Está en la página 1de 10

Revista de Psicología

Universidad de Chile
revpsico@uchile.cl
ISSN (Versión impresa): 0716-8039
CHILE

2001
Alicia Rodríguez / Luis Giménez / Clara Netto / María José Bagnato / Cecilia Marotta
DE OFERTAS Y DEMANDAS: UNA PROPUESTA DE INTERVENCIÓN EN
PSICOLOGÍA COMUNITARIA
Revista de Psicología, año/vol. X, número 002
Universidad de Chile
Ñuñoa Santiago, Chile
pp. 101-109
De Ofertas y Demandas: Una Propuesta de Intervención en
Psicología Comunitaria

On Supply and Demand: An Intervention Proposal in


Community Psychology

Psic. Alicia Rodríguez (aliciar@psico.edu.uy)*


Psic. Luis Giménez (luisg@psico.edu.uy)*
Lic. Clara Netto (cnetto@psico.edu.uy)*
Psic. María José Bagnato (majose@psico.edu.uy)*
Lic. Cecilia Marotta*

Resumen
El artículo parte de la experiencia educativa que los autores desarrollan como docentes del
curso Técnicas de Atención Comunitaria de la Facultad de Psicología-Universidad de la Repú-
blica, de Montevideo,Uruguay. Del análisis de la práctica y de la constatación de frecuentes
confusiones conceptuales, surge la importancia de delimitar y dilucidar las nociones de nece-
sidad, pedido, demanda y encargo, para la especificidad del trabajo comunitario. Ubicándose
en el inicio de una intervención y reconociendo el carácter fundante de ese momento, enfatizan
la interacción entre la construcción de la demanda y la oferta, proceso que se desencadena en
presencia o no de un pedido explícito por parte de la comunidad. Explicitan algunas
interrogantes sobre la implicación de la Psicología Comunitaria en el contexto social actual.
Palabras Claves: Intervención comunitaria. Necesidades. Demanda.

Abstract
The authors share an educational experience as professors of the course Techniques in
Community Service at the School of Psychology, University of the Republic, Montevideo,
Uruguay.
Practice analysis and evidence of frequent concept misunderstandings show the
importance to elucidate and clarify notions such as ‘need’, ‘order’, ‘demand’ and ‘assignment’
in the frame of community work.
Placing themselves at the beginning of an intervention, and admitting its founding nature,
they emphasize interaction in the building of demand and supply as a process that evolves
in the presence, or not, of an explicit order on the side of community. They state some
questions about community psychology implication in the present social context.

* Equipo docente del curso Técnicas de Atención Comunitaria del Area de Salud de la Facultad de Psicología de la Universidad de la
República.Montevideo, Uruguay

101
Revista de Psicología de la Universidad de Chile, Vol. X, Nº 2

Introducción Por un lado, la idea de que se establece


un vínculo asimétrico entre el técnico y la
Los autores del presente trabajo confor- comunidad en donde uno queda en el lugar
mamos un equipo docente que desarrolla un de dar y el otro en el de recibir, en vez de
curso llamado “Técnicas de Atención Comu- concebir la relación como un intercambio en
nitaria” en el Area de Salud de la Facultad el que se ponen en juego necesidades y ex-
de Psicología de la Universidad de la Repú- pectativas recíprocas.
blica en Montevideo, Uruguay.
Por otra parte, la llamada demanda, tien-
Se trata de un curso relativamente joven de a aislarse de la oferta y a ser cosificada y
(el primero dictado en 1994) que se tratada como un objeto, que puede estar o
implementa en el último año de la forma- no, y que como tal, se supone que preexiste a
ción de los psicólogos y su propósito es brin- la presencia del profesional.
dar al estudiante elementos teóricos,
Se agrega además que los estudiantes lle-
metodológicos y técnicos de Psicología Co-
gan al último año con un código incorpora-
munitaria para su futuro desempeño pro-
do que incluye una o más formas de enten-
fesional.
der las intervenciones psicológicas, la rela-
En estos años, y por distintos caminos, fui- ción entre el técnico y aquellos a quienes va
mos llegando a la necesidad de profundizar dirigido su trabajo, las formas de producción
en algunos conceptos claves vinculados a los de los fenómenos sociales y del conocimien-
momentos fundantes de la Intervención Co- to acerca de los mismos.
munitaria. Esos conceptos son: necesidades,
Si bien desde su ingreso a Facultad, reci-
pedido, demanda y encargo.
ben una panorámica relativamente amplia en
Para los estudiantes, en el contexto de sus relación a las diversas corrientes disciplina-
prácticas universitarias, el tema de la deman- rias, a las posibilidades de inserción del psicó-
da se les presenta muchas veces como un logo y a los modelos profesionales concomi-
obstáculo para procesar su inserción en la tantes, tanto ellos como nosotros y la comuni-
comunidad. Perciben que los roles quedan dad toda, somos tributarios de un modelo
invertidos: ellos en el lugar de quienes de- médico-hegemónico funcional a una lectura
mandan un ámbito específico en donde de- del psicólogo haciéndose cargo de lo enfermo
sarrollar su pasantía en el marco de su for- desde un ámbito clínico. A ello se suma una
mación profesional, y la comunidad como la fuerte impronta psicoanalítica propia del de-
que está dispuesta a ”brindarles un servicio” sarrollo de la psicología en el Rio de la Plata.
al otorgarles esa posibilidad. “No hay de-
Es mucho lo que el Psicoanálisis nos ha
manda”, suelen decir.
aportado a nuestra formación profesional y
La preocupación de los estudiantes es particularmente a la comprensión de los fe-
legítima, si la consideramos como el recha- nómenos psicológicos, pero es riesgoso inten-
zo al establecimiento de un vínculo de ca- tar trasladar a un plano comunitario nocio-
rácter utilitario con la comunidad, en don- nes que fueron concebidas para lo
de se extraen cosas (información, conoci- intrapsíquico.
mientos) cayendo en un uso y abuso de la
Partiendo de estos elementos, entonces, es
misma sin dejar nada a cambio. Se trata
que nos planteamos la necesidad de reflexio-
pues, de una saludable preocupación de
nar acerca de la temática de la Demanda en
orden ético.
la relación técnico-comunidad desde la par-
Pero creemos que también subyacen otros ticular perspectiva de la Psicología Comuni-
aspectos. taria.
102
De Ofertas y Demandas: Una Propuesta de Intervencion en Psicologia Comunitaria

Elementos a Tener en Cuenta al proyecto o de una organización que


Implementar una Intervención desde sus objetivos se plantea la acción
Comunitaria en determinada zona o con determi-
nada población.
El momento inicial de una intervención,
en tanto fundante, pautará el desarrollo de
En todos estos casos, la estrategia será dis-
la misma. La ausencia de análisis en esta eta-
tinta pero siempre supondrá transitar por la
pa conlleva el riesgo de un hacer irreflexivo
construcción de un vínculo para posibilitar
en donde la direccionalidad escapa a la
el desarrollo de un trabajo.
intencionalidad de los actores en juego.
El contrato de trabajo con los destinata-
rios supone esa reflexión previa que posibili- Conceptos Claves
tará lo que A. Lapalma (1990) llama el «es-
Para posibilitar el análisis del momento ini-
tablecimiento de la relación inicial» rescatan-
cial de la intervención hay cuatro términos,
do el concepto que Lippit utiliza para el ám-
que a nuestro criterio deben ser abordados,
bito organizacional. Permite un ajuste de
tanto en la especificidad de cada uno de ellos,
expectativas a la vez que obliga a recortar el
como en su interrelación. Ellos son: necesida-
campo de trabajo. En este sentido, implica
des, pedido, demanda y encargo.
dejar cosas afuera, tomar conciencia de los
límites y llevar la intervención al campo de
lo posible. Necesidades
Las intervenciones comunitarias pueden De las nociones antes mencionadas, la de
fundarse de diversas formas: necesidad es la de uso más frecuente en lo
a - A partir de un pedido formulado di- comunitario.
rectamente por la comunidad, a través El proceso de identificación de necesida-
de alguno o algunos de sus portavo- des por parte de los propios actores comu-
ces. Perciben la insatisfacción de deter- nitarios resulta un momento clave para la
minadas necesidades o la presencia de explicitación de los problemas a abordar. Lo
problemas para cuyo abordaje piden cual supone: percibir las necesidades comu-
ayuda. nes, descubrir su significado y ordenarlas
b - A partir de un pedido formulado por jerárquicamente.
un tercero (técnico, organización, etc.). M.Montero (1991) plantea que según cual
Puede suceder que la comunidad per- sea su origen perceptivo las necesidades pue-
ciba sus necesidades y problemas pero den clasificarse en normativas o inferidas y
no sepa a quién recurrir y entonces el sentidas. En el primer caso, las necesidades
tercero oficia de «puente». O bien, éste surgen de la comparación que un agente ex-
valora la necesidad de una interven- terno realiza entre la realidad y un canon
ción psicológica, a partir de una lectu- pre-establecido. En el caso de las necesida-
ra propia de los problemas del colecti- des sentidas son las propias personas que las
vo. manifiestan explícita o implícitamente.
c - A partir de una oferta. Cuando no Es usual que en el diseño de políticas so-
aparece un pedido y la intervención se ciales y de salud, se priorice determinadas
genera desde la oferta de un servicio, necesidades definidas desde criterios de
ya sea de un psicólogo que presenta un experticia, con lo cual se vehiculiza concep-

103
Revista de Psicología de la Universidad de Chile, Vol. X, Nº 2

ciones propias de quienes las formulan, mu- satisfactor que actúa frente a ciertas necesi-
chas veces alejadas de lo que desde los dades. Es así que, el aporte de Max Neef,
involucrados se valora como problema. contribuye a la evaluación y la imprescindi-
Desde la perspectiva de la Psicología Co- ble autocrítica y reflexión que debe acompa-
munitaria la cuestión no pasa por la «ver- ñar toda intervención comunitaria.
dad» de las necesidades así definidas, sino
por su condición de existencia para los que Pedido
en definitiva serán sujetos de la intervención.
La autopercepción de las necesidades su-
La acción comunitaria requiere la expresión
pone que las personas nos podamos recono-
de una necesidad, y ésta es resultado de un
cer como carentes. Ello incluye la desilusión
proceso que, partiendo del sentir incorpora
y la ruptura de la omnipotencia, el reconoci-
elementos de concientización que permitan
miento de los límites. Pero a la vez, y tal como
verla, es decir darle existencia. El trabajo del
lo expresa Max-Neef (1986) la necesidad es
psicólogo pasa en esta etapa por facilitar el
potencialidad en tanto se constituye en un
intercambio y la problematización que genere
motor que nos pone en movimiento para
las condiciones para identificar colectiva-
buscar su satisfacción y para pedir ayuda
mente las necesidades (Montero, 1991).
cuando la misma se hace necesaria. La
En este campo el aporte de Manfred Max explicitación del deseo de satisfacer las ne-
Neef (1986) nos ha resultado pertinente. cesidades y de resolver los problemas con la
Frente a las reiteradas confusiones que el ayuda de un otro, se constituye en la formu-
tema genera plantea la distinción entre ne- lación de un pedido. El pedido es entonces
cesidades y satisfactores. De tal manera que, la explicitación de la necesidad de ayuda,
mientras las necesidades serían universales, dirigida a quien o quienes se cree podrán res-
de número limitado y clasificables, los ponder a la misma.
satisfactores serían objeto de múltiples va-
riaciones históricas y culturales. Este autor
ordena las necesidades según criterios Demanda. Proceso de construcción de la
existenciales (ser, tener, hacer y estar), y demanda
axiológicos (subsistencia, protección, afecto, A partir de la explicitación del pedido, será
entendimiento, participación, ocio, creación, necesario entonces abrir el juego a la cons-
identidad, libertad). La matriz de necesida- trucción de la demanda.
des y satisfactores conformada, constituye La demanda no puede ser entendida sin
una interesante herramienta diagnóstica considerar su relación con la oferta. Es sólo
para trabajar junto con los diferentes sujetos desde esta última, que la primera se puede
comunitarios en la delimitación de los pro- desplegar. Dicho interjuego está siempre pre-
blemas y sus posibles alternativas. sente, exista o no un pedido de intervención.
Los satisfactores no actúan colmando las Cuando existe un pedido explícito, el mis-
necesidades sino que constituyen los modos mo se genera desde la idea de que alguien
culturalmente establecidos para actualizar- puede darle respuesta. Dicho pedido mere-
las de forma continua y renovada. Existen ce una lectura y una problematización en el
diferentes tipos de satisfactores y no todos seno del vínculo entre el técnico y quien o
posibilitan vivir las necesidades con igual quienes lo formulan. Se producirá allí algo
intensidad y plenitud. La propia interven- novedoso para ambos. Ese pedido, como
ción que como agentes externos llevamos decíamos antes, podrá provenir directamente
adelante, puede ser pensada como un de la comunidad o bien, podrá ser formula-

104
De Ofertas y Demandas: Una Propuesta de Intervencion en Psicologia Comunitaria

do por un tercero. En ambos casos la estrate- emergente podemos otorgar al mismo?, ¿por
gia será distinta pero siempre supondrá tran- qué a nosotros?, ¿qué expectativa se depo-
sitar por la construcción de un vínculo para sitan en nuestra intervención?. La respues-
posibilitar el desarrollo de un trabajo. ta a éstas y a otras interrogantes deberá sur-
Cuando no aparece un pedido, y la inter- gir de la relación misma entre el técnico y la
vención se genera desde la oferta de un ser- comunidad.
vicio, se abre la posibilidad a la demanda. Problematizar supone entonces, abrir un
La propia oferta y la eventualidad de que espacio para la comprensión, romper con la
ella sea aceptada, implica un cierto diagnós- mirada ingenua y con la idea de que la reali-
tico de situación y de coyuntura. De modo dad es una y podemos ir a su encuentro me-
que su formulación, si es pertinente, se arti- diante un camino lineal. Problematizar su-
culará con las necesidades de los destinata- pone abrir el espacio para la complejidad y
rios. Desde allí entonces, la demanda puede para la dinámica de la realidad, rompiendo
ser generada y desplegarse como tal. sin embargo con la fantasía omnipotente de
Nos referimos a una construcción entre poder aprehenderla.
ambos términos de la relación. Compartimos Este momento de la intervención es un
con la perspectiva del Construccionismo So- momento de apertura, tendiente a posibili-
cial la noción de que la realidad se constru- tar el desarrollo de un trabajo que genere al-
ye socialmente. De que si bien preexiste a la gún tipo de cambio en la situación plantea-
presencia del técnico y los fenómenos no da y el sentido de dicho cambio surgirá de
pueden ser entendidos si no es históricamen- este encuentro. La respuesta directa al pedi-
te, cuando el agente externo entra en con- do y sin cuestionamiento alguno, puede im-
tacto con la misma, se genera un campo plicar un cierre a dichas posibilidades.
intersubjetivo que modifica a los actores en Sin embargo, no siempre están dadas las
juego y genera nuevos procesos determina- condiciones para dar lugar a un intercam-
dos por esa relación. Dicha construcción bio y problematización del pedido. En oca-
puede tener sentidos diferentes en las situa- siones, responder directamente a lo que se
ciones antes descritas. pide, se constituye en una táctica de trabajo
que facilita la construcción de un vínculo de
confianza y abre la posibilidad de que la pa-
labra del técnico sea escuchada. La reflexión
La Problematización del Pedido
conjunta en torno al pedido, podrá realizar-
La lectura del pedido cuando existe, in- se en un momento posterior, a veces como
cluye su problematización y un análisis de «cierre» de la intervención. En algunos ca-
los aspectos implícitos. Se trata de diluci- sos, instrumentar los cursos o los talleres que
dar cuál es ese pedido y cómo posicionarse se nos piden, o atender un problema indivi-
ante el mismo. Se trata de formular colecti- dual en el ámbito del consultorio ,o respon-
vamente una serie de interrogantes: ¿qué der a la maestra sobre sus inquietudes en re-
significado tiene este pedido en la situación lación a los problemas de aprendizaje que
actual de quienes lo formulan?, ¿cómo se presenta un niño, se constituye en la respues-
inscribe en la historia del colectivo?, ¿quién ta pertinente. Ello no significa que no abra-
o quiénes la formulan y por qué es él o ellos? mos la posibilidad a una reflexión que posi-
¿qué piensan los demás integrantes del co- bilite dar un mayor alcance a nuestra inter-
lectivo sobre este pedido?¿qué valor de vención.

105
Revista de Psicología de la Universidad de Chile, Vol. X, Nº 2

Las condiciones para interrogar directa- y posibilidades, los obstáculos y los


mente el pedido pueden no estar dadas por facilitadores, será fundamental para poner
diferentes razones. Por un lado el tiempo real los objetivos de la intervención al alcance.
con el que se cuenta, puede requerir que el
análisis del pedido lo realicemos en forma
simultánea a la ejecución de la propuesta.
Tal es el caso de aquellas intervenciones que Partiendo desde la Oferta de
«vienen planificadas» por quienes las orga- Intervención
nizan e incluso con días y horas ya estableci- En el caso en que el pedido no se formu-
dos. Tomamos contacto con los destinatarios la desde la comunidad, o desde un tercero,
directos en el momento mismo de la sino que lo que abre la intervención es una
implementación de la propuesta. Por lo ge- oferta, el proceso puede darse de diferente
neral consisten en unas pocas jornadas de forma:
trabajo. En algunos casos, ello permitirá rea-
lizar modificaciones en la marcha. Generará A partir de un diagnóstico en un sentido
la posibilidad de aprendizajes para la instru- amplio, que implica un análisis de coyuntu-
mentación de nuevas propuestas que podrán ra, se construye una propuesta que tendrá
ser compartidas con los destinatarios direc- que ser puesta a prueba en la realidad. Hay
tos y con los organizadores de la actividad. aquí un componente creativo que se apoya
en un saber acumulado a partir de otras ex-
Otras veces, las «urgencias» que nos plan- periencias, lo cual «garantiza» en cierta me-
tea el colectivo con el que vamos a trabajar, dida la pertinencia de la propuesta, pero
determinan la necesidad de respuestas más puede ser un elemento que obture si no se
o menos inmediatas y los tiempos para la adecua a cada momento y a cada situación.
reflexión vienen a posteriori. No obstante, es
importante distinguir entre los apremios de Este movimiento tiene que ver con el aná-
cada situación (que muchas veces son tales lisis de una demanda social que estará de-
si consideramos las situaciones límite a las terminada tanto por variables económicas y
que nos vemos enfrentados) y la tendencia políticas, como socio-culturales. Así, por
riesgosa a actuar sin reflexionar ante circuns- ejemplo, los fenómenos de desafiliación y de
tancias que nos generan una movilización deterioro de las redes de sostén a los que asis-
afectiva importante. La estructura de demo- timos en la sociedad actual, como efecto de
ra es fundamental, y sabemos que la misma la persistencia de un modelo neoliberal, no
alude más bien a una actitud psicológica que pueden dejar de considerarse en la formula-
a los tiempos que marca el calendario. ción de los proyectos comunitarios que pre-
tendamos implementar.
También podemos encontrarnos con que
las condiciones para la problematización del O puede partir de un diagnóstico acota-
pedido, no están dadas por los tiempos in- do a una situación particular, que permita
ternos del colectivo. No debemos olvidar que determinar la pertinencia de la propuesta de
la realidad es un campo de fuerzas en don- trabajo con determinado sector de la pobla-
de las resistencias al cambio están siempre ción. Requerirá por parte del psicólogo una
presentes. Será necesario buscar las formas serie de acciones tendientes a involucrar en
y los espacios en donde las transformacio- la propuesta a los actores de la comunidad.
nes puedan tener lugar. Y en ese proceso deberá darse lugar a la fle-
xibilidad necesaria para la introducción de
En síntesis, una actitud estratégica que los cambios que la situación requiera. De no
permita valorar a cada momento los límites

106
De Ofertas y Demandas: Una Propuesta de Intervencion en Psicologia Comunitaria

existir articulación con las necesidades del resolución de la situación, sin dar lugar a un
otro la intervención no será posible. En esa intercambio donde ambos términos de la re-
articulación es que se va construyendo la lación tengan un papel activo y protagónico.
demanda, lo cual requerirá de un proceso de Será imprescindible entonces, aceptar una
análisis permanente. parte de la depositación para poder traba-
jar, aquélla que nos legitima en el lugar de
poder brindar algún tipo de ayuda a quie-
nes la necesitan. Muchas veces se cae en una
Construcción de Demanda y
actitud de «devolver» a la comunidad, as-
Diversidad pectos de dicha depositación en un momen-
Frecuentemente hablamos de la comuni- to no oportuno, aduciendo la promoción de
dad y la demanda de la comunidad, con lo la autogestión, cuando en realidad lo que
cual otra vez ponemos en evidencia nuestra está sucediendo es que el técnico no esta pu-
tendencia a considerar la realidad como un diendo asumir una parte de lo depositado
algo homogéneo y exento de diversidad y para retrabajarlo en un proceso analítico. Se
conflicto. Es esencial a la misma el aspecto genera así un efecto «rebote» que no permi-
de diversidad y por lo tanto, cuando habla- te sostener o construir el vínculo. Creemos
mos de construcción, y de construcción co- que hace a una actitud ética, en tanto se tra-
lectiva, aludimos a la apertura necesaria a ta de hacernos cargo de procurar una ayu-
dicha diversidad. Interrogarnos acerca de da y de poner nuestros conocimientos y he-
qué piensan otros sobre el pedido implica dar rramientas de intervención al servicio de
lugar a las diferentes opiniones, necesidades, quienes nos requieren.
expectativas, priorizaciones, percepciones y El otro extremo es hacerse cargo de la
por tanto a diferentes pedidos. Implica dar depositación en su totalidad, asumiendo un
lugar al conflicto producto de las luchas por lugar de satisfactor-inhibidor en tanto se con-
el poder, presente en toda relación humana. centra todo el poder en una parte de la rela-
En definitiva, implica posibilitar el desplie- ción. Lo percibimos cuando asumimos los
gue de las distintas subjetividades presentes roles que se nos depositan sin poder pensar,
respecto a una misma realidad «objetiva». roles que muchas veces tienen que ver con
La construcción de la demanda no será pues, lo que no puede ser hablado (el lugar del
una sumatoria de los pedidos formulados, juez, o el de estirpar lo enfermo, el de la de-
sino más bien el producto del interjuego de nuncia, etc.).
las diversas subjetividades. Estos aspectos suponen ponerse en juego
uno mismo en el diagnóstico de situación,
Encargo analizar nuestra implicación, reconocernos
también como sujetos de necesidades, que
La formulación del pedido lleva consigo
como el resto, las busca satisfacer en las rela-
una serie de depositaciones en el psicólogo.
ciones que establece. Suponen pensarnos
A ello nos referimos cuando hablamos de
como representantes de diversas institucio-
encargo. Depositaciones que implican el re-
nes, la del mundo académico, la de la psico-
conocimiento de un saber y de una autori-
logía, la de la intelectualidad y la de la clase
dad en el profesional y que por tanto posibi-
media uruguaya, entre otras. Supone
litan una intervención. Y también,
pensarnos como representantes de las orga-
depositaciones que obstaculizan, en la me-
nizaciones que integramos y desde las cua-
dida que significa poner en manos de otro la
les actuamos. Las expectativas en relación a

107
Revista de Psicología de la Universidad de Chile, Vol. X, Nº 2

nuestra intervención estarán «contamina- ¿Cómo intervenir en los procesos de bús-


das» o «condimentadas» del lugar social que queda de sentido de una comunidad que
le sea otorgado a las organizaciones desde asiste a la caída de instituciones tales como
las que actuamos. Suponen en definitiva, el trabajo, los sindicatos, las tradicionales
reflexionar sobre nuestro posicionamiento en formas de participación, la familia nuclear,
la intervención, el que resultará del entrecru- etc? ¿Al desarrollo tecnológico que posibili-
zamiento de una historia personal y social, ta nuevas e inimaginadas formas de comu-
que incluye valores, sentimientos y una par- nicación? ¿Qué funcionalidad tendríamos
ticular percepción de la realidad. los psicólogos comunitarios en el estado de
cosas?
Oscilamos por momentos entre distintas
posiciones. Por un lado, sentimos que vamos
Conclusiones
«a contramano» de las tendencias dominan-
Podríamos tomar los conceptos antes de- tes: promoción de la participación vs vacío
sarrollados ya no sólo para pensar las múlti- de los espacios; fortalecimiento de las redes
ples intervenciones comunitarias que lleva- sociales vs ruptura de lazos de solidaridad;
mos adelante, sino también para reflexionar impulso de lo colectivo vs individualismo;
sobre el papel de la Psicología Comunitaria construcción de proyectos comunitarios vs
en los tiempos que corren. «salvese quien pueda!». Otras veces creemos
Como disciplina o como un particular ubicarnos del otro lado del péndulo y el te-
enfoque de la psicología, la Psicología Comu- mor a ser capturados por propuestas que no
nitaria se constituye en una oferta que busca hacen más que pretender cauterizar las he-
dar respuesta a los problemas sociales que ridas abiertas en el tejido social.
hoy nos aquejan. Y por último, ¿cuál es el impacto del con-
Es desde allí que nos formulamos pregun- texto social actual en nuestra disciplina y en
tas tales como: nosotros mismos como trabajadores de la
Psicología? Observamos transformaciones
¿Cuál es el lugar de la Psicología Comu-
importantes que van desde el agotamiento
nitaria en la realidad social actual y en el es-
de las formas tradicionales de intervención,
cenario particular de la Psicología? ¿Qué ne-
hasta la apertura incipiente de nuevos espa-
cesidades están planteadas? ¿Qué demandas
cios y modalidades de trabajo. Nosotros mis-
se van construyendo? ¿Cuál es el encargo
mos como sujetos sociales integrantes de las
hacia los psicólogos?
tan debilitadas capas medias, estamos sien-
El contexto social en el que convivimos, do afectados por esta realidad, y el riesgo de
producto de la aplicación de un modelo la desafiliación social nos compromete.
neoliberal que trasciende lo estrictamen-
Poner en juego nuestra implicación, ser
te económico para «filtrarse» en la
capaces de articular espacios de reflexión
cotidianeidad de las relaciones
y análisis, apostar a la producción inserta
interpersonales y de la subjetividad, ha
en una praxis transformadora, asumir los
venido generando nuevos fenómenos de
desafíos y alimentar la esperanza, parecen
exclusión y desafiliación en las redes so-
seguir siendo caminos que vale la pena re-
ciales.
correr.

108
De Ofertas y Demandas: Una Propuesta de Intervencion en Psicologia Comunitaria

Bibliografía IBAÑEZ GRACIA, TOMÁS (coord). (1989). El


conocimiento de la realidad social. Barcelona,
BERGER, P. Y LUCKMANN, T. (1994). La cons- Sendai ediciones.
trucción social de la realidad. Bs. As. Amorrortu
LAPALMA, A., ROBIROSA M. Y CARDARELLI
editores.
G.(1990). Turbulencia y planificación social. Bs.
D ABAS , E LINA Y N AJMANOVICH , D ENISE As. Unicef, Siglo XXI.
(comp) (1995). Redes El lenguaje de los víncu-
MAX NEEF, MANFRED y cols. (1986) Desa-
los. Hacia la reconstrucción y el fortalecimiento
rrollo a escala humana. Montevideo, Nordan.
de la Sociedad Civil. Bs. As. Paidos.
MONTERO, MARITZA (1991) Concientización,
FALS BORDA, O. Y RODRIGUEZ BRANDAO, C.
conversión y desideologización en el trabajo
(1986). Investigación Participativa. Instituto del
psicosocial comunitario. Boletín de la AVEPSO,
Hombre. Montevideo. Ed Banda Oriental.
Vol XIV, N°1. Venezuela.
GIMÉNEZ, LUIS (comp) (1998). Cruzando
REBELLATO, JOSÉ L. Y GIMÉNEZ, L.(1997) Eti-
Umbrales. Aportes uruguayos en Psicología
ca de la autonomía . Montevideo.Roca Viva.
Comunitaria. Montevideo, Roca Viva.

109

También podría gustarte