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Para el examen del aparato reproductor masculino puede causar ansiedad o incomodidad al paciente

si no lo realizamos con delicadeza y pudor ya que esta area es muy sensible para los hombres y se
debe evitar comentarios o expresiones inadecuadas.

El examen físico podemos realizarlo con el paciente en decúbito supino o en bipedestación. A la


inspección, lo primero que tenemos que visualizar es el vello pubiano observando la cantidad, si es
escaso o abundante, y su distribución, que normalmente en hombres es romboidal.

A la inspección y palpación del pene, tenemos que observar la piel, forma y tamaño. Vemos si
existe alguna presencia de lesiones, tumefacciones o inflamación. La textura de un pene flácido
debe ser blanda y sin nódulos. En caso de pacientes no circuncidados, vamos a retraer el prepucio
para examinar el glande y el orificio uretral es busca de infecciones, postitis (inflamación del
prepucio del pene) y fimosis (estrechez de la abertura del prepucio que impide su retracción sobre el
glande). Cuando el paciente no realiza una buena higiene, observaremos en el surco balanoprepucial
un material cremoso, blanco-amarillento y maloliente, llamado esmegma. Posterior a eso, vamos a
comprimir el glande para producir la apertura de la uretra, y en un paciente sano no debería brotar
ninguna secreción.

Se debe inspeccionar el color y la textura de la piel escrotal, también palpar con el pulgar, el índice
y el dedo medio los testículos y el epidídimo. Tenemos que tomar en cuenta la forma, tamaño,
superficie, color, si existen secreciones y consistencia. También podemos aplicar la
transiluminación para confirmar la normalidad de los testículos, y en el cual se dirige un haz de luz
potente a través del escroto con una linterna.

Debemos explorar las zonas inguinales pidiéndole al paciente que realice la maniobra de valsalva
para contraer los músculos abdominales al pujar, e inspeccionamos la zona del conducto inguinal en
busca de hernias. Posterior a ello, le pediremos al paciente que relaje la pared abdominal y vamos a
introducir el dedo índice en la parte inferior del escroto, deslizándolo hacia arriba, siguiendo el
trayecto del conducto deferente hacia el anillo inguinal.

Para la palpación del testículo utilizamos el pulgar y los dos primeros dedos, deben ser sensibles a
la compresión sin dolor, y sin nódulos. Podemos aplicar la técnica de Chevassu para palpar el
epidídimo. Este se basa en tomar con la mano izquierda el testículo, tirándolo hacia abajo, y el
índice de la mano derecha se recubre en la piel de la cara lateral del pene por delante del escroto,
buscando la cabeza del epidídimo, el cual se va a pinzar entre el índice y el pulgar.

Vamos a activar el reflejo cremastérico golpeando al parte interna del muslo con un instrumento
romo y el testículo y escroto deberán elevarse en el lado golpeado.

Es una maniobra de extrema utilidad por la información que aporta, y no debe omitirse nunca en el
examen físico de varones por encima de 40 años. Al igual que para el examen genital, la actitud
profesional que tengamos es muy importante; se le debe explicar al paciente el objetivo de la
maniobra y de esta forma sólo habrá de experimentar un ligero malestar.

Para la realización del tacto rectal, el paciente debe colocarse en decúbito lateral izquierdo, con la
pierna izquierda parcialmente flexionada y la derecha francamente flexionada, el brazo izquierdo
cruzado bajo el pecho y el brazo derecho colgado sobre la mesa. Otra posición que puede ser de
utilidad es la de rodilla-hombro, en la cual el paciente apoya sus dos rodillas en forma separada
sobre la mesa exploradora y el hombro izquierdo, con el brazo izquierdo por debajo de él, se apoya
asimismo en la mesa exploradora; los tobillos y los pies se extienden fuera de la mesa.  La región
deberá estar bien iluminada para observar correctamente la zona anal. En condiciones normales, la
piel perianal es más pigmentada.

Y con la mano derecha enguantada, introduciremos el dedo índice lubricado a través del esfínter
anal, mientras la mano izquierda separa la nalga. El esfínter anal se cerrará alrededor del dedo
explorador y se comienza palpando las caras laterales y posterior del recto, que deben tener una
superficie lisa, y que puede contener materia fecal. Luego se palpa la pared anterior del recto para
evaluar las características de la próstata, su forma, lóbulos y surco medio, tamaño, límites,
superficie, consistencia y sensibilidad, teniendo en cuenta que su palpación puede despertar el deseo
miccional. Posterior a esto, debemos retirar el dedo con suavidad, observando los restos de material
para buscar la presencia de sangre en materia fecal.

Y es imporante resaltar que las vesículas seminales no son palpables a menos que estén inflamadas.

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