las frecuencias absolutas del uso de cada variante
entre esta categoría socioprofesional y entre los políticos confirman estas tenden-
cias, algunos de los ejemplos permiten atisbar que la selección de las variantes T o
U (ya sea en función de sujeto o de objeto) no depende exclusivamente del tipo de
texto o de la función socioprofesional que desempeñe el hablante, sino también de
la intención que quiera obtener con ella en determinados contextos y situaciones.
Esto explicaría de forma cualitativa, además, las frecuencias relativamente eleva-
das de T entre los periodistas en ambas funciones (véase Tabla 5).
De un análisis cualitativo de ejemplos concretos en distintos segmentos de los
géneros y por distintos participantes se puede apreciar que el empleo de una u otra
forma responde a una necesidad comunicativa derivada de la intención ocasional
de (des)subjetivizar el discurso a través del uso de una u otra variante. En el maga-
zine que corresponde al ejemplo (21), un periodista comienza su emisión salu-
dando a la audiencia con la variante T en función de sujeto y objeto para anunciar
uno de los temas que se van a tratar.
[Periodista en magazine. T en función de sujeto y objeto omitido (clítico)]
(21) Fiel a nuestra cita aquí estamos los de Galaxias y Centellas para ofrecer te una
hora de contenidos solo apto para curiosos\[…] Si este horario del domingo
no te viene del todo bien para escucharnos en directo\ ya sea en la versión
reducida de esta tarde o en la hora extendida de esta noche\ Ø lo puedes hacer
a través de la página web de esta casa rtvc.es y también gracias a nuestros ami-
gos de ibooks de Misterios de la Ciencia\ hoy comenzaremos por hablar te de
un serio problema sanitario las resistencias a los antibióticos\ el mal uso de los
antibióticos ha generado bacterias super resistentes, bacterias que son inmunes
ya a todos los antibióticos que existen\ ¿ Ø sabías por ejemplo, que la penici-
lina, el antibiótico por excelencia ya no es capaz de matar a ninguna bacteria?/
(ETT26-11)
En este caso el periodista se ha dirigido de una forma más clara y directa a sus
potenciales oyentes mediante el uso de la segunda persona T. Esto no solamente
se explica porque se trata de un magazine, que como se ha señalado, es un género
que tiende al uso de esta variante debido a sus características interactivas. El tema
que se anuncia, como el mismo periodista señala, es un tema serio, pero el perio-
dista continúa con el uso de esta forma “Hoy comenzamos por hablar te de un
tema serio…”, como una estrategia de acercar al interlocutor a dicho problema y
hacerlo partícipe del mismo.
En el ejemplo (22), el periodista comienza saludando al interlocutor con la
forma U en función de sujeto, pero cambia su forma de indexar al interlocutor
pocos minutos después cuando percibe que este se dirige a él con la forma T.
Para inquirirle sobre un tema un tanto personal utiliza esta variante en función de
sujeto “¿Tú sabes lo que son las matronas?, con lo cual enfatiza su presencia en el
discurso en un texto claramente interactivo.
[Periodista; B: Hablante particular. U en función de sujeto expreso y omitido, T en
función de sujeto]
(22) A. ¿De dónde llama Ø amigo?
B. Del Puerto de la Cruz
A. ¿Y usted se llama…?
B. Pedro\yo quería decir que eso de las matronas\yo tengo edad para saber
qué son las matronas\porque tú sabes que antes las matronas iban a las
casas
A. ¿ Tú sabes lo que son las matronas?
B. No lo viví\pero sí que lo sé (Med12<LaAlp212>)
una intención de mantener una distancia icónica con el referente de objeto, que da
lugar a una desubjetivización del enunciado, conveniente cuando se desea formu-
lar alguna reprimenda o reproche, como en el ejemplo (23), en el que un político
recrimina a otro político ciertas actitudes.
[Político en informativo-debate. U en función de sujeto expreso y de objeto omi-
tido (clítico)]
(23) Usted en la segunda parte de la pregunta me plantea si hay que sumar peras y
manzanas\¿que qué le quiero decir?/ Que todo eso ha sido por un acuerdo
puntual del gobierno \yo lo que le quiero decir es que una cosa es un plan esta-
tal estratégico y otra cosa es una estrategia para Canarias\
(Med 12<ElEn103>)
En este otro diálogo, un político se dirige a otro político que le hace un comentario
sobre su actividad. El primero utiliza la forma U en función de sujeto y el segundo
contesta a ese presunto ataque sobre su perfil político indexando a este interlo-
cutor con T. Se puede observar que este político emplea T como un recurso que
subjetiva al referente y con ello todo el enunciado.
[Político (A) y político (B) en informativo-debate. U en función de sujeto y T
en función de objeto omitido (clítico)]
(28) A: Usted es una rara avis en Lanzarote\ porque tiene un perfil político que no
me cuadra\
El empleo de la forma T entre los políticos es un hecho que suele llamar la aten-
ción no solo a los estudiosos, sino también a los hablantes.3 De forma general, se
observa claramente entre los participantes pertenecientes a esta afiliación profe-
sional el uso de estrategias lingüísticas recurrentes, tales como la gestión de las
respuestas en las entrevistas (más o menos directas o evasivas, etc.) que les hacen
los periodistas (Montgomery 2011, Obeng 1997, Simon-Vandenbergen 2006). Ello
corrobora la hipótesis de que las funciones comunicativas adoptadas por los
hablantes responden a la situación comunicativa en la que intervengan los parti-
cipantes y a las intenciones concretas (o a parte de ellas) que se proyecten en cada
enunciado.
6. Conclusiones
Las formas pronominales de sujeto tú/usted y las de objeto te/a ti y le, la, lo/
a usted, como variantes morfosintácticas, constituyen elecciones de significado
basadas en cuestiones de índole cognitiva. Así pues, la mayor prominencia de T
constituye un recurso discursivo para indexar al interlocutor de objeto de forma
directa y precisa, lo que da lugar a significados basados en la esfera de lo personal.
Por ello, esta forma es utilizada cuando se quiere proveer al enunciado de cierta
subjetividad. La menor prominencia de U, por el contrario, implica que el refe-
rente de objeto queda menos precisamente determinado y ello da lugar a signifi-
cados alejados de los ámbitos nocionales de los participantes. Todo esto se matiza
y se concreta, como hemos visto, a través de las funciones sintácticas que adopte
la segunda persona (sujeto pronominal u objeto de persona). Esto conlleva que el
contenido comunicativo se presente dotado de una mayor objetividad.
3. Durante la campaña electoral de 2007, el presidente el Gobierno (José Luis Rodríguez Zapa-
tero) participó en un debate electoral. Cuando contestaba a las preguntas que le hacía la audien-
cia, llegó a alternar el uso de las formas T y U en sentencias como ‘Le agradezco que me hagas
estas preguntas’. Ese uso de la forma tú en lugar de la de usted fue muy criticado al conside-
rarse que fue demasiado “cercano” y “coloquial” (Medina López 2009: 82–83). Sin embargo, de
acuerdo con la hipótesis planteada en el presente trabajo, el entonces presidente pudo utilizar
la variante T en aquellos segmentos de sus respuestas donde deseaba subjetivizar al referente y,
con ello, a todo el enunciado que funcionaba como respuesta (véase también Serrano 2017: 103).
Reconocimiento
Este trabajo presenta resultados de los proyectos de I+D: “Desarrollo conceptual y análisis
empírico de la variación sintáctica en español: los objetos verbales y las estructuras de pasiva”
(FFI2013-41250-P) y “Variación gramatical y construcción del significado en español: los objetos
centrales y las construcciones desubjetivizadoras” (FFI2016-74825-P), ambos subvencionados
por el Ministerio de Economía y Competitividad. Agradezco a Miguel Ángel Aijón Oliva los
comentarios realizados a esta investigación.
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