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TP 6

Pareja Pedagógica: Carolina Garay y Giselle Romero

2-Luego de leer la bibliografía, les proponemos que elijan uno de los recursos y elaboren un breve
análisis articulando algunos conceptos desarrollados en los textos (Competencias socioemocionales en
la práctica docente- Identidad cultural- Educación continua y permanente, entre otros)

Tomamos la experiencia del Bachillerato Popular Mocha Celis para realizar este trabajo.

Podríamos en primer lugar pensar este dispositivo dentro de la idea de “Comunidades de


Aprendizaje”, dado que se inscribe por su filosofía propia de “popular” en un tejido social al cual intenta
modificar, transformar, a través de la educación y el empoderamiento de sus educandos. Como dice su
página: “Les estudiantes de la Mocha pasan a ser productores de conocimiento y sentido”.

Este proyecto es un proyecto de aprendizaje colaborativo (2014), un proyecto social: que intenta
contener y dar oportunidades a un colectivo que históricamente ha quedado vedado del ejercicio de sus
derechos. Es a través de su reconocimiento y el darles un lugar, una voz, una posibilidad, que el
aprendizaje aquí intenta también ir más allá y modificar la vida de los estudiantes y a la sociedad en su
conjunto. Esta escuela podría verse como un intento de democratización de la enseñanza, dado que
todos sus actores toman decisiones y sostienen este proyecto y colectivamente lo impulsan para
expandir su cobertura a distintos colectivos olvidados y discriminados. En ese sentido conjuga una
mirada hacia el futuro y hacia el largo plazo y sobre todo muestra que se pueden pretender y desear
otras realidades (por ejemplo, dejar la prostitución, ser profesional).

En este punto, y siguiendo los aportes de Freire, es posible observar la importancia de que la
enseñanza esté al servicio de los educandos en tanto saber lo que sucede en el mundo de ellos, conocer
“el universo de sus sueños, el lenguaje con el que se definen, con maña, de la agresividad de su mundo.
lo qué saben y cómo lo saben fuera del colegio” (Freire, 1994;109) y de esta forma garantizar una
propuesta inclusiva teniendo como horizonte destacable la igualdad de oportunidades.

Es evidente que en estos espacios la identidad cultural es algo preponderante, porque hay una
lucha detrás que es histórica. Lucha por el reconocimiento y el ejercicio de los derechos que tienen esos
colectivos. Por otra parte, su propia identidad los ubica en la sociedad con determinados intereses y
necesidades, los cuales los educadores y la sociedad deben considerar. Es importante destacar que el
reconocimiento y orgullo por la propia identidad cultural no funciona aquí como un límite hacia el otro o
el diferente, sino que intenta desarmar las lógicas dominantes de exclusión, incluyendo a otros
colectivos y grupos que no forma parte del mundo LGTB. Freire en su 8va carta menciona que la
identidad de los sujetos es una identidad cultural que está definida en parte por su pertenencia a
determinada clase social. Esa pertenencia ubica a las personas en ciertos lugares y con ciertos accesos,
sin embargo, no debería determinar necesariamente todo lo que está por delante. Es aquí donde se
ubica la educación entendida como herramienta de transformación, para poder tomar críticamente la
realidad y dar herramientas que permitan la superación de la intolerancia que deriva de las tensiones
clasistas y donde el educador se posiciona de un modo político, como Mariane, con cuando dice que ella
misma es un ejemplo de que otra vida es posible para una mujer trans.

Esto podría vincularse con la idea de las competencias socioemocionales, dado que en la
complejidad social que viven sus estudiantes, será necesario no sólo saber enseñar contenidos formales
si no también a veces saber actuar de sostén, guía, modelo, saber manejar crisis y tensiones que puedan
aparecer y modelar la resolución de problemas. Como dice su página web: “Les estudiantes han
bautizado a la Mocha Celis como “la escuela ternura” por brindar un espacio de amor, cuidado y
contención. Esto nos motiva y a la vez implica un esfuerzo continuo de parte del equipo”.

Este proyecto está dirigido a personas de entre 16 a 60 años, por tanto puede ser entendido
desde las concepciones de educación para adultos, en este caso no como educación continua, dado que
el nivel secundario es una instancia educativa en nuestro país obligatoria a nivel legal; a nivel social es la
acreditación mínima requerida para la mayoría de los trabajos formales y para el ingreso a estudios
superiores.

Recuperando contenidos de otras materias, señalamos la ley de Educación sancionada en el 2006


que estableció la obligatoriedad del nivel secundario por un lado, y por otro, reconoció el derecho de
enseñar a distintas organizaciones sociales, permitiendo que la educación se pueda impartir en espacios
ajenos al sistema escolar tradicional, como lo es este bachillerato.

Bibliografía:

●Freire, P (1994). Cartas a quien pretende enseñar. Octava carta. Identidad cultural y educación pp
103-111. Buenos Aires: Siglo XXI editores
●García Labandal L., González D. y Meschman C. (2014). Praxis y formación docente: aportes de la
Psicología Educacional para entramar trayectorias. Buenos Aires: Publicación UBA CEP.

●García Labandal, L. y Maiorana, S. (2012). Las competencias socioemocionales en Profesores de


Psicología. Ponencia presentada en el XIII Congreso Metropolitano de Psicología. PSICOLOGÍA E
INTERDISCIPLINA Complejidad, ética, poder y subjetividad en las prácticas de Salud Mental. Buenos
Aires, 18 al 20 de octubre de 2012

●Gómez M. (2015) Educación de Adultos en América Latina Aportes para una reflexión pedagógica.

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